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Literatura

PLACERES ONÍRICOS: CHASCARRILLOS LITERARIOS II

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CHASCARRILLOS LITERARIOS II

Por Luis Chávez


           


Cumpliendo con una segunda parte de lo prometido, es menester que sigamos las siguientes líneas para poder así pasar un rato agradable e hilarante.

Es posible que entre estas historias descubramos el porqué de la trompada al ojo de Gabo, como así la insolente respuesta de Juan Rulfo hacia una estudiante. O la admirable generosidad de Dumas hacia los desconocidos. Y de como un jovenzuelo Hugh Hefner, antes de ser dueño del imperio de Playboy apostó por unos textos de quien luego sería reconocido como el genio del cuento. Como también descubrir la obsesión de Chejov por la comida. Y la increíble desconfianza del escritor francés Víctor Hugo hacia el danés Hans Christian Andersen… entre otras anécdotas.

–         En 1976, los dos autores más famosos del boom de la literatura latinoamericana, asistían a la proyección en México de la película La odisea de los Andes. Al concluir la película, García Márquez se acercó a su colega peruano para saludarlo y lo que recibió fue un puñetazo en el mentón que lo dejó tirado sin sentido en la alfombra del teatro. 

Ese estupendo directo que amorató el ojo de Gabo, creó desde entonces, docenas de airados debates sobre el origen del encontronazo. El escritor Francisco Higartua, que asistió al evento, explica en sus memorias, “Huellas de un desierto” haber traído un bistec para bajarle la hinchazón al colombiano: “Yo estaba presente. Fue terrible. Cuando nos dimos cuenta, Gabriel estaba sentado y Mario se había ido. Fui yo quien trajo el bistec para bajarle la hinchazón al ojo de Gabo”.

Antes de noquear a Gabo, Vargas Llosa sí parece demostrado que afirmó: ¿Cómo te atreves a querer abrazarme después de lo que hiciste a Patricia en Barcelona? Patricia era, claro está, la esposa de Vargas Llosa.

–         A Juan Rulfo siempre le preguntaban por qué, tras escribir sus dos únicos libros publicados en vida, Pedro Páramo y El Llano en llamas, no escribía más, dedicándose luego a su otra pasión: la fotografía. Una estudiante le preguntó una vez en una conferencia: 

—-Maestro, ¿Por qué no escribe usted más libros?

A lo que Rulfo contestó sencillamente:

—-Porque no me da la gana.

Y la respuesta tenía su lógica: una vez alcanzada la cumbre de una montaña, ¿para qué seguir subiendo?


–         En una reunión de escritores que tuvo lugar en España, Antonio Gala explicó que estaba sentado al lado de Borges, que ya estaba casi ciego. Hablaron de El Quijote, libro del que el argentino refería que su mejor versión la había leído en inglés. 

Molesto por el comentario durante el aperitivo, el escritor cordobés explica que fue poniendo al alcance de la mano de Borges todos los huesos de las aceitunas que él se iba comiendo. Por lo que se ve, eso puso al gran escritor argentino bastante nervioso, ya que no daba con ninguna aceituna entera.


–         En 1862 Víctor Hugo pone fin a la que será su obra maestra, los miserables. La amplitud de su argumento hizo que el escritor francés fuese incapaz de resumirla en una cuartilla por lo que temiendo que su editor no la publicase escribió tan solo un signo de interrogación. La cuartilla acompaño a los cientos de hojas que conforman el manuscrito. Cuando el editor recibió el sobre, lo abrió lo miró detenidamente y no sabiendo cómo expresarle a Víctor Hugo su fascinación respondió…con un signo de exclamación en una cuartilla en blanco. 

–         Una de las anécdotas más famosas de la literatura norteamericana cuenta que Raymond Carver, autor entre otros de Neighbors y They’re Not Your Husband, no era minimalista, que sus párrafos estaban llenos de sentimentalismos y reflexiones, pero que su editor Gordon Lish, también escritor, corrigió esos aquellos excesos, contra la voluntad del autor incluso, por lo que acabó convirtiendo a Carver en el maestro del minimalismo. 

–         Norman Mailer (Long Branch, 1923-Nueva York, 2007), fue junto a Truman Capote, uno de los precursores del periodismo literario. Algunas de sus obras más conocidas son Los desnudos y los muertos, donde cuenta sus experiencias sobre la Segunda Guerra Mundial, los tipos duros no bailan o la Canción del verdugo. También fue guionista y ensayista, donde se volcó en duras opiniones contra el modo de vida estadounidense. Mailer se casó seis veces, dándose la circunstancia de que en el año 1960, apuñaló a una de ellas, Adele Morales, con un cortaplumas en el transcurso de una fiesta. “Aja toro, aja—gritó–  Venga mariquita, ¿dónde están tus cojones?” Explica la ex esposa en La última fiesta, escenas de mi vida con Norman Mailer, libro editado en castellano por la editorial Circe y donde pone a caldo al escritor. La situación es que Mailer se encontraba absolutamente borracho en una fiesta literaria. La mujer hizo de toro y Mailer de torero. Cuando fue el momento de entrar a matar el escritor no tuvo recato alguno de clavarle el cortaplumas en la espalda de su esposa. Por poco le cuesta la vida. Adele no presentó cargo contra el aguerrido literato y todos los amigos que se encontraron en la fiesta le defendieron pero nada pudieron hacer cuando tuvo que pasar diecisiete días internado en un psiquiátrico.

Morales había escrito ya su biografía, obra que se llevó al teatro, a cuyas representaciones acudió acompañado de su sexta esposa y el propio Norman Mailer y cuyo original había leído previamente. Tras leerla su única exclamación fue: “Todo está muy bien, salvo que nunca le dije joder a la criada”.


–         Guerra y paz de León Tolstoi (Yásnaya Polaina, 1828-Astapovo, 1910), es una de las grandes novelas del siglo XIX. El escritor ruso comenzó a escribirla durante una convalecencia tras haberse caído del caballo durante una jornada de caza en 1864. La novela recorre la historia de Rusia desde las guerras napoleónicas hasta mediados del siglo XIX. Su publicación en forma de libro no tuvo lugar hasta finales de 1869 porque previamente había aparecido en forma de capítulos sueltos en el diario Ruskki Viestnik (El mensajero ruso). Lo curioso del tema es que, hasta la versión definitiva, Tolstoi escribió la obra siete veces. Inseguro como estaba por la calidad de la obra, fue Sofía Behrs, su esposa y fiel compañera, la que le dio el sentido práctico a la obra, quien la corrigió y dio los retoques finales. Y lo hizo también en siete ocasiones.


–          Alexander Von Humboldt (Berlín, 1769-ídem, 1859), escritor y naturalista alemán, tenía una gran fascinación por la locura. Así, una vez que viajaba a París, le pidió a un amigo suyo doctor y psiquiatra que le organizara una cena con un loco. El amigo aceptó encantado y, cuando llegó el momento de la reunión, avisó a su invitado de que, con ellos, iba a cenar un hombre muy especial.

A parte del doctor y del escritor, con ellos había dos comensales más. Uno de ellos era un caballero muy bien vestido, silencioso, que comía con mucha educación y que hacía el ademán de brindar cada vez que se acercaba la copa a la boca. El otro tenía un aspecto desaliñado, iba mal peinado y no hacía más que hablar mientras contaba anécdotas y se llevaba la comida velozmente a la boca. En un momento dado, el médico y Von Humboldt se habían levantado de la mesa. El naturalista le comentó al psiquiatra que estaba fascinado por el comportamiento del loco que tanto hablaba e inventaba historias tan difíciles de creer.

¡Pero hombre de Dios, que dice usted! Ese señor es el famoso escritor Honoré de Balzac. El loco es el otro, el que no habla, le explicó el médico.


–         Vargas Llosa explica que, cuando su novela La casa verde ganó el Premio Rómulo Gallegos, en 1996, y Juntacadáveres, la de Onetti, quedó finalista, dos novelas que giraban sobre un prostíbulo, Onetti sabía la razón del fallo del jurado. El burdel del peruano tenia orquesta y el suyo no.


–         El escritor, poeta y periodista Carlos Ernesto García (El Salvador, 1960) dice que “en la Feria del libro de Guadalajara, en el 2005, fui a una conferencia de Bryce Echenique. Había cuatro estudiosos y académicos presentando el acto. El primero habló del sujeto y del predicado en la obra inicial de Bryce, la gente no entendió nada. Yo tampoco. El segundo disertó sobre los tiempos verbales, sobre todo los pluscuamperfectos, en su obra, por lo que el público se quedó estupefacto. El tercero hizo algo parecido, mientras que el cuarto pues, más de lo mismo. Como el tiempo lo habían ocupado los académicos, Bryce Echenique solo pudo hablar los últimos diez minutos, pero ya la sala se había vaciado. Vamos, que los académicos vivieron sus cinco minutos de gloria gracias a Bryce”.


–         El 20 de noviembre de 1975, en la embajada mexicana en París flameaba en lo alto la bandera de México. De ello y de otras anécdotas del reencuentro entre España y México treinta años después da fe la agencia  France-Presse, en una nota publicada, entre otros medios por el Periódico de México. En aquella época, el régimen del gobierno mexicano no tenía relaciones diplomáticas con el régimen español y el día de la muerte del dictador se celebraba el Día de la Revolución mexicana. El escritor Carlos Fuentes, que entonces era embajador de su país en Francia, explica el suceso: “De todas las embajadas latinoamericanas me llamaban y me decían, Tú estás loco, ha muerto Franco y yo respondía que la bandera estaba por la revolución mexicana”, aseguraba sobre aquel hecho el autor de, entre otros, Aura. La muerte de Artemio Cruz o Terra Nostra.


–         A la periodista y escritora Rosa Montero (Madrid, 1951), ganadora en 1981 del Premio Nacional de Periodismo y en 1997 del Premio Primavera por La hija del caníbal no le entusiasma la Fiesta Nacional. Y uno se preguntará, ¿y qué importancia tiene que a uno no le gusten los toros? Sencillamente porque Pascual Moreno, su padre, era matador. La guerra civil española truncó su carrera reconvirtiéndose en banderillero en las cuadrillas de Antonio Ordoñez y de Luis Miguel Dominguín. Del primero llegó a ser, incluso el peón de confianza. La misma Rosa, que empezó a escribir en la cama a los cinco años debido a una tuberculosis, recuerda “que yo era muy pequeñita cuando mi padre toreaba en Madrid, que después dejó para dedicarse en una ladrillera. Recuerdo que él ingresaba al cuarto de baño vestido de padre normal, y luego cuando salía, estaba vestido de Dios, lleno de brillos, relumbrando alamares. Las primeras palabras que aprendí a decir fue “suerte papa”, porque siempre escuchaba que la familia y los amigos al despedir a mi padre le decían “suerte maestro”. Así suele despedirse a los toreros antes de la faena”.


–         Truman Capote autor de A sangre fría o Música para camaleones, se defendía a sí mismo de esta forma. “Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio”. No está  mal para un autor tan exquisito como soberbio que, además de escribir grandes paginas y de retratar todo lo que le rodeaba, sobre todo a la gente adinerada, con una certeza  y frialdad difíciles de imitar, fue también un perverso escrutador de lo cotidiano. A partir de la publicación de A sangre fría, libro que vendió más de trescientos mil ejemplares y que le dio una notable presencia pública, quien también se consideraba un “buitre” con ademanes de paloma”, empezó a aparecer en portadas de revistas, entrevistas de televisión, prensa, charlas en las universidades, fiestas en la alta sociedad donde se codeaba con las estrellas del cine y con gente de mucho dinero. El vitriólico autor que, tras de sí, dejaba siempre una estela de inteligencia, acido humor y glamour, en una auto-entrevista en la que se interrogaba por sus miedos respondía que: “De sapos verdaderos en jardines imaginarios”. En esa misma conversación consigo mismo cuenta una anécdota que sin duda merece ser transcrita por la medida en que refleja quién fue y cómo fue el gran escritor.

“Por ejemplo, la otra noche estaba sentado con unos amigos en un bar atestado de gente en Kay West. En una mesa vecina, había una mujer medianamente bebida con su marido, completamente borracho. Al poco, se me acercó la mujer y me pidió que le firmara una servilleta de papel.

Al parecer, eso no le gustó al marido; vino dando bandazos a nuestra mesa y, después de abrirse la bragueta y sacar todo el aparato, dijo: “Ya que está firmando autógrafos, ¿por qué no me firma esto?”. Las mesas de alrededor se quedaron en silencio, así que muchísima gente oyó mi respuesta: “¿No sé si cabrá mi firma, pero quizá pueda ponerle mis iniciales?”.


–         El mejor exponente de la novela realista española del siglo XIX fue el canario Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920). Este novelista y cronista nos ha legado uno de los mejores frescos de la historia de España, los Episodios Nacionales. Pero para llegar hasta aquí, sus inicios como escritor no fueron fáciles.

Cuando daba los primeros pasos de su carrera literaria fue con su primera novela La Fontana de Oro, escrita entre 1867 y 1868, donde presenta la situación española durante el Trienio Constitucional. El editor, cogió la novela, la miró por encima y le dijo a Galdós:

—Siento tener que desilusionarle, joven, pero nuestra editorial tiene por norma sólo editar nombres conocidos.

Galdós tomó el manuscrito, salió del despacho y volvió a entrar. Sentado de nuevo ante la mesa del editor, exclamó: —Ningún problema, señor; me llamo…Pérez.


–         Hans Christian Andersen (Odense, 1875-Copenhague, 1975), autor de celebres cuentos infantiles como El soldadito de plomo, El sastrecillo valiente o el patito feo, dedicó sus años de juventud a viajar por Europa. Sus experiencias personales le sirvieron para escribir posteriormente sus célebres cuentos para niños. Al llegar a París tuvo ocasión de relacionarse con Víctor Hugo. La fama del escritor galo había traspasado fronteras y el danés le pidió un autógrafo.

Víctor Hugo, que tenia de desconfiado lo mismo que de gran escritor, pensó que aquel jovenzuelo le solicitaba una firma para utilizarlo como un reconocimiento de una deuda. Tras dudar un poco, finalmente accedió a firmar el autógrafo, pero lo hizo con letra muy pequeña y garabateándolo en el extremo superior derecho de la hoja de papel en blanco que Andersen, tan amablemente, le había facilitado.


–         La ciencia le debe mucho a François Marie Voltaire (París, 1694-ídem, 1778), el filosofo y escritor francés máximo representante de la Ilustración del siglo XVIII. Voltaire ordenó a una de las muchas amantes que tuvo en vida, que escribiera al francés una traducción de la obra de Newton Principia Matemática. Cuando la tuvo en su poder realizó a pie de página una serie de comentarios. Tuvieron tanto éxito que los principios expuestos por Newton adquirieron en Francia una dimensión hasta ese momento insospechada.


–         Cabrera infante explica en su libro de memorias Cine o sardina que, en 1925, la escritora Gertrude Stein, autora entre otros libros de The Geographical History of América or the Relation of Human Nature to the Human Mind o Everybody’s Autobiography, una mujer muy orgullosa de su automóvil, hallándose en Francia y necesitando ayuda para su vehículo, fue a pedirles opinión a unos mecánicos expertos en automóviles americanos pero que no conocían su idioma. Según Stein los empleados ni sabían  ingles ni tampoco nada sobre autos americanos y al final fue el dueño quien le arregló el vehículo. Mientras Stein preguntaba a los mecánicos, uno de ellos le respondió en francés: “C’est une génération perdue, Madam”. Gertrude pensó que la frase era lapidaria y la tradujo al joven Hemingway: “Es una generación perdida”. Hemingway aprecio pronto la ironía de la frase y se la apropió para el titulo de su primera novela.


–         Se encontraba Vila-Matas en Portugal, en un congreso de escritores. El barcelonés apenas salía del hotel y se pasaba todo el día dando paseos arriba y abajo. Después de cuatro o cinco días Santiago Roncagliolo preguntó:

— ¿Nunca sales del hotel?

Le dijo que en ese hotel había escrito una de sus columnas semanales del El País como si estuviera allí. Describía las cortinas, la vista del mar desde el hotel, los pasillos.

— ¿Y?— volvió a preguntar el peruano—

— Bueno, quería saber si todo estaba como lo inventé.


–         El escritor poeta y periodista Edgar Allan Poe (Baltimore, 1809-ídem, 1849) ha pasado a la historia de la literatura por ser el inventor del relato de detectives aunque también cultivó la poesía. Tenía una forma muy peculiar de leer en público sus poemas. Con el fin de dar un tono más dramático a sus poemas, unía con cola sus manuscritos de modo que, a medida que iba los iba leyendo, el manuscrito se desenrollaba. Con esta técnica lograba que el público asistente a las lecturas públicas prestase atención a los poemas.


–         Franz Kafka organizaba su vida alrededor de la literatura: “Si experimenta cambios, lo hace para adaptarse lo mejor posible al escritor, porque el tiempo es corto, las fuerzas son escasas, la oficina es un espanto, la habitación es ruidosa, y hay que salir del paso con artificios cuando no se puede hacer con una buena vida recta”.


–         Chejov escribió para el teatro del Arte de Moscú, dirigido por Konstantin Stanislavski, tres obras de teatro que tuvieron gran éxito en su momento: Tío Vania (1897), Las Tres Hermanas (1901), y El Jardín de los Cerezos (1904). En cierta ocasión un crítico teatral le recriminó, que en su teatro, había demasiadas escenas de comida. Chejov, molesto por el contrario, replicó:

— Eso es en lo que pensamos todo el tiempo. Y lo que hacemos cuanto nos es posible.


–         En el epilogo de Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, cuenta las dificultades del libro para salir a la luz. Los problemas tenían que ver con que su autor era desconocido y, la segunda, el tema, la censura y los crímenes del progreso reflejados en la quema de libros. El tema lo ilustraba el propio Bradbury: “Mientras tanto, nuestra búsqueda de una revista que publicara partes de Fahrenheit 451 llegó a un punto muerto. Nadie quería arriesgarse con una novela que tratara de la censura, futura, presente o pasada. Fue entonces cuando ocurrió: un joven editor de Chicago, escaso de dinero pero visionario, vio mi manuscrito y lo compró por 450 dólares, que era todo lo que tenía. Lo publicaría en los números dos, tres y cuatro de la revista que estaba a punto de lanzar. El joven era Hugh Hefner. La revista era Playboy, que llegó durante el invierno de 1953 para escandalizar y mejorar el mundo. El resto es historia. A partir de ese modesto principio, un valiente editor en una nación atemorizada sobrevivió y prosperó. Cuando hace unos meses vi a Hefner en la inauguración de sus nuevas oficinas en California, me estrechó la mano y me dijo: “Gracias por estar allí”. Y solo yo supe a que se refería.


–         Preguntado sobre el sentido de un poema Rimbaud le contestó a su madre:

— En sentido literal y en todos los demás. Todos los demás están a cargo del lector, no del poeta.


–         Todos los amigos de Alejandro Dumas, el célebre autor de Los tres mosqueteros, señalaban que era un hombre muy generoso y que su casa estaba abierta a la hora del almuerzo para todo aquel que quisiera sentarse a su mesa.

La mayoría de las veces los comensales se sentaban a comer a las once de la mañana y entre platos y tertulia nadie se levantaba de la mesa hasta bien entrada la tarde. En uno de aquellos almuerzos en los que se hablaba de todo y de nada, un amigo de Dumas le pidió al escritor que le presentara al comensal que se hallaba sentado a su lado. El escritor miró a aquel caballero y dirigiéndose a su interlocutor, le dijo:

— ¿Cómo voy a presentaros? Si no le conozco.


–         Nos lo cuenta el periodista y escritor Joan de Segarra: “Una vez fuimos a comer Ibañez Escofet y Avel.lí Artís Gener, (Tísner) a la casa que Escofet tenía en un pueblo cercano a Vic. Con nosotros venia también Gabriel García Márquez y su mujer. Por aquella época solía coincidir con él en la sede del Fondo de Cultura Económica. Aquel día estábamos todos muy ilusionados con la compañía del autor de Cien años de soledad y de su esposa, entre otras cosas porque suponíamos que él iba a contar muchas anécdotas, pero lo cierto es que no abrió la boca en toda la comida. En un momento dado pidió permiso para ir al lavabo. Su mujer aprovechó la breve ausencia para aclarar la repentina mudez del marido: “Perdonen que Gabo no esté muy simpático hoy, es que ayer le operaron de fimosis”.

Fuente: Luis Fernández Zaurín

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Literatura

Padre e Hija Escritores Peruanos Reciben Distinciones Internacionales

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En un emotivo evento celebrado en el Hotel Crowne Plaza de Miraflores, el periodista y escritor peruano Richard Morris Riofrio fue reconocido con dos distinciones internacionales por su novela histórica de ficción, “Rosalba de Altagracia”. La Lic. Issa Arguetas tuvo el honor de entregar estos prestigiosos reconocimientos, uno otorgado por la Real Academia de Arte y Literatura, Filial de los Estados Unidos de América, y el otro por el Consejo Mundial de la Paz, en el marco de su participación en el 1er Congreso Mundial de la Paz y las Artes celebrado en Michoacán, México, en 2024.

Richard Morris, quien también es Mensajero para la Paz de la ONU, se encuentra en el proceso de lanzamiento de su nueva novela de autoficción, “La Noticia Inversa”, un proyecto que promete generar un gran impacto en la comunidad literaria. Su compromiso con la paz y la promoción del arte continúa marcando su carrera como escritor.

Por su parte, su hija, Kiara Morris Rodríguez, a sus 13 años, ya es una figura destacada en el ámbito literario. Actualmente, es embajadora cultural del Bicentenario y recibió la Distinción Internacional Infantil Líder de Paz en Ecuador, otorgada por su contribución a la paz y la cultura. Su obra “Érase una vez en Moore” ha sido adaptada al teatro, lo que subraya su talento y su capacidad para conectar con diferentes públicos a través de las artes.

Ambos escritores representan un claro ejemplo del potencial creativo peruano, mostrando que la literatura puede ser un vehículo poderoso para la paz y la cultura. Richard y Kiara se han comprometido a seguir promoviendo el arte y la literatura, con la esperanza de inspirar a las futuras generaciones.

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Literatura

Hijo de Mario Vargas Llosa afirma que su padre está bien de salud

Tras la cancelación del viaje de MVLL a Madrid para recibir un homenaje, y luego de filtrarse información que indicaba que su estado de salud se encuentra en un nivel muy delicado, su hijo Álvaro ha salido a responder que el Nobel ha tenido que reducir sus actividades debido a su avanzada edad.

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El escritor Mario Vargas Llosa no asistió a la gala de la ‘Catedra Vargas Llosa’ en San Lorenzo de El Escorial en Madrid, en la cual iba a ser homenajeado y se quedó en Lima tras cancelar su viaje. En tanto, en su representación asistió su hijo Álvaro Vargas Llosa, quien aprovechó para afirmar que su padre, se encuentra bien. A pesar que su familia desde hace algunos meses se ha resistido a comentar sobre su real estado de salud.   

«Mi padre tiene casi 89 años, está en el umbral de los 90 años, es una edad a la que uno tiene que reducir un poco la intensidad de sus actividades y él lo ha hecho», afirmó el hijo del Nobel de Literatura en un acto público.

El escritor MVLL ingresó a la Academia de la Lengua Francesa.

Álvaro, además mencionó que la familia está “muy unida” y que su madre Patricia, “está muy pendiente de su padre”, y que “probablemente estará en Perú hasta fin de año” y que no puede dar una fecha exacta para su próximo viaje.

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Literatura

Han Kang se convierte en la primera escritora surcoreana en ganar el Premio Nobel de Literatura

Escritora se impuso a autores como Can Xue, Haruki Murakami o Anne Carson, quienes se encontraban entre los más voceados.

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Contra todo pronóstico, la Academia Sueca decidió otorgarle el Premio Nobel de Literatura a la escritora surcoreana Han Kang, quien fue galardonada “por su intensa prosa poética, que saca a la luz traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”, según declaró el secretario permanente de la Academia, Mats Malm.

Para los miembros del jurado, la autora ilumina la “conexión entre el cuerpo y el alma, los vivos y los muertos”, y su “estilo experimental” supone una innovación en la prosa contemporánea.

La escritora de 53 años es hija del también escritor Han Seung –won. Nació en Gwangju en 1970, pero creció en Seúl desde los once años. Estudió Literatura Coreana en la Universidad Yonsej de Seúl y se licenció en 1993. Debutó con poemas que aparecieron en la revista Literatura y Sociedad, pero se dio a conocer como prosista.

En 1994, ganó el premio literario del periódico Seoul Shinmun. Posteriormente, publicó varios volúmenes de relatos. En 1999, ganó el premio a la mejor novela coreana. En 2000, el «Premio para Jóvenes Artistas de Hoy», del ministerio de Cultura y Turismo. Y, por último, en 2005, el premio de Literatura Yi-Sang.

La reciente galardonada con el Nobel de Literatura ha trabajado como periodista para las revistas Water of the Deep SpringJournal of Publications y Spring. Su primera novela, La vegetariana (2007), fue llevada al cine en 2010 y recibió el prestigioso premio Booker Internacional en 2016. Está traducida al castellano, al igual que otra novela suya, La clase de griego. En la actualidad, Han enseña escritura creativa en el Instituto de las Artes de Seúl.

Foto: difusión.

Un galardón inesperado

Como todos los años, las especulaciones sobre los posibles galardonados no se hicieron esperar. El chino Can Xue, la canadiense Anne Carson, el escritor indio-británico Salman Rushdie y el japonés Haruki Murakami eran considerados candidatos prometedores. Algunos se consideran ya eternos favoritos y, una vez más, se han ido con las manos vacías.

Después del Nobel de la Paz, el de Literatura es el más reconocido. Los galardonados y sus editores también se benefician de ello gracias al aumento de la demanda de libros.

Según contó Mats Malm, secretario permanente de la Academia Sueca, cuando llamó a la autora para comunicarle la buena noticia, Han Kang estaba almorzando con su hijo. La escritora ha prometido acudir a Estocolmo para la ceremonia de entrega del galardón, el 10 de diciembre.

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Literatura

Jack Martínez, de mototaxista en SJL a ser catedrático de Literatura en Nueva York

Escritor peruano es en la actualidad profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Hamilton.

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Sus primeros diez años los pasó en las alturas de La Oroya (Pasco), entre recios obreros de la mina como su padre, bares de mala muerte donde no era extraño ver a uno que otro borrachín, olor a azufre y tierra recién escarbada. La madre de Jack Martínez siempre quiso una mejor vida para su menor hijo; es así que no lo pensó dos veces cuando la empresa donde laboraba su esposo le ofreció vivir en la capital.

Fue así que el pequeño Jack, ya de 11 años, y su madre llegaron al convulso y desordenado distrito de San Juan de Lurigancho (SJL).

“La primera vez que llegué nos bajamos en lo que era el último paradero de ese arenal, que hoy es la estación Santa Rosa. No recuerdo una noche tan oscura. Sin luz eléctrica, eran chozas y había que tantear con los pies para avanzar y así fue que llegamos. Al día siguiente, al despertar, lo primero que sentí fue el sol terrible sobre la arena (era verano). Fue un choque fuerte. No solo en lo material, sino también en lo cultural”, recuerda Jack.

De esta etapa rescata que pudo conocer un micropaís ahí y crecer con ellos positivamente; “había gente que venía del norte, del sur, de la selva. Gente que se veía diferente a mí y yo diferente a ellos. Crecí junto con el distrito. Recuerdo la primera vez que pusieron el agua y desagüe, fue una fiesta para todos”, relata el escritor para la agencia Andina. Hasta los 16 años, Jack fue parte de la educación estatal, y aunque su vocación y talento no afloraron de inmediato, fue la tradición oral la que lo hizo acercarse a este mundo.

Soñaba con ser periodista deportivo y Ovación era su dial favorito. La academia preuniversitaria era el paso obligado si quería estudiar Comunicación Social en la Universidad San Marcos.

Sin embargo, tuvo un extraordinario profesor que les narraba con gran habilidad diversos contenidos y que una vez delante del jovencísisimo Jack recibió su paga en efectivo.

“Dije , ¡wao! yo quiero que me paguen así… quiero ser profesor. Y comencé a leer. Así postulé a Literatura e ingresé… mis compañeros venían de distintas realidades. Fue impactante ver a compañeros que en lugar de una mochila llevaban sus libros en bolsas de plástico negras y otros que gozaban de muchas comodidades y vivían en lugares que jamás había visitado”. Fueron encuentros que la vida le planteó.

Sin tenerla fácil, en plena crisis, Jack tuvo en aquel entonces trabajar también como mototaxista para solventarse, contando con el apoyo familiar.

De ahí, el Icpna le abriría sus puertas y conocería el mundo de las exposiciones y así pasaron cinco años.

“Un amigo regresó al Perú tras estar becado y él me guió por ese camino y decidí apostar”. Dejó la zona segura, la locura de dejar todo lo establecido e irse a estudiar. “Creo que mi familia pensaba que bromeaba y no me tomaban muy en serio. Igual seguí adelante y cuando llegó el momento le dije a mi novia ´(hoy mi esposa) que me iba y si quería irse también”, recuerda.

“Después de seis años de ese primer viaje, logré invitar a mi mamá. Antes creía seguro que trabajaba en algo más y que lo de la beca era un invento para dorar la píldora, pero luego vio que todo era real”, señala con orgullo tras culminar su maestría en la Universidad de Connecticut.

Al año siguiente, obtuvo otra beca para el doctorado en Northwestern (Chicago). Durante sus años de doctorado, además de investigar y escribir la tesis, publicó su primera novela, Bajo la sombra (2014), que tuvo excelente recepción crítica. En el 2017 se gradúo como doctor y publicó su segunda novela, Sustitución. También ese año empezó como profesor en la Universidad de Hamilton, en Nueva York.

Su mejor novela. Jack es el personaje principal de su historia. Foto: Hamilton College.

En el 2024 acaba de publicar su tercera novela, Te he seguido. En la Universidad de Hamilton enseña escritura creativa, formando jóvenes escritores. También enseña literatura peruana, promoviendo nuestra rica tradición en los estudiantes estadounidenses.

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Literatura

«El jefecito del comedor», un cuento de Giovanna Gutierrez Narrea

Las calurosas vivencias de un empleado de un comedor universitario.

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Cerca de la 1:00 p.m., las colas del comedor seguían aumentando (por la puerta posterior, lateral y frontal), el sol radiante quemaba el rostro y cabeza de los comensales, los gritos bulliciosos: zampón, haz tu cola; amiga, despierta, no dejes que se metan; seguro son los de facufide; las antisonantes voces acompañadas de un megáfono y banderola en son de protesta.  

Tres de la tarde, ni un alma en los alrededores del comedor.

El jefe del comedor estaba fumando cuando tocaron la puerta.

_ Pase _ ordenó

Entró una señorita de buen porte y sonriente le dijo:

_ Buenas tardes, licenciado Abel, quisiera conversar con usted.

_ Sí, dígame

Mientras la coqueta y pícara estudiante se presentaba: me llamo Marifé, soy consejera de la Facultad de Inicial, y miembro de la comisión de almuerzos por el aniversario de mi facultad; quisiera saber qué documentos debo traer para que nuestro pedido sea atendido.

Con la mirada embobada, el jefecito del comedor, escuchaba atentamente el discurso de ese monumento de mujer que tenía en frente: blanquiñosa ella, de ojos grandes y claros, labios carnosos y sensuales, cabellera larga de color castaño, angosta cintura, caderas anchas al igual que sus pechos (todos los hombres son iguales, cuando ven carne blanca hasta podrida la consumen, y si tienen un buen derrier y busto, mejor).

Marifé, inmediatamente notó al hombre de enfrente completamente absorto con su presencia, y en un cruce de miradas hizo que el rostro del licenciado Abel se  ruborizara y dibujara un mohín con sus labios (solito se delataba).

_ Ok, señorita, entiendo. Entonces, puede usted presentar un oficio del decano dirigido a mi persona, solicitando la cantidad de almuerzos que necesitan, adjuntar la resolución de aniversario de decanato y la relación de alumnos matriculados en su facultad.

Tres días después, cerca de las 6:00 p.m., se apareció Marifé por detrás del jefe del comedor, sorprendiéndolo en el momento en que abría la puerta de su carro.

_ Hola, Abel. Perdón, perdón,  quise decir  licenciado Abel. Veo que ya se va, y justo hoy el profesor de estadística se extendió con su clase. Mañana tendré que regresar para presentar la solicitud de almuerzo.

_ No te preocupes, déjamelo y yo mañana lo veo.

_ Qué lindo, gracias. Mmmm, sería mucha molestia si me da una jaladita hasta la puerta de la universidad. Lo que pasa es que ya está oscureciendo y me da miedito bajar sola.

_ Sí, claro, sube. Por dónde vives?

_ En Huaycán, cerca a la Plaza de Armas de Huaycán, en la Av. 15 de julio, cuadra 10. Por lo general me vengo a la universidad con los colectivos y de regreso en combi, pero si tengo suerte, hoy puedo regresar en una camioneta Chevrolet (sonrió la pendeja).

El jefecito del comedor no pudo evitar los ojos brillosos, mejillas sonrojadas y el alargamiento de sus labios, al momento de sonreír.

_ ¿Te molesta si te tuteo?

_ No, total ya estamos fuera de la universidad.

_ ¿Y tú por dónde vives?

_ En Tarazona

_ Qué pena.

_ ¿Por qué?

_ Porque unos metros más y ya me tengo que bajar. Entonces, mañana te busco para recoger la copia de mi solicitud con el sello de tu oficina (despidiéndose aparentemente con un beso en la mejilla, pero se lo dio en la comisura de los labios).

Al día siguiente, 4:30 p.m., Marifé se acercó al container que fungía como oficina del jefe del comedor, llevando Caramandungas para tomar lonche, pues días anteriores la ofrecida esta se había percatado de la cafetera y hervidora que descansaban en una mesita, ubicada fijamente en una de las esquinas del vagón.

Abel la miró y sonrió, se sacó los lentes y se restregó los ojos. Luego cortó un pedazo de papel higiénico y limpió las lunas con esmero (mientras pensaba qué decir). Los trabajadores se iban retirando con un hasta mañana jefe, todo limpio jefe, todo cerrado jefe, que descanse jefe, cuidado jefe.

_ Gracias por las rosquitas Marifé, pero ya me tengo que ir. Te prometo que mañana temprano me los como en el desayuno.

Aquí puedes continuar leyendo el cuento completo.

https://cuentroversia.blogspot.com/2024/08/el-jefecito-del-comedor-cerca-de-la-100.html

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Literatura

Presentación de libro Gaza ante la historia, de Enzo Traverso

Conoce una de las novedades de la Feria Internacional del Libro de Lima.

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En el marco de la 28° Feria Internacional del Libro de Lima (FIL), gracias a la librería Contragolpe, se llevará a cabo la presentación del libro Gaza ante la historia, del reconocido historiador Enzo Traverso. El evento se realizará el lunes 29 de julio, en el auditorio José María Arguedas, a las 3 p.m. La presentación del libro estará a cargo del politólogo Alberto Adrianzén y la artista Daniela Ortiz.

¿Es la destrucción de Gaza una consecuencia del ataque del 7 de octubre o el epílogo de un largo proceso de opresión y erradicación? ¿Tienen los palestinos derecho a resistirse a la ocupación? ¿Hablar de genocidio es antisemitismo? En Gaza ante la historia, Enzo Traverso, uno de los historiadores más autorizados de nuestro tiempo, va a la raíz del conflicto israelopalestino poniendo en cuestión la historia del conflicto y ofrece una interpretación crítica que da la vuelta a la perspectiva unilateral desde la que nos hemos acostumbrado a observar lo que ocurre en Gaza.

Se suele describir a Israel como una isla democrática en medio de un océano oscurantista y a Hamás como un ejército de bestias sedientas de sangre. La historia parece remontarse al siglo XIX, cuando Occidente perpetró genocidios coloniales en nombre de su misión civilizadora. Sus supuestos esenciales siguen siendo los mismos: civilización frente a barbarie, progreso frente a atraso. Junto a las declaraciones rituales sobre el derecho de Israel a defenderse, nadie menciona nunca el derecho de los palestinos a resistir una agresión que dura desde hace décadas. Pero si en nombre de la lucha contra el antisemitismo permitimos que se desate una guerra genocida serán nuestras propias orientaciones morales y políticas las que se vean empañadas, serán los supuestos de nuestra conciencia moral los que se verán socavados: la distinción entre el bien y el mal, el opresor y el oprimido, los perpetradores y las víctimas.

Fecha: lunes 29 de julio

Hora: 3 pm

Lugar: auditorio José María Arguedas de la FIL (Parque Próceres de la Independencia, Jesús María, alt. cd. 16 de av. Salaverry)

Presentan:

– Alberto Adrianzén

– Daniela Ortiz

Organiza: librería Contragolpe  

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Literatura

«Por Facebook», un cuento de Giovanna Gutierrez Narrea

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Por Giovanna Gutierrez Narrea

Te miro por el face y vienen a mí los años de esplendor al lado tuyo. Una relación amorosa de tres años: compartiendo anécdotas, viajando juntos, experimentando emociones, conociendo un poco de ingeniería mecánica y tú aprendiendo un poco más sobre el sistema de la lengua (tú en la UNI y yo en la UNE-Cantuta). Dé repente, tu ausencia se empezó a justificar porque tenías que estudiar para tus prácticas calificadas, luego los trabajos de grupo y, finalmente, tus exámenes parciales y finales. Un par de meses después me dijiste haber conocido a una chica (rubia superficial, por cierto, tez blanca, delgada, caderona y bien tarrajeada; la típica mujer por la que el 99.9 % de hombres pierden la cabeza). Enamoramiento que te duró menos de un año, puesto que tu nueva conquista terminó yéndose con un hombre, muchos años mayor que tú; interesante cargo en la política de la universidad y de atractiva billetera. Supongo que mi poco atrevimiento sexual y la falta de coquetería fueron en gran parte, también, las causas del enfriamiento sentimental, razones por las que terminaste conmigo.

Anoche vi a Javier -me contó Mary-. Pensé que eras tú la que estaba con mi primo (estos chicos no cambian, terminan y luego regresan -me dije-…). Yo estaba comprando salchipapas en la esquina de mi casa, cuando pasaron por detrás mío, y mi primo ni cuenta se dio, y al voltear miré a la chica, quien tenía tu misma estatura, el cabello negro y lacio como lo tienes tú, y de perfil muy parecido a ti (pudiendo tener una original, se buscó una copia), pero por la oscuridad no la pude ver con exactitud. Sin embargo,  esa relación no le duró mucho tiempo, porque luego lo vi salir con su actual pareja, un poco feíta la nueva prima, pero es odontóloga. Ni modo amiga, será mi primo pero que se joda… Mejor estabas tú.

Aquí el cuento completo: https://cuentroversia.blogspot.com/2024/06/por-facebook-te-miro-por-el-face-y.html

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Literatura

Invitación a comer un chaufa: el nuevo libro de Julio Barco

Lee la columna de Nicolas López-Pérez

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Por Nicolas López-Pérez

A la industria editorial en crisis: lo primero es tomar por sorpresa a la hegemonía con un ramo de dientes de león. Luego, al ver los rostros entre la confusión y el estupor, soplar con dulce violencia cada una de las partículas que componen la flor. Esa es la fuerza literaria de Julio Barco (1991), señoras y señores. El poeta de El Agustino que viste y calza. No me detendré en la identidad de qué género o de qué tipo es el último libro publicado. Lo cierto es que Chaufa es un homenaje a la opacidad de la palabra y el lenguaje. En sus páginas se narra, se ensaya, se canta, se baila y se come. Como si la literatura peruana y su estado actual fuese el tema de un banquete digno de Platón, una reunión que armoniza reflexión y sentimiento.

A ustedes, señoras y señores de la industria editorial, huelga deciros que este libro es una incisión en las maneras de leer el insalvable abismo entre lo popular y lo culto; entre la periferia y el centro; entre el margen y el cuadro. Al mismo tiempo, su prosa nos muestra a un escritor audaz y resiliente ante el histórico vapuleo contra quien no tiene santos en la corte. Un escritor que se desenreda, como si fuera un ovillo de lana, para golpear la mesa y declarar una nueva profesión de fe literaria. Tal vez, señoras y señores de la industria editorial en crisis, la literatura que os presentáis es, a grandes rasgos, ominosamente homogénea y continúa a mostrarnos un Perú desconectado de sus bases. Puede que esta afirmación categórica se malinterprete, pero ante un mar de literatura pituca y aspiracional en que la finalidad es conmover o divertir con historias más o menos fascinantes, escribir desde las entrañas de nuestras ciudades es un ejercicio de resistencia y estrategia. Chaufa articula la palabra como un antídoto contra la apatía que vuestra literatura vierte sobre la clase trabajadora peruana.

En un hadiz islámico se lee que el estómago es el centro de todas las enfermedades. Desde ahí, una ética del cuidado de lo que se come. En el Perú, no obstante, todavía se habla de hambre; todavía hay poblaciones enteras donde escasea la comida y no solo por el aumento en el costo de la vida ni por la falta de empleos, sino por el individualismo y, además, la insuficiencia de las políticas públicas para llegar a cada rincón de una escandalosa, pero preciosa geografía. Recuerdo un dossier de 2018, publicado en Unidiversidad, una revista de pensamiento y cultura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y titulado “Perú: los poemas del hambre”. Paolo de Lima, el compilador, enfatiza el hambre como tópico en los versos de un considerable número de autores. Y esos poemas y poetas no son los primeros que orbitan en torno a la comida, también obras como “Primicias de cocina peruana” (2005) de Rodolfo Hinostroza, “Comer en los mercados peruanos” (2019) de Mirko Lauer o incluso “Tratado de la yerbaluisa” (2012) de Enrique Verástegui son ejemplos del vínculo entre literatura y comida. El estómago se conecta con el corazón y el cerebro, ¿y ustedes señoras y señores de la industria editorial qué hacen al respecto con las problemáticas sociales de las mayorías? Una paradoja: Perú, potencia gastronómica a nivel mundial e incapaz de erradicar el hambre en su territorio.

Barco nos encuentra en el Chifa, aunque puede que otros platos que nos acomunan sean el ceviche o la salchipapa. Lo encomiable está en el imaginario popular que este escritor construye: precisamente, en ese punto en que todos los archivos se tocan y donde no originan una identidad que confronta los ánimos, sino una capaz de generar una potencia solidaria donde el Perú se construye con tradiciones, afectos y palabras. Barco apuesta, en definitiva, por un manifiesto que conjura un sentimiento social, bullendo desde un problema inmanente y trascendente: el sentido de seguir luchando juntos por un mejor Perú. A ustedes, señoras y señores de la industria editorial, ¿cuántos libros tenéis que ingeniosamente pueden remecer a los sectores más populares? Una fuerte resistencia contra la literatura pequeño-burguesa, tanto como guiones que tienen éxito en Netflix y Hollywood. Barco escribe como se prepara un chaufa. Auguro que su lectura tendrá sabor a la simpleza y santidad de ese plato. Girados y apreciad la maestría del verbo. Chaufa es imperdible en este 2024 de las letras peruanas. Imperdible.

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