Entrevista de José An. Montero e Inés Villodre.
Fotos: Diana Ruiz Mendoza
Entrevistamos al compositor e investigador Julio Sanz Vázquez que acaba de publicar la obra «¿Qué es Música? Del Sonido de las Esferas a la Música Cuántica» en el que ha hecho converger miradas desde el arte y la ciencia.
La música está en el mismo origen del universo y en cómo los seres humanos tratamos de interpretarlo, desde las bellas fábulas hasta la física cuántica. La música siempre ha sido el hilo rojo que une nuestro cerebro con el diapasón musical. El artista y músico Julio Sanz Vázquez lleva toda la vida explorando estos caminos. Interpretando e interactuando con la música, es presidente de la asociación Acción GME v2.4 y formó parte del Gabinete de Música Electroacústica de Cuenca (España) inaugurado, que en 1983 se convirtió en el primer centro público de enseñanza, investigación y difusión de la Música Electroacústica en España. Ha acuñado el término «CuMusic» para definir la música actual basada en los postulados de la Física Teórica Cuántica dentro del marco de la Teoría de Cuerdas.
En «¿Qué es música?», recoge definiciones puras e intuitivas, pero también complejas y científicas. Miradas de músicos como Diego Saiz, Jane Wang, Manuel M. Hervás, Llorenç Barber o Gabriel Brnciç-Isaza, artistas como Miguel B. Ortega, Wade Matthewsm, Andrews Wax o Raquel Caerols, pero también de científicos e investigadores como Antonio Hernández, Matías Jiménez, Cesar Sánchez Meléndez, Andrés Lewin, Richter Osiander, José Ramón Alcalá o Cristina Palmes se reúnen en la última obra del compositor Julio Sanz Vázquez para tratar de responder a esta pregunta fundacional del ser humano.
La primera pregunta es obvia, ¿qué es la música?
Hay muchas respuestas. Lo más importante es que cada uno tiene la suya. En la obra voy desde la prehistoria, hasta la actualidad, pasando por Aristóteles, Kepler, Mozart, Beethoven o Stockhausen, al que tuve la oportunidad de conocer. En esta obra me pregunto de qué está hecha la música y la analizo como un científico. Trato de abrir la materia e investigar. La música son vibraciones que se mueven por el espacio y en el tiempo a una velocidad determinada. Si son 440 veces por segundo sonará un «lá», si lo acortas o lo alargas variará la nota. La música, científicamente, sólo son vibraciones editadas y puestas unas al lado de las otras. Esa pregunta se la ofrecí a una serie de colaboradores, cada uno de ellos nos ha dado una microcomposición, un ejemplo musical, un ruido o un sonido que simboliza su definición de música.
Como compositor, no sueles hacer concesiones a lo comercial.
Ése es un problema del público y del sistema, no mío. Cómo me voy a enfocar en algo que busque sólo gustar a la gente, si yo lo que sé hacer es esto. El músico debe investigar, conocer y avanzar no estudiar marketing o ventas. Yo tengo la necesidad de componer. Quiero música, vibraciones organizadas o desorganizadas, pero que respondan a la realidad de la evolución, de la técnica y del estado más actual de la física teórica. Unas teorías que derrumban la forma de pensar clásica.
En la época de Beethoven los físicos teóricos defendían que la Tierra era el centro del Universo. Entonces la música también tenía un solo centro, un «do», que se mantenía y todas las notas giraban a su alrededor moviéndose en únicamente en esa melodía. La música es un reflejo artístico de una manera de pensar.
No es fácil acercarse a la música contemporánea
Ponemos tal cantidad de prejuicios y filtros que nos impiden acceder a ellas, en gran medida por la gran contaminación de la enseñanza. Su estructura es perjudicial para la salud y complica mucho la evolución natural de los hechos. La educación nos condiciona. Nacemos libres, con ganas de conocer y de hacer cosas nuevas. El noventa por ciento de la educación se basa en decir cómo hacer las cosas para luego venderlo, recortándonos la libertad de pensamiento.
¿Este trabajo es también una manera de acercarnos a ella?
En esta obra muchos compositores de primera línea han enviado composiciones que podemos escuchar online mientras leemos el libro donde también hay un trabajo de análisis de las obras más importantes del repertorio internacional. Una mirada personal a esas obras que se alejan de la teoría tradicional de la música y se acercan a la teoría de cuerdas en cuando al funcionamiento de la materia de una manera casi siempre intuitiva. Analizando estas músicas, responden a un patrón. En ocasiones, el azar funciona como parámetro fundamental. Para muchos de ellos cualquier instrumento sirve para hacer músicas. El frotamiento de dos piedras sirve para componer un Concierto en Re Mayor o un vaso de agua se convierte en una Sinfonía Fluida.
¿La música y la ciencia caminan unidas?
El buen arte no puede funcionar sin la ciencia y sin la técnica. El arte intuitivo también responde a esas teorías cuánticas de la inestabilidad. No existen las cosas casuales, es consecuencia probabilística. Jugar con las probabilidades.
En las escuelas de Platón y de Pitágoras, todos sus alumnos debían saber cantar los poliedros. Cada poliedro tenía una melodía. Pensaban en sonidos, en vibraciones, en longitudes que vibran y lo cantaban. Debían conocer bien la materia para luego poderse expresar con ella. El arquitecto romano Vitrubio construía los auditorios y los circos con copas resonantes. Las ponía a cierta distancia y buscaba la resonancia entre ellas, por eso las gradas no tenían la misma proporción.
¿Eso se aleja de lo que se estudia en los conservatorios?
Ahora en los conservatorios te dicen que empieces a estudiar solfeo de pequeño y que cuando termines dentro de diez o quince años podrás tocar en una orquesta. Suponiendo que termine los estudios y que fuera verdad, lo que más podría hacer sería tocar en una orquesta. Así de triste. No puede usar su violín y su oboe para divertirse haciendo música con sus amigos. No sabe.
En un capítulo de tu obra, hablas de que las catedrales funcionan como grandes instrumentos acústicos.
Llevo muchos años escuchando los espacios de Nôtre Dame o la catedral de Cuenca. Cuando las escuchas te das cuenta de que es como si las hubiese construido un luthier, un auténtico luthier. He encontrado afinidades con un instrumento musical. Es curioso que cuando un cantante tiene que cantar en ellas modula su voz a una tonalidad y dependiendo de cada lugar, la voz sube o baja medio tono. Eso no es casual.
Desde hace años investigo en qué tonalidad está afinada Nôtre Dame por ejemplo. Cómo componían los músicos para cada espacio y cómo cada uno de ellos tiene su propia afinación. Las Catedrales góticas tienen una estructura matemática que se corresponde a la escala armónica de una fundamental. Con las proporciones de una fundamental. Y esa fundamental es la misma en todos los templos que he visitado. No son construcciones hechas de forma intuitiva, sino que corresponden a una vibración.
La manera de acceder a este trabajo también es particular
Métanse en la página www.queesmusica.com y además de poder acceder a este libro poniéndole el precio que usted crea que tiene este trabajo cultural y científico que hemos hecho. Es una obra que ayuda a entender qué es la música, con más de 50 colaboradores de artistas o investigadores de primera línea del panorama nacional o internacional que se aproximan a ella.