Cultura
MAIAKOVSKI, LA POESÍA TIENE EL ESTRUENDO DE UN BALAZO

El 14 de abril de 1930, exactamente a las 10 y 15 de la mañana, se escuchó el ruido de un balazo en un apartamento de Moscú. Nadie sabía qué pasaba, excepto una bella mujer llamada Vera Polonskaia, quién nerviosa y con los ojos llorosos corre hacia ese lugar. Algo tensa y con la mente cargada de imágenes confusas logra abrir la puerta de la habitación. No puede creer lo que ve: Vladimir Maiakovski, el poeta de casi dos metros de altura, está tirado en el suelo con el pecho destrozado. Adiós los murmullos, adiós a los dramas, adiós a las contradicciones. En la habitación aún flota el humo del arma. Qué poético.
En 1912 un grupo de poetas rusos, pertenecientes a lo que se conocería como el “Futurismo ruso”, publican un manifiesto llamado “Una bofetada en la cara del gusto del público”, donde expresan un rechazo hacia el pasado y un romanticismo hacia el futuro. Además, llevan acabo un parricidio público hacia escritores de primer nivel, como es el caso de Pushkin, Dostoievski, Tolstoi, Andreyev, etc. Esta postura de quebrantamiento y ruptura, a cinco años de la Revolución Rusa, fue la perdición y la incertidumbre de todos ellos, más aún para Maiakovski.
Estos poetas que estaban encantados por el desarrollo apabullante de la tecnología, la velocidad y la modernización de las urbes, acusaron y repudiaron la pasividad y el estatismo del pasado, buscando causar escándalos y rompimientos con la antigua tradición. Tanto era la ira que los envolvía que también terminaron rechazando el Futurismo italiano de Marinetti. Hay una gran diferencia entre el ismo desarrollado en Italia y en Rusia, mientras que el primero mantiene lealtad a Mussolini y al fascismo, el segundo lleva la palabra “revolución” en la sangre, involucrándose superficialmente en los vínculos políticos y sociales.
Esta desmesura transgresora de los futuristas rusos no solo estaba ligada a una actitud reaccionaria del arte, sino que también se complementaba con la forma de vestir y el carácter de sus integrantes. Acostumbraban a vestirse con una camisa amarilla, provocando el horror y el rechazo de la clase burguesa. Respecto a ello, Maiakovski señala: “Cierta vez a falta de corbata me puse una cinta amarilla y tuve mucho éxito. Entonces decidí hacerme una camisa del color de la corbata: el éxito fue escandaloso”. Incluso hay un poema donde se comenta todo ello: “La camisa fatua”. Todo joven futurista, aparte de usar camisas de este color, también solía ir a los cafés para derribar los atriles de música y alborotar los que estaban ahí, con las mejillas pintarrajeadas y las manos en forma de puños desafiaba a una pelea a cualquiera que los miraba mal.

De esto se puede extraer dos ideas opuestas. La primera es que el futurismo simbolizó un rechazo hacia las costumbres explotadoras de la época, emprendiendo una lucha a muerte ante los horrores del zarismo. La segunda es que, pese a esta actitud beligerante, rescatable y positiva para su época, nunca logró vencer al nihilismo y la bohemia burguesa que lo caracterizaba.
Aquí dos opiniones. León Trotsky: El futurismo ruso nació en una sociedad que aún se hallaba en el curso de primaria que fue para ella la lucha contra Rasputín y que se preparaba para la revolución de 1917. Antonio Gramsci, en una carta dirigida hacia el primero, acota que casi todos los futuristas italianos se han convertido en fascistas, participando activamente en la victoria del imperialismo.
En pleno desarrollo y consolidación del Futurismo, estalla la Revolución Rusa, instaurando una mentalidad más colectiva y progresiva del arte y la vida. Los futuristas aún no estaban preparados para ese magno acontecimiento, no habían dejado las histerias y puerilidades que no les permitían ser reconocidos oficialmente como una escuela artística. El proletariado los sacudió en un momento en que aún eran perseguidos. El futurismo simbolizó la destrucción, pero no la reconstrucción, he ahí su problema. No lograron fortalecer su lírica con el espíritu del comunismo. Trotsky menciona que no han dominado suficientemente, los elementos que encierran las posiciones y la concepción mundial del comunismo, como para poder encontrar su expresión orgánica.
Aparte de lo ya mencionado, otra debilidad del futurismo radica en que su postura parricida fue mal vista por los intelectuales de la Revolución Rusa, quienes argumentaban que debe haber un manejo y profundo conocimiento de toda la tradición para así poder superarlo y crear una poética adecuada a su contexto. La clase obrera no tenía por qué romper con la tradición, ya que de cierta manera esta los había formado intelectualmente. La negación que tanto hacían alarde los futuristas no podría concebirse en la nueva concepción artística de Rusia, ya que el conocimiento de la propia tradición permitiría a la clase obrera adentrarse en un mundo que resultaba familiar, esto ayudaría en la formación de una nueva clase de hombres revolucionarios por vivir con la tradición no dejamos de ser marxistas ni revolucionarios.
Entre toda esta nebulosa de contradicciones y de críticas positivas y negativas, emergía la figura alta y estrambótica de Vladimir Maiakovski. A diferencia de sus compañeros de escuela literaria, él supo ubicarse mejor en este contexto revolucionario, lo cual le sirvió para ser llamado “el poeta de la Revolución Rusa”, pero más por una ambiciosa personalidad que por su lirismo. Varios escritores y críticos han señalado que había poetas de mejor calidad que no tuvieron la fortuna de ser tan famosos ni publicados como él, un ejemplo claro es Borís Pasternak. ¿Pero entonces qué había en Maiakovski que los demás no poseían? La respuesta es fácil: entrega y pasión.
Aquel poeta que permaneció once meses en la cárcel cuando aún era adolescente por sus actitudes revolucionarias y antizaristas, supo fortalecer la gran disyuntiva entre biografía y poesía, reflejando un amor desmesurado ante la vida. La escritura y la revolución proletaria alimentaron su espíritu e incrementaron el fuego de su poesía; sin embargo, no todo fue felicidad. La contradicción entre su espíritu juvenil y la actitud ante una nueva forma de vida le jugaron una mala pasada.
Esto se puede sintetizar en que su poesía no estuvo a la altura de la revolución comunista. Intentó de cualquier forma y a como de lugar, encerrar en su poesía el espíritu de toda aquella época, pero no pudo. El pasado lo sacudía y el futuro se alejaba cada vez más.
Es comprensible esta situación. El futurismo hacía alarde de soltura, fuerza e irracionalidad. La revolución pedía mesura, criterio y mucha razón. Por ello, en una entrevista que César Vallejo hace al ex poeta futurista, este menciona: guerra al subconsciente y la teoría según la cual el poeta canta como canta un pájaro. Guerra a la poesía apolítica, a la gramática, a la metáfora … el arte debe ser controlado por la razón … debe siempre servir la propaganda política, y trabajar con ideas preconcebidas y claras, y hasta debe desarrollarse en tesis, como una teoría algebraica, la expresión debe ser directa …
En su poética encontramos algunos rasgos muy característicos:
La experimentación y ambición de su poética: el verso escalonado de estrofa nerviosa, corta, vibrante que toma de Stéphane Mallarmé y su Un golpe de dados jamás abolirá el azar. El proyecto desmesurado del poema 150 000 000 con el que pretendía simbolizar el espíritu de la Revolución Rusa:
«150 millones es el nombre de este poema maestro / bala es el ritmo, la llama de una rima saltando de casa en casa / 150 millones hablan, por mi boca / masas marchando sobre el papel escalón está la máquina duplicadora compensado recibiendo estas páginas impresas. // ¿quién iba a preguntar la Luna y el Sol de lo que les hace llevar a cabo el día y la noche, que había exige el nombre del genio creador? / los mismos de con este poema: no tiene un solo autor «.
Fragmentos de este poema fueron recitados en distintos lugares de Rusia, pero no fue para Lenin más que algo pretencioso, experimental y poco fiable. Respecto a ello, hay dos posturas enfrentadas. Por un lado, León Trotsky: el poema de la revolución debía ser 150 000 000, pero no lo es. La obra, ambiciosa en su proyecto, está minada por la debilidad y los defectos del futurismo.
Por otro lado, Roman Jakobson: “150 000 000 es digno de la Revolución de octubre tanto por su alcance titánico planetario, como por la novedad revolucionaria de sus imágenes y por la elevada efectividad de la técnica poética. Constituye la más alta expresión de la identificación de lo individual con la masa”.
La individualización lírica es otro de los rasgos de su poética, la arrastró como una cadena pesada que le causaba sufrimiento y que nunca quiso soltar, voluntaria o involuntariamente. Su poesía consistía en cantos hacia sí mismo, pese a que intentaba reflejar los avances de la tecnología y la lucha contra el poder. Luego de la revolución quiso acoplarse a un nuevo estilo más colectivo y representativo de las masas, pero el fracaso estuvo siempre latente. La arrogancia individualista corre por casi toda su lírica, cuando quiere elevar al hombre nuevo post-revolución, lo termina convirtiendo en un plagio de sí mismo, personalizando su figura como un elemento lírico de su generación.
Respecto a ello, Roman Jakobson en su libro “El caso Maiakovski” escribe que
“Para ascender al hombre, él lo eleva hasta Maiakovski. Así como el griego era antropomórfico y confrontaba ingenuamente las fuerzas de la naturaleza consigo mismo, así también nuestro poeta es maiakomórfico y es él mismo quien puebla las plazas, las calles y los campos de la revolución”.
César Vallejo tiene palabras muy fuertes:
“Maiakovski fue un espíritu representativo de su medio y de su época, pero no fue un poeta. Su vida misma fue, asimismo, grande por lo trágica, pero su arte fue declamatorio y nulo, por haber traicionado los trances auténticos y verdaderos de su vida”.
En los poemas, escritos tanto en primera como en tercera persona, Maiakovski siempre habla de sí mismo, cada paso que da es un acercamiento hacia su mundo interno. Obviamente esto no está para nada mal en un poeta, pero no en uno que luchó por representar el espíritu proletario de la Revolución Rusa.
El último rasgo que se puede extraer, de los muchos que aún subyacen en su poética, es el carácter irracional. Ni el lógico accionar que se pedía en ese contexto político pudo opacar la desenfrenada horda de sus deseos más pasionales y escalofriantes: el amor y la muerte.
El amor hacia Lili Brick cubrió como una inmensa niebla (no soy un hombre, soy una nube en pantalones) gran parte de su poética. En 1923 se encierra voluntariamente dos meses en su habitación para escribir un poemario llamado “De esto” dedicado a Lili Brick, su musa, su tormento, su tragedia. Son muchas las cartas que intercambiaron y los poemas dedicados. Se conocieron en 1915, él se enamoró perdidamente, ella estaba casada con Ósip Brick. Se convirtieron en amantes y en las habladurías de la gente. Viví con Maiakovski quince años, desde 915 hasta su muerte. De esta forma se inicia el libro “Cartas de amor a Lili Brick”.
La muerte, o mejor dicho el suicidio, es algo que siempre estuvo latente en su poesía. Cómo es posible que un hombre que se hace llamar el poeta de la revolución termine por matarse luego que esta triunfe. Desde antes que la revolución sea una realidad Maiakovski reflejaba en algunos versos cierto pesimismo y atracción por aquella:
Al cabo de tantos y tantos años /ya no viviré/ moriré de hambre/ o un tiro me pegaré/ a mí, al de fuego. (Barato se liquida)
Cada vez con más frecuencia pienso, /si no sería mejor/ poner el punto de una bala en mi final. / Hoy yo/ de todas forma/ doy un concierto de despedida.
Con el transcurrir de los años, la idea del suicidio se hace cada vez más obsesiva. Los poemas “El hombre” y “De esto” reflejan este macabro pensamiento. Si uno hace un seguimiento a las ideas de suicidio que refleja Maiakovski se daría cuenta que estas abundan. Algo similar le pasaría a Alejandra Pizarnik, quien en su diario y en sus poemas da entrever que el suicidio es algo latente e impostergable.
Hay un aspecto interesante que está relacionado con el carácter irracional de Maiakovski: su aversión a la infancia. La crítica no ha profundizado mucho en este aspecto. Cuenta Jakobson que el poeta se alteraba cada vez que en la habitación entraba corriendo un niño. Incluso escribe lo siguiente:
Escuchad:/ el sol lanza sus primeros rayos/ sin saber aún a dónde / después del trabajo, irá a parar;/ he sido yo, Maiakovski/ el que ha llevado/ al pie del ídolo/ una criatura decapitada.
Se ha escrito mucho en torno a la figura de este poeta. Algunos enaltecen su figura representativa de la Revolución Rusa, otros lo critican cruelmente (César Vallejo: “fue un mero literato, un simple versificador, un retórico hueco”), otros lo critican alegando que aún era un poeta en proyecto, otros no pueden concebir su suicidio ( “se podía esperar todo de Maiakovski, menos que acabara consigo mismo”, “unir a esta figura la idea del suicidio es casi imposible”, “es incomprensible ¿Qué le faltaba?”), y otros se hacen los dolidos para luego escupir sobre su tumba (“Nosotros censuramos la absurda e injustificada acción de Maiakovski. La muerte estúpida y vil. No podemos dejar de protestar enérgicamente contra su partida, contra su cruel final”)

Yo me quedo con el Maiakovski espontáneo y de gran personalidad, no de aquel que terminó crucificado ante la presión de encontrarse entre la generación prerrevolucionaria y la postrevolucionaria y que no supo estar a la altura de las circunstancias políticas, arrastrando su pasado futurista como una enfermedad terminal. Yo me quedo con el Maiakovski simple que canta a su nostalgia, a su infancia y adolescencia, a sus luchas internas, a sus vivencias, a sus amores felices y frustrados, aquel que escribe sobre la naturaleza y lo extraño que es la vida, aquel que no necesita alargar el poema para sentirse un verdadero poeta de su tiempo, sino simplemente reducirlo para poder tocar su esencia.
A mí, pues, / me enseñaron a amar en la cárcel (…) / Yo, pues, me enamoré de la ventanilla de la cámara 103. /Hay gente que mira el sol todos los días / y se enorgullece. / No valen mucho sus rayos, dicen. / Pero yo, entonces, / por un rayito de sol amarillo/ reflejado sobre mi pared, /hubiera dado todo el mundo. Extraído del poema titulado “Adolescente”. La cámara 103 es el número de la cámara de la cárcel donde estuvo preso casi un año.
Yo no tengo en el alma ni un solo pelo canoso/ ni tengo ternura senil en mis años. / Atronando al mundo con el poder de mi voz, / voy hermoso/ de veintidós años.
Pensar en Maiakovski es pensar en otros poetas rusos de ese tiempo que terminaron sus vidas en medio de una tragedia.
Serguei Esenin alcoholizado, depresivo y abandonado, se suicida ahorcándose en el cuarto de un hotel el 27 de diciembre de 1925. Deja un poema de despedida: morir en esta vida no es nuevo, pero tampoco es nuevo el vivir.
Marina Tsvetayeva regresa a Rusia en 1941, después de haber vivido miserablemente exiliada, para ahorcarse después de que su esposo fuera asesinado por el régimen bolchevique.
Gumiliev terminó fusilado en 1921, su poesía fue prohibida durante el régimen soviético.
Block murió después de una larga agonía espiritual e insoportables tormentos físicos.
Jlevnikov pedía flores mientras su cuerpo iba descomponiéndose para no sentir el hedor de su muerte, todo esto entre inhumanos sufrimientos.
Maiakovski se dispara en el pecho. Dos días antes escribe una carta de despedida:
(…) el barco del amor se ha estrellado
contra la vida cotidiana
Y estamos a mano tú y yo.
Entonces ¿para qué reprocharnos mutuamente
por dolores y daños y golpes recibidos?
¡Suerte a los que quedan! (…)
Quizás su suicidio signifique algo que nunca pudo hacer en vida: matar al individuo que llevaba dentro para que emergiera el poeta símbolo de toda una generación. El balazo es una represión del individualismo, del pasado, y de una crisis espiritual y moral que no le permitió estar en paz. A otros la muerte lo enaltecen y glorifican, con Maiakovski solo dejó entrever aquel camino difícil que el poeta no supo emprender.
Me han colgado tantas cruces, y me han acusado de tantos pecados, que cometí y no cometí, que a veces pienso si no sería mejor marcharme a algún lugar y pasar allí un par de años, solo para no oír las injurias.
Cultura
Trabajadores del Ministerio de Cultura de Cusco anuncian la toma de Machu Picchu [VIDEO]
La ciudadela inca se encuentra en una lista negra y a punto de ser tomada por los propios trabajadores del Ministerio de Cultura del Cusco ante la inoperancia del ministro Fabricio Valencia.

La problemática del Ministerio de Cultura se intensifica. No solo hay cuestionamientos contra el ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja. Además, los empleados de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, exhaustos y humillados, claman a la presidenta Dina Boluarte que lo reemplace. Y como si el drama fuera aún poco, lo último que se sabe es que estos trabajadores planean tomar Machu Picchu. No por vandalismo, sino por desesperación. Porque el Estado los ha dejado solos, igual que al Santuario.
A esto se suma que Machu Picchu ha sido incluida en la lista negra por el portal Travel and Tour World, que recomienda no visitar la ciudadela inca.
Mediante una comunicación telefónica, Andy Ancasi, representante del Sitracas, nos da todos los detalles de lo que viene sucediendo en Cusco.
Aquí el video del programa.
Cultura
Julio Barco Premio Juegos Florales de la UNI
El poeta peruano recibe reconocimiento en los Juegos Florales Túpac Amaru de la UNI.

En una ceremonia cargada de símbolos y solemnidad, el poeta Julio Barco fue galardonado con el segundo puesto en los Juegos Florales La Familia Túpac Amaru, organizados por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), una de las instituciones académicas más prestigiosas del Perú. El reconocimiento fue acompañado por un premio de S/. 4,000 y una ovación cálida por parte del jurado, autoridades y asistentes.
La distinción no solo celebra el talento literario de Barco, sino también la creciente necesidad de reconciliar la ciencia con la sensibilidad, la técnica con la poesía. Que una universidad dedicada históricamente a la formación de ingenieros rinda homenaje a la palabra escrita es, sin duda, un signo de que el arte aún pulsa en los espacios más racionales del país.
Con más de treinta libros publicados, Julio Barco ha construido una obra intensa, vital, crítica. Su participación en este certamen reafirma su compromiso por llevar la poesía al centro del debate cultural peruano. «Este premio me impulsa —dijo al recibir el reconocimiento—. Tengo tantos proyectos para revolucionar el arte en nuestro país. La poesía no ha muerto, solo está esperando que le hablemos desde otro ángulo».
El evento se realizó el 27 de junio de 2025 en el campus principal de la UNI. La entrega de premios fue precedida por palabras de homenaje a la familia Túpac Amaru, símbolo de lucha, dignidad y resistencia cultural —valores que resuenan también en la poesía de Barco—.
Con esta distinción, el autor de Me da pena que la gente crezca y Cantar de Chancay suma un nuevo capítulo en su incansable travesía por devolverle a la poesía peruana su fuerza originaria.
Cultura
MINCUL: La cuestionada designación del CAS de Karla Alarcón
¿Cómo ganó el concurso? la arqueóloga Alarcón no cumple con el requisito clave: haber dirigido intervenciones arqueológicas. Su experiencia se limita al trabajo técnico de oficina dentro del Ministerio de Cultura, sin evidencia de liderazgo en campo ni dirección de PMA, evaluaciones o gestiones de CIRA.

La convocatoria CAS N.° 216-2025-MC, lanzada en abril de 2025 por el Ministerio de Cultura (Mincul), tenía como objetivo contratar a un(a) Coordinador(a) para la Dirección de Certificaciones. Se trataba de un puesto clave, pues esta dirección es responsable de coordinar, planificar y ejecutar acciones orientadas a preservar, proteger y conservar el patrimonio arqueológico inmueble del país.

Fuente: Mincul.
Entre sus principales funciones, figura la revisión, aprobación y seguimiento de Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) y de los Planes de Monitoreo Arqueológico (PMA), documentos indispensables para el desarrollo de proyectos de inversión pública y privada.
Concluido el proceso en mayo, la arqueóloga Karla María Alarcón García fue anunciada como la ganadora del concurso. Hasta ahí, nada fuera de lo común. Sin embargo, una revisión detallada de los requisitos y de la trayectoria de la ganadora revela una serie de inconsistencias que comprometen la transparencia del proceso y siembran dudas sobre su legitimidad.

¿Se cumplían los requisitos?
El perfil exigido para el cargo incluía, como mínimo, título universitario en arqueología con colegiatura vigente, formación complementaria en gestión o patrimonio cultural, así como experiencia general de al menos siete años en el sector público o privado. Más aún, se pedía una experiencia específica de al menos cuatro años en funciones vinculadas al cargo, o tres años en el sector público en áreas similares. Pero lo más importante: el postulante debía acreditar dos años de experiencia en la dirección de Planes de Monitoreo Arqueológico y/o Proyectos de Evaluación Arqueológica y/o gestión de CIRAs.

Karla Alarcón no cumple con requisitos de 2 años como directora de PMA y CIRA.
Este último punto no es un detalle menor. Se trata de un filtro clave, pues quien asume la coordinación de la ‘Dirección de Certificaciones’ debe tener conocimiento de campo y experiencia comprobada en dirigir intervenciones arqueológicas. No basta con conocer los documentos, hay que haber estado en terreno. De otro modo, resulta inviable liderar técnicamente la instancia más estratégica del sector.
¿Y cómo pasó Karla Alarcón la evaluación?
Según los documentos revisados, la arqueóloga Karla Alarcón no cumple con el requisito específico de haber dirigido intervenciones arqueológicas. Su experiencia laboral no evidencia dirección alguna de PMA, proyectos de evaluación ni gestiones de CIRA en campo. Es más, su trabajo ha sido siempre de oficina, como técnica dentro del propio Ministerio. Sin embargo, en su ficha de postulación, consignó haber ejercido la “gestión de CIRAs”, una frase y/o formulación ambigua que se asemeja a una leguleyada y parece haber sido suficiente para que pasara la evaluación curricular, etapa que por norma es eliminatoria.

Karla Alarcón se amparó en una palabra, para validar su postulación.
Aquí surge la primera gran interrogante: ¿cómo validó el comité evaluador esa experiencia? ¿Desde cuándo dar conformidad a documentos administrativos desde un escritorio equivale a dirigir una intervención arqueológica en el campo?
La respuesta no es técnica, es política. Lo que aquí se ha validado es una interpretación forzada del término “gestión”, que abre peligrosamente la puerta para que personas sin experiencia real en campo postulen y ganen puestos clave, mientras otros profesionales con trayectoria probada quedan fuera.

Una plaza con nombre propio
El contexto del concurso no ayuda a disipar las dudas. Según fuentes cercanas al proceso, la convocatoria habría estado originalmente dirigida a Ruth Quispe Calderón, amiga cercana de la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Moira Novoa Silva. Sin embargo, ante la filtración de esta información, se habría descartado ese nombramiento para evitar un escándalo mayor. Como alternativa, se habría optado por Karla Alarcón, quien ya se desempeñaba como directora encargada de la Dirección de Certificaciones y, por tanto, era una figura “de confianza” dentro del sector.

Viceministra Moira Novoa, la misma que firmó la Resolución Viceministerial para el recorte de las Líneas de Nasca y Palpa.
En este punto, el proceso se vuelve aún más cuestionable. La convocatoria fue ganada por Luis Felipe Mejía Huamán, pero mediante una fe de erratas se corrigió el resultado, otorgándole el puesto a Alarcón García en calidad de accesitaria. Mejía no habría llegado a firmar el contrato, y en un giro curioso pero conveniente, Alarcón asumió el cargo de forma oficial, pasando de ganar S/4,500 a más de S/11,264 mensuales.

El CAS fue ganado por Luis Felipe Mejía Huamán, pero luego corrigieron el resultado.
¿Quién dio la orden?
La pregunta es inevitable: ¿quién intervino para asegurar que Karla Alarcón se quedara con el puesto? Todo apunta a decisiones tomadas desde las más altas esferas del Mincul. Tanto la Oficina General de Recursos Humanos como la Alta Dirección —es decir, el ministro Fabricio Valencia y la viceministra Moira Novoa— estarían al tanto del proceso. Con el nombre de Ruth Quispe ya comprometido, y para no arriesgar la llegada de un profesional externo, se habría optado por consolidar a una figura que ya venía ejerciendo el cargo sin concurso y que, además, respondería fielmente a los intereses de quienes manejan el sector.

El 11 de junio convocaron como ganadora a Karla Alarcón García.
El cargo más codiciado
No se debe olvidar que la Dirección de Certificaciones es la joya de la corona del Ministerio de Cultura. Por esa oficina pasan todos los proyectos de inversión del país que requieren una evaluación arqueológica previa: minería, infraestructura, hidrocarburos, construcción, telecomunicaciones. Cualquier obra pública o privada necesita un CIRA o un PMA. Es decir, quien dirige esa oficina no solo tiene poder técnico, sino capacidad de incidencia en decisiones multimillonarias.
Por eso resulta tan preocupante que el proceso de selección no haya sido riguroso, ni transparente. En lugar de optar por la meritocracia, se ha preferido perpetuar prácticas que favorecen el amiguismo y el control político de una dirección técnica. Y si se valida como experiencia el trabajo administrativo desde una oficina, pronto veremos a otros funcionarios, sin experiencia real, disputando cargos estratégicos bajo el mismo criterio.
¿Y ahora qué?
Lo ocurrido en la convocatoria CAS N.° 216-2025-MC debe ser revisado con seriedad por los órganos de control del Estado. No se trata solo de un concurso más, sino de un proceso que compromete la legitimidad del sistema de contrataciones públicas, la credibilidad del Ministerio de Cultura y, sobre todo, la adecuada protección del patrimonio arqueológico del país.
Porque si quienes deben garantizar la conservación del patrimonio no saben ni siquiera cómo se ejecuta una intervención en campo, ¿Qué nos queda como ciudadanos? Solo mirar desde lejos cómo el poder se distribuye a puertas cerradas, mientras las formas legales se ajustan, como siempre, al tamaño de los intereses.
Cultura
Machu Picchu en la lista negra: el precio de la desidia
Machu Picchu, orgullo milenario del Perú, se tambalea bajo el peso de su propio éxito: hoy, más que una joya cultural, es una advertencia global sobre el turismo desbordado.

El esplendor de Machu Picchu, esa ciudadela suspendida entre la niebla y el abismo, ha dejado de ser solo un símbolo de orgullo nacional para convertirse, lamentablemente, en ejemplo de lo que ocurre cuando el patrimonio se subordina al lucro. La reciente inclusión del santuario inca en la lista de destinos que “ya no valen la pena visitar”, elaborada por la publicación internacional Travel and Tour World, es mucho más que una advertencia: es un grito de auxilio.
Junto a destinos igualmente emblemáticos como Venecia o Bali, Machu Picchu aparece ahora en un índice vergonzoso: el de los sitios donde el turismo masivo ha comenzado a erosionar lo que una vez se admiró. Las razones son contundentes: sobresaturación de visitantes, tarifas desproporcionadas y un impacto ambiental alarmante. A ello se suma la advertencia de la Unesco, que evalúa declararla Patrimonio en Peligro si el Estado peruano no actúa con urgencia y decisión.
No es una exageración. Según informes recientes, rutas diseñadas para no recibir más de 450 personas al día han llegado a registrar hasta 700 ingresos. El resultado es predecible: senderos desbordados, piedras milenarias al borde del colapso y una experiencia cada vez más parecida a la de una feria caótica que a la contemplación sagrada de un legado ancestral.
La Contraloría General de la República, por su parte, ha emitido un informe demoledor: aforos incumplidos, ausencia de fiscalización y una Aguas Calientes convertida en una máquina de exprimir turistas, donde los precios suben, pero la calidad se desploma.
El problema, claro está, no es el turismo, sino su pésima gestión. Especialistas en conservación han exigido una reestructuración del sistema de ingreso, la implementación de límites reales y no simbólicos, y un nuevo modelo de turismo sostenible que reconcilie el desarrollo con la protección. No se trata de clausurar el acceso a la maravilla, sino de salvarla de su propia fama.
La inclusión de Machu Picchu en esta lista negra debe interpelarnos como país. ¿Vamos a permitir que uno de nuestros mayores legados se pierda en manos de la improvisación y la codicia? ¿O tendremos, al fin, el coraje de actuar antes de que la historia nos pase la factura?
Mientras tanto, el ministro Fabricio Valencia continúa en su búnker solucionando sus problemas y haciendo seguimiento a la investigación de la fiscalía por el caso Shirley Hopkins.
Cultura
Ministerio de Cultura de Ica: ¿concursos CAS a medida?
Nuevas movidas en la DDC de Ica buscan coronar la dedocracia.

Por Luis Huertas
Desde hace años, las convocatorias CAS en el Ministerio de Cultura, tanto en la sede central como en sus Direcciones Desconcentradas, han sido señaladas por beneficiar a personas del entorno de confianza de ciertos funcionarios. Lo preocupante es que esta práctica no parece detenerse, y ahora el foco está sobre la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Ica.
Surgen preguntas inevitables: ¿Desde cuándo la DDC Ica ha sido terreno fértil para estas maniobras irregulares?, ¿A quién favorecen realmente estas contrataciones?, ¿Por qué en medio de la grave crisis por las Líneas de Nasca, se lanza una convocatoria que despierta tantas sospechas?
Primer intento: CAS N°072-2025-MC
El 4 de febrero de 2025, se publica en la web del Ministerio de Cultura un concurso CAS para cubrir el cargo de subdirector/a de la DDC Ica. El puesto exigía un perfil técnico exigente, con experiencia específica, título en arqueología y colegiatura vigente. El sueldo: S/ 6,906 nuevos soles. Todo parecía estar en regla, hasta que el concurso desapareció.
Fuentes internas revelaron que, el concurso fue retirado tras una denuncia desde la misma DDC Ica, advirtiendo que la subdirección es un cargo de confianza y no debería concursarse vía CAS. Así, el proceso fue abruptamente anulado. Coincidentemente, semanas después, el entonces director Alberto Martorell presentó su renuncia mediante Resolución Viceministerial N° 069-2025-MC. ¿Este CAS era algún premio, orquestado por algunos “amiguitos” para cierto funcionario de la sede Ica? Y todo con el aval del ex director Martorell, hoy involucrado en algunos chats internos con el ministro Valencia. Luego de su renuncia, asume el abogado Víctor Injante la dirección de la DDC Ica y, sorprendentemente, se vuelve a insistir con el mismo CAS pero maquillado con otras aristas.

Fuente: Ministerio de Cultura.
Segundo intento: CAS N°296-2025-MC
El 10 de junio —en plena tormenta por la reducción del área protegida de las Líneas de Nasca y la crisis de gestión en la DDC Ica— se lanza una nueva convocatoria. Esta vez, el puesto se denomina “Coordinador/a de Subdirección de Patrimonio Cultural, Industrias Culturales e Interculturalidad”. En la práctica, el mismo cargo de subdirección, pero con otro nombre. Lo curioso es que los requisitos ahora son más flexibles:
- Experiencia general: de 6 a 5 años
- Experiencia específica: de 4 a 3 años
- Experiencia en el sector público: de 3 a 2 años
- Sueldo: de S/ 6,906 a S/ 6,000

Fuente: Ministerio de Cultura.
Como para hacerlo más accesible, solo se exige haber sido “especialista” durante un año. ¿Coincidencia? Difícil de creer. Todo apunta a que, presuntamente, esta nueva convocatoria estaría hecha a medida para la actual subdirectora Jeanette Gutiérrez, quien pasaría de ganar S/ 3,000 a S/ 6,000, con una plaza concursada y mayor estabilidad. Algunos señalan que podría incluso pedir licencia sin goces de haber, de su puesto actual y postular, sin riesgo alguno. Desde hoy se puede postular a este CAS, y todo puede pasar.

Fuente: Ministerio de Cultura.
¿Puestos a la carta?
Lo más preocupante es el trasfondo: ¿Por qué insistir tanto en este puesto? ¿Por qué reducir los requisitos? ¿Por qué en medio de una crisis de credibilidad en la gestión cultural? La DDC Ica no necesita una coordinación adicional, ya que la actual subdirectora cumple esas funciones. Entonces, ¿por qué insistir?
Mientras los titulares nacionales apuntaban al escándalo de las Líneas de Nasca, en silencio se gestaba una convocatoria que huele a favoritismo. El patrón es claro: flexibilización de requisitos, coincidencias con cargos en funciones, y beneficios personales.
Una llamada a la reflexión
Este tipo de maniobras no son nuevas en el aparato estatal, pero es hora de ponerle freno. Si el Estado sigue siendo usado para beneficiar a ciertos círculos de poder, sin meritocracia ni transparencia, estamos condenando la institucionalidad.
La ciudadanía exige respuestas, pero sobre todo decencia en la gestión pública. Desde Lima Gris seguiremos vigilantes. Porque el patrimonio no solo se protege en el terreno, también se defiende en la transparencia de quienes lo administran.
Cultura
Presentación del libro «El misterio de las aves kanchu» de Lizbeth Pretell Romero
El miércoles 25 de junio en la Casa de la Literatura Peruana se presentará el libro “El misterio de las aves kanchu” de Lizbeth Pretell Romero, gestora cultural e investigadora luriganchina, y publicado por el sello editorial Jukucha Ediciones.

Este libro nos permite conocer la historia de las aves kanchu, míticas aves sagradas de quienes se toma el nombre para crear el vocablo Rurikanchu, que a su vez da origen a la denominación del distrito de San Juan de Lurigancho. Un relato que muestra personajes y hechos con trascendencia histórica y ficticia; fruto de una investigación basada en los manuscritos del padre Francisco de Ávila, el libro “Ritos y tradiciones de Huarochirí”, así como en evidencias arqueológicas halladas en el distrito.
El proyecto fue concebido desde el área de museo del Centro de Cultura, Recreación y Educación Ambiental Huiracocha (CREA Huiracocha), el cual estuvo ubicado en el parque zonal del mismo nombre en el distrito de San Juan de Lurigancho. La sala permanente Ruricancho, más conocida entre sus pobladores como el museo de San Juan de Lurigancho, tuvo como propósito difundir y revalorizar la historia del distrito (ubicado en un territorio con aproximadamente 11 000 años de historia) entre sus pobladores y el público en general, mediante visitas guiadas y talleres de educación patrimonial. Gracias a estas actividades y de manera lúdica, se realizaron también jornadas de cuentacuentos para niños, con relatos basados en la historia de la comuna.
En la presentación participarán Lizbeth Pretell Romero, autora del libro; Ricardo Puga Huamán, ilustrador; y Alan Concepción Cuenca, bibliotecólogo. Además, se contará con la participación especial de Gerardo García Chinchay, director de la Dirección de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura del Perú. La cita es el miércoles 25 de junio a las 6:30 p.m. en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana, ubicada en jirón Ancash 207, Centro Histórico de Lima. Ingreso libre con aforo limitado.
El libro podrá ser adquirido el mismo día de la presentación o a través de las redes sociales de la organización cultural Quebrada Canto Grande.
Cultura
Escándalo en el Ministerio de Cultura: ¿Un Convenio Extraterrestre?
Desde Cusco exigen la anulación del convenio y denuncian la incongruencia del Ministerio de Cultura.

Un nuevo escándalo remueve los cimientos del Ministerio de Cultura del Perú. El 24 de septiembre de 2024, esta institución firmó un convenio con la Asociación Pi Rambla Heritage, dirigida por el conocido español Anselmo Pi Rambla. ¿El propósito? Avalar “investigaciones” que rozan la pseudociencia, en sitios arqueológicos del Cusco.
Pi Rambla sostiene que los muros del Coricancha datan de hace 4000 años y fueron construidos por una «sociedad solar, intraterrestre». Afirmaciones sin sustento arqueológico, que niegan el legado de los pueblos andinos, y reescriben la historia con relatos místicos de civilizaciones perdidas y leyendas celtas. El retorno de su proyecto “Avalón en los Andes”, impulsado hace más de dos décadas, plantea serias amenazas al patrimonio cultural peruano, disfrazadas de exploración científica.
Sorprendentemente, el convenio fue realizado por el exdirector de la DDC de Cusco, Régulo Gilberto Franco Jordán, quien luego de firmar mencionó: “Mediante este convenio estamos impulsando la investigación interdisciplinaria para continuar ampliando los conocimientos de las culturas pre incas e inca que habitaron en la ciudad de Cusco”.

Cuestionado arqueólogo Régulo Franco.
Desde Cusco señalan que esto no se trata de un simple debate académico. Es una ofensiva simbólica que intenta reemplazar la historia real de las civilizaciones precolombinas con relatos foráneos sin base científica. Es una forma de neocolonialismo cultural. El Ministerio de Cultura, en lugar de rechazar estas ideas, ha abierto las puertas a una organización esotérica que ya ha causado daños documentados al patrimonio.

Páginas 26 y 27 de la revista Mas Alla, correspondiente al N°144/ 2/ 2001, nótese a Anselm Pi presidente de la empresa Boric Ruz SAC , el buscador del Avalón.
Entre 2001 y 2003, Pi Rambla lideró excavaciones en Cusco en busca de «tesoros», actividades que terminaron siendo denunciadas por el propio Instituto Nacional de Cultura ante la UNESCO. Aquella intervención fue paralizada por los daños que generó, pero hoy, más de 20 años después, se le otorga nuevamente carta blanca para operar.
La Asociación de Comunidades Campesinas del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán ha levantado la voz. Exigen la anulación del convenio y denuncian la incongruencia de un Ministerio que se supone custodio del patrimonio, pero que termina validando delirios ufológicos. ¿Qué intereses se esconden detrás de esta decisión?

Amselmo Pi excavando Coricancha.
¿Red de corrupción y destrucción Patrimonial?
El problema no es nuevo. El 14 de diciembre del 2000, el diario El Comercio denunció que Boric Ruz S.A.C., empresa vinculada a Pi Rambla, realizaba intervenciones destructivas en el Coricancha. En lugar de sancionar, el Estado salió a defender. Luis Enrique Tord, entonces director del INC, viajó a Cusco a justificar las acciones de la empresa, desestimando las advertencias de profesionales del propio ministerio, entre ellas la destacada antropóloga Arminda Gibaja, madre del actual ministro de Cultura.
¿Qué clase de funcionario defiende a quien atenta contra uno de los templos más importantes de la civilización inca? La respuesta puede encontrarse en la densa red de favores y corrupción del gobierno fujimorista.
Hay más. Pi Rambla, en sus declaraciones, decía estar tras “un inmenso tesoro” oculto en el Coricancha. Poco después, en octubre del 2000, Vladimiro Montesinos huía del país en el velero Karisma, que unos años antes había sido propiedad de Anselmo Pi pero terminó en manos de José Lizier Corvetto. ¿Coincidencia? Cuesta creerlo. Lo que se dibujaría es un entramado de encubrimiento y complicidad que permitió a Pi actuar con total impunidad.
Este caso no solo revela negligencia institucional. Devela un patrón: la permisividad del Estado frente a intereses personales que se disfrazan de investigación, mientras destruyen, roban y tergiversan. Es urgente saber quiénes autorizaron este nuevo convenio y por qué. Sabemos que Régulo Franco recibió la orden pero ¿Quién ordenó?
No se trata de una simple polémica académica. Es una agresión directa contra nuestra historia, una amenaza al patrimonio y una muestra del desprecio por la verdad histórica. El Perú no necesita buscar Avalon. Necesita proteger Machu Picchu, Sacsayhuamán y el Coricancha. Y necesita, sobre todo, autoridades que entiendan la diferencia entre ciencia y superstición.
Piden que convenio sea derogado
Mediante un oficio enviado al ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja el 03 de enero pasado, la Unión de Comunidades de Indígenas del Parque Arqueológico Sacsayhuamán señaló: «Hemos tomado conocimiento que la persona que ha firmado el convenio y es el que dirige dicha asociación es el señor Anselmo Pi, quien en el año 2000 junto con el arqueólogo Ernesto García Calderón puso en peligro el templo de Santo Domingo por hacer excavaciones de manera indiscriminada, por tal motivo el Instituto Nacional de Cultura suspendió dichas excavaciones«.
Además, agregan: «No es posible que el Ministerio de Cultura se esté prestando para avalar cuestiones de ufología, lejanas de la ciencia académica de la arqueología. Por tal motivo, pedimos señor ministro, que dicho convenio sea derogado, así también solicitamos que no se le dé ningún permiso de excavación a la referida asociación».
Primero fue el recorte de las Líneas de Nasca y Palpa, ahora nos quieren sorprender con un convenio.
Mientras todo esto ocurre, el ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja se niega a dar una entrevista a Lima Gris.

Cultura
Diego Lazarte presenta su novela “Última salida de Palomino”
El autor conversará con Mónica Delgado Ch. este sábado 28 de junio a las 6.00 p. m. en la Librería de Lima.

En Última salida de Palomino, Kennedy, su joven protagonista, ve alterada su tranquilidad con la llegada de Dulcinea, un personaje tan excéntrico como inquietante, que habla con impostado acento español, y que irrumpe en su casa y transforma su rutina en una lucha por recuperar su espacio. Con una prosa cargada de imágenes urbanas, humor corrosivo y referencias al cine slasher y la cultura pop, esta novela nos invita a recorrer una Lima mítica, marginal y brutalmente desbordada por la violencia de sus habitantes.
El escritor Diego Lazarte presentará su primera novela junto a la crítica de cine, comunicadora social, docente universitaria y directora de Desistfilm Mónica Delgado Ch. este sábado 28 de junio a las 6.00 p. m. en la Librería de Lima, Jr. Cailloma 843, Centro Histórico de Lima. El cierre musical estará a cargo de la banda de indie rock Electroma.
Sobre la novela, el escritor español Alberto Girao ha dicho: “Escrita con una valentía impropia de una primera novela, Lazarte combina gracejo quijotesco y desenvoltura quinqui para componer una obra memorable y divertida. El lenguaje se tensa en la impureza, articula argot, videojuegos o cinefilia; todo ello ensamblado en diálogos ingeniosos y frenéticos. Y, al fondo, siempre Lima: paisaje crudo sobre el que se tejen los retratos de personajes tiernos e incisivos a partes iguales”.
Por su parte, la escritora Paloma La Hoz, afirma: “Es una novela sobre crecer entre ruinas, reírse del caos y encontrar ternura en lo improbable. Poblada de antihéroes de los márgenes limeños, para quienes perderse no es un error, sino el único camino posible. Porque en esta ciudad, sin el humor como forma de resistencia —como diría La Polla Records—, no somos nada”.
Diego Lazarte (Lima, 1984) retornó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos luego de dos lustros, y amenaza con egresar de la Escuela de Derecho y vestir ternos en 2025. Ha transcurrido veintidós años desde La clavícula de Salomón, su ópera prima en poesía, y dos desde la reedición de su séptimo libro, Calaveras retóricas, publicado en México. Aprendió a escribir esta novela leyendo a Dostoyevski y viendo maratones de películas slashers y de serie B, durante su autoexilio en el piso 15 de un condominio en Lima Norte.
Actualmente es director del Festival de Poesía de Lima y de la productora audiovisual Cinemapoesía. Tiene en desarrollo documentales sobre los poetas peruanos Enrique Verástegui, José Ruiz Rosas y Juan Cristóbal.
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