Opinión
La ciudad de los culpables, de Rafael Inocente
Un artículo de Rodolfo Ybarra.

Nunca mejor puesto en el título de una novela que se va para una pronta tercera re-edición y que se difundió rápidamente vía radio bemba, como decía el gordo Oswaldo Reynoso, incluso antes de ser publicada y que circulaba vía fotocopia en San Marcos y otras universidades, debido a la crudeza de sus historias y a la calidad de la prosa del autor: La Ciudad de los Culpables, de Rafael Inocente.
Hoy que el Perú entero se declara en insurgencia ante la violenta implantación de una dictadura militar con monigote civil, hoy que los pueblos del Perú verdadero e hiriente sienten en lo más profundo de su alma el desprecio por esa ciudad enferma repleta de hez y rateros, una ciudad sin ciudadanos porque todos odian la ciudad en la que malviven, una ciudad de reguetoneros tuberculosos, arribistas endeudados disfrazados de “emprendedores”, una ciudad invadida por millones de caribes antropófagos, todos opuestos y/o indiferentes a las luchas que se libran al interior del país para rescatarlo de la infamia, hoy esta novela resulta imprescindible para comprender el por qué del pasotismo, la pasividad y la estolidez de una ciudad fundada por bandidos españoles sobre ruinas prehispánicas, una ciudad que castra a sus habitantes desandinizándolos mediante el baile, la música y el racismo hipócrita y su cultura aspiracional. Una ciudad que mira al mar con el peligro de ahogarse en su propio vómito y miseria humana.
Si queremos entender por qué Lima hoy no se levanta debemos leer esta gran novela, en palabras del inmenso escritor piurano universal Miguel Gutiérrez. En sus páginas no nos encontraremos con la Lima actual de los emprendedores atrabiliarios y los exitosos de cuarto de hora. No. Nos encontraremos con la Lima de antes del boom de la gastronomía y los polos Marca Perú, la Lima antes del Metropolitano y las escaleras amarillas. Es la Lima de un Tren Eléctrico con piezas de segunda mano que nunca se estrenó, del boom de las bombas, de los despidos masivos y las huelgas indefinidas. Una Lima cercada por lo que alguna vez ciertos radicales llamaron “cinturones de hierro de miseria”. Una Lima que aún no se terminaba de aturdir por una plandemia y sus 200 mil muertos, que sirvió para calatear la verdadera esencia de este sistema neoliberalfascista cuyo canto de sirena fue, ya somos del primer mundo, cholos, no sean resentidos, vivan la vida, sean felices, todo está en su mente, la paz de los cementerios como realidad superlativa.
La ciudad de los culpables es un relato que se lee de un par de patadas porque carece de pretensiones ridículas y porque sus personajes principales (Orlando, Sebastián, Julia, Lucía, Sofía) no son héroes ni mártires. Los protagonistas de esta novela son seres comunes y corrientes hermanados por la miseria material en unos casos; y, en otros, víctimas de la miseria moral de un sistema depravado. De la rabia a la pasión transitan las historias que nos trasmite Inocente y que reflejan un capítulo de nuestra historia que los energúmenos dominantes quisieron prohibir a toda costa a la manera de los extirpadores de idolatrías, pero que ahora les revienta en la cara como una bolsa de excremento.
Y en estos días de lucha y levantamientos se siente como si esos personajes entrañables, llenos de rabia, pasión e ideas políticas, hubiesen saltado desde la ficción a las calles, pueblos y plazas de nuestra patria y estuviesen allí lanzando su escupitajo de desprecio y su piedra esperanzada contra una dictadura cívico-militar y fascismo lorcho que nos habla en quechua: Ama llakikuychu, Dina Boluarte dixit, reencarnación contranatura del oprobioso fujimontesinismo con sus marchas por la paz inventadas, con su servicio de inteligencia ahora sin salita, desde la cual se digitan los ametrallamientos, las detenciones y los psicosociales; y su prensa chatarra siempre mintiendo más de la cuenta y queriendo tapar el sol con un dedo y ya no con una mano.

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Dejamos aquí, por razones de actualidad, parte de una entrevista que le hiciera Niko Velita a RI en su blog:
https://nikovelita.blogspot.com/2019/02/entrevista-rafael-inocente-la-ciudad-de.html
Los escenarios son básicamente urbanos de la Ciudad Enferma o Ciudad de los Culpables, según el título. ¿Por qué ese juego de nombres?
El título apareció durante el sueño. Como anota Rodolfo Ybarra, mi novela quise titularla primero Ciudad Enferma, con el subtítulo de Veinte años de vida en diez minutos, luego La Niña del diablo fuerte, en alusión a una de las protagonistas, Lucía Goicochea, quien en su niñez y adolescencia se había aficionado al trabajar la madera, a darle forma y moldearla, e incluso retornaba a esta noble afición cada vez que se sentía sola o desolada, que por otro lado, es algo que a mí siempre me ha fascinado, al igual que la talabartería. Jugando con estos títulos, escribí algunos otros, como me sugirieron amigos mayores, pero de pronto, una madrugada en que no podía conciliar el sueño, se me apareció así el nombre, La Ciudad de los Culpables, a la vez que hacía juego con el apellido del autor y así quedó. Ya luego, a un nivel más racional, se me ocurrieron varios correlatos a este título. Siempre he pensado que existe un inconsciente psico histórico que para bien o para mal (des) estructura a las ciudades. La ruptura del equilibrio biológico-emocional (o espiritual) producida por la violación histórico-social que nos dio origen ha causado una pérdida del sentido de la función en el conjunto de la cultura a la que pertenece la ciudad que habitamos. Me explico: Lima es ya una megaurbe en la que malviven casi 10 millones de seres humanos procedentes de todo el Perú, pero fundamentalmente de la sierra. Lima se define por la migración. Los migrantes y sus descendientes han —hemos— configurado una ciudad que a la vez nos devuelve tramposamente el vuelto. Traemos un back ground ancestral: memes y genes se entremezclan caóticamente en una polis que hace mortal metástasis en un medio preñado de carencias y una infraestructura bastardeada —asentamientos humanos miserables, pistas y veredas llenas de huecos y basura, parques sin árboles, servicios de agua, desagüe y telefonía colapsados, parque automotor viejo y monstruosamente tóxico, choferes de combi asesinos, taxistas asaltantes, policía corrupta, barras bravas y pandillaje pernicioso, barrios rodhesianos como Chacarilla o Asia, todo configura el caos— mantenida por una estructura centralista políticamente y corrupta en todos sus estamentos, desde el tombo que te pide coima porque envidia tu carro hasta el presidente de la República que participa solapa en negociados de gas y petróleo. El hombre que crece en estas ciudades está confundido, pervertido y corrompido. Es un hombre que carece de espiritualidad y que respira de manera inconsciente: ergo, no es dueño de su voluntad ni de sus acciones, las que son manejadas por los que dirigen los medios masivos de comunicación. Estas ciudades se han vuelto entonces ciudades confundidas. ¿Cuál es la psique que configura esta polis? ¿Cuál es el mundo psíquico, o mejor submundo psíquico del habitante de estas ciudades confundidas, como muchas de las megaurbes sudamericanas? ¿No se te ha ocurrido relacionar esta atrofia espiritual con la terrible cifra de accidentes de tránsito que ocurren a diario en Lima o con la anomia de los neolimeños frente al abuso y la corrupción que campean en el país?
En todas las grandes culturas cada ciudad formaba parte de una red de polis. Y el incario no era excepción. Cada ciudad tenía en el entramado de urbes una misión material específica (política, social, productiva, militar) y también espiritual. Cuando el tejido hace necropsia, las ciudades se pudren y la cultura y los individuos generados en ellas enloquecen. No saben cuál es su origen, no saben —o fingen no saber— quién es su padre ni quién es su madre. No es casual que la identidad genérica de Lima sea femenina, como lo evidencia su música, arte, letras y comida, ahora tan privilegiada gracias a la astucia de la burguesía nativa. Lima es una ciudad-mujer-joven y facilona, veleta y aficionada a aderezar potajes rijosos, que desprecia a su madre y tiene dudas sobre su padre. Su madre fue abusada primero por un español borracho y analfabeto, luego por un inglés flemático y enfermizo y ahora malvive con un norteamericano pederasta y cocainómano. Por eso Lima mira atolondrada cual putita barata a la ciudad-cortesana Miami, pero no vuelve la vista a las ciudades del interior, que es de donde viene el cambio. Lima, al igual que las mestizas de las primeras épocas, al igual que el prosti-vedetismo —que promovió el liberalismo fujimonte-cinismo— y que se ha instalado en el imaginario colectivo cholo, se desarrolló para recibir a los invasores. Primero a los españoles, luego a los ingleses y ahora a los norteamericanos. Ya lo dijo alguien: sierra macho, costa hembra, selva madre. Lima hembra asesina a la selva. Lima hembra desprecia a su madre serrana. La llama despectivamente india y cuando una hija desprecia a su madre, no bebe de ella, carece de fuerza interna y está condenada a repetir su destino. Lima hembra desconoce al padre, a las ciudades del interior, a la cultura prehispánica, y se refugia en la narcosis de las drogas. Lima hembra prefiere al padrastro que la desprecia y tiraniza. Históricamente, su origen está relacionado con el servilismo y la funcionalidad para fines de los invasores: poderes públicos, centralismo político, militar y religioso; jerarquías sociales, narcotráfico y prostitución, todo sigue revuelto y reconcentrado en Lima.
El desequilibrio biológico-emocional del que habló Antonio Díaz Martínez en Ayacucho, hambre y esperanza, ha hecho que nuestra psico-historia pierda el rumbo y que la megapolis llamada Lima, ciudad de culpables, sea ahora variante de una mujer desdichada que busca, en la narcolepsia de la cocaína, la fuerza masculina que no tiene. No es casual que sea en las clases dominantes en donde se encuentre el mayor porcentaje de varones cocainómanos (desprecian a la madre, no tienen la fuerza masculina del padre) y que tanto en Lima como el Callao —en general la costa peruana— haya logrado mayor votación el varón más inseguro de su masculinidad que hemos tenido en la presidencia en las últimas décadas: un gigoló inescrupuloso y ambiguo que no duda en hacerse de las mujeres de sus correligionarios, que se presenta en la televisión como padre ejemplar, obligando a la mujer oficial a aparecer junto al hijo habido en otra y luego ordena tirotear a todo un pueblo en la selva: pura fanfarronería fascista rayana en la histeria para suplir la auténtica fuerza masculina de la que carece. Por eso la militarización, las dosis extremas de violencia masculina expresadas en las drogas fuertes, el american way of life de las series familiares de Yankilandia.
El papel de la mujer en tu novela es de fuerza y lucha, no es ente decorativo, ni pasivo.
Es que sinceramente yo me encuentro harto de esas figuras de mujer prefabricadas que nos venden la televisión y las canciones de moda, las baladitas fresa y las porquerías de miniseries nacionales. Yo estaba, estoy, seguro que existen mujeres que sin estar revueltas contra la belleza o el afeite, sin rescindir de su condición de hembras, son además seres conscientes de su rol en el mundo, que ya no solo como mujeres, sino ante todo como seres humanos. Esas mujercitas arquetipo de la pituca mononeuronal o la izquierdista oenegera habitúe barranquina, trovera y progresista, pero que asquea de los conos y la piel cobriza, ya pasaron al olvido. La mujer ahora debe ante todo estar consciente de que al igual que el hombre es manipulada por un sistema productivo que controla hasta las horas de las que dispone para hacer el amor y que es en su vientre y en su corazón en donde se gesta el destino de la humanidad. Luego que vengan los discursos de género, el escribir diciendo los, las, nuestros, nuestras, ellos, ellas y demás cojudeces de feministas aturdidas por la ausencia de un buen tallo de jade que las sacuda de su medianía burguesa.
Miguel Gutiérrez ha comentado tu libro antes de que salga a la luz. ¿Cuál es tu apreciación sobre él, quien viene desarrollando la crítica y la novela de alto nivel?
Miguel Gutiérrez es un grande en el Perú, en España o en la China. Sólo puedo decirte que es tal vez el escritor peruano más grande de los últimos tiempos, injustamente postergado, debido solo a su incorrección política. Recuerdo que hace años, cuando preguntaba por sus obras en Grau, nadie lo conocía. Incluso los libreros me ofrecían, cuando insistía, las obras de Gutiérrez, pero las de Gustavo, el de la Teología de la Liberación. Cosa rara, la calidad inocultable de su obra narrativa no ha podido ser soslayada y las propias editoriales del sistema pelean ahora por publicarlo. Allá los intonsos que lo condenan por publicar en “editoriales capitalistas”. Su obra narrativa y sus ensayos, polémicos, lúcidos y divertidos, perdurarán en el tiempo.
Con respecto a Miguel Gutiérrez, se ha generado mucha polémica, primero, porque incluyó a Abimael Guzmán como un intelectual importante en su libro de La generación el 50, incluso Ivan Thays hizo comentarios fuertes contra Gutiérrez; segundo, porque publicó su última novela con Alfaguara, dado que este representa el imperialismo de alguna forma.
Efectivamente, he releído hace poco ese texto que considero fundamental, La Generación del Cincuenta. Lo hice a raíz de una crítica maledicente del pobre Thays. Es cierto, Gutiérrez incluye a Abimael Guzmán en su condición de intelectual y miembro de la Generación del Cincuenta. Eso es lo que generó el mayor encono y la rasgadura de vestidura de los popes de la cultura criollo-burguesa. Pero como el mismo Gutiérrez aclara, Guzmán es un intelectual. Es filósofo, abogado e ideólogo. Apasionado y equivocado y para mí, arrugón, pero un intelectual a fin de cuentas. Quizá si Abimael hubiera muerto con un fusil en la mano disparando al enemigo como Allende o Ernesto Guevara, otro hubiese sido el destino del Perú. Solo atinó a decir: “Me tocó perder”. Rodeado de mujeres en una cómoda mansión rodhesiana, se dejó coger como un mínimo viejo, mientras miles de muchachos se inmolaban en los montes o siguen pudriéndose en las cárceles. Pero, volviendo a tu pregunta, si coincidimos en que una generación está conformada por la totalidad de coetáneos que nacieron en un mismo momento histórico y comparten determinados ideales en relación a la sociedad a la cual pertenecen, no veo por qué razón no incluir a Guzmán junto a intelectuales y luchadores como Luis de la Puente Uceda, Juan Pablo Chang, Guillermo Lobatón e incluso, como anota Miguel, figuras controversiales como Hugo Blanco, Héctor Béjar o Ismael Frías. De allí a señalar a Miguel, como pretendieron algunos críticos y analistas, como el torpe Alonso Alegría, el ser cómplice de los setenta mil muertos que consigna la CVR y sorprenderse de que no haya dado con sus huesos en la cárcel, solo denota prejuicio, odio y envidia cochina. En el prólogo a la nueva edición Miguel hace una reflexión certera sobre este tema: si, como dice Mao, la práctica es el único criterio de la verdad, entonces la contundente derrota revela que la línea ideológico-política, la estrategia y las tácticas que él impulsó y desarrolló fueron erróneas o incorrectas. Lo que me jode es que Abimael esté preso, pero los otros genocidas que dirigieron la guerra interna, y no sólo quienes cumplieron órdenes, estén libres y dando cátedra o gobernando: Belaúnde murió en su lecho, Fujimori está en cárcel dorada y pacta por lo bajo con lo más infame del APRA para hacerse del poder mediante su horrenda hija en el 2011 y el genocida Alan García dirige nuevamente y en complicidad con la ultraderecha, un país que cree ilusamente en el desarrollo capitalista.
Finalmente, ¿qué proyectos tienes como escritor?
Vivir, vivir y vivir. Leer, leer y leer. Escribir, escribir y escribir. En ese orden. Está en prensa Discursos contra la Bestia Tricéfala, a tres manos con Delgado Galimberti y Rodolfo Ybarra. Está en prensa No todas van al paraíso y trabajo en una novela que cuenta al Cusco y a Lima nuevamente, al turismo “vivencial” y a los genocidas IDF del ejército judío que después de matar palestinos en Gaza vienen a Sudamérica en trips esotéricos para curar las heridas de su alma tomando ayawaska.
Opinión
El Datazo: Gravísima alarma en ESSALUD por el voluminoso historial de investigaciones que realiza la Fiscalía
El Ministerio Público viene investigando a Hernán Efilio García Cabrera por presuntos actos de corrupción y abuso de poder.

Uno de los sindicatos de EsSalud nos alerta de una grave denuncia tras revelarse el abultado historial de investigaciones fiscales que arrastra HERNÁN EFILIO GARCÍA CABRERA, quien se halla en funciones como gerente general de EsSalud.
El funcionario de marras parece estar coleccionando investigaciones fiscales, pues cuenta con al menos una docena de procesos fiscales en marcha, algunos por ´presuntos delitos como colusión agravada, cohecho, tráfico de influencias y organización criminal —una verdadera «joyita» el tal Efilio—. Cabe destacar que todos esos procesos fiscales están vinculados a contratos públicos en el sector salud y gobiernos locales, lugares donde ha laborado dejando una impronta nada saludable —dicho sea de paso— y un recuerdo bastante ingrato, en su afán aparente de batir el récord Guinness de denuncias de carácter penal y un dudoso comportamiento profesional, por decir lo menos.
A pesar de estos antecedentes nada lisonjeros, HERNÁN GARCÍA CABRERA fue designado en uno de los puestos más importantes y estratégicos de EsSalud. Según denuncia nuestra fuente, desde su llegada habría promovido el ingreso de personas allegadas a su círculo, muchas de las cuales no cumplen con los perfiles técnicos mínimos exigidos por ley.

Las áreas de adquisiciones, contrataciones y logística han sido reconfiguradas con personal externo sin experiencia en administración pública ni conocimientos del sistema en Salud, pero con vínculos personales o políticos.
Según las referidas fuentes internas de EsSalud (que están muy bien informadas), varias de estas designaciones tendrían el objetivo de establecer un control político sobre procesos logísticos multimillonarios, incluyendo la compra de medicamentos, contratación de servicios y mantenimiento hospitalario.
Este comportamiento representa una amenaza directa contra la meritocracia institucional, comprometiendo la eficiencia, la transparencia y el uso de los recursos destinados a los más de trece millones de asegurados en todo el país.
Entre otras irregularidades se denuncia la designación en la central de abastecimientos de bienes estratégicos -CEABE- de doña PATRICIA CAROL NONATO DE LA CRUZ, quien provendría de área de logística de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho, además de tener poca experiencia en el Hospital Loayza y en el Instituto Nacional de Salud, según su declaración jurada presentada ante la Contraloría General de la República.
De acuerdo a la denuncia, la mencionada funcionaria fue designada el último nueve de junio, a pesar de que no cumpliría con el perfil técnico requerido para el cargo. Esto contravendría el Reglamento de Organización y Funciones (ROF) de EsSalud, ya que no duró más que unos meses en la mayoría de cargos de alta responsabilidad.

Fuente: Ministerio Público.
GRAVE DENUNCIA CONTRA ASESOR DEL GERENTE GENERAL DE ESSALUD
Nuestras fuentes nos han hecho llegar presuntas denuncias contra el actual asesor II de la gerencia general de EsSalud, don Oliver Ñique Olaya, quien habría favorecido a sus «amigos» para que ocupen puestos de importancia, principalmente en la gerencia de EsSalud del departamento de Tumbes, de donde él es natural.
Incluso nos hacen llegar un cuadro donde apreciamos cómo los funcionarios se habrían ido colocando en cargos de importancia tanto en las ciudades de Tumbes y Lambayeque, como también en la ciudad de Lima.
Encontramos, por ejemplo, a Roberto Alcas, quien era jefe de Finanzas y hoy es jefe de Prestaciones Económicas; a Manuel Castro, quien antes era un simple locador y hoy es nada menos que jefe de Finanzas; otra persona favorecida sería doña Ángela Oré Vereau, que fue jefa de Recursos Humanos de EsSalud en la ciudad de Tumbes y hoy es asesora de la Gerencia General de EsSalud en Lima.
También ubicamos a Don Pedro Gallardo (de quien se dice es intimo de Ñique Olaya) y que hoy está como jefe de Prestaciones Económicas en Lambayeque.
Desde esta columna exhortamos a la Contraloría General de la República a evaluar qué méritos han tenido estos funcionarios para dejar sus puestos, conseguir contrataciones mejor remuneradas y trasladarse a la ciudad de lima, sólo por el simple hecho de que quien fuera jefe de planificación de EsSalud en la ciudad de Tumbes hoy es el gerente general de esta institución.
¿Qué hace la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso de la República?, ¿qué hace el congresista Carlos Zeballos Madariaga, que tiene un grupo de trabajo investigando supuestas irregularidades en EsSalud?, nos preguntamos y esperamos respuestas.


Por Raúl Villavicencio
Era un hombre menudo, de voz potente y mirada perdida en un horizonte que no se dejaba alcanzar. Lo llamaban Picaflor de los Andes, pero su nombre verdadero —Víctor Alberto Gil Mallma— apenas importaba. En los pueblos altos del Perú, donde el frío muerde y el silencio pesa, bastaba con escuchar los primeros acordes de su canto para que todos supieran: había llegado el hombre que hacía llorar a los cerros.
Nació en Junín, allá por 1928, cuando el país aún era una suma de fragmentos: la sierra por un lado, la costa por otro, y la selva allá lejos, como si no existiera. En medio de esa geografía fragmentada, él eligió cantar para todos. No por vocación, diría algún cronista ingenuo, sino porque le era imposible callar. Desde muy joven conoció que la indiferencia capitalina y la pobreza podían lastimar más que una fría noche, y supo que su voz era su única herramienta de batalla, empleándola con una ferocidad conmovedora.
Los huaynos que interpretó no eran simples canciones: eran pequeños relatos de amor deshecho, de migraciones forzadas, de hombres que bajaban del altiplano para perderse en las ciudades. En temas como Corazón mañoso o Amor, amor, el Picaflor no sólo cantaba, sino que contaba: sus letras eran crónicas campesinas, retratos de una patria herida que apenas sabía hablar por sí misma.
Cuando murió en 1975, Lima se volvió un río de pañuelos blancos y lágrimas. Cien mil personas, dicen sus más cercanos seguidores, acompañaron su cuerpo hasta el cementerio El Ángel. Pero los números no alcanzan para explicar lo que representaba: era la voz de un Perú que se negaba a ser olvidado, que exigía un lugar en el relato nacional.
A diferencia de los ídolos fabricados por la industria, Picaflor no necesitó artificios. Cantaba con el pecho abierto y el alma en los labios, como si en cada nota se le fuera la vida. Y tal vez por eso, tantos años después, su voz aún persiste. No como eco, sino como presencia. En cada fiesta patronal, en cada altavoz desgastado por el sol y la lluvia, el Picaflor canta todavía. Y al cantar, nos recuerda que el Perú profundo existe, y que sabe hablar. Con música, con dolor, con una ternura feroz.

Por Miguel Fegale
Hace 4 años, después de romper relaciones con mi anterior grupo poético (donde fui fundador con Nataly Celio), decidí, mustio y decepcionado, que si no podía pasar la página, debía arrancarla. En el verano del 2021 con Harrison, Kerurok y Aníbal creamos FUNERAL POESÍA, nombre que le puse por mi corazón gótico, y varios flashes que tuve entre Lima y varios aeropuertos que ahora odio, detesto y por eso cada vez amo más los trenes, FRECCIAROSSA (Milano-Roma- Roma/Milano).
Porque los funerales no deben ser símbolo de tristeza sino un empezar en otra vida, otra dimensión donde algún día nos largaremos y brindaremos a mares con nuestra bebida oficial, el torito. Porque vivir es un trabajo mal pagado, y muchos nunca hubiéramos querido crecer y ser niños eternos, jugando siempre frente al mar. Porque ser parte del club de los adultos fracasados ya no cansa, sino que aburre.
Los primeros meses del 2021 FUNERAL POESÍA hizo sus primeros asaltos poéticos en recitales en la Lima subterránea, recibiendo apoyo y críticas ácidas de los que no hacen nada, pero hablan mucho (muy peruano)… siempre apoyados por los amigos y productoras que nos agarraron cariño y hasta nos pagaban (caso muy raro en nuestra movida).
Luego, entre deserciones y cambios de formación, aterrizaron Nataly Celio, Primo Mujica, Pantro, y Oti Fuhrerin en la refundación, elevando la calidad, la propuesta, y sacando 3 fanzines hechos por nuestra directora, Nataly Celio. Ya pasaron 4 años en la movida proponiendo, apoyando, batallando, asaltando, y rastreando corazones subtes; contra todo y todos, hemos tenido altas y bajas, pero ya logramos un nombre en la escena nuestra, invitados en varios eventos y hasta universidades. Ahora último, ya manejamos la invitación de recitar en provincia. siempre apoyados por nuestro hermano, el gran Rodolfo Ybarra, amigo bardo que siempre está cuando las papas queman y las luces se apagan. Nuestra propuesta es simple: crear una escena, proponer, y dar espacio a nuevas voces y aristas del arte (tan simple como eso). No nos interesa en lo mínimo ser conocidos, cotizados, lotizados, o mapeados; solo ser un plato, un nicho literario en nuestro país decadente lleno de programas basura, presidentes basura, y TikTokers acéfalos (los tiempos de ahora).
Por otro lado, se saluda la toma exitosa de la Villarreal, donde resistimos 11 días reclamando nuestros derechos estudiantiles y logrando nuestros objetivos. Felicitamos a nuestro comité que logró en 3 mesas de diálogo cerrar con todo en contra nuestras demandas justas. Gracias. Capibaro, Tifani, Valeria, Fiona, Campanita, Odi
También a los muchachos que hicimos de seguridad, que dimos la talla, venciendo el sueño, nerviosismo, tensión, y estrés, y a los hermanos de otras facultades que la lucharon desde afuera. La toma tuvo baches y pequeños contratiempos, pero se logró el objetivo. Quizás algunos mocosos pecaron de soberbios (propio de la edad), pero en mi caso, liderando a los ARQUEOLOCOS (arqueología/antropología/educación), logramos que esta toma sea a nombre de LA UNIVERSIDAD, no de una facultad o escuela como al principio pedorramente se sugirió.
Saludar en este mes de su cumpleaños al mejor poeta del Perú de esta última década, el gran Primo Mujica, por sus poemas dinamita, su postura, su trabajo, y ese corazón que bombea sangre subte y poesía metralleta. Cualquiera puede escribir poesía, PERO no cualquiera vive como poeta y paga caro esa opción de vida, y el Primo lo hace día a día, siendo un lujo para Funeral Poesía tenerlo en nuestra escuadra/comando funeral. Solo los que son hijos únicos, como el caso del Primo y el mío, entenderán lo jodido que es vivir solo y pelear día a día y tener padres frívolos (muertos en vida) que viven adorando su dinero, coleccionando casas, y besando sus autos. En la resistencia, FUERZA PRIMO.
Y claro, la gran pluma de la gran Nataly Celio, la mejor poeta de la movida subte, que también es performer, rockera, diseñadora y madre de familia. Asimismo, nuestra talentosa y poderosa Oti Gómez, con su rock n roll y sabiduría que la hacen única, saluda el regreso de Pantro Funeral y los fichajes recientes de Mantis (músico) y Ash Ketchup (poeta/músico/performer). Bienvenidos al FUNERAL.
Sin más, saludar a la feria de libreros de Santa Anita, FAVELA DE LIBROS, por siempre apoyarme y dar cultura a ese bello e indomable distrito, comandado por el gran Jonier Martínez y Fredy Arnold. Yo feliz, mi madre, María Elena Espinoza, regresó del extranjero luego de 2 meses. Ya tenerla en casa y escuchar su bella voz y ver esos ojazos morenos del tamaño del mar (Piscolandia). Felicitar a mi tío Edgar Kruel por el reciente reconocimiento mundial a PLAYA ROJA en Paracas, la playa donde hace años me llevó a conocer, una playa rara, desierta, llena de lobos marinos muertos, solitaria, nostálgica, pero con arena roja; parecía una playa de Marte.
Finally, saludar a la base del 5to año de literatura de la UNFV comandados por Fernando, Martha, Peter, Brenda, Omar, etc., talented, honorable, and determined muchachos, con su profesor/poeta, el maese de maeses Dimas Zegarra Espinoza. Nunca te mueras profesor eres la luz en la universidad y un ejemplo de vida (cuando sea grande quiero ser como tú).
¡Esta columna está dedicada a mi hija Sasha María Fegale! Por su cumpleaños, tanti auguri, figlia mia. Ti pensò sempre. ¡¡Ti amo!! Cualquier día subo a otro avión y romperé el cielo (y Mar) por ti; solo por ti viajo, ya odio viajar (me deberían pagar por viajar) x.)
Postdata: Saludos a la gran Disha y Carito de literatura; en la cocina nos alimentaron rico en los días de cautiverio tomate. También a Fiona y a Esmeralda, que así sean aburridas, atómicas y androides, cocinan de galería.
Opinión
El tren de Porky que no llega…
La verdadera historia del tren surgió en la Municipalidad Metropolitana de Lima durante la gestión del alcalde Alberto Andrade.

Por Maruja Valcárcel
Es importante queridos lectores que no pierdan línea de lo que les contaré. Se trata de un tren que desde hace muchos años está esperándonos, sí, esperando por nosotros, ciudadanos de primera clase, de esos que se levantan temprano, de los que tienen que dejar a los niños en el colegio, o ir al mercado para tener todo listo a la hora de regresar y preparar el almuerzo para toda la tropa, según sea su grado familiar. Me refiero al tren de Porky, y les contaré cómo empezó esto.
Hace algunos años, siendo alcalde de Lima, el Gordo Alberto Andrade, me había llamado para, desde mi cargo de regidora, como Presidenta de la Comisión de Transporte Urbano masivo, me encargara del caos que se presentaba con cientos, miles de microbuses, taxis, colectivos y demás que hacían invivible ir de un lado a otro de la ciudad. Yo pensé que no era tan complicado, que era cuestión de pensar en transporte masivo. Es decir, unidades de transporte que llevaran la mayor cantidad de personas por viaje, de manera segura y rápida. Se me ocurrió que nada mejor que los trenes.
Muy bien. Una tarde de esas, en que yo salía de la Municipalidad, Enrique Zileri, el Director de Caretas iba por su café y nos juntamos para conversar sobre lo que pasaba en el país. Se nos juntó Alberto Sánchez-Aizcorbe, un arquitecto que también laboraba en Caretas y surgió el tema que me tenía atribulada. Ocurrió que Sánchez-Aizcorbe era amigo de Juan de Dios Olaechea, que tenía algo así como la concesión de la línea férrea del tren que iba de Chosica hasta el Callao, teniendo al centro la hermosa Estación de Desamparados.
Me dijo entonces que me lo presentaría, porque Olaechea sabía de trenes más que nadie y de seguro le iba a interesar mi proyecto para llevar pasajeros y sacar de las vías a los miles de microbuseros que colmaban la Carretera Central y las avenidas Argentina y Colonial. ¡Ya está! pensé, ¡lo hacemos! Y así fue; hablé luego con Andrade, y le pareció sensacional, acordamos un viaje desde Desamparados hasta los dos destinos, íbamos Juan de Dios, el alcalde Andrade, Sánchez-Aizcorbe y yo. Todo bien, el gordo estaba feliz saludando a todos lo que lo reconocían tomado del frontis del tren.
En algún momento Olaechea, preguntó al alcalde ¿qué le parecía la idea? y él contestó—fantástico, lo hacemos—. Ya está, ahora dígame alcalde, ¿quién va a ser mi interlocutor válido en la Municipalidad? Aquí pues, la regidora Maruja Valcárcel, contestó Andrade. Y nos dimos un gran apretón de manos. ¿Qué pasó después? No lo sé, se fue diluyendo todo en agua de borrajas. El asunto es que se disolvió el apretón de manos.
Hoy apareció Porky con la misma idea, y hasta donde sé, con el mismo compañero de ruta, Juan de Dios Olaechea. No sé cómo ha hecho, pero ha convencido a Juan de Dios para lanzarse a esta aventura del tren, que nunca iba a ser Desamparados-Chosica y con un solo riel de ida. Ya que se sabía que era necesario tener los rieles de regreso. Además, de la dificultad de convencer—quién sabe a qué precio—a los habitantes de las casitas que se habían ido construyendo durante años casi al costado de los rieles. Eso no será fácil. Y los trenes que ha conseguido Porky cuestan más que los que en un principio iban a costar los que se iban a conseguir en Argentina. Hoy no veo a nadie de la prensa que le haga las preguntas necesarias. No las podrá contestar porque de trenes no conoce, ni tampoco de cómo funciona el Estado, ni de nada que no sea tirarse abajo con buldozzer, lo que no le guste. ¿Se acuerda de la Casa Marsano gordito…? Era tan linda…
Opinión
Algunas preguntas desde un cine más libre que el de ustedes
Lee la columna de Mario Castro Cobos

¿Tendría que pedirle dinero —como un mendigo, aunque sea mi derecho, pero me harán sentirme así— a una serie de instituciones para filmar o grabar lo que mis ojos ven? ¿No les parece raro? ¿Diabólicamente laberíntico? ¿Será que ya no puedo ver con mis propios ojos sin su permiso?
¿Y qué tal si hago mi película como quiero sin la ayuda desinteresada de quienes quieren controlarme? Y si no quieren controlarme es que no son un Estado…
¿Y si no son el Estado me darán dinero para que yo les dé luego más dinero porque todo es dinero y todo lo que no es dinero no es nada en la práctica para ustedes?
Y estas instituciones tan indudablemente necesarias ¿son inocentes? ¿o tienen intereses y fines propios? ¿Fines contrarios a los míos? ¿Amarán el arte, la libertad de expresión colectiva tanto como individual y el pensamiento como tú (imaginando un tú ideal)?
¿Amarán internarse en el seno o en el abismo de lo desconocido para crear un mundo nuevo, una nueva vida? ¿O estas instituciones serán por su propia estructura reencarnaciones caricaturescas de los burócratas que torturaron a los personajes de Franz Kafka?
¿Es preciso que sepa lo que voy a hacer de antemano y que se los diga con pelos y señales? ¿Que cuente necesariamente con un plan pormenorizado? ¿O que mienta en nombre del sagrado cine industrial? Si lo que yo busco es que La Casualidad, Dios, El Azar, La Sorpresa, La Sincronicidad, El Destino, El Caos o El Misterio y El Milagro (entre otros ‘actores’ reales o imaginarios) intervengan; ¿cuál es la gracia de hacer como si lo controlara todo?
Actores. ¿Por qué traicionan las verdades de la vida con la falsedad insultante de su estilo de actuación? ¿No se dan cuenta que los mejores de entre nosotros se asquean con lo que hacen? ¿De qué nos sirven sus trucos? ¿Aprendemos a vivir o a reconocer el fondo de nuestro ser gracias a su repertorio manoseado?
En un mundo sometido a la voluntad maldita y destructora del dios dinero, para el que el crimen es el mejor negocio, ¿crees que ese dinerito te lo dan gratis? ¿O eres tonto y no sabes cuál es el precio que tendrás que pagar?
Opinión
Tragedia griega minera o esperanza peruana, he ahí el dilema
Mientras el país parece listo para reventar, los ministros invitados por la comisión de energía y minas vuelven a insistir.

En la sesión extraordinaria de la Comisión de Energía y minas, desde horas antes se notó entre los congresistas la impaciencia y la irritación ante una situación límite. Con un país en vías de ser paralizado por protestas en 9 puntos del país, el Ejecutivo ha aplazado por cuarta vez la REINFO, el cual debía ya haber vencido pero no hay Mape que valga para satisfacer a unos mineros informales disconformes. Coincide esta situación con un aniversario más del sofocamiento de la revolución de Trujillo de 1932, que concluyó en la masacre de un número aún indeterminado de peruanos a manos del ejército peruano. En este marco conviene hablar de una tragedia minera griega que se cierne en el aire. Hoy se invitó a 4 ministros y ninguno vino.
Se cursó invitación a los ministros de Energía y minas, Economía, Ambiente y de Cultura. Ninguno vino. Solo asistió el viceministro de Energía y Minas para molestia de la Comisión que manifestó su profundo desazón. Esta es la segunda invitación que se hace y en la que son plantados los congresistas. Entre tirios y troyanos la conclusión es unánime: la responsabilidad recae en el ejecutivo. Las posturas varían en algunos matices, pero la bomba de tiempo literalmente la tienen al frente. Desde la semana pasada los mineros están acampados en la Abancay y cada día su número y molestia aumenta. Como señaló el congresista Paredes, lo que está en riesgo es arrojar a la pobreza a 50 mil mineros, a su vez calificó de cobardes a un ejecutivo que hecha la culpa a otros sin asumir su propia responsabilidad.
Mientras tanto, la situación en la calle se calienta. Las movilizaciones de hoy coinciden con el 93 aniversario de la revolución de Trujillo contra Sánchez Cerro, la que fue sofocada por el ejército peruano y con especial participación de la recién nacida FAP, que se inauguró con la gesta de ser la primera aviación en bombardear una ciudad y a los ciudadanos de su propio país, esto cuatro años antes que la Guerra Civil Española, lo cual convierte a la FAP en precursora en el bombardeo de una ciudad propia.
La escenificación de nuestra historia remite a una tragedia. Las tragedias no son razonables aunque sus protagonistas tengan buenas razones de lo que hacen. Son tragedias porque son ineludibles; no importa lo que se decida, el resultado será trágico. Aquí acontece algo semejante, donde las autoridades y grupos de interés yacen enredados en un nudo Gordiano que amenaza con romperse. Y sin embargo para ellos, Perú es un país católico. Existe la esperanza cristiana de romper aquello que parece ineludible, porque siempre hay otra opción: el amor, la caridad y el perdón. Quiero creer, y creo que no es tarde para desatar el nudo de una manera que no sea cortándola. Yo también amo este país porque aquí nacieron mi madre, Albertina, y Kareen.

ECM perteneció a la generación del cincuenta junto a MVLL, Ribeyro, Zavaleta y otros; muy interesado en el realismo urbano y más aún, en la marginalidad, escribió Lima, Hora Cero (1954), Kikuyo (1955) y la extraordinaria novela No una sino muchas muertes (NUSMM, 1957) donde nos muestra los basurales de Lima, el mismo lo dice en una entrevista con el crítico Wolfgang Luchting. Y que luego desarrollarían escritores como Oswaldo Reynoso con los Inocentes y, mucho después, Cromwell Jara con su Montacerdos y su Patíbulo para un Caballo.
En NUSMM, los locos son vendidos o comprados y son usados como mano de obra gratuita, esclavos sin razón que fabrican pomos, tazas o botellas para la industria farmacéutica y demás. Aquí no hay condición social, son sobrevivientes, seres inexistentes en cualquier censo o cálculo estadístico. La “vieja” que regenta esta “fábrica” no tiene alma, su origen es sórdido, no tiene nada que la valide per se, que la haga amable o con algún tipo de conmiseración. Solo el dinero la mueve y no confía en nadie, solo en unos perros y en el “zambo” que la protege y le entrega favores de entrepierna. Esta novela fue llevada al cine por Pancho Lombardi con guion de José Watanabe y teniendo como figuras estelares a Elvira Travesí y a Elena Romero. No obstante, es una versión recortada y no logra alcanzar los niveles que el libro expone de forma cruda y salvaje.
Cincuenta años después, ECM publica El narrador de historias (2007), un texto futurista dentro de la ciencia ficción que se ubica en el año 2075 donde Brasil ha anexado a Paraguay, y Argentina ha hecho lo mismo con Bolivia y en la que se desarrolla una guerra entre argentos y chilenos. El autor nos pone en un escenario bélico donde la literatura se ha reducido al lenguaje oral y así el protagonista Cayetano Cómpanis, sobrevive contando una misma historia, una versión de La pata del mono de Jacobs, con relativo éxito.
Hace unos días la Casa de la Literatura y el escritor Víctor Campos Ñique convocaron a los escritores José Donayre Hoefken, Erik Fernández, Óscar Limache, Arturo Delgado Galimberti y este servidor para disertar sobre la vida y obra de este psicopompo literario y que contó, además, con su familia directa. Fue un día de fiesta, testimonios y gratitud a uno de los grandes de la literatura peruana.

Mi relación con el marxismo empezó en Buenos Aires, a comienzos del 2001. No fue por Karl, ni por el Manifiesto Comunista, ni mucho menos por El Capital. Mi marxismo viene de Groucho, el genio del bigote pintado, el puro y las cejas arqueadas; un revolucionario del humor absurdo que, junto a sus hermanos, fundó su propia corriente.
Una tarde de verano, haciendo zapping, me topé con El Bar, un reality show transmitido
por América TV. Allí, entre 12 personajes que convivían en una casa en San Isidro,
apareció un tipo distinto: Eduardo Nocera, a quien todos llamaban simplemente Edu. En
esos tiempos prehistóricos de internet y sin redes sociales, era difícil saber quién era
realmente. Pero bastaba verlo un par de minutos para notar que no era un concursante
más.
Hablaba de pintura, de cine, de literatura, de música. En medio de ese formato plagado de
banalidad, su presencia era una rareza luminosa. Edu era un bicho raro, de esos que no
se olvidan porque cargan con una locura brillante. En uno de los capítulos, soltó el
nombre de Groucho Marx y comenzó a desmenuzar su obra: películas, libros, vicios,
amores y, por supuesto, su humor ácido e irreverente. En ese instante, supe que tenía
una deuda pendiente con ese personaje.
Busqué sus películas y me sumergí en la demencia creativa de Una noche en la ópera,
Un día en las carreras, Una noche en Casablanca, El hotel de los líos… Y también devoré
sus libros Groucho y yo y Memorias de un amante sarnoso, donde el cinismo se mezcla
con la ternura y la inteligencia desarma cualquier solemnidad.
Años después, entendí que El Bar, producido por Cuatro Cabezas de Mario Pergolini y
conducido por Andy Kusnetzoff, también había sido una forma de subversión: colar en la
televisión comercial a un personaje como Nocera, escritor y profesor universitario, fue una
manera astuta de filtrar cultura por los poros del espectáculo.
Por eso debo confesar, que mi formación no solo vino de libros o charlas con mis padres.
La pantalla chica, a veces, supo ser una maestra inesperada. Hoy, Groucho sigue siendo
un referente de irreverencia, de lucidez y de resistencia al aburrimiento.
Y hoy, cuando muchos creen que el humor se hace “Hablando huevadas”, reafirmo mi
militancia: Soy marxista, pero de Groucho.
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