Los Lunes de Crítica es una interesante propuesta que se realiza todos los lunes al inicio de cada semana en el Centro Cultural de San Marcos.
Esta propuesta consiste en una serie de conversatorios que empezó el último lunes del mes pasado y durará 14 semanas más a partir de esta fecha, es decir, hasta el lunes 15 de marzo de 2018.
La gestión de este espacio de discusión se debe a Por una Comunidad de Artes Visuales, un colectivo que, según lo visto en la sesión a la que asistimos, es merecedor de la debida atención por parte de todos los interesados en el desarrollo del ámbito cultural en la ciudad de Lima.
El tema que se trató en esta ocasión fue las “Relaciones entre el Estado, las instituciones privadas y el sector artistico en Lima” en el marco de la asimilación y el cuestionamiento de la participación peruana en la Bienal de Venecia de este año, es decir, luego de la controvertida presentación de la obra del fallecido Juan Javier Salazar.
Los ponentes fueron Marco Aveggio, representante del Patronato Cultural del Perú y director de la Fundación Wiesse, David Flores-Hora, representante del MINCUL, Gilda Mantilla, artista visual y participante de la Bienal de Venecia de 2015 y, en calidad de moderadora, Alejandra Ballón, profesora de la Facultad de Arte de la PUCP.
Considero que la dinámica del evento es ideal dada su horizontalidad y es, hasta el momento, el mayor acierto de esta propuesta problemática y cuestionadora de la realidad del arte y la cultura en el país.
Luego de la primera hora, en la que los ponentes presentan sus perspectivas en el auditorio, todos los presentes se trasladan a la cafetería donde se realiza un cuestionamiento múltiple de los contenidos expuestos en un franco proceso de llegar a pensar en los problemas que han sido tratados. Esta última parte dura, una hora y media más.
Este detalle, la horizontalidad, merece ser señalado, una y otra vez, como un gran acierto de los jóvenes organizadores y así lo reitero dado su distanciameinto de un evento tan falso como el reciente Foro Internacional de Cultura.
Estos jóvenes artistas y gestores, probablemente, hartos de llegar a eventos en los que se impide la confrontación o la elegante interacción de opiniones contundentes en todo distantes del franeleo característico del medio intelectual limeño y de la imposibilidad de enrostrar a aquellos que encubren verdades y todo el género de posibilidades que existen en este sentido, han tenido el buen criterio de evadir ese tipo de obstrucciones y filtros indesables. Además, parecen ser leales a la tradición intelectual crítica y plural de San Marcos, lo que configura otro señalamiento positivo para el evento y sus realizadores.
Desafortunadamente, no estuvo presente el curador de la muestra de Salazar en la bienal veneciana de la referencia, Rodrigo Quijano. Y, en este orden de cosas, se debe sugerir a los organizadores que sean más cuidadosos en asegurar la presentación de voces opuestas para que la dialéctica de las exposiciones y el debate posterior resulten más enriquecedores para todos. Fuera de ello, y pese a que hubiese sido muy interesante hallar un contrapunto sobre el modo en que fue presentada la obra de J.J.S. y captar los diversos detalles encubiertos en este sentido a fin de no repetirlos, reitero todo lo positivo que tuvo el conversatorio en cuestión.
Algunas de las conclusiones provisionales que se obtuvieron la noche pasada son:
1.
Nunca más debería presentarse la obra de un artista muerto ya que, en todo momento, debe asegurarse la proximidad del artista y el curador a fin de que la obra no se vea alterada sustancialmente ya que eso degeneraría en una indeseable tergiversación de los contenidos de la propuesta que se exponga. Esta condición evitaría la desnaturalización del contenido violentamente crítico de la propuesta de J.S.S. que devino, para perjuicio de los responsables de llevarla al antiguo señorio de los Médicis, en una instalación meramente ornamental.
2.
Se debe realizar una integración de los artistas y gestores culturales independientes a fin de establecer un colectivo permanente que los ayude a tener visibilidad y legitimidad para ser, de verdad, los representantes, que este medio necesita. Todo este planteamiento es esencialmente político y aunque no es una novedad, sin duda, es el momento, en el que debe establecerse, no solo por la crisis política en general que asola al país y por la inminencia de un bicentenario absolutamente paradójico y que obliga a la intelectualidad, en general, a repensar a nuestro país, no solo en relación a los logros y el desarrollo que, mal que bien, se ha logrado sino, y sobre todo, a los defectos y vacíos que aún no hemos resuelto.
3.
Se inisistió mucho en la preeminencia que el MINCUL debía tener en la articulación de todas estas interacciones. Dicho extremo fue problematizado exhaustivamente y es obvio, dado el descrédito del gobierno en general y del MINCUL, en particular, que las buenas intenciones son solo el pavimento principal del camino al infierno y es mejor que este permanezca intransitado.
En todo caso, el medio artístico-cultural sí debe tener una fina relación con el sector gubernamental referido pero esta deberá ser, en todo momento, crítica respecto del poder, no complaciente y, además, debe estar legitimada por una adecuada representatividad de los participantes y, si bien, este es un problema estructural que excede los alcances de la última sesión, fue positivo que se haya discutido este planteamiento.
Sin duda, en una sociedad ideal, este ministerio, debería servir para realizar las articulaciones señaladas pero en esta circunstancia no es así.
Finalmente, aun en una sociedad ideal, los “representantes” del medio deberán gozar de una legitimidad y una representatividad auténtica, las que solo pueden producirse si están debidamente agremiados o asociados. Como es comprensible, esto tampoco puede darse en lo inmediato sino que debe trabajarse el el largo plazo.
4.
Ante la imposibilidad descrita en el considerando anterior, cuya superación , sin duda, será muy costosa y requerirá grandes esfuerzos, el Patronato Cultural del Perú, en la figura de Marco Aveggio, propuso públicamente la inclusión de 4 o 5 representantes del medio artístico-cultural en las mesas de diálogo o en cualquier otra forma que implique el proceso de viabilización de la propuesta nacional que sería presentada en la Bienal de Venecia de 2019. Este es un gesto importante que esperamos no quede solo en el marco de un vacuo gesto político.
5.
El tema de la fiscalización que debe actuarse en todos estos procesos fue señalado con propiedad aunque por razones de tiempo no se pudo ser exhaustivo en su desenvolvimiento ante la audiencia. Para ahondar en este punto, sírvanse revisar los contenidos expuestos en el portal web de Lima Gris.
En verdad, este extremo es muy engorroso y debe hallarse una salida adecuada a fin de esclarecer conceptos en torno a la escena comercial del arte en el país.
6.
Debo señalar que entre la ineficiencia y el desinterés estatal y la iniciativa privada, naturalmente, “capitalista”, acaparadora y devota del mercado, inclusive creadora y recreadora del mismo mercado del arte, tal cual sucede en nuestro país, se debe procurar un equilibrio y este no puede, ni debe, ser impulsado por nadie que sea distinto a los propios artistas y gestores culturales, puesto que nadie va a procurar su beneficio sino es por su propia iniciativa.
Cabe agregar que los potenciales representantes del medio artístico-cultural, a su vez, deberán ser continuamente fiscalizados a fin de no incurrir en la oprobiosa tendencia “nacional” a ser convenidos, comechados y tramposos.
7.
En síntesis, es positivo que el debate haya procurado obtener un marco de acción por el que sean superados los conocidos desaciertos de los involucrados en la presentación de un artista tan importante como Juan Javier Salazar en un evento de la trascendencia de la exposición de Venecia y que se procure no incidir , nuevamente, en ellos, convocando para tales fines a la comunidad artístico cultural en pleno como debe ser.
8.
El próximo lunes, 13 de noviembre, se realizará la tercera sesión de esta serie de conversatorios y su título es “Proyecto Fugaz y Monumental Callao: Posicionamientos y divergencias”. Un buen tema, interesante y sumamente polémico que es de interés de toda la comunidad cultural y artística de Lima, en particular, y, debería serlo, en general, de toda la ciudadanía a fin de dar por aniquilada a la “élite” esnob que ha mantenido al arte nacional solo en los predios de los “ricos y famosos”.
9.
Si es el tiempo de un cambio, bienvenido sea, y sino lúchese más intensamente a fin de que se realice este cambio. No hacerlo sería claudicar ante una realidad durísima para todos aquellos que se dedican a estas actividades sin mezclarse en las componendas, entuertos y arreglos de toda la vida.