Cultura
La fe de Bruno Pólack en las carreteras del norte (reflexiones sobre Fe de Bruno Pólack & breve narración sobre un casi accidente)

Si hay algo divertido dentro de la vida poética nacional son los festivales. Divertido, en el sentido de que te permiten ampliar tu criterio y lecturas, conocer otros lugares y otras realidades poéticas y aprender mucho. Salir de tu zona de confort poética y experimentar otras realidades de artistas nutre tu capacidad de juicio. Por eso, los que se realizan en el Perú tienen un corte de heroico por ser también radiadores culturales en un espacio en un espacio hostil para estas actividades.
Uno de los últimos festivales de poesía al que asistí el 2019 fue al de Chepén Chepén, gesta liderada por Julia Wong, que viene trabajando ya 10 años con un evento que se realiza tanto en colegios como en las municipalidades y que aglutina a varios poetas no solo del país sino del extranjero, quiénes pasan cuatro días expresando y compartiendo su arte. Fui invitado al décimo festival, que se realizó el 2019 durante dos semanas de setiembre. Recuerdo que desde el primer día hicimos un generoso intercambio de libros todos los que nos reunimos en el hotel de Guadalupe: Diego Bardales, Walter Lingán, Bruno Pólack.
Entre las muchas actividades que realizamos tuvimos una donde viajamos hasta Pacasmayo, una playa cruzando Chepén. Para este viaje se me ocurrió ir atrás de la camioneta, en el espacio de la carga- contrariando a Diego y Ray Paz que me decía que mejor viaje dentro de un taxi, para evitar el viento con piedritas en los ojos-sin techo y apoyado a los vidrios del asiento trasero. La mirada era hermosa: panorámica.
Triste y apacible mañana de sábado. Era una tarde plomiza verde, con poca gente en la calle, cuando cruzamos Guadalupe y salimos a la carretera. Bruno Pólack también se sentó atrás e incluso trajo dos latas de cerveza cristal de trigo y nos pusimos a conversar de poesía mientras la camioneta –conducida por Luis Bocelli- siguió su rumbo.
Las carreteras del norte nos llevaron a la memoria el nombre de Juan Ramírez Ruiz, poeta de obra ya celebrada que falleció atropellado por un camión en una carretera de Virú; simultáneamente el viento desordenaba mis cabellos y la cerveza helada sintonizaba con el silencio de la carretera. Yo miraba las dunas y los desiertos.
-¿Y qué piensas de Ramírez Ruiz? –me preguntó Bruno.
-Un poeta alto y consecuente, vida y obra son un solo pentagrama. Me pregunto por qué Tulio Mora no colocó el Manifiesto Palabras Urgentes 2 en su antología Los broches mayores del sonido. Hay ahora muchos poseros que no conocen a los artistas de verdad y solo se dedican a criticar por redes.
-Sí, es difícil ahora vivir así. Es como otro tiempo, otra mente, ahora ya no existe tanto lo beat.

De improviso, la camioneta dio una vuelta a la izquierda –innecesaria, nos enteraríamos luego- que desembocó en otra vuelta en U para volver al carril inicial; este giro me dejó directamente frente a un tráiler, es decir, face to face, con una máquina descontrolada que avanzaba a toda velocidad; el instinto me hizo inmediatamente saltar de la camioneta a la pista, pensando que así me libraba de ser embestido por el tráiler.
Felizmente caí con los dos píes, acuclillándome mientras sentía mi peso en la pista, observé a la derecha por si venía otro carro, entonces crucé del otro lado y miré a la camioneta: Bruno Poláck tocaba la ventana para que la camioneta regresará y yo atrás corriendo para volver a subir.
Ahora la escena me da risa pero en su momento la pasé asustado, así como todos los que se encontraban dentro de la camioneta. Recuerdo que la poeta chilena Elvira Hernández, con la que también viajábamos, me preguntó si me sentía bien. Yo pienso que de no haber saltado tal vez el tráiler nos embestía y todos hubiéramos salidos en las noticias de los diarios al día siguiente.
Lo cierto es que no sucedió y llegamos tranquilos a la vieja estación de Pacasmayo, donde actualmente se yergue el centro cultural del pueblo. Puerto, en fin, visitado por Martín Adán en su adolescencia, donde el mar tiene un espíritu que enajena la suculenta arena. Luis Eduardo García, también invitado, minutos antes del recital, me contó de un poema que había escrito sobre los puertos del norte. Ahí, siguiendo nuestra agenda, leímos unos poemas frente a un público nutrido por niños y curiosos. Bruno no perdió la oportunidad de contar el hecho y leyó uno de los poemas de Fe:
Porque también si nosotros morimos tenemos el derecho de
conservar,
por un tiempo prudente,
nuestro último pensamiento.
Quisiera ponerles un ejemplo: si a Uds. al cruzar la pista los enviste
un auto rojo y venían pensando en una flor amarilla:
días después
quizá ya bajo tierra, aparecerá entre sus manos una flor amarilla(1)
Líneas muy certeras para el conato de accidente, ¿cuál sería el último pensamiento que guardaríamos nosotros un tiempo prudente? Palabras que ahora no solo vibran con la luz del verso bien cuajado, ni con la música que propiamente poseen, sino con la certeza de la carretera: morir y despertar trasformado en una flor amarilla puede ser demasiado garciamarquezriano como también juliocortazariano. La poesía tiene ese efecto de ser fortuitamente bienvenida, de actuar como espejo en cualquier escena.
Sin embargo, mi reflexión de Fe (2016) es mayor. Meses después del Festival, pude terminar el libro entero y darme mayores ideas de qué va la fe en Pólack. Subrayarlo, leerlo, encontrar la conexión pertinente entre los versos que permitiera entender los puentes y andamios subrepticios del proyecto de Bruno. De antemano, debo admitir que es un poemario que gira en dos escenarios mentales determinados: a)la cotidianidad, b) la trascendencia poética; que, nos dejan penetrar a c) el “espacio de la fe”. Bajo esta trifurcación, Pólack alza su fe en el absoluto poético:
En todos los pisos una madre llama a la cena.
En todos los pisos es alguien
el encargado de la poesía y la basura. (2)
Como sabemos, desde la modernidad que inaugura Trilce de Vallejo, al insertar escenas “no poéticas” en los poemas, o, el propio Parra, al crear la anti poesía y bajar a los poetas del Olimpo, el periplo de todo poeta en el siglo XX y en adelante no es ajeno a la certeza de que la poesía como realidad y esencia se somete a la bulla de la propia modernidad. El poeta, fuera de lo empíreo, trabaja como otro obrero más, bruñendo el lenguaje, en el resplandor de toda la bulla. Esta cotidianidad se filtra en los versos de Pólack como pequeños destellos que nos devuelven a lo cotidiano:
Sirves el vino, llamas a la mesa,
mientras continúo/ con la mano izquierda en el bolsillo
jugando a adivinar el altorrelieve
de la moneda/ que arde/ en el anular/ entre falanges(3)
Curiosamente, la escena de las manos dentro del bolsillo –como un gatillo que nos regresa del sentir poético a la realidad más concreta: dedos dentro del bolsillo, largos dedos acariciando monedas- se repite más adelante:
Por ejemplo ahora que juego con la moneda/ dentro del bolsillo/
entre la falange y el anular,
entre una cara fría y una cara ardiente(4)
También la cotidianidad se filtra en la propia observación del entorno, lo que confiere eso que el propio Pólack -citando tal vez a José María Arguedas (5) – entiende como el poder de trasmitir la materialidad de las cosas desde el lenguaje:
Transmigración del alma de las palabras a las cosas
de la poesía a las cosas
del mar a las cosas
corazón palpitante, que entre mis manos, caes con violencia hacia
los surcos
y germina el fruto, la palabra, la sangre (6)
Esa cotidianidad, por instantes, es oscura certeza, es una mirada sórdida sobre lo real, -el poeta ya no habita el monte, ni la soledad del anacoreta, sino la vida urbana, entre edificios y supermercados- o crítica a la falsedad literaria y sus escenarios de cartón:
“Poeta peruano leerá sus marranadas en Casa de América”.
Cruzo la calle, tiro el periódico al tacho. (7)
Incluso irónicamente se comprende lo inútil de cualquier acto que desgaste la fuerza de la juventud; y el propio poema se enfrenta a esos juicios, es decir, no puede pensarse fuera del sentido común. Y hace de su sentido común el lugar del encuentro poético:
“Nada es lo suficientemente digno para malgastar las fuerzas de la juventud. (…)
Quizás sí el amor procaz, la vagancia desmedida,
la trasmigración del lenguaje a las cosas
del mar a las cosas
porque hoy la poesía es una labor doméstica
amas de casa leen mientras hierven las verduras (8)
Sin embargo, es esa mirada la nos descubre el encuentro con una realidad más intensa del lenguaje, ese, trasmigrar del lenguaje a las cosas, del mar a las cosas que desplaza lo cotidiano de su papel ubico -desplaza la cotidianidad de tocar una moneda dentro de tu casaca- y expresa la realidad en su plasticidad más intensa:
Corto la soga entre la realidad y el sueño con el colmillo de perro
que pende de mi cuello/ y veo
zarpar los barcos hacia los puertos de mi infancia (9)
Esto hace que el a)la cotidianidad y b)la trascendencia poética se compenetren en la lucidez de realizar poesía en cualquier habitación, casa, sótano y edificio de la ciudad, conectado a internet, con buses y tráfico, con humanos lanzando naves a la luna y abriendo el interior de los átomos o abriendo libros de Dante, Li Po o de Paracelso. Lo contemporáneo es una fiesta de los encuentros. Al ingresar a la poesía, entonces, accedemos a eso que Hinostroza versaba La cotidianidad puede ser tan hermosa como el heroísmo sin salir de su casa se puede conocer el mundo el movimiento del aminoácido (10) Esa mirada cotidiana sobre la que se funda la fe de Poláck –botar la basura, tocar monedas, hervir las zanahorias, colgar la ropa- le permite aprehender la poesía como conjuro, como entidad infinita que al repetirse conduce a otros estados mentales. Ello genera la poética del libro: la fe como estado poético que permite trascender. Así, vemos dos afirmaciones sobre la fe y la poesía:
(1) La fe como conjuro:
(…)porque toda palabra ansía ser algo así como un conjuro mágico
algo así como un ave maravillosa(11)
Porque toda palabra, como todo pez, es un conjuro mágico
(solo representa la idea de la palabra)
si la repetimos con Fe/ nace la plegaria/ o la poesía(12)
(2)La poesía como el abanico del conjuro:
La poesía es este hilo luminoso que de árbol a árbol cruza el cauce del río
(y al medio, en la parte más convexa, se roza suavemente con el río)
en este verso, por ejemplo, solo hay una silla abandonada en la otra ribera
en este otro verso solo existe el rumor de una urraca que ha partido
este otro verso es un verso vacío (13)
Gracias a esta simbiosis en Fe de Bruno Pólack se cumple la escritura, es decir, ese conjuro donde la mente se expande. Y escuchamos entonces la intensidad de la partitura:
Porque en esta ciudad
un ser humano aborda a otro ser humano con un gesto animal
un ser humano ve a otro ser humano y finge no haberlo visto nunca
un ser humano deshonra constantemente a otro ser humano
Compramos helados. Sonreímos. (14)

Si bien en Fe se da la bifurcación entre lo cotidiano y sagrado, gracias justamente a esa división ocurre la magia poética. Logrando un tono muy particular que conecta con el logos universal del lenguaje, ese poder que es el de amplificar lo real dentro de los signos. Son los versos de alguien que busca en sí mismo, para sacudir el entorno. Inmediatamente, entramos a su mente y exploramos sus vericuetos. La música poética se desprende, como virus, del contacto con los objetos y lo real, abriendo así claves para mostrarse en toda su lujuria y éxtasis verbal. Con Fe, Bruno Poláck apuesta por escribir entre la realidad y el deseo y sale ganando.
***
Empezamos hablando de Juan Ramírez Ruiz y quisiera terminar comentando su obra y la de Bruno. Ramírez Ruiz también usa la cotidianidad para poetizar: Un par de vueltas por la realidad (1971) es una obra que totaliza justamente la realidad en versos poéticos muy intensos. Sin duda, este libro y el de Pólack –aunque cada uno en su propia subjetividad- encuentran una épica en lo cotidiano. La realidad como tal es el poema a escribir y la épica del itinerario poético lo escribe cada uno arrojado a la vida. Esta forma caníbal de usar lo inmediato como estro poético, une a Pólack y Ramírez Ruiz. Herederos, claro, de la vanguardia inaugural de inicios del siglo XX que une para siempre arte y vida. Pólack con una mirada buscando lo sagrado, Ramírez Ruiz con un ímpetu más vital. A los dos libros lo separan casi 40 años de distancia. Tiempo curioso para reflexionar sobre los alcances de la poesía peruana, sus nuevas búsquedas y hallazgos.
Yo no puedo terminar este texto sin abrir la primera página de Fe y leer la dedicatoria: Para Julio/ con amistad y fe en la poesía, Chepén Chepén, setiembre del 2019. Y recuerdo nuestro diálogo detrás de la camioneta –minutos antes del accidente-cuando el viento sacudía los cabellos y la cerveza seguía gélida y la atmósfera era ocre azul celeste:
-Hay que tener fe en la palabra, creer te permite crear.
-Y crear es lo más complicado –le dije- especialmente en épocas donde nadie tiene tiempo para el verso. ¿Te imaginas un Juan Ramírez Ruiz en tiempos de internet?
Notas sobre el poemario Fe de Bruno Pólack
1.Poema: El pez fue puesto sobre la mesa
2.Poema: Y este amor tan sublime
3.Poema: Con un mágico desconocimiento
4. Poema: Acabados el día y el revuelo.
5. Cuando ese vínculo se hacía intenso podía transmitir a la palabra la materia de las cosas (José María Arguedas, libro El zorro de arriba y el zorro de abajo)
6.Poema: Universal/ Particular
7.Poema: Con un mágico desconocimiento.
8.Poema: Nada es lo suficientemente digno.
9. Poema: Hay un tiempo, antes del inicio de la tragedia.
10. Del poemario Contranatura (1971) de Rodolfo Hinostroza.
11.Poema:Hay un tiempo, antes del inicio de la tragedia.
12.Poema:El pez fue puesto sobre la mesa.
13.Poema: Ya de noche y tumbados en la cama.
14. Poema: Universal/Particular
Cultura
Mincul acepta la renuncia de la directora de la DDC de Pasco tras cuestionamientos
La arqueóloga Cinthya Gloria Cuadrao Mallqui renunció a la dirección de la DDC de Pasco, en medio de cuestionamientos del personal por su escaso impulso a las industrias culturales, la falta de apoyo a artistas locales y la ausencia de diálogo con las comunidades nativas de la región.

El Ministerio de Cultura (Mincul) aceptó la renuncia de Cinthya Gloria Cuadrao Mallqui al cargo de directora del Órgano Desconcentrado de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Pasco, función que asumió desde el 25 de junio de 2024, durante la gestión de la entonces cuestionada ministra Leslie Urteaga Peña.
La aceptación de su renuncia fue oficializada mediante la Resolución Ministerial N° 000157-2025-MC, firmada el 30 de junio por el actual ministro de Cultura, Fabricio Valencia Gibaja.

Cuadrao Mallqui es arqueóloga por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y trabajó previamente en el Proyecto Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultura, donde estuvo a cargo de la gestión del tramo La Raya–Desaguadero, en Puno. Además, figura como accionista de la empresa Cika Construcciones Generales S.A.C. y fue socia de Imaina Consultores SAC.

Sin embargo, su gestión durante un año en la DDC de Pasco generó críticas internas. Fuentes consultadas en el Ministerio de Cultura señalan que Cuadrao Mallqui mantenía una relación conflictiva y de discordia con parte del personal, y que existieron tensiones relacionadas con contrataciones de locadores (politólogos, antropólogos y comunicadoras) cuyos resultados habrían sido insatisfactorios. También se le atribuye haber maltratado a subordinados, incluidos colegas arqueólogos.
Asimismo, indican que solicitó licencia del 16 de junio al 15 de agosto para dedicarse a su proyecto de investigación. Según información a la que tuvimos acceso, los proyectos que se desarrollaban en Oxapampa quedaron bajo la supervisión del arqueólogo Alex Guevara Liau, sin mayor participación de otros colegas especialistas como se hacía anteriormente. ¿Por qué solo se enviaba a Guevara Liau?

Otro punto crítico fue la aparente falta de coordinación con comunidades nativas, con quienes, según norma administrativa, se deben realizar mesas de trabajo para garantizar el enfoque intercultural. Además, no se habría promovido suficientemente a artistas, danzantes u otros gestores culturales de la región, lo que generó descontento en el sector.
La salida de Cuadrao Mallqui deja a la DDC de Pasco nuevamente sin una dirección estable, en un contexto donde se reclama mayor cercanía con las comunidades y el impulso real a las expresiones culturales locales.
Cultura
Entrevista: Luis Castellanos nos habla sobre su infancia, su paso por Bellas Artes y su exposición por sus 30 años de trayectoria [VIDEO]
En el nuevo episodio del podcast de Lima Gris, tuvimos como invitado al talentoso artista plástico Luis Castellanos, quien viene presentando una exposición individual en el ICPNA del centro de Lima.

Hay artistas que pintan por oficio, otros por catarsis, y unos pocos —los más raros, los más necesarios— que lo hacen como quien respira o sueña. Luis Castellanos pertenece a esa casta secreta. En el nuevo episodio del podcast de Lima Gris, conversamos con él, en medio de la melancolía y la lucidez, sobre su infancia, su paso por Bellas Artes y la manera en que la vida —esa vieja maestra caprichosa— lo fue modelando con la paciencia de un escultor.
Su más reciente exposición, La intuición de la extrañeza, presentada en el ICPNA del centro de Lima, no es solo una muestra, sino una retrospectiva íntima, donde confluyen los fantasmas y las revelaciones de treinta años de creación. En cada trazo hay una interrogante suspendida, una sospecha del mundo. Castellanos no busca retratar lo visible, sino ese temblor invisible que habita en las formas y se escapa de las palabras. Su obra es una meditación estética, un lenguaje de lo incierto, una poética de la duda.
Escuchar a Castellanos es como mirar uno de sus cuadros: uno sale distinto, con una inquietud nueva, con la impresión de haber asomado a un espejo que devuelve algo más que el reflejo.
El dato: la presentación del libro de la muestra de Luis Castellanos será el 11 de julio a las 7 pm en el ICPNA del Centro de Lima.
Aquí la entrevista completa.
Cultura
Trabajadores del Ministerio de Cultura de Cusco anuncian la toma de Machu Picchu [VIDEO]
La ciudadela inca se encuentra en una lista negra y a punto de ser tomada por los propios trabajadores del Ministerio de Cultura del Cusco ante la inoperancia del ministro Fabricio Valencia.

La problemática del Ministerio de Cultura se intensifica. No solo hay cuestionamientos contra el ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja. Además, los empleados de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, exhaustos y humillados, claman a la presidenta Dina Boluarte que lo reemplace. Y como si el drama fuera aún poco, lo último que se sabe es que estos trabajadores planean tomar Machu Picchu. No por vandalismo, sino por desesperación. Porque el Estado los ha dejado solos, igual que al Santuario.
A esto se suma que Machu Picchu ha sido incluida en la lista negra por el portal Travel and Tour World, que recomienda no visitar la ciudadela inca.
Mediante una comunicación telefónica, Andy Ancasi, representante del Sitracas, nos da todos los detalles de lo que viene sucediendo en Cusco.
Aquí el video del programa.
Cultura
Julio Barco Premio Juegos Florales de la UNI
El poeta peruano recibe reconocimiento en los Juegos Florales Túpac Amaru de la UNI.

En una ceremonia cargada de símbolos y solemnidad, el poeta Julio Barco fue galardonado con el segundo puesto en los Juegos Florales La Familia Túpac Amaru, organizados por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), una de las instituciones académicas más prestigiosas del Perú. El reconocimiento fue acompañado por un premio de S/. 4,000 y una ovación cálida por parte del jurado, autoridades y asistentes.
La distinción no solo celebra el talento literario de Barco, sino también la creciente necesidad de reconciliar la ciencia con la sensibilidad, la técnica con la poesía. Que una universidad dedicada históricamente a la formación de ingenieros rinda homenaje a la palabra escrita es, sin duda, un signo de que el arte aún pulsa en los espacios más racionales del país.
Con más de treinta libros publicados, Julio Barco ha construido una obra intensa, vital, crítica. Su participación en este certamen reafirma su compromiso por llevar la poesía al centro del debate cultural peruano. «Este premio me impulsa —dijo al recibir el reconocimiento—. Tengo tantos proyectos para revolucionar el arte en nuestro país. La poesía no ha muerto, solo está esperando que le hablemos desde otro ángulo».
El evento se realizó el 27 de junio de 2025 en el campus principal de la UNI. La entrega de premios fue precedida por palabras de homenaje a la familia Túpac Amaru, símbolo de lucha, dignidad y resistencia cultural —valores que resuenan también en la poesía de Barco—.
Con esta distinción, el autor de Me da pena que la gente crezca y Cantar de Chancay suma un nuevo capítulo en su incansable travesía por devolverle a la poesía peruana su fuerza originaria.
Cultura
MINCUL: La cuestionada designación del CAS de Karla Alarcón
¿Cómo ganó el concurso? la arqueóloga Alarcón no cumple con el requisito clave: haber dirigido intervenciones arqueológicas. Su experiencia se limita al trabajo técnico de oficina dentro del Ministerio de Cultura, sin evidencia de liderazgo en campo ni dirección de PMA, evaluaciones o gestiones de CIRA.

La convocatoria CAS N.° 216-2025-MC, lanzada en abril de 2025 por el Ministerio de Cultura (Mincul), tenía como objetivo contratar a un(a) Coordinador(a) para la Dirección de Certificaciones. Se trataba de un puesto clave, pues esta dirección es responsable de coordinar, planificar y ejecutar acciones orientadas a preservar, proteger y conservar el patrimonio arqueológico inmueble del país.

Fuente: Mincul.
Entre sus principales funciones, figura la revisión, aprobación y seguimiento de Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) y de los Planes de Monitoreo Arqueológico (PMA), documentos indispensables para el desarrollo de proyectos de inversión pública y privada.
Concluido el proceso en mayo, la arqueóloga Karla María Alarcón García fue anunciada como la ganadora del concurso. Hasta ahí, nada fuera de lo común. Sin embargo, una revisión detallada de los requisitos y de la trayectoria de la ganadora revela una serie de inconsistencias que comprometen la transparencia del proceso y siembran dudas sobre su legitimidad.

¿Se cumplían los requisitos?
El perfil exigido para el cargo incluía, como mínimo, título universitario en arqueología con colegiatura vigente, formación complementaria en gestión o patrimonio cultural, así como experiencia general de al menos siete años en el sector público o privado. Más aún, se pedía una experiencia específica de al menos cuatro años en funciones vinculadas al cargo, o tres años en el sector público en áreas similares. Pero lo más importante: el postulante debía acreditar dos años de experiencia en la dirección de Planes de Monitoreo Arqueológico y/o Proyectos de Evaluación Arqueológica y/o gestión de CIRAs.

Karla Alarcón no cumple con requisitos de 2 años como directora de PMA y CIRA.
Este último punto no es un detalle menor. Se trata de un filtro clave, pues quien asume la coordinación de la ‘Dirección de Certificaciones’ debe tener conocimiento de campo y experiencia comprobada en dirigir intervenciones arqueológicas. No basta con conocer los documentos, hay que haber estado en terreno. De otro modo, resulta inviable liderar técnicamente la instancia más estratégica del sector.
¿Y cómo pasó Karla Alarcón la evaluación?
Según los documentos revisados, la arqueóloga Karla Alarcón no cumple con el requisito específico de haber dirigido intervenciones arqueológicas. Su experiencia laboral no evidencia dirección alguna de PMA, proyectos de evaluación ni gestiones de CIRA en campo. Es más, su trabajo ha sido siempre de oficina, como técnica dentro del propio Ministerio. Sin embargo, en su ficha de postulación, consignó haber ejercido la “gestión de CIRAs”, una frase y/o formulación ambigua que se asemeja a una leguleyada y parece haber sido suficiente para que pasara la evaluación curricular, etapa que por norma es eliminatoria.

Karla Alarcón se amparó en una palabra, para validar su postulación.
Aquí surge la primera gran interrogante: ¿cómo validó el comité evaluador esa experiencia? ¿Desde cuándo dar conformidad a documentos administrativos desde un escritorio equivale a dirigir una intervención arqueológica en el campo?
La respuesta no es técnica, es política. Lo que aquí se ha validado es una interpretación forzada del término “gestión”, que abre peligrosamente la puerta para que personas sin experiencia real en campo postulen y ganen puestos clave, mientras otros profesionales con trayectoria probada quedan fuera.

Una plaza con nombre propio
El contexto del concurso no ayuda a disipar las dudas. Según fuentes cercanas al proceso, la convocatoria habría estado originalmente dirigida a Ruth Quispe Calderón, amiga cercana de la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Moira Novoa Silva. Sin embargo, ante la filtración de esta información, se habría descartado ese nombramiento para evitar un escándalo mayor. Como alternativa, se habría optado por Karla Alarcón, quien ya se desempeñaba como directora encargada de la Dirección de Certificaciones y, por tanto, era una figura “de confianza” dentro del sector.

Viceministra Moira Novoa, la misma que firmó la Resolución Viceministerial para el recorte de las Líneas de Nasca y Palpa.
En este punto, el proceso se vuelve aún más cuestionable. La convocatoria fue ganada por Luis Felipe Mejía Huamán, pero mediante una fe de erratas se corrigió el resultado, otorgándole el puesto a Alarcón García en calidad de accesitaria. Mejía no habría llegado a firmar el contrato, y en un giro curioso pero conveniente, Alarcón asumió el cargo de forma oficial, pasando de ganar S/4,500 a más de S/11,264 mensuales.

El CAS fue ganado por Luis Felipe Mejía Huamán, pero luego corrigieron el resultado.
¿Quién dio la orden?
La pregunta es inevitable: ¿quién intervino para asegurar que Karla Alarcón se quedara con el puesto? Todo apunta a decisiones tomadas desde las más altas esferas del Mincul. Tanto la Oficina General de Recursos Humanos como la Alta Dirección —es decir, el ministro Fabricio Valencia y la viceministra Moira Novoa— estarían al tanto del proceso. Con el nombre de Ruth Quispe ya comprometido, y para no arriesgar la llegada de un profesional externo, se habría optado por consolidar a una figura que ya venía ejerciendo el cargo sin concurso y que, además, respondería fielmente a los intereses de quienes manejan el sector.

El 11 de junio convocaron como ganadora a Karla Alarcón García.
El cargo más codiciado
No se debe olvidar que la Dirección de Certificaciones es la joya de la corona del Ministerio de Cultura. Por esa oficina pasan todos los proyectos de inversión del país que requieren una evaluación arqueológica previa: minería, infraestructura, hidrocarburos, construcción, telecomunicaciones. Cualquier obra pública o privada necesita un CIRA o un PMA. Es decir, quien dirige esa oficina no solo tiene poder técnico, sino capacidad de incidencia en decisiones multimillonarias.
Por eso resulta tan preocupante que el proceso de selección no haya sido riguroso, ni transparente. En lugar de optar por la meritocracia, se ha preferido perpetuar prácticas que favorecen el amiguismo y el control político de una dirección técnica. Y si se valida como experiencia el trabajo administrativo desde una oficina, pronto veremos a otros funcionarios, sin experiencia real, disputando cargos estratégicos bajo el mismo criterio.
¿Y ahora qué?
Lo ocurrido en la convocatoria CAS N.° 216-2025-MC debe ser revisado con seriedad por los órganos de control del Estado. No se trata solo de un concurso más, sino de un proceso que compromete la legitimidad del sistema de contrataciones públicas, la credibilidad del Ministerio de Cultura y, sobre todo, la adecuada protección del patrimonio arqueológico del país.
Porque si quienes deben garantizar la conservación del patrimonio no saben ni siquiera cómo se ejecuta una intervención en campo, ¿Qué nos queda como ciudadanos? Solo mirar desde lejos cómo el poder se distribuye a puertas cerradas, mientras las formas legales se ajustan, como siempre, al tamaño de los intereses.
Cultura
Machu Picchu en la lista negra: el precio de la desidia
Machu Picchu, orgullo milenario del Perú, se tambalea bajo el peso de su propio éxito: hoy, más que una joya cultural, es una advertencia global sobre el turismo desbordado.

El esplendor de Machu Picchu, esa ciudadela suspendida entre la niebla y el abismo, ha dejado de ser solo un símbolo de orgullo nacional para convertirse, lamentablemente, en ejemplo de lo que ocurre cuando el patrimonio se subordina al lucro. La reciente inclusión del santuario inca en la lista de destinos que “ya no valen la pena visitar”, elaborada por la publicación internacional Travel and Tour World, es mucho más que una advertencia: es un grito de auxilio.
Junto a destinos igualmente emblemáticos como Venecia o Bali, Machu Picchu aparece ahora en un índice vergonzoso: el de los sitios donde el turismo masivo ha comenzado a erosionar lo que una vez se admiró. Las razones son contundentes: sobresaturación de visitantes, tarifas desproporcionadas y un impacto ambiental alarmante. A ello se suma la advertencia de la Unesco, que evalúa declararla Patrimonio en Peligro si el Estado peruano no actúa con urgencia y decisión.
No es una exageración. Según informes recientes, rutas diseñadas para no recibir más de 450 personas al día han llegado a registrar hasta 700 ingresos. El resultado es predecible: senderos desbordados, piedras milenarias al borde del colapso y una experiencia cada vez más parecida a la de una feria caótica que a la contemplación sagrada de un legado ancestral.
La Contraloría General de la República, por su parte, ha emitido un informe demoledor: aforos incumplidos, ausencia de fiscalización y una Aguas Calientes convertida en una máquina de exprimir turistas, donde los precios suben, pero la calidad se desploma.
El problema, claro está, no es el turismo, sino su pésima gestión. Especialistas en conservación han exigido una reestructuración del sistema de ingreso, la implementación de límites reales y no simbólicos, y un nuevo modelo de turismo sostenible que reconcilie el desarrollo con la protección. No se trata de clausurar el acceso a la maravilla, sino de salvarla de su propia fama.
La inclusión de Machu Picchu en esta lista negra debe interpelarnos como país. ¿Vamos a permitir que uno de nuestros mayores legados se pierda en manos de la improvisación y la codicia? ¿O tendremos, al fin, el coraje de actuar antes de que la historia nos pase la factura?
Mientras tanto, el ministro Fabricio Valencia continúa en su búnker solucionando sus problemas y haciendo seguimiento a la investigación de la fiscalía por el caso Shirley Hopkins.
Cultura
Ministerio de Cultura de Ica: ¿concursos CAS a medida?
Nuevas movidas en la DDC de Ica buscan coronar la dedocracia.

Por Luis Huertas
Desde hace años, las convocatorias CAS en el Ministerio de Cultura, tanto en la sede central como en sus Direcciones Desconcentradas, han sido señaladas por beneficiar a personas del entorno de confianza de ciertos funcionarios. Lo preocupante es que esta práctica no parece detenerse, y ahora el foco está sobre la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Ica.
Surgen preguntas inevitables: ¿Desde cuándo la DDC Ica ha sido terreno fértil para estas maniobras irregulares?, ¿A quién favorecen realmente estas contrataciones?, ¿Por qué en medio de la grave crisis por las Líneas de Nasca, se lanza una convocatoria que despierta tantas sospechas?
Primer intento: CAS N°072-2025-MC
El 4 de febrero de 2025, se publica en la web del Ministerio de Cultura un concurso CAS para cubrir el cargo de subdirector/a de la DDC Ica. El puesto exigía un perfil técnico exigente, con experiencia específica, título en arqueología y colegiatura vigente. El sueldo: S/ 6,906 nuevos soles. Todo parecía estar en regla, hasta que el concurso desapareció.
Fuentes internas revelaron que, el concurso fue retirado tras una denuncia desde la misma DDC Ica, advirtiendo que la subdirección es un cargo de confianza y no debería concursarse vía CAS. Así, el proceso fue abruptamente anulado. Coincidentemente, semanas después, el entonces director Alberto Martorell presentó su renuncia mediante Resolución Viceministerial N° 069-2025-MC. ¿Este CAS era algún premio, orquestado por algunos “amiguitos” para cierto funcionario de la sede Ica? Y todo con el aval del ex director Martorell, hoy involucrado en algunos chats internos con el ministro Valencia. Luego de su renuncia, asume el abogado Víctor Injante la dirección de la DDC Ica y, sorprendentemente, se vuelve a insistir con el mismo CAS pero maquillado con otras aristas.

Fuente: Ministerio de Cultura.
Segundo intento: CAS N°296-2025-MC
El 10 de junio —en plena tormenta por la reducción del área protegida de las Líneas de Nasca y la crisis de gestión en la DDC Ica— se lanza una nueva convocatoria. Esta vez, el puesto se denomina “Coordinador/a de Subdirección de Patrimonio Cultural, Industrias Culturales e Interculturalidad”. En la práctica, el mismo cargo de subdirección, pero con otro nombre. Lo curioso es que los requisitos ahora son más flexibles:
- Experiencia general: de 6 a 5 años
- Experiencia específica: de 4 a 3 años
- Experiencia en el sector público: de 3 a 2 años
- Sueldo: de S/ 6,906 a S/ 6,000

Fuente: Ministerio de Cultura.
Como para hacerlo más accesible, solo se exige haber sido “especialista” durante un año. ¿Coincidencia? Difícil de creer. Todo apunta a que, presuntamente, esta nueva convocatoria estaría hecha a medida para la actual subdirectora Jeanette Gutiérrez, quien pasaría de ganar S/ 3,000 a S/ 6,000, con una plaza concursada y mayor estabilidad. Algunos señalan que podría incluso pedir licencia sin goces de haber, de su puesto actual y postular, sin riesgo alguno. Desde hoy se puede postular a este CAS, y todo puede pasar.

Fuente: Ministerio de Cultura.
¿Puestos a la carta?
Lo más preocupante es el trasfondo: ¿Por qué insistir tanto en este puesto? ¿Por qué reducir los requisitos? ¿Por qué en medio de una crisis de credibilidad en la gestión cultural? La DDC Ica no necesita una coordinación adicional, ya que la actual subdirectora cumple esas funciones. Entonces, ¿por qué insistir?
Mientras los titulares nacionales apuntaban al escándalo de las Líneas de Nasca, en silencio se gestaba una convocatoria que huele a favoritismo. El patrón es claro: flexibilización de requisitos, coincidencias con cargos en funciones, y beneficios personales.
Una llamada a la reflexión
Este tipo de maniobras no son nuevas en el aparato estatal, pero es hora de ponerle freno. Si el Estado sigue siendo usado para beneficiar a ciertos círculos de poder, sin meritocracia ni transparencia, estamos condenando la institucionalidad.
La ciudadanía exige respuestas, pero sobre todo decencia en la gestión pública. Desde Lima Gris seguiremos vigilantes. Porque el patrimonio no solo se protege en el terreno, también se defiende en la transparencia de quienes lo administran.
Cultura
Presentación del libro «El misterio de las aves kanchu» de Lizbeth Pretell Romero
El miércoles 25 de junio en la Casa de la Literatura Peruana se presentará el libro “El misterio de las aves kanchu” de Lizbeth Pretell Romero, gestora cultural e investigadora luriganchina, y publicado por el sello editorial Jukucha Ediciones.

Este libro nos permite conocer la historia de las aves kanchu, míticas aves sagradas de quienes se toma el nombre para crear el vocablo Rurikanchu, que a su vez da origen a la denominación del distrito de San Juan de Lurigancho. Un relato que muestra personajes y hechos con trascendencia histórica y ficticia; fruto de una investigación basada en los manuscritos del padre Francisco de Ávila, el libro “Ritos y tradiciones de Huarochirí”, así como en evidencias arqueológicas halladas en el distrito.
El proyecto fue concebido desde el área de museo del Centro de Cultura, Recreación y Educación Ambiental Huiracocha (CREA Huiracocha), el cual estuvo ubicado en el parque zonal del mismo nombre en el distrito de San Juan de Lurigancho. La sala permanente Ruricancho, más conocida entre sus pobladores como el museo de San Juan de Lurigancho, tuvo como propósito difundir y revalorizar la historia del distrito (ubicado en un territorio con aproximadamente 11 000 años de historia) entre sus pobladores y el público en general, mediante visitas guiadas y talleres de educación patrimonial. Gracias a estas actividades y de manera lúdica, se realizaron también jornadas de cuentacuentos para niños, con relatos basados en la historia de la comuna.
En la presentación participarán Lizbeth Pretell Romero, autora del libro; Ricardo Puga Huamán, ilustrador; y Alan Concepción Cuenca, bibliotecólogo. Además, se contará con la participación especial de Gerardo García Chinchay, director de la Dirección de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura del Perú. La cita es el miércoles 25 de junio a las 6:30 p.m. en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana, ubicada en jirón Ancash 207, Centro Histórico de Lima. Ingreso libre con aforo limitado.
El libro podrá ser adquirido el mismo día de la presentación o a través de las redes sociales de la organización cultural Quebrada Canto Grande.
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