Escapar de la pobreza es como escapar de la maldición; sin embargo, Herman Roth creía que todo en este mundo era posible por eso no dudó en proponerle a su joven esposa dejar Galitzia-Ucrania y recorrer el mundo entero con tal de dejar atrás todo lo vivido, Beth al verlo tan seguro no tuvo más remedio que empacar sus maletas, mientras caminaba de cuando en cuando volvía la mirada triste como quien sabe que nunca más volverá tras sus pasos. Después de un largo peregrinaje los jóvenes esposos se establecen en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Herman; sin embargo, no estaba del todo contento, esas áridas tierras necesitaban de sangre nueva por esa razón uno de los días más felices de su vida fue aquella tarde del 19 de marzo de 1933, ese día vino al mundo su segundo hijo y ante la pregunta de cómo iban a llamar a ese niño que entre gritos y manotazos se posesionaba del mundo, Herman mirando el horizonte dijo sin pensar.
-Philip, Philip Roth.
II
Sabiéndose descendiente de abuelos emigrantes de Europa Oriental y de padres viajeros a Philip Roth no le quedó más remedio que continuar el camino, Nueva Jersey había sido el lugar de desembarque, ahora le tocaba a él recorrer otros mundos.
Para vivir y conocer otros universos se inscribió al ejército pero poco tiempo después le dieron de baja, una lesión a la columna lo tornaba inservible para esas artes, pero para no perder el tiempo y creyendo que lo suyo era la academia se inscribió a un doctorado en Filosofía pero al poco tiempo después se percató que eso no era lo suyo y simplemente lo abandonó. Pero de lo que nunca lo expulsarían ni él mismo dejaría voluntariamente fue el misterioso y apasionante mundo de la Literatura, ya desde ese entonces supo que solo tenía un deber en este mundo: Escribir la vida tal cual.
III
Es así como en 1959 aparece Goodbye, Columbus, conjunto de cinco cuentos y una novela breve que inmediatamente ganó dos cosas: el premio National Book Award y la condena de los rabinos por ser un judío que se auto-odiaba y como si fuera poco diez años después, en 1969, aparece otro libro que ocasionaría más polémica: “El lamento de Portnoy” y los ataques de un sector de la población judía no se hacen esperar, lo que molestaba a este grupo era tener dentro de ellos a un judío liberado de las ataduras de la religión que contaba en su libros sucesos “impresentables” de algunos hombres “descarriados” de la moral y las buenas costumbres. Sin embargo Roth continuó impasible.
Llevado por su fervor literario se avoca a la redacción de su Trilogía Americana compuesto por (pastoral americana, me casé con una comunista, la mancha humana). El autor en esta ocasión ahonda en los problemas de integración de los judíos en la sociedad contemporánea. A lo largo de toda su obra actualiza temas como la asimilación e identidad de los judíos en Estados Unidos, explora la naturaleza del deseo sexual, en su malditismo crea personajes y situaciones embarazosas para esa sociedad en decadencia y falto de autoestima.
Cuando decimos que ha creado personajes desaforados no exageramos un ápice, se dice que su alter ego más próximo es un tal Nathan Zuckerman, este personaje ha impuesto su presencia en numerosos libros con historias sorprendentes y paralizantes, explora los aspectos tragicómicos de asimilación judía, es fuerte recio y con buena memoria para la traiciones, con este personaje Philip Roth ha querido contar como siente y que piensa un escritor norteamericano.
El otro de sus personajes es David Kepesh, profesor al que le ocurren cosas “descabelladas”, para este personaje no hay más verdad que el orgasmo, su vida gira entre los celos y la desconfianza defectos que apaleará con el sexo. Sus deseos eróticos lo llevan a explorar mundos sublimes y pecaminosos.
IV
Dentro de su producción literaria encontramos personajes y temas tales como el intelectual septuagenario que cae rendido bajo el hechizo sin par de una muchacha cubana 40 años menor (el animal moribundo). En otro de los casos nos muestra la vida sexual de Alexander Portnoy, su obsesión por el sexo, y una larga lista de frustraciones y complejos (lamento de portnoy), en (sale el espectro) Roth se despide de Nathan Zuckerman, mediante este personaje nos relata su decadencia física y la muerte. En (la conjura contra América) nos dice qué hubiera pasado si un antisemita como Charles Lindbergh hubiera llegado a la presidencia de los Estados Unidos. Es en esas circunstancias cuando la población judía empieza a ser víctima de la discriminación. No debemos olvidar que Roth también ha publicado dos libros autobiográficos: Los hechos. Autobiografía de un novelista (1988) y Patrimonio. Una historia verdadera (1991) y su larga producción prosigue tanto así que sus 28 obras han pasado a integrar la colección de Library of America honor que solo unos cuantos autores en vida han tenido el privilegio de integrar.
V
A estas alturas de su existencia Philip Roth se ha convertido en el autor más apreciado y premiado de su generación, pero no hay mejor recompensa que el de saber que su obra forma parte de la gran novelística estadounidense, y a pesar de haber sido acusado en numerosas ocasiones, a Philip Roth no le ha faltado motivos ni razón para criticar la falsa moralidad de la sociedad.
Advierte la pérdida de valores en ese Estados Unidos donde el antisemitismo estaba institucionalizado; denuncia cualquier forma de manipulación del poder es allí cuando la indignación se torna un grito incesante y eterno en cada uno de sus obras.
VI
Sus lectores más fieles saben que Roth hace una separación entre el arte y la vida, tanto así que no escribe en el lugar donde duerme y a pesar que dice que “escribir es casi sufrir” es un escritor dedicado en cuerpo y alma a la Escritura.
A pesar de su gesto de severidad y fama de eremita se dice también que es un hombre amable y de fino humor tanto así que en sus ratos libres dice que se metería al sacerdocio solo por escuchar las confesiones de los pobres hermanos pecadores.
Y a pesar se der considerado un clásico contemporáneo de la talla de Saul Bellow, Bernard Malamud, Norman Mailer, Thomas Pynchon, Don De Lillo y de ser considerado uno de los pilares de la novela americana en el siglo XX junto a William Faulkner, Philip Roth sigue trabajando con el mismo entusiasmo de sus años mozos
Encerrado en su espaciosa granja de Connecticut que lo ha convertido en su pequeña fábrica de escritura, cada mañana se sienta frente a su ventana a seguir inventando el mundo en que todos nosotros vivimos.