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Cultura

“Historias al ritmo de Chacalón”, de Fernando Carrasco Núñez

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Hace muchos años, en la década de los ‘80s, por esas cuestiones del azar, caí en la Carpa Grau.  Fue la primera vez que escuché en vivo a Chacalón y la Nueva Crema. Salíamos de un concierto subte por el centro de Lima y rebuscábamos Pisco Vargas o Conde de los Andes o Camino al Cielo.  Éramos un grupo de subterráneos de 18 años caminando por las callejuelas adyacentes a la avenida Iquitos y a ese edificio infame conocido como Palacio de Justicia, noticiados de la venta de estos licores espirituosos en fondas de temida reputación.

Entre empujones, burlas y miradas que pasaban del asombro al achoramiento y del reto al desprecio, los que en aquella época conocíamos como chicheros, observaban nuestras ropas negras, los chancabuques de milico, los pelos parados o muy largos, los rostros desconcertados de muchachos mestizos como ellos, pero cuyos padres tal vez llegaron antes a esta Ciudad de los Culpables que no considerábamos nuestra. Así nos zampamos a la Carpa por unas rendijas, sobornando con media res a un cholo trejo que oficiaba de guachimán. Recuerdo claramente que Chacalón cantaba El Provinciano y cientos o miles o millones de circunstantes, para el caso da lo mismo, se agitaban dando pasitos que mezclaban el rock setentero con la salsa y las notas tristes del huayno serrano.  Hombres y mujeres vestidos con ropas multicolores bebían cerveza por hectolitros y coreaban con hondo sentimiento, soy muchacho provinciano me levanto muy temprano, para ir con mis hermanos, a trabajar, no tengo padre ni madre, ni perro que a mí me ladre, sólo tengo la esperanza, de progresar, busco una nueva vida en esta ciudad…

Recuerdo que el Chato Jorge (tránsfuga de la Universidad de Lima refugiado en la Agraria), subte de Lince y fanático de Echo and the Bunnymen, Siouxsie y Gabinete Caligari, groupie de los aurorales Voz Propia y pata de la gente de Eutanasia, me miró y me dijo, oe Troglo, estos si son subterráneos, huevón… no esos anarco-fumones, borrachos y vagos mantenidos de la Helden o de la Jato Hardcore, esta gente chambea, huevón y sufre de verdad, huevas, este es el verdadero Perú.  Mira, mira, causa, mira ese pogo, dijo señalando a la masa ondulante y ebria: panaderos, mecánicos automotrices, empleadas del hogar, ambulantes, obreros metal-mecánicos, carpinteros, jornaleros, campesinos sub-proletarizados llorando con la estremecedora guitarra del maestro Carballo y la peculiar voz de Chacalón y entonces, sin darnos cuenta, ya nos encontrábamos cantando Qué dolor siente mi corazón…

Papá Chacalón.

Desde ese entonces empecé a escuchar las canciones de Chacalón. Mi barrio de origen era un barrio que se ufanaba de salsero y rockero, en el mejor de los casos, paisanos “decentones” devotos del huayno clásico del Jilguero del Huascarán, Pastorita Huaracina o Picaflor de los Andes, pero nunca propensos a esa “horrible música de serranos achorados” que era como calificaban a la música chicha la mayoría de universitarios e incluso los radicales que habían tomado las armas, quienes repetían cual catecismo: el que habla de razas es racista, el que habla de clases es clasista.

Pocos años después coincidiríamos con Cachuca en los estudios de Filderes en Ingeniería, cuando aún se formaban las canciones iniciales de Los Mojarras y Semilla Nociva pergeñaba las primeras notas de El Poema Anarquista y País Racista.  Para entonces, la realidad del país era otra, pero la música chicha seguía permaneciendo al margen. A pesar de sesudos tratados sobre el tema, a despecho de los intelectuales izquierdosos y de los esnobs que adoptaban la chicharra como emblema, cualquier estilo chichero (luego le dirían cumbiambero para asimilarla a los medios), seguía estando al margen de la ley de los bienpensantes criollos-blancoides, quienes en su temor cerval al indio levantisco asociaban la guitarra rockera-huaynera matizada con raptos de salsa, con el delincuente asaltabancos y el cholo altivo que no cree en nada ni en nadie, ni siquiera en el dios de los cristianos. 

Testimonio esto porque he leído varios comentarios, seguramente bien intencionados, respecto a “Historias al ritmo de Chacalón”,  magistral libro de cuentos de Fernando Carrasco Núñez.  Y un lugar común a estas reseñas es aquél que reza que el libro narra la historia de la Lima marginal, chichera y lumpen. Palabras más, palabras menos, este es el lugar que se está haciendo común para aquilatar la obra de Carrasco.  Craso error de quienes solo ven la epidermis de una obra que auguro será mayor con el tiempo, la madurez y los cojones bien puestos del autor.

Fue Marx quien categorizó a ese segmento de las clases sociales conocido por no dedicarse a actividades productivas, si no a acciones al margen de las leyes del Estado, con el término lumpen-proletariado (lumpen en alemán vendría a ser andrajoso), una subclase inferior incluso a la del proletariado, carente de conciencia de clase y como pretendían ciertos sectores, el perfecto colchón o punto de apoyo de la burguesía para sus fines particulares. 

Una definición más precisa la brinda el propio Marx en el capítulo V (escrito en 1852) de “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”: “Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores, alcahuetes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos, en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de diciembre (…)”.

Pues bien, “Historias al ritmo de Chacalón” (SINCO Editores, 2020) de Fernando Carrasco Núñez (Lima, 1976), contiene algunas historias con personajes y argumentos propios de esa capa social tan temida por los criollos inservibles que se alucinan europeos, pero en conjunto el libro no es un fresco exclusivo de esa Lima lumpenesca, temida hasta la pichi por la izquierda almagrista y la derecha pizarrista, de esa Lima achorada compendio de los hijos del Perú Real, del Perú profundo, ese que le paró los machos al invasor chileno, al reptil Fujimori, al asesino AGP, al traidor Humala y a todos los Regentes que vienen gobernando nuestro país en contra de la voluntad popular manipulada en elecciones farsescas cada cinco años.  Esa Lima que muchos denuestan como lumpen (lo más cercano al lumpen-proletariado serían ahora los mototaxistas reguetoneros o la escoria caribe con estatus de refugiados políticos), esa no es la Lima que he podido percibir en el libro de Carrasco.

Veamos por qué digo todo esto y por qué resulta injusto ese reduccionismo facilista de etiquetar la narrativa de Fernando Carrasco, en particular la desplegada en este libro, como una oda al lumpen nacional, como la narrativa de la marginalidad. 

En primer lugar, los cuentos cumplen con el que tal vez deba ser el único requisito a exigir a cualquier creador: las historias están muy bien contadas, los cuentos son redondos y te mantienen en vilo, te conmueven, te asquean, te deleitan o simplemente te arrancan una sonrisa o una lágrima: este libro, amigos, se lee de un tirón.  No es pretensioso, ni artificiosamente almibarado, no desbarra en rosquetadas experimentales tan queridas por post-modernos de izquierda y derecha.  Desde lo más profundo del tuétano andino barrial, Carrasco chapa su chela, apela al recuerdo, usa su talento, conjura la nostalgia, afila la chaveta y empieza la fiesta de contar una buena historia, deleitando al circunstante, tal como lo hacía cuando entonaba boleros en el fenecido Bar de Ciro.

En segundo lugar, la verdadera narrativa del lumpen peruano, la auténtica narrativa de los marginales es, a mi entender, la narrativa de esos mamertos que se solazan contando historias onanistas de Mirafloresmanta, Sanborjayocc y La Molinamarca,  infradotados que alucinan ser ciudadanos del mundo,  hijos de milicos genocidas, sobrinos de congresistas rateros, entenados de altos burócratas ministeriales, hermanos de políticos de todos los pelajes, gaintelectuales incapaces de conmoverse con el llanto de un niño, marihuaneros sin horizonte, hijos de meretrices de la política lorcha, entenados de empresarios explotadores, escritorzuelos felatrices de Españistán y come-niños disfrazados de periodistas, es decir, el verdadero lumpen que apesta nuestra Patria, todos esos marginales al Perú hirviente de los barrios de un país con más de 32 millones de habitantes, mutantes de una realidad dolorosa, injusta y pletórica de historias que nada tendrían que envidiar al neorrealismo italiano o la narrativa de los jóvenes airados que tan bien contó el británico Alan Sillitoe en La Soledad del Corredor de Fondo, a mi parecer, el texto más inmediato al libro de Fernando Carrasco, vecino de Nocheto, El Agustino.

Cuando Chcalón canta, los cerros bajan.

Y como dicen que para muestra un botón, y como un solo botón sería mezquino, comentaré 3 cuentos redonditos, en donde relumbra la verdadera temática del libro: el racismo y la exclusión, la guerra de clases y la descomposición de una sociedad asentada en cimientos de papel, la habilidad y la honradez de un pueblo que sufre y trabaja sin descanso y sin temor a la muerte.

1. Carehuaco

2. El retorno de Carmela

3. Tú serás la causa de mi muerte.   

Carehuaco

Subtitulado “Llanto de un niño”, como la inolvidable canción de Chacalón, cuenta la historia de un niño que a la tierna edad de 8 años es rebautizado como Carehuaco, apelativo infame que en el Perú puede condenarte al acomplejamiento, al ostracismo y al fracaso.  El pequeño, cuyo nombre no se menciona, es oriundo del puerto de pescadores de Pimentel, en el norte peruano.  Hijo y nieto de pescadores, Carehuaco es el vivo retrato de su padre y es, además, el vivo retrato de los pescadores artesanales peruanos, esos hombres que se hacen a la mar en una chalana en busca del sustento cada madrugada, sin derechos laborales de ningún tipo, condenados por la gran industria pesquera y la contaminación a alejarse cada vez más mar adentro por cada vez menos pescado. El padre de Carehuaco es tragado una madrugada por la mar junto a tres compañeros y los cadáveres nunca aparecen. Aquí comienza la vida del niño norteño en la Ciudad de los Culpables: su madre, imposibilitada de hacerse cargo de 3 niños, decide enviarlo a Lima con sus tíos, mientras ella se queda en Pimentel (Chiclayo), trabajando para mantener a los 2 más pequeños, que ni siquiera pudieron conocer al padre.  Narrado en primera persona por el propio protagonista, quien lleva de la mano al maestro/escritor a través de la historia, este es sin duda alguna el relato más conmovedor del libro.  El personaje principal es un niño que a los 14 años recuerda cómo nació el apodo Carehuaco y cuenta sin complejos ni resentimiento las circunstancias en que surge el apelativo, atizado por la sabiduría y la discreción del maestro/escritor, alumbrados por un juguito de fresa con leche y varios cafés humeantes.   

El desenlace, magistral a mi modo de ver, ocurre cuando la maestra María Chumpitaz Arias lleva una mañana un libro de láminas para ilustrar la clase acerca de la Cultura Mochica.  Después de describir detalladamente los logros de esta gran cultura de la costa norte (arquitectura, hidráulica, la cultura militar y marinera, la orfebrería), la profesora saca de su cartera el libro bellamente ilustrado.  Va mostrando a los niños las imágenes de collares, orejeras, utensilios de oro, máscaras, hasta que aparecen las obras de alfarería: los famosos huaco-retrato.  En ese instante un palomilla grita, ¡Yarlequé, allí está tu cacharro!, y el salón revienta de risa.  Pero Carehuaco permanece impasible, maravillado, observando el huaco-retrato que le resulta tan familiar, que le trae a la memoria el rostro de su padre, el inconfundible rostro de su padre. De un momento a otro, sus ojos se inundan en lágrimas ante el recuerdo: “dirigente de los pescadores de Pimentel, aguerrido, sabio y fuerte como un algarrobo”.  Así era su padre.

La profesora lo abraza y lo saca del salón. Lo reconforta, lo instruye con sabiduría, le insufla amor propio, identidad y autoestima: “me dijo que yo siempre debería vivir orgulloso de mi padre, y, sobre todo, de haber heredado la inteligencia y la belleza de los antiguos moches”. 

Como es natural en Carrasco, este hermoso cuento tiene una banda sonora de amplio espectro.  Desde los gustos musicales de Yarlequé padre (La Paz y la Dicha y Llanto de un niño, de Chacalón y la Nueva Crema, valses, marineras y tonderos, entre los que menciona La Perla del Chira) hasta las canciones que la madre cantaba mientras cocinaba (Nueva Ola, baladas de Juan Gabriel) y los valses de Los Embajadores Criollos que entonaba su padre los domingos, las canciones fluyen como aguas trinas alumbrando escenarios y reforzando episodios.

Otro aspecto a destacar del cuento es la presencia inmanente del maestro/escritor y su bonita agenda de cuero verde. Más allá del fetiche, la presencia del Profe y su elegante agenda de cuero anuncian que el alter ego de Carrasco ya le echó el ojo a una buena historia. Lo demás es trabajo del artista. Carrasco no es un escritor profesional y dudo que quiera serlo.  Carrasco, lo sabemos, es Licenciado en Educación por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” y se gana los frijoles como profesor y la literatura, barrunto, la considera como un oficio con el cual interpretar el caos y el desorden de este mundo, que si le permite ganarse unos cobres, bienvenido sea, pero la dimensión psicológica y el despliegue intelectual, la ética y la estética de este volumen de cuentos me impiden pensar que, por lo menos ahora, Carrasco acomode las nalgas para  escribir-corregir–quemar sus naves literarias sólo por la ilusión de agenciarse unos cuantos morlacos.

Un cuento como Carehuaco en épocas de globoidiotización  y cosmopolitismo epidérmico, objetivo de las nuevas izquierdas y las derechas decrépitas, podría parecer a los paladares “finos” un alegato cuasi provinciano.  Pero  no debemos olvidar que se puede ser universal desde lo local, sin haber salido nunca incluso de tu propia manzana, porque como respondió Arguedas a Cortázar, “todos somos provincianos en este mundo, provincianos de las naciones y provincianos de lo supranacional”.

El retorno de Carmela

Carmela, muchacha ancashina, vive en Nocheto (Santa Anita) en un cuartito alquilado.  Oriunda de un caserío de Yungay es enfermera técnica y trabaja en una clínica de Lima.  Cada semana, los viernes por la noche, Carmela aborda un ómnibus interprovincial y enrumba hacia su natal Yungay, tras recorrer cerca de 500 kilómetros remontando la Cordillera de los Andes. Después de la obligatoria visita a la familia, la joven corre desesperada a los brazos de su amante secreta: el Hada Verde.

La técnica que usa Carrasco para narrar la historia demuestra que abundan en su taller literario las herramientas precisas para hilvanar fino.  Por un lado, el punto de vista omnisciente de una tercera persona cuenta a Carmela en remisión apelando al recuerdo para exorcizar las causas que la empujaron al vicio del alcoholismo. Por otro, es la propia Carmela quien detalla su historia a su apreciado profesor del taller de literatura.

Esta técnica usada por Carrasco resulta funcional para el difícil tema del alcoholismo femenino.  Carrasco deja fluir la historia en labios de Carmela, desde que siendo una adolescente se refugia en el licor para librarse del miedo y de la presencia lacerante de un agresor sexual (un familiar cercano venido desde Lima) que intenta someter a una pre-púber Carmela, casi con el consentimiento de su propia familia: Carmela debe enfrentar en soledad este episodio violatorio y el alcohol se convierte en refugio ante la imposibilidad de comunicar y exorcizar con alguien el atentado que sufre siendo niña.  Sin ápice de didactismo ni moralina, nos enteramos a través del desarrollo de la historia cómo la propia de familia es quien introduce juguetonamente a Carmela en el mundo del vicio. Los conocidos cumpleaños familiares, las festividades patronales, las fechas conmemorativas, cualquier pretexto es bueno para, entre bromas, obligar a los adolescentes a probar alcohol y son los propios padres y familiares directos quienes conducen a sus hijos al desbarrancadero donde mora Baco. 

Pero no es el canal familiar el único sendero para llegar a enviciarse con la droga más consumida entre los adolescentes peruanos.  El ambiente amical de Carmela, primero en el colegio y el barrio y luego en el Instituto de Enfermería de Yungay, en donde en contra de cualquier pronóstico, Carmela se gradúa de enfermera (porque era “una borrachita responsable”) y luego la Clínica limeña en la cual recala la protagonista, en todo lugar la muchacha encuentra una pandilla de dipsómanos dispuestos a entablar relaciones íntimas con el Hada Verde, algo que se inicia como un juego divertido y placentero pero termina desarmando el cerebro hasta apagarlo.

Sin embargo, son la vergüenza y el amor propio de Carmela los que la conducen a la decisión de escapar del Hada Verde que la tiene aprisionada y a punto de acabar con la dignidad de su existencia y con su propia vida. Sabemos que el alcohol daña los lóbulos frontales y temporales de la corteza cerebral.  Estas zonas del cerebro son las encargadas de procesos complejos como el control de los impulsos, el ajuste a las normas sociales, la autopercepción en sociedad y los propios comportamientos personales. Es decir, las zonas más importantes para controlar los problemas con la bebida resultan ser las más dañadas por el alcohol y por tanto, a más trago por más tiempo, mayor será el daño infligido al cerebro y al organismo.

Tal pareciera que Carrasco ha vivido la experiencia en carne propia, porque la descripción del período de abstinencia de Carmela, desde que toma la decisión de librarse del Hada Verde —es así como llamaba Wilde al ajenjo, el elíxir espirituoso de 89° preferido por la bohemia del siglo XIX—  hasta el momento en que debe pasar la prueba de fuego en el matrimonio de su hermana, es vívida y real.  Carmela resulta victoriosa y logra mantener la abstinencia: es  joven todavía, se aferra a los recuerdos bonitos de su infancia rural, al cariño de su familia, al recuerdo de su pueblito, a las canciones y el amor familiar que alumbraron sus primeros días.

Ante el espectáculo macabro de la descomposición de la Sociedad Andina (incluyendo en el término a la 100% andina Ciudad de los Culpables), siempre resultará interesante la banda sonora de cada cuento que nos entregue Fernando Carrasco. Porque la sinfonía de las ciudades cosmopolitas e hiper-pobladas constituye el trasfondo de la épica de los mortales comunes que se buscan el sustento diario en sus calles, parques, plazas, mercados y en los más impensables vericuetos.

En este caso, la odisea de Carmela transcurre al ritmo de la cumbia peruana y del huayno moderno.  Acompañan en las diferentes etapas de la odisea de la protagonista los huaynos de Sonia Morales (Perdóname) y Dina Páucar (Volveré), los cuales juegan probablemente una doble función: por un lado, evocan una infancia feliz lejos del mundanal ruido en su Yungay natal, pero por otro, a través precisamente de esa nostalgia, conducen o mantienen a Carmela en el desbarrancadero en el cual Baco celebra eternamente. Escuchamos también las cumbias de Agua Marina (El casorio) y Armonía 10 (Herido corazón, El Cervecero) y las del sempiterno Chacalón, idolatrado en el natal caserío de Carmela por su viejo amigo El Conejo chacalonero y que al ser escuchado en el barrio que le da cobijo en Lima (Nocheto, barrio chacalonero como el que más), la conduce a la añoranza y al deseo irrefrenable de aliviar la nostalgia en el alcohol.

Finalmente es imposible dejar de recordar el famoso poema El Brindis del Bohemio del mexicano Guillermo Aguirre Fierro (Pero en todos los labios había risas/Inspiración en todos los cerebros/Y repartidas en la mesa/Copas pletóricas de ron, whisky o ajenjo), ante el recuerdo de la familia perdida por culpa del vicio y las malas juntas que Carmela rememora en el bus de retorno a su pueblo natal.  La Carmela de Carrasco es el arquetipo de cierta mujer novo-andina, aquella que sale adelante pese a las vicisitudes y pese a que la mujer es más susceptible que el hombre a problemas asociados con el consumo de alcohol, tanto problemas de salud como de dependencia, por no mencionar la vulnerabilidad de una mujer ebria a recibir agresiones sexuales. 

Carrasco en la tumba de Chacalón en el cementerio El Ángel.

Tú serás la causa de mi muerte

Para el común de peruanos el término lumpen carece de significado, les resulta absolutamente desconocido. Incluso para jóvenes universitarios salidos de las canteras de las universidades-pollería de los últimos años, la palabra lumpen o lumpen-proletariado sonará a insulto en alemán o quechueslovaco, algo así como reconchetumare. Pero si les mencionas que el causa en cuestión es palomilla, bandidito, chueco, choro, ladrón, como que los muchachos ya van comprendiendo como es la nuez.  Un causa puede ser choro, pero si no choca con el barrio (como los choros de antaño), entonces el causa es bandidito no más.  Si el causa es un choro (torreja, monse, faite, taita, en fin) que tuvo que colgar los guantes porque lo lisiaron en un enfrentamiento, porque reflexionó en cana o porque vio la luz en algún lugar de culto evangélico, entonces ese choro plantado se dedicará a escuelear a los jóvenes del barrio sobre las inconveniencias de tan finos y elegantes menesteres. Sin embargo, hay otros que no se arrepienten nunca y aun cuando hayan colgado los guantes, mediante el viejo oficio de contar historias, se dedican a trabajar el ingenio y a ser memoria viva del gremio.

Uno de estos “hombres de la noche”, surgido de un barrio del cono este de Lima, es quien cuenta la historia al Escritor Noctámbulo en un bar del centro de Lima, no sin antes advertirle al colega (porque a fin de cuentas ambos son contadores de historias) que lo que va a escuchar es una verdadera historia (no una  historia verdadera): vitalista, callejera, “…no sonseritas de pecho frío, poseras e intelectuales”.

El arte de Carrasco se afina en este relato. El narrador es presentado como un lector impenitente, pero es a la vez un causa trabajado por la vida, un tipo con calle, lo cual le ha permitido entre otras insignias, conseguir joyas literarias a precios irrisorios (Arlt, Hemingway) y hacerse de historias asombrosas. Víctima del extraño vicio de leer caminando, empieza a referir su historia en la particular jerga de los conos de Lima, principiando en una infancia dura y llena de carencias con alusiones concretas al desastre del primer gobierno aprista, a la adolescencia pelotera en medio de los apagones causados por la voladura de torres de alta tensión en los ochentas y aquella canción “Viento” como dolorosa banda sonora de una niñez en la que aprendió a contar ficciones a sus patas del colegio para hacerse invitar el fiambre.  Sin censuras, el narrador oral va indicando al Escritor Noctámbulo los secretos para contar una buena historia, sin desviarse, exagerando un poquito pero haciéndola siempre creíble, sobre todo si  uno es el protagonista, “las cositas claves del escenario y de los personajes, minucias, gestos”.

Resulta curioso, ignoro si ha sido adrede, pero quien haya conversado con un narrador oral de estratos populares, descubre una capacidad increíble para hilar historias, la cual es mayor por la capacidad para improvisar, si el narrador es un individuo carente de preparación académica, si es un contador de historias nato. Esta capacidad nacida involucra actividades cerebrales complejas como recordar, manejar diferentes registros lingüísticos, leer, escribir, escuchar, recrear y componer música inclusive.

Para quienes hemos entroncado nuestro destino con el pueblo, subleva la incapacidad de la juventud actual para hilvanar apenas frases u oraciones inteligibles. Influencia de la televisión y la radio, del lenguaje cibernético y del reguetón vomitivo parido en las máquinas clónicas en el norte de América, los muchachos de estos días, se distinguen por su afasia y su incapacidad para comunicar ideas, emociones y sentimientos.  Pero, si uno se adentra en el corazón de los diferentes estratos de la masa viva, la cosa cambia.

Entonces, en personajes tan disímiles como los que presenta Carrasco, ¿cuál es la índole de la memoria? ¿Sería posible el pensamiento sin lenguaje? Según algunos neuro-psicólogos todos los procesos del pensamiento involucran o están determinados por el lenguaje y la afasia significa la muerte de la cognición.  Según otros, como los seguidores de Jean Piaget, pensamiento y lenguaje son corrientes separadas y creen que el pensamiento puede proseguir en forma inalterada pese a una afasia aguda.

Muchos pensadores han asociado la descomposición del lenguaje con la corrupción o descomposición social. Octavio Paz dice que “cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje”, Karl Kraus creía que toda depravación de la palabra permite reconocer la depravación del mundo, la prueba de que algo está podrido en la base. Consideraba Kraus que la corrupción lingüística era la causa de la degradación de los pensamientos y las conciencias; según él, las personas que hablan mal y escriben mal también pensarán y actuarán mal.

Carrasco, hijo del pueblo, ha conseguido maridar sin problemas el lenguaje lumpen de la Lima actual (incluida la jerga del hampa), con una prosa elegante y eficaz, carente de barroquismos ociosos.

El relato recorre sin dar tregua al lector escenarios tan disímiles como las cantinas de El Agustino y Barrios Altos, el óvalo de Santa Anita, un local en La Molina y el famoso Bar del Sastre en Nocheto, que es donde se va gestando la historia central del relato:  el viaje del protagonista a Tingo María, en la selva central del Perú, llevando un misterioso Toyota Yaris color guinda, por encargo de gente colombiana metida en “asuntos bien serios”, a través de un viejo conocido del anti-héroe del cuento, un zambo apodado Metralleta. Metralleta es un zambo canero y de poco confiar, famoso además por gilero y recurre al anti-héroe, hijo empobrecido de un antiguo Rey de la Papa abastecedor de las pollerías grandes de Lima, bonanza que le permitió al protagonista estudiar en el CMLP y aficionarse a las armas de fuego, afición que más tarde le servirá para agenciarse de un dinero extra.  Browning, Magnum y otros fierros, con el número de serie bien limado, le permiten ganarse unos cuantos cobres adicionales a su trabajo como taxista en un destartalado Daewoo Tico color amarillo.

De manera increíble, el carro estaba limpio de cualquier tipo de droga, pero era el gancho para endulzar al Chatín (el protagonista-narrador) con el fin de trasladar un cargamento de veinte kilos de cocaína desde Tingo María hasta Lima, en complicidad con un agente del CORAH (un proyecto especial de control y reducción de la coca en el Alto Huallaga, financiado por EU).  Todo está conversado, le van a dar incluso un nuevo DNI y es imposible que algo salga mal. El protagonista se debate en un mar de dudas, pero es pobre y siempre le ha gustado correr riesgos. Recuerda con nostalgia las buenas épocas de su vida, cuando el padre tenía dinero. Su joven mujer está gestando y no tiene seguro social ni un trabajo fijo.  Este segundo viaje le permitirá agenciarse un buen puñado de dólares y, si todo sale bien, armará un negocio en Lima, una bodeguita, tal vez una librería o un pequeño restaurante, lo que sea.  Las dudas atormentan su alma, pero como la primera vez se dice, o todo o nada.

Después de varias vueltas de tuerca magistrales, el desenlace del cuento es contundente e inesperado: Metralleta engaña a los colombianos, “cierra” a los policías cómplices del engaño, se queda con la droga, no le paga al Negro Humo, torturador de los colombianos para lograr el rescate, incluso ha sembrado una leyenda difundida por el Pucarino: ha sido ajusticiado por unos chiquillos lúmpenes del Callao y su cadáver arrojado en un basural de Caquetá. Pero Metralleta no puede engañar al más sapo de todos, al que se la tenía bien jurada, al dueño de la Beretta Magnum.

Colofón

Si esperábamos encontrar en la narrativa desplegada por Carrasco los viejos tópicos alusivos al Ande, apus tutelares, jarjachas terroríficas y wamanis sagrados, nos daremos de muelas contra el pavimento ahuecado, sucio y maloliente de las calles de Lima, mega-urbe en la cual se entremezclan al ritmo de Chacalón los hijos de los migrantes de todo el país, conformando una nueva raza que aún no sublima su más pura esencia por múltiples causales de orden social, político y económico, pero que en el camino irá adquiriendo forja e identidad, tal como lo hacen los inolvidables Carehuaco, Carmela, Jacinto y Eliseo, los Once Chavetas, los habitúes al Bar del Sastre y qué duda cabe, el personaje principal de todos los cuentos: el inconfundible Profe y su boina y zapatos marrones, pantalón beige y agenda de cuero verde, regalo de Carmela. Es el Profe quien logra arrancar con su sabiduría, cariño y paciencia las potentes historias a los personajes más disímiles como los que hemos disfrutado en los siete cuentos de Carrasco. 

A manera de epílogo anotaré que a lo largo de este hermoso volumen de cuentos permanece latente y dolorosa la herida principal que desgarra a la sociedad peruana real, no esa que se cuentan entre ellos mismos los malcriados ahijados del Marqués Lorcho. Comenzando por el niño norteño marginado con esa aleve maldad infantil por otros como él mismo, debido a las facciones de su rostro pre-hispánico, hasta el equipo de fútbol de los Once Chavetas, cruzando por la joven Carmela (huanuqueña, huaracina, huancaína, yungaína, puneña, con toda justicia neo-limeña) recuperada del alcoholismo por su fuerza de voluntad y el amor familiar, este volumen de cuentos arranca el velo con el cual el capitalismo de alta intensidad (implantado violentamente en el Perú hace casi 30 años) pretende ocultar nuestros rostros: seguimos todavía a una distancia sideral del pretendido paradigma integrador y optimista que planteara el Inca Garcilaso de la Vega hace más de 4 siglos. Ese sueño integrador de Garcilaso, convenientemente defendido por los que disfrutan de las gollerías de un sistema económico y un orden social injusto, asesino de las ilusiones de un pueblo de “hombres que aman y luchan llevados por un cruel destino”.

Comentarios

Rafael Inocente (Lima, 1969) Escritor peruano, autor de la novela “La Ciudad de los Culpables” (1° Ed. 2007, 2° Ed. 2012, Editorial Altazor), “Discursos contra la Bestia Tricéfala” (con Arturo Delgado Galimberti y Rodolfo Ybarra, 2009, Hipocampo Editores) y el libro de cuentos “No todas van al Paraíso” (Editorial Altazor, 2013). Colabora en la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org)y en la Revista de IDL (Instituto de Defensa Legal), entre otras publicaciones digitales.

Cultura

Onírica Teatro independiente presenta «Naranjas»

Escrita y dirigida por Alejandra Vieira Aliaga.

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Bajo la producción de Onírica Teatro Independiente continúa presentándose la temporada de la obra Naranjas, escrita y dirigida por Alejandra Vieira Aliaga. La puesta en escena tiene funciones en el Club de Teatro de Lima, hasta el 12 de julio. Entradas a la venta en Joinnus.

Naranjas nos transporta a un transitado cruce limeño: hora punta, tráfico, vendedores ambulantes, cláxones y contaminación. En una esquina Sara trabaja desde hace varios años vendiendo jugo de naranja con su madre, donde un día llegan al cruce Keyla y Marcela. Pese al rechazo de los demás vendedores al verlas pedir limosna, Sara decide acercarse y rápidamente se hace amiga de Keyla, quien junto su madre ha venido de lejos para buscar atención en el hospital de la capital. Sara y Keyla se la pasan fascinadas con las piruetas de los artistas callejeros del cruce y sueñan con poder juntar suficiente para ir al circo. Al conocer el motivo de su viaje a Lima todos hacen lo que pueden por ayudarlas, pero las largas colas del hospital, la falta de medicinas y la precariedad del trabajo en la calle harán que peligre el sueño de las niñas de lograr ver el circo.

La obra nos muestra, desde la mirada de una niña cerca de terminar el colegio, el descubrimiento de la cruda realidad peruana donde la enfermedad marca una travesía de nunca acabar cuando se carece de privilegios. La protagonista –Sara- es una adolescente que se pregunta por el sentido del esfuerzo: levantarse temprano, trabajar con su madre, ir a estudiar y sacar buenas notas en el contexto en el que vivimos actualmente lleno de desorden, violencia, egoísmo y corrupción. ¿Acaso le puede esperar un futuro distinto? Forman parte del elenco Yaremís Rebaza, Sol Nacarino, Beatriz Ureta, Astrid Villavicencio y Alain Salinas.

Naranjas es una obra que busca darnos una mirada a ese contexto cercano de la calle por el que transitamos siempre, pero que pocas veces nos detenemos a observar. Cada uno de los personajes tiene una lucha propia: encarnan distintas historias pero que son al fin y al cabo las de miles de compatriotas”, nos dice la directora y dramaturga Alejandra Vieira Aliaga. “Es una historia sobre la persistencia en un contexto hostil y precario, fruto de un sistema que en lugar de protegernos nos vulnera; pero pese a esa acidez es también una historia dulce de dos niñas que encuentran en su amistad una forma amable y esperanzadora de ver el mundo, donde soñar juntas se vuelve la motivación para seguir”. La también docente peruana, egresada de Artes Escénicas y Magíster en Estudios Culturales por la PUCP, es ganadora del Concurso Nacional de Dramaturgia del Ministerio de Cultura (2017) por la obra Este lugar no existe.

Onírica Teatro Independiente fue fundada por Alejandra Vieira Aliaga, Jhoselyn Bernal Mendoza y Yaremís Rebaza, comunicadoras y artistas escénicas peruanas. Su misión es crear teatro que visibilice problemáticas urgentes, promueva reflexiones y fomente acciones reales hacia el cambio social. A través de la exploración e investigación escénica, buscan que cada obra encuentre un lenguaje único que conecte profundamente con el espectador, abordando temas relevantes para el Perú y sus diversas comunidades.

INFORMACIÓN IMPORTANTE

Días de función: viernes 20 y 27 de junio / viernes y sábado 4, 5, 11 y 12 de julio

Horario: 9:15 p.m.

Lugar: Club de Teatro de Lima

Dirección: Av. 28 de julio 183 Miraflores

Entrada general: 40 soles

Estudiantes y Conadis: 25 soles Venta de entradas en Joinnus

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Cultura

Ruraq Maki: conflicto y malas artes

Ministerio de Cultura cede ante presión y amplía los cupos para la conocida expo-venta de arte popular tradicional.

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Lo que parecía un proceso técnico y transparente se ha convertido en un ejemplo de cómo la “argolla cultural” sigue operando detrás de miradas oficiales. El Ministerio de Cultura anunció de manera sorpresiva la ampliación de participantes en la expo-venta ‘Ruraq Maki’: de 140 a 210 expositores. Es decir, habrá 70 cupos adicionales, incluyendo postulantes rechazados en la selección inicial. Esta decisión faltaría a los principios básicos de pluralidad que, en teoría, sustentan la convocatoria.

Durante la primera convocatoria, realizada entre el 28 de abril y el 5 de junio, se evaluaron postulaciones según criterios públicos y técnicos, seleccionando 140 artesanos ajustados al espacio físico disponible. Y de pronto, mediante una decisión discrecional —sin claridad sobre nuevos criterios, o condiciones de acceso— el Ministerio amplió el grupo de participantes sin explicar cómo se conservará la transparencia del proceso.

Comunicado del Mincul que aumenta los cupos para Ruraq Maki.

Una respuesta oficial emitida por el Mincul habla de su “compromiso con la inclusión”, pero el silencio sobre a quiénes beneficiará realmente esa inclusión, y con qué méritos, ha desatado críticas. ¿Se trata de incluir a nuevas comunidades marginadas o de favorecer a los mismos colectivos que históricamente han tenido acceso privilegiado?

Ruraq Maki (hecho a mano), es una exposición-venta de arte popular tradicional que reúne dos veces al año a decenas de colectividades de artistas tradicionales de diferentes regiones del Perú. ¿Pero realmente se ejerce pluralidad en la convocatoria de los artesanos? ¿O los convocados son los mismos de siempre?  

Por su parte, Soledad Mujica Bayly, exdirectora de Patrimonio Inmaterial, creadora de ‘Ruraq Maki’ y despedida del Ministerio de Cultura en junio del 2022 por no contar con título universitario, hace unas horas publicó en su red social:

“Celebro que el Ministerio de Cultura haya ampliado los cupos para participar en RURAQ MAKI de 140 a 210 participantes, qué importante es la opinión pública.

Si van a seleccionar a 70 artistas o colectivos más con las mismas bases y criterios y con el mismo equipo… no tenemos ninguna garantía de que los importantes maestros y maestras… excluidos en el primer proceso sean incluidos. Si quieren ser transparentes, que digan quiénes son los que tomarán las decisiones ahora. Tendremos que estar vigilantes”.

Qué curioso es que ella señale: lo importante que es la ‘opinión pública’. ¿Acaso ejerció presión al Mincul? ¿Qué tanta influencia sigue teniendo la señora Mujica en el proyecto Ruraq Maqui? ¿Quiénes son los maestros excluidos que ella menciona, aparte de Tater Vera?

Al parecer, en este sorpresivo proceso de evaluación en el Mincul, se incrementarían más cupos para las mismas ‘redes de influencia’, y ‘los mismos artesanos de siempre’ con una discutible garantía de acceso plural.

La nueva convocatoria para Ruraq Maki del 25 de junio podría confirmar que la argolla sigue intacta, consolidando el poder de unos pocos y negando la verdadera diversidad cultural que se pretende promover.

Este nuevo episodio de Ruraq Maki nos hace recordar a la argolla literaria que se acostumbró a viajar a las ferias del libro de todo el mundo, con todos los gastos pagados. Aquí hay muchas cosas por investigar, ya que nos han llegado quejas de varios artesanos que en años anteriores han sido maltratados y choleados por una señora que pretende continuar acomodando a sus preferidos.

Los artesanos deberían variar todos los años, Ruraq Maki no es chacra de nadie, es una plataforma de una institución del Estado que tiene la obligación de poner en vitrina a los miles de artesanos de todo el Perú. Basta de feudos culturales.

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Cultura

El atentado contra las líneas de Nasca acapara la atención de los medios internacionales  más importantes

El patrimonio mundial que son las  Líneas de Nasca no ha dejado indiferente a la prensa mundial que viene cubriendo la amenaza de su reducción espacial. Es lamentable que en lugar de buenas noticias sean las peores decisiones del mismo ministerio a cargo de su defensa las que acaparen la atención de la prensa mundial. ¿Acaso no es el momento que la UNESCO actúe?

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El 29 de mayo pasado, desde Lima Gris denunciamos y destapamos el entramado del recorte del polígono de las Líneas de Nasca y Palpa. Tuvimos acceso a la resolución viceministerial antes que se publique en el diario oficial El Peruano, y fuentes del Ministerio de Cultura señalaron el interés directo de mineros informales.

La denuncia tuvo gran repercusión en el sector cultural y en los espacios especializados de arqueología. Tras tres días de un intenso cuestionamiento y criticas de diversos sectores contra el Ministerio de Cultura, el caso del recorte del polígono saltó a las páginas de los más importantes medios internacionales. Aquí un repaso de la cobertura internacional sobre el escándalo de las Líneas de Nasca y Palpa.

El 3 de junio el medio Independent en español informó:

«Perú permite a mineros solicitar permisos en zona retirada de la protección de las Líneas de Nazca. Perú anunció el martes que los mineros que trabajaban de forma ilegal en una extensa área de reserva arqueológica y protección alrededor de las famosas Líneas de Nazca ahora podrán iniciar trámites para obtener sus permisos y seguir laborando luego que el gobierno redujo el área de protección en 42%. (…) El miércoles, el Ministerio de Cultura redujo —mediante una resolución— el área de protección que circunda a las Líneas de Nazca en 2.397 kilómetros cuadrados. La reserva fue creada en 1993 y en 2004 se precisó que su área era de 5.633,46 kilómetros cuadrados (…) El ministro de Cultura Fabricio Valencia dijo el jueves en un comunicado que la reducción estaba basada en “sesudos estudios por más de 20 años” y señaló que la reserva arqueológica en realidad era solamente de unos 3.200 kilómetros cuadrados (…) La Associated Press revisó la resolución, pero no halló detalles de los estudios que argumentan la reducción. También pidió detalles de los estudios citados por el ministro para reducir el área de protección sin obtener respuesta al momento (…) Algunos creen que las líneas estaban relacionadas con la astronomía y posiblemente fueron una especie de calendario; consideran que los trazos tenían relación con la gestión del agua, un elemento muy escaso en la zona donde casi nunca llueve».

El 4 de junio el medio chileno Reporte Minero informaba:

«Perú reduce área protegida de las Líneas de Nazca y habilita minería en su entorno. Medida oficial recorta en más de 2.300 km² la zona arqueológica y permite regularizar actividades extractivas previamente ilegales. El gobierno peruano autorizó la legalización de actividades mineras en una zona que hasta ahora estaba protegida por su valor arqueológico. Esta decisión se tomó tras la reducción en un 42% del área de protección que rodea las icónicas Líneas de Nazca, Patrimonio de la Humanidad. Según el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, los mineros que operaban en esa área podrán ahora solicitar permisos para continuar su actividad de manera regular. Montero explicó que, debido a esta modificación, las actividades mineras en la región ya no se consideran ilegales, aunque reconoció que aún no se tiene un catastro exacto de cuántas personas están operando en el área. El gobierno planea realizar una evaluación para determinar el alcance de la minería presente. (…) Pese a que se mencionó que la decisión se basó en estudios realizados durante 20 años, la resolución ministerial no incluye detalles específicos sobre estos análisis, y tampoco se entregó información adicional tras ser solicitada por medios como Associated Press. Antecedentes de minería ilegal en la zona. Anteriormente, autoridades y medios reportaron la presencia de minería ilegal dentro del área protegida, y en ocasiones se destruyeron campamentos y maquinaria. Con la nueva delimitación, estos antecedentes cobran nueva relevancia».

8 de junio, El Economista de México informa:

«Gobierno de Perú anula reducción de reserva arqueológica de Líneas de Nazca. El gobierno de Perú anuló el domingo la reducción en un 40% de la extensa reserva arqueológica donde se hallan los milenarios geoglifos de Nasca, una criticada medida que beneficiaba a los mineros ilegales que invaden la zona. La decisión de las autoridades peruanas restablece el área total de 5.633 km2 de la reserva de Nasca, situada 400 kms al sur de Lima en la región Ica, que había sido recortada a 3.235 km2 según una norma del 28 de mayo del Ministerio de Cultura».

También Cuba nos prestó atención. El medio Cuba debate informó hace tres semanas:

«Perú reduce área de la reserva de las Líneas de Nazca en casi 4 000 kilómetros cuadrados. El Ministerio de Cultura de Perú anunció el viernes que reducirá en más de 2.397 kilómetros cuadrados la reserva de las Líneas de Nazca y acotó que ese cambio no “altera ni afecta” el área inscrita como Sitio del Patrimonio Mundial ni su zona de amortiguamiento aledaña que la protege, reconocidas por la Unesco. En un comunicado, el Ministerio de Cultura señaló que su titular, Fabricio Valencia, realizó ese anuncio la víspera durante una sesión de la comisión legislativa de Cultura realizada en la ciudad de Ica, a 314 kilómetros al sur de la capital. El ministro señaló que en el área liberada “se podrán realizar diferentes actividades, en algunos casos con previa autorización del Ministerio de Cultura”, pero no dio detalles. The Associated Press revisó la resolución, pero en ella no se argumentaron las razones de la medida. La AP pidió comentarios al Ministerio de Cultura, pero no obtuvo una respuesta hasta el momento. En 2016, Johny Isla, arqueólogo del Ministerio de Cultura y responsable de la gestión del patrimonio cultural de Nazca, dijo al diario El Comercio que no contaban con el personal ni los recursos necesarios para vigilar el área protegida. Añadió que la minería ilegal había afectado parte de un cementerio de una cultura preinca llamada Nazca luego que mineros realizaron caminos de acceso para sus campamentos».

El medio español EFE informó el 9 de junio:

«El Gobierno de Perú restituye el área original de la reserva de las Líneas de Nazca. Lima (EFE).- El Ministerio de Cultura de Perú modificó este domingo una resolución que recortaba en 2.400 kilómetros cuadrados el área de la reserva de las famosas Líneas de Nazca, una medida que había generado gran polémica y el rechazo de especialistas en el país andino.Una resolución publicada en el diario oficial El Peruano resolvió dejar «sin efecto» el artículo 1 de la anterior resolución viceministerial, que reducía de unos 5.600 kilómetros cuadrados a 3.200 kilómetros cuadrados la reserva de Nazca. Durante una sesión de la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso, celebrada en la región sureña de Ica, donde se encuentra Nazca, el ministro dijo que en el área liberada se podrían realizar «diferentes actividades», en algunos casos con previa autorización de su ministerio. Tres días después, Valencia reconoció la presencia de la minería ilegal dentro de la reserva, pero reiteró que la medida que habían tomado «no significa que se potencie, ni que la probabilidad de que alguna afectación por minería informal aumente».

El 3 de junio también el medio español ABC informó:

«Perú da marcha atrás y restituye el área original de las Líneas de Nazca. Se teme el daño a los geoglifos por explotaciones mineras. La decisión del Gobierno de Perú de reducir en 2.400 kilómetros cuadrados el área de reserva de las famosas Líneas de Nazca preocupa a arqueólogos, ambientalistas y en general, a defensores del patrimonio, que temen que la explotación minera ilegal en la zona dañe los geoglifos de 2.000 años de antigüedad. La asociación internacional María Reiche, un colectivo sin ánimo de lucro creado para continuar el legado de la joven alemana que descubrió por casualidad las enigmáticas figuras en el desierto peruano y dedicó su vida a defender e investigar las Líneas de Nazca, emitió ayer una alerta en sus redes sociales: «¡No aceptamos el recorte de un 42% del área de reserva de las líneas y geoglifos de Nasca-Palpa, no se puede permitir que el MinCult destruya nuestro patrimonio cultural universal». El ministro dijo que el recorte del área responde a la necesidad de reflejar de manera más precisa la relación entre los geoglifos y las características físicas registradas en la zona, al asegurar su protección y preservación, según informa Efe. (…) Ante los temores suscitados, el ministro reconoció el sábado la existencia de minería ilegal dentro de la reserva de las famosas Líneas de Nazca. «Lamentablemente, el tema de la minería informal es una actividad que está presente en esta zona, pero la medida que hemos tomado no significa que se potencie, ni que la probabilidad de que alguna afectación por minería informal aumente. Eso no va a pasar», indicó Valencia en la emisora local.

Cuando le pidieron más detalles sobre la existencia de esta actividad ilegal en la reserva, el ministro señaló que «hay algunos yacimientos mineros», pero que no tiene «la información exacta de qué tipo de mineral hay ahí», según indica Efe.»

ABC también puso énfasis en el descubrimiento de nuevos geoglifos:

«Gracias a la inteligencia artificial se descubrieron en 2024 más de 300 nuevas líneas misteriosas con más de 2.000 años de antigüedad, que se sumaron a los 430 geoglifos descubiertos previamente. Científicos de la Universidad Yamagata, liderados por Masato Sakai, e IBM Japón, investigaron una zona que cubría inicialmente cerca del 9% de la pampa de Nazca, pero debido a sus buenos resultados, la ampliaron a su totalidad y señalaron a ABC que como resultado, habían encontrado «1.309 candidatos que tienen una alta probabilidad de ser geoglifos». De todos ellos, realizaron estudios de campo en el 26%, que son los que presentaron, pero Sakai señaló su intención de realizar prospecciones sobre el 74% restante. Es posible, por tanto, que aún se conozcan más en un futuro».

El 2 de junio la noticia arribó a EEUU . The Guardian informa :

«Indignación por la decisión de Perú de reducir casi a la mitad el área protegida cerca de las Líneas de Nazca. La impactante decisión ha suscitado temores de que un antiguo sitio con geoglifos de casi 2.000 años de antigüedad sea explotado por mineros ilegales. Arqueólogos y ambientalistas han expresado su indignación por la sorprendente decisión del Ministerio de Cultura de Perú de reducir a casi la mitad el parque arqueológico protegido alrededor de las Líneas de Nazca , excluyendo un área casi del tamaño de la ciudad de Lima, la capital del país. (…) “Están intentando borrar la historia”, declaró Ana María Cogorno Mendoza, presidenta de la Asociación Internacional Maria Reiche, una organización sin fines de lucro creada para proteger las Líneas de Nazca.

“El área que se está separando es exactamente donde se llevaban a cabo algunos de los rituales más antiguos, según nuestra investigación”. Maria Reiche fue una matemática de origen alemán pionera en la investigación de las Líneas de Nazca en el siglo XX. (…) Los críticos de la medida dicen que debilitará décadas de protección ambiental y abrirá la Reserva Arqueológica de Nazca a la minería informal e ilegal , justo cuando los precios internacionales del oro alcanzan su punto máximo. (…) “No ha habido suficientes estudios para decir que no tiene valor cultural ni arqueológico”, dijo César Ipenza, abogado ambientalista que ha seguido de cerca la toma de decisiones en el caso.

“Esta zona, que pertenece a nuestros antepasados, requiere una protección real y no sólo una conveniencia política”. Luis Jaime Castillo, ex ministro de Cultura y arqueólogo que ha estudiado los geoglifos, dijo que el área protegida ya estaba “infestada de minería ilegal y plantas de procesamiento de minerales”. Sidney Novoa, director de tecnología de la ONG Amazon Conservation, quien ha mapeado el sitio, dijo que el área ahora excluida de la zona arqueológica protegida ascendía a más de 2.000 kilómetros cuadrados y estaba superpuesta por alrededor de 300 concesiones propiedad de mineros en un controvertido registro de mineros informales supuestamente en proceso de formalizar sus operaciones, conocido como Reinfo. Ipenza dijo que el registro permitió que la minería ilegal continuara con impunidad y sin supervisión estatal, y agregó que el gobierno favorecía la minería por encima de la protección del medio ambiente. La medida “expone [a la reserva] a riesgos muy graves y a daños acumulativos”, declaró Mariano Castro, exministro de Medio Ambiente. “El Ministerio de Cultura no está considerando la expansión de cientos de actividades mineras extractivas que impactarán acumulativamente las sensibles zonas arqueológicas existentes en Nazca».

CNN en español el 5 de junio informó:

«Perú reduce área protegida de líneas de Nazca y se teme avance de actividad minera. El Gobierno de Perú disminuyó el área protegida de las líneas de Nazca, generando preocupación por la vulnerabilidad de los antiguos geoglifos ante operaciones mineras informales cercanas. La Unesco las declaró Patrimonio de la Humanidad en 1994».

El 3 de junio CNN informaba en un artículo extenso que aquí abreviamos:

«La UNESCO declaró a The Associated Press que las autoridades peruanas no han notificado ningún cambio en los límites del sitio declarado Patrimonio de la Humanidad, cruciales para su protección. La organización solicitará más información a las autoridades. “Existe una alianza entre el Gobierno actual y los sectores mineros informales”, dijo el abogado ambientalista Ipenza. “El marco legal continúa flexibilizándose para beneficiarlos”. Un día después de la decisión del 30 de mayo, el ministro de Cultura de Perú, Fabricio Valencia, reconoció la existencia de minería ilegal dentro de la reserva».

30 de mayo DW TV informaba:

«Líneas de Nazca: Perú reduce esta reserva arqueológica. El ministro de Cultura confirmó la reducción del área de la reserva de las Líneas de Nazca, de 5.600 a 3.200 kilómetros cuadrados. Autoridades alegan conflicto con asentamientos. Crítico apunta a la minería informal. (…) Agregó [Valencia] que en el área liberada se podrán realizar “diferentes actividades”, en algunos casos con previa autorización de su ministerio. “No afecta el patrimonio mundial”. Según el ministro, este cambio “no altera ni afecta el área inscrita como sitio del patrimonio mundial ni su zona de amortiguamiento reconocidos por la Unesco, por lo que el Valor Universal Excepcional (VUE) del bien cultural permanece intacto, al igual que su autenticidad e integridad”. En la reunión celebrada en Ica, participaron el presidente de la Comisión de Cultura del Congreso, Edgard Reymundo, la congresista Martha Moyano, la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Moira Novoa; y el alcalde provincial de Ica, Carlos Reyes, además de otras autoridades locales y regionales. Reymundo saludó la decisión del Ministerio de Cultura de delimitar el área protegida poligonal donde se encuentran las famosas Líneas de Nazca y los geoglifos de Palpa, y calificó la reunión de muy productiva. “Es un anuncio muy importante, puesto de que se había generado un problema social con los asentados, justamente en Nazca, en relación con el polígono”, acotó. ¿Pedido de mineros informales? El abogado especializado en derecho ambiental y docente de la Universidad del Pacífico César A. Ipenza, sin embargo, criticó la medida y la relacionó en X con un reciente pedido de mineros informales para “precisar” la zona. Entretanto, el diario El Comercio recuerda que, el pasado febrero, intensas lluvias en la región Ica activaron la quebrada San Martín y provocaron la caída de huaicos en el distrito de El Ingenio, afectando parte de tres de los conocidos geoglifos de las Líneas de Nazca por el deslizamiento de lodo y piedras: el árbol, la mano y el lagarto»

4 de junio El País de España informa:

«Perú reduce el área protegida de las líneas de Nazca pese a la presencia de minas informales. El grupo de geoglifos contará con menor protección, pese a la oposición del gremio de arqueólogos, que presentará recurso ante el Ministerio de Cultura. Pese a su valor histórico, el Ministerio de Cultura redujo el plano perimétrico del área protegida intangible en un 42%, pasando de 5.600 kilómetros cuadrados a 3.200 . Fabricio Valencia, el titular del sector, explicó que la disminución permitirá una “optimización de la gestión del lugar”. Pieter van Dalen Luna, decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, asegura que esta información no es real, debido a que el estudio no ha contemplado lo necesario al haberse realizado en solo una parte del territorio arqueológico por temas presupuestales. El gremio sostiene que la justificación del Ministerio de Cultura de optimizar la gestión del sitio no será posible mientras las líneas de Nazca sigan a cargo de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica. Lo óptimo, indican, sería la creación de una unidad ejecutora para generar políticas de protección, gestión y recuperación del sitio arqueológico con fines culturales, históricos y artísticos. Además, esta reducción ha dejado fuera áreas “expuestas a la vulnerabilidad y la destrucción por varios factores como la minería ilegal y la expansión agrícola”, explican. Si bien el Ministerio de Cultura insiste en que la protección será la misma pese a la reducción, aceptó la existencia de yacimientos mineros en la zona y que no cuenta con información exacta del tipo de mineral que se extrae en los campamentos. Ante ello, el Colegio de Arqueólogos del Perú ha emitido una alerta: la decisión podría sentar un precedente dañino para otros patrimonios como Caral o Machu Picchu, por lo que han solicitado reuniones con la Comisión de Cultura del Congreso de la República y con la presidenta Dina Boluarte para pedir la destitución del ministro Valencia. Van Dalen Luna adelantó a EL PAÍS que presentará un recurso de nulidad ante el Ministerio de Cultura para revertir la medida. (…) El sociólogo Santiago Alfaro remarca que la reducción supone la renuncia a la protección del patrimonio de parte del Ministerio de Cultura. “El área reservada de las líneas de Nazca no solo tiene como objetivo amortiguar la influencia de actividades económicas sino proteger un espacio que aún no está plenamente investigado”, señala. El ojo público apunta hacia Fabricio Valencia, titular del sector desde septiembre del 2024. Como se recuerda, este abogado especialista en patrimonio cultural y museología es recordado por defender a Juan José Santiváñez, exministro del Interior censurado por el Congreso debido a su incapacidad para controlar la ola delictiva en todo el país. En estos días será citado a la Comisión de Fiscalización».

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Cultura

Más Arte Galería: presenta la exposición Erótica, el cuerpo como arte y el deseo como lenguaje

Una exposición que desnuda el arte del deseo y convierte al cuerpo en un manifiesto visual de libertad.

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En un rincón de Miraflores, donde la ciudad respira cultura entre cafés bohemios y galerías que aún se atreven a provocar, una exposición rompe el silencio con imágenes que no gritan, pero susurran. ERÓTICO, la muestra internacional organizada por la plataforma +51 Platform, se presenta como una invitación a repensar el cuerpo humano, despojado de prejuicios, convertido en territorio estético y político.

Hasta el 28 de junio, Más Arte Galería alberga este mosaico de miradas que dialogan desde Perú, Argentina, Brasil, México y Estados Unidos. Son más de veinte fotógrafos que, en tiempos de hipersexualización vacía y voyeurismo algorítmico, se atreven a construir una poética del deseo sin recurrir al morbo ni al cliché.

«Queríamos crear un espacio necesario en Lima para observar y dialogar sobre cómo los artistas contemporáneos abordan el erotismo hoy», comenta Martín Orbegoso, director de +51 Platform y co-curador de la muestra junto al fotógrafo Inon Sani. La propuesta no es una provocación gratuita, sino un intento serio —y bellamente osado— por recuperar al erotismo como experiencia estética, como interrogante sobre la mirada, el consentimiento y la diversidad infinita del cuerpo.

En un país donde aún se susurra la palabra “deseo” como si fuera un tabú heredado del confesionario, ERÓTICO ofrece una ruptura necesaria. No hay aquí cuerpos para consumir, sino cuerpos para pensar. La intimidad cruda de Verónica Cerna, la energía de Giuseppe Falla, la melancolía formal de Thomas Locke Hobbs o la mirada certera de Yayo López nos obligan a enfrentarnos a lo que somos y a lo que, en secreto, deseamos.

Cada sala se convierte en una pequeña revolución, en un ensayo visual sobre la identidad, el placer y sus representaciones. No se sale indemne de este recorrido: hay belleza, sí, pero también duda, confrontación, deseo transformado en imagen.

Participan también artistas como Diego Alvarado, Luis Chiang Chang Way, Carolina Cochachez, Javier Cuadra, Marte del Pozo, Rafael Escardó, Ronald Hinostroza, Ximena Lévano, Pedro Pablo Mantegazza, Pablo Padilla, Ignacio Rafael, Shamal, Luis Felipe Soto, Hiroshi Yoshimoto & Carlo Vitalino, Nayeli Acevedo, Nathan Braga, Acha Di Mario, y por supuesto, el propio Inon Sani.

La propuesta no se agota en las paredes. A lo largo del mes, +51 Platform ha programado conversatorios y visitas guiadas que buscan ampliar el diálogo, sumar voces, escuchar preguntas y desafiar certezas. Porque si el arte no nos obliga a pensar distinto, ¿entonces para qué?

ERÓTICO no es solo una exposición de fotografía erótica. Es un manifiesto visual sobre la libertad del cuerpo, sobre la dignidad del deseo, sobre la posibilidad de mirar sin condenar.

El dato
Lugar: Más Arte Galería – Calle Mariano Odicio 282, Miraflores (a dos cuadras de la Estación Ricardo Palma del Metropolitano).
Fecha: Del 5 al 28 de junio.

Horario: Lunes a viernes de 10 a.m. a 6 p.m. / Sábados de 10 a.m. a 2 p.m.

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Cultura

Lima Gris Podcast: el arqueólogo Gori Tumi desmiente al ministro de Cultura tras su interpelación en el Congreso [VIDEO]

Se caen las mentiras del ministro Fabricio Valencia. Además, mostramos un chat revelador dirigido al titular del Mincul que demostraría un negociado de cargos.

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En el Podcast de Lima Gris, el conductor Edwin Cavello entrevistó al arqueólogo Gori Tumi Echevarría López. Durante la conversación, Cavello cuestionó cómo era posible que el ministro de Cultura, Fabricio Valencia, quien siempre se ha mostrado como defensor del patrimonio cultural y conocedor de las leyes, terminara negando la importancia de la UNESCO. Además, criticó que, al ser consultado sobre si se había pedido permiso a la UNESCO para modificar el área protegida (la poligonal), el ministro respondiera que no era necesario.

Por su parte, el arqueólogo Tumi Echevarría señaló que una decisión tan delicada como recortar el perímetro del polígono de las Líneas de Nasca y Palpa debió ser consultada no solo con la UNESCO, sino también con el Colegio de Arqueólogos del Perú. Según él, eso habría dado mayor responsabilidad y respaldo técnico, científico y académico al informe que dio origen a la resolución viceministerial firmada por la viceministra Moira Novoa Silva.

Para Echevarría, lo ocurrido demuestra que al ministro Valencia Gibaja no le importó mentir en medio de su interpelación. El presidente de la Asociación de Arte Rupestre del Perú, subrayó que desde el Mincul tomaron la decisión de recortar el polígono a pesar de conocer las posibles consecuencias y sin contar con un respaldo sólido ni institucional.

Aquí la entrevista completa y un chat dirigido al ministro de Cultura, que evidenciaría el oscuro manejo detrás del escándalo de las Líneas de Nasca y Palpa.

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Cultura

Coreografía solar

María Fe Florez-Estrada despliega una poética visual tejida en foil y acrílico que entrelaza memorias íntimas y referencias ancestrales en una coreografía de luz, textura y contemplación. Está en La Galería de San Isidro hasta el 6 de julio.

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Siete obras tramadas en foil metálico sobre acrílico coloreado y tres esculturas dedicadas a Mariella Agois vibran con una energía ciertamente sutil, pero envolvente. Al tiempo de revelar una obsesión meticulosa por la materialidad como lenguaje, la repetición del método sugiere ya un manifiesto: la exploración sistemática de un mismo proceso para extraer variaciones infinitas, como si cada obra fuera un verso de un poema visual.

Más o menos así son estas Remembranzas, la más reciente exposición de María Fe Florez-Estrada (Lima, 1979) en la sala II de La Galería de San Isidro. “Cada tejido nuevo empieza a partir de un recuerdo”, dice la artista. “Una sensación de aquel tiempo dotándola de una nueva interpretación”. La técnica del foil, que viene desarrollando desde hace más de 14 años, se ha convertido para ella en una suerte de caligrafía emocional: cada trama es un mapa afectivo.

De manera que lo personal y lo colectivo se funden en este corpus reciente. Tres de las piezas llevan los nombres de sus hijos —Nisso, Rafael y Sienna— y en ellas se advierte un colorido cálido y pulsante que parece traducir lo indecible del amor maternal. La memoria aquí no es nostalgia: es celebración transformada en forma, en vibración, en partitura visual.

Silencio luminoso-

La artista entiende su obra como una exploración del tiempo a través de la materia. El foil —láminas doradas, plateadas y cobrizas— deviene en metáfora de la luz capturada, del instante suspendido. Estas superficies actúan como espejos fragmentados que reflejan tanto la presencia del espectador como la ausencia de aquello que se recuerda. En “Recuerdo de un eclipse”, por ejemplo, el brillo metálico evoca la corona solar: un destello atrapado en la oscuridad, una imagen suspendida entre lo visible y lo secreto.

El contraste entre los materiales industriales y las referencias a los textiles andinos no es casual. “Para mí es una manera de exteriorizar este presente con colores vibrantes y transparentes que proyectan luz y a la vez se mezclan con la trama de foil”, explica. En esa tracción entre lo ancestral y lo industrial se manifiesta una de las claves del arte contemporáneo peruano: la coexistencia de lo originario y lo global en una coreografía de contradicciones y mestizajes.

Por su parte, las tres esculturas en homenaje a Mariella Agois profundizan la búsqueda. “Siento gran admiración por su obra, es un deleite para los sentidos”, comenta Florez-Estrada. “Compartimos la constante búsqueda de expresión sensorial apuntando a generar efectos visuales de volumen y movimiento a través del uso del color y de las composiciones lineales”. En estas piezas tridimensionales, la línea se vuelve arquitectura. Y el homenaje se transforma en diálogo.

Así, Remembranzas no es solo una exposición: es una constelación de sentidos en movimiento. Una apuesta por la contemplación en un mundo saturado de estímulos. La serialidad de las obras, la minuciosa repetición del tejido, el juego con la luz y la geometría, remiten al ritual más que a la industria.  Al arte como acto meditativo, como gesto de resistencia ante lo fugaz. Una trama de recuerdos.

Donde cada destello de foil es una palabra no dicha. Y en ese silencio luminoso la artista alcanza lo inasible: hacer visible lo que el tiempo quiso borrar. Y, como la luz en un eclipse, sigue iluminando aún después de desaparecer.

Muestras: Remembranzas de María Fe Florez-Estrada y La arquitectura del ser de Daniel Defilippi y

Lugar: La Galería.

Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro.

Fechas: Del 10 de junio al 5 de julio.

Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 p.m. y sábados de 3 a 7 p.m.

Ingreso: Libre.

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Cultura

Decano del Colegio de Arqueólogos exige la renuncia del ministro de Cultura por recorte en protección de las Líneas de Nasca

En entrevista exclusiva desde la protesta convocada ayer frente al Ministerio de Cultura, el decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, Pieter Van Dalen, lanzó duras críticas contra la gestión del ministro Fabricio Valencia y exigió su inmediata renuncia, junto con la de la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa Silva, tras la aprobación de una polémica resolución que recorta el perímetro de protección de las Líneas de Nasca.

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La manifestación, realizada en la explanada del Ministerio en San Borja, reunió a arqueólogos, estudiantes, ciudadanos y organizaciones vinculadas a la defensa del patrimonio cultural. El motivo: el rechazo a la resolución viceministerial firmada por Novoa Silva que, según los especialistas, pone en peligro amplias zonas arqueológicas.

“Es una situación muy lamentable, que venimos viviendo desde hace más de una semana, desde que salió esta nefasta resolución”, señaló Van Dalen. “El Ministerio de Cultura, en vez de proteger el patrimonio, estaría dejando fuera grandes extensiones de zonas arqueológicas que quedarían expuestas a la minería ilegal, las urbanizaciones, los cultivos y otros problemas que afectan a esta región”.

El recorte del perímetro de las Líneas de Nasca —una de las herencias más emblemáticas del Perú y Patrimonio Mundial de la Humanidad— ha generado preocupación entre la comunidad científica nacional e internacional. Para el Colegio de Arqueólogos, esta decisión no solo es técnicamente injustificable, sino que sienta un precedente peligroso.

Consultado sobre las recientes denuncias penales contra el ministro Valencia, la viceministra Novoa y otros funcionarios, el decano expresó que si bien aún no conocía los detalles del caso, considera urgente que el Poder Judicial investigue los motivos detrás de esta resolución. “Sería importante que se pueda demostrar por qué sacaron esta medida. Nosotros también estamos recibiendo documentación y evaluaremos si corresponde que los arqueólogos involucrados sean sometidos al Tribunal de Ética y Disciplina”, indicó.

El Colegio de Arqueólogos se suma así a los pedidos de interpelación ya aprobados por el Congreso. “El ministro ha demostrado su incapacidad moral para dirigir el Ministerio de Cultura. Debe dar un paso al costado porque está haciéndole mucho daño a la cultura del país. Lo mismo con la viceministra”, reclamó Van Dalen.

El mensaje también incluyó una exhortación directa a la presidenta Dina Boluarte: “Le pedimos que haga cambios urgentes y necesarios en el Ministerio de Cultura. Estos señores tienen que dejar sus cargos porque mucho daño están haciéndole al país entero.”

El clamor desde San Borja se escuchó fuerte y claro. Mientras los manifestantes mostraban pancartas con lemas como “Las Líneas de Nasca no se negocian” y “Nasca nose vende, Nasca se defiende”, la figura del ministro Valencia se sigue debilitando. En un escenario de creciente presión política y social, la permanencia de los actuales responsables del Ministerio de Cultura pende de un hilo.

Aquí la entrevista en exclusiva con Pieter Van Dalen, decano del Colegio de Arqueólogos del Perú.

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Cultura

Gori Tumi: «Exigimos que el ministro y la viceministra de Cultura sean destituidos»

En medio de las protestas que se realizaron ayer en la explanada del Ministerio de Cultura, Gori Tumi, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, lanzó duras críticas contra el titular de Cultura, Fabricio Valencia, y su viceministra de Patrimonio, Moira Novoa, por atentar contra las Líneas de Nasca.

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Durante las protestas realizadas ayer en la explanada de la sede central del Ministerio de Cultura, el arqueólogo Gori Tumi, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, lanzó duras críticas contra la actual gestión del ministro Fabricio Valencia. En una entrevista exclusiva, Tumi denunció un presunto negociado estatal que pone en riesgo el patrimonio arqueológico de Nasca, y exigió la renuncia inmediata tanto del ministro como de la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa.

En un ambiente marcado por la indignación ciudadana, Gori Tumi calificó de “componenda” las acciones del Ministerio de Cultura que permitieron el recorte del área de protección de las líneas de Nasca. Según su denuncia, esta reducción se realizó sin sustento técnico alguno, favoreciendo intereses vinculados a la minería informal en la región. “Se ha demostrado, más bien por la ausencia de documentación técnica, que todo este recorte en la poligonal fue hecho sin sustento, y es muy suspicaz que se haya dado en un contexto de expansión minera”, afirmó el arqueólogo.

Más grave aún, Tumi reveló que el hermano de una funcionaria del Ministerio de Cultura —subdirectora de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica— había solicitado la liberación de 100 hectáreas para actividad minera dentro del área originalmente protegida. Aunque el solicitante habría fallecido, el conflicto de intereses es evidente. “Ella (Jeanette Gutiérrez Achulla) debió saber que tenía un problema de intereses familiares y participó en la reunión original donde se avaló el recorte”, señaló.

Para el presidente de la Asociación de Arte Rupestre, esta situación no es un hecho aislado sino parte de un patrón sistemático de negligencia e intereses ocultos. Recordó que en anteriores gestiones, como las de Luis Jaime Castillo, ya se habían producido decisiones similares en sitios como Pachacamac y Puruchuco. “Es decir, nuevamente se ha tratado de beneficiar intereses particulares o privados, o intereses oscuros al final”, sentenció.

En la entrevista, Tumi también desmintió las versiones oficiales que pretendían justificar la redefinición de la poligonal en base a supuestos estudios. “No hay una investigación real que justifique esa re-delimitación. No se han hecho estudios ad hoc. Se trató de disfrazar una operación política como si fuera un proceso técnico”.

La Asociación Peruana de Arte Rupestre, que él preside, emitió un pronunciamiento formal el pasado 8 de junio, exigiendo no solo la destitución del ministro Fabricio Valencia y la viceministra Moira Novoa, sino también una eventual investigación penal para todos los involucrados. “No nos hemos quedado de brazos cruzados”, advirtió. “Exigimos que se tomen acciones jurídicas porque esto ha sido un atentado contra un bien arqueológico insustituible”.

El escándalo por el recorte en la protección de las líneas de Nasca ha escalado rápidamente: el Congreso ya aprobó tres interpelaciones contra el ministro de Cultura, y el Ministerio Público ha iniciado diligencias preliminares. Las declaraciones de Gori Tumi refuerzan la sospecha de que, detrás de las resoluciones administrativas, se esconde una estrategia deliberada para abrir paso a la depredación del patrimonio nacional bajo el amparo del Estado.

Aquí la entrevista completa:

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