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Cultura

La ciudad y María Santísima; una película de Mario César Castro Cobos (2023)

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Por Aldo Gaspary

“Para el flâneur su ciudad ya no es su patria, sino que representa su escenario.”[1]

“La multitud, como aparece en Poe –con movimientos atropellados e intermitentes–, se describe con todo realismo. Su descripción contiene, a favor suyo, una verdad más alta. Estos particulares movimientos son menos movimientos de la gente que avanza así tras sus negocios, que los movimientos de las máquinas que de ellos se sirven. Con la mirada vuelta a lo lejano, Poe parece haber ido adaptando de ese modo su ritmo a sus gestos y a sus reacciones. Pero el flâneur no comparte esta actitud. Más bien parece que se desconecta; su ir sereno sería no otra cosa que protesta inconsciente contra el tempo del proceso productivo.”[1]

Película experimental hecha a base de escenas recogidas en el deambular por la ciudad de Lima.  El director rescata la tradición del flâneur para realizar un film con lugares y personajes sacados de la cotidianidad. El situarse en ese lugar permite a sus ojos tener una mirada que el viandante sumergido en su cotidianidad ajetreada no se lo permite. Las situaciones recogidas que conforman la película son fruto de una criba entre una serie filmadas en paseos realizados, vagabundeos propios de alguien que se sitúa fuera, escenas que retratan la ciudad y habitantes, en algunos casos especialmente llamativos, desde la óptica que el papel adoptado suscita, hace que se encuentre fuera del trajín o circunstancias filmadas. Estas escenas no están colocadas de manera azarosa, hay un orden, una composición, aunque aparentemente pueda entenderse que, simplemente, son un montón de escenas puestas unas delante de las otras sin ningún criterio, cabe hacerse también esa lectura, no tiene por qué haber un sentido, ¿una especie de cadáver exquisito cinematográfico? O también consideramos viable la posibilidad que, por parte del director, no haya existido voluntad de establecer orden alguno a la hora de seleccionar las escenas y ordenarlas en la película, suponiendo que este fuera el caso, aun así, consideramos válido interpretar nosotros la película como si sí lo hubiera, y de hecho, consideramos válido suponer que dicho orden lo haya dictado el propio subconsciente del director, por lo que, incluso podríamos sostener, por eso mismo, como de mayor valía que si lo hubiera hecho conscientemente. Sea como fuere es muy probable que una vez hayamos terminado de escribir todo esto nos sintamos absolutamente en desacuerdo con las tesis sostenidas. En todo caso, intentamos conjugar algunas de las afirmaciones con las escenas expuestas para proponer una interpretación posible, conscientes que no pretende agotar sus posibilidades ilimitadas de lectura, mi interpretación no pretende defender alguna tesis definitiva que dé punto final al asunto: “La ciudad y María Santísima”, esto es obvio, es un desarrollo tomando como criterio la propia película para elaborar a partir de ahí una interpretación posible, entre otras. Partiendo por lo sostenido al inicio, durante la primera escena, acerca del carácter matricial, como fuente originaria que serviría de patrón creativo para la propia película; me remitió a las tesis sostenidas por Peter Sloterdijk en Esferas I y por, otro, la noción de flâneur desarrollada en Baudelaire y, de ahí, en Benjamín, me han servido para elaborar una interpretación de la película.

 Supongamos que esta es una película-documental hecha como un collage compuesto por recortes de realidad, ordenados de tal manera, que en su conjunto, configuran la trama, ordenamiento de escenas recogidas de la cotidianidad urbana; estas se encontrarían, pues, organizadas semánticamente, de modo que, en su conjunto conformarían un texto, es decir, una determinada trama significativa que se encuentra reunida y organizada de acuerdo a un sentido, que aflora cada vez que la obra acontece, libremente, en una multiplicidad de interpretaciones, siempre en función del registro -de lo contrario no comunicarían nada-, son escenas recogidas al modo del “objet trouvé” por un vagabundo, un paseante, más concretamente por lo que los franceses, y especialmente Baudelaire, llaman: “flâneur”. “Kínico” moderno que deambula por la ciudad, libre de las presiones que somete el capitalismo a la existencia, sujeto que desde la posición marginal en la que se sitúa, recoge y registra unas escenas que, de lo contrario habrían sido vistas por nadie, descontando los testigos presenciales que pudieran haberse encontrado ahí, evidentemente desde la perspectiva de cada uno, en ningún caso la del videógrafo. 

Dentro de esta recepción de escenas, en donde figuran personajes variopintos, predicadores, músicos callejeros, vendedores ambulantes, todos anónimos, aparece el único cuyo nombre figura como elemento componente al título de la película: María Santísima.

Al principio de la película se habla sobre la figura de la madre. Teniendo en cuenta que el nombre del personaje simboliza a la maternidad y conlleva cierta idea de la mujer; virgen, pura, inmaculada, etc. Todos elementos que se suelen identificar con esta figura al interior de nuestra cultura. El personaje, además, sale en la película con una piñata, que es rota en escena, esta tiene la particularidad de ser en forma de una iglesia, en cuya superficie aparece escrita la siguiente frase: “la única [iglesia] que ilumina es la que arde”; todos estos elementos significativos, articulados en su conjunto, interpretamos que tienen un sentido irónico; la piñata en forma de iglesia, lo escrito en su superficie, el pseudónimo del personaje; “María Santísima”, el disfraz de monja que utiliza: y como toda ironía, apela a la inversión; una lectura posible es: la única iglesia que ilumina es aquella que es quemada, destruida, la iglesia como símbolo de la comunidad, de aquella comunidad que se trasmuta y emancipa del gobierno heterónomo de la religión (o de las caras que esta pueda tomar), de la repetición acrítica del prejuicio heredado, mediante la autonomía y el pensamiento crítico. Recordemos que el fuego es también signo prometeico, de ilustración, de la emergencia desde la caverna de la servidumbre al ígneo señorío solar, reino apolíneo ideal de la verdad y de la justicia, sin embargo, lo apolíneo no puede interpretarse jamás ajeno a su pareja dionisíaca, y en esto radica el peligro –pero también su salvación- que late en su seno; Dionisos palpita en la entraña apolínea; atreverse a pensar por uno mismo implica riesgos, recorrer caminos desconocidos, danzar solarmente iluminado al ritmo de Dionisos sin caer en el abismo. Ya no creemos que la razón sea un fundamento absoluto, lo mismo que antes lo fuera Dios, tras la quema de la iglesia no es, por lo tanto, cuestión de sustituir la irracionalidad de una creencia infundada por la solidez de un fundamento irrebatible, toda racionalidad, en última instancia, no puede escapar a los prejuicios y creencias, la muerte de Dios, por lo tanto, no ha supuesto la salida de una perspectiva absoluta, pero falsa, para entrar en una perspectiva absoluta, pero verdadera, la sustitución de Dios por la Razón fue la de sustituir, un absoluto por otro, si bien Dios había muerto, todavía permanecíamos bajo su sombra, por eso, su muerte significó la cancelación a cualquier posibilidad de perspectiva absoluta que nos pudiera brindar la seguridad de una base sólida que nos procurara certezas “claras y distintas”. No es posible alcanzar una “verdad objetiva”, pero esto tampoco significa que la verdad sea “subjetiva”, ni una cosa ni la otra porque la verdad acontece en una relación, no hay objeto sin sujeto así como tampoco hay sujeto sin objeto, y luego, no es que estos respectos sean previos a su vinculación, es al revés, el entre en el que acontece el des-ocultamiento, la apertura, el claro es previo a su separación, lo que yace encima y lo que yace debajo son en su relación, es esta la que los constituye como tales, lo que más bien hay es una emergencia al unísono de la cosa y del decir. Emergencia que acontece dentro de un determinado horizonte, al interior de un juego de lenguaje, o como generador de uno nuevo, en función de una gramática de la que se alimenta y regenera, dentro de una trama de respectividad, sin embargo lo comprendido en una lengua siempre es provisorio, inestable, histórico, falible, encarnado y en función de una vida, mediante la cual un determinado lenguaje se piensa y procura comprender la alteridad que es sí misma, un mundo, una determinada perspectiva que trasciende histórica y espacialmente la individualidad y la determina. La verdad brota desde la falsedad, esta es su esencia, motivo por el que siempre acecha el peligro de un develar incorrecto[2], la no-verdad señala los límites del propio des-ocultamiento en un doble sentido, en tanto que ocultamiento inherente a la propia des-ocultación (todo aquello que se oculta tras lo des-oculto), y como la apariencia (fuente del error, de lo falso, del paralogismo, del equívoco, etc.) contrapuesta al fenómeno (el presentarse algo siendo lo que es).[3]

Tras la primera escena en la que se trata el tema de la madre, le siguen otras en la calle, los primeros personajes en aparecer tienen en común el tema de lo religioso, escape, en muchos casos, ante la insatisfacción y la miseria del mundo que les ha caído en suerte; frente al báratro que ha secuestrado los destinos de muchos hombres y mujeres en la ciudad, fruto de sus condiciones materiales, y, por ende, de naturaleza insoslayable, optan por la huida hacia el futuro frente a la miseria del presente.

¿Qué sentido tiene todo esto? tiene que haberlo, aunque sea mentira. Algunos personajes que aparecen en la película son representantes de una realidad socioeconómica trágica, en la que se agudiza en mayor medida que en otra parte un dilema existencial entre la alienación o el suicidio. En otros, como la sesión de fotos de los novios, ellos son la muestra de los que prefieren mantenerse sumergidos (o sea, también alienados) en la seguridad que les brinda la tradición (religiosa), optan por repetir el ritual aprendido.

La ruptura de la (iglesia) piñata puede entenderse también como la simbolización de un acto de rebelión, de una ruptura respecto a una moral de rebaño -la iglesia simboliza a una determinada grey-, performance similar a la del flâneur, frente a la asfixia susceptible de generar determinadas (de)formaciones, es decir, imposiciones de ordenamiento, en el sentido que pueden ser vividos como domesticaciones realizadas por instituciones represivas, castrantes, tales como la iglesia o el cuartel; el colegio, en muchos casos, son espacios formadores del espíritu de masa gregaria y emasculante, especialmente en los colegios de perfil militar o religioso[4][5].

 En otra escena, nuevamente en el mismo salón que aparece el principio de la película, también la imagen tiene el mismo efecto caleidoscópico que aquella, pero de manera más acentuada; ahora el tema es la imagen de uno mismo. En algún momento se dice, glosando a Sartre: “el infierno son los otros porque el espejo son los otros”. Nosotros sostenemos que toda obra de arte, en tanto creación de un poeta, sería su autorretrato, el autor se reflejaría en su obra a semejanza de un espejo, en el sentido que, independientemente a que el tema no sea él mismo, su propia creación supone proyectarse, es una criatura surgida desde su propia identidad, desde su propia entraña, efecto de sus afectos, desde el horizonte que constituye su presencia y que emerge desde lo que está siendo sido, que condujo a cierto presente del cineasta cristalizado en el film, pero este no es un volcarse del sujeto-artista en la obra, él solo participa de un camino ya caminado, la obra es un juego que, como todo juego, comprehende a sus participantes y él es sólo uno de ellos, en ese sentido, para jugar bien, debe ceñirse a las reglas que le impone.

Peter Sloterdijk nos recuerda que la fabricación de espejos de manera industrial es algo reciente, y, por lo tanto, nuestra familiaridad con ellos también; hasta hace relativamente poco tiempo eran utensilios de lujo que no podía tener cualquiera, este hecho nos indica que la experiencia directa de familiaridad y comprensión que tenemos de nuestro propio rostro -identidad- gracias a que nos podamos mirar a través de estos es un hecho reciente, seguramente las personas habrían tenido la experiencia de verse reflejadas ocasionalmente en charcos de agua o en algún metal pulido y brillante, por ejemplo, pero dichos eventos no se darían con la misma asiduidad con la que nosotros nos solemos mirar en espejos actualmente, esto explicaría porqué Narciso podría sorprenderse ante la imagen de su propio rostro y creer que era de otro. Lo que entendemos quiere señalar Sloterdijk con esto es que la idea que podíamos tener de nuestro propio rostro no es algo que dependiera de nosotros, sino que era una construcción social, pero que, en realidad, lo sigue siendo, porque esta se desarrolla en nuestra interrelación social constantemente, aunque siempre esa interrelación se da con cuerpos diferentes. La identidad que proyectamos en nuestras obras se hace patente en el estilo. Pero ese “rostro reflejado” en la obra, en tanto que la obra se pone en obra, en tanto que acontece, es decir, en su interpretación, lo proyectado, que es el cariz reflejado de la identidad del artista en su propia obra, se difracta, porque lo pensado en el texto es co-pensado por el espectador.

 “Lo que un día será mi yo parlante es un desarrollo de aquel tierno lugar al que aprendí a volver mientras el con estaba ahí cerca. El que da sombra precede en cierto modo al que la recibe. En tanto existe él, existo yo también. El con es lo primero que existe y que permite existir. Si tengo en mí los medios para pasar de ser también a ser yo, es, no en último término, porque el con me ha hecho sentir el lugar en el que he comenzado a asentarme aquí como ser complementable, que siente hacia el otro lado, polarmente abierto. […]”.[6]

Aquello que Sloterdijk llama “con” haría referencia a la configuración estructural que se daría a partir de la vivencia placentaria durante nuestra gestación, es decir, de carácter no cósico, que constituye el primer trazo de nuestra vivencia de espacialidad, con la particularidad que en los seres humanos esta se desarrolla lingüísticamente y, en ese sentido, propiamente podemos considerarla mundo y no meramente hábitat, como ocurre con el resto de los animales. Es en función de esta primera experiencia vital, de esta primera vivencia, que derivarían las siguientes, primero, en tanto ser complementable, y luego en tanto ente que necesariamente se encuentra en una relación con un ente intramundano, un instrumento o instrumentos y un equipo de instrumentos interrelacionados de acuerdo a una determinada respectividad, esto es, de acuerdo a una determinada interpretación, una determinada trama de significatividad, de sentido, pero también en tanto entes sociales que establecemos relaciones con otros coexistentes, en tanto que podemos coestar con otras coexistencias que están/son-en-el mundo en el mismo mundo que nosotros, pero desde su propia perspectiva, claro está. Siguiendo esta misma lógica esferológica concebida por el profesor de Karlsruhe, esta experiencia, en tanto que habitantes estructurales, esto es, desde siempre, de una determinada espacialidad que nos constituye existencialmente y que es lo que Heidegger denomina “mundo”, que define como uno de los momentos estructurales de una totalidad no posible de descomponer: “ser-en-el-mundo», espacialidad, que en el seno materno nos cobijó, puede producir una especie de sentimiento de añoranza que se encuentre detrás de nuestras búsqueda del sentido de la totalidad, y es también la condición de posibilidad de la floración de lo divino ante ciertas derivaciones de la imaginación entre las consciencias que habitan al interior de la ciudad. Este animal, que habla y en tanto que habita en su propia lengua coestá con divinos y mortales, con fantasmas, demonios, y ángeles, porque el parto nos produce un vacío existencial que necesitamos negar de algún modo, de ahí los muñecos infantiles, las almohadas, las frazadas, también los muñecos vudú, los fetiches, y en general cualquier modo de alteridad, como la propia película.

 La estructura que esta abre da pie al juego de lenguaje filmográfico en el que el director desempeña el papel de una especie flâneur, ese es el rol que aquí cumple, modo de ser que ha recogido del mundo en el que habita, lo cual conlleva que hereda una determinada sensibilidad desde la que se detiene y comporta, y a la luz de la cual se puede leer su obra, otro participante es el espectador, otro, el lector, otros elementos que pueden entrar en juego en su puesta en obra son los referentes anteriores a la película, lo sepa o ignore su creador, actores que han recorrido ya su camino, aunque siempre de un modo diferente, cada caminante hace su propio camino, aunque para que eso sea posible es necesario que haya habido anteriormente otros caminantes, una tradición, tal podría ser aquí el caso del fotógrafo Eugène Atget. Son todos elementos que forman parte del mundo desde donde la obra surge y con los que articula constelaciones cada vez que se pone en juego, juegan también significativamente en la puesta en obra las posteriores que dialoguen con ella, como lo podría ser este texto. Todos los integrantes hacen, cada vez, el juego que es la obra. Juego que se realiza también bajo la forma de una relación con lo divino que los primeros personajes filmados, tras la escena caleidoscópica del inicio, manifiestan, al margen que dicha relación sea o no auténtica. Esto, respecto a las afirmaciones que sobre el tema de la madre se hicieron al principio de la película y de la cuestión del paso desde el origen que es la madre, se tiene en cuenta la complejidad de todo lo que simboliza[7], pero también lo que dicha experiencia significa para la existencia humana, en tanto que con. Todo inicio determina y, al menos, en este caso, estructura lo que va a venir después.

W. Benjamín[8] sostiene que, en el siglo XIX surge una temática artística, que nacería a partir de la literatura fisiológica, para diseminarse en otras manifestaciones, como la pintura o la fotografía. Adopta su nombre a partir de una frase: “el escritor una vez pone el pie en el mercado, mira el panorama en derredor”, la que enfatiza en una comprensión de lo panorámico en un sentido móvil (diorama). El flâneur, personaje que haría “botánica al asfalto”situado entre Dionisos y un mercader, se identificaría con el arte de panorama en su apacibilidad, él mismo se identifica con dicha figura; consideraba que el vagabundear entre la multitud era un antídoto al aburrimiento. Constantine Guys, a quien consideraba “paradigma del dandi”, pensaba que la única posibilidad para aburrirse entre la multitud es ser un imbécil. Según W. Benjamín para el flâneur lo exterior es lo interior. Justamente nuestra experiencia de lo interior y exterior hace referencia a configuraciones existenciales de nuestra espacialidad existencial que, de acuerdo con Sloterdijk, habrían tenido su génesis durante nuestra gestación. El hogar, lo hospitalario y familiar que ésta nos pueda resultar, que, a su vez, implica lo in-hóspito, tendría como fuente patronal a nuestra propia vivencia gestante en el vientre materno. Para Benjamín, siguiendo a Baudelaire, el flâneur, tendría como interior a la propia ciudad. Deambula como observador por la ciudad, al margen de la masa, mantiene su aislamiento aun inmerso en medio de las aglomeraciones. El flâneur, señala el filósofo judío, contempla los adoquines grises y el trasfondo gris del despotismo; al respecto agrega:

“La ociosidad propia del flâneur es una activa manifestación que se enfrenta a la actual división del trabajo.”[9]

Película


[1] Walter Benjamín; Obra de los Pasajes; J, 60 a, 6

[2] Cerezo Galán, Pedro; “Arte, Verdad y Ser en Heidegger”; 1963; p. 133

[3] Seminario sobre “El Origen de la Obra de Arte” dictado por el profesor Alejandro Escudero

[4] La propia “María Santísima” ha testimoniado públicamente su experiencia  en un colegio de monjas durante su infancia y pubertad.

[5] Lo cual no implica que yo descalifique la educación en general, todo lo contrario, considero que puede ser también un ejercicio fundamental para una domesticación del humano en función de su propio gobierno, libertad, y convivencia armónica con los otros miembros de la comunidad, dicho con otros términos, la educación también puede canalizarse hacia la forja de la autonomía moral, si bien la educación es un proceso que no culmina en el colegio, sino que prosigue a lo largo de la vida, y que tiene que ver con el desarrollo indefinido e histórico de la comprensión, en el seno de un horizonte-mundo.

[6] Sloterdijk, Peter; “Esferas I”; 2009; p.325

[7] Prejuicio que determina significativamente y forma parte de la gramática desde la cual el cineasta poetiza, constitutivo de la significatividad que conforma el mundo que comparte con una determinada comunidad y que, a su vez, es momento estructural de su ser, en tanto ser-en-el-mundo, horizonte desde el cual la obra opera y cuya operación cabe modificarlo parcial o superarlo totalmente, es decir, hacer época. La película, en tanto puesta en obra de una obra de arte es, en tanto se pone en juego, la apertura de un Mundo en su pugna con la Tierra (Confróntese: Martin Heidegger; “El Origen de la Obra de Arte”; 2016); la lucha entre lo apolíneo y lo dionisíaco que hemos comentado ha de entenderse en este mismo sentido.

[8] https://www.youtube.com/watch?v=ZbcrXYiRJp0

[9] Walter Benjamín, Obra de los Pasajes, M 5, 8

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Cultura

Mario: una leyenda

Lee la columna de Alexander Campos Soto

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Conocí a ese señor por mi papá. Vivíamos lejos de la ciudad, en medio de unas colinas que tocaban el paraíso. Y solo los fines de semana íbamos al pueblo por suministros. A mí me gustaba ir, sobre todo, por las películas que pasaban en televisión abierta los sábados y domingos después del mediodía. Y siempre me llevaba alguna sorpresa. Mi hermano Haya —quien vivía con los abuelos— me esperaba en la puerta, corría hacia mí y sacaba de adentro de su polo (holgado como esos que usan los jugadores de béisbol) un VHS. Le he robado a doña Dorila…, me decía riéndose. Doña Dorila era una señora flaquita, de cabeza pequeña como la de un gorrión, y temperamento de hierro. En su casa, estaba nuestro Cinema Paradiso. Ella vendía y alquilaba películas en VHS y, desde luego, las que nos gustaban tratábamos de hacerle olvidar y, rara vez, se la devolvíamos.

En uno de esos fines de semana, papá cogió su carcacha y fue al pueblo sin nosotros. Recuerdo que me enojé mucho pues la semana anterior habían anunciado una película sobre un perro gigante que volaba. Y ya no la podía ver. Entonces, mamá me llevó hasta la casa de la familia Sánchez Quiroz (los únicos que tenían paneles solares en sus techos de teja); pero una lluvia intensa, acompañada de granizo, hacía bailar a la antena parabólica y era imposible terminar de ver la película. La pantalla se veía como bolitas de granizo que estaban golpeando sobre los vidrios de las ventanas.

El lunes, por la mañana, escuchamos la carcacha de papá estacionarse en el patio de la escuela. Yo no lo quería ver, por supuesto; pero Coco, mi otro hermano, se levantó de su cama y fue corriendo a su encuentro. Escuchaba su voz y la voz de mi mamá y la de mi hermano pequeño diciendo: ¿Me has traído el rompecabezas del hombre araña? Y papá se lo entregó y él llegó hasta mi cuarto y me decía: ¡Mira lo que me han regalado! Y bailaba dando vueltas de alegría.

Fui a comer y papá seguía en la mesa. Y cuando me vio, me dijo: Para ti, he traído el mejor regalo. Está ahí, en esa caja. Era una caja pequeña, aún más pequeña que una caja de zapatos de los que él compraba. Inmediatamente, sentí una ligera exaltación. Me había dicho que, si ese año aprendía a resolver una raíz cuadrada, me compraba un minitelevisor, de esos que funcionaban a pilas y tenían la pantalla pequeña, casi como de unas gafas de sol. No podía ser otra cosa; mi sueño se había hecho realidad. Abrí la caja apresuradamente y encontré, en vez de un minitelevisor, un libro de carátula blanca con la fotografía y el nombre de ese señor. Seguí buscando y había más libros parecidos. Entonces, miré a papá y le dije sorprendido: Pero, yo pensé que era el minitelevisor. Y papá, muy sereno, me dijo: Sí, de alguna manera, lo es. Si lees con cuidado y te concentras bien, esas páginas se van a transformar en imágenes, en colores, en voces, en sensaciones; y las podrás ver más claras y reales que las del televisor. Y, ¿dónde las podré ver?, le dije. Enseguida, respondió: Dentro de tu cabeza. Además, puedes tú participar en la historia. Pero, ¿cómo?, le dije. Arreglándola a tu modo, así como de los dramas que inventas con tus compañeros o los cuentos que mamá te leía de más pequeño. Y mamá dijo: ¿Te acuerdas de Ernesto, el niño que andaba a caballo con su papá y era huérfano de madre? Claro que me acuerdo, mamá: el que asistía a un internado y lo cuidaban unos curas. Mamá asentía con la cabeza. ¿Y recuerdas, también, que creábamos otras cosas sobre Ernesto?; que tenía mamá y papá y hermanos y amigos que lo querían. Sí, claro; me acuerdo, mamá. ¿Y quién las inventó? No lo sé, le dije. Y luego, ella pronunció su nombre: Arguedas. Sí, él; claro, mamá. Y ahora, ese señor que ves en las carátulas de esos libros hace lo mismo, inventa muchos Ernestos. Y luego, me alcanzó un libro: Los cachorros, de Mario Vargas Llosa, ese hombre entrecano de mirada seria e imperturbable.

Desde entonces, Mario, me has acompañado toda la vida. Te conozco más de lo que tú crees. Tú no me has visto crecer porque estabas demasiado ocupado pensando sobre este desafortunado país en cual nos tocó nacer. En cambio, yo sí te he visto andar como actor de cine, llevando el nombre del Perú por todos los confines de la tierra; andando como un sol entre las élites académicas más importantes del mundo; diciendo el Perú existe, yo soy el Perú. Y, en verdad, lo eres. Has dado luz al mundo a través de tus historias. Me alumbraste en la etapa más triste de mi vida porque, en algún momento, en mi sueño más irrealizable, quise ser como tú. Pero, un amigo de Arequipa —que te quiere tanto o más que yo— me dijo: Mario solo hay uno. Y aterricé en la realidad.

                Y te cuento, brujo de las palabras, que fue papá quien me hizo conocerte. Y también, hace un par de horas, fue papá quien entró a mi cuarto, con celular en mano y me dijo: Vargas Llosa ha muerto. Lo primero que se hace frente a la incertidumbre es no creer, que es algo imposible que el Perú haya muerto. Y, desde ahora, es demasiado triste saber que ese sol ya no nos alumbra. Saber que ya no te podemos buscar para mirarte desde lejos por los malecones de Barranco o Miraflores. Y Orlando, con sus dos metros de estatura y señalando con su dedo índice a tu casa, ya no me podrá decir: Hoy, veremos a Mario. Pero nunca nos acercamos. Te respetábamos mucho y también sabíamos que el sol nos puede quemar.  Ahora, todos los peruanos —aquellos que fueron tus críticos y nosotros, los devotos— quisiéramos ser cómo tú, Mario: ¡una leyenda!

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Cultura

Mario Vargas Llosa falleció en Lima

Su familia confirmó su deceso.

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La literatura hispanoamericana ha perdido a uno de sus más grandes exponentes. Mario Vargas Llosa, novelista, ensayista, polemista y Premio Nobel de Literatura 2010, falleció este domingo en Lima a los 89 años, según informaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana. Su muerte cierra un capítulo trascendental de la narrativa en español y deja un vacío imposible de llenar.

Nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, Vargas Llosa fue un autor universal. Desde sus primeras obras como Los jefes y La ciudad y los perros hasta su despedida con Le dedico mi silencio, su producción literaria moldeó el imaginario colectivo de generaciones de lectores. Dueño de un estilo poderoso y de una inteligencia feroz, supo retratar los entresijos del poder, la violencia y la resistencia con una lucidez pocas veces vista en la literatura contemporánea.

No solo fue novelista, sino también un intelectual en el sentido más clásico: comprometido, activo y provocador. Desde su tribuna en la prensa, como su recordada columna Piedra de Toque en El País, abordó con valentía y convicción los grandes debates de su tiempo, sin temor a contrariar sensibilidades ni a polemizar con sus propios lectores. Fue, hasta el final, un defensor apasionado de la libertad individual, aún a costa de las críticas que sus posturas políticas —liberales en lo económico, progresistas en lo moral— le granjearon.

Su partida, según sus hijos, será despedida en la más estricta intimidad, como él mismo lo pidió: sin ceremonias públicas, con la serenidad que caracterizó su madurez. “Deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, dice el comunicado. Y no hay frase más certera. Vargas Llosa ya era inmortal mucho antes de morir.

Obras como Conversación en La Catedral, La casa verde, La guerra del fin del mundo o La fiesta del Chivo consolidaron una carrera marcada por el rigor narrativo y la ambición temática. Fue parte del célebre boom latinoamericano, junto a Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, pero también un autor que se distanció de modas, que evolucionó hacia nuevos territorios sin perder la fidelidad a su esencia: contar la verdad a través de la ficción.

El Nobel, que muchos creían esquivo por razones ideológicas, le fue otorgado en 2010 por su “cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. Recibió también los más altos honores literarios: el Cervantes, el Rómulo Gallegos, el Príncipe de Asturias, el Planeta. Fue miembro de la Real Academia Española y, desde 2021, inmortal de la Académie Française. Su ambición no fue solo literaria: aspiraba a incidir, a influir, a incomodar.

Quiso ser presidente del Perú y perdió. Escribió sobre dictaduras, corrupción, historia y pasiones privadas con idéntica intensidad. En El pez en el agua, sus memorias, relató tanto su educación sentimental como su derrota política, con la honestidad de quien entiende que todo, incluso el fracaso, forma parte de una obra mayor.

Su vida fue una novela en sí misma, atravesada por amores, rupturas, amistades rotas (como la célebre con García Márquez) y pasiones ideológicas. Pero nunca se convirtió en estatua, como temía. Siguió escribiendo hasta el final, como si la literatura fuera una forma de derrotar a la muerte.

En su discurso del Nobel afirmó que “la lectura inocula la rebeldía en el espíritu humano”. Vargas Llosa fue, hasta el último aliento, un rebelde que eligió la palabra como su arma más poderosa. Y como los grandes escritores, vivirá mientras lo lean. Ha muerto el hombre; queda el legado.

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Cultura

Francisco de Zela, una cuestión pendiente con Panamá ¿Es hora de repatriar su cadáver­?

Hay algo que Dina Boluarte debería hacer, y es lo que hizo el alcalde del Cusco con la repatriación simbólica del hijo de Tupac Amaru, y es traer de vuelta a Francisco de Zela, prócer que murió en una cárcel de Panamá.

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La leyenda cuenta que el 28 de julio de 1821 moría en una oscura cárcel en Panamá el prócer de la patria Francisco de Zela. Aunque en la década de 2010 el entonces embajador de Perú en Panamá, intentó buscar los restos del prócer, esto de manera autónoma y sin apoyo de la Cancillería peruana, las circunstancias resultaron en su momento infructuosas. Cabe mencionar que es muy probable que Zela en condición de traidor a la madre patria fuera enterrado en una fosa común. Cabría esperar del actual gobierno una búsqueda más infructuosa de dichos restos o al menos repatriar simbólicamente a Zela como se hizo con el hijo de Tupac Amaru y Micaela Bastidas recientemente. No debemos olvidarnos que el grito de Zela en Tacna fue el primer grito de independencia en Perú desde el grito ahogado en sangre de Tupac Amaru, esto en 1811. Grito que fue condenado en una mazmorra realista en Panamá.

Un héroe olvidado

Zela fue después de Tupac Amaru el primero luego de treinta años de silencio en lanzar el primer grito libertario del Perú en la ciudad de Tacna el 20 de junio de 1811. Eso lo hace meritorio de ser considerado el líder de la primera insurrección armada por la independencia del Perú. Su rebelión de Tacna estuvo en estrecho contacto con la Revolución Argentina, que se inició en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Si bien los argentinos enviaron un ejército a la Provincia de Charcas (Bolivia), al mando del general Antonio González Balcarce y del abogado (¿Quién envía a un abogado?) Juan José Castelli. Los rioplatenses enviaron proclamas a varias ciudades del sur del Perú, invitándolos a continuar con la revolución.

Zela, tal vez apresuradamente fue el primero en responder y en un «Bando al pueblo de Tacna» declaró su adhesión a la Junta de autogobierno de Buenos Aires y su fidelidad al rey de España, de acuerdo con la posición de la Junta (recuérdese que Fernando VII estaba apresado por Napoleón y en España reinaba José Bonaparte que no era reconocido ni por los españoles americanos ni por los peninsulares) y pretende asumir la jefatura político-militar de la plaza militar imponiéndose él mismo el título de «Comandante Militar de las Fuerzas Unidas de América». 

Zela quien tuvo un apoyo tanto de criollos, mestizos e indígenas, como es el caso del cacique de Tacna, Toribio Ara, y el cacique de Tarata y Putina, Ramón Copaja. No obstante, su insurrección no tuvo éxito.

Derrotado a causa del fracaso de la campaña de los rioplatenses que fueron aplastados por los realistas en Charcas se vio finalmente apresado por los españoles.

Así los principales dirigentes de la rebelión fueron sometidos a juicio, entre ellos Zela, quien fue llevado a Lima. Allí, gracias al nepotismo (algunas costumbres no cambian), es decir las influencias de su familia y a la mediación (compadrazgo) de importantes personajes se le conmutó la pena de muerte por la de encierro perpetuo en el morro de La Habana. No obstante, se consiguió modificar aún más la sentencia: una pena de diez años de presidio en la cárcel de Chagres, en Panamá, y terminados éstos, expatriación perpetua. Su prisión en Lima duró cuatro años y en 1815 fue trasladado a Panamá. Afectado por el clima tropical y las duras condiciones de su encierro, falleció algunos años después, en 1819. Una versión muy difundida que más huele a leyenda romántica afirma que su fallecimiento se produjo el 28 de julio de 1821, el mismo día de la Proclamación de la Independencia del Perú. Lo cierto es que murió en 1819, un 18 de julio, a la edad de 50 años.

La búsqueda del cuerpo del prócer

Allá por la década del 2010, el embajador de Perú en Panamá, Guillermo Russo Checa recordó la historia de Zela y se propuso encontrar sus restos. Sin instrucciones ni directrices o apoyo de Torre Tagle, buscó por las iglesias de Panamá y entré archivos donde podría descansar los restos del héroe. Consultó incluso con el entonces presidente de Panamá, el locuaz y alangarciesco presidente Martinelli. Finalmente, y tomando en cuenta que en su condición de traidor a la corona muy probablemente Zela fuera enterrado en una fosa común, hubo de parar sus investigaciones. No obstante, en un parque de Panamá se rindió homenaje a la memoria del héroe a través de un busto que recuerda al paseante distraído que en algún lado de Panamá todavía duerme el ilustre tacneño que espera el retorno a su patria libre.

Considerando la reciente repatriación simbólica al Cusco desde Madrid, del hijo de Tupac Amaru y Micaela Bastidas, es momento, aprovechando la visita del presidente Mulino en Perú, de recuperar los restos, aunque sea simbólicamente de Zela. Es momento que Zela regrese al Perú independiente tal y como un día de 1811 soñó.

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Cultura

La princesa Gominola

La nueva tragicomedia escrita por Helen Hesse.

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Tras años de ausencia, Alejandra regresa al Perú con un único propósito: recuperar a su hijo Santi, a quien dejó al cuidado de sus abuelos cuando apenas tenía 7 años. Lo que parecía una sencilla reunión familiar se convierte en un escenario cargado de emociones, secretos y revelaciones inesperadas. En una cena familiar donde los recuerdos y las emociones están a flor de piel, una dolorosa verdad saldrá a la luz, ¿será capaz Alejandra de reconstruir lo que perdió?

“La princesa Gominola” es una tragicomedia escrita por Helen Hesse y forma parte de una serie de tres obras breves que forman parte de un innovador ciclo de microteatro inmersivo. Presentada por Paso de Gato Teatro, cada obra está diseñada para sumergir al espectador en una experiencia única, donde no solo serás testigo, sino también protagonista de las historias que se desenvuelven ante tus ojos.

Disfruta de una propuesta teatral en la que los límites entre el público y los personajes se desdibujan, creando una conexión emocional profunda y momentos inolvidables.

El dato

Estreno: Miércoles 09 de abril  a las 8:00 pm

Dirección: Milagros López Arias

Dramaturgia: Helen Hesse

Actrices: Pilar Delgado, Milagros López Arias y Sergio Velasco.

Las obras estarán todos los miércoles y jueves de abril hasta 01 de mayo a las 8:00 pm.

Lugar: La Residencia (Sáenz Peña 107 Barranco)

Entradas: Joinnus o al 959528540.

No te pierdas esta oportunidad de vivir el teatro como nunca antes lo habías hecho.

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Cultura

De la orilla al lienzo

Camila Rodrigo regresa a Lima con un sobrio conjunto de abstractos. La forma resignificada se inaugura el 9 de abril en La Galería de San isidro.

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El inicio de su travesía en la abstracción surgió de manera intuitiva. Un día en la playa, conversando con su madre, recordó la pared vacía de su departamento y decidió pintarla. A partir de esa carencia física nació un proceso que convirtió el vacío en superficie, la nada en estructura. Fue un encuentro con el orden y la proporción, donde líneas y formas geométricas empezaron a definir un lenguaje propio.

Camila Rodrigo (Lima, 1983) concibe el lienzo como un espacio de transformación. Su proceso creativo está marcado por una metódica construcción de capas, donde el color y la textura emergen en un rito de serenidad y concentración. La tela, en su estado inicial, yace en el suelo, expectante. El negro, un tono fundamental en su obra, se convierte en un eje transcendente y el pigmento, diluido en agentes fluidos, se asienta sobre la superficie como una piel que se va formando en un orden temporal que la artista organiza y supervisa con exigente minuciosidad.

Geometría líquida

La artista recuerda con nitidez los diseños limpios de su abuelo y su padre, arquitectos. Su conexión con la materialidad se remonta a su infancia, cuando paseaba por La Punta y recogía piedritas en la orilla del mar. Hoy, esos recuerdos se transforman en una serie de obras que exploran la textura y la composición, como se evidencia en La forma resignificada, muestra que inaugura el 9 de abril en La Galería de San Isidro. Sus pinturas, de una estética minimalista, sugieren paisajes internos y una rigurosa investigación sobre la materia.

No en vano su obra transita entre el diseño y la pintura, el instinto y la precisión geométrica. Formada en Diseño Gráfico en la Universidad San Ignacio de Loyola (2010), complementó su aprendizaje con estudios de fotografía en el Centro de la Imagen de Lima (2006) y en el Rhode Island School of Design (2009). Su carrera ha estado marcada por una evolución que la llevó del arte figurativo y la ilustración infantil hacia una exploración profundamente abstracta, donde la forma y el equilibrio son el núcleo de su lenguaje visual.

Lenguaje que madura y desarrolla en su estudio en Las Condes, Santiago de Chile, donde trabaja de 8:30 a.m. a 3 p.m., cuando sus hijos están en el colegio. Allí se entrega por completo al proceso creativo, sin interrupciones. En ese silencio ha descubierto que su pintura es una traducción de su percepción de la vida. «Después de pasar tiempo en el taller, mirando los cuadros en soledad, empiezas a pensar lo que hay detrás de lo que pintas», reflexiona.

Así, las piedras, recurrentes en su imaginario, se convierten en una metáfora del lastre vital, de esas formas que, convertidas en peso, se resisten al cambio. En su pintura, Rodrigo busca liberarse de esas imposiciones, recuperar la espontaneidad y la ligereza de la infancia. Su taller, más que un espacio de trabajo, es un refugio donde la libertad toma forma y color, como alguna vez imaginó de niña. Este 2025 su obra ha sido seleccionada para ser presentada en el Stand de La Galería en la feria Pinta PArc, un reconocimiento a su creciente impacto en la escena artística contemporánea.

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Cultura

Seminario: «De los griegos a los juglares: la naturaleza antropológica del poeta en occidente como cantor sagrado en la épica, la lírica y el teatro»

Un seminario que recorre la poesía, el teatro, lo regioso y político.

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El Centro Cultural de la Universidad de Piura los invita a participar de este seminario en el que se abordará las raíces de la civilización occidental en su poesía, la naturaleza del poeta desde un sentido antropológico/esotérico (los poetas arcaicos como mediums de la divinidad), la configuración del relato político, y la aparición del teatro como síntesis religioso y político.

Especial énfasis se dará en los vínculos del teatro trágico griego y su influencia en el drama moderno «Historia de una escalera» de Antonio Buero Vallejo. Así como también una comparativa de dos obras de tragedia clásica: La Electra de Sófocles frente a la Electra de Eurípides.

Dirigido a actores, dramaturgos y público en general.

SOBRE EL DOCENTE:

Alejandro Herrera. Bachiller de Derecho de la Universidad Hispanoamericana de Costa Rica. Periodista cultural especializado en poesía y narrativa. Es corresponsal del medio Contrapunto El Salvador Centroamérica, es también asesor literario, ghostwriter y editor. Cronista parlamentario en Perú para la revista Lima Gris.

SESIONES:

  • Narrando el Mito Griego: poetas épicos, líricos y autores trágicos
  • Roma, tuyo es el poder y la gloria: La política como teatro. De poetas bucólicos a oradores políticos.
  • La Espada, la Dama y la fe: de los cantares de gesta a los juglares y el ideal caballeresco medieval y la reaparición del teatro como evento sagrado.

Inicio: 3 Sesiones: martes 22 y 29 de abril, 06 de mayo
De 7:00 p.m. a 8:30 p.m.
Modalidad presencial: Casona Pardo (Calle Coronel Inclán 120, Miraflores – Lima)
Certificación a nombre de la Universidad de Piura
Inversión: 150 soles
Inscripciones: enlace:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScL44vg3O9kHpn4I4mojzBJBm9kPxzC3W0T49rK9uBVCX33-A/viewform?fbclid=PAY2xjawJeQbVleHRuA2FlbQIxMAABp8dcK4M01J7Dn8FaYp9SEwmQfiBwr1kitAZzKqxvSaUF8ywzNruEr8JXZ105_aem_-Ad4HYI_aFr0M8Tqp7THag

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Cultura

Festi CIX 2025: Feria del libro “Letras sin límites” se inauguró en Chiclayo

Gestión municipal chiclayana promueve la cultural con inauguración de feria del libro.

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La ciudad de Chiclayo inició una fiesta cultural en el mes del aniversario y de las letras. El miércoles pasado al mediodía se inauguró el I FESTI CIX 2025 FERIA DEL LIBRO “LETRAS SIN LÍMITES”, un evento cultural que reunirá a escritores, editoriales, librerías y amantes de la literatura en un espacio de encuentro y aprendizaje.

La ceremonia de inauguración se llevó a cabo en el recinto ferial ubicado en la cuadra 1 de la Avenida Elías Aguirre, con la presencia de la alcaldesa de la Municipalidad Provincial de Chiclayo Janet Cubas, autoridades locales y representantes del sector cultural. Durante el evento, se anunciarán las actividades programadas, que incluyen presentaciones de libros, conferencias, talleres, shows artísticos, entre otros.

EL  FESTI CIX 2025 FERIA DEL LIBRO “LETRAS SIN LÍMITES” busca promover la lectura y el acceso a la cultura, ofreciendo una variada oferta a precios de promoción desde los 10 soles. Además, de publicaciones para todas las edades y gustos. Asimismo, contará con espacios dedicados a la literatura infantil, presentaciones de libros, recitales de poesía y las publicaciones académicas.

La organización invita a toda la comunidad chiclayana a participar de esta celebración cultural y disfrutar de una experiencia única en torno a los libros y el conocimiento.

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Cultura

Ollantaytambo: atentado al Patrimonio Arqueológico revela presuntos actos de corrupción, tráfico de influencias y abuso de Autoridad

En un nuevo escándalo en Cusco estarían implicados funcionarios de la Municipalidad de Ollantaytambo y del Ministerio de Cultura.

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La construcción ilegal del hotel Sol Ollantaytambo Boutique, no solo revela graves irregularidades administrativas y un daño irreparable al patrimonio, sino que expone una red tráfico de influencias, posibles actos de corrupción, un preocupante abuso de autoridad por parte de funcionarios municipales, un serio riesgo ambiental y una activa defensa del alcalde por parte del principal implicado. 

Entre los implicados aparecen el actual alcalde de Ollantaytambo Paul Palma, funcionarios municipales, la dueña del hotel Lucinda Miranda Farfán y su administrador Derik Miranda Farfán. Según fuentes cusqueñas, nuestra anterior publicación generó un temblor en las oficinas de la Dirección Desconcentra de Cultura de Cusco y en las instalaciones del municipalidad de la ciudad inca.

Se colapsó muro correspondiente a la canalización del Rio Calicanto  provocado por la  construcción de fierro y cemento realizada gracias a la autorización irregular de Restitución Volumétrica otorgada por la Municipalidad Distrital de Ollantaytambo.

Escandalosas irregularidades

El permiso de restitución volumétrica, base de la construcción ilegal, presenta fallas cruciales: se la documentación a la cual hemos tenido acceso, se otorgó sin pasar por las comisiones técnicas correspondientes, se anuló tardíamente y hasta la fecha no existe una orden de demolición. Estas omisiones representan una grave falla en el proceso administrativo y una flagrante vulneración de las leyes de protección del Patrimonio Cultural de la Nación.  La tardanza en la anulación y la ausencia de una orden de demolición sugieren complicidad o negligencia por parte de las autoridades, permitiendo que el daño al patrimonio continúe.

Esta situación se agrava por la evidencia de que la Gerencia de Desarrollo Urbano, bajo la dirección del Arq. José Carlos Cárdenas Chamorro, ha venido otorgando autorizaciones de obra de manera irregular, sin pasar por las comisiones técnicas correspondientes, como lo exige la norma.  Estas autorizaciones se han emitido en el centro histórico de Ollantaytambo y en sectores protegidos por la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación. 

Entre las autorizaciones otorgadas de forma irregular se encuentran las siguientes: autorización N° 001-2023-GDUR – MDO, autorización N° 016-2024-GDUR – MDO, y la autorización N° 020-2024-GDUR – MDO.  Además,  la ejecución de obras no cumple con la normativa vigente, donde los propietarios deberían presentar el expediente respectivo al procedimiento administrativo, en concordancia al Reglamento de Intervenciones Arqueológicas vigente aprobado mediante Decreto Supremo Nº 011-2022-MC, de fecha 23 de Noviembre del 2022. 

La omisión de la calificación de los expedientes por los delegados AD HOC del Ministerio de Cultura agrava la situación. Lo curioso es que desde la sede central del Mincul hay un silencio sepulcral.

Derik Miranda Farfán dirigiendo personalmente la construcción que atenta contra el Patrimonio Cultural de la Nación.

¿Colusión, Enriquecimiento Ilícito y Tráfico de Influencias?

La denuncia pública y ante la Policía Anticorrupción de Cusco realizada por el Presidente del Frente de Defensa de los Intereses del Distrito de Ollantaytambo, Andrés Fabián Bravo Pinedo, revela una red de influencias que conecta al alcalde Paul Palma, funcionarios municipales, y la dueña del hotel en construcción Lucinda Miranda Farfán y su administrador Derik Miranda Farfán, este último  ha recibido pagos de la Municipalidad Distrital de Ollantaytambo por un total de S/. 67,265, según información del portal de transparencia.

Este monto se desglosa de la siguiente manera:

  • Adquisición de KIT de incentivos: S/. 38,625.00
  • Refrigerios y almuerzos: S/. 8,160.00
  • Contratación de jueces: S/. 1,760.00
  • Contratación de personal para mesa de partes: S/. 720.00
  • Refrigerios S/. 18,000.00 

Fuente: OSCE.

Estos pagos, especialmente habrían sido destinados a “Jueces”, “refrigerios” y “kits de incentivos”, generan serias dudas sobre su legitimidad y transparencia, apuntando a una posible sobrefacturación o pagos ficticios. La denuncia de Bravo Pinedo destaca la estrecha relación entre Miranda y el alcalde Palma, así como lo evidencia una foto donde esta Miranda con las hermanas del alcalde, sugiriendo una red de influencias que ha facilitado la obtención de contratos municipales de manera irregular. Esta relación de amistad y/o parentesco, combinada con los pagos sospechosos, refuerza la hipótesis de un presunto contubernio para beneficiar a Miranda a expensas del patrimonio arqueológico y el erario público.  La denuncia pública de Bravo Pinedo proporciona un testimonio crucial que debe ser considerado en la investigación.

Derik Miranda Farfán, proveedor estrella de la Municipalidad de Ollantaytambo junto a las hermanas del Alcalde de Ollantaytambo.

Activa Defensa del Alcalde por parte de Carlos Miranda

Más allá de los indicios de corrupción y enriquecimiento ilícito, se evidencia una activa defensa a favor del alcalde Paul Palma por parte de Carlos Miranda.  Publicaciones en redes sociales del 12 de abril de 2024, mostradas por Andrés Fabián Bravo Pinedo, Presidente del Frente de Defensa de los Intereses del Distrito de Ollantaytambo,  demuestran que Miranda defiende  públicamente al alcalde de Palpa contra las críticas a la gestión municipal ante el bloqueo de calles en Ollantaytambo por ciudadanos que organizados comenzaron a tapar los huecos de las avenidas de esta ciudad inca viviente ante la inoperancia municipal. 

Esta defensa pública, realizada por un proveedor municipal con contratos cuestionados, evidenciaría una estrecha relación y complicidad entre Miranda y el alcalde, socavando la transparencia y la imparcialidad en la gestión municipal.

Llamado a la Acción y Exigencias

La situación en Ollantaytambo exige una respuesta inmediata y contundente. Se debe emitir de inmediato una orden de demolición para detener el daño al patrimonio arqueológico. La Contraloría General, la Fiscalía y la Policía Anticorrupción deben investigar a fondo las irregularidades en el proceso de concesión del permiso, la anulación tardía y la falta de orden de demolición, así como los pagos sospechosos a Carlos Miranda y la gestión irregular de las autorizaciones de obra por parte del Arq. José Carlos Cárdenas Chamorro.

La investigación debe incluir el análisis de todos los contratos otorgados por la municipalidad a Miranda para determinar la existencia de otros posibles casos de corrupción. Las organizaciones vivas del Pueblo de Ollantaytambo deben exigir la rendición de cuentas por parte del alcalde Paul Palma y el gerente municipal José Carlos Cárdenas Chamorro, y se debe garantizar que los responsables sean sancionados con el peso de la ley.

Publicación en redes sociales realizada por Derik Miranda Farfána a favor del alcalde de Ollantaytambo.

La protección del patrimonio cultural de Ollantaytambo y la lucha contra la corrupción son responsabilidades ineludibles para las autoridades. La denuncia de Andrés Fabián Bravo Pinedo debe ser considerada como evidencia clave en la investigación, y su testimonio debe ser protegido.  La pregunta realizada por Bravo al refereise a los comentarios vertidos en las redes sociales por Carlos Miranda  de ¿por qué se defiende tanto a esta gestión, si por amistad, desarrollo del pueblo o enriquecimiento personal?, queda abierta a la investigación, pero las pruebas presentadas apuntan fuertemente hacia un presunto enriquecimiento ilícito y abuso de poder.

Nos comunicamos con el alcalde de Ollantaytambo Paul Palma y con el gerente Carlos Cárdenas para recoger sus descargos, pero hasta el cierre de este informe no hemos recibido sus respuestas.

Imaginamos que el ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja ya tomó conocimiento de este nuevo escándalo, y su preocupación debería ser mayor ya que su familia también tiene un hotel en Ollantaytambo. Nos preguntamos ¿el ministro actuará ante lo sucedido o se quedará de brazos cruzados?

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