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Cultura

“Historias al ritmo de Chacalón”, de Fernando Carrasco Núñez

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Hace muchos años, en la década de los ‘80s, por esas cuestiones del azar, caí en la Carpa Grau.  Fue la primera vez que escuché en vivo a Chacalón y la Nueva Crema. Salíamos de un concierto subte por el centro de Lima y rebuscábamos Pisco Vargas o Conde de los Andes o Camino al Cielo.  Éramos un grupo de subterráneos de 18 años caminando por las callejuelas adyacentes a la avenida Iquitos y a ese edificio infame conocido como Palacio de Justicia, noticiados de la venta de estos licores espirituosos en fondas de temida reputación.

Entre empujones, burlas y miradas que pasaban del asombro al achoramiento y del reto al desprecio, los que en aquella época conocíamos como chicheros, observaban nuestras ropas negras, los chancabuques de milico, los pelos parados o muy largos, los rostros desconcertados de muchachos mestizos como ellos, pero cuyos padres tal vez llegaron antes a esta Ciudad de los Culpables que no considerábamos nuestra. Así nos zampamos a la Carpa por unas rendijas, sobornando con media res a un cholo trejo que oficiaba de guachimán. Recuerdo claramente que Chacalón cantaba El Provinciano y cientos o miles o millones de circunstantes, para el caso da lo mismo, se agitaban dando pasitos que mezclaban el rock setentero con la salsa y las notas tristes del huayno serrano.  Hombres y mujeres vestidos con ropas multicolores bebían cerveza por hectolitros y coreaban con hondo sentimiento, soy muchacho provinciano me levanto muy temprano, para ir con mis hermanos, a trabajar, no tengo padre ni madre, ni perro que a mí me ladre, sólo tengo la esperanza, de progresar, busco una nueva vida en esta ciudad…

Recuerdo que el Chato Jorge (tránsfuga de la Universidad de Lima refugiado en la Agraria), subte de Lince y fanático de Echo and the Bunnymen, Siouxsie y Gabinete Caligari, groupie de los aurorales Voz Propia y pata de la gente de Eutanasia, me miró y me dijo, oe Troglo, estos si son subterráneos, huevón… no esos anarco-fumones, borrachos y vagos mantenidos de la Helden o de la Jato Hardcore, esta gente chambea, huevón y sufre de verdad, huevas, este es el verdadero Perú.  Mira, mira, causa, mira ese pogo, dijo señalando a la masa ondulante y ebria: panaderos, mecánicos automotrices, empleadas del hogar, ambulantes, obreros metal-mecánicos, carpinteros, jornaleros, campesinos sub-proletarizados llorando con la estremecedora guitarra del maestro Carballo y la peculiar voz de Chacalón y entonces, sin darnos cuenta, ya nos encontrábamos cantando Qué dolor siente mi corazón…

Papá Chacalón.

Desde ese entonces empecé a escuchar las canciones de Chacalón. Mi barrio de origen era un barrio que se ufanaba de salsero y rockero, en el mejor de los casos, paisanos “decentones” devotos del huayno clásico del Jilguero del Huascarán, Pastorita Huaracina o Picaflor de los Andes, pero nunca propensos a esa “horrible música de serranos achorados” que era como calificaban a la música chicha la mayoría de universitarios e incluso los radicales que habían tomado las armas, quienes repetían cual catecismo: el que habla de razas es racista, el que habla de clases es clasista.

Pocos años después coincidiríamos con Cachuca en los estudios de Filderes en Ingeniería, cuando aún se formaban las canciones iniciales de Los Mojarras y Semilla Nociva pergeñaba las primeras notas de El Poema Anarquista y País Racista.  Para entonces, la realidad del país era otra, pero la música chicha seguía permaneciendo al margen. A pesar de sesudos tratados sobre el tema, a despecho de los intelectuales izquierdosos y de los esnobs que adoptaban la chicharra como emblema, cualquier estilo chichero (luego le dirían cumbiambero para asimilarla a los medios), seguía estando al margen de la ley de los bienpensantes criollos-blancoides, quienes en su temor cerval al indio levantisco asociaban la guitarra rockera-huaynera matizada con raptos de salsa, con el delincuente asaltabancos y el cholo altivo que no cree en nada ni en nadie, ni siquiera en el dios de los cristianos. 

Testimonio esto porque he leído varios comentarios, seguramente bien intencionados, respecto a “Historias al ritmo de Chacalón”,  magistral libro de cuentos de Fernando Carrasco Núñez.  Y un lugar común a estas reseñas es aquél que reza que el libro narra la historia de la Lima marginal, chichera y lumpen. Palabras más, palabras menos, este es el lugar que se está haciendo común para aquilatar la obra de Carrasco.  Craso error de quienes solo ven la epidermis de una obra que auguro será mayor con el tiempo, la madurez y los cojones bien puestos del autor.

Fue Marx quien categorizó a ese segmento de las clases sociales conocido por no dedicarse a actividades productivas, si no a acciones al margen de las leyes del Estado, con el término lumpen-proletariado (lumpen en alemán vendría a ser andrajoso), una subclase inferior incluso a la del proletariado, carente de conciencia de clase y como pretendían ciertos sectores, el perfecto colchón o punto de apoyo de la burguesía para sus fines particulares. 

Una definición más precisa la brinda el propio Marx en el capítulo V (escrito en 1852) de “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”: “Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores, alcahuetes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos, en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de diciembre (…)”.

Pues bien, “Historias al ritmo de Chacalón” (SINCO Editores, 2020) de Fernando Carrasco Núñez (Lima, 1976), contiene algunas historias con personajes y argumentos propios de esa capa social tan temida por los criollos inservibles que se alucinan europeos, pero en conjunto el libro no es un fresco exclusivo de esa Lima lumpenesca, temida hasta la pichi por la izquierda almagrista y la derecha pizarrista, de esa Lima achorada compendio de los hijos del Perú Real, del Perú profundo, ese que le paró los machos al invasor chileno, al reptil Fujimori, al asesino AGP, al traidor Humala y a todos los Regentes que vienen gobernando nuestro país en contra de la voluntad popular manipulada en elecciones farsescas cada cinco años.  Esa Lima que muchos denuestan como lumpen (lo más cercano al lumpen-proletariado serían ahora los mototaxistas reguetoneros o la escoria caribe con estatus de refugiados políticos), esa no es la Lima que he podido percibir en el libro de Carrasco.

Veamos por qué digo todo esto y por qué resulta injusto ese reduccionismo facilista de etiquetar la narrativa de Fernando Carrasco, en particular la desplegada en este libro, como una oda al lumpen nacional, como la narrativa de la marginalidad. 

En primer lugar, los cuentos cumplen con el que tal vez deba ser el único requisito a exigir a cualquier creador: las historias están muy bien contadas, los cuentos son redondos y te mantienen en vilo, te conmueven, te asquean, te deleitan o simplemente te arrancan una sonrisa o una lágrima: este libro, amigos, se lee de un tirón.  No es pretensioso, ni artificiosamente almibarado, no desbarra en rosquetadas experimentales tan queridas por post-modernos de izquierda y derecha.  Desde lo más profundo del tuétano andino barrial, Carrasco chapa su chela, apela al recuerdo, usa su talento, conjura la nostalgia, afila la chaveta y empieza la fiesta de contar una buena historia, deleitando al circunstante, tal como lo hacía cuando entonaba boleros en el fenecido Bar de Ciro.

En segundo lugar, la verdadera narrativa del lumpen peruano, la auténtica narrativa de los marginales es, a mi entender, la narrativa de esos mamertos que se solazan contando historias onanistas de Mirafloresmanta, Sanborjayocc y La Molinamarca,  infradotados que alucinan ser ciudadanos del mundo,  hijos de milicos genocidas, sobrinos de congresistas rateros, entenados de altos burócratas ministeriales, hermanos de políticos de todos los pelajes, gaintelectuales incapaces de conmoverse con el llanto de un niño, marihuaneros sin horizonte, hijos de meretrices de la política lorcha, entenados de empresarios explotadores, escritorzuelos felatrices de Españistán y come-niños disfrazados de periodistas, es decir, el verdadero lumpen que apesta nuestra Patria, todos esos marginales al Perú hirviente de los barrios de un país con más de 32 millones de habitantes, mutantes de una realidad dolorosa, injusta y pletórica de historias que nada tendrían que envidiar al neorrealismo italiano o la narrativa de los jóvenes airados que tan bien contó el británico Alan Sillitoe en La Soledad del Corredor de Fondo, a mi parecer, el texto más inmediato al libro de Fernando Carrasco, vecino de Nocheto, El Agustino.

Cuando Chcalón canta, los cerros bajan.

Y como dicen que para muestra un botón, y como un solo botón sería mezquino, comentaré 3 cuentos redonditos, en donde relumbra la verdadera temática del libro: el racismo y la exclusión, la guerra de clases y la descomposición de una sociedad asentada en cimientos de papel, la habilidad y la honradez de un pueblo que sufre y trabaja sin descanso y sin temor a la muerte.

1. Carehuaco

2. El retorno de Carmela

3. Tú serás la causa de mi muerte.   

Carehuaco

Subtitulado “Llanto de un niño”, como la inolvidable canción de Chacalón, cuenta la historia de un niño que a la tierna edad de 8 años es rebautizado como Carehuaco, apelativo infame que en el Perú puede condenarte al acomplejamiento, al ostracismo y al fracaso.  El pequeño, cuyo nombre no se menciona, es oriundo del puerto de pescadores de Pimentel, en el norte peruano.  Hijo y nieto de pescadores, Carehuaco es el vivo retrato de su padre y es, además, el vivo retrato de los pescadores artesanales peruanos, esos hombres que se hacen a la mar en una chalana en busca del sustento cada madrugada, sin derechos laborales de ningún tipo, condenados por la gran industria pesquera y la contaminación a alejarse cada vez más mar adentro por cada vez menos pescado. El padre de Carehuaco es tragado una madrugada por la mar junto a tres compañeros y los cadáveres nunca aparecen. Aquí comienza la vida del niño norteño en la Ciudad de los Culpables: su madre, imposibilitada de hacerse cargo de 3 niños, decide enviarlo a Lima con sus tíos, mientras ella se queda en Pimentel (Chiclayo), trabajando para mantener a los 2 más pequeños, que ni siquiera pudieron conocer al padre.  Narrado en primera persona por el propio protagonista, quien lleva de la mano al maestro/escritor a través de la historia, este es sin duda alguna el relato más conmovedor del libro.  El personaje principal es un niño que a los 14 años recuerda cómo nació el apodo Carehuaco y cuenta sin complejos ni resentimiento las circunstancias en que surge el apelativo, atizado por la sabiduría y la discreción del maestro/escritor, alumbrados por un juguito de fresa con leche y varios cafés humeantes.   

El desenlace, magistral a mi modo de ver, ocurre cuando la maestra María Chumpitaz Arias lleva una mañana un libro de láminas para ilustrar la clase acerca de la Cultura Mochica.  Después de describir detalladamente los logros de esta gran cultura de la costa norte (arquitectura, hidráulica, la cultura militar y marinera, la orfebrería), la profesora saca de su cartera el libro bellamente ilustrado.  Va mostrando a los niños las imágenes de collares, orejeras, utensilios de oro, máscaras, hasta que aparecen las obras de alfarería: los famosos huaco-retrato.  En ese instante un palomilla grita, ¡Yarlequé, allí está tu cacharro!, y el salón revienta de risa.  Pero Carehuaco permanece impasible, maravillado, observando el huaco-retrato que le resulta tan familiar, que le trae a la memoria el rostro de su padre, el inconfundible rostro de su padre. De un momento a otro, sus ojos se inundan en lágrimas ante el recuerdo: “dirigente de los pescadores de Pimentel, aguerrido, sabio y fuerte como un algarrobo”.  Así era su padre.

La profesora lo abraza y lo saca del salón. Lo reconforta, lo instruye con sabiduría, le insufla amor propio, identidad y autoestima: “me dijo que yo siempre debería vivir orgulloso de mi padre, y, sobre todo, de haber heredado la inteligencia y la belleza de los antiguos moches”. 

Como es natural en Carrasco, este hermoso cuento tiene una banda sonora de amplio espectro.  Desde los gustos musicales de Yarlequé padre (La Paz y la Dicha y Llanto de un niño, de Chacalón y la Nueva Crema, valses, marineras y tonderos, entre los que menciona La Perla del Chira) hasta las canciones que la madre cantaba mientras cocinaba (Nueva Ola, baladas de Juan Gabriel) y los valses de Los Embajadores Criollos que entonaba su padre los domingos, las canciones fluyen como aguas trinas alumbrando escenarios y reforzando episodios.

Otro aspecto a destacar del cuento es la presencia inmanente del maestro/escritor y su bonita agenda de cuero verde. Más allá del fetiche, la presencia del Profe y su elegante agenda de cuero anuncian que el alter ego de Carrasco ya le echó el ojo a una buena historia. Lo demás es trabajo del artista. Carrasco no es un escritor profesional y dudo que quiera serlo.  Carrasco, lo sabemos, es Licenciado en Educación por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” y se gana los frijoles como profesor y la literatura, barrunto, la considera como un oficio con el cual interpretar el caos y el desorden de este mundo, que si le permite ganarse unos cobres, bienvenido sea, pero la dimensión psicológica y el despliegue intelectual, la ética y la estética de este volumen de cuentos me impiden pensar que, por lo menos ahora, Carrasco acomode las nalgas para  escribir-corregir–quemar sus naves literarias sólo por la ilusión de agenciarse unos cuantos morlacos.

Un cuento como Carehuaco en épocas de globoidiotización  y cosmopolitismo epidérmico, objetivo de las nuevas izquierdas y las derechas decrépitas, podría parecer a los paladares “finos” un alegato cuasi provinciano.  Pero  no debemos olvidar que se puede ser universal desde lo local, sin haber salido nunca incluso de tu propia manzana, porque como respondió Arguedas a Cortázar, “todos somos provincianos en este mundo, provincianos de las naciones y provincianos de lo supranacional”.

El retorno de Carmela

Carmela, muchacha ancashina, vive en Nocheto (Santa Anita) en un cuartito alquilado.  Oriunda de un caserío de Yungay es enfermera técnica y trabaja en una clínica de Lima.  Cada semana, los viernes por la noche, Carmela aborda un ómnibus interprovincial y enrumba hacia su natal Yungay, tras recorrer cerca de 500 kilómetros remontando la Cordillera de los Andes. Después de la obligatoria visita a la familia, la joven corre desesperada a los brazos de su amante secreta: el Hada Verde.

La técnica que usa Carrasco para narrar la historia demuestra que abundan en su taller literario las herramientas precisas para hilvanar fino.  Por un lado, el punto de vista omnisciente de una tercera persona cuenta a Carmela en remisión apelando al recuerdo para exorcizar las causas que la empujaron al vicio del alcoholismo. Por otro, es la propia Carmela quien detalla su historia a su apreciado profesor del taller de literatura.

Esta técnica usada por Carrasco resulta funcional para el difícil tema del alcoholismo femenino.  Carrasco deja fluir la historia en labios de Carmela, desde que siendo una adolescente se refugia en el licor para librarse del miedo y de la presencia lacerante de un agresor sexual (un familiar cercano venido desde Lima) que intenta someter a una pre-púber Carmela, casi con el consentimiento de su propia familia: Carmela debe enfrentar en soledad este episodio violatorio y el alcohol se convierte en refugio ante la imposibilidad de comunicar y exorcizar con alguien el atentado que sufre siendo niña.  Sin ápice de didactismo ni moralina, nos enteramos a través del desarrollo de la historia cómo la propia de familia es quien introduce juguetonamente a Carmela en el mundo del vicio. Los conocidos cumpleaños familiares, las festividades patronales, las fechas conmemorativas, cualquier pretexto es bueno para, entre bromas, obligar a los adolescentes a probar alcohol y son los propios padres y familiares directos quienes conducen a sus hijos al desbarrancadero donde mora Baco. 

Pero no es el canal familiar el único sendero para llegar a enviciarse con la droga más consumida entre los adolescentes peruanos.  El ambiente amical de Carmela, primero en el colegio y el barrio y luego en el Instituto de Enfermería de Yungay, en donde en contra de cualquier pronóstico, Carmela se gradúa de enfermera (porque era “una borrachita responsable”) y luego la Clínica limeña en la cual recala la protagonista, en todo lugar la muchacha encuentra una pandilla de dipsómanos dispuestos a entablar relaciones íntimas con el Hada Verde, algo que se inicia como un juego divertido y placentero pero termina desarmando el cerebro hasta apagarlo.

Sin embargo, son la vergüenza y el amor propio de Carmela los que la conducen a la decisión de escapar del Hada Verde que la tiene aprisionada y a punto de acabar con la dignidad de su existencia y con su propia vida. Sabemos que el alcohol daña los lóbulos frontales y temporales de la corteza cerebral.  Estas zonas del cerebro son las encargadas de procesos complejos como el control de los impulsos, el ajuste a las normas sociales, la autopercepción en sociedad y los propios comportamientos personales. Es decir, las zonas más importantes para controlar los problemas con la bebida resultan ser las más dañadas por el alcohol y por tanto, a más trago por más tiempo, mayor será el daño infligido al cerebro y al organismo.

Tal pareciera que Carrasco ha vivido la experiencia en carne propia, porque la descripción del período de abstinencia de Carmela, desde que toma la decisión de librarse del Hada Verde —es así como llamaba Wilde al ajenjo, el elíxir espirituoso de 89° preferido por la bohemia del siglo XIX—  hasta el momento en que debe pasar la prueba de fuego en el matrimonio de su hermana, es vívida y real.  Carmela resulta victoriosa y logra mantener la abstinencia: es  joven todavía, se aferra a los recuerdos bonitos de su infancia rural, al cariño de su familia, al recuerdo de su pueblito, a las canciones y el amor familiar que alumbraron sus primeros días.

Ante el espectáculo macabro de la descomposición de la Sociedad Andina (incluyendo en el término a la 100% andina Ciudad de los Culpables), siempre resultará interesante la banda sonora de cada cuento que nos entregue Fernando Carrasco. Porque la sinfonía de las ciudades cosmopolitas e hiper-pobladas constituye el trasfondo de la épica de los mortales comunes que se buscan el sustento diario en sus calles, parques, plazas, mercados y en los más impensables vericuetos.

En este caso, la odisea de Carmela transcurre al ritmo de la cumbia peruana y del huayno moderno.  Acompañan en las diferentes etapas de la odisea de la protagonista los huaynos de Sonia Morales (Perdóname) y Dina Páucar (Volveré), los cuales juegan probablemente una doble función: por un lado, evocan una infancia feliz lejos del mundanal ruido en su Yungay natal, pero por otro, a través precisamente de esa nostalgia, conducen o mantienen a Carmela en el desbarrancadero en el cual Baco celebra eternamente. Escuchamos también las cumbias de Agua Marina (El casorio) y Armonía 10 (Herido corazón, El Cervecero) y las del sempiterno Chacalón, idolatrado en el natal caserío de Carmela por su viejo amigo El Conejo chacalonero y que al ser escuchado en el barrio que le da cobijo en Lima (Nocheto, barrio chacalonero como el que más), la conduce a la añoranza y al deseo irrefrenable de aliviar la nostalgia en el alcohol.

Finalmente es imposible dejar de recordar el famoso poema El Brindis del Bohemio del mexicano Guillermo Aguirre Fierro (Pero en todos los labios había risas/Inspiración en todos los cerebros/Y repartidas en la mesa/Copas pletóricas de ron, whisky o ajenjo), ante el recuerdo de la familia perdida por culpa del vicio y las malas juntas que Carmela rememora en el bus de retorno a su pueblo natal.  La Carmela de Carrasco es el arquetipo de cierta mujer novo-andina, aquella que sale adelante pese a las vicisitudes y pese a que la mujer es más susceptible que el hombre a problemas asociados con el consumo de alcohol, tanto problemas de salud como de dependencia, por no mencionar la vulnerabilidad de una mujer ebria a recibir agresiones sexuales. 

Carrasco en la tumba de Chacalón en el cementerio El Ángel.

Tú serás la causa de mi muerte

Para el común de peruanos el término lumpen carece de significado, les resulta absolutamente desconocido. Incluso para jóvenes universitarios salidos de las canteras de las universidades-pollería de los últimos años, la palabra lumpen o lumpen-proletariado sonará a insulto en alemán o quechueslovaco, algo así como reconchetumare. Pero si les mencionas que el causa en cuestión es palomilla, bandidito, chueco, choro, ladrón, como que los muchachos ya van comprendiendo como es la nuez.  Un causa puede ser choro, pero si no choca con el barrio (como los choros de antaño), entonces el causa es bandidito no más.  Si el causa es un choro (torreja, monse, faite, taita, en fin) que tuvo que colgar los guantes porque lo lisiaron en un enfrentamiento, porque reflexionó en cana o porque vio la luz en algún lugar de culto evangélico, entonces ese choro plantado se dedicará a escuelear a los jóvenes del barrio sobre las inconveniencias de tan finos y elegantes menesteres. Sin embargo, hay otros que no se arrepienten nunca y aun cuando hayan colgado los guantes, mediante el viejo oficio de contar historias, se dedican a trabajar el ingenio y a ser memoria viva del gremio.

Uno de estos “hombres de la noche”, surgido de un barrio del cono este de Lima, es quien cuenta la historia al Escritor Noctámbulo en un bar del centro de Lima, no sin antes advertirle al colega (porque a fin de cuentas ambos son contadores de historias) que lo que va a escuchar es una verdadera historia (no una  historia verdadera): vitalista, callejera, “…no sonseritas de pecho frío, poseras e intelectuales”.

El arte de Carrasco se afina en este relato. El narrador es presentado como un lector impenitente, pero es a la vez un causa trabajado por la vida, un tipo con calle, lo cual le ha permitido entre otras insignias, conseguir joyas literarias a precios irrisorios (Arlt, Hemingway) y hacerse de historias asombrosas. Víctima del extraño vicio de leer caminando, empieza a referir su historia en la particular jerga de los conos de Lima, principiando en una infancia dura y llena de carencias con alusiones concretas al desastre del primer gobierno aprista, a la adolescencia pelotera en medio de los apagones causados por la voladura de torres de alta tensión en los ochentas y aquella canción “Viento” como dolorosa banda sonora de una niñez en la que aprendió a contar ficciones a sus patas del colegio para hacerse invitar el fiambre.  Sin censuras, el narrador oral va indicando al Escritor Noctámbulo los secretos para contar una buena historia, sin desviarse, exagerando un poquito pero haciéndola siempre creíble, sobre todo si  uno es el protagonista, “las cositas claves del escenario y de los personajes, minucias, gestos”.

Resulta curioso, ignoro si ha sido adrede, pero quien haya conversado con un narrador oral de estratos populares, descubre una capacidad increíble para hilar historias, la cual es mayor por la capacidad para improvisar, si el narrador es un individuo carente de preparación académica, si es un contador de historias nato. Esta capacidad nacida involucra actividades cerebrales complejas como recordar, manejar diferentes registros lingüísticos, leer, escribir, escuchar, recrear y componer música inclusive.

Para quienes hemos entroncado nuestro destino con el pueblo, subleva la incapacidad de la juventud actual para hilvanar apenas frases u oraciones inteligibles. Influencia de la televisión y la radio, del lenguaje cibernético y del reguetón vomitivo parido en las máquinas clónicas en el norte de América, los muchachos de estos días, se distinguen por su afasia y su incapacidad para comunicar ideas, emociones y sentimientos.  Pero, si uno se adentra en el corazón de los diferentes estratos de la masa viva, la cosa cambia.

Entonces, en personajes tan disímiles como los que presenta Carrasco, ¿cuál es la índole de la memoria? ¿Sería posible el pensamiento sin lenguaje? Según algunos neuro-psicólogos todos los procesos del pensamiento involucran o están determinados por el lenguaje y la afasia significa la muerte de la cognición.  Según otros, como los seguidores de Jean Piaget, pensamiento y lenguaje son corrientes separadas y creen que el pensamiento puede proseguir en forma inalterada pese a una afasia aguda.

Muchos pensadores han asociado la descomposición del lenguaje con la corrupción o descomposición social. Octavio Paz dice que “cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje”, Karl Kraus creía que toda depravación de la palabra permite reconocer la depravación del mundo, la prueba de que algo está podrido en la base. Consideraba Kraus que la corrupción lingüística era la causa de la degradación de los pensamientos y las conciencias; según él, las personas que hablan mal y escriben mal también pensarán y actuarán mal.

Carrasco, hijo del pueblo, ha conseguido maridar sin problemas el lenguaje lumpen de la Lima actual (incluida la jerga del hampa), con una prosa elegante y eficaz, carente de barroquismos ociosos.

El relato recorre sin dar tregua al lector escenarios tan disímiles como las cantinas de El Agustino y Barrios Altos, el óvalo de Santa Anita, un local en La Molina y el famoso Bar del Sastre en Nocheto, que es donde se va gestando la historia central del relato:  el viaje del protagonista a Tingo María, en la selva central del Perú, llevando un misterioso Toyota Yaris color guinda, por encargo de gente colombiana metida en “asuntos bien serios”, a través de un viejo conocido del anti-héroe del cuento, un zambo apodado Metralleta. Metralleta es un zambo canero y de poco confiar, famoso además por gilero y recurre al anti-héroe, hijo empobrecido de un antiguo Rey de la Papa abastecedor de las pollerías grandes de Lima, bonanza que le permitió al protagonista estudiar en el CMLP y aficionarse a las armas de fuego, afición que más tarde le servirá para agenciarse de un dinero extra.  Browning, Magnum y otros fierros, con el número de serie bien limado, le permiten ganarse unos cuantos cobres adicionales a su trabajo como taxista en un destartalado Daewoo Tico color amarillo.

De manera increíble, el carro estaba limpio de cualquier tipo de droga, pero era el gancho para endulzar al Chatín (el protagonista-narrador) con el fin de trasladar un cargamento de veinte kilos de cocaína desde Tingo María hasta Lima, en complicidad con un agente del CORAH (un proyecto especial de control y reducción de la coca en el Alto Huallaga, financiado por EU).  Todo está conversado, le van a dar incluso un nuevo DNI y es imposible que algo salga mal. El protagonista se debate en un mar de dudas, pero es pobre y siempre le ha gustado correr riesgos. Recuerda con nostalgia las buenas épocas de su vida, cuando el padre tenía dinero. Su joven mujer está gestando y no tiene seguro social ni un trabajo fijo.  Este segundo viaje le permitirá agenciarse un buen puñado de dólares y, si todo sale bien, armará un negocio en Lima, una bodeguita, tal vez una librería o un pequeño restaurante, lo que sea.  Las dudas atormentan su alma, pero como la primera vez se dice, o todo o nada.

Después de varias vueltas de tuerca magistrales, el desenlace del cuento es contundente e inesperado: Metralleta engaña a los colombianos, “cierra” a los policías cómplices del engaño, se queda con la droga, no le paga al Negro Humo, torturador de los colombianos para lograr el rescate, incluso ha sembrado una leyenda difundida por el Pucarino: ha sido ajusticiado por unos chiquillos lúmpenes del Callao y su cadáver arrojado en un basural de Caquetá. Pero Metralleta no puede engañar al más sapo de todos, al que se la tenía bien jurada, al dueño de la Beretta Magnum.

Colofón

Si esperábamos encontrar en la narrativa desplegada por Carrasco los viejos tópicos alusivos al Ande, apus tutelares, jarjachas terroríficas y wamanis sagrados, nos daremos de muelas contra el pavimento ahuecado, sucio y maloliente de las calles de Lima, mega-urbe en la cual se entremezclan al ritmo de Chacalón los hijos de los migrantes de todo el país, conformando una nueva raza que aún no sublima su más pura esencia por múltiples causales de orden social, político y económico, pero que en el camino irá adquiriendo forja e identidad, tal como lo hacen los inolvidables Carehuaco, Carmela, Jacinto y Eliseo, los Once Chavetas, los habitúes al Bar del Sastre y qué duda cabe, el personaje principal de todos los cuentos: el inconfundible Profe y su boina y zapatos marrones, pantalón beige y agenda de cuero verde, regalo de Carmela. Es el Profe quien logra arrancar con su sabiduría, cariño y paciencia las potentes historias a los personajes más disímiles como los que hemos disfrutado en los siete cuentos de Carrasco. 

A manera de epílogo anotaré que a lo largo de este hermoso volumen de cuentos permanece latente y dolorosa la herida principal que desgarra a la sociedad peruana real, no esa que se cuentan entre ellos mismos los malcriados ahijados del Marqués Lorcho. Comenzando por el niño norteño marginado con esa aleve maldad infantil por otros como él mismo, debido a las facciones de su rostro pre-hispánico, hasta el equipo de fútbol de los Once Chavetas, cruzando por la joven Carmela (huanuqueña, huaracina, huancaína, yungaína, puneña, con toda justicia neo-limeña) recuperada del alcoholismo por su fuerza de voluntad y el amor familiar, este volumen de cuentos arranca el velo con el cual el capitalismo de alta intensidad (implantado violentamente en el Perú hace casi 30 años) pretende ocultar nuestros rostros: seguimos todavía a una distancia sideral del pretendido paradigma integrador y optimista que planteara el Inca Garcilaso de la Vega hace más de 4 siglos. Ese sueño integrador de Garcilaso, convenientemente defendido por los que disfrutan de las gollerías de un sistema económico y un orden social injusto, asesino de las ilusiones de un pueblo de “hombres que aman y luchan llevados por un cruel destino”.

Comentarios

Rafael Inocente (Lima, 1969) Escritor peruano, autor de la novela “La Ciudad de los Culpables” (1° Ed. 2007, 2° Ed. 2012, Editorial Altazor), “Discursos contra la Bestia Tricéfala” (con Arturo Delgado Galimberti y Rodolfo Ybarra, 2009, Hipocampo Editores) y el libro de cuentos “No todas van al Paraíso” (Editorial Altazor, 2013). Colabora en la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org)y en la Revista de IDL (Instituto de Defensa Legal), entre otras publicaciones digitales.

Cultura

Más de 40 bandas se presentan en la Fiesta de la Música 2023

Del 16 al 22 de junio más de 20 conciertos gratuitos distintos en 9 distritos limeños. Desde Francia llega Karimouche y compartirá escenario con Hit La Rosa y Carlos Cruzalegui

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La Fiesta de la Música o Fête de la Musique es una de las fiestas en honor a la música más grandes alrededor del mundo celebrada por más de 120 países y 250 ciudades. En el Perú se celebra en las sedes de la red Nacional Alianza Francesa: Arequipa, Chiclayo, Cusco, Piura y Trujillo. La Alianza Francesa de Lima, con el apoyo de la Embajada de Francia, ha preparado una programación especial del 16 al 22 de junio, que incluye alrededor de 40 bandas en más de 20 escenarios distribuidos en 9 distritos limeños. Para conocer más de la programación, visitar la página web www.aflima.org.pe y las redes sociales de la institución (Facebook, Instagram y Tik Tok).

El concierto central, que se realizará en el Parque Kennedy de Miraflores el sábado 17 de junio a partir de las 3: 00pm., acogerá a la artista francesa Karimouche, cantante que reivindica sus orígenes Bereberes de África del Norte en un álbum resueltamente feminista “Folies Berbères ” (sello AT(H)home). Karimouche es una artista que habla de la importancia de conocer sus raíces y de decir “lo que uno piensa”. La artista también hará una gira nacional: el 13 de junio se presenta en Trujillo y el 15 de junio, en Piura.

Karimouche.

Karimouche compartirá escenario con Hit La Rosa, una banda peruana de psicodelia tropical que se inspira en el sonido primigenio de la cumbia peruana y explora el folklore de diferentes culturas del mundo. Para el New York Times, “superó el ritmo clip-clop de la cumbia con letras surrealistas, solos de guitarra reverberados por el surf y ecos y arrebatos psicodélicos”. En el mismo escenario también se contará con el cantante y compositor Carlos Cruzalegui, que fusiona el festejo con el rock, el jazz y otros géneros son parte fundamental de su repertorio. “Carlos Cruzalegui tiene una voz hermosa. Tan distinta de otras. No hay que ser melómano o crítico para afirmarlo” (Gabriela Machuca Castillo, El Comercio). Además, se presentarán también las bandas y artistas Nero Lvigi, Skillbea y Camenio en el mismo escenario. 

Hit La Rosa.

El Rímac se suma a esta edición con un concierto que se realizará en el Paseo de Aguas. Se contará con los artistas emergentes locales como Travesía, Crik Faluzi, Alejaru, Janice Carpenter, Denso y Flora Masato, cuyos géneros van desde la cumbia amazónica, el reggae, el pop urbano, el soul, el indie rock, la fusión hasta el ska reggae punk.

Además del escenario del Paseo de Aguas en el Rímac y en el Parque Kennedy de Miraflores, el público podrá disfrutar conciertos gratuitos y de diversos géneros en el Goethe Institut, en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Vega (Cancillería), en ICPNA del Centro de Lima, en el Cultural Station del Centro Cultural Británico, en el Gran Teatro Nacional, en la Casa de la Literatura Peruana, en el Museo Central-MUCEN (en alianza con UPC Cultural), en el Centro Cultural PUCP, en el Auditorio de la Derrama Magisterial (en alianza con la Asociación Peruana Japonesa), en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (en alianza con la Universidad Nacional de Música), en el Parque Municipal de Barranco, en la Plaza de los Bancos – Jesús María, en la Sala Alzedo – Teatro Segura, Casa Bulbo Centro Centro Cultural, en el LOC Studio – Centro de Lima, en la Casa de la Cultura de Lince, en el Parque de la Felicidad – San Borja y en nuestras sedes de Miraflores (en alianza con la Universidad Nacional de Música), Jesús María y Las Molina. 

En esta edición participan más de 250 artistas agrupados en más de 40 bandas y proyectos musicales como el Coro Infantil Sinfonía por el Perú, Cadenzza Strings, Jose Sanro, Fone, Braulio, Retumbaya, Peña de CIAM, Ximena Ingü, Pilar de la Hoz, Perú Saltado, Tessy Trujillo, Luz María Carriquiry, Búho Clan, Camerata Vocal de Lima, Andrés Vargas Pinedo y los Fabulosos del Sonido Selvático, el Cuarteto ICPNA, el Elenco de Música de la UPC, Cuerdas Nikkei, la Camerata Vocal de Lima,  entre otros.

Por último, para los músicos, egresados, docentes y estudiantes de música interesados en la formación en música en Francia, contaremos con la charla virtual “Estudiar Música en Francia”, a cargo de Campus France Perú, el martes 20 de junio a las 8: 00pm., en la cual se expondrán las oportunidades de estudios en los más de 450 conservatorios en todo el país y los requisitos necesarios para iniciar tus estudios y ser parte de los más de 2000 estudiantes de grandes conservatorios en Francia. 

PROGRAMA
Viernes 16 de junio

Sonidos Culturales: Entre Francia y Perú.
Organiza: Centro Cultural Inca Garcilaso – Cancillería
Músicos:
Cuarteto de saxofones Miski: Juan Clímaco Huayre Cochachin, Camila Beatriz Huarcaya Salazar, Miguel Angel Pavia Melgar y Jhonatan Vásquez Pino.
Lugar: Centro Cultural Inca Garcilaso (Jr. Ucayali 391, Centro de Lima)
Hora: 7:00 p.m.

Cuerdas Nikkei
Organiza: Asociación Peruano Japonesa y la Derrama Magisterial
Músicos:
Cuerdas Nikkei
Lugar: Auditorio principal de la Derrama Magisterial (Av. Gregorio Escobedo 598, Jesús María)
Hora: 7:30 p.m.

Danzas y Retreta Musical de Fiesta
Organiza: Municipalidad de Jesús María
Músicos:
Los Primos & Compañía Artística “Visiones”
Lugar: Plaza San José – Jesús María
Hora: 5: 00 p.m.

Sábado 17 de junio

Concierto Central de la Fiesta de la Música
Organizan: Alianza Francesa de Lima, Embajada de Francia y Municipalidad de Miraflores
Músicos:
Karimouche
Hit La Rosa
Carlos Cruzalegui
Nero Lvigi
Skillbea
Camenio
Lugar: Av. Diagonal, frente al Parque Kennedy – Miraflores
Hora: 3:00 p.m.

Fiesta de la Música – Rímac
Organizan: Alianza Francesa de Lima y Municipalidad de Rímac
Músicos:
Travesía
Crik Faluzi
Alejaru
Janice Carpenter
Denso
Flora Masato
Lugar: Paseo de Aguas – Rímac
Hora: 3:00 p.m.

Fiesta de la Música – Parque Municipal de Barranco
Organiza: Municipalidad de Barranco
Músicos:
Cadenzza Strings
Jose Sanro
Fone
Braulio
Retumbaya
Kevin Salcedo
Peña de CIAM
Lugar: Parque Municipal de Barranco
Hora: 3:00 p.m.

Hay una Fiesta en el Lago: Ximena Ingü en Concierto
Organiza: Goethe-Institut
Músicos:
Ximena Ingü
Lugar: Goethe-Institut (Jr. Nazca 722, Jesús María)
Hora: 5:00 p.m.

Jazz con Sabor Peruano
Organiza: Británico Cultural
Músicos:
Pilar de la Hoz
Lugar: Cultural Station (Calle Bellavista 546, Miraflores)
Hora: 5: 00 p.m.

Sala Alzedo – Teatro Segura
Organiza: Municipalidad de Lima – Gerencia de Cultura
Músicos:
Perú Saltado
Programa Música para Crecer
Luz María Carriquiry
Lugar: Sala Alzedo – Teatro Segura (Jr. Huancavelica 251, Centro de Lima)
Hora: 6: 00 p.m.

Loc Sessions
Organiza: Municipalidad de Lima – Gerencia de Cultura
Músicos:
Búho Clan
Lugar: LOC Studio (Jirón Hernán Velarde 239 – 240)
Hora: 6:00 p.m.

Concierto Coral
Organiza: Municipalidad de San Borja
Músicos:
Camerata Vocal de Lima
Lugar: Parque de la Felicidad – San Borja
Hora: 7:00 p.m.

Cuarteto ICPNA en Concierto
Organiza: Instituto Cultural Peruano Norteamericano – ICPNA
Músicos:
Cuarteto ICPNA: Franklin Gargate (violín y director), María Foust (violín), Iván Pierantozzi (violonchelo) y un invitado en la viola.
Lugar: Auditorio ICPNA Lima Centro (Jirón Cuzco 446, Cercado de Lima)
Hora: 7:00 p.m.

Nuestras voces
Organiza: Casa de la Literatura Peruana
Músicos:
Coro Infantil Núcleo San Juan de Lurigancho
Coro Juvenil Núcleo Rímac
Coro Infantil Sinfonía por el Perú
Lugar: Casa de la Literatura Peruana (Jirón Áncash 207, Centro de Lima)
Hora: 7:00 p.m.

Klúa – Fiesta de la Música
Organiza: Especialidad de Música FARES-PUCP / CCPUCP
Músicos:
Klúa
Lugar: Martina – Comida y Café del Centro Cultural PUCP (Av. Camino Real 1075, San Isidro)
Hora: 9:30 p.m.

Elenco de Música Peruana UPC
Organiza: Museo Central-MUCEN y UPC Cultural
Músicos:
Elenco de Música Peruana UPC
Lugar: Museo Central, Banco Central de Reserva del Perú (Jirón Lampa 474, Lima)
Hora: 5:00 p.m.

Électronique Française
Organiza: Casa Bulbo
Músicos:

Israel Vich
Ludovic
Diego Hidalgo
Lugar: Av. Bolognesi 660, Barranco
Hora: 7:00 p.m.

Fiesta de la Música en la Alianza Francesa de Lima
Sedes: Miraflores, Jesús María y La Molina
Hora: 11: 30am.

Lunes 19 de Junio

Concierto Caleidoscopio Musical
Organiza: Municipalidad de Lince
Músicos:
Instituto de Arte de la Universidad San Martín de Porres.
Lugar: Auditorio de la Casa de la Cultura de Lince (Av. Militar 1966, Lince)
Hora: 7:00 p.m.

Todas las Músicas en homenaje a la Fiesta de la Música
Organiza: Universidad Nacional de Música
Músicos:
Lima Brass Quintet
¿Quién hace tanta bulla?
Tierra
Lugar: Teatro de la Alianza Francesa de Lima (Av. Arequipa 4595, Miraflores)
Hora: 7:00 p.m.

Martes 20 de Junio

Gala de Música Académica
en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú
Organiza: Universidad Nacional de Música y Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú
Músicos:
Quinteto Granda
Cuarteto de Saxofones “Saxture”
Composiciones Electrónicas de la UNM
Lugar: Plaza Bolívar, Pueblo Libre
Hora: 7:00 p.m.

Charla: Los estudios de Música en Francia

Organiza: Campus France Perú
Modalidad: Virtual
Hora: 8:00 p.m
Ingreso Libre vía Facebook: Alianza Francesa Cultura / Lima

Miércoles 21 de junio

Alegría de la Selva
Organiza: Gran Teatro Nacional
Músicos: Andrés Vargas Pinedo y los Fabulosos del Sonido Selvático
Lugar: Foyer del Gran Teatro Nacional (Av. Javier Prado Este 2225, San Borja).
Hora: 7:00 p.m.

Jueves 22 de junio

Recital Acústico de Piano
Organiza: Municipalidad de San Isidro
Músicos: Tomas Wong
Lugar: Auditorio Centro Cultural El Olivar
Hora: 7:00 p.m.

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Cultura

Una forma de enfrentar la piratería musical de la mano de la tecnología

Latín Music Record empresa dedicada a la distribución digital un nuevo concepto para la difusión en todas las tiendas como Spotify y YouTube Music.

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A través de este servicio de distribución musical, el artista podrá llegar a más personas en diferentes países. La distribución digital permitirá que los artistas tengan mayor cobertura a través de sus redes digitales, permitiendo que tengan control sobre la monetización de su material. 

Esta es una forma de enfrentar a la piratería informática. La tecnología esta vez será el gran aliado del artista y Latín Music Record propone una forma de trabajar donde el artista tendrá mayor control sobre su material y los resultados en la monetización que reciba.

El beneficio de la digitalización permite la difusión de una manera orgánica al punto que tenemos la satisfacción de haber producido videos con más de 30 millones de visualizaciones. 

Esta es una forma de acerca al artista a su público sin pasar por alta sus derechos como autor o interprete. Ayudamos a artistas y sellos a desarrollar un negocio exitoso y sostenible, sin importar la etapa en la que se encuentren inicial o avanzada.

La digitalización y difusión del contenido artístico permite llegar a más oyentes mediante la suscripción de las plataformas digitales la cual protege el contenido artístico.  Apoya la distribución global de música y video para artistas, sellos, editoriales y creadores de video.

Latín Music es una plataforma de autogestión con herramientas de marketing, promoción e inteligencia de negocios que te permite tener control absoluto sobre el proceso de distribución. 

Esta es una forma de brindarle a los artista las soluciones que buscan en el tema de distribución digital, marketing, promoción, contabilidad y soporte.

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Cultura

Carlos Chávez: “Ángel Chávez visualizó el mundo que hago ahora”

Carlos Chávez López, artista peruano radicado en Nueva York conversó con Lima Gris sobre su reciente premio en Estados Unidos, su pasión por la pintura y el recuerdo de sus tíos Ángel y Gerardo Chávez.

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Carlos Fortunato Chávez López, es un artista peruano egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, actualmente radica en Nueva York, y hace unos días estuvo de paso por Lima y pudimos conversar con el sobre su trabajo pictórico, su vida en Estados Unidos y su recuerdo sobre sus tíos Ángel y Gerardo Chávez.

“Ángel Chávez era un artista de paleta abierta, era un hombre que conocía los colores, por eso doy gracias a Dios, porque me mandó una persona con una visualización de lo que realmente es ser artista”, menciona Carlos Chávez.

El artista peruano hace unos meses en Estados Unidos recibió el Premio Internacional de las Artes, un merecido reconocimiento por su obra y trayectoria.

En esta entrevista también nos cuenta detalles de la intensa vida cultural en Nueva York y nos revela que dejó el Perú por accidente.

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Cultura

Ítalo Morales: “La escritura está hecha de cicatrices”

El escritor chimbotano Ítalo Morales en esta entrevista nos habla sobre su nuevo libro de cuentos “Cicatriz de perro”

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Foto: El Comercio

Por Viscely Zarzosa

Ítalo Morales (Áncash, 1974) vuelve al ruedo literario con la publicación de una nueva obra narrativa: “Cicatriz de perro” (Índice Editores, 2023). Una vez más, el escritor chimbotano hace gala de su prosa bien elaborada y que reta a los lectores a enfrentarse a este cúmulo de historias intensas y vibrantes.

El crítico literario Gonzalo Pantigoso ha dicho que tu libro de cuentos “Cicatriz de perro” ofrece una lectura laberíntica. ¿Qué tipo de lectores busca el escritor Italo Morales?

El libro es un abanico de historias con un hilo que las va comunicando de alguna forma. He buscado crear atmósferas sombrías donde los personajes parezcan cruzarse en tiempos y espacios similares. Por eso, los relatos inician con los personajes en escena y desde ahí van desencadenando la historia hacia atrás o hacia adelante. El tipo de lector que buscaría sería quizás aquel que guste de armar piezas o datos dispersos.

Personalmente he encontrado un lenguaje muy fluido y estético, el cual se ve notoriamente en las descripciones. ¿Cuánto tiempo te toma el proceso de creación? ¿Finalmente tomas el control del cuento o es el cuento el que te controla?

Siempre la creación narrativa es acto de incesante tortura con el lenguaje. Personalmente demoro mucho porque me gusta oír el fluir de la prosa, que contenga ese ritmo necesario a la historia. Siempre he cuidado ese mecanismo donde palabra y emoción se equilibren, no se desgasten. Al principio hay un cierto control en la historia, pero como todo animal salvaje -como lo es un cuento- termina a veces por domarnos a su modo y vivencia.

En estos nuevos cuentos, por ejemplo en “Los hijos del viento”, encontramos personajes condenados por el sinsentido y la desgracia, y ya lo hemos visto en tus anteriores libros. ¿Se debe a la influencia de tus lecturas, hechos reales o solo son un producto de la imaginación?

Hay una cierta fatalidad en mis historias que quizás venga del plano del inconsciente. En mi narrativa, afín a mis lecturas, he buscado también los modos en que los personajes reescriban su pacto tácito con la vida. Creo que todo libro en el fondo tiene algo biográfico, cuyas formas o seres reales se van moldeando con la ficción.

¿Cuáles son esas cicatrices que incitan a uno a escribir?

Todos tenemos cicatrices. Hay heridas que han sido restañadas o mal curadas por el tiempo. En eso consiste la esperanza, saber convivir con las huellas en la piel, aun cuando tengas la fatalidad en la frente. La escritura también está hecha de cicatrices, de suturas, porque en el fondo la palabra es la piel de los que escriben. 

Has dicho que tu libro “Cicatriz de perro” es un homenaje a tu padre…

Sí, mi padre falleció hace dos años y hay un cuento que lo edifica de alguna forma. Es el último relato, que recrea la experiencia de un migrante en Chimbote. Surgió como un sueño donde vi a mi padre como un escritor enigmático, cuyo libro escrito en su juventud resultaba evasivo. A partir de ahí reconstruyo su memoria y ficción, donde se asienta en un puerto convulso, cuyas fauces de la modernidad lo marcarán para siempre.

¿Qué escritores han marcado tu carrera de escritor?

Los escritores que marcan mi manera de concebir la escritura son diversos. Desde mi admiración por narradores como Franz Kafka, Jorge Luis Borges, Italo Calvino, Raymond Clevie Carver hasta por novelistas como Fiódor Mijáilovich Dostoievski, Albert Camus, Marcel Proust, etc, así como la presencia de poetas geniales como Charles Baudelaire, Emily Dickinson, T. S. Eliot. La deuda siempre será inmensa.

 Tu obra literaria está conformada por cuentos y microrrelatos. ¿En algún momento incursionaste en otro género?

Básicamente soy un escritor de narrativa corta y de ensayos. En mis inicios escribí poesía cuyo destino quedó en el olvido. Es posible que este año se publique un libro de microensayos. Me gusta reflexionar sobre los aconteceres de la cultura, la filosofía y el lenguaje. Además, tengo un proyecto ya iniciado sobre la construcción de una novela.

Libros publicados

Es autor de los libros de cuentos Días de suerte, Camino a los extramuros, Destierro de Abel y otros cuentos y El lado materno de la muerte. También ha publicado los libros de microrrelatos El aullar de las hormigas y El cielo desleído.

(Entrevista publicado en la página Artes&Letras)

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Cultura

Arqueólogo Jorge Calero: “En el disco Echenique se ha podido registrar la representación de plantas sagradas”

Arqueólogo revela su investigación de plantas sagradas en la iconografía de la pluma Echenique, el disco Echenique y el disco Oberti. Aquí la entrevista.

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Desde la ciudad imperial, conversamos con el arqueólogo Jorge Calero, quien acaba de publicar su libro “El código secreto de los andes”, una investigación de 25 años que profundiza la presencia de las plantas sagradas encontradas en la iconografía de las piezas como la pluma Echenique, el disco Echenique y el disco Oberti.

Jorge Calero en la conferencia “El escudo del Cusco” en Casa Garcilaso.

Calero nos comentó todos los detalles de su investigación y de la conferencia de prensa que se realizó el 02 de junio en la Casa Garcilaso de la ciudad del Cusco. El importante trabajo será distribuido a nivel nacional y tendrá un costo de 50 soles. Además, anunció que pronto hará una presentación y conferencia en Lima.

Jorge Calero también se refirió a la crisis política de los últimos meses y de cómo viven esta crisis los hermanos cusqueños, ya que el sector turismo ha sido golpeado.

Aquí la entrevista completa. (Lima Gris conducido por Edwin Cavello se transmite todos los viernes de 5 a 6 pm por radio Planicie 91.5 FM)

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Cultura

Muñequita Linda: teatro, danza y música con la participación de Cecilia Borasino, Janet Gutarra y Pamela Gutiérrez

La obra se presenta desde el 17 de junio en la Casona Roja que dirige Jaime Lema.

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Tres mujeres creadoras e intérpretes, Cecilia Borasino, bailarina; Janet Gutarra, actriz y Pamela Gutierrez, cantante, fueron convocadas por Jaime Lema director, actor, bailarín para crear MUÑEQUITA LINDA, una propuesta que invita al encuentro de tres lenguajes escénicos: el teatro, la danza y la música. La obra que lleva el mismo nombre del popular bolero de antaño, abre un espacio para la reflexión acerca de la imagen distorsionada que aún persiste de la mujer en nuestra sociedad y se estrenará el sábado 17 de junio en La Casona Roja de Chorrillos.

Para la realización de este espectáculo multidisciplinario, cada una de las artistas invitadas, trabajó sus propuestas desde sus propios proyectos: Cecilia Borasino, Directora del Proyecto Atmósfera presenta Pandemonia; Janet Gutarra, integrante del elenco El Actor Bailarín presenta La Mujer Habitada con la dirección de Jaime Lema y Pamela Gutiérrez del proyecto YO Grito, presenta Te quiero, dijiste, también con la dirección de Jaime Lema.

Cecilia Borasino.

En Pandemonia Cecilia Borasino, directora e intérprete, propone una reflexión a partir del título de la obra: “¿A cuántas de nosotras nos cantaron Muñequita Linda, la canción? Y surgían las preguntas en nuestras mentes de niñas: pero si no soy rubia, mis cabellos no son de oro, mis labios no son de rubí y mis dientes no son perlas, entonces, qué soy? No soy una muñeca con la que puedes jugar, soy una mujer que siente, que ama y se enfurece. Una mujer creadora que engendra sueños y despierta conspiraciones, porque desde hace mucho tiempo ya no somos las muñequitas que se utilizaban y manipulaban al antojo de los machos alfa que tomaban tanto las decisiones como los cuerpos de las mujeres silenciando sus voces”, manifiesta Cecilia.

Janet Gutarra.

Por su parte Janet Gutarra en La Mujer Habitada, toma como fuente de inspiración la novela homónima de la nicaragüense Gioconda Belli. En su propuesta escénica una mujer regresa al lugar que la remonta a su infancia y más allá; ha recibido una casa de un familiar como herencia. Es el inicio de un viaje interior, de su encuentro mágico con sus antepasados, de la lucha de su pueblo, de su gente, la despedida del amor. Su gran viaje la lleva a recorrer como un sueño o una pesadilla, los últimos momentos de su vida pasada, al encuentro con los seres de pelos en la cara y bastones de fuego. Su muerte y la espera por 500 años.

Muñequita Linda culmina con Te quiero, dijiste en el que Pamela Gutierrez canta acerca de los amores que desgarran, como en el duelo; que llegan y se van sin avisar. Entonces en nosotros cobra vida el grito como impulso vital del amor que no nos abandona – incluso- a pesar nuestro.  A través de cuatro piezas musicales, Pamela comparte la travesía de una mujer que persigue la memoria de su amado, desde la pérdida hasta la continuación sin despedida.

Pamela Gutiérrez

La obra Muñequita Linda marca el inicio del I Encuentro de Espacios Alternativos 2023 creado por Jaime Lema, cuyo principal interés es el intercambio entre diferentes disciplinas artísticas y experiencias creativas, que se desarrollará en la Casona Roja a lo largo del presente año. La obra va desde el 17 de junio solo los sábados a las 8 pm. Las siguientes funciones son: 24 de junio y 1 y 8 de Julio. Información y reservas en el whatsapp: +51 944668137

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Cultura

Trisulco: la nueva poesía escrita desde San Marcos

Antonio Salerno incursiona en la poética con su libro titulado “Trisulco”.

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Un nuevo poemario acaba de irrumpir en el escenario poético nacional. Esta vez de la mano del novelista Antonio Salerno, quien hace su incursión poética en un debut que nace como fruto de la Maestría en Escritura Creativa de la Decana de América.

Se trata de una obra que, en palabras del crítico literario Marco Martos, contiene “versos de un castigado rigor…” en donde se “recoge la tradición literaria, los grandes temas de todos los tiempos, y añade su vocación personal, en permanente búsqueda de la originalidad”.

Es conocido el trabajo de Salerno como novelista, con Caza de cuervos se posicionó como una de las nuevas voces literarias peruanas. Sin embargo, su irrupción en la lírica no hace más que dejar en claro una versatilidad que lo reubica fuera de géneros y lo coloca en el ojo de los lectores con una aptitud de totalidad.

En los tiempos que nos acaecen, de muertes y represión, Salerno ha preferido la modestia y, en esta concordancia, ha presentado su poemario con un hermetismo absoluto. Dicha presentación fue llevada a cabo el 26 de mayo en una de las aulas del centro educativo miraflorino Independencia, en el cual el escritor dicta clases de literatura.

Esta poesía, comparada también con los clásicos líricos italianos Quasimodo, Montale y Ungaretti comienza, entonces, a teñirse de un misticismo que conversa desde lo público con “los problemas contemporáneos”, entiéndase como el contexto político peruano.

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Cultura

Exposición “Grados conjuntos” en el Museo de Minerales Andrés del Castillo

Las artistas Melissa Dupont, Gianna Pollarolo y Michele Prazak presentan “Grados conjuntos” en el Museo de Minerales Andrés del Castillo. Ingreso Libre.

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El Museo de Minerales Andrés Del Castillo presenta Grados Conjuntos, exposición colectiva organizada por el MADGalería de las artistas Melissa Dupont, Gianna Pollarolo y Michele Prazak bajo la curaduría de GBG ARTS. La muestra podrá visitarse hasta el 20 de junio en Jirón de la Unión – 1030El horario es de lunes a domingo de 10 a.m. a 5 p.m. El ingreso es libre.

“Grados Conjuntos” explora las relaciones materiales e inmateriales en torno a la forma y el movimiento que surgen entre las artistas Melissa Dupont, Gianna Pollarolo y Michelle Prazak, generando un espacio de diálogo e investigación sobre los procesos de percepción.

La muestra dirige las miradas entre juegos geométricos cuyo fluir, es cuestionar la percepción misma, deambulando entre cambios de estado y de estructura: una mímesis de la metamorfosis en cada obra.

Dupont, Pollarolo y Prazak toman y se apropian de la pintura en blanco que representa la sala como plano y componen con cada obra una pieza única en grados conjuntos, sensibilizando al espectador y sumergiéndolo en un mundo visual.

Gianna Pollarolo (Lima, 1972) es graduada en Pintura de la PUCP, ha sido finalista del X Concurso Nacional de Artistas Jóvenes y ha participado en la VIII Bienal Internacional Print & Drawing, Taipei Fine Arts Museums en Taiwán. De 1993 a 1995 fue directora de la Galería Signos en Lima. Ha participado en ferias internacionales entre las que destaca: Art Miami; ARCO en Madrid, PARC y Art-Lima. Forma parte de la Plataforma O’Artproject, proyecto de arte sin fines de lucro. Su obra forma parte de colecciones privadas como la de Manuel Santa Cruz y la Colección Hochschild en Lima, entre otras.

Michelle Prazak (Lima, 1977) es Licenciada en la Escuela de Bellas Artes “Corriente Alterna” y el Diplomado en Artes Plásticas en el Instituto Lorenzo di Medici en Florencia, Italia. Posteriormente culminó una Maestría en Artes Plásticas en Byan Shaw School of Art, Londres, Inglaterra. Ha sido profesora de pintura y dibujo en varias instituciones europeas, como la Universidad de las Artes de Florencia y el Centro Shadwell de Londres. Ha inaugurado cinco exhibiciones individuales hasta la actualidad en galerías del Perú y los Estados Unidos.

Melissa Dupont (Lima, 1983) es artista visual con formación en arquitectura y diseño. Magíster por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), con una especialización en fotografía de la Escuela de Fotografía y Centro de la Imagen (EFTI), España. Melissa inició su carrera durante sus años en España, donde se dedicó a desarrollar proyectos en artes visuales e intervenciones urbanas. Ha participado en distintas exhibiciones en Perú, Venezuela y Uruguay entre las que destacan “Supra”, Centro Cultural España en Lima (2019) e “Interludio”, Gbg Arts, Caracas, Venezuela (2021).

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