En el INDECOPI existe un voluminoso expediente concerniente a la empresa Red Bicolor de Comunicaciones S.A.A., conocido comercialmente como RBC Televisión, al que desde el 2019 se le agregó el falaz nombre “Viva TV”, en medio de un conflicto entre Ricardo Martín Belmont Vallarino (Ricky) y su padre, Ricardo Pablo Belmont Cassinelli (RBC), fundador y legítimo propietario de la histórica televisora, conocida también como “el Canal 11 de La Victoria”.
Desde abril del 2016 se sucedieron en contra de RBC una serie de hechos ilícitos que llevaron el problema a escenarios fiscales, judiciales y administrativos, pero frente a una lluvia de resoluciones laborales y la obligación de pagar a los trabajadores por quien entonces tomó el canal, Ricky, sucedió que éste al poco tiempo no tuvo “mejor” designio que llevar la empresa ante el INDECOPI (año 2020), dizque bajo la urgencia de una “insolvencia” y necesaria “reestructuración patrimonial”.
En este largo camino hubo literalmente muertos y heridos, honrando siempre la memoria del decente y valiente trabajador Guido Valdivia, mano derecha de RBC, hasta que el 18 de octubre del 2022 el Registro Central de Valores y Liquidaciones (Cavali S.A.) reconoció como único y legítimo propietario a Ricardo Pablo Belmont Cassinelli, pese a que este tema ya estaba esclarecido totalmente el 4 de mayo del 2016, fecha que desde entonces el exalcalde de Lima y excongresista de la República debió ingresar a su canal por la puerta grande.
Sin embargo, así es la burocracia en el país donde la letra chiquita, los vericuetos administrativos y las simulaciones vulneraran a diario el derecho constitucional y sustantivo de miles de peruanos que tienen algún litigio. En otras palabras, justicia que tarda no es justicia, resultando que el líder del Partido Cívico Obras, Ricardo Belmont, fue impedido por más de ocho años de ingresar a su canal y de llevar las riendas de la empresa que antaño tuvo incluso las felicitaciones de la SUNAT por el puntual pago de sus impuestos, a diferencia de los demás canales que convivieron con Vladimiro Montesinos en la salita del SIN y que pese a ello mantenían deudas tributarias.
El caso es que ahora, a la luz de la Ley General del Sistema Concursal, se llegó a un punto tal de inminente disolución y liquidación del deudor, deudor que no es otro que la persona jurídica denominada Red Bicolor de Comunicaciones S.A.A., administrada por Ricky en su condición de presidente de una cuestionada junta de acreedores. Empero, como es sabido, a un deudor con problemas para pagar sus obligaciones se le aplica la citada ley.
Precisamente, para esa clase de problemas, si Ricky no cumple con los acuerdos y cronogramas presentados y corroborados ante el INDECOPI, se le aplicará el artículo 67.4 de la Ley General del Sistema Concursal, norma que señala, textualmente, lo siguiente: “El incumplimiento de los términos y condiciones establecidos en el Plan determinan la disolución y liquidación del deudor por parte de la Comisión (de Procedimientos Concursales), siempre que tal disolución haya sido solicitada por un acreedor a la autoridad concursal”.
Así es, amigo lector, basta que un solo acreedor solicite la disolución por incumplimiento del plan, y todo caería por la borda. Pero, ¿quién gana y quien pierde si en los próximos días un acreedor laboral, apelando al Artículo 67.4, formula y denuncia el incumplimiento del plan de reestructuración patrimonial?
Sobre todo, cabe la pregunta, ¿quién se favorece con todo esto y quién se perjudica? ¿Arderá Troya como consecuencia de la disolución y liquidación del emblemático canal que hizo brillante historia cuando estuvo en manos de su fundador, el broadcaster Ricardo Belmont Cassinelli, o sencillamente todo habrá quedado consumado?
De darse este caso en los siguientes días o semanas, el INDECOPI tiene escrito entre sus textos los siguientes pasos para esta clase de situaciones: En el supuesto que un acreedor solicite que la Comisión tome cartas en el asunto ante algún incumplimiento del plan, al que se comprometió la junta de acreedores, entonces se deberá nombrar a un liquidador y luego suscribir un convenio de liquidación, el cual establecerá la forma en que se desarrollará el proceso de liquidación.
Lamentablemente, una disolución implica la muerte de la empresa, con lo cual el INDECOPI atentaría contra su propia razón de ser y contra el Estado de derecho puesto que su área de Procedimientos Concursales tiene como misión y razón de ser el salvar a la empresa o, en todo caso, conducirla a una marcha segura para honrar sus acreencias, y esto estaría solucionado hace tiempo si es que la Comisión de Procedimientos Concursales o la propia Sala le hubieran entregado todo -y en buena ley- a su fundador Ricardo Belmont Cassinelli, quien no solo anunció hace tiempo que salvaría de la insolvencia a su canal sino que se comprometía a cumplir con todos y cada uno de los acreedores.
El mandamiento del Papa Francisco: Amar a todos sin excepción
Si Dios puso el corazón a la izquierda fue por algo. En un mundo en donde se cocina un orden geopolítico darwiniano donde el más fuerte domina al más débil, las enseñanzas de Francisco ofrecen una brújula ética. Porque el poder absoluto acaba en tiranía absoluta. Aquí una breve reseña del pensamiento Francisco.
Ante todo el suyo fue un pontificado de misericordia, de amar a todos sin excepción y sacudirnos de la tentación del fariseísmo, ese orgullo de rechazar al otro. La opción por los más pobres, los marginados sociales fue su política de amor. Su otro ejemplo es el de abrazar la cruz del pontificado y trabajar hasta las últimas horas, como fue darnos la bendición urbi et orbi el domingo de resurrección, ayer mismo, o su reunión rápida con el vicepresidente de EEUU horas antes de morir para influir en su corazón la política agresiva del gobierno americano respecto a inmigrantes o el caso del pueblo palestino (inmigrante fue Jesús al nacer y huir con la Virgen y San José como refugiados amenazados de muerte, y recordar que Jesús era de Belén , de Palestina).
Controversial por declaraciones que parecían demasiado modernas, Pero que retomaban los principios mismos del ejemplo de Cristo. Su acercamiento con respeto a los homosexuales, a quienes reconoció dignidad sin juzgarlos produjo en muchos católicos un espanto necesario, el de sacudirnos de un presumible fariseísmo. Lo que proponía con sus palabras no era meramente declarativo, era el ejemplo a imitar de la misericordia a quienes más lo necesitan. Jesús mismo convivía con prostitutas y publicanos, el mismo Señor nació entre judíos, y sin embargo abría su corazón, se acercaba a ellos no para compartir o legitimar sus vicios o pecados, sino para desde el amor moverlos a la conversión. Porque desde el orgullo del fariseo no se logra nada, y eso lo entendió Francisco un latinoamericano que conocía los problemas de las villas, que viaje en subte cuando era Arzobispo , que se opuso tajantemente a la ley del aborto en su país y que buscó que nosotros, el pueblo de Dios, no nos dejaremos vencer por la tentación de creernos moralmente superiores. Ver la paja en el ojo ajeno mientras no somos capaces de ver la columna dórica del palacio de justicia que tenemos clavado en nuestra propia retina, esa es la mayor enseñanza de Francisco. El santo padre fue claro en nuestra lucha sin cuartel cuando condenó la ideología de género en tanto esperpento de ideologías imperialistas que colonizan nuestras vidas, Pero jamás condenó a las personas que vivían fuera de los mandamientos. El Papa actuó como una madre en ese sentido. Por más bribón que sea el hijo, por más problemática que sea la hija, por más inútil que sea, la madre no deja de amar a su hijo, jamás abandona a su hija, la acompaña, reza por él o ella, y en su amor se mueve el misterio de la conversión. Porque el pecado se reafirma en el resentimiento, en el orgullo , y el Papa nos dejó claro como vencerlo. Empieza por tratarnos nuestro orgullo y hablar y amar al otro. No es reconocer el mal, es amar al malvado porque como dijo la poeta el Aúlide: el amor lo vence todo.
Aquí algunas frases a recordar de sus doce años de pontificado. Frases propias de un latinoamericano que decía las cosas con fuerza:
«Si habla mal de mi mamá puede esperarse un puñetazo (…) No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás. No se puede uno burlar de la fe».
«¿Es justo contratar un sicario para resolver un problema? No se puede. No es justo eliminar una vida humana, por pequeña que sea, para resolver un problema. Es como contratar a un sicario para resolver un problema», recalcó durante una homilía dedicada al mandamiento «No matarás», en la que aludió al aborto.
«En el siglo pasado, todo el mundo se escandalizó por lo que hacían los nazis para preservar la pureza de la raza. Hoy, hacemos lo mismo con guante blanco», declaró el papa al hablar del aborto en caso de malformación del feto.
«Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?».
«Las mujeres teólogas en la Iglesia son como las fresas en la torta, se necesitan más (…), ofrecen nuevos aportes a la reflexión teológica».
«Yo también, cuando rezo, a veces me quedo dormido».
Es casi un signo de los tiempos en que el último y breve encuentro del Papa con una autoridad global fuese horas antes con el vicepresidente JD Vance. Ese esfuerzo horas antes de morir dice mucho de él. El de un pontífice que pontifica, que significa aquel que establece puentes. Porque en esta hora en que los más poderosos parecen invulnerables frente al dictado de la ética, las últimas palabras de Francisco fueron precisamente ese llamado al poder a poner límites a su ambición. Sus últimas palabras públicas fueron por los inmigrantes, por los palestinos y los marginados. Eso no es comunismo, eso es Catolicismo duro y puro.
En el actual escenario mundial se presenta el más duro darwinismo, y ahora más que nunca el mensaje de Jesús tal y como hizo suyo el magisterio de Francisco, nos ofrece ese límite al poder absoluto que es la ética de la misericordia, solo así el nuevo orden mundial que emerge tendrá sentido y espacio suficiente para que pueda caber el hombre.
El Papa Francisco dejó una frase que hoy ya no resulta para nada controversial: “hagan lío”. Hagan lío, sí. Porque como en el mundo, en esta ciudad pareciera que el calor derrite las conciencias y el silencio desde hace mucho ya es innegable complicidad. Porque lo que ocurre en Piura ya no es negligencia: es traición. Y no de esas tibias, sino de las que deberían costar el puesto, el pellejo, el nombre.
En esta ciudad de historia y polvo, la Municipalidad y el Gobierno Regional han elegido ser sepultureros del espíritu. Y lo hacen con un entusiasmo digno del depredador. ¿Qué han inaugurado? ¿Qué legado dejan? ¿Qué aman? Nada. Nada que no se venda, nada que no se pueda enrejar, demoler o asfaltar con pintura donada por contratistas.
El alcalde —sí, ese cuya cara aparece en gigantografías con una sonrisa acomodada por el photoshop— celebra su gran hito: un parque enrejado. Como si la infancia fuera un peligro público. Como si el árbol diera miedo. Como si el aire necesitara permiso. Mientras tanto, el Gobernador Regional sigue haciendo lo que mejor sabe hacer: no estar. No estar cuando se inunda, no estar cuando se quema, no estar cuando se marchita la ciudad. Un cargo con nombre, pero sin alma.
Y como broche de oro: quieren destruir la Plaza Tres Culturas para instalar un tanque de agua. Oh, Eureka, visionarios de la nada. Genios del desastre urbano. Es como si su misión fuera borrar sistemáticamente cualquier trazo de belleza, memoria o verde piurano. Hay que tener una imaginación muy pobre y un desprecio muy profundo por Piura para mirar un espacio simbólico y decir: pongamos un tanque, pues. Ni en las dictaduras tropicales se animaron a tanto.
Piura, la que fue primera ciudad fundada por los de castilla, la tierra de Merino, de Salaverry y de Grau. ¿Qué pensarían ellos al ver que sus herederos políticos no distinguen un ficus de un tubo PVC? ¿Que su mayor preocupación es cuántos likes saca su publicación de campaña?
Habría que preguntárselo, de frente, sin media voz: Señor Alcalde, señor Gobernador: ¿qué saben de Piura? ¿Saben dónde murió Salaverry? ¿cómo interpretan Taita Yoveraqué? ¿Qué sintieron al mirar el sortilegio pictórico de Escudero”? ¿Han escuchado Tondero alguna vez sin estar en campaña? ¿Han sentido las lagunas de Huancabamba más allá del selfie turístico? ¿Han cargado al Cautivo alguna con fe y bajo el cálculo político? ¿Conocen siquiera la cosmogonía Tallán? ¿Entienden qué significo para el Perú el martirio petrolero de Alejandro Taboada? ¿Sienten algo al pasar por el río Turicaramí?
Porque si no lo entienden, no deberían estar ahí. ¡Porque si no les duele Piura, entonces no la gobiernen por dios! Porque si no la aman, váyanse. Pero como siempre se quedan, sepan de una buena vez que estamos rebien hartos.
Hartisísimos de que todo se piense en función de qué necesita un mall. De que los únicos que celebran logros sean los centros comerciales. De que los niños no conozcan un teatro y crean que el arte es un show de TikTok. De que nadie se pregunte qué significa vivir sin estadio, sin coliseos, sin parques, sin árboles, sin río, sin alma. Hartos de esta especie de “urbanismo a la parrilla” donde todo se chamusca y se enreja.
¿Y el río? El río Piura —viejo Dios que todo lo ve— es para ustedes un estorbo, “el problema”. Lo contaminan, lo encajonan, lo desprecian. No hay un solo plan serio, una sola idea digna. No comprenden que sin nuestro lengash fundacional, regulador vital y espiritual de la piuranidad, no hay ciudad, no hay historia, no hay futuro.
Nosotros ya no protestamos: aquí resistimos. Aquí hacemos lío con la dignidad de quien sabe que una ciudad no se alquila, no se vende, no se mutila.
Esta Piura de imitaciones no es la nuestra. No aceptamos este simulacro de civilización en que han convertido lo que fue cuna de Correa Suarez, Borrero Vargas y García Baca.
Sépanlo, Piura es el lugar donde bien merece entregar la vida por el derecho a una sombra, a un libro, a un árbol, a una canción. Es tiempo de pedirles cuentas, de preguntarles con nombre y apellido:
¿Usted qué hizo por PIURA? ¿Qué salvó? ¿Qué supo amar?
En el 2022, Cancillería, identificó 10 áreas críticas en dominio amazónico, no considerando la zona costera andina del norte ni el sud andino peruana.
A la fecha, solo hay trabajo burocrático desde Cancillería, sin que exista presupuesto para implementar medidas ejecutivas desde el gobierno central y los sub gobiernos nacionales, en manifiesta ausencia de planificación con sostenibilidad, para con los compatriotas, que moran en aquellas zonas críticas y alcancen su calidad de vida con dignidad y satisfechos con los servicios indispensables en educación y salud, con prosperidad de las generaciones futuras.
En el norte peruano, costero y andino, sumido en problemas como el cambio climático, deforestación, minería ilegal y narcotráfico; hemos identificado cuatro corredores indispensables para el desarrollo integral de la región Piura, tanto en latitud como longitud y más allá de demonizar actividades productivas como la minería y la misma agricultura con siembra de productos como: caña de azúcar, arroz, algodón y palta; causantes del estrés hídrico inminente, amén de la corrupción imperante en los entes administradores del recurso agua; se requiere previamente, trabajo político del gobernador regional y de los congresistas piuranos, para incorporar las áreas de frontera de la Región Piura en el alcance del Decreto Supremo antes mencionado y ni que decir que este tema de cooperación de cruce de fronteras con Ecuador esté colocado en la agenda de los gabinetes binacionales Perú – Ecuador; permitiendo la integración territorial, creación de infraestructuras y la planeación de proyectos comunes.
Estos corredores de Cooperación en el borde de la frontera peruano-ecuatoriana, garantizan que todas las actividades productivas, en su conjunto, sean adecuadamente manejadas, con transparencia política y participación pública, de cara, al bienestar socio-económico-ambiental. En sentido contrario solo será malestar con degradación social, económica y ambiental.
Una vez en una película un narco dijo que él solo vende droga no la consume. De esa forma quería expresar la diferencia entre el fin y el medio, porque mantener esa premisa le permitía hacer las cosas bien, ya que no perjudicaba su trabajo. Esto se puede aplicar a la vida diaria.
Últimamente hay varios políticos que usan las redes sociales, y eso es bueno. En tanto la tecnología se use para expresar tu agenda todo está muy bien. El tema está cuando sin saberlo te conviertes en un instrumento de las redes sociales, en donde ya no generas tu agenda, sino que solo te limitas a seguir la agenda de la mayoría de las redes sociales, a pesar que sabes que esto va en contra de la mayoría de la población. Pensar que los deseos de los adolescentes son derechos humanos, o que las políticas públicas se deben hacer en función de su inestabilidad emocional, es un ejemplo de ello.
Las redes sociales influyeron en los empresarios a tal punto que por ejemplo apoyaron el golpe contra Manuel Merino, y también promovieron a Sagasti y Vizcarra, sin embargo, los resultados de las elecciones les dijeron que estaban en la luna: Los candidatos (caviares) de las redes sociales perdieron. El ganador no tenía ni twitter.
Keiko Fujimori, López Aliaga, Vladimir Cerrón y Guido Bellido, están haciendo buen uso de las redes sociales, en el marco de las próximas elecciones. Sin embargo, deben recordar que en tanto generen su agenda propia todo estará muy bien, pero si solo son instrumentos de la moda, todo irá mal. ¿Cuál es el límite? No hay algo claro, sino solo mirar sus raíces, la ideología que defienden, y la agenda que promueven. Por ejemplo, si defienden o atacan el modelo económico, la situación económica de los más pobres o la lucha contra la corrupción, el medio ambiente de unos pocos o el derecho al desarrollo de la mayoría, la ideología de género, los derechos del consumidor, etc.
El presocrático Heráclito sentenciaba: —Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos—. Aquel aforismo nos enseña que, en la vida todo fluye y cambia constantemente. Es decir, nunca podremos repetir, ni presenciar una misma situación en otro momento, mes o año.
Las oportunidades siempre tocarán nuestra puerta, pero solo estarán disponibles una vez, y nunca más las veremos pasar por nuestro orbe. Vendrán otras; pero nunca serán las mismas.
¿El destino determina nuestra vida? Probablemente, si optamos por dejarlo al ‘azar’ de manera inconsciente, aquel camino de vida esté predestinado. Sin embargo, en el plano religioso, Dios es quien determina el destino de nuestras vidas. Asimismo, grandes pensadores y filósofos le han atribuido diversas dimensiones traducidas en una amalgama de circunstancias y visiones.
¿Acaso escogemos nuestro nombre, elegimos a nuestros padres y hermanos? Y en última instancia ¿pudimos elegir nuestro sexo y fisonomía? Quizá ello sea parte del destino como predeterminación de lo que nunca podremos controlar. Pero, por otro lado, podemos elegir a nuestros amigos y en qué lugar vivir, así como qué profesión y oficio ejercer y finalmente adónde viajar.
Es decir, todos somos dueños de nuestras ideas y pensamientos y por lo tanto, tenemos la capacidad de tomar decisiones, aunque estas sean grandes o pequeñas… muy relevantes o quizá menos importantes, lo cierto es que jugarán un papel muy influyente en nuestras vidas.
Así las cosas, todos podemos forjar nuestro destino con las decisiones que tomemos y en parte, el futuro podría estar determinado. Sin embargo, es inevitable confrontar al ‘azar’, porque siempre aguardará en algún pasaje de nuestras vidas, y estará allí como el boleto de lotería que alguna vez quisimos comprar para cambiar nuestro futuro. Simplemente es un fenómeno ‘aleatorio’ que rompe con todo determinismo.
Generalmente, todos los mortales asentimos y nos rendimos ante la ‘casualidad’ y creemos fielmente en ella. Nos encomendamos a la suerte y esperamos grandes réditos de ella. Sin embargo, muy poco hablamos y evocamos a la ‘causalidad’ como parte de nuestra vida. Toda causa encuentra un efecto y cada acto que emprendamos tendrá una consecuencia.
La vida tiene sentido y es maravillosa en la medida que cobres conciencia y la hagas mejor con cada acción que le prodigues. Ergo, ¡El destino es uno mismo!
No cabe duda que este par de señoras, Dina-Nadine, ostentan el repudio de todas las mujeres del Perú, que rechazan verse reflejadas en ellas y que no pierden la esperanza de ver que la justicia existe. Asimismo, no habrá un Congreso que dure ‘de por vida’ para seguir protegiendo a la aún inquilina de Palacio. Así las cosas, el destino de ambas, tarde o temprano, sin duda será el encierro en un establecimiento penitenciario.
Si algo tienen en común Nadine Heredia Alarcón y Dina Boluarte Zegarra, es ese afán de angurria desmedida, con harta capacidad de trepamiento, con el único propósito de conseguir el poder, para así poder saciar sus dizques exquisiteces; llámese, viajes por el mundo, vestidos de diseñador, cirugías estéticas y joyas costosas.
Sin embargo, la más estrecha simbiosis que une en cuerpo y alma a estas dos mujeres, es la capacidad de mentir y el embuste que tienen arraigados en sus entrañas. Es decir, ambas se han convertido en dos bacterias que se han beneficiado de ello, como una especie de mutualismo.
Las dos mintieron groseramente con el afán de satisfacer sus oscuros fines. Boluarte Zegarra, lo hizo en diciembre del 2022 desde que asumió la Presidencia de la República, cuando prometió que renunciaría al cargo para luego convocar a nuevas elecciones generales; sin embargo, nunca lo hizo y de pronto pateó el tablero y con la complicidad parlamentaria se quedó el Palacio de Gobierno.
Posteriormente, aseguró que los relojes Rolex que lucía en eventos oficiales, eran de antaño. “Lo que tengo es fruto de mi esfuerzo y de mi trabajo. Es un artículo de antaño (…). He entrado al Palacio de Gobierno con las manos limpias y saldré con las manos limpias, como lo he prometido», refirió, hasta que se descubrió que las joyas que tanto ostentaba le habían sido entregadas por el investigado gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima.
Y así continúo mintiendo al país entero, al mencionar que su hermano Nicanor no tenía nada que ver con el aparato estatal; sin embargo, a través de informes periodísticos se reveló que habría introducido a sus amigos cercanos a puestos claves en el Estado, a través del IPD y otras entidades. Asimismo, la mandataria mintió sobre su operación estética y la negó desde el principio. Y tras meses de investigaciones fiscales no le quedó más remedio que reconocer que había sido intervenida quirúrgicamente; aunque, continúa insistiendo que fue por un tema de salud.
Dina Boluarte se autodestruyó desde que empezó su mandato presidencial.
Por su parte, Nadine Heredia Alarcón siempre le mintió al país, desde que estuvo en campaña electoral apoyando a su marido. Y en 2011, al momento de ascender a ser Primera Dama de la Nación, continuó mintiendo, al decir que, desde el Gobierno de su esposo, el condenado Ollanta Humala, no habría espacio para la corrupción.
Entre tanto, su más abominable embuste lo lanzó el pasado martes 15 de abril, precisamente, el día que fue condenada a 15 años de prisión por lavado de activos. Y justificó su ausencia en la audiencia de adelanto de lectura de sentencia, utilizando como coartada su estado de salud. Y en lugar de encontrarse en una clínica local, Heredia Alarcón estaba orquestando su fuga del país y se refugió en la embajada de Brasil para pedir un asilo que de manera exprés le fue otorgado por el gobierno de su amigo Lula da Silva, con la venia del Gobierno de Dina Boluarte, quien, con las gestiones del todavía presidente del Consejo de Ministros Gustavo Adrianzén, le emitieron el salvoconducto en tiempo récord.
No olvidar que este sujeto, anteriormente fue esbirro de la prófuga exprimera dama y cumplió con la ‘consigna’ de “protegerla” y tras deshacerse de la procuradora Julia Príncipe para que no continúe investigando a Nadine Heredia, él también salió por la puerta falsa. Como se recuerda, el 20 de octubre de 2015 este oscuro personaje renunció al cargo de ministro de Justicia y huyó para nunca más volver. No obstante, volvió para ser arropado en el mandato de Dina Boluarte Zegarra.
Un vasallo de Nadine que se convirtió en Premier.
La justicia tarda, pero llega
No cabe duda que este par de señoras, Dina-Nadine ostentan el repudio de todas las mujeres del Perú, que rechazan verse reflejadas en ellas y que no pierden la esperanza de ver que la justicia existe. Y pese a que la mandataria, quizá habría allanado el camino para ir corriendo a la embajada de Brasil en un futuro próximo también para solicitar asilo político y huir al país carioca como la típica fugitiva que se resiste a pagar sus cuentas con la justicia peruana; tampoco es menos cierto que, tras el término del periodo presidencial de Lula en 2027, quizá Nadine ya pueda ser extraditada a nuestro país, para que cumpla su condena de 15 años por el delito de lavado de activos y para que continúe siendo procesada por el delito de ‘colusión agravada’ por el caso Gasoducto Sur Peruano.
Poder Judicial rechazó casación interpuesta por Nadine Heredia y seguirá siendo procesada por colusión agravada, por el caso Gasoducto Sur Peruano.
Asimismo, no habrá un Congreso ‘vitalicio’ que dure ‘de por vida’ para seguir protegiendo a Dina Boluarte Zegarra y tampoco habrá ‘tiempo que lo resista’. Es decir, en menos de lo previsto, la aún inquilina de Palacio de Gobierno, perderá la inmunidad presidencial y tendrá que permanecer en el país—si es que antes no se fuga—para afrontar sus acusaciones fiscales por presuntos delitos de corrupción, encubrimiento, violaciones de derechos humanos y hasta abandono del cargo. Así las cosas, “todos los caminos conducen a Roma” y el destino de ambas señoras, sin duda será el encierro en un establecimiento penitenciario.
El gobierno de Lula da Silva, otrora sindicalista y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, acaba de dar un golpe mortal a su propia credibilidad al conceder asilo político a Nadine Heredia, esposa del traidor y corrupto Ollanta Humala y figura central en los escándalos de corrupción que mancharon su gobierno.
Con esta decisión, Brasil no solo abre sus puertas a una de las caras más conocidas del entramado corrupto del humalismo, sino que envía un mensaje claro a los delincuentes de la región: aquí encontrarán refugio.
Lula, quien en el pasado se presentó como un defensor de los pobres y un luchador contra la impunidad, hoy se desdibuja como otro cómplice más de la podredumbre política que azota a América Latina. ¿Dónde quedaron esos discursos sobre justicia social y transparencia? ¿En qué momento el líder obrero se convirtió en el protector de los corruptos? La respuesta es simple: el poder corrompe, y Lula no es la excepción.
Nadine Heredia, sentenciada a 15 años de cárcel en nuestra patria por lavado de activos y vinculada a la red de Odebrecht, ahora podrá vivir tranquilamente en Brasil, protegida por un gobierno que alguna vez criticó a las élites depredadoras. La ironía es cruel. Mientras el pueblo peruano exige justicia, Lula le ofrece impunidad. Mientras las víctimas de la corrupción claman por reparación, Brasil se convierte en el santuario de quienes saquearon las arcas del Estado.
Pero esto no es solo una traición a su pasado, es una señal peligrosa. Si Brasil está dispuesto a blindar a figuras como Heredia, ¿quién más encontrará cobijo bajo el manto del «asilo político»? ¿Qué otros prófugos de la justicia llegarán próxima mente? Tal vez Vizcarra? kuczynski o Dina Boluarte? El mensaje es claro: la justicia en América Latina sigue siendo selectiva, y los poderosos siempre tendrán una puerta giratoria que les permita evadirla.
Lula ha tirado al tacho de basura su propia historia. Ya no es el sindicalista que enfrentó a las dictaduras, ni el presidente que impulsó políticas sociales. Hoy es el hombre que protege a los corruptos, el que normaliza la impunidad. Y Brasil, bajo su mandato, se perfila como el nuevo paraíso de los delincuentes.
Atención, delincuentes peruanos! Brasil los espera con los brazos abiertos.
Cuando se habla de Vittorio De Sica, la conversación suele detenerse –casi automáticamente– en El ladrón de bicicletas (1948), pero el verdadero corazón, la obra cumbre, el punto de inflexión emocional y estético del cineasta, personalmente pienso que es El techo (1956). Es allí donde se conjugan el humanismo, la sencillez narrativa, y una ternura que golpea más que cualquier drama.
Esta película, escrita junto a Cesare Zavattini –compañero de batallas neorrealistas–, sigue a una joven pareja que, al casarse, no tiene más remedio que construir su propio hogar en una Roma hostil, en un barrio donde la ley es clara: si el techo está terminado antes del amanecer, no pueden echarlos. Esta historia retrata la dignidad humana cuando se encuentra en su forma más vulnerable.
La pasión de De Sica por esta película fue tal que durante la filmación insistió en que todo fuera auténtico: desde los ladrillos hasta el polvo de las calles. El director quería que el sudor fuera real, que el cansancio no fuera actuación. Y se nota. Cada plano huele a cemento fresco y desesperación.
El techo en comparación con El ladrón de bicicletas ofrece una mirada más matizada, más madura, sin renunciar al dolor. Es un retrato de la esperanza que no se grita, se susurra. Y en ese susurro, hay más verdad que en muchos discursos sociales.
Vittorio De Sica fue actor antes que director, y quizás por eso comprendía tan bien la expresión humana. Nació en 1901 en Sora, y aunque gozó de la fama gracias a filmes como Milagro en Milán o Umberto D., jamás se olvidó de los que vivían en los márgenes. Él mismo decía: “He sido un privilegiado, pero siempre filmé como si no lo fuera”.
De Sica murió en 1974, pero su legado se niega a marcharse. En tiempos donde las historias parecen hechas en serie, El techo nos recuerda que el cine puede ser pequeño en presupuesto y gigante en emoción.
Quizás lo que más nos falta en Latinoamérica –y en Perú, particularmente– no son recursos, sino cineastas dispuestos a mirar de verdad. A vivir con sus personajes. A ensuciarse los zapatos. A construir techos a punta de sudor y lágrimas. Espero que algún día en el Perú tengamos un mejor cine.