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Paremos a los Acuña o nos destruyen el país

Hagamos un llamado a los grupos políticos decentes, a esos que todavía les queda algo de moral, dejen de lado sus diferencias por un momento y enfrenten a esta mafia delincuencial que tomó por asalto el estado.

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Por: Jorge Paredes Terry.

El nombre de César Acuña Peralta se ha convertido en sinónimo de un oscuro capítulo en la historia política del Perú.  Su trayectoria, lejos de ser un ejemplo de liderazgo, se asemeja a una estela de escándalos de corrupción, nepotismo, autoritarismo y presuntos vínculos con el narcotráfico y el lavado de activos.  Desde sus inicios en la Universidad César Vallejo, una institución plagada de acusaciones de irregularidades académicas y financieras, hasta su paso por la alcaldía de Trujillo, la gobernación de la Libertad, el congreso y sus aspiraciones presidenciales, Acuña ha tejido una red de poder que ha dejado tras de sí un rastro de impunidad y desgracias políticas.

Las acusaciones contra Acuña no son nuevas.  El caso de la Universidad César Vallejo, con sus cuestionadas prácticas de admisión y sus presuntos manejos irregulares de fondos, es solo la punta del iceberg.  Su ascenso meteórico a través de la política, pasando por la alcaldía de Trujillo y la gobernación, ha estado marcado por denuncias de nepotismo, donde familiares y allegados se han beneficiado de su posición de poder, generando un círculo vicioso de enriquecimiento ilícito.  Su paso por el Congreso no ha sido menos controvertido, con acusaciones de obstrucción a la justicia y de utilizar su influencia para favorecer intereses particulares.

La más reciente acusación de proxenetismo, si bien aún se encuentra bajo investigación, añade una nueva capa de gravedad a las ya numerosas acusaciones que pesan sobre él.  Esta denuncia, junto a las anteriores, pinta un retrato desolador de un hombre que ha utilizado su poder para enriquecerse y mantenerse en el poder, sin importar las consecuencias para el país.  La presunta red de intercambio de favores con el poder Ejecutivo y Judicial, si se confirma, revelaría un sistema de corrupción sistémica que corroe las instituciones del estado y socava la confianza pública.

La impunidad con la que Acuña ha operado durante años es alarmante.  A pesar de las numerosas investigaciones y denuncias, parece que siempre ha logrado evadir la justicia, dejando una sensación de frustración y desánimo en la ciudadanía.  Su persistencia en la política, a pesar de las acusaciones, es una muestra clara de la debilidad de las instituciones y la falta de voluntad política para combatir la corrupción de manera efectiva.  La historia de Acuña es un llamado de atención sobre la necesidad de una reforma profunda del sistema político peruano, una reforma que garantice la transparencia, la rendición de cuentas y la aplicación de la justicia, sin importar la posición social o política del acusado.  Solo así se podrá romper el círculo vicioso de la corrupción y construir un futuro mejor para nuestra golpeada nación.

Las acusaciones de corrupción contra César Acuña Peralta son numerosas y abarcan diferentes etapas de su carrera política. Algunos ejemplos concretos son:

– Caso Universidad César Vallejo:  La universidad fundada por Acuña ha sido objeto de múltiples denuncias por irregularidades académicas y financieras. Se le acusa de prácticas de admisión cuestionables, manejo irregular de fondos y de otorgar títulos sin una debida formación académica.

– Nepotismo en la Alcaldía de Trujillo: Acuña fue acusado de favorecer a familiares y allegados durante su gestión como alcalde de Trujillo, otorgándoles puestos de trabajo y contratos sin un proceso transparente.

– Caso «Viteri»: Acuña fue acusado de negociación incompatible por supuestamente favorecer a una empresa en la adjudicación de una obra pública durante su gestión como alcalde. El Ministerio Público solicitó una pena de cinco años de prisión en su contra.

– Compra de panetones: Acuña fue acusado de usar fondos públicos para la compra de panetones a una militante de su partido durante una actividad proselitista. El Ministerio Público solicitó una condena de cuatro años de prisión.

– Red empresarial para ganar licitaciones:  Acuña y su hijo, Richard Acuña, fueron denunciados por presuntamente crear una red empresarial para adjudicarse obras públicas por más de S/ 10 millones en Trujillo.

– Caso «Plata como cancha»:  El libro «Plata como cancha: secretos, impunidad y fortuna de César Acuña», basado en la vida de Acuña, expone una serie de denuncias de corrupción, incluyendo presuntos vínculos con el narcotráfico y el lavado de activos.

– Condena por difamación:  Un juez condenó al periodista Christopher Acosta y a la editorial Random House por difamación agravada por las frases del libro «Plata como cancha» que mencionaban las acusaciones contra Acuña.  Esta sentencia ha sido criticada por atentar contra la libertad de expresión.

El Legado desolador de los Acuña

Las acciones de los Acuña no se limitan a un cúmulo de acusaciones de corrupción; representan un impacto devastador en la población peruana, un legado de desconfianza, desigualdad y sufrimiento que se extiende a lo largo de décadas.  Su trayectoria política, marcada por la opacidad y el enriquecimiento ilícito, ha minado la confianza en las instituciones, debilitando el tejido social y frenando el desarrollo del país.

La presunta relación de Acuña con el narcotráfico y el lavado de activos añade una dimensión aún más grave a su impacto.  Si se confirman estas acusaciones, se estaría ante un caso de corrupción que no solo ha robado recursos públicos, sino que también ha debilitado la seguridad nacional y ha contribuido a la proliferación de la violencia y la criminalidad.  El daño causado a la población peruana por las acciones de Acuña trasciende el ámbito económico; se trata de un daño social, moral y político que ha erosionado la confianza en el futuro del país.  Su legado no es solo una mancha en la historia política peruana; es una herida abierta que afecta profundamente la vida de los ciudadanos.  La lucha contra la corrupción no es solo una cuestión de justicia; es una necesidad fundamental para reconstruir la confianza y asegurar un futuro mejor para el Perú.

Un Llamado a la Unidad Nacional contra la corrupción

El Perú está en juego.  La corrupción, encarnada en figuras como César Acuña Peralta y su círculo, no es solo un problema político; es una amenaza existencial que está destruyendo el tejido social y económico de la nación.  Ya no podemos permitir que la impunidad prevalezca.  Es hora de dejar de lado las diferencias partidistas y unirnos en un frente común contra esta mafia delincuencial que ha tomado por asalto el país.

A los grupos políticos decentes, a aquellos que aún conservan un mínimo de moral y principios, les hago un llamado urgente a la unidad.  Dejemos de lado las ambiciones personales y las estrategias electorales mezquinas; la supervivencia del país está en juego.  Necesitamos una alianza estratégica, un pacto nacional contra la corrupción que trascienda las ideologías y las rivalidades.  Debemos construir un frente común que investigue a fondo las acciones de Acuña y sus cómplices, que exija justicia y que trabaje para recuperar la confianza de la ciudadanía.

No se trata de una lucha partidaria; es una lucha por la supervivencia de la democracia peruana.  La corrupción ha debilitado nuestras instituciones, ha generado desigualdad y ha robado el futuro de millones de peruanos.  Si no actuamos con decisión y unidad, si permitimos que la impunidad siga reinando, el país se desmoronará.  Es hora de actuar.  Es hora de exigir responsabilidad.  Es hora de construir un Perú libre de corrupción, un Perú donde la justicia prevalezca y donde la voz del pueblo sea escuchada.

Este llamado a la unidad no es una opción; es una necesidad imperiosa.  El futuro del Perú depende de nuestra capacidad para superar las diferencias y enfrentar juntos a esta amenaza.  Debemos exigir a nuestros representantes políticos que prioricen el interés nacional por encima de sus intereses personales y partidarios.  Es hora de demostrar que la corrupción no es invencible, que la justicia sí existe y que el pueblo peruano tiene el poder de recuperar su país.  ¡Basta de Acuña y de quienes como él se benefician de la impunidad! ¡Unidad por el Perú!

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La sombra de Nosferatu

El no muerto no ha llegado a entretenernos, así que esta película seguramente no será del agrado de la gran mayoría que solo quiere ir al cine a comer canchita, reírse e irse por donde vino.

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Por: Raúl Villavicencio H.

Cuando se anime a ver la nueva película de Robert Eggers no espere que una catarata de sangre, vísceras, y gritos despavoridos aparezcan cada cinco minutos. El silencio será una constante así como la oscuridad, invitando al espectador a querer acercar un poco más la vista para poder ver lo que se le presenta por delante. Sin embargo, el esfuerzo será muchas veces en vano porque así lo quiso el cineasta.

Esta representación cinematográfica trata de emular una pesadilla sumamente vívida, ese mal sueño que todos desean despertar pero no pueden, sintiendo estar atrapados en una secuencia de imágenes poco comprensibles, llenas de bruma y no del todo nítidas. Donde las voces se escuchan provenientes de otra habitación, llamándonos incesantemente por nuestro nombre, y aunque sabemos que eso está mal no tenemos otra alternativa que seguir avanzando, porque así es nuestra curiosidad.

El gran demonio que aguarda dentro de esa historia cubierta de espesura, típica del mundo onírico, es aquel que extiende sus extremidades hasta descubrirnos estáticos, desarmados por el miedo de lo desconocido y por aquel ser que invade nuestra privacidad en medio de la noche. Nada se puede hacer ante un ente capaz de estar y no estar, de descubrirse en el preciso instante donde volteamos la mirada para ver quién es ese que nos eriza la piel.

El Nosferatu de Eggers es horrendo, imponente y putrefacto, justamente para ocasionar el efecto necesario para que una persona se quedé inmóvil ante lo que ve, petrificado y tembloroso de pavor, sin mayor respuesta que una agitada respiración y el dilatamiento de sus pupilas.

Es de rescatar que en pleno siglo 21, donde ya incontables películas de terror recurren al grito inmediato para impresionar al espectador, (este, por decirlo de alguna manera, se encuentre “entrenado” y ya no le causa sorpresa un nuevo largometraje de corte oscuro) Nosferatu nos devuelve esa sensación extraviada entre tanto CGI de que aún quedan rincones en nuestra mente por explorar, y es precisamente en el plano subconsciente donde los demonios se encuentran liberados de cualquier atadura.

El no muerto no ha llegado a entretenernos, así que esta película seguramente no será del agrado de la gran mayoría que solo quiere ir al cine a comer canchita, reírse e irse por donde vino.

Columna publicada en el Diario Uno.

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Caso UNJFSC: Congresista Montalvo deja mal parado al líder Vladimir Cerrón

Lea la columna de Rafael Romero.

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Por: Rafael Romero.

Mientras el doctor Vladimir Cerrón se pronuncia con su carta a los “perulibristas” desde la clandestinidad, exponiendo principios e ideales de verdad y justicia, lamentablemente congresistas de ese partido, como el cuestionado Segundo Montalvo, se encaprichan con su intervencionismo en los claustros estudiantiles de la histórica Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión (UNJFSC).

Pretender poner al hombre al servicio de la ley y no la ley al servicio del hombre, como ocurre con la interesada y seudo reorganización de la UNJFSC, en medio de los ucases del parlamentario Segundo Montalvo, presidente de la aburguesada Comisión de Educación del Congreso de la República, solo es ir contra la autonomía universitaria y la democracia interna de los estamentos estudiantiles, temas que el doctor Vladimir Cerrón conoce muy bien porque ha sido estudiante universitario y luego docente en una casa superior de estudios.

Lamentablemente, la situación de privilegio y acomodaticia de la mamadera del Estado ha hecho que la bancada de Perú Libre traicione los ideales de su líder, el doctor Vladimir Cerrón, siendo paradójico que su propio hermano Waldemar Cerrón se ponga al servicio de los intereses de la oligarquía al apoyar el desaguisado intervencionismo en una universidad del Estado, siendo tonto útil de la derecha cavernaria y reaccionaria, dueña de varias universidades privadas pues al debilitarse a la universidad pública, por obvia razón, se está empoderando a las universidades e institutos superiores particulares.

Peor aún, con congresistas como Montalvo solo se termina trayendo por tierra los aspectos centrales de la carta abierta a los “perulibristas” escrita hace unos días por quien es víctima de un “lawfare”, el doctor Vladimir Cerrón, cuando este señala que el destacamento (militante) en el Parlamento debe cuidar la moral del partido porque es la “única trinchera de lucha de la clase trabajadora, a quienes con mi encarcelamiento hubieran intentado doblegarla”.

Precisamente, los trabajadores de la UNJFSC ya se han manifestado en contra del intervencionismo y frente a las consabidas reorganizaciones en las universidades estatales, asunto en el cual tiene nulo éxito que mostrar el congresista Montalvo. En efecto, el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad de Huacho (SUTHU) emitió un pronunciamiento rechazando la actitud mostrada por el presidente de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte, Segundo Montalvo, al querer aprobar los predictámenes de los Proyectos de Ley N° 7627/2023-CR, 8022/2023-CR y 8220/2023-CR que buscan reorganizar a la universidad faustiniana, pues en la práctica son ilegales e inconstitucionales, perjudicando a la comunidad universitaria (13,000 estudiantes de 38 escuelas académicas) y la estabilidad laboral de más de 700 trabajadores.

No obstante, hay congresistas que se oponen a las intenciones de Montalvo, como el congresista Álex Paredes, quien solicitó la asistencia a la comisión del Contralor General y de la Fiscal de la Nación para que expongan todos los casos pertinentes de la UNJFSC y que se individualicen responsabilidades. Asimismo, el parlamentario Guido Bellido pidió se respete la autonomía universitaria, remarcando que los órganos de gobierno son elegidos por los integrantes de las universidades y si el rector o decanos son cuestionados, se les puede vacar, por lo que pidió evaluar e individualizar las denuncias.

Otros congresistas también se han opuesto a ese intervencionismo que quedaría como un mal precedente para atacar a otras universidades públicas mientras que las privadas, con intereses puestos en algunas bancadas congresales, se irían de rositas.

Por otro lado, los trabajadores de la UNJFSC han dicho que Segundo Montalvo no puede comportarse como un elefante en medio de una cristalería, pues generalizar el tema de la corrupción es erróneo y subjetivo mientras no se individualicen responsabilidades, mucho más cuando en paralelo se desentraña la persecución contra el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, y que gracias a su valiente lucha en la jurisdicción constitucional está desarmando el “lawfare” en su contra y que lo ha obligado a permanecer en la clandestinidad.

Los trabajadores, estudiantes y el grueso de las autoridades de la UNJFSC merecen respeto, siendo injusto, parcializado y desproporcionado los predictámenes de los Proyectos de Ley 7638/2023-CR, 8022/2023-CR y 8220/2023-CR que pretenden reorganizarla íntegramente, hecho a todas luces desproporcionado, exagerado y falaz.

Los trabajadores de esta emblemática universidad pública también rechazaron la actitud inadecuada, reaccionaria, pro-oligárquica y antidemocrática del congresista Waldemar Cerrón, la que no se condice con los elevados ideales y la consecuencia combativa de su hermano, el doctor Vladimir Cerrón. Por eso es la hora de la unidad de los estudiantes faustinianos, de los docentes y los trabajadores para defender los principios de la reforma universitaria de Córdoba, de junio de 1918, mucho más cuando en su alma mater existe paz social, legalidad y gobernabilidad para enfrentar con éxito el camino de la renovación de su licenciamiento.

Tal como termina la carta del líder y fundador del partido Perú Libre, el doctor Vladimir Cerrón, respecto a su caso, mutatis mutandis, también debe verse el siguiente texto la perspectiva de la UNJFSC:  

“En ninguna de las circunstancias tuvimos la solidaridad de ningún partido que aún conserva su membrete de izquierda, por el contrario, se percibía alguna satisfacción y, en el mejor de los casos, su neutralidad. Lo menciono no por resentimiento, sino para resaltar la ausencia del valor de la solidaridad, rasgo inequívoco que caracterizó a la izquierda de antaño, que al día de hoy no existe, producto de la psicología alienante, mercantilista e individualista, que como triunfo ideológico el neoliberalismo impregnó sobre la masa popular, logrando corromper nuestra conciencia de clase”.

En suma, la comunidad universitaria faustiniana espera que el congresista Segundo Montalvo sea más consecuente, transparente y objetivo.

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Leo Dan, el gaucho de las baladas

Popular y exitoso supo hacerse un camino en la televisión y en el cine, el “León de las Pampas” estaba al nivel de estrellas musicales como Palito Ortega, Sandro o Leonardo Favio en la década de los sesenta, permaneciendo en lo más alto hasta finales de los setenta. Luego, convertido ya al cristianismo, compartió su música romántica alternando su devoción a Dios.

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Por: Raúl Villavicencio H.

En una década distante, donde los ancianos eran jóvenes mozos y bellas damas, el tiempo transcurría en un vinil y los mensajes llegaban envueltos en cartas en un buzón, los silencios significaban prudencia y las noches rompían su quietud con el cantar de un enamoradizo trovador, ahí, en los grandes salones de baile las parejas se unían en una sola canción y era un beso tímido y a la vez febril la culminación de un cortejo prolongado que se había extendido por meses.

Era en esos tiempos donde las canciones de Leopoldo Dante Tévez, mejor conocido como Leo Dan, eran la mejor dedicatoria hacia el ser querido; sus letras servían de vía para aquel falto de palabra, o de aquel que necesitaba un poco más de valor para declararse al ser amado.

El joven veinteañero Leo sabía transmitir a través de sus canciones todo lo que uno quería decir en ese momento de sinceridad, que colocadas de manera precisa dentro de nuestras bocas significaron el inicio o el final de muchas relaciones.

Popular y exitoso supo hacerse un camino en la televisión y en el cine, el “León de las Pampas” estaba al nivel de estrellas musicales como Palito Ortega, Sandro o Leonardo Favio en la década de los sesenta, permaneciendo en lo más alto hasta finales de los setenta. Luego, convertido ya al cristianismo, compartió su música romántica alternando su devoción a Dios.

Querido en muchos países, sobre todo por aquella generación perteneciente a nuestros padres, Leo Dan representa la melodía correcta, la afinación vocal, el mirar sereno, el cantar divino, el deleite de escucharlo, por enésima vez, bailando con nuestra pareja de toda una vida, aquella que conocimos en nuestra juventud y que tenemos el privilegio y la dicha de poder seguir sosteniendo su mano un año más.

Con más de 40 millones de discos vendidos en todo el mundo, el humilde gaucho de Santiago de Estero fue uno de los más grandes cantantes y compositores de esa época que no volverá y que solo queda como un grato recuerdo por aquellos ancianitos que hasta ahora, al volver a escuchar sus canciones, sus corazones pierden el paso y se emocionan como la primera vez. Descanse en paz, maestro de la balada.

Columna publicada en el Diario Uno.

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¡Feliz Año para Todos!

Lea la columna de Tino Santander Joo.

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Por: Tino Santander Joo.

Millones de peruanos recibimos el 2025 con la esperanza de una vida mejor; la inmensa mayoría sabe que ser peruano es un reto  y  a pesar de la clase política podrida, del terrorismo de los bancos, del monopolio farmacéutico del Interbank; del crimen organizado que hegemoniza la vida nacional, de la precariedad de la salud,  de la educación y del transporte, los peruanos salimos a trabajar y estudiar sin quejarnos como hacen los ricos, que siempre reclaman mejores condiciones jurídicas para enriquecerse más.

Nada ha cambiado en el mundo. Siempre habrá una guerra, una hambruna, millones de refugiados, migrantes que buscan en el primer mundo amparo para saciar su hambre y dolor, fariseos que en nombre de Dios predican la paz y la solidaridad. Sabemos que Estados Unidos impondrá su poder a través del chantaje económico o de su poderío militar en el mundo con demócratas o republicanos; que en nombre del socialismo las dictaduras cleptocráticas hambrean a sus pueblos y saquean sus recursos. Nada es nuevo, ni nuestra indiferencia ante el dolor y los dramas de otros, ni ante la tragedia de millones de peruanos que no tienen agua ni desagüe. Nada nos conmueve salvo nuestros bolsillos y nuestra seguridad.  

En el Perú, siempre anhelamos mejores políticos; sin embargo, votamos por los peores. Leocadio Zavala, dirigente agrario cusqueño me dice: “¿por quién, vas a votar el 2026? Lo mejor es el voto en blanco o viciado, porque es lo mismo. Tenemos que hacer algo para que nuestros hermanos piensen”. La farsa electoral ya empezó y nadie tiene esperanza en los nuevos aspirantes a podridos, ni en los viejos podridos que quieren mantener el sistema de corrupción de los bancos y del crimen organizado. Los políticos están aislados en los sets de televisión y radio. No se dan cuenta que no los escuchan ni los ven. Los desprecian, no se imaginan ellos el odio que les tienen.

Las instituciones están degradadas; las Fuerzas Armadas se han convertidos en gendarmes del crimen organizado; la Policía Nacional no tiene rumbo y es una institución corrupta manejada por los políticos de turno que siempre la están reformando. El Congreso es un lenocinio que legisla a favor de las mafias que controlan el Estado. El poder judicial es un mercado ambulante en la que tu libertad, propiedad y honor son una mercancía que se enajena al mejor postor. El pueblo ha institucionalizado la pendejada como mecanismo de defensa para conseguir todo fácil y rápido.

Las comunidades campesinas ya no son la reserva moral de la nacionalidad peruana, sino instrumentos de negociación y chantaje; ya no inspiran la cultura, la nobleza, y el linaje del Tawantinsuyo, sino, la vulgar lucha por la sobrevivencia en la que la pendejada hegemoniza la vida diaria.

Nada podemos esperar del 2025, sino más de lo mismo: indiferencia, latrocinios, guerras crueles promovidas por las potencias mundiales que en nombre de la libertad buscan apropiarse de los recursos de otros pueblos, como hacen los franceses en África en la región del Sahel o como los chinos que buscan controlar el comercio mundial a través de la ruta de la seda y van construyendo “filantrópicamente” infraestructura portuaria y económica. Nada es gratis, la solidaridad y la bondad cuestan muchas veces a los pueblos soberanía y recursos naturales.

¿Qué Hacer?  ¿una revolución social, una nueva ingeniería social construida por la imaginación de los intelectuales o de algún político sagaz?  ¿O nos acomodamos de la mejor manera al cruel capitalismo mundial?  ¿O seguimos siendo esclavos de los bancos y del crimen organizado? Usted decide querido lector, y feliz 2025 que como siempre será un año de esperanza y para muchos un año más de lucha por la utopía de un país mejor.

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2024, año para el olvido

Escándalos políticos, acciones oscuras y corrupción desenfrenada, opacan acciones positivas en un país que no deja de creer en su futuro.

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Por: Jorge Paredes Terry.

El año 2024 ha sido un año turbulento para la política peruana, marcado por una serie de escándalos y actos de corrupción que han ensombrecido importantes logros y avances en el país. Desde enero hasta diciembre los titulares se han llenado de noticias sobre funcionarios públicos y políticos involucrados en actos ilícitos, socavando la confianza de la ciudadanía en sus representantes y en las instituciones democráticas. El año 2024 podemos decir que se caracterizó por una desconcertante yuxtaposición: logros económicos y de infraestructura significativos, como la exitosa cumbre APEC, la inauguración del Puerto de Chancay y un crecimiento económico moderado, se vieron opacados por una serie incesante de escándalos de corrupción política que erosionaron la confianza pública.  Este año, en lugar de ser recordado por sus avances, se convirtió en un periodo marcado por la impunidad y la desilusión.

En enero, el escándalo del «Caso Rolex» estalló cuando se descubrió que la presidenta Dina Boluarte había recibido relojes de lujo como «préstamo» del gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, a cambio de favores políticos. Este caso de enriquecimiento ilícito puso en evidencia la corrupción en los más altos niveles del gobierno. En marzo, el excongresista Freddy Díaz Monago fue nuevamente noticia al ser acusado de violación sexual, un caso que se sumó a las denuncias previas de acoso sexual en su contra. La impunidad con la que estos casos han sido manejados ha generado indignación y desconfianza en la población.

El mes de abril trajo consigo el escándalo de Andrés Hurtado, conocido como «Chibolín», quien fue descubierto operando una red de coimas e intercambio de favores con jueces y fiscales. Hurtado, un expresentador de televisión, utilizó su influencia para acelerar trámites y obtener beneficios para sus allegados, revelando la profunda corrupción en el sistema judicial peruano. En junio, el hermano de la presidenta, Nicanor Boluarte, se convirtió en prófugo de la justicia tras ser acusado de direccionar la contratación de prefectos y subprefectos para financiar la constitución de un nuevo partido político. La falta de acción por parte de las autoridades para capturarlo ha sido vista como un reflejo de la corrupción y el nepotismo en el gobierno.

En agosto, el «Caso Odebrecht» volvió a ser noticia cuando se revelaron nuevos detalles sobre los sobornos pagados a funcionarios peruanos para obtener contratos de obras públicas. Este caso, que ha involucrado a varios expresidentes y altos funcionarios, sigue siendo un símbolo de la corrupción endémica en el país. La condena del expresidente Alejandro Toledo por el caso Odebrecht, aunque un paso crucial en la lucha contra la corrupción, no fue suficiente para disipar la sensación de que la justicia se aplica selectivamente.  La magnitud del caso, y la implicación de figuras prominentes en la política peruana, reforzó la percepción de una red de corrupción profundamente arraigada.  De manera similar, el inicio del juicio oral contra Ollanta Humala y Nadine Heredia por presuntos aportes ilegales de Odebrecht a su campaña presidencial, mantuvo viva la atención pública sobre las prácticas corruptas que han plagado la vida política nacional.  La lentitud del proceso judicial, sin embargo, generó frustración y alimentó el escepticismo sobre la capacidad del sistema judicial para abordar eficazmente estos casos.

En octubre, el escándalo del «Puente Tarata III» sacudió al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, cuando se descubrió que altos funcionarios habían recibido sobornos para adjudicar el contrato de construcción de un puente en la región de San Martín. Este caso puso en evidencia la corrupción en la adjudicación de obras públicas y la falta de transparencia en el uso de los recursos del Estado.

Finalmente, en diciembre, el escándalo de la «Red de Proxenetismo en el Congreso» cerró el año con una nota sombría. Se descubrió que una red de prostitución operaba dentro del Parlamento, dirigida por Jorge Torres Saravia, exjefe de la Oficina Legal y Constitucional del Congreso. Este caso, que involucró a varios legisladores, ha sido un golpe devastador para la imagen del Congreso y ha generado un llamado urgente a la reforma y la transparencia en las instituciones públicas.

Estos escándalos han ensombrecido importantes logros y avances en el país. La organización del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Perú fue un éxito, destacando la capacidad del país para liderar en la región y promover el comercio inclusivo y sostenible. El Megapuerto de Chancay, inaugurado en noviembre, promete transformar la economía peruana al convertirse en un hub logístico clave para el comercio marítimo en América Latina. Además, el crecimiento económico del país ha sido notable, con una proyección de expansión del Producto Bruto Interno (PBI) del 3.2%, posicionando a Perú como líder en la región.

A pesar de estos logros, los numerosos escándalos y actos de corrupción han socavado la confianza de la ciudadanía en sus representantes y han puesto en evidencia la necesidad urgente de una reforma integral en el sistema político peruano. La lucha contra la corrupción debe ser una prioridad para el país, y solo a través de un esfuerzo conjunto y decidido se podrá restaurar la confianza en las instituciones y construir un futuro más justo y equitativo para todos. El año 2024 ha sido, sin duda, un año político para el olvido.

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Una silla vacía

Quién no daría un momento para poder abrazar a la mamita querida, que nos perdonaba cada traspié, cada mal paso, cada travesura. O al padre severo, pero justo que nos marcaba el sendero de la vida; o el hermano bonachón que era el alma de la fiesta; o ese ser amado que nos regaló momentos irrepetibles.

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Por: Raúl Villavicencio H.

Millones de hogares se reunieron el pasado 24 de diciembre en una mesa, celebrando el nacimiento simbólico de Jesús de Nazaret; para muchos habrá sido un momento para compartir anécdotas, historias, momentos vividos cuando todos eran pequeños y no existían las obligaciones típicas de los adultos.

Es bien conocido que la Navidad la disfrutan más los niños, pues son ellos finalmente los que experimentan esa “magia” de recibir un regalo; sin embargo, existen otras familias que se conforman con que en esa noche estén todos juntos, compartiendo un poco de pan, un poco de refresco o algo al alcance de sus bolsillos.

Para los más pequeños del hogar es ese momento del año para reencontrarse con sus primos, tíos, abuelos o hermanos que regresan de viaje. Ya no hay clases y se puede dormir unas horas más, mientras en la cocina la madre va alistando la comida para la noche. Afuera, los vecinos ya iniciaron las festividades repitiendo los mismos villancicos de toda la vida, y en la T.V. transmiten películas navideñas. Son esos momentos que uno desea que nunca termine y ya de grandes nos damos cuenta de lo invalorables que eran.

Estas fechas pueden resultar agridulces para muchos, pues lo primero ya no podrá repetirse por la pérdida de un ser querido que se fue quizás no en su momento, sino que el destino así lo quiso; y esas son las que más se extrañan.

El hermano ausente, el padre que partió al cielo, la madre comprensiva que ya no podrá estar a nuestro lado, así ya pintemos canas, siempre nos dibujarán una sonrisa a media gana, pues son ellos los que finalmente estuvieron a nuestro lado en las buenas y en las malas. Quién no daría un momento para poder abrazar a la mamita querida, que nos perdonaba cada traspié, cada mal paso, cada travesura. O al padre severo, pero justo que nos marcaba el sendero de la vida; o el hermano bonachón que era el alma de la fiesta; o ese ser amado que nos regaló momentos irrepetibles.

Esos mensajeros del amor invencible siempre tendrán un espacio en nuestros recuerdos, siempre bienvenidos sin importar la hora ni el momento. Para ellos un beso al cielo, una oración, y una silla vacía en nuestras mesas.

Columna publicada en el Diario Uno.

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La mala educación en Barranco

Un distrito tradicional, histórico y cultural, convertido en una letrina pública.

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El distrito de Barranco siempre fue mágico e histórico y ostenta un legado cultural que aún perdura y trasciende, a pesar de los desgobiernos municipales de turno y al común denominador de vecinos que carecen del ‘sentido de pertenencia’. La otrora tierra de pescadores que rendían tributo a Sulcovilca con hermosos balnearios y huertas con imponentes casonas de estilo europeo ya no va más.

Barranco se ha convertido en una letrina pública de perros que alzan la pata en cualquier lugar, fachada y poste. Eso sin contar las excretas que representan todo un campo minado en veredas y calzadas. Justo en esta parte es donde saldrá algún ‘trol’ a cuestionar y decir, ¿por qué tanta crítica? La respuesta es sencilla. Ningún alcalde ha inaugurado un parque temático para canes con zonas para que hagan sus necesidades y tampoco existe un registro para poder multar a tanto propietario insolente y maleducado que no recoge las excretas, ni pasea con correa a su mascota.

Los borrachos también han encontrado su urinario público en los alrededores de Plaza Butters y en el Bulevar, a vista y paciencia de fiscalizadores. En Barranco casi nadie quiere cumplir las normas legales ni de convivencia. Por eso vemos a señoras que con sus bicicletas invaden las aceras a toda velocidad, en desmedro de peatones, a pesar que hay ciclovías. Asimismo, decenas de comensales invaden las veredas y bloquean el paso a peatones mientras hacen cola para ingresar al restaurante Isolina. Lo mismo ocurre en jirón Domeyer, invadida de ‘terrazas gastronómicas’ con gente que se apropia de las veredas, junto a los motorizados de delivery que se estacionan en ellas. Barranco también ha sido tomada por una horda de desadaptados que por las noches vienen a beber, a mear, a buscar droga y otros placeres. 

Finalmente, en el distrito de “Mafalda y Condorito” siempre habrá vecinos ganapanes que defienden a sus alcaldes favoritos. Mezarina los tuvo, el “barbón” los tuvo y la señora los tiene. Los ayayeros siempre han existido, y en las redes sociales se han convertido en troles con el afán de sabotear a las denuncias ciudadanas. Ellos callan ante el caos y son los que más daño le hacen al distrito, porque no lo aman, porque su único afán es buscar una gollería de la administración de turno.  

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Congresistas “cangrejos”

La actuación política y ética de los congresistas en este 2024 ha dejado mucho que desear y cual cangrejos marchan hacia atrás o de lado en su trastornado juego de cara a las elecciones del 2026 e incluso en visión manipuladora al 2031; no importándoles el bien común nacional sino más bien ahondando su tragedia y en misión de pulpos medrando la democracia peruana.

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Por: Edwin A. Vegas Gallo.  

La actuación política y ética de los congresistas en este 2024 ha dejado mucho que desear y cual cangrejos marchan hacia atrás o de lado en su trastornado juego de cara a las elecciones del 2026 e incluso en visión manipuladora al 2031; no importándoles el bien común nacional sino más bien ahondando su tragedia y en misión de pulpos medrando la democracia peruana.

Prueba de la errática conducta parlamentaria está la eliminación de la detención preliminar sin flagrancia, en la que han tenido que dar marcha atrás por la presión ejercida. Ahora arguyen que han corregido su error y que la bola está en la cancha de Boluarte y su ministro de Justicia Eduardo Arana.

Incluso hay congresistas como Valer, que ensayan que el “supuesto error” es atribuible a sus asesores. Asimismo, deplorable la argumentación del presidente del Congreso al considerar que los 130 congresistas cangrejos han sido inducido al error.

De otro lado, llama la atención que el ministro de Justicia, José Arana, abogado con experiencia en lobby jurídico, no haya podido detectar que eliminar la detención preliminar sin flagrancia traería muchos problemas a los operadores de justicia, fiscales y jueces, tal como finalmente ha sucedido y la presidenta Boluarte hace larga la rectificación.

Claro, el tema para caminar como el cangrejo es que el 80% de los congresistas tienen abiertas carpetas fiscales y tienen miedo a que se les escape la reelección para la cual están “laborando”.

Otro que apunta al 2026 y repetir plato el 2031, en alternancia de curules, es el ex ministro de Interior, censurado en su momento, Fernando Rospigliosi quien arguye “que su grupo (FP) no votó por la censura de Julio Demartini, el de las conservas malogradas para los niños, porque ya antes lo habían hecho con Rómulo Mucho y no es bueno desestabilizar al Ejecutivo y muy suelto de huesos como es su costumbre complementó “además Demartini ya destituyó a los funcionarios comprometidos”.

Ni qué decir, siempre asegurando la reelección, del huayco de universidades nacionales que han creado de la nada, sin presupuesto y sin sustento técnico. Además de ello les queda para que sus allegados formen parte de las Comisiones Organizadoras de esas universidades, manejadas directamente desde la presidencia de la Comisión de Educación, con la conformidad del inefable Morgan Quero.

Ni qué decir de las leyes dadas para que los profesores universitarios contratados, sin concurso de nombramiento, sean considerados como profesores ordinarios nombrados, en las categorías de auxiliar y asociado. No les importa la meritocracia, ni la tutela del interés superior de la calidad educativa del estudiantado.

Finalmente, el escándalo desatado de “votos por sexo” que señala que en el Congreso de la República del Perú todo vale. No importan perfiles ni experiencia para los puestos. Solo importa formar parte de cualquiera de los tres grupos, políticos que parten el jamón en esa torta llamada Congreso de la República del Perú.

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