Cultura
La novela negra griega: Petros Markaris y la hipótesis del chamo muerto
Un artículo de Hans Herrera Núñez

Markaris es la seriedad del género policial. Sus delincuentes son muchos más, son el triunfo de la cultura de la corrupción en una Atenas con sabor a Lima y Santiago. «Tiempo atrás había rosquillas de pan y delincuentes griegos [peruanos o chilenos]. Ahora hay cruasanes y albaneses [venezolanos]».
Noticias de la noche, 1995 (Nυχτερινό δελτίο), es una novela que abre la extensa saga del inspector Jaritos. Escrita por el formidable novelista y dramaturgo griego de origen armenio, Petros Márkaris ( Πέτρος Μάρκαρης), posiblemente el autor griego vivo más traducido pero a su vez un emigrante en su país que no contó con la nacionalidad griega hasta muy adulto debido a que su padre era armenio y su madre griega y él mismo había nacido en Stambul. Novelista y ex comunista, la obra de Markaris es un emblema del policial mediterráneo, muy diferente al policial americano o el noir escandinavo. La obra de Markaris tiene por protagonista no el crimen, sino las diferencias entre clases sociales, los inmigrantes y los crímenes del capitalismo tanto ilegales como legales.
Mientras en Perú, Colombia, Ecuador y Chile los crímenes en torno al fenómeno de emigración aumentan, la obra de Markaris nos sirve de espejo negro que profundiza en el tema. En lugar de chamos tenemos albaneses, Pero los problemas son los mismos. Markaris escribe de una forma tal que hace desear que Latinoamérica aprenda a escribir sobre un fenómeno del cual no dice ni cuenta nadie nada, al menos no con gracia.
Noticias de la noche cuenta la historia de un homicidio doble, la indiferencia de la sociedad griega por tratarse de albaneses (pueblo que se vino abajo cuando su república socialista, una dictadura atroz colapsó al final de la guerra fría). El paralelismo contemporáneo es innegable. Otro país semi socialista, Venezuela no ha colapsado, pero ha terminado por expulsar a millones de sus habitantes como mano de obra barata empujada en ocasiones al crimen y la explotación o la misma trata de personas.

Escrito magistralmente, la aproximación de Markaris describe un fenómeno que se vuelve universal, el de los inmigrantes como la clase social más baja.
Aquí unos extractos:
«Echo un vistazo a mi mesa y no veo el cruasán ni el café. Esta es su única misión fija: traerme cada mañana el café y el cruasán. Levanto la cabeza y lo miro extrañado.
—¿Qué ha pasado hoy con mi desayuno, Zanasis? ¿Te has olvidado?
Cuando entré en el cuerpo desayunábamos rosquillas de pan. Limpiábamos la mesa con la mano para quitar las semillas de sésamo, y al otro lado se sentaba algún Dimos o Meños o Lambros: asesinos, rateros o vulgares carteristas.
Zanasis sonríe.
Había estado merodeando por la casa de la pareja que encontramos asesinada el martes al mediodía. Aunque la puerta de la vivienda llevaba abierta toda la mañana, no había entrado nadie. ¿Quién iba a meterse en una chabola sin pintar, con una ventana sin postigos y la otra cerrada con tablas? Ni los ladrones se dignarían mirarla. Finalmente, en torno al mediodía, una vecina curiosa que se dio cuenta de que la puerta había estado abierta toda la mañana y que no había ninguna señal de vida, entró para echar un vistazo. Tardó una hora en llamarnos porque se desmayó. Cuando llegamos nosotros, dos mujeres seguían tratando de calmarla rociándola con agua, como se hace con los pescados para que mantengan su aspecto fresco.
Había un colchón desnudo sobre el suelo de cemento. La mujer que yacía de espaldas sobre él debía de tener unos veinticinco años. Presentaba un enorme tajo en el cuello, como si alguien le hubiese abierto una segunda boca, un poco más debajo de la normal, para facilitar la salida de la sangre. Su mano derecha permanecía agarrada al colchón. No sé de qué color habría sido su camisón, pero en ese momento era de un rojo vivo. El hombre que estaba tendido boca abajo a su lado, con el tórax fuera del colchón, debía de tener unos cinco años más que ella. Sus ojos parecían fijos en una cucaracha que pasaba ante ellos en aquel instante, sin prisas. Tenía cinco cuchilladas en la espalda, tres horizontales que iban desde la altura del corazón hasta el omóplato derecho y dos más debajo de la cuchillada central, una a continuación de la otra, como si el asesino hubiese querido grabarle en la espalda la «T» de tormento. La chabola era como todas las casas de quienes salen de un infierno para entrar en el siguiente, con una mesa plegable, dos sillas de plástico y un hornillo de gas.
Dos albaneses acuchillados sólo interesan a los de la tele, y eso si la masacre resulta fotogénica y produce náuseas a las nueve de la noche, justo cuando la gente se sienta a cenar. Tiempo atrás había rosquillas de pan y griegos. Ahora hay cruasanes y albaneses».

En otro fragmento continúa sobre las víctimas,
«Empleamos una hora escasa en completar la primera fase: fotografiar los dos cadáveres, tomar huellas dactilares, recoger cuatro o cinco pruebas en bolsas de plástico y precintar la puerta. El forense ni siquiera se tomó la molestia de presentarse. Prefirió recibir los cadáveres en el depósito. No hacía falta una investigación. ¿Qué había que investigar? La casa no tenía ni armario. Los cinco harapos de la mujer colgaban de un gancho en la pared. Los del hombre estaban a su lado, sobre el cemento.»
(…)
Sólo quedaba volver a la jefatura para la segunda fase, el informe, que iría directamente al archivo. Buscar al que los había matado sería una pérdida de tiempo.
(…)
Al volver al despacho, mi primera reacción fue archivar el caso. Terroristas, robos a mano armada, drogas… ¿Quién tiene tiempo para ocuparse de los albaneses? Otra cosa sería si hubiesen matado a uno de los nuestros, a un griego, de esos que ahora comen sándwiches y crepés. Pero, entre ellos, que hagan lo que quieran. Basta con disponer de ambulancias para trasladarlos.
¿Quién dice que aprendemos de nuestros errores? Yo nunca aprendo. Al principio me prometo no mover un dedo y luego empieza a remorderme la conciencia. Yo no sé si porque me ahogo en el despacho y me aburro, o porque aún me queda algo del instinto del policía, algo que se ha salvado de la rutina, lo cierto es que se apoderan de mí las ganas de tomar cartas en el asunto. Envié a las comisarías la descripción del albanés que había hecho la faena. La verdad es que no se precisan extensas investigaciones. Basta con peinar las plazas. Plaza de Omonia, plaza de Vazi, plaza Kotziá, plaza Kumunduru, la plaza del Metro en Kifisiá. Plazas… El mundo se ha convertido en un zoológico al revés. La gente está encerrada en jaulas y los animales se pasean por las plazas y nos miran. Sabía que mis esfuerzos estaban condenados de antemano. No tenía la menor posibilidad de encontrarlo. Sin embargo, a los tres días me lo mandaron desde Lutsa.
(…)
-¡Es él! —gritó en cuanto vio al albanés.
La creí al instante (…). El hombre era tal y como me lo había descrito. No se le había escapado ni un detalle.»
Markaris también es un agudo observador como lo demuestra en el capítulo 2 en que nos comparte el fenómeno de la estandarización del lenguaje policial, así como la transformación de la prensa. El director de policía, jefe de Jaritos, viene de capacitarse en el FBI y ha adoptado sus formas. Cómo menciona Markaris:
«El director alza la vista y me mira.
—¿Novedades en el caso del albanés? —pregunta.
—Nada, señor director. Aún estamos interrogándolo.
—¿Pruebas incriminatorias?
Preguntas cortantes, respuestas cortantes, justo lo necesario para demostrar que es un jefe superocupado, eficiente, conciso, concreto, que va al grano. Trucos yanquis, ya lo he dicho.
—No, pero tenemos una testigo ocular que lo ha reconocido, como ya le comenté
—Esto no constituye necesariamente una prueba incriminatoria. Lo vio cerca de la casa, pero no entrar ni salir de ella. ¿Huellas dactilares?
—Muchas. La mayoría de la pareja, pero ninguna del sospechoso. No se ha encontrado el arma homicida. —El muy imbécil consigue que yo también hable telegráficamente.
-Bien. Di a la prensa que por el momento no hay declaraciones.
Esto no era necesario que me lo indicara. Si hubiera declaraciones, las haría él mismo. No sólo esto, sino que me pediría que se lo anotara todo en un papel para aprendérselo de memoria y soltarlo luego. No me estoy quejando, en realidad me importa un bledo. Los reporteros se me indigestan. Esto es lo mismo que la rosquilla de pan y el cruasán. Antes había periodistas y diarios, ahora hay reporteros y cámaras».

Finalmente se encuentra Jaritos con el albanés en la sala de interrogatorio. La descripción es de un realismo social impecable.
«Observo al albanés, que ha apoyado las manos en la mesa. Dos manos nudosas, con dedos gruesos y uñas largas y negras, el luto de la desgracia. Su mirada descansa en ellas. Las contempla como si las viera por primera vez. ¿De qué se extraña? ¿De haber matado con ellas? ¿De que sean tan toscas y sucias? ¿De que Dios le haya dado manos?
—¿Vas a decirme por qué los mataste? —le pregunto.
Aparta lentamente la vista de sus manos.
—¿Tener cigarro?
—Dale uno de los tuyos —ordeno al agente.
Me mira sorprendido. Cree que quiero aprovecharme de él. Él fuma Marlboro, mientras que yo sigo con los Karelia. Ofrezco un Marlboro al albanés para ablandarlo. El agente le mete el cigarrillo en la boca y yo se lo enciendo. El tipo da dos largas y ansiosas caladas, retiene el humo en los pulmones, como si quisiera aprisionarlo, y después lo suelta lentamente, en pequeñas bocanadas, para no derrocharlo. Levanta las dos manos a la vez y pilla el cigarrillo entre el índice y el pulgar de la mano derecha.
—Io no matar —dice y, en ese mismo instante, sus dos manos se mueven como rayos y se coloca el pitillo en la boca mientras su pecho se hincha para dejar espacio al humo. Su instinto le advierte que podría quitarle el cigarrillo por no haberme dicho lo que yo quería oír, y se apresura a chupar lo que pueda.
—¡Me estás tomando el pelo, mariconazo, albanés de mierda! —grito, fuera de mí—. ¡Te endiñaré todos los asesinatos de asquerosos albaneses que están pendientes de resolución desde hace tres años y te caerá una condena de por vida, me cago en tu Berisa!
—Io tres años no aquí. Io venir… —se interrumpe porque no sabe decir «el año pasado» y busca otra expresión—: Io venir noventaydós —concluye, satisfecho de haber solucionado el problema idiomático. Ha escondido las manos debajo de la mesa, evidentemente para que yo no vea el pitillo y no se me ocurra quitárselo.
—¿Y cómo lo vas a demostrar, desgraciado? ¿Con tu pasaporte?
Me lanzo de repente, lo agarro y lo levanto. No esperaba mi reacción. Sus manos golpean con fuerza la parte inferior de la mesa y el cigarrillo se le cae al suelo. Echa una mirada furtiva y angustiada al pitillo caído y después la dirige a mí, inquieto. El policía avanza el pie y pisa el cigarrillo, mientras sonríe satisfecho al albanés. Chico listo, las pilla al vuelo.
—Entraste en Grecia clandestinamente, no figuras en ninguna parte, ni visado ni sellos ni nada. Puedo hacerte desaparecer y nadie se preguntará qué ha sido de ti. Ni te he visto ni te conozco, porque no existes, ¿me oyes? ¡No existes!
—Io venir para mujer —dice aterrorizado mientras lo zarandeo.
(…)
—¡Y como no te abría te pusiste furioso, entraste por la noche y los mataste!
—¡No! —grita aterrorizada.
Me siento en la silla frente a él y lo miro a los ojos, sin decir nada. Su angustia crece porque no sabe cómo interpretar mi silencio. Afortunadamente, porque así no se da cuenta de que estoy en blanco. ¿Qué puedo hacer? ¿Dejarlo sin comer? Eso le daría igual, porque de todas formas sólo come una vez cada tres días, y eso con un poco de suerte. ¿Llamar a un par de tíos para que lo sacudan? Ha recibido tantas hostias en la vida que aguantará lo que le echen sin rechistar.
—Escucha —le digo con calma, casi con dulzura—. Voy a poner en papel todo lo que hemos dicho aquí, lo firmas y te quedas tranquilo.
No responde, se limita a observarme con aire indeciso, lleno de dudas. No es que le asuste la idea de la cárcel, sino que ha aprendido a mostrarse desconfiado. No cree que el mal tenga un fin y que después llegue un respiro. Teme que, de quedar demostrada una cosa, luego le caiga otra y otra más, porque ésta ha sido siempre su suerte. El hombre necesita ayuda para convencerse.
—A fin de cuentas, en la cárcel no estarás tan mal —añado en tono amistoso—. Tendrás tu propia cama, tres comidas al día, todo pagado por el Estado. Estarás tranquilo y ellos cuidarán de ti, como ocurría en tu país. Y si eres listo, antes de un par de meses te meterás en alguna de las mafias y, encima, ganarás algún dinero. La cárcel es el único lugar donde no hay paro. Con un poco de vista, saldrás de allí con unos ahorrillos.
Sigue mirándome, mudo. Sin embargo algo relampaguea en su mirada, como si le sedujera la idea. Sé que querrá sopesar la sugerencia y me levanto.
—No es preciso que me des una respuesta ahora mismo —le digo—. Piénsatelo y mañana hablamos.
Mientras me dirijo hacia la puerta, veo que el policía saca el tabaco y le ofrece un cigarrillo. He de pedir que trasladen a este muchacho, lo quiero a mi lado.»
Y no obstante es una novela policial, Markaris extiende su ojo policía de la literatura en detalles sociales para brindar un paisaje más realista que no ha cambiado desde 1995.
«Me ha costado treinta años recorrer el camino que conduce de la rosquilla de pan al cruasán, y ella me viene con que me va la chusma porque no trago a los divos de pacotilla.»
Es lo que le reclama a su mujer cuando llegado a casa tiene que aguantar una serie sobre policial en exceso romantizados.
En otro momento habla de la pareja de su hija, momento que se aprovecha para contar de pasada la historia reciente de la dictadura desde el ojo de un policía narrado por un comunista.
«Claro, también está ese tipo, lo había olvidado. Mejor dicho, intento no acordarme de él. En el fondo no es mal muchacho, estudia para perito agrónomo. Pero me fastidia que esté tan cachas, que vaya por ahí en camiseta de manga corta, tejanos y zapatillas de deporte; todos los que tenemos así en el Cuerpo son unos cretinos. Pero qué sé le va a hacer, también él es de la generación de los cincuenta. No me refiero a los de la época de la posguerra, sino a los de hoy en día. La llamo generación de los cincuenta porque su vocabulario se reduce a cincuenta palabras. Si quitamos «joder», «maricón», «rollo» y «gilipollas», nos quedan cuarenta y seis de renta contributiva, como dicen los de Hacienda. Me acuerdo del período entre el 1971 y los sucesos de la Politécnica*, de la consigna «Pan, educación y libertad» y de nosotros, cuando nos mandaban para detener y dispersar a los manifestantes. Enfrentamientos directos, persecuciones en plena calle, cabezas abiertas, sus insultos y nuestras represalias. Cómo íbamos a sospechar entonces que todo aquel lío sólo serviría para llegar a las cincuenta palabras. Igualmente podríamos haber recogido los bártulos y habernos marchado a casa, porque para eso, no valía la pena».
*Los sucesos de la Escuela Politécnica ocurrieron en noviembre de 1973, cuando se generalizaron una serie de protestas estudiantiles y tomaron cariz de rebelión general contra la dictadura de los coroneles. La intervención de la policía armada y del ejército provocó un baño de sangre.
También ofrece observaciones de la vida marital como realidad social.
«La primera fase de la vida conyugal corresponde a la alegría de la convivencia. La segunda, a los hijos. La tercera y más importante, a los desquites. Cuando llegas a esta etapa ya puedes relajarte, porque sabes que nada va a cambiar. Los hijos pronto emprenderán su camino y tú volverás a casa después del trabajo sabiendo que allí te espera tu mujer, la cena y los desquites».
También con un lenguaje brusco y al grano refiere el mundo interior de la policía, como en esta descripción del policía burócrata en el caso de un subalterno:
«La gente como Zanasis es así. De golpe, cuando menos te lo esperas, se les ocurre una idea genial y consiguen algo que, tratándose de ellos, roza el milagro. Sin embargo, a la que introduces un elemento nuevo, algo imprevisto, la sobrecarga les funde los plomos y se pierden en la oscuridad».
A la audaz y entrometida periodista Karayorgui, el inspector le dedica unos pensamientos nostálgicos de tiempos pasados por insistir en escarbar en el caso de los albaneses.
«Me encantaría pegarle una bronca pero tenemos órdenes de arriba de mostrarnos amables con los periodistas. Tiempo atrás los tratábamos de una forma muy distinta».

En otro fragmento de la novela destaca la capacidad de Markaris de describir el paisaje de los marginados, como cuando Jaritos vuelve a la escena del crimen a catear por segunda vez la chabola de los albaneses en una auténtica metáfora de su investigación,
«Contemplo la ropa y me pregunto qué significa.
—Ayúdame a levantar el colchón —le pido a Sotiris.
Lo agarramos de los dos extremos y lo doblamos. Tres cucarachas salen de debajo y corren asustadas por el cemento. Una de ellas es un poco lenta y me da tiempo a aplastarla con el pie. Las otras dos se escapan. Éste es el resultado de nuestro registro: una cucaracha muerta y dos evadidas.»
También le da ocasión de referirse a los barrios bajos de Atenas.
«Alguien había condenado a las familias de la calle Akrita a vivir juntas a la vez que en soledad pues la calle no medía más de tres metros de ancho y las casas se alineaban a ambos lados. (…) La mayoría eran casitas de una sola planta, y sólo muy de tanto en tanto se alzaba alguna de dos pisos. De algunos terrados sobresalían antenas de televisión y de otros barras de hierro, unas tiesas y otras dobladas, prueba de que esperaban levantar una segunda planta algún día. Entretanto había caducado la esperanza, y muchas casas eran tan estrechas que no haría falta un metro para medirlas, bastaría la palma de la mano. Las más pobres lucían las puertas más hermosas, hojas de madera pintadas de color azul cielo, rojo o verde. En las otras, en las casas «bien», habían colocado puertas de hierro forjado color teja, cuyos diseños recordaban esqueletos de flores o ramas de un bosque carbonizado.»
O en el diálogo con el tendero, un retrato de la economía de Grecia,
«—Sólo sé que la mujer no vino más que un par de veces. La primera compró margarina y un paquete de espaguetis, y la segunda, una bolsa de judías.
—Menuda memoria —comento para halagarle y animarle a hablar.
—No es buena memoria, es falta de trabajo. Aquí la gente compra tan poco que uno recuerda las ocasiones como si se tratara de fiestas nacionales.
—No obstante, si hubiesen vivido aquí habrían comprado más a menudo.
—Perdone que se lo diga, pero no sabe de qué está hablando. Ellos pasan diez días con un guiso de judías.
—¿Ha visto a algún extraño frecuentar la casa?
—¿Qué extraño?
—Cualquiera que no fuera del barrio.
Comprendo por su mirada que está empezando a agobiarse.
—Escuche, teniente —dice—. Comprendo que quiera hacer su trabajo, pero ¿a qué viene tanto jaleo por un par de albaneses? Ya tienen al que los mató, ¿por qué quiere revolver más el asunto? A fin de cuentas, con dos albaneses muertos y otro en la cárcel, este país será un lugar mejor.»
Para los que no lo sepan el barrio Rendís es en Atenas lo que Puente Alto en Santiago de Chile, Cerro norte en Montevideo y Atocongo en Lima, es decir un lugar que aparece en las notas de tinta roja de los periódicos.
—¿Le apetece un dulce de naranja amarga?
Otro encanto de Markaris es el Retrato social que hace con cualquier personaje circunstancial, como la anciana informante en la novela. Ella le cuenta sobre su vida al inspector cuando este solo busca información sobre el crimen. Es así que sabemos que la anciana tiene una hija que vive en otra ciudad y que la manda aceite de oliva y algo de dinero para no tener que vivir juntos. En fin, lo que le cuenta son quejas, Pero más que quejas.
«Cuando se es joven, es la suegra la que no quiere. Cuando se es mayor, es el yerno. La mejor edad es entre los cuarenta y los cincuenta. Entonces todos te quieren y a ti no te importa nadie, pero…»
En otro momento la anciana le cuenta.
«—¿Puede decirme algo de los albaneses? —me apresuro a interrumpirla antes de que llegue a sus primos terceros.
—¿Qué quiere que le diga? Gente tranquila, más pobre que las ratas. Aunque, tal como va el mundo, llamamos tranquilos a los que tienen miedo.
—¿Y ellos? ¿Eran tranquilos o tenían miedo?
Me mira y sonríe. El movimiento de sus labios concentra todas las arrugas en las mejillas, como si fueran agujas de pino.
—¿Qué diría que soy yo? —pregunta—. ¿Tranquila o miedosa?
—Tranquila.
—Se lo parece a usted, pero no es así. —Se sienta en la silla y me mira a los ojos—. ¿Ve el teléfono? —Señala el aparato, pegado a la tele—. Me lo pusieron el año pasado. Hasta hace un año, estaba sola y sin teléfono. Si me hubiese muerto, los vecinos se habrían enterado por el olor. Debería cantarle las cuarenta a mi hija, que vive a cuerpo de rey y a mí me deja sola en este agujero. Paso por lo de no vivir en su casa, si no puede alojarme, pero es que cuando vino mi nieta para estudiar en Atenas, le alquilaron un pisito en Pangrati. ¿Tan difícil hubiese sido alquilar uno más grande para que yo hubiese ido con ella? Debería hablarle de todo esto pero me lo guardo para mí y callo. ¿Y sabe por qué? Porque tengo miedo de que se enfade y deje de mandarme el aceite, las olivas y las ochenta mil que me envía… según ella cada mes, pero digamos cada dos, para ser más exactos. Usted me ve tranquila porque tengo miedo. Pero por dentro hierve la cólera.
—Quiere decir que a ellos también se los veía tranquilos pero que tal vez era por miedo.
—No lo sé. Yo los veía ir y venir y me extrañaba.
—¿Por qué se extrañaba?
—Porque se iban como fugitivos y volvían como ladrones, siempre en plena noche. Al despertar por la mañana, estaban aquí. Una noche, después de apagar la tele, me senté junto a la ventana. Yo, hijo mío, me siento a ver la tele a las tres de la tarde y me lo trago todo. Sólo me aburro y la apago cuando empiezan con la política y los amores. La política, porque no entiendo ni papa; los amores, porque son mentira y me indigno. Los veo pegarse, sufrir y discutir y, cuando me canso de quejarme, apago. Yo viví cuarenta años con mi marido, nos peleábamos por la comida, por el dinero, por la hija, pero jamás reñíamos por el amor. ¿Cree usted que mi hija se casó por amor con el de Kalamata? Ella quería asegurarse el futuro y él quería llevársela a la cama. Claro, que mi hija no le dejaba tocarle ni un pelo. Al final, él se cansó y, para acostarse con ella, decidió casarse.
—¿Y esto qué tiene que ver con los albaneses?
—No se precipite —dice—, todo tiene que ver con todo. Porque, de no haber sido por la película de amor de aquella noche, yo no habría estado en la ventana y no los habría visto llegar en la limusina
—¿En limusina?—pregunto, y me acuerdo del comentario del tendero acerca de una furgoneta.
—Yo la llamo limusina porque no entiendo de esas cosas. De todas formas, era un coche enorme, cerrado, de esos en los que caben diez personas. Salen la chica y él, y entran en casa corriendo, y el coche se va enseguida. Al poco rato, la casa queda iluminada con la luz de gas, porque ellos no tienen electricidad. La cosa no duró más de tres minutos. Ni maletas ni nada. Sólo la chica, que llevaba un bulto en brazos. —Me mira, y la sonrisa vuelve a cubrir sus mejillas de pinaza.
(…)
Salgo de la casa de la vieja maldiciendo por dentro a los más jóvenes, que tratan de cubrir el expediente con cinco preguntas hechas deprisa y corriendo, para acabar pronto. Si cuando se llevó a cabo la primera investigación alguien hubiese tenido la paciencia de sentarse con la vieja y escuchar sus penas, todo esto lo habríamos sabido ya antes de trasladar los cadáveres al depósito. Por lo visto, nosotros también podemos aplicarnos lo que los homosexuales dicen de los suyos. No es lo mismo ser gay que maricón. No es lo mismo ser policía que polizonte.»
Por cierto la parte de la vieja abre con la pregunta que abre este apartado, —¿Le apetece un dulce de naranja amarga? —, la cual no es otra cosa que una fórmula poética propia de los mitos. Quienes saben de alta literatura comprenderán a lo que me refiero. Y solo por este uso de esta fórmula hace de Petros Markaris un genio de la literatura. Y por supuesto la potencia de Markaris yace en sus diálogos y el papel que ofrece a las mujeres en la novela, sin forzar ningún inútil feminismo, más bien le confiere profundidad su larga experiencia de dramaturgo.
Todo lo que empieza como noticia nocturna acaba en literatura.
Y colorín colorado este crimen recién ha comenzado.
Cultura
El atentado contra las líneas de Nasca acapara la atención de los medios internacionales más importantes
El patrimonio mundial que son las Líneas de Nasca no ha dejado indiferente a la prensa mundial que viene cubriendo la amenaza de su reducción espacial. Es lamentable que en lugar de buenas noticias sean las peores decisiones del mismo ministerio a cargo de su defensa las que acaparen la atención de la prensa mundial. ¿Acaso no es el momento que la UNESCO actúe?

El 29 de mayo pasado, desde Lima Gris denunciamos y destapamos el entramado del recorte del polígono de las Líneas de Nasca y Palpa. Tuvimos acceso a la resolución viceministerial antes que se publique en el diario oficial El Peruano, y fuentes del Ministerio de Cultura señalaron el interés directo de mineros informales.
La denuncia tuvo gran repercusión en el sector cultural y en los espacios especializados de arqueología. Tras tres días de un intenso cuestionamiento y criticas de diversos sectores contra el Ministerio de Cultura, el caso del recorte del polígono saltó a las páginas de los más importantes medios internacionales. Aquí un repaso de la cobertura internacional sobre el escándalo de las Líneas de Nasca y Palpa.
El 3 de junio el medio Independent en español informó:
«Perú permite a mineros solicitar permisos en zona retirada de la protección de las Líneas de Nazca. Perú anunció el martes que los mineros que trabajaban de forma ilegal en una extensa área de reserva arqueológica y protección alrededor de las famosas Líneas de Nazca ahora podrán iniciar trámites para obtener sus permisos y seguir laborando luego que el gobierno redujo el área de protección en 42%. (…) El miércoles, el Ministerio de Cultura redujo —mediante una resolución— el área de protección que circunda a las Líneas de Nazca en 2.397 kilómetros cuadrados. La reserva fue creada en 1993 y en 2004 se precisó que su área era de 5.633,46 kilómetros cuadrados (…) El ministro de Cultura Fabricio Valencia dijo el jueves en un comunicado que la reducción estaba basada en “sesudos estudios por más de 20 años” y señaló que la reserva arqueológica en realidad era solamente de unos 3.200 kilómetros cuadrados (…) La Associated Press revisó la resolución, pero no halló detalles de los estudios que argumentan la reducción. También pidió detalles de los estudios citados por el ministro para reducir el área de protección sin obtener respuesta al momento (…) Algunos creen que las líneas estaban relacionadas con la astronomía y posiblemente fueron una especie de calendario; consideran que los trazos tenían relación con la gestión del agua, un elemento muy escaso en la zona donde casi nunca llueve».

El 4 de junio el medio chileno Reporte Minero informaba:
«Perú reduce área protegida de las Líneas de Nazca y habilita minería en su entorno. Medida oficial recorta en más de 2.300 km² la zona arqueológica y permite regularizar actividades extractivas previamente ilegales. El gobierno peruano autorizó la legalización de actividades mineras en una zona que hasta ahora estaba protegida por su valor arqueológico. Esta decisión se tomó tras la reducción en un 42% del área de protección que rodea las icónicas Líneas de Nazca, Patrimonio de la Humanidad. Según el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, los mineros que operaban en esa área podrán ahora solicitar permisos para continuar su actividad de manera regular. Montero explicó que, debido a esta modificación, las actividades mineras en la región ya no se consideran ilegales, aunque reconoció que aún no se tiene un catastro exacto de cuántas personas están operando en el área. El gobierno planea realizar una evaluación para determinar el alcance de la minería presente. (…) Pese a que se mencionó que la decisión se basó en estudios realizados durante 20 años, la resolución ministerial no incluye detalles específicos sobre estos análisis, y tampoco se entregó información adicional tras ser solicitada por medios como Associated Press. Antecedentes de minería ilegal en la zona. Anteriormente, autoridades y medios reportaron la presencia de minería ilegal dentro del área protegida, y en ocasiones se destruyeron campamentos y maquinaria. Con la nueva delimitación, estos antecedentes cobran nueva relevancia».

8 de junio, El Economista de México informa:
«Gobierno de Perú anula reducción de reserva arqueológica de Líneas de Nazca. El gobierno de Perú anuló el domingo la reducción en un 40% de la extensa reserva arqueológica donde se hallan los milenarios geoglifos de Nasca, una criticada medida que beneficiaba a los mineros ilegales que invaden la zona. La decisión de las autoridades peruanas restablece el área total de 5.633 km2 de la reserva de Nasca, situada 400 kms al sur de Lima en la región Ica, que había sido recortada a 3.235 km2 según una norma del 28 de mayo del Ministerio de Cultura».

También Cuba nos prestó atención. El medio Cuba debate informó hace tres semanas:
«Perú reduce área de la reserva de las Líneas de Nazca en casi 4 000 kilómetros cuadrados. El Ministerio de Cultura de Perú anunció el viernes que reducirá en más de 2.397 kilómetros cuadrados la reserva de las Líneas de Nazca y acotó que ese cambio no “altera ni afecta” el área inscrita como Sitio del Patrimonio Mundial ni su zona de amortiguamiento aledaña que la protege, reconocidas por la Unesco. En un comunicado, el Ministerio de Cultura señaló que su titular, Fabricio Valencia, realizó ese anuncio la víspera durante una sesión de la comisión legislativa de Cultura realizada en la ciudad de Ica, a 314 kilómetros al sur de la capital. El ministro señaló que en el área liberada “se podrán realizar diferentes actividades, en algunos casos con previa autorización del Ministerio de Cultura”, pero no dio detalles. The Associated Press revisó la resolución, pero en ella no se argumentaron las razones de la medida. La AP pidió comentarios al Ministerio de Cultura, pero no obtuvo una respuesta hasta el momento. En 2016, Johny Isla, arqueólogo del Ministerio de Cultura y responsable de la gestión del patrimonio cultural de Nazca, dijo al diario El Comercio que no contaban con el personal ni los recursos necesarios para vigilar el área protegida. Añadió que la minería ilegal había afectado parte de un cementerio de una cultura preinca llamada Nazca luego que mineros realizaron caminos de acceso para sus campamentos».

El medio español EFE informó el 9 de junio:
«El Gobierno de Perú restituye el área original de la reserva de las Líneas de Nazca. Lima (EFE).- El Ministerio de Cultura de Perú modificó este domingo una resolución que recortaba en 2.400 kilómetros cuadrados el área de la reserva de las famosas Líneas de Nazca, una medida que había generado gran polémica y el rechazo de especialistas en el país andino.Una resolución publicada en el diario oficial El Peruano resolvió dejar «sin efecto» el artículo 1 de la anterior resolución viceministerial, que reducía de unos 5.600 kilómetros cuadrados a 3.200 kilómetros cuadrados la reserva de Nazca. Durante una sesión de la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso, celebrada en la región sureña de Ica, donde se encuentra Nazca, el ministro dijo que en el área liberada se podrían realizar «diferentes actividades», en algunos casos con previa autorización de su ministerio. Tres días después, Valencia reconoció la presencia de la minería ilegal dentro de la reserva, pero reiteró que la medida que habían tomado «no significa que se potencie, ni que la probabilidad de que alguna afectación por minería informal aumente».
El 3 de junio también el medio español ABC informó:
«Perú da marcha atrás y restituye el área original de las Líneas de Nazca. Se teme el daño a los geoglifos por explotaciones mineras. La decisión del Gobierno de Perú de reducir en 2.400 kilómetros cuadrados el área de reserva de las famosas Líneas de Nazca preocupa a arqueólogos, ambientalistas y en general, a defensores del patrimonio, que temen que la explotación minera ilegal en la zona dañe los geoglifos de 2.000 años de antigüedad. La asociación internacional María Reiche, un colectivo sin ánimo de lucro creado para continuar el legado de la joven alemana que descubrió por casualidad las enigmáticas figuras en el desierto peruano y dedicó su vida a defender e investigar las Líneas de Nazca, emitió ayer una alerta en sus redes sociales: «¡No aceptamos el recorte de un 42% del área de reserva de las líneas y geoglifos de Nasca-Palpa, no se puede permitir que el MinCult destruya nuestro patrimonio cultural universal». El ministro dijo que el recorte del área responde a la necesidad de reflejar de manera más precisa la relación entre los geoglifos y las características físicas registradas en la zona, al asegurar su protección y preservación, según informa Efe. (…) Ante los temores suscitados, el ministro reconoció el sábado la existencia de minería ilegal dentro de la reserva de las famosas Líneas de Nazca. «Lamentablemente, el tema de la minería informal es una actividad que está presente en esta zona, pero la medida que hemos tomado no significa que se potencie, ni que la probabilidad de que alguna afectación por minería informal aumente. Eso no va a pasar», indicó Valencia en la emisora local.

Cuando le pidieron más detalles sobre la existencia de esta actividad ilegal en la reserva, el ministro señaló que «hay algunos yacimientos mineros», pero que no tiene «la información exacta de qué tipo de mineral hay ahí», según indica Efe.»
ABC también puso énfasis en el descubrimiento de nuevos geoglifos:
«Gracias a la inteligencia artificial se descubrieron en 2024 más de 300 nuevas líneas misteriosas con más de 2.000 años de antigüedad, que se sumaron a los 430 geoglifos descubiertos previamente. Científicos de la Universidad Yamagata, liderados por Masato Sakai, e IBM Japón, investigaron una zona que cubría inicialmente cerca del 9% de la pampa de Nazca, pero debido a sus buenos resultados, la ampliaron a su totalidad y señalaron a ABC que como resultado, habían encontrado «1.309 candidatos que tienen una alta probabilidad de ser geoglifos». De todos ellos, realizaron estudios de campo en el 26%, que son los que presentaron, pero Sakai señaló su intención de realizar prospecciones sobre el 74% restante. Es posible, por tanto, que aún se conozcan más en un futuro».
El 2 de junio la noticia arribó a EEUU . The Guardian informa :
«Indignación por la decisión de Perú de reducir casi a la mitad el área protegida cerca de las Líneas de Nazca. La impactante decisión ha suscitado temores de que un antiguo sitio con geoglifos de casi 2.000 años de antigüedad sea explotado por mineros ilegales. Arqueólogos y ambientalistas han expresado su indignación por la sorprendente decisión del Ministerio de Cultura de Perú de reducir a casi la mitad el parque arqueológico protegido alrededor de las Líneas de Nazca , excluyendo un área casi del tamaño de la ciudad de Lima, la capital del país. (…) “Están intentando borrar la historia”, declaró Ana María Cogorno Mendoza, presidenta de la Asociación Internacional Maria Reiche, una organización sin fines de lucro creada para proteger las Líneas de Nazca.

“El área que se está separando es exactamente donde se llevaban a cabo algunos de los rituales más antiguos, según nuestra investigación”. Maria Reiche fue una matemática de origen alemán pionera en la investigación de las Líneas de Nazca en el siglo XX. (…) Los críticos de la medida dicen que debilitará décadas de protección ambiental y abrirá la Reserva Arqueológica de Nazca a la minería informal e ilegal , justo cuando los precios internacionales del oro alcanzan su punto máximo. (…) “No ha habido suficientes estudios para decir que no tiene valor cultural ni arqueológico”, dijo César Ipenza, abogado ambientalista que ha seguido de cerca la toma de decisiones en el caso.
“Esta zona, que pertenece a nuestros antepasados, requiere una protección real y no sólo una conveniencia política”. Luis Jaime Castillo, ex ministro de Cultura y arqueólogo que ha estudiado los geoglifos, dijo que el área protegida ya estaba “infestada de minería ilegal y plantas de procesamiento de minerales”. Sidney Novoa, director de tecnología de la ONG Amazon Conservation, quien ha mapeado el sitio, dijo que el área ahora excluida de la zona arqueológica protegida ascendía a más de 2.000 kilómetros cuadrados y estaba superpuesta por alrededor de 300 concesiones propiedad de mineros en un controvertido registro de mineros informales supuestamente en proceso de formalizar sus operaciones, conocido como Reinfo. Ipenza dijo que el registro permitió que la minería ilegal continuara con impunidad y sin supervisión estatal, y agregó que el gobierno favorecía la minería por encima de la protección del medio ambiente. La medida “expone [a la reserva] a riesgos muy graves y a daños acumulativos”, declaró Mariano Castro, exministro de Medio Ambiente. “El Ministerio de Cultura no está considerando la expansión de cientos de actividades mineras extractivas que impactarán acumulativamente las sensibles zonas arqueológicas existentes en Nazca».
CNN en español el 5 de junio informó:
«Perú reduce área protegida de líneas de Nazca y se teme avance de actividad minera. El Gobierno de Perú disminuyó el área protegida de las líneas de Nazca, generando preocupación por la vulnerabilidad de los antiguos geoglifos ante operaciones mineras informales cercanas. La Unesco las declaró Patrimonio de la Humanidad en 1994».
El 3 de junio CNN informaba en un artículo extenso que aquí abreviamos:
«La UNESCO declaró a The Associated Press que las autoridades peruanas no han notificado ningún cambio en los límites del sitio declarado Patrimonio de la Humanidad, cruciales para su protección. La organización solicitará más información a las autoridades. “Existe una alianza entre el Gobierno actual y los sectores mineros informales”, dijo el abogado ambientalista Ipenza. “El marco legal continúa flexibilizándose para beneficiarlos”. Un día después de la decisión del 30 de mayo, el ministro de Cultura de Perú, Fabricio Valencia, reconoció la existencia de minería ilegal dentro de la reserva».

30 de mayo DW TV informaba:
«Líneas de Nazca: Perú reduce esta reserva arqueológica. El ministro de Cultura confirmó la reducción del área de la reserva de las Líneas de Nazca, de 5.600 a 3.200 kilómetros cuadrados. Autoridades alegan conflicto con asentamientos. Crítico apunta a la minería informal. (…) Agregó [Valencia] que en el área liberada se podrán realizar “diferentes actividades”, en algunos casos con previa autorización de su ministerio. “No afecta el patrimonio mundial”. Según el ministro, este cambio “no altera ni afecta el área inscrita como sitio del patrimonio mundial ni su zona de amortiguamiento reconocidos por la Unesco, por lo que el Valor Universal Excepcional (VUE) del bien cultural permanece intacto, al igual que su autenticidad e integridad”. En la reunión celebrada en Ica, participaron el presidente de la Comisión de Cultura del Congreso, Edgard Reymundo, la congresista Martha Moyano, la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Moira Novoa; y el alcalde provincial de Ica, Carlos Reyes, además de otras autoridades locales y regionales. Reymundo saludó la decisión del Ministerio de Cultura de delimitar el área protegida poligonal donde se encuentran las famosas Líneas de Nazca y los geoglifos de Palpa, y calificó la reunión de muy productiva. “Es un anuncio muy importante, puesto de que se había generado un problema social con los asentados, justamente en Nazca, en relación con el polígono”, acotó. ¿Pedido de mineros informales? El abogado especializado en derecho ambiental y docente de la Universidad del Pacífico César A. Ipenza, sin embargo, criticó la medida y la relacionó en X con un reciente pedido de mineros informales para “precisar” la zona. Entretanto, el diario El Comercio recuerda que, el pasado febrero, intensas lluvias en la región Ica activaron la quebrada San Martín y provocaron la caída de huaicos en el distrito de El Ingenio, afectando parte de tres de los conocidos geoglifos de las Líneas de Nazca por el deslizamiento de lodo y piedras: el árbol, la mano y el lagarto»

4 de junio El País de España informa:
«Perú reduce el área protegida de las líneas de Nazca pese a la presencia de minas informales. El grupo de geoglifos contará con menor protección, pese a la oposición del gremio de arqueólogos, que presentará recurso ante el Ministerio de Cultura. Pese a su valor histórico, el Ministerio de Cultura redujo el plano perimétrico del área protegida intangible en un 42%, pasando de 5.600 kilómetros cuadrados a 3.200 . Fabricio Valencia, el titular del sector, explicó que la disminución permitirá una “optimización de la gestión del lugar”. Pieter van Dalen Luna, decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, asegura que esta información no es real, debido a que el estudio no ha contemplado lo necesario al haberse realizado en solo una parte del territorio arqueológico por temas presupuestales. El gremio sostiene que la justificación del Ministerio de Cultura de optimizar la gestión del sitio no será posible mientras las líneas de Nazca sigan a cargo de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica. Lo óptimo, indican, sería la creación de una unidad ejecutora para generar políticas de protección, gestión y recuperación del sitio arqueológico con fines culturales, históricos y artísticos. Además, esta reducción ha dejado fuera áreas “expuestas a la vulnerabilidad y la destrucción por varios factores como la minería ilegal y la expansión agrícola”, explican. Si bien el Ministerio de Cultura insiste en que la protección será la misma pese a la reducción, aceptó la existencia de yacimientos mineros en la zona y que no cuenta con información exacta del tipo de mineral que se extrae en los campamentos. Ante ello, el Colegio de Arqueólogos del Perú ha emitido una alerta: la decisión podría sentar un precedente dañino para otros patrimonios como Caral o Machu Picchu, por lo que han solicitado reuniones con la Comisión de Cultura del Congreso de la República y con la presidenta Dina Boluarte para pedir la destitución del ministro Valencia. Van Dalen Luna adelantó a EL PAÍS que presentará un recurso de nulidad ante el Ministerio de Cultura para revertir la medida. (…) El sociólogo Santiago Alfaro remarca que la reducción supone la renuncia a la protección del patrimonio de parte del Ministerio de Cultura. “El área reservada de las líneas de Nazca no solo tiene como objetivo amortiguar la influencia de actividades económicas sino proteger un espacio que aún no está plenamente investigado”, señala. El ojo público apunta hacia Fabricio Valencia, titular del sector desde septiembre del 2024. Como se recuerda, este abogado especialista en patrimonio cultural y museología es recordado por defender a Juan José Santiváñez, exministro del Interior censurado por el Congreso debido a su incapacidad para controlar la ola delictiva en todo el país. En estos días será citado a la Comisión de Fiscalización».

Cultura
Más Arte Galería: presenta la exposición Erótica, el cuerpo como arte y el deseo como lenguaje
Una exposición que desnuda el arte del deseo y convierte al cuerpo en un manifiesto visual de libertad.

En un rincón de Miraflores, donde la ciudad respira cultura entre cafés bohemios y galerías que aún se atreven a provocar, una exposición rompe el silencio con imágenes que no gritan, pero susurran. ERÓTICO, la muestra internacional organizada por la plataforma +51 Platform, se presenta como una invitación a repensar el cuerpo humano, despojado de prejuicios, convertido en territorio estético y político.
Hasta el 28 de junio, Más Arte Galería alberga este mosaico de miradas que dialogan desde Perú, Argentina, Brasil, México y Estados Unidos. Son más de veinte fotógrafos que, en tiempos de hipersexualización vacía y voyeurismo algorítmico, se atreven a construir una poética del deseo sin recurrir al morbo ni al cliché.
«Queríamos crear un espacio necesario en Lima para observar y dialogar sobre cómo los artistas contemporáneos abordan el erotismo hoy», comenta Martín Orbegoso, director de +51 Platform y co-curador de la muestra junto al fotógrafo Inon Sani. La propuesta no es una provocación gratuita, sino un intento serio —y bellamente osado— por recuperar al erotismo como experiencia estética, como interrogante sobre la mirada, el consentimiento y la diversidad infinita del cuerpo.
En un país donde aún se susurra la palabra “deseo” como si fuera un tabú heredado del confesionario, ERÓTICO ofrece una ruptura necesaria. No hay aquí cuerpos para consumir, sino cuerpos para pensar. La intimidad cruda de Verónica Cerna, la energía de Giuseppe Falla, la melancolía formal de Thomas Locke Hobbs o la mirada certera de Yayo López nos obligan a enfrentarnos a lo que somos y a lo que, en secreto, deseamos.
Cada sala se convierte en una pequeña revolución, en un ensayo visual sobre la identidad, el placer y sus representaciones. No se sale indemne de este recorrido: hay belleza, sí, pero también duda, confrontación, deseo transformado en imagen.
Participan también artistas como Diego Alvarado, Luis Chiang Chang Way, Carolina Cochachez, Javier Cuadra, Marte del Pozo, Rafael Escardó, Ronald Hinostroza, Ximena Lévano, Pedro Pablo Mantegazza, Pablo Padilla, Ignacio Rafael, Shamal, Luis Felipe Soto, Hiroshi Yoshimoto & Carlo Vitalino, Nayeli Acevedo, Nathan Braga, Acha Di Mario, y por supuesto, el propio Inon Sani.
La propuesta no se agota en las paredes. A lo largo del mes, +51 Platform ha programado conversatorios y visitas guiadas que buscan ampliar el diálogo, sumar voces, escuchar preguntas y desafiar certezas. Porque si el arte no nos obliga a pensar distinto, ¿entonces para qué?
ERÓTICO no es solo una exposición de fotografía erótica. Es un manifiesto visual sobre la libertad del cuerpo, sobre la dignidad del deseo, sobre la posibilidad de mirar sin condenar.
El dato
Lugar: Más Arte Galería – Calle Mariano Odicio 282, Miraflores (a dos cuadras de la Estación Ricardo Palma del Metropolitano).
Fecha: Del 5 al 28 de junio.
Horario: Lunes a viernes de 10 a.m. a 6 p.m. / Sábados de 10 a.m. a 2 p.m.
Cultura
Lima Gris Podcast: el arqueólogo Gori Tumi desmiente al ministro de Cultura tras su interpelación en el Congreso [VIDEO]
Se caen las mentiras del ministro Fabricio Valencia. Además, mostramos un chat revelador dirigido al titular del Mincul que demostraría un negociado de cargos.

En el Podcast de Lima Gris, el conductor Edwin Cavello entrevistó al arqueólogo Gori Tumi Echevarría López. Durante la conversación, Cavello cuestionó cómo era posible que el ministro de Cultura, Fabricio Valencia, quien siempre se ha mostrado como defensor del patrimonio cultural y conocedor de las leyes, terminara negando la importancia de la UNESCO. Además, criticó que, al ser consultado sobre si se había pedido permiso a la UNESCO para modificar el área protegida (la poligonal), el ministro respondiera que no era necesario.
Por su parte, el arqueólogo Tumi Echevarría señaló que una decisión tan delicada como recortar el perímetro del polígono de las Líneas de Nasca y Palpa debió ser consultada no solo con la UNESCO, sino también con el Colegio de Arqueólogos del Perú. Según él, eso habría dado mayor responsabilidad y respaldo técnico, científico y académico al informe que dio origen a la resolución viceministerial firmada por la viceministra Moira Novoa Silva.
Para Echevarría, lo ocurrido demuestra que al ministro Valencia Gibaja no le importó mentir en medio de su interpelación. El presidente de la Asociación de Arte Rupestre del Perú, subrayó que desde el Mincul tomaron la decisión de recortar el polígono a pesar de conocer las posibles consecuencias y sin contar con un respaldo sólido ni institucional.
Aquí la entrevista completa y un chat dirigido al ministro de Cultura, que evidenciaría el oscuro manejo detrás del escándalo de las Líneas de Nasca y Palpa.
Cultura
Coreografía solar
María Fe Florez-Estrada despliega una poética visual tejida en foil y acrílico que entrelaza memorias íntimas y referencias ancestrales en una coreografía de luz, textura y contemplación. Está en La Galería de San Isidro hasta el 6 de julio.

Siete obras tramadas en foil metálico sobre acrílico coloreado y tres esculturas dedicadas a Mariella Agois vibran con una energía ciertamente sutil, pero envolvente. Al tiempo de revelar una obsesión meticulosa por la materialidad como lenguaje, la repetición del método sugiere ya un manifiesto: la exploración sistemática de un mismo proceso para extraer variaciones infinitas, como si cada obra fuera un verso de un poema visual.
Más o menos así son estas Remembranzas, la más reciente exposición de María Fe Florez-Estrada (Lima, 1979) en la sala II de La Galería de San Isidro. “Cada tejido nuevo empieza a partir de un recuerdo”, dice la artista. “Una sensación de aquel tiempo dotándola de una nueva interpretación”. La técnica del foil, que viene desarrollando desde hace más de 14 años, se ha convertido para ella en una suerte de caligrafía emocional: cada trama es un mapa afectivo.
De manera que lo personal y lo colectivo se funden en este corpus reciente. Tres de las piezas llevan los nombres de sus hijos —Nisso, Rafael y Sienna— y en ellas se advierte un colorido cálido y pulsante que parece traducir lo indecible del amor maternal. La memoria aquí no es nostalgia: es celebración transformada en forma, en vibración, en partitura visual.

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Silencio luminoso-
La artista entiende su obra como una exploración del tiempo a través de la materia. El foil —láminas doradas, plateadas y cobrizas— deviene en metáfora de la luz capturada, del instante suspendido. Estas superficies actúan como espejos fragmentados que reflejan tanto la presencia del espectador como la ausencia de aquello que se recuerda. En “Recuerdo de un eclipse”, por ejemplo, el brillo metálico evoca la corona solar: un destello atrapado en la oscuridad, una imagen suspendida entre lo visible y lo secreto.
El contraste entre los materiales industriales y las referencias a los textiles andinos no es casual. “Para mí es una manera de exteriorizar este presente con colores vibrantes y transparentes que proyectan luz y a la vez se mezclan con la trama de foil”, explica. En esa tracción entre lo ancestral y lo industrial se manifiesta una de las claves del arte contemporáneo peruano: la coexistencia de lo originario y lo global en una coreografía de contradicciones y mestizajes.
Por su parte, las tres esculturas en homenaje a Mariella Agois profundizan la búsqueda. “Siento gran admiración por su obra, es un deleite para los sentidos”, comenta Florez-Estrada. “Compartimos la constante búsqueda de expresión sensorial apuntando a generar efectos visuales de volumen y movimiento a través del uso del color y de las composiciones lineales”. En estas piezas tridimensionales, la línea se vuelve arquitectura. Y el homenaje se transforma en diálogo.

Así, Remembranzas no es solo una exposición: es una constelación de sentidos en movimiento. Una apuesta por la contemplación en un mundo saturado de estímulos. La serialidad de las obras, la minuciosa repetición del tejido, el juego con la luz y la geometría, remiten al ritual más que a la industria. Al arte como acto meditativo, como gesto de resistencia ante lo fugaz. Una trama de recuerdos.
Donde cada destello de foil es una palabra no dicha. Y en ese silencio luminoso la artista alcanza lo inasible: hacer visible lo que el tiempo quiso borrar. Y, como la luz en un eclipse, sigue iluminando aún después de desaparecer.
Muestras: Remembranzas de María Fe Florez-Estrada y La arquitectura del ser de Daniel Defilippi y
Lugar: La Galería.
Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro.
Fechas: Del 10 de junio al 5 de julio.
Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 p.m. y sábados de 3 a 7 p.m.
Ingreso: Libre.
Cultura
Decano del Colegio de Arqueólogos exige la renuncia del ministro de Cultura por recorte en protección de las Líneas de Nasca
En entrevista exclusiva desde la protesta convocada ayer frente al Ministerio de Cultura, el decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, Pieter Van Dalen, lanzó duras críticas contra la gestión del ministro Fabricio Valencia y exigió su inmediata renuncia, junto con la de la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa Silva, tras la aprobación de una polémica resolución que recorta el perímetro de protección de las Líneas de Nasca.

La manifestación, realizada en la explanada del Ministerio en San Borja, reunió a arqueólogos, estudiantes, ciudadanos y organizaciones vinculadas a la defensa del patrimonio cultural. El motivo: el rechazo a la resolución viceministerial firmada por Novoa Silva que, según los especialistas, pone en peligro amplias zonas arqueológicas.
“Es una situación muy lamentable, que venimos viviendo desde hace más de una semana, desde que salió esta nefasta resolución”, señaló Van Dalen. “El Ministerio de Cultura, en vez de proteger el patrimonio, estaría dejando fuera grandes extensiones de zonas arqueológicas que quedarían expuestas a la minería ilegal, las urbanizaciones, los cultivos y otros problemas que afectan a esta región”.
El recorte del perímetro de las Líneas de Nasca —una de las herencias más emblemáticas del Perú y Patrimonio Mundial de la Humanidad— ha generado preocupación entre la comunidad científica nacional e internacional. Para el Colegio de Arqueólogos, esta decisión no solo es técnicamente injustificable, sino que sienta un precedente peligroso.
Consultado sobre las recientes denuncias penales contra el ministro Valencia, la viceministra Novoa y otros funcionarios, el decano expresó que si bien aún no conocía los detalles del caso, considera urgente que el Poder Judicial investigue los motivos detrás de esta resolución. “Sería importante que se pueda demostrar por qué sacaron esta medida. Nosotros también estamos recibiendo documentación y evaluaremos si corresponde que los arqueólogos involucrados sean sometidos al Tribunal de Ética y Disciplina”, indicó.
El Colegio de Arqueólogos se suma así a los pedidos de interpelación ya aprobados por el Congreso. “El ministro ha demostrado su incapacidad moral para dirigir el Ministerio de Cultura. Debe dar un paso al costado porque está haciéndole mucho daño a la cultura del país. Lo mismo con la viceministra”, reclamó Van Dalen.
El mensaje también incluyó una exhortación directa a la presidenta Dina Boluarte: “Le pedimos que haga cambios urgentes y necesarios en el Ministerio de Cultura. Estos señores tienen que dejar sus cargos porque mucho daño están haciéndole al país entero.”
El clamor desde San Borja se escuchó fuerte y claro. Mientras los manifestantes mostraban pancartas con lemas como “Las Líneas de Nasca no se negocian” y “Nasca nose vende, Nasca se defiende”, la figura del ministro Valencia se sigue debilitando. En un escenario de creciente presión política y social, la permanencia de los actuales responsables del Ministerio de Cultura pende de un hilo.
Aquí la entrevista en exclusiva con Pieter Van Dalen, decano del Colegio de Arqueólogos del Perú.
Cultura
Gori Tumi: «Exigimos que el ministro y la viceministra de Cultura sean destituidos»
En medio de las protestas que se realizaron ayer en la explanada del Ministerio de Cultura, Gori Tumi, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, lanzó duras críticas contra el titular de Cultura, Fabricio Valencia, y su viceministra de Patrimonio, Moira Novoa, por atentar contra las Líneas de Nasca.

Durante las protestas realizadas ayer en la explanada de la sede central del Ministerio de Cultura, el arqueólogo Gori Tumi, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, lanzó duras críticas contra la actual gestión del ministro Fabricio Valencia. En una entrevista exclusiva, Tumi denunció un presunto negociado estatal que pone en riesgo el patrimonio arqueológico de Nasca, y exigió la renuncia inmediata tanto del ministro como de la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa.
En un ambiente marcado por la indignación ciudadana, Gori Tumi calificó de “componenda” las acciones del Ministerio de Cultura que permitieron el recorte del área de protección de las líneas de Nasca. Según su denuncia, esta reducción se realizó sin sustento técnico alguno, favoreciendo intereses vinculados a la minería informal en la región. “Se ha demostrado, más bien por la ausencia de documentación técnica, que todo este recorte en la poligonal fue hecho sin sustento, y es muy suspicaz que se haya dado en un contexto de expansión minera”, afirmó el arqueólogo.
Más grave aún, Tumi reveló que el hermano de una funcionaria del Ministerio de Cultura —subdirectora de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica— había solicitado la liberación de 100 hectáreas para actividad minera dentro del área originalmente protegida. Aunque el solicitante habría fallecido, el conflicto de intereses es evidente. “Ella (Jeanette Gutiérrez Achulla) debió saber que tenía un problema de intereses familiares y participó en la reunión original donde se avaló el recorte”, señaló.
Para el presidente de la Asociación de Arte Rupestre, esta situación no es un hecho aislado sino parte de un patrón sistemático de negligencia e intereses ocultos. Recordó que en anteriores gestiones, como las de Luis Jaime Castillo, ya se habían producido decisiones similares en sitios como Pachacamac y Puruchuco. “Es decir, nuevamente se ha tratado de beneficiar intereses particulares o privados, o intereses oscuros al final”, sentenció.
En la entrevista, Tumi también desmintió las versiones oficiales que pretendían justificar la redefinición de la poligonal en base a supuestos estudios. “No hay una investigación real que justifique esa re-delimitación. No se han hecho estudios ad hoc. Se trató de disfrazar una operación política como si fuera un proceso técnico”.
La Asociación Peruana de Arte Rupestre, que él preside, emitió un pronunciamiento formal el pasado 8 de junio, exigiendo no solo la destitución del ministro Fabricio Valencia y la viceministra Moira Novoa, sino también una eventual investigación penal para todos los involucrados. “No nos hemos quedado de brazos cruzados”, advirtió. “Exigimos que se tomen acciones jurídicas porque esto ha sido un atentado contra un bien arqueológico insustituible”.
El escándalo por el recorte en la protección de las líneas de Nasca ha escalado rápidamente: el Congreso ya aprobó tres interpelaciones contra el ministro de Cultura, y el Ministerio Público ha iniciado diligencias preliminares. Las declaraciones de Gori Tumi refuerzan la sospecha de que, detrás de las resoluciones administrativas, se esconde una estrategia deliberada para abrir paso a la depredación del patrimonio nacional bajo el amparo del Estado.
Aquí la entrevista completa:
Cultura
Líneas de Nasca: Jois Mantilla advierte intereses económicos tras resolución del Ministerio de Cultura
El investigador y periodista denuncia que se intenta desproteger áreas con valioso patrimonio arqueológico para favorecer la expansión minera. La norma ha sido suspendida, pero el riesgo sigue latente. Aquí la entrevista.

En una entrevista contundente, el periodista e investigador Jois Mantilla lanzó duras críticas contra el Ministerio de Cultura por la reciente resolución viceministerial que pretendía modificar los límites de protección de las Líneas de Nasca, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Según Mantilla, se trató de un “despropósito movido por intereses económicos y políticos”, disfrazado de una medida técnica para “sincerar” el polígono de protección.
“Fue una tremenda torpeza. Primero sacan la norma, luego esperan el escándalo, y recién ahí retroceden. Así funcionan los gobiernos llenos de ineptos”, sentenció Mantilla. La medida publicada el 28 de mayo fue parcialmente suspendida días después, pero el periodista advirtió que se trata solo de una pausa estratégica: “Van a insistir, ahora con otro lenguaje, aparentando apertura”.
Uno de los puntos más graves señalados por Mantilla es que no hubo ninguna consulta previa ni con arqueólogos ni con autoridades locales. “Ni el alcalde provincial fue informado. Y lo más grave: ni siquiera el Colegio de Arqueólogos fue convocado”, denunció.
El ministro de Cultura intentó justificar la medida afirmando que el área es más grande que Tumbes y que el perímetro excluido no contiene restos arqueológicos. Pero Mantilla desmintió tajantemente esas afirmaciones: “Eso es mentira. No hay estudios que lo respalden. Lo que hay son intereses mineros. Hay hasta una funcionaria con vínculos familiares con empresas que ya estaban pidiendo concesiones en la zona”.
Además, Mantilla reveló que muchas de las nuevas figuras descubiertas por la Universidad japonesa de Yamagata —más de 300 geoglifos adicionales identificados con inteligencia artificial y tecnología satelital— se encuentran precisamente en las áreas que se buscaban excluir del área protegida.
“No podemos seguir mochando el territorio, porque lo que vamos a terminar teniendo es una historia incompleta, una investigación que nunca se podrá cerrar. Si no protegemos todo, estamos perdiendo lo más valioso que tenemos: nuestra memoria arqueológica”, sostuvo.
Pese a las duras críticas, Mantilla reconoció que el polígono podría ajustarse en ciertas zonas urbanas consolidadas, donde ya existen viviendas e infraestructura. Pero insistió en que eso debe hacerse con criterios técnicos claros, con un registro arqueológico completo y con la protección asegurada para todas las zonas aún por investigar.
“La plaga humana necesita espacio, sí. Pero el desarrollo no puede construirse sobre la destrucción de nuestro pasado”, concluyó.
Aquí el podcast de Lima Gris con la entrevista completa.
Cultura
Crisis en el MINCUL: trabajadores se alzan contra el ministro Fabricio Valencia
Rebelión en el Ministerio de Cultura en defensa del patrimonio cultural. Mediante un comunicado, los trabajadores del Mincul denuncian la falta de una evaluación rigurosa y pública de los estudios técnicos utilizados por el ministerio para justificar su decisión del recorte del polígono de las Líneas de Nasca y Palpa.

Los trabajadores del Ministerio de Cultura, los guardianes invisibles de nuestro patrimonio, han levantado su voz en un comunicado solemne, reclamando que la decisión tomada no solo es inválida desde el punto de vista técnico y científico, sino también un acto de negligencia total frente al legado de quienes nos precedieron y a los intereses de las futuras generaciones. La reducción, señalan, no tiene respaldo ni respaldo científico ni respaldo legal, y viola principios internacionales de gestión patrimonial que demandan transparencia, participación ciudadana y criterios rigurosos en la protección del patrimonio cultural.

El ministro afirma, con una mezcla de simplicidad y arrogancia, que la reducción del área se sustenta en «más de 20 años de estudios» —una aseveración que enardece la indignación de sus propios técnicos y especialistas que denuncia la falta de transparencia en la rendición de cuentas. No hay, en realidad, estudios públicos, informes publicados ni validación externa que justifiquen esa disminución. Lo que existe, dicen los firmantes, es una decisión unilateral cuyo único fundamento parece haber sido un supuesto «falta de evidencias arqueológicas» en las zonas excluidas, una afirmación que, más que ciencia, parece una excusa para abrir paso al interés comercial y predatorio. La alarma no solo radica en el tamaño de la reducción, sino en la forma en que se ha llevado a cabo: sin participación, sin debate público, sin respaldo técnico, prostituyendo la ciencia y los valores patrimoniales por una conveniencia administrativa o, peor aún, por intereses desconocidos —o peor aún, evidentes.

Los trabajadores, con la nobleza de los que aman su oficio y saben que trabajan en la trinchera de la preservación, denuncian además la falta de una evaluación rigurosa y pública de los estudios técnicos utilizados por el ministerio para justificar su decisión. La supuesta base de «más de dos décadas de investigación», que el ministro repite como un mantra para legitimar su acción, no ha sido respaldada por ningún informe accesible ni validado por la comunidad científica internacional. La opacidad, en estos casos, siempre es un signo de alarma. La transparencia, como ya lo proclamó el propio Lawrence Livermore, es la moneda de la buena gestión del patrimonio.
La acción del ministro no solo pone en entredicho su competencia, sino que revela un desconocimiento flagrante del peso simbólico, cultural y científico de Nasca. La amenaza de esta reducción es el desmembramiento de un todo, de un paisaje cultural que no puede entenderse solo por sus fragmentos aislados. La preservación de Nasca no requiere la disminución de su territorio, sino la expansión y protección integral de un paisaje que fue cuidadosamente estudiado y protegido por la comunidad internacional y nuestros propios arqueólogos. La respuesta del ministro parece reflejar más un capricho ideológico que una política pública con sentido: reducir las áreas protegidas para facilitar actividades ilícitas, como la minería ilegal, que ya han dañado irreversiblemente sectores del desierto y que, en palabras de los propios expertos, son los verdaderos enemigos de este patrimonio.
La actitud de los responsables políticos contrasta brutalmente con la sensibilidad y el compromiso de los propios trabajadores, que en su comunicado señalan que la protección del patrimonio no es una cuestión de interés económico inmediato, sino una obligación moral, un deber imperativo de toda sociedad civilizada. La protección del patrimonio cultural no es un negocio, sino un legado, un hilo que une nuestro pasado con nuestro presente, y que debe ser preservado con la ciencia, el respeto y la participación pública.
Pero, como en toda tragedia, no falta también la farsa. La estrategia de esconder estudios, de actuar sin consultar, de legislar con apresuramiento y sin clamor, evita cualquier debate serio y transparente. La falta de publicación de los estudios que supuestamente justifican la reducción, unido a la ausencia de informes técnico-científicos validados por organismos independientes, revela una práctica antidemocrática y anticientífica, una manipulación insensata que solo puede terminar dañando —y no beneficiando— a nuestro patrimonio.
El llamado de los trabajadores es a no aceptar este sacrilegio silencioso, a defender la integridad del paisaje cultural de Nasca con toda la fuerza de la ley, del conocimiento y del sentido común. Quieren una gestión participativa, transparente, respaldada en evidencia científica, que involucre a las comunidades locales, a los científicos, a las instituciones internacionales y a toda la sociedad civil que reconoce en Nasca su patrimonio común. La historia nos muestra que los patrimonios no se protegen con decretos arbitrarios ni con decisiones unilaterales, sino con respeto, con ciencia y con un compromiso ético que trascienda los intereses momentáneos.
La responsabilidad del Estado, en definitiva, es custodiar, no destruir; comprender, no simplificar; proteger, no reducir. La historia, que los geoglifos y los geólogos nos han enseñado con silenciosa contundencia, es que los legados monumentales son frágiles, como la arena del desierto, y que la verdadera grandeza está en comprender nuestro papel en la conservación de esa herencia.
Este es un llamado a la sensatez y a la justicia. Newton nos enseñó que toda acción genera una reacción igual y opuesta; si destruimos un patrimonio, solo nos queda la impotencia, la vergüenza y un legado que será, en adelante, un testimonio de nuestro silencio y nuestra cobardía.

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