Estamos en una etapa inédita en la vida de la humanidad. No porque no haya habido pandemias, sino por la velocidad de su difusión como pandemia en sí misma y como fenómeno mediático. Si algo ha puesto en evidencia esta situación, es que, al menos hasta antes del evento, la globalización ya era cosa de la vida diaria. Sólo así se explica la velocidad en la expansión de la pandemia a prácticamente el planeta entero.
¿Era esa globalización también aplicable a lo cultural? Esa es una pregunta sumamente interesante. Al mismo tiempo que los mecanismos de la globalización esparcían el virus, los mecanismos humanos activaban la vuelta al lugar de origen como una urgencia para miles de personas en todo el mundo. Es decir que, por el mecanismo que fuese, el llamado de lo local, con sus valores culturales e identitarios, sigue siendo parte de nuestra realidad. El valor de la cultura es, sin duda, un valor de estabilidad, de seguridad, de encuentro, de sentimientos de pertenencia. Ese mismo llamado se está viviendo, poco después, en un capítulo diferente, ya no en el plano internacional, sino al interior de nuestro país: miles de inmigrantes que vivían en condiciones limitadísimas en Lima, han escuchado nuevamente el llamado del terruño, “de la sangre” si queremos ponerlo en términos más dramáticos, de lo telúrico. Eso significa que la cultura es un valor real y concreto, a partir del cual deberíamos iniciar la construcción de un nuevo mundo que no esté dominado por el consumo y las sensaciones efímeras. Y en nuestro caso, un país más solidario, donde se comprenda que las oportunidades compartidas mejoran la calidad de vida de todos. Ese es el valor que debe reconocerse en la cultura, y esa es la razón por la que un Ministerio de Cultura debe ocupar un espacio clave. De cara a la historia, siempre el sector cultura debió haber jugado un rol de fuente de valores compartidos dentro de la diversidad. De cara al presente inmediato, le correspondería al sector cultura un rol activo en la promoción cultural durante la etapa del encierro que haga productivo el tiempo de las grandes mayorías, pero que también signifique un mensaje de esperanza, de estabilidad emocional, de futuro. Y, justamente, de cara al futuro que se viene, el sector cultura debe ser el medio que nos anime a asumir una relación saludable y creativa con nuestro medioambiente y nuestro entorno social (físico y virtual).
Solo así superaremos los grandes retos pendientes como el calentamiento global, la pérdida de la diversidad natural y cultural, la corrupción y otros de similar magnitud que esta pandemia.
Es en torno a esa búsqueda de sentidos para la vida social que el sector cultura debe contribuir desde el Ministerio de Cultura. Es en ese contexto que el patrimonio cultural tiene sentido, que la interculturalidad es una herramienta clave para la inclusión social, que la creatividad se pone al servicio de la sociedad y que el arte forma mejores seres humanos. Todo ese poder maravilloso, del que normalmente no nos damos cuenta, está en lo cultural. Bien gestionada, la cultura es la gran herramienta para la transformación. Estando ad portas de un Bicentenario que parece condenado al oscurantismo, corresponde al Ministerio de Cultura tomar sus insumos, la cultura en sí misma y sus múltiples variantes, la creatividad, el ingenio productivo de los artesanos y tanto más, para volver a darle sentido a lo que debería ser un hito refundacional de la historia patria.
Como coordinador de la Maestría en Patrimonio Edificado de la UNI, su reto fue los avances en las temidas tesis. 6 de 9 alumnos concluyeron con sus proyectos aprobados y avanzados. Vista de una reunión de trabajo en la Maestría.
¿Se puede traducir lo antes comentado, más allá de las palabras, en políticas de gobierno?
Ese es el sentido, la razón de ser del Ministerio de Cultura y su estructura, aunque nuestro Ministerio ha estado lejos de responder al reto. No se trata de declaraciones románticas: en tiempos de coronavirus, la cohesión social que es un valor cultural, ha permitido a otras sociedades estar más alejadas de las terribles cifras estadísticas de la muerte. Cuando la sociedad responde a criterios de supervivencia y de acaparamiento, todo vale para sobrevivir. Inclusive multiplicar a niveles prohibitivos el precio del oxígeno que, hace un par de días, hubiese salvado la vida de algunos peruanos en Iquitos. En la raíz de esa conducta, hay un síntoma de un mal mayor que cualquier pandemia: la anomia social de una sociedad que no responde a valores compartidos. El Ministerio de Cultura debe asumir, aquí y ahora, ese reto.
El Bicentenario que se celebra el año 2021 será aún más deslucido de lo que se esperaba. Si para entonces, la crisis de salud ya habrá probablemente desaparecido, seguramente la económica seguirá por mucho más tiempo. Pero el Ministerio de Cultura tiene algunas herramientas para que el símbolo de los 200 años del nacimiento del Perú actual y de los al menos 5000 años de cultura que lo precedieron, lleguen a todos los peruanos, y lleguen en formato audiovisual que, en una sociedad que lee poco, es la forma más extensa de comunicación y empoderamiento.
Le corresponde al Ministerio de Cultura hacer, en los próximos meses, que la Amazonía no sea más una idea abstracta para la mayoría de pobladores de otras regiones. Que lo Aimara no nos suene tan exótico, como ajeno, cuando no lo consideramos algo simplemente discriminable (tomamos sólo dos ejemplos de extremos geográficos, pero cada uno de los puntos del territorio los tiene). Que las grandes culturas del pasado sean tema de conversación de los peruanos cuando nos sentemos a tomar un café frente a la televisión. Que el Señor de Sipán o la Dama de Cao formen parte del imaginario de nuestros niños, no como un dato histórico, sino como una narración vibrante. Que nos sintamos orgullosos de hablar de nuestro país no sólo por Machu Picchu, sino por tantos otros valores. Que los artesanos de miles de técnicas propias conozcan sus ancestros y sepan que están haciendo piezas que llevan impregnadas el espíritu de siglos de sabiduría. Y para lograrlo, Internet, redes sociales, televisión y radio son instrumentos redescubiertos en esta crisis como medios para educar y, aún por concretarse, para difundir la cultura.
Catedrático universitario, recorriendo Huaycán de Cieneguilla con alumnos de la UARM.
Nosotros, desde Factor Cultura, hemos desarrollado en pocos días una plataforma internacional que ha organizado un debate internacional, con coorganizadores de México, Argentina, Italia y España y público de todos los países de América. Ahora se está convirtiendo en una plataforma de oferta formativa permanente. La experiencia es posible y cercanamente realizable.
¿De qué sirve eso en tiempos de crisis? ¿Qué utilidad tiene todo lo anterior en la lucha contra el coronavirus? Nos da sentido de vida, de pertenencia, de compromiso. Es la falta de esos sentidos la que nos ha llevado a ser un país con reservas y encajes bancarios razonablemente fuertes, que permiten ciertas prestaciones sociales en esta crisis, pero con niños que siguen asistiendo a colegios a punto de colapsar u hospitales donde los aparatos de punta no funcionan porque alguien los malogró para alquilar, a precios increíbles, los de un centro privado.
Y ¿Cómo se hace? Los antropólogos tendrán muchas respuestas sobre las formas adecuadas de hacer lo anterior. Los creadores audiovisuales sabrán traducirlo al formato adecuado. Los medios de difusión seguramente comprenderán la importancia de contribuir a un proyecto de esa naturaleza. Las condiciones no van a permitir que el calor humano desborde en las calles por mucho tiempo, la cultura puede hacer que ese calor llegue hasta nuestros hogares. Pero, sobre todo, los pobladores comunes y corrientes, si se sienten tocados por su cultura milenaria, sabrán convertirse en factores de desarrolle que catapulten, por fin, a nuestro país, a los niveles de desarrollo sostenible e inclusivo que el corresponden.
No se trata de grandes realizaciones cinematográficas. Hoy en día hay muchos medios alternativos que dan lugar a producciones marcadas por su componente humano. Pero además existe un capital humano riquísimo en el sector cultura, un capital humano que ve como su esfuerzo de años de hacer cultura desde la sociedad civil se desvanece y que, con una convocatoria de esta naturaleza podría tener un espacio para seguir creando, produciendo y recibiendo ingresos. Porque esto se podría promover a nivel de las pequeñas localidades, de los municipios distritales y provinciales, de las universidades y centros de formación, y de las diversas organizaciones culturales y actores de la cultura que en ellas conviven. Hoy, más que nunca, necesitamos de una sociedad que crea en sí misma.
¿Cómo podría financiarse una empresa de esta naturaleza? Primero, el Estado tendrá que jugar un rol básico y articulador. Pero, por ejemplo, las universidades con sus facultades de arquitectura, botánica, arqueología, historia, artes, etc., pueden ser las garantes de los contenidos. Que sean nuestros profesores conocedores los que orienten los contenidos, y los creativos los que los conviertan en formatos atractivos, auténticos, de calidad. Los artesanos y pequeños empresarios textiles pueden proveer los trajes que se requieran. Las ciudades y los pueblos serán redescubiertos como escenarios de la vida cultural. Cuando se convoque a su creatividad, seguramente los jóvenes encontrarán medios de superar las trabas que la iluminación o la acústica representen. Cada municipio puede ser proveedor de ambientes, insumos, y los recursos que se requiera. Y dónde no los haya, nuestros emprendedores los harán aparecer.
En Sarhua, Ayacucho, en la firma de un convenio de cooperación con la Alcaldía distrital.
El Sector Cultura tiene una capacidad económica mucho mayor que las cifras de su partida presupuestal, siempre escueta. Si sabe convocar al imaginario popular, multiplica sus posibilidades con el aporte de muchos. Bien planteado, al proyecto se sumarán empresas que requieren fortalecer su imagen (y responder a valores), organismos de la sociedad civil, fundaciones, colegios profesionales, gobiernos locales…
Una piedra angular de lo que se ofrezca tiene que ser el patrimonio cultural. Que no suene a algo lejano, a algo para turistas, a capricho de pocos. Hay que hablarle a cada quien, del valor de la plaza, del arco, del monumento, de la casa tradicional de su propio pueblo. De la raíz profunda de sus platos típicos. De la huaca del antiguo poblador y como, a partir de ahí, se explica lo que cada uno de nosotros come, la forma en que baila, las relaciones humanas. Porque son procesos que subyacen en el subconsciente social que atraviesa los siglos. Ese es el sentido del patrimonio.
Y a partir de ello, el patrimonio tiene un sentido práctico. Nos recuerda todos los valores antes comentados cada vez que pasamos al frente de la iglesia, bajo la sombra del balcón republicano, cerca a la antigua y misteriosa huaca. Los hace palpables, cercanos, nuestros. Y cuando los símbolos son apropiados por la sociedad, el sentido del bien común tiene como consecuencia el crecimiento económico estable y saludable que todos deseamos.
El patrimonio tiene que entenderse como factor de inversión y no como una carga, Para ello, al mismo tiempo que posicione los valores simbólicos del patrimonio en un programa que tenga como razón el Bicentenario, es necesario desarrollar una comprensión integral del territorio. Cuando lo vemos como un todo con valores, entendemos la importancia de preservar los bienes que mantienen viva la memoria de esos valores. Son signos que otorgan calidad al paisaje y a la vida. Para ello debe pensarse a futuro que ningún proyecto de infraestructura tiene porqué colisionar con el patrimonio. Existen formas adecuadas de solucionar cualquier encuentro entre una obra y un espacio cultural. El ejemplo que nos gusta dar es que, si el trazado de la carretera evita dañar el sitio arqueológico, lo puede incorporar como un valor agregado conectando más puntos del territorio. Por ejemplo, construyendo el mirador donde el viajero pueda detenerse y descubrir la historia del lugar. Con los beneficios económicos que ello implica para el poblador local.
En estos días de cuarentena, un fenómeno socialmente nefasto y triste nos demuestra el nivel de desarraigo que tenemos hacia el patrimonio: se han multiplicado las invasiones y los daños a lo largo del patrimonio cultural. Pese a que se ha dado una adecuada normativa para la respuesta ante estos casos, no se aplica. Nuevamente nuestro ente gestor de la cultura, desaparece bajo una capa de lenidad y burocracia incapaz de realizar los esfuerzos que las circunstancias demandan. Evidentemente la respuesta inmediata y contundente del Estado se hace necesaria en las condiciones actuales. Pero si logramos colocar, como decíamos, en el imaginario popular los valores del territorio inmediato, veremos cómo la sociedad es el verdadero protector efectivo del patrimonio. Como lo ha demostrado ya tantas veces.
Exponiendo en la Asamblea General de ICOMOS de Nueva Delhi (2018).
No nos olvidemos del turismo. El patrimonio aprehendido por el poblador local multiplica sus posibilidades de convocar al turista pues más allá de la información, se presenta ante sus ojos un proceso cultural de miles de años, apreciado y vivo hoy en día. Es lo que han logrado los gestores de numerosos proyectos arqueológicos en el norte peruano. Proyectos como los del Señor de Sipán y el museo en Lambayeque, Túcume y sus pirámides, Cao y El Brujo, las Huacas del Sol y de la Luna, Chankillo y otros más. Gracias a sus logros, el norte peruano se ha dibujado en el plano del turismo mundial. Tenemos además el Gran Qhapaq Ñan, con un potencial integrador gigantesco, y ya en parte demostrado por el programa ministerial, ese camino que es una red vertebradora del territorio patrio y de gran parte del subcontinente. Desde el patrimonio, tenemos recursos con un amplio margen para el crecimiento sostenible. Pero es necesario que desarrollemos programas que prevengan los riesgos que el turismo representa. Que convirtamos la visita al Perú en una experiencia cultural intensa y enriquecedora, no en el recorrido por un territorio exótico donde se pueden hacer fotos y divertirse. Somos mucho más que eso.
Tengamos claro, también, que el mundo poscoronavirus exigirá un turismo auténtico y sostenible.
De cara a lo que sigue del Siglo XXI, el sector cultura y el Ministerio que lo rige, debe jugar su rol esencial en la construcción de un país viable y estable, de encuentros y visiones compartidas, que ofrezca al mundo el rostro de su patrimonio recuperado como valor diferencial que nos dé presencia con luz propia en el escenario global. Ese es el gran reto que debería asumir el Ministerio de Cultura, su gran posible aporte para un siglo XXI sostenible, auténtico y humano. Y, en lo inmediato, para un Bicentenario que pueda entenderse como un positivo punto de inflexión en la historia patria.
Nota: El autor del artículo, durante su presidencia en ICOMOS Perú y como activo gestor cultural, ha desarrollado actividades interesantes, parte de las que se reflejan en estas fotos.
A alentar, pero desde casa. Desde que asumiera Dina Boluarte a la presidencia del Perú los lazos con el gobierno del dictador venezolano Nicolás Maduro se encuentran en una constante tira y afloje entre ambos países debido a discrepancias políticas.
Bajo ese contexto, la Cancillería peruana emitió recientemente un comunicado desaconsejando a los ciudadanos viajar a Venezuela para alentar a la ‘Bicolor’ en su partido válido para las Eliminatorias al Mundial 2026.
El encuentro, programado para el martes 25 de marzo en el estadio Monumental de Monagas, en la ciudad de Maturín, enfrenta a Perú contra la Vinotinto en un contexto de tensión política y limitaciones logísticas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores reiteró las recomendaciones emitidas el 28 de diciembre de 2024, destacando que la ausencia de funcionarios consulares peruanos en Venezuela, expulsados tras el quiebre diplomático, dificulta cualquier tipo de apoyo a los connacionales.
“Se desaconseja el viaje de peruanos a Venezuela debido a las limitaciones para prestar asistencia”, señala el comunicado oficial.
fuente: 24 horas.
El Perú no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela
Cabe recordar que desde el pasado 28 de julio del año pasado nuestro país no reconoce a Nicolás Maduro como presidente electo de Venezuela, debido a un presunto fraude electoral.
La postura peruana derivó en la ruptura de relaciones y la expulsión mutua de cuerpos diplomáticos y desde agosto de 2024, Brasil asumió la representación consular peruana en Venezuela, conforme a la Convención de Viena.
A la fecha y desde septiembre de 2024, tres peruanos permanecen detenidos en Venezuela, de los cuales no se recibe ninguna información de parte del régimen chavista.
A inicios de febrero, el canciller peruano Elmer Schialer dijo que, al no contar con representación diplomática en Caracas, se ha recurrido a las autoridades diplomáticas como intermediarias, sin resultados favorables hasta el momento. Los peruanos detenidos en Venezuela fueron identificados como Renzo Huamanchumo Castillo, Ricardo Meléndez Guerrero y Carlos Madrid Martínez.
Como manda la Ley. El Tribunal Constitucional (TC) ha emitido una sentencia que obliga al Banco Central de Reserva (BCR) a cumplir con las disposiciones legales sobre el uso correcto del escudo nacional y el lema “Firme y Feliz por la Unión” en la acuñación de monedas y billetes.
Según informó la oficina de imagen institucional del TC, esta decisión responde a la demanda interpuesta por el experto en protocolo de Estado, Carlos Tenicela Ninamango, quien denunció al BCR en el año 2022 a que respete las normas vigentes.
La resolución, emitida en el marco del expediente 01303-2023-PC/TC, declara fundada en parte la demanda de Tenicela Ninamango, quien argumentó que el BCR no ha cumplido con lo establecido en el artículo 7 del Decreto Ley 11323 de 1950 y la Resolución Legislativa de 1825. Estas normativas exigen el uso correcto del escudo nacional y el lema en las monedas y billetes emitidos por la entidad.
El TC ordenó que el cumplimiento de esta disposición se materialice en el próximo circulante de monedas y billetes que emita el BCR, con forme a la Ley 32251.
“Está constituido por un timbre una corona cívica de encina, cerrada, vista de plano, y el blasón está sostenido a cada lado por dos estandartes nacionales con la bandera nacional, uno pequeño adelante y uno grande atrás, y las banderas nacionales entrelazadas en la parte inferior”, decía la referida norma.
Tenicela Ninamango argumentó que el artículo 49 de la Constitución Política de 1993 establece los símbolos de la patria y sus características, y que el BCR ha venido utilizando un escudo nacional que no se ajusta a lo dispuesto en la Resolución Legislativa de 1825. Asimismo, señaló que tanto esta resolución como el Decreto Ley 11323 son normas vigentes, y que el BCR no ha demostrado que hayan sido derogadas.
▶️ La Sala Primera del Tribunal Constitucional ordenó al @bcrpoficial dar cumplimiento al mandato contenido en la Ley 32251 y hacer uso correcto del escudo nacional y el uso del lema nacional “Firme y Feliz por la Unión” en la acuñación de las monedas y billetes que emite. pic.twitter.com/3Ax9VyYd2p
— Tribunal Constitucional del Perú (@TC_Peru) March 19, 2025
Con esta sentencia, el BCR se encuentra obligado a ajustar sus prácticas en la emisión de monedas y billetes para alinearse con las normativas que regulan los símbolos patrios. Esto implica que el próximo circulante deberá reflejar fielmente el escudo nacional y el lema “Firme y Feliz por la Unión”, tal como lo establece la legislación vigente.
Cifras para morir.Resulta increible que todavía se debata un moción de censura para el titular del Ministerio del Interior (Mininter), Juan José Santiváñez, cuando las cifras les son totalmente contrarias y por ello ya debería de estar botado sin tanto rodeo.
La criminalidad se ha convertido en un problema que afecta a la población sin distinción alguna, cobrándose la vida de cientos de personas en lo que va del año. Las cifras del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) revelan un escenario inquietante: hasta el 18 de marzo de 2025, se han reportado 475 homicidios en todo el país. Este aumento de la violencia ha superado los registros de años anteriores y refleja un fenómeno que las autoridades no han logrado contener.
Las cifras del Sinadef muestran que los homicidios en el Perú han alcanzado niveles alarmantes. Solo en los dos primeros meses del año se registraron 368 asesinatos, una cifra significativamente mayor a la de periodos similares en años anteriores. Con los homicidios reportados hasta el 18 de marzo, el promedio actual indica que cada cuatro horas una persona es asesinada en el país.
El estado de emergencia decretado por la presidenta Dina Boluarte, ese mismo 18 de marzo, fue solo tinta en papel, pues en el transcurso de 24 horas 15 personas fueron asesinadas en distintas partes del país, incluyendo siete en la capital y el primer puerto, y otras ocho en provincias. La violencia continúa escalando, poniendo en jaque a las estrategias gubernamentales. Mientras tanto, las extorsiones y amenazas se han convertido en una realidad cotidiana para los peruanos, quienes sienten que la inseguridad sigue ganando terreno.
Cifras a nivel regional
Lima encabeza la lista de homicidios con 160 casos, seguida de La Libertad con 49, Callao con 42, Piura con 34 e Ica con 20. Estos datos reflejan que la violencia se ha extendido a diversas regiones, impactando en la vida de miles de ciudadanos. La mayor parte de las víctimas han sido atacadas con armas de fuego, lo que demuestra la facilidad con la que los delincuentes acceden a este tipo de armamento.
Cantarán por la paz. Aparte de la comida, al peruano le gusta mucho la cumbia y la reciente muerte de Paul Flores, conocido como el ‘Russo’, les ha tocado en el corazón; no solo su trágica partida, sino las razones de la misma la cual es la extorsión, el común denominador de miles de peruanos que viven el día a día con temor a que un delincuente les arroje una granada a sus viviendas o negocios.
La reacción de la población ya pasa como un hecho sociológico, pues su incomodidad es una respuesta casi inconsciente a que los extorsionadores choquen contra las agrupaciones de cumbia. Ese género musical asociado con alegría, celebración, reunión entre amigos y familiares, festejo; y arrebatarles eso se podría decir que es una línea que atravesaron los extorsionadores.
Es por ello que este viernes miles de peruanos, de todas las clases, ideologías y movimientos sindicales, saldrán a protestar contra la inseguridad. En esa movilización civil se sumarán además las agrupaciones musicales de cumbia, en evidente apoyo a la población que al igual que ellos se sienten indefensos.
De acuerdo a los anuncios que se vienen difundiendo en las redes sociales la marcha se congregará a partir de las 5 de la tarde en la plaza San Martín, en el Centro de Lima, no mencionándose cuál será su ruta o si posteriormente habrá un pronunciamiento de los organizadores.
En tanto, destacados grupos como Los Hermanos Yaipén, Corazón Serrano, y Armonía 10 se unirán a otros artistas y grupos musicales que ya confirmaron su asistencia.
Las mencionadas agrupaciones en un principio habían mencionado que no participarían de las protestas, pues consideraban que estaba “politizada”, sin embargo, ante la presión pública, las agrupaciones se retractaron y confirmaron su participación en la protesta, reafirmando su compromiso en la lucha contra la creciente violencia en el país.
fuente: exitosa.
Por otro lado, Agustín Távara, mánager de Armonía 10, manifestó que la orquesta ha decidido no volver a presentarse en Lima debido al alto riesgo que representa la creciente ola de criminalidad en la capital.
En declaraciones para Latina, el mánager confirmó la determinación de la banda y enfatizó que la seguridad de sus integrantes es la principal prioridad. “La orquesta no tocará más en Lima mientras persista esta ola de crímenes y extorsiones. No hay presentaciones programadas y no las habrá hasta que la situación mejore”, expresó, dejando en claro la gravedad del problema que enfrenta el grupo.
¡Alarmante! Aulas con grietas y sin expediente técnico: padres denuncian gestión irregular en colegio PNP Santa Rosa
Tuvimos acceso a documentación donde la directora admite que la construcción fue realizada por un ‘maestro albañil de la zona’ y justifica la falta de estudios técnicos por costos excesivos.
El colegio Santa Rosa de Lima 2001 administrada por la Policía Nacional del Perú podría terminar en escombros. La construcción, avanzada en su estructura, no tiene techo ni puertas y presenta rajaduras. Fue iniciada en la cuestionada gestión de la actual directora, ST1 PNP Flor Betzabé Cama Trebejo, sin contar con expediente técnico.
Lima Gris tuvo acceso a una carta de julio de 2024, donde la propia directora admitió que: “En lo que respecta al pedido de información relacionado al expediente técnico, la presencia de un ingeniero residente, el estudio de suelo, el diseño arquitectónico; son requerimientos que generarían costos excesivos que no forman parte del Plan anual 2024. No obstante a ello se cuenta con los planos de construcción y la experiencia de un maestro albañil que labora muchos años por la zona”.
La directora priorizó la reducción de costos en la construcción de las aulas, pese a no contar con los estudios técnicos exigidos por ley, dejando en manos de un “experimentado albañil” la edificación de aulas para albergar a 180 alumnos menores de edad.
La respuesta de la directora Flor Cama, demuestra el total desconocimiento de la normativa y una omisión al criterio de salvaguardar la vida de sus estudiantes. La normativa vigente para todo tipo de edificaciones establece que antes de la construcción debe existir un expediente técnico aprobado por la municipalidad del distrito correspondiente. Este expediente no existe, pues según la directora, generaría un costo excesivo.
El peligro de construir sin estudios técnicos
Además de ello, la Sub Oficial que ejerce el cargo de directora, incumple varios de los lineamientos que constan en la norma técnica “Criterios Generales de Infraestructura Educativa”, que establece el Ministerio de Educación para la edificación de escuelas. Aquí precisa que “los estudios más relevantes para el diseño de infraestructura educativa son el estudio topográfico y el Estudio de Mecánica de Suelos (EMS)”.
Según la directora Cama Trebejo de la Institución Educativa PNP Santa Rosa 2001, el estudio de suelos “no forma parte del Plan anual 2024”. Sin embargo, para el Ministerio de Educación, el estudio de suelos es imprescindible antes de edificar. Las rajaduras en las paredes generan preocupación sobre la seguridad estructural de la edificación, que actualmente, está pintada de blanco, sin techo ni puertas. Literalmente, la obra es un elefante blanco y además representa un peligro latente.
Las tres aulas en construcción presentan grietas preocupantes.
El Ministerio de Educación, se manifestó en este sentido el 06 de setiembre del 2024, mediante una carta afirmó que “el proceso regular para la construcción, ampliación o remodelación de una infraestructura es solicitar una licencia de construcción presentando un expediente técnico; una vez regularizada la licencia, se solicitan las visitas técnicas a la municipalidad”.
Fuente: Minedu.
Las obras iniciadas el 26 febrero de 2024 fueron paralizadas en julio pasado. Las tres aulas siguen deshabitadas desde entonces y los alumnos tienen que ocupar aulas de material pre fabricado instalas en el patio del colegio. Según un grupo de padres de familia, se ha gastado en la construcción de estas tres aulas alrededor 16 mil soles del presupuesto aportado por los padres.
El colegio Santa Rosa de Lima 2001 tiene una población estudiantil que bordea los 900 alumnos, los cuales aportan, cada uno en la actualidad 400 soles anuales. Por lo que se calcula que el aporte de los padres el año pasado fue de 360,000 soles.
Además, es importante señalar que en el año 2023, un informe que realizó la empresa Group Hesti Arcon S.A.C a las estructuras del colegio Santa Rosa de Lima 2001, en sus conclusiones y recomendaciones mencionó que el centro educativo se encuentra con deficiencias en la estructura y que se recomienda la demolición de la infraestructura existente.
¿Quién responde por estas irregularidades?
Estos hechos evidencian una grave deficiencia en la gestión de la suboficial PNP Flor Betzabé Cama Trebejo al frente de la I.E. Santa Rosa de Lima 2001. Los padres de familia reclaman la inspección urgente de la Municipalidad de San Martín de Porres, Defensa Civil, el Ministerio de Educación y la Policía Nacional del Perú, para que evaluen la seguridad de la obra y determinen las responsabilidades antes de exponer a los estudiantes a un riesgo mayor.
El colapso del techo del Real Plaza en Trujillo, que causó 8 muertes y dejó 82 personas heridas, es un ejemplo de las consecuencias fatales de la falta de supervisión técnica en construcciones. La comunidad educativa espera respuestas concretas. Mientras tanto, las aulas con grietas son un recordatorio alarmante de los riesgos de construir sin planificación ni supervisión profesional.
El silencio de la directora Flor Cama
Nos contactamos con la directora Flor Betzabé Cama Trebejo para recoger su versión pero hasta el cierre de este informe no hemos tenido respuesta. Mediante un mensaje de WhatsApp, el día de ayer le enviamos algunas preguntas que debe responder con urgencia. Aquí algunas de ellas:
¿Por qué construyó tres aulas el año pasado sin haber realizado primero un expediente técnico y un estudio de suelos?
¿Conoce usted la normativa vigente para la edificación de escuelas?
¿La Municipalidad de San Martín de Porres le aprobó algún estudio?
A pesar de que han pintado de blanco las paredes, son evidentes las grietas. ¿Serán habitables las tres aulas construidas en su gestión?
Sabemos que el ingeniero que firma los planos no está habilitado por el colegio de ingenieros ¿Por qué lo contrató?
¿Cuánto presupuesto demandó esta edificación?
¿Hasta cuándo van a estudiar los alumnos en aulas pre fabricadas instaladas en el patio?
Son solo algunas preguntas que necesitan respuestas.
La situación del colegio Santa Rosa de Lima 2001 es alarmante y evidencia una gestión negligente que pone en riesgo la seguridad de la comunidad educativa. La falta de un expediente técnico y de supervisión profesional en la construcción deja en evidencia una grave irresponsabilidad, agravada por la admisión de la directora de que la obra se lleva a cabo sin estudios esenciales. Si no se toman medidas urgentes, la estructura inacabada y debilitada podría convertirse en un peligro inminente, transformando lo que debería ser un espacio de educación en un símbolo del abandono y la incompetencia institucional.
Es importante que el ministro de Educación Morgan Quero y el ministro del Interior Juan José Santiváñez tomen cartas en el asunto para no lamentar una tragedia en el centro educativo de la familia policial.
En pleno siglo 21 y homofóbico. El Poder Judicial (PJ) declaró consentida la condena contra el ex integrante de la orquesta Zaperoko, Juan Carlos Paz Lobatón, por burlarse de un miembro de la comunicada LGBT en el año 2018.
Paz Lobatón, quien no presentó ningún recurso para revertir la decisión judicial, es condenado a dos años de pena privativa de la libertad suspendida, así como el pago de una reparación civil equivalente a dos mil soles y el cumplimiento de reglas de conducta, según Sergio Cruz abogado y asesor de litigio estratégico de Promsex.
El fin del proceso judicial ocurre luego de 6 años y cuatro meses. Como se recuerda, el 30 de noviembre de 2018, el ciudadano Antonio Gálvez denunció haber sido víctima de burlas homofóbicas por integrantes de la orquesta de salsa conocida como Zaperoko.
Antonio Gálvez, joven discriminado por ex integrante de Zaperoko. Foto: Promsex.
“Uno de los integrantes se encontraba parado parodiando sus movimientos de forma burlona y exagerada, y era apoyado con burlas y risas ruidosas por los demás integrantes y el dueño de la orquesta musical”, detalló Promsex sobre el caso. Las grabaciones de Gálvez sirvieron para identificar a sus agresores.
El representante de Promsex recordó que la denuncia de Gálvez fue vital para que las autoridades atendieran el caso, así como el apoyo que recibió de miles de internautas quienes condenaron lo ocurrido. Sobre el agresor Paz Lobatón, “lo último que supimos es que ya no formaba parte de la orquesta, pero había periodos en los que trabajaba con ellos, otros en que no. Ha estado trabajando de manera intermitente”.
El Gerente Regional de Transportes y Comunicaciones de Loreto, Dr. Pío Flores Tang, visitó la provincia fronteriza del Putumayo para coordinar acciones con las autoridades locales y promover proyectos de infraestructura vial. Uno de los principales temas abordados fue el mantenimiento de la carretera Flor de Agosto – Puerto Arica, una vía clave que podría reducir la distancia entre Iquitos y la localidad de El Estrecho.
Durante la reunión con el alcalde provincial, se acordó gestionar una visita conjunta a Provías y al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) con el objetivo de solicitar mayor atención para el mantenimiento de esta ruta estratégica.
Además, se resaltó la importancia de un trabajo articulado entre el Gobierno Regional y las autoridades locales para impulsar el desarrollo de la provincia. En ese sentido, Pio Flores Tang reafirmó el compromiso del gobernador René Chávez de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de esta zona fronteriza, considerada un bastión de patriotismo y peruanidad.
Actualmente, la región Loreto enfrenta grandes desafíos en su infraestructura vial debido a la falta de mantenimiento y las condiciones climáticas adversas. Muchas de sus carreteras y caminos rurales se encuentran en estado de deterioro, lo que dificulta el transporte de personas y productos. En varias localidades, la conexión terrestre es prácticamente inexistente, obligando a los pobladores a depender del transporte fluvial, lo que encarece costos y limita el acceso a servicios básicos.
Pese a estos problemas, el Gobierno Regional ha anunciado la priorización de proyectos de infraestructura vial en diversas zonas, con el objetivo de mejorar la conectividad y dinamizar la economía local. Sin embargo, el avance de estas iniciativas sigue dependiendo del apoyo del Gobierno Central y de una mejor asignación de recursos, algo que las autoridades locales buscan gestionar con urgencia.
Lo que viene fácil, fácil también se va. En cualquier momento del día, sea en un programa deportivo de señal abierto o de plataforma sale la mención de una conocida casa de apuestas. Es más, la propia liga doméstica profesional es auspiciada por una de ellas, y si ahondamos más en el asunto se pueden encontrar diversos negocios alejados del rubro de deportes que llevan consigo un logo de esas casas de apuestas.
El problema de todo eso es que se busca normalizar la apuesta, mencionándose escueta y casi silenciosamente que puede causar ludopatía, sin embargo, es tanto el dinero que reciben los programas y las empresas que terminan estirando la mano de aquellas casas dedicadas a las apuestas formales.
Un informe de Playtech titulado “Juego Responsable: datos y tendencias del consumidor en América Latina”, arrojó que el Perú tiene la tasa más alta de jugadores online frecuentes en la región. El 92 % de los encuestados apuesta, al menos, una vez al mes en estas plataformas.
En el país, el fútbol predomina en el mercado con casi el 90% de la participación. En general, el sector mueve alrededor de 2.5 mil millones de dólares.
A su vez, los juegos favoritos de los connacionales son las máquinas tragamonedas y la ruleta, con un 59 % de encuestados manifestando su preferencia. Luego, está el bingo (48 %) y el blackjack (28 %).
Una ruleta sin fin
Según el estudio, un 46 % de los entrevistados dijo que tuvieron intentos fallidos de dejar de participar en juegos de apuestas. En ese sentido, uno de cada tres (33 %) manifestó saber exactamente a dónde acudir en caso sientan un daño, mientras que un número ligeramente menor (31 %) sostuvo tener una idea al respecto.
En contraste, uno de cada cinco (22 %) no tiene ninguna idea de dónde buscar ayuda. Los jugadores mayores de 55 años son los menos informados, ya que solo el 10 % sabe a qué lugares acudir. Este es el porcentaje más bajo entre los grupos de edad.