La actual situación que vive el Ministerio de Cultura no es nueva, ya que la crisis en ese sector en permanente, y no solo por la salida de los doce ministros que han ocupado el cargo desde su creación, sino también por las continuas denuncias y cuestionamientos a un ministerio que no termina de despegar.
Hemos recogido algunas opiniones de la situación actual que vive el Ministerio de Cultura. Esto es lo que piensan algunos escritores, periodistas, artistas, arqueólogos y otros especialistas del sector.
FABRICIO VALENCIA (Abogado especialista en el tratamiento jurídico del patrimonio cultural)
Me parece pertinente la renuncia de Petrozzi, ya que la libertad de expresión está protegida por el pacto de San José de Costa Rica. La cual establece que no puede existir censura previa. El Ministerio de Cultura está en una situación muy complicada, ya que se acaba de publicar el Decreto de Urgencia N° 018-2019, en el cual aprueban mediante una norma con rango de Ley la posibilidad de dar silencio administrativo para cierto tipo de CIRA. También es importante señalar que reduce el plazo de 20 a 10 días. Las personas que somos del sector sabemos que el Ministerio de Cultura no tiene la capacidad logística para resolver esto, no podía hacerlo en 20 días, menos podrá hacerlo en 10. Esto es sumamente grave y puede permitir una serie de atropellos contra el patrimonio cultural. Está muy bien que se vaya Petrozzi, porque él es uno de los ministros que ha suscrito esta infeliz norma.
CHRISTIAN WIENER (Ex Director General de Industrias Culturales y Artes en Ministerio de Cultura)
Si el gobierno sigue viendo la cartera de Cultura como un espacio para cumplir favores políticos, y satisfacer egos personales, no extrañe que en lo que resta de su periodo la lista de titulares de ese ministerio continúe creciendo inexorablemente. El problema más que de personas o estilos, es la carencia de una mínima noción de lo que significa la cultura en su sentido más amplio y complejo en las altas esferas políticas. No es algo decorativo, ni meramente administrativo o burocrático, como se ha enfocado la política cultural desde los tiempos del INC. La propaganda oficial dice y repite que somos un país de una enorme cultura ancestral, pero gestión tras gestión se aprueban normas para precarizar cada vez más la protección de nuestro patrimonio y facilitar su destrucción so pretexto del desarrollo. Lo del aeropuerto de Chinchero es lo más emblemático de esta barbarie, pero no es lo único. Precariedad que se traslada a la situación de los museos y el cuidado de las piezas, mientras se sigue apostando al elefante blanco del MUNA en Pachacamac. En industrias culturales esta muy bien que el Estado fomente con cada vez más presupuesto la producción de nuevas obras, pero de que sirven sino encuentran canales de distribución y exhibición al alcance de las mayorías, y ni siquiera existe la preocupación por preservar la memoria. Los artistas, mientras tanto, siguen en gran parte abandonados a su suerte, y parecen importar cuando mueren, y el Ministerio oficia las pompas fúnebres. El racismo y la discriminación perviven en la sociedad y sus medios, y la respuesta oficial se limita al comunicado condenatorio, significativo quizás, pero al final sin efectos prácticos. Y por último, sólo para citar los temas más urgentes del sector, la interculturalidad y el respeto a las comunidades, entre otras vías por la consulta previa, es todavía un saludo a la bandera cuando los intereses de las grandes empresas extractivas se colocan por encima de las poblaciones, a sangre y fuego de ser necesario. Y fuera de todo lo anterior, preservar la pluralidad y programación diferenciada de la televisión del Estado, así como cautelar los libros y documentos de la Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación, sustraídos por mafias “culturosas” con lazos en el mismo sector, al tiempo de colocarlas al alcance de quienes necesitan revisar e investigar nuestro pasado. Todo esto es parte de la voluminosa tarea que tendrá que lidiar el o la reemplazante del ministro Petrozzi que se nombre en estos días, enfrentando los problemas de fondo o comiéndose los sapos necesarios para durar en el cargo., mientras nuestra cultura, ay, sigue muriendo.
GABRIEL RIMACHI SIALER (Escritor y periodista)
Culturalmente el Perú es tan rico y complejo que parece que nadie puede hacerse cargo de su adecuado manejo, difusión e inversión desde el Ministerio de Cultura. La designación de 13 ministros en 9 años es una clara muestra de ello: antropólogos, sociólogos, cantantes, abogados, actores, licenciados en turismo y hasta un tenor han desfilado por ese Ministerio donde ninguno ha tenido la capacidad de gestión que se requiere, y porque desde ese ministerio se manejan importantes decisiones que afectan grandes proyectos económicos como Kuélap y el teleférico; Chinchero y el aeropuerto; la reciente emisión de Decreto de Urgencia que pasa a segundo plano la opinión de los arqueólogos bajo la figura del “silencio positivo” para levantar carreteras y estructuras sin dar cuentas a nadie del patrimonio de la Nación; o las políticas “efectivas” respecto del libro, la labor editorial y su difusión; son solo algunas perlas que deberían llamar la atención sobre si ese Ministerio realmente es útil o si se debe cambiar la estructura del mismo. A este paso, para el Bicentenario, todos los peruanos habremos sido ya ministros de cultura.
ALICIA MEZA (Periodista)
Cinco Ministros de Cultura en los últimos dos años no hablan muy bien de la gestión del actual gobierno en el desarrollo del sector. Nada bueno resulta de tanta inestabilidad y nulo continuismo. Se necesita un gestor, un gerente, que haga una reingienería a fondo y a la vez conecte a la institución con todos los peruanos. Pero el tema de la construcción del aeropuerto de Chinchero y el Decreto de Urgencia que establece medidas para superar el CIRA necesario para una construcción de obra pública, harán que los candidatos a Ministro lo piensen dos veces antes de aceptar. Es una cartera que hoy quema.
ALBERTO MARTORELL (Presidente ICOMOS Perú)
Toda crisis es una oportunidad, dicen. El Ministerio de Cultura parece ser el que más oportunidades desperdiciadas tiene. El problema no es (o no es sólo) la cabeza ministerial. Es mucho más profundo: hay un grave vacío al interior del MC, y ya es hora de que el gobierno entienda que sin un Sector Cultura con todos sus actores actuando y participando, el desarrollo nacional seguirá siendo una entelequia o una «cifra estadística» de la que ya ni siquiera vale la pena enterarse. El MC requiere una profunda reingeniería. Hay muchos funcionarios que no tienen nivel técnico, pues las normas y lineamientos que han ideado carecen, por carecer, hasta del más elemental criterio en pro del patrimonio. Es necesario un proceso realmente refundacional.
CHRISTIAN ESQUIVEL (Actor y Director Cultural del Centro Español del Perú)
Desde que Vizcarra asumió el poder lleva 5 ministros que renuncia ¿a qué se debe? Detallaré sobre el último. Francesco Petrozzi, nunca estuve de acuerdo con su designación, recuerdo haber visto en diferentes entrevistas cómo defendía con vehemencia a Keiko Fujimori, llamándola la gran lidereza que quiere trabajar por el Perú. Pues aquí radica mi rechazo: ambos fujimoristas, ambos no han trabajado en lo absoluto de lo que tanto se jactan. Es increíble cómo nuestro país siendo tan rico y diverso culturalmente no se encuentre a la gran persona que demuestre que sí tiene el gran interés, la camiseta bien puesta para trabajar por la cultura en nuestro país. Confiemos en que aparecerá la persona idónea.
FLOR GAVILÁN (Directora de la revista cultural Relámpago)
Asimilar lo foráneo sin perder nuestra identidad, decía Arguedas. Si nuestra cultura e identidad está pisoteada se debe a los gobernantes, como también a la sociedad misma. La mayoría de los medios de comunicación son comprados y lo que muestran son estupideces que a la sociedad los tiene dormidos. Necesitamos un Ministerio de Cultura capaz, en el sentido de gestión, y promover la cultura peruana que es múltiple. Se debe de impulsar a conocer para no caer en el juego de transculturización,
RODOLFO YBARRA (Escritor y periodista)
En un gobierno que se sostiene en la
«opinión pública» y, en última instancia, en las fuerzas armadas, era
obvio que cualquier funcionario público que no tenga una aprobación del
populorum o que entre en contradicciones con el Ejecutivo (así sea que el mismo
presidente haya ordenado el despido del señor Coya), su cabeza rodaría sin
mayores miramientos. Vizcarra es un presidente que nadie ha elegido y ahora ni
siquiera tiene un partido que lo respalde. Eso aparte que el tufo de PPK le
resopla en la nuca. Ergo, por lo tanto, no puede perder popularidad. Cualquier
escándalo son puntos menos y su gobierno tambalea. Tiene que mantener la fiesta
en paz. Y, claro, con este fin, y, como estamos viendo, todas las piezas de
este ajedrez son intercambiables. El enroque político es el sino de estos
tiempos. Entra uno y sale otro que casi siempre es peor que el anterior. Y el
fujimorista arrepentido que es Francisco Petrozzi, aparte de su ineficacia y su
tremenda torpeza, no vale un pepino. Y otra vez el ministerio de Cultura vuelve
a pagar los platos rotos de todo este desatino. Y por eso mismo somos tercer
mundo: el capital simbólico que es la cultura no tiene ningún valor. No es la
prioridad de nada ni de nadie. Y los pocos fondos que destilan a la cultura
solo sirve para preservar el patrimonio arqueológico o para pagar planillas de
los «cargos de confianza», que no son más que los amigos (o
«amigues») de los que ostentan el poder. Una lástima total.
ENRIQUE MORI (Encargado del Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional del Perú)
La salida de Petrozzi del Ministerio de cultura confirma la poca capacidad de elegir de los gobiernos de turno a un profesional calificado para dicho cargo, y no basta tener carisma o imagen, como sucedió con Salvador del Solar o el saliente ex ministro, lo que se necesita es tener conocimiento del tema y tener experiencia en el campo administrativo que lo lleve a gestionar un MINCUL que cada vez parece una institución pequeña para el correcto cuidado y manejo de nuestro milenario pasado y no solo eso, la practica ha demostrado que estas elecciones de «confianza» en dicho cargo a traído, como consecuencia, la designación de otros funcionarios de «confianza» en entidades emblemáticas de la cultura como es la BNP y ello no solo acarreó la mala orientación de sus políticas y funciones a actividades que son ajenas a nuestra primera institución cultural del país, es así que nos preguntamos cómo está el sistema nacional de bibliotecas, del cual la BNP debe ser la cabeza de ella, como está la situación de los trabajadores de esta institución con ingresos inferiores, incluso, al del propio mincul, como andan las políticas bibliotecarias y sobre todo cual es el plan de dicha entidad ad portas de un bicentenario nacional?… en resumen, el próximo Ministro de cultura, n° 13 (paradójicamente simbólico y relacionado con la mala suerte en la cultura occidental) tendrá que ver grandes cambios, reformas y retos no solo por el bien de muestra cultura milenaria, sino también por ordenar la casa y colocar a los profesionales competentes en los cargos debidos…. «zapatero a tu zapato»
VÍCTOR NIETO BONILLA (Ex director de la Dirección Desconcentrada de Huánuco)
Es preocupante los cambios continuos y por consiguiente limita las ejecuciones de políticas culturales al igual las decisiones de gestión en un país diverso como el nuestro y por otro detiene las decisiones del Estado en materia de gestión cultural en concordancia a la visión regional-nacional. Dichos cambios limita las supervisiones y evaluaciones a las DDC con transparencia y visión que debe tener para el desarrollo cultural de las regiones. Finalmente las DDC deben ingresar a otro escenario ser pilares del DESARROLLO CULTURAL DE LAS REGIONES en nombre del Estado y por consiguiente es otro problema de dichas DDC para el Bicentenario que debe ser superado en gestión cultural.