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Reflexiones sobre la sociología de la cultura y de la música en la obra de Max Weber

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El objetivo de este artículo es reflexionar sobre la obra de Max Weber, a quien se puede considerar como el gran sintetizador y clasificador de la temática sociológica, y cuya sociología de la cultura ha quedado desdibujada ante la enorme pluralidad de áreas de estudio que el sociólogo alemán inició.

Como se sabe, Weber revisa el sistema de las relaciones significativas entendiendo el mundo social no como una relación de objetos sino como una relación de interpretaciones. Y en tal relación la ciencia de la cultura y la historia cultural ocuparán un lugar preferente.

La metodología a utilizar es la exposición y análisis de las leyes causales que actúan en los fenómenos culturales, con el que Weber articula su sociología de la cultura y específicamente de la música.

Uno de los planteamientos de esta ponencia es que para comprender la obra de Weber hay que referirse necesariamente a su análisis de los procesos culturales entendidos como sistemas de valores, replanteando el tema de la significación como interpretación.

En el mundo contemporáneo, la música está presente y disponible a través de la Internet y de dispositivos de descarga y reproducción, que permiten al oyente viajar por el tiempo y por todos estilos, intérpretes y periodos musicales. De allí que la noción de “centro” se ha ido perdiendo. La música funciona como un camino hacia la divinidad, por cuanto “Dios no es por los hombres sino los hombres son para Dios”, y todo cuanto sucede no tiene sentido sino en-para Dios.


Por Raúl Allain

La Sociología de la Cultura de Weber ha quedado desdibujada ante la enorme pluralidad de áreas de estudio que el sociólogo alemán inició. Desde los estudios de metodología que tratan de conciliar la polémica entre las Ciencias ideográficas y las Ciencias nomológicas, hasta el análisis del surgimiento del capitalismo en la relación entre economía/religión, se puede considerar a Weber como el gran sintetizador y clasificador de la temática sociológica.

Sin embargo, ante esa avalancha de temas, aspectos que renuevan la perspectiva global de un fenómeno quedan minusvalorados ante los análisis sobre la racionalidad, la legitimidad y la dominación social o la aparición de un Estado caracterizado por la administración burocrática. Weber, pues, será el gran erudito por excelencia de la Sociología. Erudición que se extiende desde la Sociología del Estado a la Sociología de la Cultura. Precisamente la Sociología de la Cultura tiene que ser entendida como el laboratorio en el que no sólo la metodología de los “tipos ideales” se va a comprobar, sino también, como la garantía de la efectividad que la comprensión significativa tiene.

En efecto, el tipo y la naturaleza de la explicación sociológica weberiana establece que son los significados la clase de datos que el científico social utiliza. Frente al tratamiento de Durkheim de los hechos sociales para quien los fenómenos de la sociedad han de ser considerados como cosas, Weber revisa el sistema de las relaciones significativas entendiendo el mundo social no como una relación de objetos sino como una relación de interpretaciones. Y en tal relación la Ciencia de la Cultura y la Historia cultural ocuparán un lugar preferente. Pero antes de pasar a la exposición y análisis de las leyes causales que actúan en los fenómenos culturales, será conveniente hacer una breve aproximación al carácter metodológico con el que Weber articulará con posterioridad su Sociología de la Cultura y en concreto, de la Música.

Esta aproximación metodológica nos aclarará el sentido del interés weberiano en el estudio de la evolución musical europea. Se puede decir, en consecuencia, que la unidad de análisis sobre la que la sociológica weberiana articulará su investigación sobre la cultura y la música en el desarrollo del capitalismo, se verá condicionada por el uso de una metodología que trata radicalmente de separarse del positivismo y el marxismo. De este modo independizará en gran medida la estética y la ética de sus imperativos cotidianos. En esta perspectiva los estilos de vida pasarán a definir los problemas históricos.

La sociología de la música como la sociología de la cultura

Para Weber, la Sociología de la Música debe considerarse dentro de una Sociología global; es decir, la Sociología de la Música refleja el contexto histórico en el que se elabora pero este reflejo en donde se encuentra es en el estilo. El estilo es la solución dada por cada tiempo y por cada fase de evolución histórica. La demostración de tal planteamiento es el núcleo de su estudio sobre “Los fundamentos racionales y sociológicos de la música”. Estudio publicado en 1921 por Th. Kroyer tras el fallecimiento de Weber y por tanto inacabado. En “Los fundamentos racionales y sociológicos de la música” se exponen comparativamente los fundamentos musicales que tanto las civilizaciones bizantina, islámica como hindú o china han difundido.

Tales fundamentos se confrontan entre sí con la intención de mostrar que su desarrollo quedó detenido al carecer de un proceso de racionalización como el que se articula en la sociedad europea occidental. Para demostrar tal suposición, Weber se orienta hacia un análisis muy pormenorizado de la perfección paulatina que la octava, al dividirse en dos intervalos de intensidad desigual, aporta. La octava se separa en el intervalo de la quinta y en el intervalo de la cuarta, de esta manera el problema de la tonalidad se introduce en la música mediante una conjunción entre consonancia y disonancia. Esa conjunción es a la que Weber asigna el significado de racionalización de la armonía musical.

Racionalización porque es capaz de recoger las “irracionalidades” tonales y aportar una tensión musical que está en el centro del discurso musical europeo. A partir de aquí, la erudición weberiana se aplicará en ilustrar ejemplos representativos tomados de las tradiciones musicales de China, Japón, Java, Camboya, Persia, Grecia o África. Como ratifica Weber en Economía y Sociedad: “Lo mismo que fue la organización corporativa la que hizo posible la influencia musical de los bardos y, en particular, el progreso de sus instrumentos sobre la base de formas típicas tales como resultaban imprescindibles para el avance de la música, así se relacionan también más adelante, a fines de la Edad Media, los progresos técnicos de la época en materia de construcción de instrumentos de cuerda, con la organización gremial, iniciada en el siglo XVIII, de los instrumentistas, tratados todavía en el Espejo de los Sajones como carentes de derechos. Ella fue la que primero proporcionó un mercado fijo para la construcción de instrumentos y acuñó tipos de los mismos.

La admisión progresiva de instrumentistas, al lado de los cantantes, en las orquestas de la jerarquía, de los príncipes y los municipios, o sea en puestos fijos socialmente seguros –que, sin embargo, no se convirtió en regla hasta en el siglo XVI– proporcionó a la producción de instrumentos bases económicas más amplias aún”. El elemento técnico está absolutamente indiferenciado del progreso creativo. Del órgano que requiere enormes dimensiones de espacio como son las catedrales e iglesias, se pasa al clavecín que en la mansión burguesa se inserta como un “mueble” más de la casa. Los “instrumentos individuales” permitirán la aparición del virtuosismo. Pero, también, de nuevos tipos de músicas populares que poco a poco van secularizando la vida social. Las exigencias técnicas crean técnicas racionales de creación sonora en una dialéctica mutua inseparable. Dialéctica que conexionará industria y estética.

Las fábricas de instrumentos, las salas de conciertos, el mecenazgo y el artista profesionalizado son las consecuencias de un proceso organizativo de carácter industrial que se introduce en la música como ya se ha introducido en el resto de esferas de la sociedad capitalista. Como afirma Weber: “Y la lucha desenfrenada de la competencia entre las fábricas y los ejecutantes, con los medios específicamente modernos de la prensa, las exposiciones y, finalmente (a la manera en cierto modo de la técnica de venta de las cervecerías), la creación por parte de las fábricas de instrumentos, de salas de concierto propias (en Alemania, en particular, la de Berlín) llevaron a cabo aquella perfección técnica del instrumento, la única capaz de satisfacer las exigencias técnicas cada vez mayores de los compositores”. Del mismo modo que la ética protestante fue determinante para la formación del capitalismo.

El contrapunto y el hallazgo de la cromática armónica determinaron la cultura musical europea. La disciplina y la racionalidad de los principios musicales se convirtieron en los valores simbólicos que desencadenaron poderosas fuerzas económicas y culturales. Estos supuestos no sólo los recogerá Weber en “Los fundamentos racionales y sociológicos de la música” sino, así mismo, en su “Ensayo sobre la neutralidad axiológica”. En ambos escritos se insistirá en el papel que los valores simbólicos tienen en la transición del feudalismo a la sociedad burguesa. Pero el propio Weber se contradice a sí mismo ya que la importancia dada a los sistemas significativos como son las creencias, las mentalidades o las cosmovisiones se ven incompletas sin su interrelación con el progreso de los instrumentos técnicos y científicos.

La racionalización por motivos estéticos olvida racionalizaciones previas más poderosas y con motivos menos altruistas y humanitarios. Pues bien, si por cultura hay que entender la herencia social de una sociedad en cuanto a su capacidad para dar soluciones a problemas y necesidades, lo cierto es que Weber restringe a concepciones religiosas, a costumbres y a imágenes directrices el sistema social. Su Sociología de la Cultura cuyo centro, en gran medida, descansa sobre su Sociología de la Música y de las Religiones, se levanta sobre una asociación entre psicología colectiva y representaciones que asigna a los vínculos sentimentales la fuerza del cambio histórico.

La cultura se canaliza hacia una definición de pautas valorativas, asentándose sobre el matiz de ideal la orientación del comportamiento… De este modo, lo que se constata en el análisis weberiano de la racionalización musical europea no es diferente de lo comprobado al revisarse su Sociología de la Religión: la paradoja de resolver el dilema del nacimiento del capitalismo sobre los conceptos subjetivizantes. La ansiedad, suscitada por la doctrina de la predestinación, no proporciona una aclaración suficiente de la expansión colonial. Ni tampoco el ascetismo especifica las características de la empresa capitalista. En el caso de la música, la significación cultural de ésta no debe hacer olvidar procesos de exclusión social. Por ejemplo, la música y su práctica más racionalizadora quedaron confinadas en sectores muy restringidos, dándose la sensación de que Weber no subrayó las condiciones sociales inmanentes al ámbito estético. En efecto, Weber omite la integración y sometimiento que la música hace al nuevo sistema industrial naciente.

La racionalización musical se presenta como un principio fundamentalmente formal. Y aunque se conectan los hallazgos tonales con la construcción de instrumentos, sin embargo se independizan y autonomizan aspectos tan primordiales como el papel social asignado al intérprete y al compositor. En esa desconexión entre actores sociales protagonistas del proceso de racionalización musical hay una omisión clave: la figura del agente artístico y del empresario. El capitalismo también actúa directamente sobre la creación musical aumentando sus contradicciones estéticas y creativas. En “Los fundamentos racionales y sociológicos de la música”, apenas se hacen referencias a los aspectos mercantiles implicados. La Sociología de la Música weberiana adolece de los mismos problemas que su Sociología de la Cultura globalmente comprendida. Las valoraciones no pueden sustraer el punto de vista económico, ni tampoco las causas y efectos de la especialización técnica. Las consecuencias de las innovaciones científicas suponen la evolución del capitalismo. De este modo, el análisis de la música que Weber hace tiene carencias tales como:

—Se obvia la introducción del mercado de instrumentos y partituras como bienes nuevos en el sistema de producción.

—La introducción de métodos y técnicas armónicas nuevas es una consecuencia no sólo de la ampliación tonal que suponen los instrumentos inventados, sino, a la par, la aparición de nuevas necesidades de ocio y entretenimiento.

—El mecenazgo, en cuanto organización diferente de los artistas, se desatiende en el enfoque weberiano y con ello se omiten las nuevas formas de control en las que los creadores se van a ver inmersos.

—Pero es la apertura de mercados nuevos y de métodos organizativos innovadores los que permiten que el músico se independice profesionalmente. El recorrido que el músico hace desde el servicio al príncipe o a la iglesia, le traslada cada vez más hacia el trabajo en competencia.

Los virtuosos a los que Weber define únicamente en función de la habilidad musical, son precisamente quienes mejor representan la nueva fase del mercado musical a través de las leyes de oferta y de demanda. Pues bien, y para no extendernos de una forma excesiva, Weber se queda en un primer nivel de investigación. Su muerte prematura le impidió completar su examen. Pero si comparamos su Sociología de la Música con su Sociología de la Cultura –mentalidades y cosmovisiones– se observa lo restringida que queda la investigación a los límites de su método comparativo. Método en el que el etnocentrismo europeo se eleva sobre los resultados. El ordenamiento característico de cada sociedad es interpretado por Weber desde una perspectiva ensalzadora de lo europeo frente al resto de culturas. La alabanza de lo europeo desdibuja la investigación sobre la música y sus fundamentos.

En este sentido la interrelación entre condiciones económico-sociales y arte se desconoce con la consecuencia de restringir su examen en gran medida a la vida cotidiana musical; es decir, el uso del piano en lo doméstico o la práctica familiar de la música. Aquí, la dialéctica histórica marxiana le hubiera auxiliado a Weber para no caer en la simplificación de los problemas socio-musical es. El proceso de las superestructuras ideológicas demostrado por Marx puntualiza de un modo pormenorizado lo que Weber no distingue. Para Marx, la música está en conexión directa con los aspectos materiales y productivos.

Así, Asia, África o la Grecia clásica supeditaron su evolución musical a su sistema de necesidades colectivas. El estudio de los fenómenos sociológicos fueron pasados por alto curiosamente por uno de los «padres» fundadores de la ciencia sociológica. En consecuencia, la Sociología de la Música en la obra de Weber apoya una Sociología de la Cultura en la que los valores canalizan los elementos del orden cultural. Pero esta Sociología de la Cultura hace predominar la motivación sobre el resto de características. La racionalización no es sino un surgimiento consciente de los motivos sociales. De esta manera las “ideas” se independizan de los procesos históricos. La interpretación de la significación cultural al centrarse sobre puntos de vista particulares de los grupos actuantes desdibuja el examen objetivo. Weber, por tanto, establece un modelo de Sociología de la Cultura que se consolidará posteriormente. Modelo en el que las valoraciones simbólicas subjetivas sustituyen a las evidencias fácticas y a sus planos problemáticos.

Concluciones

La Sociología de la Cultura en la obra de Weber se configuró a partir de la identificación de los elementos cognoscitivos y valorativos. La organización cultural no es sino un reforzamiento de valores sociales. Para Weber, cultura y civilización se identifican desde el momento en el que no hay una división del carácter técnico-científico y el hecho estético.

Esta división, sin embargo, la introducirá Alfred Weber –hermano de Max Weber– al distinguir entre Kultur y Zivilization. Pero, según Max Weber, la cohesión entre estructura social y relaciones sociales sitúan las formas culturales como marcos de actitudes. De este modo, el Arte, la Música, la creación estética son mantenidos como procesos de orden. Así, Weber rehúye el importante factor de cambio y transformación que la creación artística tiene. Más, sobre todo, al centrar su Sociología de la Cultura sobre una Sociología de la Música se identifican los procedimientos expresivos sin distinguir que la Música, efectivamente, es una racionalización. Pero una racionalización debida a la complejidad formal. Weber entonces restringe su análisis sobre el Arte presuponiendo igual evolución formal en el resto de las Artes no musicales. Por consiguiente, la significación sociológica de la investigación weberiana sobre lo estético se realiza en relación a los fenómenos de ordenación institucional en el capitalismo. Ahora bien, Weber tendrá mucho cuidado en diferenciar las esferas de práctica artística privada de las esferas colectivas más amplias.

El Arte será un estilo de vida cuya dinámica organiza valores simbólico-representativos arraigados en sentimientos. No obstante, el capitalismo y su administración burocrática no serán analizados en cuanto procesos económicos que encauzan fuerzas creativas hacia campos económicos. Esta omisión ocasiona una limitación de la Sociología estética de Weber que da como resultado una esquematización, eso sí muy erudita, del significado histórico del Arte y de la Música. El resultado obtenido, pues, abre enormes interrogantes. En efecto, la racionalización de los sonidos con la moderna notación musical no nos explica el gusto de una clase burguesa que, a su vez, difunde y consolida. La disciplina protestante que está en el origen del capitalismo, impone unas pautas creativas que han de ser estudiadas como Bourdieu ha matizado en nuestros días. De la misma forma, la evolución hacia el Romanticismo y hacia el sistema atonal en el Dodecafonismo o las creaciones contemporáneas, ¿significarían una disolución de los ideales capitalistas?

Así se puede observar excesivamente mecánico el examen weberiano de la música tonal y sus conexiones con procesos valorativos. La octava se convierte en sistema armónico pero no por exigencias de la sociedad capitalista, sino por un desarrollo gradual de combinaciones sonoras. Y este desarrollo queda sesgado en Weber para quien la pureza de la música europea se reduce al Barroco y se omiten las otras etapas históricas musicales posteriores al Barroco alemán. El nacionalismo germánico de Weber deja lagunas enormes. Vivaldi o músicos contemporáneos de otros países reconocidos como apartadores de principios artísticos sumamente complejos no se citan en el estudio de Weber. Y, por ejemplo, la decadencia de formas artísticas dentro del mismo “espíritu del capitalismo” no se refleja ni como exposición de sus condiciones sociales ni como procesos de dominios sonoros en el ocaso.

En resumen, los problemas socio-musicales y socio-culturales, al ser comprendidos sólo desde las variables racionalidad-irracionalidad, no se presentan en el marco múltiple que les caracteriza. La obra estética no sólo se expresa en una estructura formal sino que afecta a relaciones tales como Arte e industria, artistas y público, ambiente social y proceso de creación, etc. Las contradicciones del Arte son excluidas por Weber. Y, por tanto, los valores generales y dominantes de una sociedad –en los que el planteamiento weberiano se asienta– determinan el surgimiento de un tipo de estética y de estilo característicos. Aquí, precisamente, está el origen de la confusión y la deficiencia de la Sociología de la Cultura y de la Música del gran sociólogo alemán. La obra artística, como señalarán con posterioridad los autores de la Escuela de Frankfurt, posee un potencial de transformación social gracias a su crítica de los valores imperantes. La “bidimensionalidad” de la creación estética es el principio de una valoración diferente de la realidad.

La contraposición entre sentido común general colectivo e innovación creativa se muestra como el motor del Arte. Y esa contradicción no proviene únicamente de procedimientos de elaboración formales sino que tiene su génesis en una nueva concepción de la existencia humana en la que los valores del “deber ser” siguen oponiéndose a los del “ser”. Weber no refleja ese carácter opositivo del Arte y su análisis de la racionalización musical queda en una exposición de la integración y alienación de la música en la sociedad del beneficio y de la disciplina. Weber presentará como irracional formas nuevas y distintas de creación originaria, olvidándose que el significado último de la racionalidad es ir ampliándose progresivamente en la Historia y en la Sociedad.

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Raúl Allain. Escritor, poeta, editor y sociólogo peruano (Lima, 1989). Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha sido incluido en antologías como Antología de poetas críticos (Cisnegro, México DF, 2019), Antología décimo aniversario de Lord Byron Ediciones (Liber Factory - Lord Byron Ediciones, Madrid, 2013), Veinte poetas: muestra de poesía contemporánea (I.F.D. Editor; Lima, 2010), Poesía y narrativa hispanoamericana actual (Visión Libros - Lord Byron Ediciones, Madrid, 2010), Abofeteando a un cadáver (Bizarro Ediciones - Centro Cultural de España, 2007), entre otras. Sus textos aparecen en diversos medios literarios tanto nacionales como internacionales. Actualmente preside el Instituto Peruano de la Juventud (IPJ) y dirige el sello independiente Río Negro. Ha publicado Poéticas, Poiesis hispanoamericana: selección de poesía contemporánea, Eros & Tánatos: poesía y arte contemporáneos, entre otras antologías, ¡Yo no hice nada!: Sobre la idiosincrasia peruana, ¡Palaciego In Memoriam!: Selección de textos de Humberto Pinedo, así como el ensayo La cientificidad del consciente (Editorial Emooby, 2011). Premio Mundial a la Excelencia Cultural y Premio Mundial el Águila Internacional a la Excelencia Sociológica de la Unión Hispanomundial de Escritores (UHE).

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La posible imposibilidad

Lee la columna de Julio Barco

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Hace unas semanas entré a la Biblioteca Central a ver novedades. Bajé al sótano y me perdí entre los estantes de publicaciones actuales. El título que más me encantó fue Por qué hacen tanto ruido (Intermezzo Tropical, 2015) de Carmen Ollé. Al salir, en medio del caos del tráfico y las muchachas que compran cabello en la avenida Abancay, aún sentía el tono de la voz literaria. Blanca Varela escribió en el colofón: “¿Qué género es? ¿Novela, autobiografía, crónica?” Y es que nos hace dudar. Lo más exacto sería afirmar que es una mezcla, donde se usa la autobiografía como eje, o simplemente decir que los géneros son una farsa. Ignacio (un alter ego de Verástegui) impone un modus vivendi ajeno a la razón del sentido común utilitarista. Ella trabaja de profesora, escribe, sufre. Las escenas con la madre de Ollé regañando su vida de escritor son memorables y prueban los choques con lo cotidiano. La novela profundiza en la forma radical de asumir el qué dirán, la otredad y su propia subjetividad. Es una ventana que muestra los contrastes de la pareja: vida bohemia vs aislamiento espiritual. El poeta sigue sumido en sus imprudentes elucubraciones y ella en penumbras existenciales. Así, el texto transpira una tristeza y apatía ante la vida universitaria (su trabajo de profesora la asfixia) y la realidad poética, tan divergente en cada autor. En el fondo, son una paradoja, pero se aman, y ahí está la bebé y el poeta imitando a Mozart luego de ver una película. El retrato de Ignacio es el de un irresponsable, aunque siempre conectado a su furor interno. Por todo ello, esta novela es un telescopio a un instante de una pareja de obras ineludibles en el proceso de la poesía latinoamericana. (¿Acaso el amor no es afín a los motivos espirituales?) Los poemas funcionan como la música y la prosa como el silencio donde se reflexiona la música. En este título Ollé me recuerda a Marguerite Duras, mientras habla desde la lucidez del adiós, la lucidez de la herida, la posibilidad de lo imposible. Y volví a casa.

(Columna publicada en Diario UNO)

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Demasiados ministros para un Congreso con demasiadas ausencias

Hoy por la mañana se dio el informe respecto a los logros de la cumbre de cuatro ministros clave ante un pleno vacío, los ministros de Agricultura, Comercio Exterior, MEF y el mismo Premier. La zona APEC representa el 62% del PBI del planeta. Sin embargo, la brecha de infraestructura de Perú todavía sigue siendo una piedra en el zapato.

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Hoy por la mañana se dio el informe respecto a los logros de la cumbre de cuatro ministros clave ante un pleno vacío, los ministros de Agricultura, Comercio Exterior, MEF y el mismo Premier. La zona APEC representa el 62% del PBI del planeta. Sin embargo, la brecha de infraestructura de Perú todavía sigue siendo una piedra en el zapato.

Se acabó la luna de miel por la APEC. Las bancadas de derecha pasaron de tranquilidad a una actitud más incisiva. Entretanto la izquierda se cerró en un discurso de injusticia social evidente.

Según el congresista Quito refirió que el APEC solo fue una ocasión para que la presidenta «luzca sus vestidos».

Martha Moyano por su lado rescató que el evento tiene que ver con mejorar la situación del país y recordó el rol histórico del ex presidente y autócrata, Alberto Fujimori sobre los orígenes del Perú en la APEC. Y refirió la necesidad de replantearnos la descentralización heredada de Toledo que según señaló «ha fracasado».

El congresista Elvis Vergara señaló que: «Hay quienes no reconocen la importancia de este foro internacional (…) Podemos abrir mercados en Asia, pero qué pasa si no podemos vender porque no hay producción».

Luego refirió la situación de Ucayali a raíz de los incendios forestales. Y terminó diciendo: «Si no hay que vender. Podrá haber plata pero no eficiencia en el gasto».

Flavio Cruz por su lado comentó: «¿Y qué tenemos de EE.UU.? De China sí tenemos que reconocer (…) Esto para comparar». A lo que agregó: «Este comercio bilateral entre Perú y China es de un 35% de nuestro comercio»

La congresista María Agüero refirió el proteccionismo de EE UU. y Japón en la zona APEC y rescató la relevancia de los BRICS como «un motor clave para un modelo más justo». A lo que continuó: «No estemos dispuestos a ser patio trasero de nadie»

Luego mencionó la importancia hídrica de Perú en el mundo señalando que «la próxima guerra será por el agua».

En respuesta Úrsula León, Ministra de Comercio Exterior declaró: «El éxito es para todos los peruanos». Refirió también las condiciones favorables del TLC con Hong Kong en temas de transporte «en que Hong Kokg es una potencia líder». También mencionó la importancia de EE.UU. en nuestro balance comercial.  «¿Qué nos deja EE.UU.? Es nuestro segundo socio comercial. Además, nos provee de materiales de capital, así como insumos de alta tecnología además de ser importante emisor de turistas a nuestro país».

También señaló que la cumbre dejó una hoja de ruta para el crecimiento común de los países miembros a través de la declaración de Machu Picchu.

El ministro de Agricultura y Riego, mencionó por su lado que «el comercio debe ser equilibrado y este año, solo en agro, vamos a exportar 12 mil millones de dólares y solo importar 6 mil millones. Esto es un saldo comercial a favor nuestro». A las críticas de producción de otros parlamentarios, mencionó que «cuando tu demanda supera a tu oferta es ideal, porque el precio mejora para nuestros productores como ocurre con el café (…) Cuando se dice que somos un país primario exportador eso no es del todo cierto, porque exportamos semillas, el fresco, las mermeladas y los jugos son el mayor ingreso para nuestros productores, que requiere toda una logística y cadena de frío, lo cual la hace una tecnología altamente tecnológica (…) En cuanto a Bayóvar tenemos una inversión para que Perú se vuelva una potencia de fertilizantes (…) Yo vengo a decir y con orgullo que las nuevas generaciones de la agricultura que han crecido viendo al Perú convertirse en el primer exportador de uvas, de arándanos, o uno de los primeros en grano de café. Y en agricultura somos grandes».

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Por las patas de las caballas

Lee la columna de Edwin A. Vegas Gallo

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Por Edwin A. Vegas Gallo

Parafraseando el dicho “por las patas de los caballos”, estamos ante “las patas (aletas) de las caballas”, para entender la inescrupulosa e inexplicable falta de responsabilidad social empresarial, del grupo económico noruego Austevoll Seafood, propietario de la empresa Austral Group, que opera en la costa peruana, a quien desde 2017 la Fiscalía Ambiental (bien por la fiscal Evelyn Lamadrid Vences), quién  “pescó” al barco Kiana de su flota, con sus redes boyantes del recurso marino “caballa”, con el 96 % de ejemplares (97 toneladas decomisadas) muy por debajo del mínimo legal de talla de captura de 29 centímetros establecido por ley.

Lo gravoso de esto, es que ese faenón noruego, usando a patrones de pesca peruanos, no iba al consumo humano con seguridad alimentaria, si no iba directo a su fábrica, para quemarlo y hacerlo harina para alimentación animal.

Pero la cosa no queda allí, tanto era el “faenón de la caballa”, pez por cierto, símbolo gastronómico del bajo Piura y en general de la Piura rural, atreviéndome a decir que piurano qué no ha comido un buen cebiche de caballa Sechura y lo haya asentado con un poto de chicha, no trasunta piuranidad.

Pues bien, en ese 2017, la “caballa” escaseó y tuvieron que importar “caballa china”, elaborada por la empresa china Tropical Food Manufacturing Có. Ltd y que eran destinadas al Programa Social Educativo Qali Warma. Menos mal que con la alerta sanitaria recogida por INDECOPI, por las madres usuarias, se retiraron del mercado más de dos millones de latas de conserva, infestadas con gusano anisakis, poniendo en riesgo a tres millones de escolares, a vista y paciencia del director de Sanidad Pesquera de esa época, el actual congresista de Fuerza Popular Ernesto Bustamante.

Así, con todos estos nefastos antecedentes, en la actualidad el MIDIS de Demartini y antes de Boluarte y Fredy Hinojoza, choca dos veces con la misma piedra y adquiere conservas de la marca “Don Simón”, en mal estado contaminadas con hongos, para ser distribuidas a los niños a nivel nacional.

Mientras tanto la empresa noruega, que de seguro en sus lares, no comete estas barbaridades que raya en el ecocidio, insiste que le devuelvan su barco, para seguir pescando “caballas” para la harina, en desmedro de nuestros niños que sufren desnutrición y expuestos a la avaricia de funcionarios ineptos con matices criminales, no importándoles poner en riesgo la salud de los infantes y para el ministro Demartini, otro afectado con “el síndrome de la franela”, en lugar de dar un paso al costado, espera que otros entes hagan su trabajo.

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Kinra, de Marco Panatonic (2023)

Lee la columna de Mario Castro Cobos

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¿El problema del cine cuál era? Según Godard: dónde y por qué comenzar un plano y dónde y por qué terminarlo. Nadie cree por supuesto que este sea literalmente el único problema, pero se entiende la magnitud del énfasis de la idea en la frase. Y en Kinra, me parece, se trata de reflejar un tiempo, si se quiere ‘mítico’, a la vez que muy ‘real’. Las dos cosas, a la vez, no solo una. Detente; necesitas tiempo; y recuerda, el tiempo es un ‘todo’.

Para Tarkovski ‘la’ o su película ideal debería estar hecha en un solo plano: si para mí lo más importante es el tiempo mismo, no ‘lo que pasa’ en un sentido muy restringido de culto o subordinación y sometimiento a una cierta noción muy occidental de ‘acción’ debo reconstituir la experiencia del tiempo, la unidad del tiempo. En todas sus capas heterogéneas posibles. Que no se manifiestan, necesariamente, ‘tan rápido’. Todo muy obvio. Igual los de siempre no entenderán o no les conviene.

El nosotros es muy fuerte. Para qué subrayarlo si lo invade todo. La unión de las personas que vemos en tantas escenas está ahí. Una suerte de evidencia, de autenticidad en las presencias. Como alguien diría: en Dostoievski vemos porque oímos (y en Tolstoi oímos porque vemos, si quieren la otra mitad de la frase) y eso está de manera poderosa: con frecuencia, o no los vemos, o los vemos de espaldas, no vemos sus rostros, o no totalmente, nos familiarizarnos con su fisonomía interior, con sus voces, con esa suerte de secreción físico-espiritual que son las palabras que brotan.

A contracorriente de la estupidez dominante el protagonista sabe, así como el director (cosa que no le va a enseñar ningún ingeniero) que hay ‘otro origen’, otro principio, tanto para la vida, que solo puede darse en el seno de esa vibración profunda y armónica de la comunidad, como para el cine, que solo puede darse en virtud de un núcleo no-conformista: el de quienes buscan algún tipo de ‘verdad’ y no solo acomodarse. Vuelves a la madre (viva y muerta), a la tierra, a ambas que son una: a la Madre Tierra; es decir: al origen, la razón y al sentido primero y último de que estés vivo.

Críticas relacionadas:

La piel más temida, de Joel Calero (2023)

Yana-Wara, de Tito y Óscar Catacora (2023)

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Manco Cápac, de Henry Vallejo (2020)

‘El indio permitido’ o a propósito de Manco Cápac y Wiñaypacha

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¿El Congreso en manos del crimen organizado?

Lee la columna de Tino Santander Joo

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Por Tino Santander Joo

Ayer, me reuní con tres asesores del Congreso de la República en un famoso chifa del Barrio Chino. Iba con la ilusión de saborear el pato pekinés y el arroz chaufa especial, que son deliciosos. Mis amigos llegaron puntuales, y mientras almorzábamos con entusiasmo, les pregunté: “¿Tenemos posibilidades de que puedan presentar un proyecto de ley para modificar la Ley de Bancos, fomentar la competencia financiera y defender a los peruanos?” Los tres se rieron como si les hubiese contado un chiste del Chato Barraza.

Uno de ellos me dijo: “Tú eres cojudo, o no te das cuenta de que el Congreso está tomado por el crimen organizado, aliados de los grupos de poder económico. No tienes idea de cómo el fujimorismo ha impuesto la ley del hampa. Todo se vende, todo en el Congreso es corrupto. Siento vergüenza de trabajar en una institución tan degradada, pero no tengo otra alternativa”. Sus palabras me quitaron el apetito.

Iván, quien trabaja en el Parlamento desde la década de los noventa, me dijo: “Lo que dice Carlos es cierto, pero esta gente es capaz de traicionar al Perú. Se venden por viajes al extranjero o por un ceviche en un restaurante de Gastón. Mira cómo quieren destruir el país. Los chinos han metido, a través del Ministerio de Energía y Minas, un proyecto de ley sobre el uso de paneles solares, vendiéndonos el cuento de la energía limpia. Lo cierto es que la energía eléctrica peruana es la más limpia del continente; lo que pasa es que esos pendejos han sobreproducido paneles y los quieren imponer al mercado peruano. ¿Te acuerdas de ese congresista de Acción Popular invitado por Huawei? Ese lumpen y otros promueven el lobby chino”. Nadie ha denunciado esto, les dije con indignación.

Iván se reía a mandíbula batiente y me respondió: “No seas huevón, tu portal ‘Lima Gris’ lo denunció en agosto, e incluso ‘El Comercio’ y otros medios de comunicación lo sacaron, pero a estos tipos no les entra bala. Te explico cómo funciona esto: Alemania ha gastado más de 750 mil millones de euros (equivalente al costo de 100 refinerías de Talara) en el desarrollo de plantas de energía solar, y sin embargo sus tarifas son las más altas de Europa. Aún hoy tienen problemas de abastecimiento de electricidad. Chile produce electricidad con petróleo y gas importado (muy caro) y con energía solar (barata en la mañana, ausente el resto del día). La producción de electricidad en Chile es 4 a 6 veces más cara que en el Perú. ¿Te das cuenta de que son traidores?”. Entonces, estos tipos están comprados por los chilenos, con los que competimos en agroindustria, textiles, calzado, alimentos, cerámicos, cemento, acero, pesca (harina de pescado), puertos y minería.

Carlos, entre indignación y resignación, dijo: “Lo que quieren los chilenos es que no tengamos energía barata y, por lo tanto, que nuestra economía no sea competitiva. Si se aprueba el proyecto que modifica la Ley 28832, entonces se elevarán los costos de producción de toda la industria peruana, algo similar a lo que sucede con Alemania, que dejó de comprar gas barato a los rusos y ahora los huevones están en crisis por el alto costo de la energía. Los yanquis les venden gas y petróleo carísimo con el cuento de la guerra de Ucrania”. No aprendemos, ni vemos lo que pasa en el mundo.

“No tienes ni puta idea de cómo el fujimorismo ha convertido al Congreso en un nido de criminales, donde la ley del hampa es la única que se respeta”, les dije. No les hace mella el desprecio de la gente, porque representan al crimen organizado, y todos los grupos parlamentarios, de derecha o izquierda, están subordinados a sus intereses. Nada nuevo bajo el sol, les dije, “La ira popular está a punto de estallar, y cuando lo haga, no habrá refugio ni perdón para los traidores.”

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Opinión

Reciente estudio afirma que las personas prefieren leer poemas de ChatGPT que de humanos

Lee la columna de Julio Barco

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Pensemos en el siguiente experimento: se eligen poemas de autores humanos y de la inteligencia artificial con el fin de analizar cuáles gustan más. Después, a un grupo de 700 personas, sin formación literaria previa, se les consulta sobre sus favoritos. El resultado da por ganador a la IA.

     ¿A qué se debe este fenómeno? Por un lado, consideremos el desafío de leer un poema: es un salto a la otredad, un vínculo mental con un desconocido. ¿Cuántos estamos dispuestos a escuchar al otro? Pongamos una prueba. Voy a citar dos poemas sin mencionar la autoría y comprobar si hay o no un reto lector que condiciona lo que entendemos por gusto. Veamos:

Cual mi explicación.

Esto me lacera de tempranía.

Esa manera de caminar por los trapecios.

Esos corajosos brutos como postizos.

Esa goma que pega el azogue al adentro.

Esas posaderas sentadas para arriba.

Ese no puede ser, sido.

Absurdo.

Demencia.

Pero he venido de Trujillo a Lima.

Pero gano un sueldo de cinco soles.

     Si bien los últimos versos son frontales, los primeros resultan desafiantes, tanto en su forma como en su estilo.  La idea de “corajosos brutos como postizos” puede no definirse bien, y ser un tema para trabajos hermenéuticos. Ahora, leamos:

Amanecer de carbones

Llora el tambor del alba,

un ojo de leche cuaja en la grieta del luto,

el aire, ciego, tropieza con los escombros del canto.

Se quiebra la espina de un reloj en su jaula:

¡tic! la sangre late,

¡tac! un grito mastica el polvo,

y al fondo del pecho,

los carbones dibujan un sol hambriento.

Todo es hambre aquí,

menos el eco, que devora su sombra.

   En este poema encontramos dos imágenes: el alba y el tiempo. La primera imagen nos habla cómo en este espacio, tanto físico como interior, se produce el canto, o poema. El tiempo surge como imagen condensada en el latido del corazón, que se devora a sí mismo, es decir, es péndulo de vida y muerte.

    Si bien el poema tiene imágenes oscuras, la idea es simple y directa: en la vida (el amanecer) se canta, aunque el tiempo nos aniquile. De ahí que el título “Amanecer de carbones” sean una imagen paradójica: el amanecer como inicio y el carbón como fin. Por otro lado, en el primer poema la estructura es ondulante: se pasa de la confesión desgarrada a las imágenes herméticas.

     Si a usted, lector, le gustó el primer poema entonces prefiere la poesía de César Vallejo, pero si el segundo verso le fascinó entonces si elección es por el Chat GPT.

     ¿Cuál es mi punto de vista ante esta coyuntura? Primero, que la poesía es un género que implica concentración, estudio, rigor.

     Muchos libros, como Trilce o Contranatura, los leí durante años y hasta ahora encuentro nuevas rutas interpretativas. Lo difícil es hermoso, aunque nos cueste más. Si bien hay poetas que tienen la claridad como espada, hay otros más exigentes. En la actualidad, gracias a las redes sociales, hay mucha poesía en diversos estilos y formatos.

     En esta diversidad, es fácil notar que los poemas con mayor favoritismo suelen ser los que trabajan los ejes del amor, de manera más simple, sin exigencias. En ese sentido, el Chat GTP usa formas concretas para crear sus poemas, sin aquel “nervio humano”, que se siente en la poesía de mayor atrevimiento.

     Por todo lo leído, podemos concluir que la poesía escrita de manera virtual no agota todos los registros y tonalidades humanas. Es obvio. Incluso hay otro factor: el gusto políticamente correcto, es decir, sin riesgos. El resultado de la IA no es imparcial, dado que se condiciona por algoritmos determinados. En ese sentido, el gusto no es sinónimo de calidad: la poesía de Góngora no gustó mucho en su tiempo, y hoy es parte del canon universal.

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Opinión

Chancay ¿Caballo de Troya chino para Sudamérica?

China pone un pie y pisa fuerte en Sudamérica, sin embargo EE.UU. busca cerrar la puerta. Perú se acerca peligrosamente a una situación volátil que puede repercutir en toda la región.

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El objetivo de China es simple, control sobre las líneas de suministro. Para esto necesita acelerar el comercio para asegurar su posición y erosionar a las potencias rivales.

La experiencia imperial japonesa y la poderosa colonia china

China aprendió del error del Japón imperialista, que no obstante de hacerse con el control de la mitad del Pacífico, no pudo tener el aseguramiento de los suministros necesarios de petróleo. Su expansión se vio detenida primero por las sanciones de Roosevelt que les cerraron el acceso a los hidrocarburos necesarios para su industria. Luego Pearl Harbor, después la invasión de Java para hacerse con las reservas de crudo, pero el contraataque estadounidense le arrebató las fuentes de energía que requería. Luego la guerra se prolongó tres años más con un resultado ya previsto.

Visto así, China busca asegurarse de los suministros de recursos humanos. De Sudamérica lo que busca son el litio, el cobre y otros minerales. También está buscando asegurarse de un mercado tan ineficiente como el venezolano por el evidente tema del Petróleo. Ya corren rumores de que los magnates del petróleo han conversado con Trump para evitar sanciones a Venezuela, en busca de una relación más suave que les asegure el suministro del crudo. Esto con el fin de sacar a China de en medio y arrebatarle un recurso más en esta guerra por los suministros y las materias primas.

China comprende que ha entrado en un juego en que se juega no solo la lucha por la primacía global sino su propia existencia. Quien crea que el comercio internacional es solo liberalismo de mercado no ha entendido nada. El mercado con características chinas no es otra cosa que una teología política de la seguridad. Cumplir el Mandato del Cielo (según la tradición china) a través del control del comercio.

Se habla que China no tiene experiencia como colonizadora, pero eso es falso. Basta con ir al sudeste asiático y ver a las fuertes minorías chinas controlar el comercio y las finanzas de otras etnias. Algo así como los judíos entre nosotros, los chinos, pero en mayor número y con mucho corazón y alma, han avanzado durante siglos hasta consolidarse en Malasia, Singapur, con minorías fuertemente activas en lo comercial en la ex Indochina Francesa, Myanmar, etc.

Un caso importante de la financiación china en el Asia se dio en Sri Lanka al que se le financió un puerto que luego no pudo pagar, a lo que China respondió con un nuevo contrato a cambio de reestructurar la deuda, por el cual Pekín asumía el control portuario y Sri Lanka renunciaba a su soberanía. Un control sobre el puerto por ¡99 años!

El puerto en cuestión tiene un valor estratégico al ser un punto de tránsito que asegura los suministros de crudo del golfo y de tierras raras del África, en el marco de un conflicto todavía tibio en lo comercial con una ascendente India.

 

Chancay y la guerra comercial

La sugerencia de un asesor de Trump de responder a la presencia china en Sudamérica con altos aranceles, se basa en la preocupación de que el puerto, que está siendo desarrollado y controlado por el gigante asiático, podría convertirse en un punto de entrada de productos de bajo costo provenientes de China, lo que perjudicaría el comercio de Estados Unidos. El exdirector principal para el hemisferio occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, indica que su propuesta busca frenar el transbordo y reducir la influencia económica de Beijing en América Latina. Pero lo que no se menciona es el peso geopolítico y militar eventualmente en que puede traducirse lo comercial.

Si China en su momento decide o solicita permisos para militarizar dicho puerto, en un contexto caliente que no es nada descabellado, ¿qué podrá decirle el gobierno peruano? Francamente poco o nada.

Habría que preguntar también sobre la empresa peruana Volcan que el copropietaria del puerto con un 40% de inversión. ¿De dónde sacó el dinero Volcan, de que agencia bancaria se prestó el dinero? Por más minera que sea como toda empresa obtiene dinero de la banca ¿Pero de qué bandera?

Un antiguo líder del PC chino dijo que no importa de que color sea el gato en cuanto cace ratones. Aquí el color del gato y su hambre definirá no solo el destino de Perú sino también de sus vecinos.

La inauguración del puerto de Chancay ha generado por otra parte no solo preocupaciones económicas sino también de seguridad. Laura J. Richardson, ex jefa del Comando Sur del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, expresó en una entrevista con el Financial Times que el puerto podría albergar, en un futuro, buques de guerra de la marina china, lo que convertiría a la instalación en un punto estratégico dentro del Plan de Expansión Militar de China en la región.

Desde una perspectiva económica, la presencia de China en Perú a través de proyectos como Chancay podría aumentar la dependencia económica de Perú con el país asiático. La creciente interdependencia con China es vista con cautela por expertos, quienes temen que Lima pueda volverse aún más vulnerable a los intereses comerciales de Beijing.

El puerto de Chancay es solo una parte de una serie de proyectos estratégicos de China en América Latina. En Argentina, la estación espacial en Neuquén ha sido objeto de críticas por su uso exclusivo por parte del ejército chino. En Ecuador, la construcción de represas hidroeléctricas ha generado tensiones por su impacto ambiental y social. Mientras tanto, en Chile y Bolivia, las operaciones mineras de China para extraer litio han causado preocupación por el control de recursos estratégicos.

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Opinión

Disparo de advertencia: Aranceles gringos a Chancay ¿Una oportunidad para Chile?

Lee la columna de Hans Herrera Nùñez

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Mientras el comité central del partido comunista chino promueve una defensa férrea del libre mercado (bajo características chinas, por supuesto), el gobierno electo de EE. UU. A través de un asesor de Donald Trump, anuncia severas represalias arancelarias de hasta el 60% en productos chinos o que provengan de puertos afines. La guerra comercial se calienta entre libres mercantilistas y aranceralistas.  Si estuviera vivo Marx ya se hubiese suicidado y Milton Friedman se habría arrancado los ojos.

Como una amenaza de la mafia, así se siente la venganza estadounidense, un mensaje que tiene ecos en la región semejante a “o estás conmigo o estás con ellos”. Cualquiera que se asocie con China en materia de infraestructura marítima se expone a una primera represalia comercial. Quien conoce la historia de Latinoamérica comprenderá que ahí no acaba la cosa.

Una oportunidad para Chile

La situación, sin embargo, podría beneficiar a una ralentizada economía chilena de ser vistos sus puertos con interés por la nueva administración de EE.UU. De cerrarse el comercio con Perú, Chile volvería a tener ventaja ya que EE.UU. es el segundo socio comercial de Latinoamérica. Además, los puertos de San Antonio y Valparaíso cuentan con infraestructura desarrollada, aunque trabada por la burocracia que frena sus mejoras, de centralizarse la autoridad de los puertos, se podría lograr hacerla atractiva esto en vistas a una guerra comercial en marcha y también a una posible guerra de puertos.

El puerto de Chancay significa NO más exportaciones marítimas directas de Chile a China. La ruta marítima futura sería, Chile – Chancay – China.  ¡Y lo mismo para todo el Pacífico Sur! Incluso podría amenazar a Panamá en cuanto al comercio de Brasil o México. Cabe recordar, que los puertos chilenos son de diseño y tecnología muy atrasada. Chancay se construyó de cero con diseño y tecnología del siglo XXI. Pero Chancay no estará terminada realmente antes de cuatro años. Primero porque no tiene vías de comunicación, las carreteras son pésimas, hace falta vías férreas, en resumen, se ha hecho un puerto que en realidad es una isla encerrada en la tierra por la brecha en infraestructura que tiene Perú. Este punto débil podría ser debidamente aprovechado por Chile si quiere remontar el futuro que se le escapa.

Declaración de guerra arancelaria

Los aranceles deben aplicarse a las mercancías procedentes de China o de países de Sudamérica que pasen por el nuevo puerto de Chancay, dijo Mauricio Claver-Carone, asesor del presidente electo Donald Trump a la revista Bloomberg después de la inauguración del puerto de capitales chino que se erige como el nuevo ombligo del pacífico occidental. El asesor insto a poner aranceles del 60% a todos los envíos, pero no solo del puerto de Chancay.

«Cualquier producto que pase por Chancay debería tener un arancel del 60%» declaró. Propuso aplicar un elevado arancel a todos los productos provenientes de China pero también de otros países de América Latina que pasen por el puerto de Chancay, en Perú. Esto viene en consonancia con las amenazas de Trump durante su campaña de colocar más barreras a una Latinoamérica que en la última década se ha vuelto el trampolín de la producción china a partir de la aplicación de los TLC que los mismos EE. UU. en la época promovieron como un catecismo para la salvación de las economías en subdesarrollo.

Claver-Carone, quien también fue director principal para el hemisferio occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, argumentó que cualquier mercancía que pase por el puerto de Chancay debería ser tratada como si proviniera directamente de China, dado que el puerto es una infraestructura clave dentro de la estrategia de Beijing para expandir su influencia en América Latina.

Mauricio Claver-Carone es un inversor de capital privado estadounidense y un veterano asesor de Donald Trump. Ha sido funcionario del Departamento del Tesoro y del Consejo de Seguridad Nacional, abogado y lobista, y fue presidente del Banco Interamericano de Desarrollo desde octubre de 2020 hasta el 26 de septiembre de 2022.

 “Cualquier producto que pase por Chancay o cualquier puerto de propiedad o controlado por China en la región debería estar sujeto a un arancel del 60%, como si el producto fuera de China”. Si esto no es una declaración de pre guerra, entonces qué.

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