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Cultura

La ciudad y María Santísima; una película de Mario César Castro Cobos (2023)

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Por Aldo Gaspary

“Para el flâneur su ciudad ya no es su patria, sino que representa su escenario.”[1]

“La multitud, como aparece en Poe –con movimientos atropellados e intermitentes–, se describe con todo realismo. Su descripción contiene, a favor suyo, una verdad más alta. Estos particulares movimientos son menos movimientos de la gente que avanza así tras sus negocios, que los movimientos de las máquinas que de ellos se sirven. Con la mirada vuelta a lo lejano, Poe parece haber ido adaptando de ese modo su ritmo a sus gestos y a sus reacciones. Pero el flâneur no comparte esta actitud. Más bien parece que se desconecta; su ir sereno sería no otra cosa que protesta inconsciente contra el tempo del proceso productivo.”[1]

Película experimental hecha a base de escenas recogidas en el deambular por la ciudad de Lima.  El director rescata la tradición del flâneur para realizar un film con lugares y personajes sacados de la cotidianidad. El situarse en ese lugar permite a sus ojos tener una mirada que el viandante sumergido en su cotidianidad ajetreada no se lo permite. Las situaciones recogidas que conforman la película son fruto de una criba entre una serie filmadas en paseos realizados, vagabundeos propios de alguien que se sitúa fuera, escenas que retratan la ciudad y habitantes, en algunos casos especialmente llamativos, desde la óptica que el papel adoptado suscita, hace que se encuentre fuera del trajín o circunstancias filmadas. Estas escenas no están colocadas de manera azarosa, hay un orden, una composición, aunque aparentemente pueda entenderse que, simplemente, son un montón de escenas puestas unas delante de las otras sin ningún criterio, cabe hacerse también esa lectura, no tiene por qué haber un sentido, ¿una especie de cadáver exquisito cinematográfico? O también consideramos viable la posibilidad que, por parte del director, no haya existido voluntad de establecer orden alguno a la hora de seleccionar las escenas y ordenarlas en la película, suponiendo que este fuera el caso, aun así, consideramos válido interpretar nosotros la película como si sí lo hubiera, y de hecho, consideramos válido suponer que dicho orden lo haya dictado el propio subconsciente del director, por lo que, incluso podríamos sostener, por eso mismo, como de mayor valía que si lo hubiera hecho conscientemente. Sea como fuere es muy probable que una vez hayamos terminado de escribir todo esto nos sintamos absolutamente en desacuerdo con las tesis sostenidas. En todo caso, intentamos conjugar algunas de las afirmaciones con las escenas expuestas para proponer una interpretación posible, conscientes que no pretende agotar sus posibilidades ilimitadas de lectura, mi interpretación no pretende defender alguna tesis definitiva que dé punto final al asunto: “La ciudad y María Santísima”, esto es obvio, es un desarrollo tomando como criterio la propia película para elaborar a partir de ahí una interpretación posible, entre otras. Partiendo por lo sostenido al inicio, durante la primera escena, acerca del carácter matricial, como fuente originaria que serviría de patrón creativo para la propia película; me remitió a las tesis sostenidas por Peter Sloterdijk en Esferas I y por, otro, la noción de flâneur desarrollada en Baudelaire y, de ahí, en Benjamín, me han servido para elaborar una interpretación de la película.

 Supongamos que esta es una película-documental hecha como un collage compuesto por recortes de realidad, ordenados de tal manera, que en su conjunto, configuran la trama, ordenamiento de escenas recogidas de la cotidianidad urbana; estas se encontrarían, pues, organizadas semánticamente, de modo que, en su conjunto conformarían un texto, es decir, una determinada trama significativa que se encuentra reunida y organizada de acuerdo a un sentido, que aflora cada vez que la obra acontece, libremente, en una multiplicidad de interpretaciones, siempre en función del registro -de lo contrario no comunicarían nada-, son escenas recogidas al modo del “objet trouvé” por un vagabundo, un paseante, más concretamente por lo que los franceses, y especialmente Baudelaire, llaman: “flâneur”. “Kínico” moderno que deambula por la ciudad, libre de las presiones que somete el capitalismo a la existencia, sujeto que desde la posición marginal en la que se sitúa, recoge y registra unas escenas que, de lo contrario habrían sido vistas por nadie, descontando los testigos presenciales que pudieran haberse encontrado ahí, evidentemente desde la perspectiva de cada uno, en ningún caso la del videógrafo. 

Dentro de esta recepción de escenas, en donde figuran personajes variopintos, predicadores, músicos callejeros, vendedores ambulantes, todos anónimos, aparece el único cuyo nombre figura como elemento componente al título de la película: María Santísima.

Al principio de la película se habla sobre la figura de la madre. Teniendo en cuenta que el nombre del personaje simboliza a la maternidad y conlleva cierta idea de la mujer; virgen, pura, inmaculada, etc. Todos elementos que se suelen identificar con esta figura al interior de nuestra cultura. El personaje, además, sale en la película con una piñata, que es rota en escena, esta tiene la particularidad de ser en forma de una iglesia, en cuya superficie aparece escrita la siguiente frase: “la única [iglesia] que ilumina es la que arde”; todos estos elementos significativos, articulados en su conjunto, interpretamos que tienen un sentido irónico; la piñata en forma de iglesia, lo escrito en su superficie, el pseudónimo del personaje; “María Santísima”, el disfraz de monja que utiliza: y como toda ironía, apela a la inversión; una lectura posible es: la única iglesia que ilumina es aquella que es quemada, destruida, la iglesia como símbolo de la comunidad, de aquella comunidad que se trasmuta y emancipa del gobierno heterónomo de la religión (o de las caras que esta pueda tomar), de la repetición acrítica del prejuicio heredado, mediante la autonomía y el pensamiento crítico. Recordemos que el fuego es también signo prometeico, de ilustración, de la emergencia desde la caverna de la servidumbre al ígneo señorío solar, reino apolíneo ideal de la verdad y de la justicia, sin embargo, lo apolíneo no puede interpretarse jamás ajeno a su pareja dionisíaca, y en esto radica el peligro –pero también su salvación- que late en su seno; Dionisos palpita en la entraña apolínea; atreverse a pensar por uno mismo implica riesgos, recorrer caminos desconocidos, danzar solarmente iluminado al ritmo de Dionisos sin caer en el abismo. Ya no creemos que la razón sea un fundamento absoluto, lo mismo que antes lo fuera Dios, tras la quema de la iglesia no es, por lo tanto, cuestión de sustituir la irracionalidad de una creencia infundada por la solidez de un fundamento irrebatible, toda racionalidad, en última instancia, no puede escapar a los prejuicios y creencias, la muerte de Dios, por lo tanto, no ha supuesto la salida de una perspectiva absoluta, pero falsa, para entrar en una perspectiva absoluta, pero verdadera, la sustitución de Dios por la Razón fue la de sustituir, un absoluto por otro, si bien Dios había muerto, todavía permanecíamos bajo su sombra, por eso, su muerte significó la cancelación a cualquier posibilidad de perspectiva absoluta que nos pudiera brindar la seguridad de una base sólida que nos procurara certezas “claras y distintas”. No es posible alcanzar una “verdad objetiva”, pero esto tampoco significa que la verdad sea “subjetiva”, ni una cosa ni la otra porque la verdad acontece en una relación, no hay objeto sin sujeto así como tampoco hay sujeto sin objeto, y luego, no es que estos respectos sean previos a su vinculación, es al revés, el entre en el que acontece el des-ocultamiento, la apertura, el claro es previo a su separación, lo que yace encima y lo que yace debajo son en su relación, es esta la que los constituye como tales, lo que más bien hay es una emergencia al unísono de la cosa y del decir. Emergencia que acontece dentro de un determinado horizonte, al interior de un juego de lenguaje, o como generador de uno nuevo, en función de una gramática de la que se alimenta y regenera, dentro de una trama de respectividad, sin embargo lo comprendido en una lengua siempre es provisorio, inestable, histórico, falible, encarnado y en función de una vida, mediante la cual un determinado lenguaje se piensa y procura comprender la alteridad que es sí misma, un mundo, una determinada perspectiva que trasciende histórica y espacialmente la individualidad y la determina. La verdad brota desde la falsedad, esta es su esencia, motivo por el que siempre acecha el peligro de un develar incorrecto[2], la no-verdad señala los límites del propio des-ocultamiento en un doble sentido, en tanto que ocultamiento inherente a la propia des-ocultación (todo aquello que se oculta tras lo des-oculto), y como la apariencia (fuente del error, de lo falso, del paralogismo, del equívoco, etc.) contrapuesta al fenómeno (el presentarse algo siendo lo que es).[3]

Tras la primera escena en la que se trata el tema de la madre, le siguen otras en la calle, los primeros personajes en aparecer tienen en común el tema de lo religioso, escape, en muchos casos, ante la insatisfacción y la miseria del mundo que les ha caído en suerte; frente al báratro que ha secuestrado los destinos de muchos hombres y mujeres en la ciudad, fruto de sus condiciones materiales, y, por ende, de naturaleza insoslayable, optan por la huida hacia el futuro frente a la miseria del presente.

¿Qué sentido tiene todo esto? tiene que haberlo, aunque sea mentira. Algunos personajes que aparecen en la película son representantes de una realidad socioeconómica trágica, en la que se agudiza en mayor medida que en otra parte un dilema existencial entre la alienación o el suicidio. En otros, como la sesión de fotos de los novios, ellos son la muestra de los que prefieren mantenerse sumergidos (o sea, también alienados) en la seguridad que les brinda la tradición (religiosa), optan por repetir el ritual aprendido.

La ruptura de la (iglesia) piñata puede entenderse también como la simbolización de un acto de rebelión, de una ruptura respecto a una moral de rebaño -la iglesia simboliza a una determinada grey-, performance similar a la del flâneur, frente a la asfixia susceptible de generar determinadas (de)formaciones, es decir, imposiciones de ordenamiento, en el sentido que pueden ser vividos como domesticaciones realizadas por instituciones represivas, castrantes, tales como la iglesia o el cuartel; el colegio, en muchos casos, son espacios formadores del espíritu de masa gregaria y emasculante, especialmente en los colegios de perfil militar o religioso[4][5].

 En otra escena, nuevamente en el mismo salón que aparece el principio de la película, también la imagen tiene el mismo efecto caleidoscópico que aquella, pero de manera más acentuada; ahora el tema es la imagen de uno mismo. En algún momento se dice, glosando a Sartre: “el infierno son los otros porque el espejo son los otros”. Nosotros sostenemos que toda obra de arte, en tanto creación de un poeta, sería su autorretrato, el autor se reflejaría en su obra a semejanza de un espejo, en el sentido que, independientemente a que el tema no sea él mismo, su propia creación supone proyectarse, es una criatura surgida desde su propia identidad, desde su propia entraña, efecto de sus afectos, desde el horizonte que constituye su presencia y que emerge desde lo que está siendo sido, que condujo a cierto presente del cineasta cristalizado en el film, pero este no es un volcarse del sujeto-artista en la obra, él solo participa de un camino ya caminado, la obra es un juego que, como todo juego, comprehende a sus participantes y él es sólo uno de ellos, en ese sentido, para jugar bien, debe ceñirse a las reglas que le impone.

Peter Sloterdijk nos recuerda que la fabricación de espejos de manera industrial es algo reciente, y, por lo tanto, nuestra familiaridad con ellos también; hasta hace relativamente poco tiempo eran utensilios de lujo que no podía tener cualquiera, este hecho nos indica que la experiencia directa de familiaridad y comprensión que tenemos de nuestro propio rostro -identidad- gracias a que nos podamos mirar a través de estos es un hecho reciente, seguramente las personas habrían tenido la experiencia de verse reflejadas ocasionalmente en charcos de agua o en algún metal pulido y brillante, por ejemplo, pero dichos eventos no se darían con la misma asiduidad con la que nosotros nos solemos mirar en espejos actualmente, esto explicaría porqué Narciso podría sorprenderse ante la imagen de su propio rostro y creer que era de otro. Lo que entendemos quiere señalar Sloterdijk con esto es que la idea que podíamos tener de nuestro propio rostro no es algo que dependiera de nosotros, sino que era una construcción social, pero que, en realidad, lo sigue siendo, porque esta se desarrolla en nuestra interrelación social constantemente, aunque siempre esa interrelación se da con cuerpos diferentes. La identidad que proyectamos en nuestras obras se hace patente en el estilo. Pero ese “rostro reflejado” en la obra, en tanto que la obra se pone en obra, en tanto que acontece, es decir, en su interpretación, lo proyectado, que es el cariz reflejado de la identidad del artista en su propia obra, se difracta, porque lo pensado en el texto es co-pensado por el espectador.

 “Lo que un día será mi yo parlante es un desarrollo de aquel tierno lugar al que aprendí a volver mientras el con estaba ahí cerca. El que da sombra precede en cierto modo al que la recibe. En tanto existe él, existo yo también. El con es lo primero que existe y que permite existir. Si tengo en mí los medios para pasar de ser también a ser yo, es, no en último término, porque el con me ha hecho sentir el lugar en el que he comenzado a asentarme aquí como ser complementable, que siente hacia el otro lado, polarmente abierto. […]”.[6]

Aquello que Sloterdijk llama “con” haría referencia a la configuración estructural que se daría a partir de la vivencia placentaria durante nuestra gestación, es decir, de carácter no cósico, que constituye el primer trazo de nuestra vivencia de espacialidad, con la particularidad que en los seres humanos esta se desarrolla lingüísticamente y, en ese sentido, propiamente podemos considerarla mundo y no meramente hábitat, como ocurre con el resto de los animales. Es en función de esta primera experiencia vital, de esta primera vivencia, que derivarían las siguientes, primero, en tanto ser complementable, y luego en tanto ente que necesariamente se encuentra en una relación con un ente intramundano, un instrumento o instrumentos y un equipo de instrumentos interrelacionados de acuerdo a una determinada respectividad, esto es, de acuerdo a una determinada interpretación, una determinada trama de significatividad, de sentido, pero también en tanto entes sociales que establecemos relaciones con otros coexistentes, en tanto que podemos coestar con otras coexistencias que están/son-en-el mundo en el mismo mundo que nosotros, pero desde su propia perspectiva, claro está. Siguiendo esta misma lógica esferológica concebida por el profesor de Karlsruhe, esta experiencia, en tanto que habitantes estructurales, esto es, desde siempre, de una determinada espacialidad que nos constituye existencialmente y que es lo que Heidegger denomina “mundo”, que define como uno de los momentos estructurales de una totalidad no posible de descomponer: “ser-en-el-mundo», espacialidad, que en el seno materno nos cobijó, puede producir una especie de sentimiento de añoranza que se encuentre detrás de nuestras búsqueda del sentido de la totalidad, y es también la condición de posibilidad de la floración de lo divino ante ciertas derivaciones de la imaginación entre las consciencias que habitan al interior de la ciudad. Este animal, que habla y en tanto que habita en su propia lengua coestá con divinos y mortales, con fantasmas, demonios, y ángeles, porque el parto nos produce un vacío existencial que necesitamos negar de algún modo, de ahí los muñecos infantiles, las almohadas, las frazadas, también los muñecos vudú, los fetiches, y en general cualquier modo de alteridad, como la propia película.

 La estructura que esta abre da pie al juego de lenguaje filmográfico en el que el director desempeña el papel de una especie flâneur, ese es el rol que aquí cumple, modo de ser que ha recogido del mundo en el que habita, lo cual conlleva que hereda una determinada sensibilidad desde la que se detiene y comporta, y a la luz de la cual se puede leer su obra, otro participante es el espectador, otro, el lector, otros elementos que pueden entrar en juego en su puesta en obra son los referentes anteriores a la película, lo sepa o ignore su creador, actores que han recorrido ya su camino, aunque siempre de un modo diferente, cada caminante hace su propio camino, aunque para que eso sea posible es necesario que haya habido anteriormente otros caminantes, una tradición, tal podría ser aquí el caso del fotógrafo Eugène Atget. Son todos elementos que forman parte del mundo desde donde la obra surge y con los que articula constelaciones cada vez que se pone en juego, juegan también significativamente en la puesta en obra las posteriores que dialoguen con ella, como lo podría ser este texto. Todos los integrantes hacen, cada vez, el juego que es la obra. Juego que se realiza también bajo la forma de una relación con lo divino que los primeros personajes filmados, tras la escena caleidoscópica del inicio, manifiestan, al margen que dicha relación sea o no auténtica. Esto, respecto a las afirmaciones que sobre el tema de la madre se hicieron al principio de la película y de la cuestión del paso desde el origen que es la madre, se tiene en cuenta la complejidad de todo lo que simboliza[7], pero también lo que dicha experiencia significa para la existencia humana, en tanto que con. Todo inicio determina y, al menos, en este caso, estructura lo que va a venir después.

W. Benjamín[8] sostiene que, en el siglo XIX surge una temática artística, que nacería a partir de la literatura fisiológica, para diseminarse en otras manifestaciones, como la pintura o la fotografía. Adopta su nombre a partir de una frase: “el escritor una vez pone el pie en el mercado, mira el panorama en derredor”, la que enfatiza en una comprensión de lo panorámico en un sentido móvil (diorama). El flâneur, personaje que haría “botánica al asfalto”situado entre Dionisos y un mercader, se identificaría con el arte de panorama en su apacibilidad, él mismo se identifica con dicha figura; consideraba que el vagabundear entre la multitud era un antídoto al aburrimiento. Constantine Guys, a quien consideraba “paradigma del dandi”, pensaba que la única posibilidad para aburrirse entre la multitud es ser un imbécil. Según W. Benjamín para el flâneur lo exterior es lo interior. Justamente nuestra experiencia de lo interior y exterior hace referencia a configuraciones existenciales de nuestra espacialidad existencial que, de acuerdo con Sloterdijk, habrían tenido su génesis durante nuestra gestación. El hogar, lo hospitalario y familiar que ésta nos pueda resultar, que, a su vez, implica lo in-hóspito, tendría como fuente patronal a nuestra propia vivencia gestante en el vientre materno. Para Benjamín, siguiendo a Baudelaire, el flâneur, tendría como interior a la propia ciudad. Deambula como observador por la ciudad, al margen de la masa, mantiene su aislamiento aun inmerso en medio de las aglomeraciones. El flâneur, señala el filósofo judío, contempla los adoquines grises y el trasfondo gris del despotismo; al respecto agrega:

“La ociosidad propia del flâneur es una activa manifestación que se enfrenta a la actual división del trabajo.”[9]

Película


[1] Walter Benjamín; Obra de los Pasajes; J, 60 a, 6

[2] Cerezo Galán, Pedro; “Arte, Verdad y Ser en Heidegger”; 1963; p. 133

[3] Seminario sobre “El Origen de la Obra de Arte” dictado por el profesor Alejandro Escudero

[4] La propia “María Santísima” ha testimoniado públicamente su experiencia  en un colegio de monjas durante su infancia y pubertad.

[5] Lo cual no implica que yo descalifique la educación en general, todo lo contrario, considero que puede ser también un ejercicio fundamental para una domesticación del humano en función de su propio gobierno, libertad, y convivencia armónica con los otros miembros de la comunidad, dicho con otros términos, la educación también puede canalizarse hacia la forja de la autonomía moral, si bien la educación es un proceso que no culmina en el colegio, sino que prosigue a lo largo de la vida, y que tiene que ver con el desarrollo indefinido e histórico de la comprensión, en el seno de un horizonte-mundo.

[6] Sloterdijk, Peter; “Esferas I”; 2009; p.325

[7] Prejuicio que determina significativamente y forma parte de la gramática desde la cual el cineasta poetiza, constitutivo de la significatividad que conforma el mundo que comparte con una determinada comunidad y que, a su vez, es momento estructural de su ser, en tanto ser-en-el-mundo, horizonte desde el cual la obra opera y cuya operación cabe modificarlo parcial o superarlo totalmente, es decir, hacer época. La película, en tanto puesta en obra de una obra de arte es, en tanto se pone en juego, la apertura de un Mundo en su pugna con la Tierra (Confróntese: Martin Heidegger; “El Origen de la Obra de Arte”; 2016); la lucha entre lo apolíneo y lo dionisíaco que hemos comentado ha de entenderse en este mismo sentido.

[8] https://www.youtube.com/watch?v=ZbcrXYiRJp0

[9] Walter Benjamín, Obra de los Pasajes, M 5, 8

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Cultura

La novela negra griega: Petros Markaris y la hipótesis del chamo muerto

Un artículo de Hans Herrera Núñez

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Markaris es la seriedad del género policial. Sus delincuentes son muchos más, son el triunfo de la cultura de la corrupción en una Atenas con sabor a Lima y Santiago. «Tiempo atrás había rosquillas de pan y delincuentes griegos [peruanos o chilenos]. Ahora hay cruasanes y albaneses [venezolanos]».

Noticias de la noche, 1995 (Nυχτερινό δελτίο), es una novela que abre la extensa saga del inspector Jaritos. Escrita por el formidable novelista y dramaturgo griego de origen armenio, Petros Márkaris ( Πέτρος Μάρκαρης), posiblemente el autor griego vivo más traducido pero a su vez un emigrante en su país que no contó con la nacionalidad griega hasta muy adulto debido a que su padre era armenio y su madre griega y él mismo había nacido en Stambul. Novelista y ex comunista, la obra de Markaris es un emblema del policial mediterráneo, muy diferente al policial americano o el noir escandinavo. La obra de Markaris tiene por protagonista no el crimen, sino las diferencias entre clases sociales, los inmigrantes y los crímenes del capitalismo tanto ilegales como legales.

Mientras en Perú, Colombia, Ecuador y Chile los crímenes en torno al fenómeno de emigración aumentan, la obra de Markaris nos sirve de espejo negro que profundiza en el tema. En lugar de chamos tenemos albaneses, Pero los problemas son los mismos. Markaris escribe de una forma tal que hace desear que Latinoamérica aprenda a escribir sobre un fenómeno del cual no dice ni cuenta nadie nada, al menos no con gracia.

Noticias de la noche cuenta la historia de un homicidio doble, la indiferencia de la sociedad griega por tratarse de albaneses (pueblo que se vino abajo cuando su república socialista, una dictadura atroz colapsó al final de la guerra fría). El paralelismo contemporáneo es innegable. Otro país semi socialista, Venezuela no ha colapsado, pero ha terminado por expulsar a millones de sus habitantes como mano de obra barata empujada en ocasiones al crimen y la explotación o la misma trata de personas.

Escrito magistralmente, la aproximación de Markaris describe un fenómeno que se vuelve universal, el de los inmigrantes como la clase social más baja.

Aquí unos extractos:

«Echo un vistazo a mi mesa y no veo el cruasán ni el café. Esta es su única misión fija: traerme cada mañana el café y el cruasán. Levanto la cabeza y lo miro extrañado.

—¿Qué ha pasado hoy con mi desayuno, Zanasis? ¿Te has olvidado?

Cuando entré en el cuerpo desayunábamos rosquillas de pan. Limpiábamos la mesa con la mano para quitar las semillas de sésamo, y al otro lado se sentaba algún Dimos o Meños o Lambros: asesinos, rateros o vulgares carteristas.

Zanasis sonríe.

Había estado merodeando por la casa de la pareja que encontramos asesinada el martes al mediodía. Aunque la puerta de la vivienda llevaba abierta toda la mañana, no había entrado nadie. ¿Quién iba a meterse en una chabola sin pintar, con una ventana sin postigos y la otra cerrada con tablas? Ni los ladrones se dignarían mirarla. Finalmente, en torno al mediodía, una vecina curiosa que se dio cuenta de que la puerta había estado abierta toda la mañana y que no había ninguna señal de vida, entró para echar un vistazo. Tardó una hora en llamarnos porque se desmayó. Cuando llegamos nosotros, dos mujeres seguían tratando de calmarla rociándola con agua, como se hace con los pescados para que mantengan su aspecto fresco.

Había un colchón desnudo sobre el suelo de cemento. La mujer que yacía de espaldas sobre él debía de tener unos veinticinco años. Presentaba un enorme tajo en el cuello, como si alguien le hubiese abierto una segunda boca, un poco más debajo de la normal, para facilitar la salida de la sangre. Su mano derecha permanecía agarrada al colchón. No sé de qué color habría sido su camisón, pero en ese momento era de un rojo vivo. El hombre que estaba tendido boca abajo a su lado, con el tórax fuera del colchón, debía de tener unos cinco años más que ella. Sus ojos parecían fijos en una cucaracha que pasaba ante ellos en aquel instante, sin prisas. Tenía cinco cuchilladas en la espalda, tres horizontales que iban desde la altura del corazón hasta el omóplato derecho y dos más debajo de la cuchillada central, una a continuación de la otra, como si el asesino hubiese querido grabarle en la espalda la «T» de tormento. La chabola era como todas las casas de quienes salen de un infierno para entrar en el siguiente, con una mesa plegable, dos sillas de plástico y un hornillo de gas.

Dos albaneses acuchillados sólo interesan a los de la tele, y eso si la masacre resulta fotogénica y produce náuseas a las nueve de la noche, justo cuando la gente se sienta a cenar. Tiempo atrás había rosquillas de pan y griegos. Ahora hay cruasanes y albaneses».

En otro fragmento continúa sobre las víctimas,

«Empleamos una hora escasa en completar la primera fase: fotografiar los dos cadáveres, tomar huellas dactilares, recoger cuatro o cinco pruebas en bolsas de plástico y precintar la puerta. El forense ni siquiera se tomó la molestia de presentarse. Prefirió recibir los cadáveres en el depósito. No hacía falta una investigación. ¿Qué había que investigar? La casa no tenía ni armario. Los cinco harapos de la mujer colgaban de un gancho en la pared. Los del hombre estaban a su lado, sobre el cemento.»

(…)

Sólo quedaba volver a la jefatura para la segunda fase, el informe, que iría directamente al archivo. Buscar al que los había matado sería una pérdida de tiempo.

(…)

Al volver al despacho, mi primera reacción fue archivar el caso. Terroristas, robos a mano armada, drogas… ¿Quién tiene tiempo para ocuparse de los albaneses? Otra cosa sería si hubiesen matado a uno de los nuestros, a un griego, de esos que ahora comen sándwiches y crepés. Pero, entre ellos, que hagan lo que quieran. Basta con disponer de ambulancias para trasladarlos.

¿Quién dice que aprendemos de nuestros errores? Yo nunca aprendo. Al principio me prometo no mover un dedo y luego empieza a remorderme la conciencia. Yo no sé si porque me ahogo en el despacho y me aburro, o porque aún me queda algo del instinto del policía, algo que se ha salvado de la rutina, lo cierto es que se apoderan de mí las ganas de tomar cartas en el asunto. Envié a las comisarías la descripción del albanés que había hecho la faena. La verdad es que no se precisan extensas investigaciones. Basta con peinar las plazas. Plaza de Omonia, plaza de Vazi, plaza Kotziá, plaza Kumunduru, la plaza del Metro en Kifisiá. Plazas… El mundo se ha convertido en un zoológico al revés. La gente está encerrada en jaulas y los animales se pasean por las plazas y nos miran. Sabía que mis esfuerzos estaban condenados de antemano. No tenía la menor posibilidad de encontrarlo. Sin embargo, a los tres días me lo mandaron desde Lutsa.

(…)

-¡Es él! —gritó en cuanto vio al albanés.

La creí al instante (…). El hombre era tal y como me lo había descrito. No se le había escapado ni un detalle

Markaris también es un agudo observador como lo demuestra en el capítulo 2 en que nos comparte el fenómeno de la estandarización del lenguaje policial, así como la transformación de la prensa. El director de policía, jefe de Jaritos, viene de capacitarse en el FBI y ha adoptado sus formas. Cómo menciona Markaris:

«El director alza la vista y me mira.

—¿Novedades en el caso del albanés? —pregunta.

—Nada, señor director. Aún estamos interrogándolo.

—¿Pruebas incriminatorias?

Preguntas cortantes, respuestas cortantes, justo lo necesario para demostrar que es un jefe superocupado, eficiente, conciso, concreto, que va al grano. Trucos yanquis, ya lo he dicho.

—No, pero tenemos una testigo ocular que lo ha reconocido, como ya le comenté

—Esto no constituye necesariamente una prueba incriminatoria. Lo vio cerca de la casa, pero no entrar ni salir de ella. ¿Huellas dactilares?

—Muchas. La mayoría de la pareja, pero ninguna del sospechoso. No se ha encontrado el arma homicida. —El muy imbécil consigue que yo también hable telegráficamente.

-Bien. Di a la prensa que por el momento no hay declaraciones.

Esto no era necesario que me lo indicara. Si hubiera declaraciones, las haría él mismo. No sólo esto, sino que me pediría que se lo anotara todo en un papel para aprendérselo de memoria y soltarlo luego. No me estoy quejando, en realidad me importa un bledo. Los reporteros se me indigestan. Esto es lo mismo que la rosquilla de pan y el cruasán. Antes había periodistas y diarios, ahora hay reporteros y cámaras».

Finalmente se encuentra Jaritos con el albanés en la sala de interrogatorio. La descripción es de un realismo social impecable.

«Observo al albanés, que ha apoyado las manos en la mesa. Dos manos nudosas, con dedos gruesos y uñas largas y negras, el luto de la desgracia. Su mirada descansa en ellas. Las contempla como si las viera por primera vez. ¿De qué se extraña? ¿De haber matado con ellas? ¿De que sean tan toscas y sucias? ¿De que Dios le haya dado manos?

—¿Vas a decirme por qué los mataste? —le pregunto.

Aparta lentamente la vista de sus manos.

—¿Tener cigarro?

—Dale uno de los tuyos —ordeno al agente.

Me mira sorprendido. Cree que quiero aprovecharme de él. Él fuma Marlboro, mientras que yo sigo con los Karelia. Ofrezco un Marlboro al albanés para ablandarlo. El agente le mete el cigarrillo en la boca y yo se lo enciendo. El tipo da dos largas y ansiosas caladas, retiene el humo en los pulmones, como si quisiera aprisionarlo, y después lo suelta lentamente, en pequeñas bocanadas, para no derrocharlo. Levanta las dos manos a la vez y pilla el cigarrillo entre el índice y el pulgar de la mano derecha.

—Io no matar —dice y, en ese mismo instante, sus dos manos se mueven como rayos y se coloca el pitillo en la boca mientras su pecho se hincha para dejar espacio al humo. Su instinto le advierte que podría quitarle el cigarrillo por no haberme dicho lo que yo quería oír, y se apresura a chupar lo que pueda.

—¡Me estás tomando el pelo, mariconazo, albanés de mierda! —grito, fuera de mí—. ¡Te endiñaré todos los asesinatos de asquerosos albaneses que están pendientes de resolución desde hace tres años y te caerá una condena de por vida, me cago en tu Berisa!

—Io tres años no aquí. Io venir… —se interrumpe porque no sabe decir «el año pasado» y busca otra expresión—: Io venir noventaydós —concluye, satisfecho de haber solucionado el problema idiomático. Ha escondido las manos debajo de la mesa, evidentemente para que yo no vea el pitillo y no se me ocurra quitárselo.

—¿Y cómo lo vas a demostrar, desgraciado? ¿Con tu pasaporte?

Me lanzo de repente, lo agarro y lo levanto. No esperaba mi reacción. Sus manos golpean con fuerza la parte inferior de la mesa y el cigarrillo se le cae al suelo. Echa una mirada furtiva y angustiada al pitillo caído y después la dirige a mí, inquieto. El policía avanza el pie y pisa el cigarrillo, mientras sonríe satisfecho al albanés. Chico listo, las pilla al vuelo.

—Entraste en Grecia clandestinamente, no figuras en ninguna parte, ni visado ni sellos ni nada. Puedo hacerte desaparecer y nadie se preguntará qué ha sido de ti. Ni te he visto ni te conozco, porque no existes, ¿me oyes? ¡No existes!

—Io venir para mujer —dice aterrorizado mientras lo zarandeo.

(…)

—¡Y como no te abría te pusiste furioso, entraste por la noche y los mataste!

—¡No! —grita aterrorizada.

Me siento en la silla frente a él y lo miro a los ojos, sin decir nada. Su angustia crece porque no sabe cómo interpretar mi silencio. Afortunadamente, porque así no se da cuenta de que estoy en blanco. ¿Qué puedo hacer? ¿Dejarlo sin comer? Eso le daría igual, porque de todas formas sólo come una vez cada tres días, y eso con un poco de suerte. ¿Llamar a un par de tíos para que lo sacudan? Ha recibido tantas hostias en la vida que aguantará lo que le echen sin rechistar.

—Escucha —le digo con calma, casi con dulzura—. Voy a poner en papel todo lo que hemos dicho aquí, lo firmas y te quedas tranquilo.

No responde, se limita a observarme con aire indeciso, lleno de dudas. No es que le asuste la idea de la cárcel, sino que ha aprendido a mostrarse desconfiado. No cree que el mal tenga un fin y que después llegue un respiro. Teme que, de quedar demostrada una cosa, luego le caiga otra y otra más, porque ésta ha sido siempre su suerte. El hombre necesita ayuda para convencerse.

—A fin de cuentas, en la cárcel no estarás tan mal —añado en tono amistoso—. Tendrás tu propia cama, tres comidas al día, todo pagado por el Estado. Estarás tranquilo y ellos cuidarán de ti, como ocurría en tu país. Y si eres listo, antes de un par de meses te meterás en alguna de las mafias y, encima, ganarás algún dinero. La cárcel es el único lugar donde no hay paro. Con un poco de vista, saldrás de allí con unos ahorrillos.

Sigue mirándome, mudo. Sin embargo algo relampaguea en su mirada, como si le sedujera la idea. Sé que querrá sopesar la sugerencia y me levanto.

—No es preciso que me des una respuesta ahora mismo —le digo—. Piénsatelo y mañana hablamos.

Mientras me dirijo hacia la puerta, veo que el policía saca el tabaco y le ofrece un cigarrillo. He de pedir que trasladen a este muchacho, lo quiero a mi lado.»

Y no obstante es una novela policial, Markaris extiende su ojo policía de la literatura en detalles sociales para brindar un paisaje más realista que no ha cambiado desde 1995.

«Me ha costado treinta años recorrer el camino que conduce de la rosquilla de pan al cruasán, y ella me viene con que me va la chusma porque no trago a los divos de pacotilla.»

Es lo que le reclama a su mujer cuando llegado a casa tiene que aguantar una serie sobre policial en exceso romantizados.

En otro momento habla de la pareja de su hija, momento que se aprovecha para contar de pasada la historia reciente de la dictadura desde el ojo de un policía narrado por un comunista.

«Claro, también está ese tipo, lo había olvidado. Mejor dicho, intento no acordarme de él. En el fondo no es mal muchacho, estudia para perito agrónomo. Pero me fastidia que esté tan cachas, que vaya por ahí en camiseta de manga corta, tejanos y zapatillas de deporte; todos los que tenemos así en el Cuerpo son unos cretinos. Pero qué sé le va a hacer, también él es de la generación de los cincuenta. No me refiero a los de la época de la posguerra, sino a los de hoy en día. La llamo generación de los cincuenta porque su vocabulario se reduce a cincuenta palabras. Si quitamos «joder», «maricón», «rollo» y «gilipollas», nos quedan cuarenta y seis de renta contributiva, como dicen los de Hacienda. Me acuerdo del período entre el 1971 y los sucesos de la Politécnica*, de la consigna «Pan, educación y libertad» y de nosotros, cuando nos mandaban para detener y dispersar a los manifestantes. Enfrentamientos directos, persecuciones en plena calle, cabezas abiertas, sus insultos y nuestras represalias. Cómo íbamos a sospechar entonces que todo aquel lío sólo serviría para llegar a las cincuenta palabras. Igualmente podríamos haber recogido los bártulos y habernos marchado a casa, porque para eso, no valía la pena».

*Los sucesos de la Escuela Politécnica ocurrieron en noviembre de 1973, cuando se generalizaron una serie de protestas estudiantiles y tomaron cariz de rebelión general contra la dictadura de los coroneles. La intervención de la policía armada y del ejército provocó un baño de sangre.

También ofrece observaciones de la vida marital como realidad social.

«La primera fase de la vida conyugal corresponde a la alegría de la convivencia. La segunda, a los hijos. La tercera y más importante, a los desquites. Cuando llegas a esta etapa ya puedes relajarte, porque sabes que nada va a cambiar. Los hijos pronto emprenderán su camino y tú volverás a casa después del trabajo sabiendo que allí te espera tu mujer, la cena y los desquites».

También con un lenguaje brusco y al grano refiere el mundo interior de la policía, como en esta descripción del policía burócrata en el caso de un subalterno:

«La gente como Zanasis es así. De golpe, cuando menos te lo esperas, se les ocurre una idea genial y consiguen algo que, tratándose de ellos, roza el milagro. Sin embargo, a la que introduces un elemento nuevo, algo imprevisto, la sobrecarga les funde los plomos y se pierden en la oscuridad».

A la audaz y entrometida periodista Karayorgui, el inspector le dedica unos pensamientos nostálgicos de tiempos pasados por insistir en escarbar en el caso de los albaneses.

«Me encantaría pegarle una bronca pero tenemos órdenes de arriba de mostrarnos amables con los periodistas. Tiempo atrás los tratábamos de una forma muy distinta».

En otro fragmento de la novela destaca la capacidad de Markaris de describir el paisaje de los marginados, como cuando Jaritos vuelve a la escena del crimen a catear por segunda vez la chabola de los albaneses en una auténtica metáfora de su investigación,

«Contemplo la ropa y me pregunto qué significa.

—Ayúdame a levantar el colchón —le pido a Sotiris.

Lo agarramos de los dos extremos y lo doblamos. Tres cucarachas salen de debajo y corren asustadas por el cemento. Una de ellas es un poco lenta y me da tiempo a aplastarla con el pie. Las otras dos se escapan. Éste es el resultado de nuestro registro: una cucaracha muerta y dos evadidas

También le da ocasión de referirse a los barrios bajos de Atenas.

«Alguien había condenado a las familias de la calle Akrita a vivir juntas a la vez que en soledad pues la calle no medía más de tres metros de ancho y las casas se alineaban a ambos lados. (…) La mayoría eran casitas de una sola planta, y sólo muy de tanto en tanto se alzaba alguna de dos pisos. De algunos terrados sobresalían antenas de televisión y de otros barras de hierro, unas tiesas y otras dobladas, prueba de que esperaban levantar una segunda planta algún día. Entretanto había caducado la esperanza, y muchas casas eran tan estrechas que no haría falta un metro para medirlas, bastaría la palma de la mano. Las más pobres lucían las puertas más hermosas, hojas de madera pintadas de color azul cielo, rojo o verde. En las otras, en las casas «bien», habían colocado puertas de hierro forjado color teja, cuyos diseños recordaban esqueletos de flores o ramas de un bosque carbonizado

O en el diálogo con el tendero, un retrato de la economía de Grecia,

«—Sólo sé que la mujer no vino más que un par de veces. La primera compró margarina y un paquete de espaguetis, y la segunda, una bolsa de judías.

—Menuda memoria —comento para halagarle y animarle a hablar.

—No es buena memoria, es falta de trabajo. Aquí la gente compra tan poco que uno recuerda las ocasiones como si se tratara de fiestas nacionales.

—No obstante, si hubiesen vivido aquí habrían comprado más a menudo.

—Perdone que se lo diga, pero no sabe de qué está hablando. Ellos pasan diez días con un guiso de judías.

—¿Ha visto a algún extraño frecuentar la casa?

—¿Qué extraño?

—Cualquiera que no fuera del barrio.

Comprendo por su mirada que está empezando a agobiarse.

—Escuche, teniente —dice—. Comprendo que quiera hacer su trabajo, pero ¿a qué viene tanto jaleo por un par de albaneses? Ya tienen al que los mató, ¿por qué quiere revolver más el asunto? A fin de cuentas, con dos albaneses muertos y otro en la cárcel, este país será un lugar mejor.»

Para los que no lo sepan el barrio Rendís es en Atenas lo que Puente Alto en Santiago de Chile, Cerro norte en Montevideo y Atocongo en Lima, es decir un lugar que aparece en las notas de tinta roja de los periódicos.

—¿Le apetece un dulce de naranja amarga?

Otro encanto de Markaris es el Retrato social que hace con cualquier personaje circunstancial, como la anciana informante en la novela. Ella le cuenta sobre su vida al inspector cuando este solo busca información sobre el crimen. Es así que sabemos que la anciana tiene una hija que vive en otra ciudad y que la manda aceite de oliva y algo de dinero para no tener que vivir juntos. En fin, lo que le cuenta son quejas, Pero más que quejas.

«Cuando se es joven, es la suegra la que no quiere. Cuando se es mayor, es el yerno. La mejor edad es entre los cuarenta y los cincuenta. Entonces todos te quieren y a ti no te importa nadie, pero…»

En otro momento la anciana le cuenta.

«—¿Puede decirme algo de los albaneses? —me apresuro a interrumpirla antes de que llegue a sus primos terceros.

—¿Qué quiere que le diga? Gente tranquila, más pobre que las ratas. Aunque, tal como va el mundo, llamamos tranquilos a los que tienen miedo.

—¿Y ellos? ¿Eran tranquilos o tenían miedo?

Me mira y sonríe. El movimiento de sus labios concentra todas las arrugas en las mejillas, como si fueran agujas de pino.

—¿Qué diría que soy yo? —pregunta—. ¿Tranquila o miedosa?

—Tranquila.

—Se lo parece a usted, pero no es así. —Se sienta en la silla y me mira a los ojos—. ¿Ve el teléfono? —Señala el aparato, pegado a la tele—. Me lo pusieron el año pasado. Hasta hace un año, estaba sola y sin teléfono. Si me hubiese muerto, los vecinos se habrían enterado por el olor. Debería cantarle las cuarenta a mi hija, que vive a cuerpo de rey y a mí me deja sola en este agujero. Paso por lo de no vivir en su casa, si no puede alojarme, pero es que cuando vino mi nieta para estudiar en Atenas, le alquilaron un pisito en Pangrati. ¿Tan difícil hubiese sido alquilar uno más grande para que yo hubiese ido con ella? Debería hablarle de todo esto pero me lo guardo para mí y callo. ¿Y sabe por qué? Porque tengo miedo de que se enfade y deje de mandarme el aceite, las olivas y las ochenta mil que me envía… según ella cada mes, pero digamos cada dos, para ser más exactos. Usted me ve tranquila porque tengo miedo. Pero por dentro hierve la cólera.

—Quiere decir que a ellos también se los veía tranquilos pero que tal vez era por miedo.

—No lo sé. Yo los veía ir y venir y me extrañaba.

—¿Por qué se extrañaba?

—Porque se iban como fugitivos y volvían como ladrones, siempre en plena noche. Al despertar por la mañana, estaban aquí. Una noche, después de apagar la tele, me senté junto a la ventana. Yo, hijo mío, me siento a ver la tele a las tres de la tarde y me lo trago todo. Sólo me aburro y la apago cuando empiezan con la política y los amores. La política, porque no entiendo ni papa; los amores, porque son mentira y me indigno. Los veo pegarse, sufrir y discutir y, cuando me canso de quejarme, apago. Yo viví cuarenta años con mi marido, nos peleábamos por la comida, por el dinero, por la hija, pero jamás reñíamos por el amor. ¿Cree usted que mi hija se casó por amor con el de Kalamata? Ella quería asegurarse el futuro y él quería llevársela a la cama. Claro, que mi hija no le dejaba tocarle ni un pelo. Al final, él se cansó y, para acostarse con ella, decidió casarse.

—¿Y esto qué tiene que ver con los albaneses?

—No se precipite —dice—, todo tiene que ver con todo. Porque, de no haber sido por la película de amor de aquella noche, yo no habría estado en la ventana y no los habría visto llegar en la limusina

—¿En limusina?—pregunto, y me acuerdo del comentario del tendero acerca de una furgoneta.

—Yo la llamo limusina porque no entiendo de esas cosas. De todas formas, era un coche enorme, cerrado, de esos en los que caben diez personas. Salen la chica y él, y entran en casa corriendo, y el coche se va enseguida. Al poco rato, la casa queda iluminada con la luz de gas, porque ellos no tienen electricidad. La cosa no duró más de tres minutos. Ni maletas ni nada. Sólo la chica, que llevaba un bulto en brazos. —Me mira, y la sonrisa vuelve a cubrir sus mejillas de pinaza.

(…)

Salgo de la casa de la vieja maldiciendo por dentro a los más jóvenes, que tratan de cubrir el expediente con cinco preguntas hechas deprisa y corriendo, para acabar pronto. Si cuando se llevó a cabo la primera investigación alguien hubiese tenido la paciencia de sentarse con la vieja y escuchar sus penas, todo esto lo habríamos sabido ya antes de trasladar los cadáveres al depósito. Por lo visto, nosotros también podemos aplicarnos lo que los homosexuales dicen de los suyos. No es lo mismo ser gay que maricón. No es lo mismo ser policía que polizonte.»

Por cierto la parte de la vieja abre con la pregunta que abre este apartado, —¿Le apetece un dulce de naranja amarga? —, la cual no es otra cosa que una fórmula poética propia de los mitos. Quienes saben de alta literatura comprenderán a lo que me refiero. Y solo por este uso de esta fórmula hace de Petros Markaris un genio de la literatura. Y por supuesto la potencia de Markaris yace en sus diálogos y el papel que ofrece a las mujeres en la novela, sin forzar ningún inútil feminismo, más bien le confiere profundidad su larga experiencia de dramaturgo.

Todo lo que empieza como noticia nocturna acaba en literatura.

Y colorín colorado este crimen recién ha comenzado.

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Cultura

Arte, cultura y gastronomía peruana presente en Festival de la Inmigración en Luxemburgo

Diversos artistas representarán al Perú en la edición 42 del Festival de la Inmigración, Culturas y Ciudadanía, a realizarse el 15 y 16 de marzo en el Gran Ducado de Luxemburgo.

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Con la participación de escritores, un artista plástico y músicos representativos del Perú, se realizará la edición 42 del Festival de la Inmigración, Culturas y Ciudadanía, los días 15 y 16 de marzo, en LuxExpo The Box Luxemburgo.

El Festival de la Inmigración, Culturas y Ciudadanía acoge más de 400 stands de información, gastronomía, manifestación artística y el Salón del Libro, ofrecidos por asociaciones, instituciones y otros actores de la vida política, social y cultural del Gran Ducado de Luxemburgo. En los dos escenarios del Festival se desarrollarán numerosos espectáculos que reflejarán las culturas presentes en Luxemburgo como conciertos en vivo y bailes representativos de diversos países del mundo.

El Festival también contará con el Salón del Libro y de la Cultura con stands de literatura portuguesa, hispánica, africana, alemana, francesa, polaca, italiana, luxemburguesa y permitirá conocer a escritores y poetas a nivel mundial.

En ese sentido, Perú estará representado bajo un muestrario diverso de artistas entre los que destacan la literata pichanaquina Alessandra Pacheco Gabriel y los escritores Juan José Sandoval y David Flores Heredia.



Mientras que el artista plástico afroperuano José Luis Palomino, expondrá su más reciente colección de arte pop, la cual ha sido reconocida por el Gobierno Peruano, siendo Palomino personaje meritorio de la cultura afroperuana y su obra es bastante cotizada en los Países Bajos.

En el escenario principal, la agrupación musical ‘Palomino & Los Viejitos de Barrón’ presentarán el show ‘Afropunk’, que rinde homenaje al decimista afroperuano Nicomedes Santa Cruz, al conmemorarse el centenario de su natalicio.

“Este festival es la oportunidad de dar a conocer nuestra cultura e interactuar con artistas de todas partes del mundo. Es importante que nuestros artistas descubran nuevos espacios y se integren a una cultura global. El Perú participará en diferentes ambientes, en la manifestación artística y en la zona gastronómica. Invitamos a toda la comunidad de peruanos y de europeos a visitarnos este 15 y 16 de marzo en Luxemburgo”, comentó Leli Salas, directora de la asociación Sylva Vitae, promotora de la participación peruana en el festival.

Cabe señalar también que los escritores peruanos Alessandra Pacheco, Juan José Sandoval y David Flores Heredia tendrán oportunidad de participar en un encuentro con estudiantes de lengua española en diferentes ámbitos como colegios y centros culturales en los días previos al festival en Luxemburgo, como también la participación en L’association Action Solidarité Tiers Monde – ASTM.

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Cultura

Experiencias de viaje en la literatura peruana

La nueva muestra en la Casa de la Literatura Peruana intenta conectar con el público.

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La Casa de la Literatura Peruana inaugura una nueva exposición titulada “Hicimos un alto en la cima. Experiencias de viaje en la literatura peruana”, una muestra que presenta el viaje como medio de descubrimiento y transformación a través de relatos orales, testimonios de viajeros y cuentos. La exhibición se puede visitar de martes a domingo de 11:00 a.m. a 6:00 p.m. en la Sala de Exposición 2 de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima). El ingreso es libre.

La exposición intenta reflexionar sobre los viajes y su vínculo con la literatura. Explora las diversas motivaciones para desplazarse (deseo de aventura o necesidad) y plantea una mirada simbólica para reconocer aquellos “otros viajes” que se narran en la sociedad, como el tránsito hacia la muerte o el viaje interior de autoconocimiento de los personajes.

La muestra permitirá a escolares, familias y visitantes explorar cómo los viajes han sido representados en la literatura peruana. Además, podrán encontrar una selección de textos literarios, así como otros formatos tales como videos documentales, audios y ficción digital.

La exposición toma el título de un fragmento de Peregrinaciones de una paria, de la escritora Flora Tristán, y se divide en cuatro secciones que corresponden al camino que recorren los viajeros al iniciar su andanza: la partida, el encuentro con el territorio y los aprendizajes de ruta.

La primera sección “Vacilo entre quedarme o partir… ¡Partiré!” presentahistorias como El bagrecico y Rutsí, el pequeño alucinado, cuyos protagonistas nos narran su ánimo de aventura y descubrimiento; la segunda sección El magnífico panorama que me había llenado el alma, sebasa en la ilustración “Geografía de las plantas” de A. Humboldt.

La tercera sección En una región tan remota, recoge los testimonios de Antonio Raimondi y Roger Casement mostrando las dinámicas culturales y sociales que se desarrollan en distintas zonas del Perú. Finalmente, la última sección “El nuevo día” propone ver al viaje en sus distintas dimensiones. Por un lado, se muestra el viaje del héroe, en el que los protagonistas reflexionan sobre aquello que han aprendido en su aventura. Luego, se plantea una mirada mítica en la que los viajes pueden mostrar el tránsito hacia la muerte, así como dar origen a elementos naturales.

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Cultura

Carnavales de la maldad de José Mariño

La nueva publicación retrata los hechos cometidos por los grupos terroristas Sendero Luminoso y el MRTA.

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Se publicó el Tomo II de La Cronología Sangrienta y Oculta: Carnavales de la Maldad. Libro que registra hechos reales, no interpretación, cometidos por las bandas terroristas Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru contra nuestro país, en los años 80 y 90.

El riguroso trabajo de investigación del periodista José Mariño, recibe la colaboración de Gustavo Rojas que aporta un archivo invaluable que da soporte noticioso y gráfico a la obra.

Esta segunda entrega editorial cuenta con el prólogo del coronel EP [r] Juan Carlos Liendo, exjefe del Servicio de Inteligencia del Ejército Peruano y el epílogo de César Campos, comunicador de reconocida trayectoria profesional.

La contratapa del libro es contribución del distinguido historiador, jurista y catedrático Fernán Altuve-Febres.

La Cronología Sangrienta y Oculta, Tomo II, Carnavales de la Maldad es un esfuerzo privado, independiente y patriota que apuesta por la recuperación de nuestra memoria histórica reciente y un tributo a quienes lucharon contra el terrorismo comunista genocida en defensa de nuestra libertad.

Un libro de consulta, además, para las nuevas generaciones frente a versiones ideologizadas que buscan torcer la verdad sobre el accionar macabro de los delincuentes terroristas contra nuestra patria.

Carnavales de la Maldad, Tomo II de la Cronología Sangrienta y Oculta, ya se encuentra a la venta y puede ser adquirido llamando al número telefónico 982-057-283 con servicio de reparto a domicilio a nivel nacional.

Disponible, también, en versión virtual.

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Cultura

Mincul denuncia penalmente a librería ‘Fabla Salvaje’ por presunto uso indebido del logo de la institución estatal [VIDEO]

Librería arequipeña indicó que “era previsible” el uso del logo del Mincul tras haber recibido un estímulo económico de parte de la cartera dirigida por el ministro Fabricio Valencia.

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Hojas proscritas. El pasado 27 de febrero se realizó la presentación del libro ‘Violencia de Estado en el Perú’, de la escritora francesa Anouk Guiñé, dentro de la librería Fabla Salvaje, mencionándose en algunos afiches compartidos en las redes sociales que el Ministerio de Cultura (Mincul) había otorgado un estímulo económico al “proyecto ganador”.

Sin embargo, gran confusión causó entre los lectores dicha mención, suponiendo algunos que el “proyecto ganador” se refería al libro en cuestión, cuando en realidad fue para la librería Fabla Salvaje. Como si se tratara de una bola de nieve, esa mal información se fue extendiendo por las redes, ocasionando el rechazo de distintos grupos que condenaban que el Mincul apoye un libro supuestamente “filoterrorsita”, tal como lo calificara recientemente el ministro Fabricio Valencia.

Imagen que se difundía por las redes sociales hasta el 26 de febrero.

En efecto, según la Resolución Directoral n.° 000722-2024-DGIA/VMPCIC/MC se reconoce a la librería como una de las beneficiarias y no al libro de autoría de Anouk Guiñé.

De acuerdo al “Acta de Compromiso” firmada entre la librería y el Mincul se establece en su cláusula sexta que los beneficiarios deben otorgar crédito al ministerio que maneja Fabricio Valencia en sus materiales de difusión (entiéndase afiches publicitarios) y someter las propuestas gráficas para su aprobación. En otras palabras, “otorgar crédito” es mencionar a la empresa o institución que te viene ayudando, es decir, el Ministerio de Cultura.

Ministerio de Cultura no reconoce permisos

Por su parte, el Mincul, a través de un comunicado de fecha 27 de febrero, menciona en su segundo punto que la condición de beneficiario “no incluye la autorización para el uso del logo”, ocasionando así que se llegue a una denuncia penal contra la librería por presunta falsedad genérica.

Es más, recientemente el propio titular del Mincul, Fabricio Valencia, salió a manifestar ayer en la Comisión de Cultura del Congreso de la República que efectivamente se interpuso una denuncia penal contra la librería arequipeña, conminándoles que no se encontraban autorizados de utilizar el logo de su cartera, haciendo énfasis, además, que desde el Ejecutivo no se apoyará ninguna película o libro para apoyar a un “filoterrorista”.

De esta manera se ha generado un debate dentro del círculo de libreros si efectivamente desde el Mincul se viene realizando una censura abierta contra el libro, que a propósito aborda un tema sumamente delicado referido a la época del terrorismo en el Perú, o si en realidad se trata de los permisos otorgados por el ministerio, en estricto el logo.

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Cultura

Carlos Vela Alonso: El barista con aroma de café

Un artículo de Jorge Linares

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Por Jorge Linares

Es tornero de profesión, su vida estaba ligada a operar máquinas especializadas que dan forma a piezas mecánicas, labor heredada por su familia hasta que doña Aida López García, quien luego sería su suegra, empieza a despertar en él la pasión por el café con pequeños sorbos en cada sobremesa.

Carlos Vela recuerda que él desde niño estaba acostumbrado a tomar chapo, tapioca, upe, masato y luego empieza a reemplazar estas bebidas amazónicas por el hábito al café, y en ese proceso el aroma de este grano le recrea la memoria de su niñez cuando acompañaba a su padre al restaurante Don Giovanni que era uno de los más concurridos de la ciudad de Iquitos en la década de 1970 y observaba con inocencia y curiosidad todo el procedimiento de la máquina cafetera que había en el lugar.

Luego, en su juventud comienza a visitar en Lima las diferentes cafeterías y es alborozado por los gustos y la fragancia del café en sus diferentes presentaciones. La motivación de doña Aida López y de su esposa Pilar Celis, hace que tome una de las mejores decisiones en su vida, dejar los pistones por los molinos de café. Su esposa logra tener una concesión en el cafetín del Hospital Militar y ahí empieza la aventura con las primeros preparados en una cafetera casera. El destino le va aperturando el camino en el mundo de la cafeticultura, logra vender todas sus máquinas y equipos de tornería y empieza adquiriendo su primera máquina Nuova Simonelli, y así nace Pilis Café el año 2013.



Muchos de los amigos cercanos a Carlos Vela no le presagian buen desenlace en su nuevo emprendimiento, argumentando que el clima tropical iquiteño no va con el consumo del café y eso lo asume como una motivación y un reto personal. Decide estudiar para barista en el instituto Le Cordon Bleu y llega a certificarse exitosamente. En la actualidad, Pilis Café va a cumplir doce años, empezó vendiendo tres tazas por día, ahora vende más de cien tazas diarias en sus más de veinte presentaciones, siendo el “Kajué” (crema de aguaje con espresso) uno de los más solicitados por el turista receptivo y el público local o nacional prefiere el americano y capuccino.

Pilis Café situado en calle 2 de Mayo N° 657, se ha convertido en un templo del buen café en la ciudad de Iquitos, un lugar que no puedes dejar de visitar, cada grano sabe a goce, su sabor y aroma se convierten en diferentes notas filarmónicas con largas y amenas conversaciones con los propietarios que son muy atentos y afectuosos con cada preparación, desde el agua hasta la galleta que lo acompaña; toda una grata experiencia para conocer y recomendar.

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Cultura

Las mujeres artistas en el Perú, herramientas para su fortalecimiento

A propósito del Día de la Mujer, ese tipo de iniciativas dirigidos precisamente para todas las mujeres que se dedican a las artes significa un gran aporte para su difusión y revisión sin ningún tinte político ni intereses de por medio, y algo mucho más importante es su reivindicación, algo que lamentablemente a través de los años la figura femenina fue relegada a un segundo plano.

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La plataforma Artistas Peruanas presentó en diciembre pasado la publicación “Herramientas para el fortalecimiento de las artistas mujeres y diversidades del Perú”, donde se busca ser un recurso práctico, reflexivo y lúdico, diseñado para fortalecer las capacidades de las artistas peruanas, así como contribuir con las redes de apoyo y la visibilización de las artistas en nuestro país.

Para ello se organizó un encuentro de colectivos, archivos, plataformas y asociaciones que trabajan para la visibilización del arte hecho por las mujeres peruanas.

Dicha publicación busca elaborar un mapeo del estado actual de las artistas peruanas en diferentes regiones del Perú, así como un manual con herramientas para el fortalecimiento de capacidades individuales y colectivas; además, cuenta con testimonios de artistas de diferentes generaciones y disciplinas sobre la necesidad de la colaboración entre mujeres artistas.

“Este manual busca ser un recurso práctico, reflexivo y lúdico, diseñado para fortalecer las capacidades de las artistas peruanas, así como contribuir con las redes de apoyo y la visibilización de las artistas y sus diversidades en el Perú. Su enfoque busca ser inclusivo, donde se vinculan la historia, el análisis crítico y la realidad socioeconómica y cultural del país”, se lee en la reseña del documento.

Este mapeo ha sido realizado durante de la gestión de exposiciones y talleres en diferentes partes del Perú, por parte de la plataforma Artistas Peruanas desde el año 2020. Asimismo, la publicación es el producto de la “Red de Artistas Peruanas y sus diversidades en el Perú”, que fue ganadora de Estímulos Económicos 2023 del Ministerio de Cultura del Perú.

A propósito del Día de la Mujer, ese tipo de iniciativas dirigidos precisamente para todas las mujeres que se dedican a las artes significa un gran aporte para su difusión y revisión sin ningún tinte político ni intereses de por medio, y algo mucho más importante es su reivindicación, algo que lamentablemente a través de los años la figura femenina fue relegada a un segundo plano.

Además de todo ese aporte histórico, el manual elaborado por la plataforma Artistas Peruanas busca dotar de una herramienta sumamente útil para el crecimiento de todas las artistas que se encuentran en distintas regiones del país.

“La primera parte aborda el contexto actual de las artistas en diferentes partes del Perú, así como formas de visibilizar su quehacer artístico. También, se enfoca en cómo desarrollar capacidades individuales y colectivas. Mientras que en la segunda parte, se investigan cuáles son los principales desafíos para la inserción de las artistas en el circuito de arte peruano y se incluyen los manuales de portafolio de artista y portafolio de proyecto. El tercer capítulo aborda la necesidad del trabajo colectivo, nos muestra plataformas, archivos y colectivos donde se visibiliza el arte hecho por artistas y sus diversidades en el Perú. Finalmente, el último capítulo señala cuáles serían las buenas prácticas entre artistas peruanas y sus diversidades”, se lee en la introducción.

No se puede soslayar que existe una desigualdad en el ámbito artístico para las mujeres, y esa iniciativa representa un gran avance para romper con esas barreras invisibles (pero tan notorias) que mantienen relegadas aún a las mujeres.

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Cultura

Cuestionada Viceministra de Cultura Moira Novoa presentó información falsa en su Declaración Jurada

La nueva viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales designada por el ministro Fabricio Valencia Gibaja, habría cometido ilícitos administrativos y penales en su Declaración Jurada de Intereses. Además, negó que la casa donde vive, valorizada en casi 2 millones de soles ubicada en una zona exclusiva del distrito de Santiago de Surco sea de su propiedad.

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Moira Rosa Novoa Silva, hija de Zaniel Israel Novoa Goicochea, docente de la Universidad Católica (PUCP), encontró un gran negocio en el sector privado con su empresa Andispana Consultores SAC. La arqueóloga años después dio el salto al sector público escalando puestos estratégicos en el Ministerio de Cultura. En el pasado fue vicedecana del Colegio Profesional de Arqueólogos del Perú, cargo que curiosamente evitó mencionar en su Declaración Jurada de Intereses.

Asimismo, a través de su empresa privada Andispana Consultores S.A.C, fue proveedora del Estado, al que hoy pertenece. Entre los trabajos que su empresa realizó figura la elaboración de Estudios de Impacto Ambiental (EIA) en el sector turismo, específicamente para el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).

La llegada de Moira Novoa al cargo de Viceministra no es casualidad, nos dicen nuestras fuentes en el Ministerio de Cultura. “Aquí todo esta planificado. Moira es parte de la cúpula caviar que maneja el MINCUL a su antojo.  Ella está reemplazando a su recomendado Jamer Chávez Anticona, el exviceministro que renunció. Recordemos que ella fue Vicedecana del Consejo Directivo Nacional del Colegio Profesional de Arqueólogos del Perú COARPE en la gestión Jamer Chávez Anticona. Una de las cosas que buscaría este grupito, es que ahora Jamer Chávez gane un CAS armado especialmente para él en la Dirección de Museos. De esa manera, asegura su permanencia en el Ministerio de Cultura así lo saquen al ministro Fabricio Valencia Gibaja”, señala un alto funcionario del MINCUL.

Su viaje a Iquitos

Los primeros días de febrero pasado, la actual viceministra Moira Novoa viajó a Iquitos como directora de Programa Sectorial IV de la Dirección General de Patrimonio Arqueológico Inmueble (DGPAI) para participar de las celebraciones por el Día de la Amazonía Peruana. Lo sorprendente es que esta funcionaria del Ministerio de Cultura fue recomendada por un asesor del Congreso de la República para participar del evento. Su participación en la actividad realizada en el local de los Masones de Iquitos solo duró dos minutos en los cuales mencionó: “Les traigo el saludo del ministro Fabricio Valencia” y continúo sin decir nada relevante.

Tras sus palabras la actual viceministra desapareció del local. Al parecer el viaje de trabajo se convirtió en viaje de placer, ya que nunca más se la vio en las actividades del Día de la Amazonía Peruana. Ese comportamiento generó gran molestia en la organización. Lo que puede parecer un hecho anecdótico, nos revela el real comportamiento de una funcionaria pública que hoy se convirtió en viceministra con el aval del ministro Fabricio Valencia Gibaja.

¿Cuáles son los ilícitos administrativos y penales que habría cometido la viceministra de Cultura?

Al revisar su Declaración Jurada de Intereses (DJI) que, por ley deben presentar los servidores públicos, pudimos constatar, que la información entregada al Ministerio de Cultura por la Señora Moira Rosa Novoa Silva, en su calidad de directora general de patrimonio arqueológico inmueble, fue deliberadamente adulterada, con pleno conocimiento de que vulneraba la ley N° 31227.

Su renuncia se produce al poco tiempo de haber asumido el cargo de confianza como directora general de la DGPAI, con la gestión actual. Es decir, a los cinco meses y medio, muy poco usual para un director general. Los vínculos familiares, profesionales, gremiales y comerciales de esta profesional en arqueología, habrían sido alterados con oscuros fines, pese a que esta funcionaría firmó su declaración jurada de intereses para reconocer que: “habiendo tomado conocimiento de la normativa aplicable respecto al presente formulario, declaro bajo juramento que toda la información contenida en la presente declaración contiene todos los datos relevantes, es veraz y exacta”.

En los siguientes ítems, analizamos las respuestas consignadas por la señora Moira Novoa Silva en su Declaración Jurada de Intereses, al inicio de sus labores como directora general de patrimonio arqueológico inmueble del Ministerio de Cultura.   

Información de empresas, sociedades u otras entidades, en las que usted y/o su cónyuge o conviviente posea alguna clase de participación patrimonial o similar, constituidas en el país o en el exterior.

Su respuesta fue NO. Pero la realidad que consta en documentos es que Moira Rosa Novoa Silva, fue la fundadora, dueña y gerente general de la Empresa Consultora ANDISPANA CONSULTORES Sociedad Anónima Cerrada, como consta en diferentes documentos.

Además, la empresa ANDISPANA CONSULTORES SAC, se encuentra empadronada en el Registro Nacional de Proveedores (RNP) como Proveedor de Bienes con Código B0531752 con vigencia indeterminada y como Proveedor de Servicios con Código S1033734 con vigencia indeterminada.

La Consulta RUC, realizada en la página de la SUNAT verifica que la empresa fundada por Moira Novoa con RUC N° 20601421225, se encuentra activa y habida.  

Participación del declarante y/o su cónyuge o conviviente en directorios, consejos de administración y vigilancia, consejos consultivos, consejos directivos o cualquier cuerpo colegiado semejante, sea remunerado o no, en el país o en el exterior.

Su respuesta fue NO.  Pero Moira Novoa Silva participó en el Consejo Directivo del Colegio Profesional de Arqueólogos del Perú COARPE, hecho que debió ser informado en su DJI para evitar conflictos de interés. Sin embargo, su declaración jurada de intereses, señala todo lo contrario, lo cual se convierte en una más de las falacias de la actual viceministra del Ministerio de Cultura.

Participación en organizaciones privadas, tales como organizaciones políticas, asociaciones, cooperativas, gremios y organismos no gubernamentales.

Su respuesta fue NO. Pero la viceministra Moira Rosa Novoa Silva se olvida que es agremiada del Colegio Profesional de Arqueólogos del Perú COARPE. Sin embargo, su declaración jurada de intereses, señala todo lo contrario.

Parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad por razón de matrimonio, unión de hecho o convivencia, indicando su número de documento de identidad, sus actividades, ocupaciones y centros o lugares de trabajo actuales. La información respecto de los hijos/as, nietos/as y hermanos/as menores de edad es protegida y excluida para efectos de la publicación. Las disposiciones reglamentarias de la presente ley pueden establecer información adicional.

Su respuesta fue SÍ. Se trata de María Elena Valle Silva , prima de la viceministra, se encuentra en el cuarto grado de parentesco consanguíneo y quien labora en dicha institución por más de una década. Desde el Ministerio de Cultura nos informan que la prima de la viceministra llegó al Mincul gracias a un salto con garrocha. Y su permanencia en todos estos años se debe a la cúpula caviar que controla la sede central del Ministerio de Cultura.

En aras de la transparencia, el Órgano de Control Interno (OCI) debería investigar si su Currículum Vitae de la señora María Elena Valle Silva cumplía con los requisitos y aptitudes para ocupar tan importante cargo en una dirección que gestiona como su nombre lo indica sitios del patrimonio mundial, lo cual requiere de conocimiento y experiencia previa aún más si tomamos en cuenta el sueldo que percibe una Secretaría de este nivel.        

     Entrevista a la actual viceministra Moira Novoa en el 2016 hablando de su empresa Andispana Consultores.

Presentación de la Declaración Jurada de Ingresos, Bienes y Rentas (DJIBR), de la Lic. Moira Rosa Novoa Silva como Directora General de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de Cultura.

Moira Rosa Novoa Silva, como Directora General de Patrimonio Arqueológico Inmueble no sólo ignoró información en su Declaración Jurada de Intereses, sino que habría cometido los mismos ilícitos con la Declaración Jurada de Ingresos y Bienes y Rentas, como veremos a continuación.

La Declaración Jurada de Ingresos y Bienes y Rentas, es el documento que están obligados a presentar los funcionarios y servidores públicos señalados en el artículo 2° de la Ley N° 27482, independientemente del régimen bajo el cual laboren, contraten o se relacionen con el Estado, para informar sobre los ingresos, bienes, obligaciones y acreencias que poseen o perciben durante el ejercicio de su cargo. De esta forma, contribuyen a impulsar la transparencia en la gestión pública y a mejorar la confianza de los ciudadanos en el Estado.

Como se puede observar, Moira Rosa Novoa Silva, declaró como patrimonio, percibir ingresos en el sector público como Directora General de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de Cultura, por un monto de S/. 15,600.00 soles; asimismo, como bienes declara poseer un monto de S/. 52,000.00 soles y en el rubro otros, declara poseer S/. 1,390.50 soles. En base a nuestras indagaciones pudimos corroborar lo siguiente: 

Que el DNI de Moira Rosa Novoa Silva, señala como domicilio la Calle Melchormalo N° 151, urbanización Las Gardenias, distrito de Santiago de Surco. Dicho inmueble ubicado en una exclusiva zona residencial del distrito de Santiago de Surco, en la ciudad de Lima, donde el valor promedio aproximado bordea los 2 millones de soles. Un claro signo exterior de riqueza.

La viceministra niega ser dueña de la millonaria propiedad. Tampoco declaró la camioneta con la que se transporta. ¿Acaso todo es prestadito?

Casa donde vive hace cuatro años Moira Novoa.

Nos comunicamos en su momento con Moira Novoa Silva para recoger sus descargos sobre los cuestionamientos en su contra y esto nos respondió:

Usted es fundadora de la empresa ANDISPANA CONSULTORES S.A.C ¿por qué negó su empresa en la Declaración Jurada entregada al MINCUL?

Moira Novoa: Sí, fui una de las fundadoras de Andispana Consultores SAC. Cuando asumí el cargo de Directora de la DGPA no tenía ningún vínculo laboral ni legal con Andispana Consultores SAC.

¿Usted es prima de la señora María Elena Valle Silva?

Moira Novoa: Sí.

Cuando usted trabajaba en el Ministerio de Cultura ganaba un sueldo 15,600 soles. Actualmente vive en una casa ubicada en Surco, esta vivienda está valorizada en casi 2 millones de soles. ¿Usted es dueña de la casa?

Moira Novoa: Vivo en Surco desde hace tres años (en realidad ya se cumplieron cuatro años). No soy propietaria de la casa.

No cabe duda, que la empresa fundada por la actual Viceministra Moira Novoa Silva, desde hace años busca posicionarse en el mercado, las consultorías en arqueología y gestión ambiental dejan cifras millonarias y desde el propio Ministerio de Cultura nos advierten que Andispana Consultores buscaría arrasar con los proyectos arqueológicos. La pregunta es ¿esto lo hará con la ayuda del ministro Fabricio Valencia y la viceministra?

Estaremos atentos, ya que esto es el inicio de una secuencia de informes sobre los oscuros manejos en el Ministerio de Cultura.

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