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Cultura

“Historias al ritmo de Chacalón”, de Fernando Carrasco Núñez

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Hace muchos años, en la década de los ‘80s, por esas cuestiones del azar, caí en la Carpa Grau.  Fue la primera vez que escuché en vivo a Chacalón y la Nueva Crema. Salíamos de un concierto subte por el centro de Lima y rebuscábamos Pisco Vargas o Conde de los Andes o Camino al Cielo.  Éramos un grupo de subterráneos de 18 años caminando por las callejuelas adyacentes a la avenida Iquitos y a ese edificio infame conocido como Palacio de Justicia, noticiados de la venta de estos licores espirituosos en fondas de temida reputación.

Entre empujones, burlas y miradas que pasaban del asombro al achoramiento y del reto al desprecio, los que en aquella época conocíamos como chicheros, observaban nuestras ropas negras, los chancabuques de milico, los pelos parados o muy largos, los rostros desconcertados de muchachos mestizos como ellos, pero cuyos padres tal vez llegaron antes a esta Ciudad de los Culpables que no considerábamos nuestra. Así nos zampamos a la Carpa por unas rendijas, sobornando con media res a un cholo trejo que oficiaba de guachimán. Recuerdo claramente que Chacalón cantaba El Provinciano y cientos o miles o millones de circunstantes, para el caso da lo mismo, se agitaban dando pasitos que mezclaban el rock setentero con la salsa y las notas tristes del huayno serrano.  Hombres y mujeres vestidos con ropas multicolores bebían cerveza por hectolitros y coreaban con hondo sentimiento, soy muchacho provinciano me levanto muy temprano, para ir con mis hermanos, a trabajar, no tengo padre ni madre, ni perro que a mí me ladre, sólo tengo la esperanza, de progresar, busco una nueva vida en esta ciudad…

Recuerdo que el Chato Jorge (tránsfuga de la Universidad de Lima refugiado en la Agraria), subte de Lince y fanático de Echo and the Bunnymen, Siouxsie y Gabinete Caligari, groupie de los aurorales Voz Propia y pata de la gente de Eutanasia, me miró y me dijo, oe Troglo, estos si son subterráneos, huevón… no esos anarco-fumones, borrachos y vagos mantenidos de la Helden o de la Jato Hardcore, esta gente chambea, huevón y sufre de verdad, huevas, este es el verdadero Perú.  Mira, mira, causa, mira ese pogo, dijo señalando a la masa ondulante y ebria: panaderos, mecánicos automotrices, empleadas del hogar, ambulantes, obreros metal-mecánicos, carpinteros, jornaleros, campesinos sub-proletarizados llorando con la estremecedora guitarra del maestro Carballo y la peculiar voz de Chacalón y entonces, sin darnos cuenta, ya nos encontrábamos cantando Qué dolor siente mi corazón…

Papá Chacalón.

Desde ese entonces empecé a escuchar las canciones de Chacalón. Mi barrio de origen era un barrio que se ufanaba de salsero y rockero, en el mejor de los casos, paisanos “decentones” devotos del huayno clásico del Jilguero del Huascarán, Pastorita Huaracina o Picaflor de los Andes, pero nunca propensos a esa “horrible música de serranos achorados” que era como calificaban a la música chicha la mayoría de universitarios e incluso los radicales que habían tomado las armas, quienes repetían cual catecismo: el que habla de razas es racista, el que habla de clases es clasista.

Pocos años después coincidiríamos con Cachuca en los estudios de Filderes en Ingeniería, cuando aún se formaban las canciones iniciales de Los Mojarras y Semilla Nociva pergeñaba las primeras notas de El Poema Anarquista y País Racista.  Para entonces, la realidad del país era otra, pero la música chicha seguía permaneciendo al margen. A pesar de sesudos tratados sobre el tema, a despecho de los intelectuales izquierdosos y de los esnobs que adoptaban la chicharra como emblema, cualquier estilo chichero (luego le dirían cumbiambero para asimilarla a los medios), seguía estando al margen de la ley de los bienpensantes criollos-blancoides, quienes en su temor cerval al indio levantisco asociaban la guitarra rockera-huaynera matizada con raptos de salsa, con el delincuente asaltabancos y el cholo altivo que no cree en nada ni en nadie, ni siquiera en el dios de los cristianos. 

Testimonio esto porque he leído varios comentarios, seguramente bien intencionados, respecto a “Historias al ritmo de Chacalón”,  magistral libro de cuentos de Fernando Carrasco Núñez.  Y un lugar común a estas reseñas es aquél que reza que el libro narra la historia de la Lima marginal, chichera y lumpen. Palabras más, palabras menos, este es el lugar que se está haciendo común para aquilatar la obra de Carrasco.  Craso error de quienes solo ven la epidermis de una obra que auguro será mayor con el tiempo, la madurez y los cojones bien puestos del autor.

Fue Marx quien categorizó a ese segmento de las clases sociales conocido por no dedicarse a actividades productivas, si no a acciones al margen de las leyes del Estado, con el término lumpen-proletariado (lumpen en alemán vendría a ser andrajoso), una subclase inferior incluso a la del proletariado, carente de conciencia de clase y como pretendían ciertos sectores, el perfecto colchón o punto de apoyo de la burguesía para sus fines particulares. 

Una definición más precisa la brinda el propio Marx en el capítulo V (escrito en 1852) de “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”: “Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores, alcahuetes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos, en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de diciembre (…)”.

Pues bien, “Historias al ritmo de Chacalón” (SINCO Editores, 2020) de Fernando Carrasco Núñez (Lima, 1976), contiene algunas historias con personajes y argumentos propios de esa capa social tan temida por los criollos inservibles que se alucinan europeos, pero en conjunto el libro no es un fresco exclusivo de esa Lima lumpenesca, temida hasta la pichi por la izquierda almagrista y la derecha pizarrista, de esa Lima achorada compendio de los hijos del Perú Real, del Perú profundo, ese que le paró los machos al invasor chileno, al reptil Fujimori, al asesino AGP, al traidor Humala y a todos los Regentes que vienen gobernando nuestro país en contra de la voluntad popular manipulada en elecciones farsescas cada cinco años.  Esa Lima que muchos denuestan como lumpen (lo más cercano al lumpen-proletariado serían ahora los mototaxistas reguetoneros o la escoria caribe con estatus de refugiados políticos), esa no es la Lima que he podido percibir en el libro de Carrasco.

Veamos por qué digo todo esto y por qué resulta injusto ese reduccionismo facilista de etiquetar la narrativa de Fernando Carrasco, en particular la desplegada en este libro, como una oda al lumpen nacional, como la narrativa de la marginalidad. 

En primer lugar, los cuentos cumplen con el que tal vez deba ser el único requisito a exigir a cualquier creador: las historias están muy bien contadas, los cuentos son redondos y te mantienen en vilo, te conmueven, te asquean, te deleitan o simplemente te arrancan una sonrisa o una lágrima: este libro, amigos, se lee de un tirón.  No es pretensioso, ni artificiosamente almibarado, no desbarra en rosquetadas experimentales tan queridas por post-modernos de izquierda y derecha.  Desde lo más profundo del tuétano andino barrial, Carrasco chapa su chela, apela al recuerdo, usa su talento, conjura la nostalgia, afila la chaveta y empieza la fiesta de contar una buena historia, deleitando al circunstante, tal como lo hacía cuando entonaba boleros en el fenecido Bar de Ciro.

En segundo lugar, la verdadera narrativa del lumpen peruano, la auténtica narrativa de los marginales es, a mi entender, la narrativa de esos mamertos que se solazan contando historias onanistas de Mirafloresmanta, Sanborjayocc y La Molinamarca,  infradotados que alucinan ser ciudadanos del mundo,  hijos de milicos genocidas, sobrinos de congresistas rateros, entenados de altos burócratas ministeriales, hermanos de políticos de todos los pelajes, gaintelectuales incapaces de conmoverse con el llanto de un niño, marihuaneros sin horizonte, hijos de meretrices de la política lorcha, entenados de empresarios explotadores, escritorzuelos felatrices de Españistán y come-niños disfrazados de periodistas, es decir, el verdadero lumpen que apesta nuestra Patria, todos esos marginales al Perú hirviente de los barrios de un país con más de 32 millones de habitantes, mutantes de una realidad dolorosa, injusta y pletórica de historias que nada tendrían que envidiar al neorrealismo italiano o la narrativa de los jóvenes airados que tan bien contó el británico Alan Sillitoe en La Soledad del Corredor de Fondo, a mi parecer, el texto más inmediato al libro de Fernando Carrasco, vecino de Nocheto, El Agustino.

Cuando Chcalón canta, los cerros bajan.

Y como dicen que para muestra un botón, y como un solo botón sería mezquino, comentaré 3 cuentos redonditos, en donde relumbra la verdadera temática del libro: el racismo y la exclusión, la guerra de clases y la descomposición de una sociedad asentada en cimientos de papel, la habilidad y la honradez de un pueblo que sufre y trabaja sin descanso y sin temor a la muerte.

1. Carehuaco

2. El retorno de Carmela

3. Tú serás la causa de mi muerte.   

Carehuaco

Subtitulado “Llanto de un niño”, como la inolvidable canción de Chacalón, cuenta la historia de un niño que a la tierna edad de 8 años es rebautizado como Carehuaco, apelativo infame que en el Perú puede condenarte al acomplejamiento, al ostracismo y al fracaso.  El pequeño, cuyo nombre no se menciona, es oriundo del puerto de pescadores de Pimentel, en el norte peruano.  Hijo y nieto de pescadores, Carehuaco es el vivo retrato de su padre y es, además, el vivo retrato de los pescadores artesanales peruanos, esos hombres que se hacen a la mar en una chalana en busca del sustento cada madrugada, sin derechos laborales de ningún tipo, condenados por la gran industria pesquera y la contaminación a alejarse cada vez más mar adentro por cada vez menos pescado. El padre de Carehuaco es tragado una madrugada por la mar junto a tres compañeros y los cadáveres nunca aparecen. Aquí comienza la vida del niño norteño en la Ciudad de los Culpables: su madre, imposibilitada de hacerse cargo de 3 niños, decide enviarlo a Lima con sus tíos, mientras ella se queda en Pimentel (Chiclayo), trabajando para mantener a los 2 más pequeños, que ni siquiera pudieron conocer al padre.  Narrado en primera persona por el propio protagonista, quien lleva de la mano al maestro/escritor a través de la historia, este es sin duda alguna el relato más conmovedor del libro.  El personaje principal es un niño que a los 14 años recuerda cómo nació el apodo Carehuaco y cuenta sin complejos ni resentimiento las circunstancias en que surge el apelativo, atizado por la sabiduría y la discreción del maestro/escritor, alumbrados por un juguito de fresa con leche y varios cafés humeantes.   

El desenlace, magistral a mi modo de ver, ocurre cuando la maestra María Chumpitaz Arias lleva una mañana un libro de láminas para ilustrar la clase acerca de la Cultura Mochica.  Después de describir detalladamente los logros de esta gran cultura de la costa norte (arquitectura, hidráulica, la cultura militar y marinera, la orfebrería), la profesora saca de su cartera el libro bellamente ilustrado.  Va mostrando a los niños las imágenes de collares, orejeras, utensilios de oro, máscaras, hasta que aparecen las obras de alfarería: los famosos huaco-retrato.  En ese instante un palomilla grita, ¡Yarlequé, allí está tu cacharro!, y el salón revienta de risa.  Pero Carehuaco permanece impasible, maravillado, observando el huaco-retrato que le resulta tan familiar, que le trae a la memoria el rostro de su padre, el inconfundible rostro de su padre. De un momento a otro, sus ojos se inundan en lágrimas ante el recuerdo: “dirigente de los pescadores de Pimentel, aguerrido, sabio y fuerte como un algarrobo”.  Así era su padre.

La profesora lo abraza y lo saca del salón. Lo reconforta, lo instruye con sabiduría, le insufla amor propio, identidad y autoestima: “me dijo que yo siempre debería vivir orgulloso de mi padre, y, sobre todo, de haber heredado la inteligencia y la belleza de los antiguos moches”. 

Como es natural en Carrasco, este hermoso cuento tiene una banda sonora de amplio espectro.  Desde los gustos musicales de Yarlequé padre (La Paz y la Dicha y Llanto de un niño, de Chacalón y la Nueva Crema, valses, marineras y tonderos, entre los que menciona La Perla del Chira) hasta las canciones que la madre cantaba mientras cocinaba (Nueva Ola, baladas de Juan Gabriel) y los valses de Los Embajadores Criollos que entonaba su padre los domingos, las canciones fluyen como aguas trinas alumbrando escenarios y reforzando episodios.

Otro aspecto a destacar del cuento es la presencia inmanente del maestro/escritor y su bonita agenda de cuero verde. Más allá del fetiche, la presencia del Profe y su elegante agenda de cuero anuncian que el alter ego de Carrasco ya le echó el ojo a una buena historia. Lo demás es trabajo del artista. Carrasco no es un escritor profesional y dudo que quiera serlo.  Carrasco, lo sabemos, es Licenciado en Educación por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” y se gana los frijoles como profesor y la literatura, barrunto, la considera como un oficio con el cual interpretar el caos y el desorden de este mundo, que si le permite ganarse unos cobres, bienvenido sea, pero la dimensión psicológica y el despliegue intelectual, la ética y la estética de este volumen de cuentos me impiden pensar que, por lo menos ahora, Carrasco acomode las nalgas para  escribir-corregir–quemar sus naves literarias sólo por la ilusión de agenciarse unos cuantos morlacos.

Un cuento como Carehuaco en épocas de globoidiotización  y cosmopolitismo epidérmico, objetivo de las nuevas izquierdas y las derechas decrépitas, podría parecer a los paladares “finos” un alegato cuasi provinciano.  Pero  no debemos olvidar que se puede ser universal desde lo local, sin haber salido nunca incluso de tu propia manzana, porque como respondió Arguedas a Cortázar, “todos somos provincianos en este mundo, provincianos de las naciones y provincianos de lo supranacional”.

El retorno de Carmela

Carmela, muchacha ancashina, vive en Nocheto (Santa Anita) en un cuartito alquilado.  Oriunda de un caserío de Yungay es enfermera técnica y trabaja en una clínica de Lima.  Cada semana, los viernes por la noche, Carmela aborda un ómnibus interprovincial y enrumba hacia su natal Yungay, tras recorrer cerca de 500 kilómetros remontando la Cordillera de los Andes. Después de la obligatoria visita a la familia, la joven corre desesperada a los brazos de su amante secreta: el Hada Verde.

La técnica que usa Carrasco para narrar la historia demuestra que abundan en su taller literario las herramientas precisas para hilvanar fino.  Por un lado, el punto de vista omnisciente de una tercera persona cuenta a Carmela en remisión apelando al recuerdo para exorcizar las causas que la empujaron al vicio del alcoholismo. Por otro, es la propia Carmela quien detalla su historia a su apreciado profesor del taller de literatura.

Esta técnica usada por Carrasco resulta funcional para el difícil tema del alcoholismo femenino.  Carrasco deja fluir la historia en labios de Carmela, desde que siendo una adolescente se refugia en el licor para librarse del miedo y de la presencia lacerante de un agresor sexual (un familiar cercano venido desde Lima) que intenta someter a una pre-púber Carmela, casi con el consentimiento de su propia familia: Carmela debe enfrentar en soledad este episodio violatorio y el alcohol se convierte en refugio ante la imposibilidad de comunicar y exorcizar con alguien el atentado que sufre siendo niña.  Sin ápice de didactismo ni moralina, nos enteramos a través del desarrollo de la historia cómo la propia de familia es quien introduce juguetonamente a Carmela en el mundo del vicio. Los conocidos cumpleaños familiares, las festividades patronales, las fechas conmemorativas, cualquier pretexto es bueno para, entre bromas, obligar a los adolescentes a probar alcohol y son los propios padres y familiares directos quienes conducen a sus hijos al desbarrancadero donde mora Baco. 

Pero no es el canal familiar el único sendero para llegar a enviciarse con la droga más consumida entre los adolescentes peruanos.  El ambiente amical de Carmela, primero en el colegio y el barrio y luego en el Instituto de Enfermería de Yungay, en donde en contra de cualquier pronóstico, Carmela se gradúa de enfermera (porque era “una borrachita responsable”) y luego la Clínica limeña en la cual recala la protagonista, en todo lugar la muchacha encuentra una pandilla de dipsómanos dispuestos a entablar relaciones íntimas con el Hada Verde, algo que se inicia como un juego divertido y placentero pero termina desarmando el cerebro hasta apagarlo.

Sin embargo, son la vergüenza y el amor propio de Carmela los que la conducen a la decisión de escapar del Hada Verde que la tiene aprisionada y a punto de acabar con la dignidad de su existencia y con su propia vida. Sabemos que el alcohol daña los lóbulos frontales y temporales de la corteza cerebral.  Estas zonas del cerebro son las encargadas de procesos complejos como el control de los impulsos, el ajuste a las normas sociales, la autopercepción en sociedad y los propios comportamientos personales. Es decir, las zonas más importantes para controlar los problemas con la bebida resultan ser las más dañadas por el alcohol y por tanto, a más trago por más tiempo, mayor será el daño infligido al cerebro y al organismo.

Tal pareciera que Carrasco ha vivido la experiencia en carne propia, porque la descripción del período de abstinencia de Carmela, desde que toma la decisión de librarse del Hada Verde —es así como llamaba Wilde al ajenjo, el elíxir espirituoso de 89° preferido por la bohemia del siglo XIX—  hasta el momento en que debe pasar la prueba de fuego en el matrimonio de su hermana, es vívida y real.  Carmela resulta victoriosa y logra mantener la abstinencia: es  joven todavía, se aferra a los recuerdos bonitos de su infancia rural, al cariño de su familia, al recuerdo de su pueblito, a las canciones y el amor familiar que alumbraron sus primeros días.

Ante el espectáculo macabro de la descomposición de la Sociedad Andina (incluyendo en el término a la 100% andina Ciudad de los Culpables), siempre resultará interesante la banda sonora de cada cuento que nos entregue Fernando Carrasco. Porque la sinfonía de las ciudades cosmopolitas e hiper-pobladas constituye el trasfondo de la épica de los mortales comunes que se buscan el sustento diario en sus calles, parques, plazas, mercados y en los más impensables vericuetos.

En este caso, la odisea de Carmela transcurre al ritmo de la cumbia peruana y del huayno moderno.  Acompañan en las diferentes etapas de la odisea de la protagonista los huaynos de Sonia Morales (Perdóname) y Dina Páucar (Volveré), los cuales juegan probablemente una doble función: por un lado, evocan una infancia feliz lejos del mundanal ruido en su Yungay natal, pero por otro, a través precisamente de esa nostalgia, conducen o mantienen a Carmela en el desbarrancadero en el cual Baco celebra eternamente. Escuchamos también las cumbias de Agua Marina (El casorio) y Armonía 10 (Herido corazón, El Cervecero) y las del sempiterno Chacalón, idolatrado en el natal caserío de Carmela por su viejo amigo El Conejo chacalonero y que al ser escuchado en el barrio que le da cobijo en Lima (Nocheto, barrio chacalonero como el que más), la conduce a la añoranza y al deseo irrefrenable de aliviar la nostalgia en el alcohol.

Finalmente es imposible dejar de recordar el famoso poema El Brindis del Bohemio del mexicano Guillermo Aguirre Fierro (Pero en todos los labios había risas/Inspiración en todos los cerebros/Y repartidas en la mesa/Copas pletóricas de ron, whisky o ajenjo), ante el recuerdo de la familia perdida por culpa del vicio y las malas juntas que Carmela rememora en el bus de retorno a su pueblo natal.  La Carmela de Carrasco es el arquetipo de cierta mujer novo-andina, aquella que sale adelante pese a las vicisitudes y pese a que la mujer es más susceptible que el hombre a problemas asociados con el consumo de alcohol, tanto problemas de salud como de dependencia, por no mencionar la vulnerabilidad de una mujer ebria a recibir agresiones sexuales. 

Carrasco en la tumba de Chacalón en el cementerio El Ángel.

Tú serás la causa de mi muerte

Para el común de peruanos el término lumpen carece de significado, les resulta absolutamente desconocido. Incluso para jóvenes universitarios salidos de las canteras de las universidades-pollería de los últimos años, la palabra lumpen o lumpen-proletariado sonará a insulto en alemán o quechueslovaco, algo así como reconchetumare. Pero si les mencionas que el causa en cuestión es palomilla, bandidito, chueco, choro, ladrón, como que los muchachos ya van comprendiendo como es la nuez.  Un causa puede ser choro, pero si no choca con el barrio (como los choros de antaño), entonces el causa es bandidito no más.  Si el causa es un choro (torreja, monse, faite, taita, en fin) que tuvo que colgar los guantes porque lo lisiaron en un enfrentamiento, porque reflexionó en cana o porque vio la luz en algún lugar de culto evangélico, entonces ese choro plantado se dedicará a escuelear a los jóvenes del barrio sobre las inconveniencias de tan finos y elegantes menesteres. Sin embargo, hay otros que no se arrepienten nunca y aun cuando hayan colgado los guantes, mediante el viejo oficio de contar historias, se dedican a trabajar el ingenio y a ser memoria viva del gremio.

Uno de estos “hombres de la noche”, surgido de un barrio del cono este de Lima, es quien cuenta la historia al Escritor Noctámbulo en un bar del centro de Lima, no sin antes advertirle al colega (porque a fin de cuentas ambos son contadores de historias) que lo que va a escuchar es una verdadera historia (no una  historia verdadera): vitalista, callejera, “…no sonseritas de pecho frío, poseras e intelectuales”.

El arte de Carrasco se afina en este relato. El narrador es presentado como un lector impenitente, pero es a la vez un causa trabajado por la vida, un tipo con calle, lo cual le ha permitido entre otras insignias, conseguir joyas literarias a precios irrisorios (Arlt, Hemingway) y hacerse de historias asombrosas. Víctima del extraño vicio de leer caminando, empieza a referir su historia en la particular jerga de los conos de Lima, principiando en una infancia dura y llena de carencias con alusiones concretas al desastre del primer gobierno aprista, a la adolescencia pelotera en medio de los apagones causados por la voladura de torres de alta tensión en los ochentas y aquella canción “Viento” como dolorosa banda sonora de una niñez en la que aprendió a contar ficciones a sus patas del colegio para hacerse invitar el fiambre.  Sin censuras, el narrador oral va indicando al Escritor Noctámbulo los secretos para contar una buena historia, sin desviarse, exagerando un poquito pero haciéndola siempre creíble, sobre todo si  uno es el protagonista, “las cositas claves del escenario y de los personajes, minucias, gestos”.

Resulta curioso, ignoro si ha sido adrede, pero quien haya conversado con un narrador oral de estratos populares, descubre una capacidad increíble para hilar historias, la cual es mayor por la capacidad para improvisar, si el narrador es un individuo carente de preparación académica, si es un contador de historias nato. Esta capacidad nacida involucra actividades cerebrales complejas como recordar, manejar diferentes registros lingüísticos, leer, escribir, escuchar, recrear y componer música inclusive.

Para quienes hemos entroncado nuestro destino con el pueblo, subleva la incapacidad de la juventud actual para hilvanar apenas frases u oraciones inteligibles. Influencia de la televisión y la radio, del lenguaje cibernético y del reguetón vomitivo parido en las máquinas clónicas en el norte de América, los muchachos de estos días, se distinguen por su afasia y su incapacidad para comunicar ideas, emociones y sentimientos.  Pero, si uno se adentra en el corazón de los diferentes estratos de la masa viva, la cosa cambia.

Entonces, en personajes tan disímiles como los que presenta Carrasco, ¿cuál es la índole de la memoria? ¿Sería posible el pensamiento sin lenguaje? Según algunos neuro-psicólogos todos los procesos del pensamiento involucran o están determinados por el lenguaje y la afasia significa la muerte de la cognición.  Según otros, como los seguidores de Jean Piaget, pensamiento y lenguaje son corrientes separadas y creen que el pensamiento puede proseguir en forma inalterada pese a una afasia aguda.

Muchos pensadores han asociado la descomposición del lenguaje con la corrupción o descomposición social. Octavio Paz dice que “cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje”, Karl Kraus creía que toda depravación de la palabra permite reconocer la depravación del mundo, la prueba de que algo está podrido en la base. Consideraba Kraus que la corrupción lingüística era la causa de la degradación de los pensamientos y las conciencias; según él, las personas que hablan mal y escriben mal también pensarán y actuarán mal.

Carrasco, hijo del pueblo, ha conseguido maridar sin problemas el lenguaje lumpen de la Lima actual (incluida la jerga del hampa), con una prosa elegante y eficaz, carente de barroquismos ociosos.

El relato recorre sin dar tregua al lector escenarios tan disímiles como las cantinas de El Agustino y Barrios Altos, el óvalo de Santa Anita, un local en La Molina y el famoso Bar del Sastre en Nocheto, que es donde se va gestando la historia central del relato:  el viaje del protagonista a Tingo María, en la selva central del Perú, llevando un misterioso Toyota Yaris color guinda, por encargo de gente colombiana metida en “asuntos bien serios”, a través de un viejo conocido del anti-héroe del cuento, un zambo apodado Metralleta. Metralleta es un zambo canero y de poco confiar, famoso además por gilero y recurre al anti-héroe, hijo empobrecido de un antiguo Rey de la Papa abastecedor de las pollerías grandes de Lima, bonanza que le permitió al protagonista estudiar en el CMLP y aficionarse a las armas de fuego, afición que más tarde le servirá para agenciarse de un dinero extra.  Browning, Magnum y otros fierros, con el número de serie bien limado, le permiten ganarse unos cuantos cobres adicionales a su trabajo como taxista en un destartalado Daewoo Tico color amarillo.

De manera increíble, el carro estaba limpio de cualquier tipo de droga, pero era el gancho para endulzar al Chatín (el protagonista-narrador) con el fin de trasladar un cargamento de veinte kilos de cocaína desde Tingo María hasta Lima, en complicidad con un agente del CORAH (un proyecto especial de control y reducción de la coca en el Alto Huallaga, financiado por EU).  Todo está conversado, le van a dar incluso un nuevo DNI y es imposible que algo salga mal. El protagonista se debate en un mar de dudas, pero es pobre y siempre le ha gustado correr riesgos. Recuerda con nostalgia las buenas épocas de su vida, cuando el padre tenía dinero. Su joven mujer está gestando y no tiene seguro social ni un trabajo fijo.  Este segundo viaje le permitirá agenciarse un buen puñado de dólares y, si todo sale bien, armará un negocio en Lima, una bodeguita, tal vez una librería o un pequeño restaurante, lo que sea.  Las dudas atormentan su alma, pero como la primera vez se dice, o todo o nada.

Después de varias vueltas de tuerca magistrales, el desenlace del cuento es contundente e inesperado: Metralleta engaña a los colombianos, “cierra” a los policías cómplices del engaño, se queda con la droga, no le paga al Negro Humo, torturador de los colombianos para lograr el rescate, incluso ha sembrado una leyenda difundida por el Pucarino: ha sido ajusticiado por unos chiquillos lúmpenes del Callao y su cadáver arrojado en un basural de Caquetá. Pero Metralleta no puede engañar al más sapo de todos, al que se la tenía bien jurada, al dueño de la Beretta Magnum.

Colofón

Si esperábamos encontrar en la narrativa desplegada por Carrasco los viejos tópicos alusivos al Ande, apus tutelares, jarjachas terroríficas y wamanis sagrados, nos daremos de muelas contra el pavimento ahuecado, sucio y maloliente de las calles de Lima, mega-urbe en la cual se entremezclan al ritmo de Chacalón los hijos de los migrantes de todo el país, conformando una nueva raza que aún no sublima su más pura esencia por múltiples causales de orden social, político y económico, pero que en el camino irá adquiriendo forja e identidad, tal como lo hacen los inolvidables Carehuaco, Carmela, Jacinto y Eliseo, los Once Chavetas, los habitúes al Bar del Sastre y qué duda cabe, el personaje principal de todos los cuentos: el inconfundible Profe y su boina y zapatos marrones, pantalón beige y agenda de cuero verde, regalo de Carmela. Es el Profe quien logra arrancar con su sabiduría, cariño y paciencia las potentes historias a los personajes más disímiles como los que hemos disfrutado en los siete cuentos de Carrasco. 

A manera de epílogo anotaré que a lo largo de este hermoso volumen de cuentos permanece latente y dolorosa la herida principal que desgarra a la sociedad peruana real, no esa que se cuentan entre ellos mismos los malcriados ahijados del Marqués Lorcho. Comenzando por el niño norteño marginado con esa aleve maldad infantil por otros como él mismo, debido a las facciones de su rostro pre-hispánico, hasta el equipo de fútbol de los Once Chavetas, cruzando por la joven Carmela (huanuqueña, huaracina, huancaína, yungaína, puneña, con toda justicia neo-limeña) recuperada del alcoholismo por su fuerza de voluntad y el amor familiar, este volumen de cuentos arranca el velo con el cual el capitalismo de alta intensidad (implantado violentamente en el Perú hace casi 30 años) pretende ocultar nuestros rostros: seguimos todavía a una distancia sideral del pretendido paradigma integrador y optimista que planteara el Inca Garcilaso de la Vega hace más de 4 siglos. Ese sueño integrador de Garcilaso, convenientemente defendido por los que disfrutan de las gollerías de un sistema económico y un orden social injusto, asesino de las ilusiones de un pueblo de “hombres que aman y luchan llevados por un cruel destino”.

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Rafael Inocente (Lima, 1969) Escritor peruano, autor de la novela “La Ciudad de los Culpables” (1° Ed. 2007, 2° Ed. 2012, Editorial Altazor), “Discursos contra la Bestia Tricéfala” (con Arturo Delgado Galimberti y Rodolfo Ybarra, 2009, Hipocampo Editores) y el libro de cuentos “No todas van al Paraíso” (Editorial Altazor, 2013). Colabora en la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org)y en la Revista de IDL (Instituto de Defensa Legal), entre otras publicaciones digitales.

Cultura

Proyecto Mikage llega a Perú

La música tradicional japonesa se reinventa en un espectáculo único.

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El reconocido trío japonés MIKAGE PROJECT, famoso por su innovadora fusión de sonidos tradicionales y contemporáneos, llega por primera vez al Perú para ofrecer un concierto que promete una experiencia musical sin precedentes.

La esperada presentación se llevará a cabo el sábado 22 de marzo a las 19:30 pm en el Teatro Manuel A. Segura (Jr. Huancavelica 265, Cercado de Lima), gracias a la organización de la Fundación Japón Lima y la Municipalidad de Lima.

Compuesto por tres talentosos músicos japoneses —Koki Sato (shakuhachi, flauta de bambú), Sho Asano (Tsugaru shamisen, instrumento de cuerdas) y Takashi Honma (koto de 25 cuerdas)—, MIKAGE PROJECT ha revolucionado la música tradicional nipona con una propuesta fresca y vanguardista. Su sonido combina melodías folclóricas con géneros como jazz, funk, rock y música latina, dando como resultado un espectáculo envolvente y lleno de energía.

Desde su formación en diciembre de 2020, el grupo ha lanzado cuatro EP y ha participado en reconocidos programas de la cadena NHK. En 2023, inició su primera gira internacional en Tailandia y Malasia, colaborando con artistas locales. En 2024, fueron parte de eventos de renombre como Otakon en Estados Unidos y el Festival Internacional Cervantino en México , consolidándose como referentes de la música japonesa contemporánea.

El público peruano tendrá la oportunidad de disfrutar de este espectáculo de primer nivel a precios accesibles. Las entradas están disponibles en Joinnus desde S/ 25 hasta S/ 40.

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Cultura

Lima será sede del primer Encuentro Universitario de Improvisación

El evento gratuito será este 1 de marzo y reunirá a seis elencos universitarios en una jornada de creatividad, aprendizaje y música en vivo.

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La improvisación teatral sigue ganando terreno en el Perú, y con ello, llega el 1er Encuentro Universitario de Impro, organizado por UPC Cultural. El evento, que reunirá a seis elencos de jóvenes, se realizará este 1 de marzo en el teatro de la UPC en San Miguel y promete ser una jornada de creatividad y diversión para todo el público.

“Este encuentro, además de destacar el talento de los jóvenes improvisadores de diversas universidades, busca también fomentar el intercambio de experiencias y fortalecer la comunidad de improvisación teatral a nivel universitario. También es una gran oportunidad para mostrar el nivel y la pasión que hay en las nuevas generaciones por este arte”, comenta Feffo Neyra, organizador del evento y director del elenco de impro de la UPC y de Di Que Sí.

El evento contará con la participación de los elencos de la UPC, San Marcos, UNI, Cayetano Heredia y ESAN, quienes compartirán una jornada de integración y exploración escénica junto a la compañía profesional Di Que Sí. Como cierre, a partir de las 8:00 p.m., se presentará la “Impro Big Band”, un espectáculo donde las historias se crearán en el momento al ritmo de guitarra y cajón, utilizando la técnica del soundpainting, que fusiona teatro y música en tiempo real.

«La impro es una gran herramienta para que los jóvenes desarrollen su creatividad, aprendan a trabajar en equipo y sepan adaptarse a situaciones inesperadas. Estas habilidades no solo son valiosas en el ámbito artístico, sino que también son de gran utilidad en el futuro profesional, permitiéndoles desenvolverse con mayor seguridad, comunicarse eficazmente y enfrentar desafíos con creatividad y resiliencia en cualquier entorno laboral”, agrega Neyra.

Este Encuentro Universitario de Impro se realizará el 1 de marzo a las 8:00 p.m. en el teatro de la UPC en San Miguel. El ingreso es libre con previa inscripción a través del siguiente formulario: https://forms.gle/4EKi93u6rPdjGJs46. Para más información, visita las redes sociales de UPC Cultural.

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Cultura

Stephanie Boyd y Miguel Araoz nos hablan sobre su película «Karuara, la gente del río»

Los directores del filme Karuara, conversaron con Lima Gris sobre todos los detalles detrás del documental. La nueva película peruana se estrena mañana 20 de febrero en todos los cines.

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Tras un largo trabajo de 10 años, Stephanie Boyd y Miguel Araoz han logrado una poderosa obra cinematográfica que revela los mitos, secretos y problemáticas de la Amazonia. En el filme, el río se convierte en la columna vertebral por donde navegan historias que día a día viven diversas comunidades en la selva.

En la película, la cosmovisión amazónica se hace presente con un detallado trabajo de animación, que permite sumergirnos en un mundo onírico que se mantiene más vivo que nunca, a pesar de los derrames de petróleo, la tala y la minería ilegal.

En esta entrevista, los directores del filme nos hablan del proceso de la película y las anécdotas que vivieron para concretar «Karuara, la gente del río».

¿Por qué deciden grabar en la Amazonía peruana?

Miguel Araoz: En algún momento tuve contacto con la selva, que es un lugar fascinante; es uno de los lugares donde la vida esta más plena. Cuando he estado en la selva, he sentido la necesidad de expresarme que esos espacios deben de cuidarse.

Stephanie Boyd: Siempre he buscado temas de medioambiente, derechos humanos y especialmente cuando las empresas transnacionales están abusando de la gente. Como yo vengo del extranjero, me veo como un puente entre los dos mundos. En el caso de esta historia específicamente, la historia nos buscó.

¿Qué tiempo les tomó filmar la película?

Miguel Araoz: 10 años en realidad nos demoró.

Stephanie Boyd: Al inicio tenía pelo (risas).

Miguel Araoz: Tenía pelo y no tenía canas (risas).

¿En estos 10 años qué fue lo más difícil para ustedes?

Miguel Araoz: Yo soy pintor, tengo experiencia filmando, pero no es mi profesión. Por ejemplo, con todo el equipo con el que hemos trabajado nadie sabía de animación, y hemos tenido que aprender todo el proceso. La selva exige también esfuerzo físico. Los rodajes son hermosos, pero exigen mucho al cuerpo. Para mí ha sido una experiencia fuerte, pero a la vez hermosa. Lo más difícil ha sido sostener la película estos 10 años. En un tiempo corto lo haces con gran impulso, pero cuando tienes 10 años en la espalda, por ratos es pesado.

Stephanie Boyd: Al final terminó siendo un proyecto más grande. Al inicio hicimos un libro bilingüe en español y kukama con las historias que los ancianos nos contaban y las ilustraciones hechas por los niños en la comunidad.

Hacer cine en el Perú es difícil. ¿Cómo han podido sostener económicamente la película? ¿Qué estrategias han tenido?

Stephanie Boyd: Mucha gente aquí nos apoyaba voluntariamente. Yo logré sacar un puesto de voluntariado con una ONG que me mandó al Perú. Entonces, ellos me tenían como voluntaria trabajando con las mujeres en las capacitaciones y los cortometrajes durante los primeros cinco años del proyecto. También hemos pedido apoyo de diferentes formas, pero siempre hemos tenido el control editorial y económico del proyecto. Pedíamos desde pequeñas becas de fundaciones de medioambiente, fundaciones de cine y tras concursar tres años seguidos finalmente conseguimos una beca de DAFO.

Miguel Araoz: En realidad, Stephanie es una súper productora. Hacer animación no es barato, y parte del tiempo de hacer el documental nos ha tomado tres años hacer las filmaciones. Yo siempre bromeo y digo que la teoría de la relatividad toma cuerpo en la animación, porque trabajas tres años para 15 minutos de animación. Además, tuvimos que sostener todo un equipo de animación. En el mejor momento hemos llegado a ser siete para animación. Stephanie siempre se ha dado cuenta de que para hacer los documentales tienes que buscar pequeños fondos, porque un fondo grande al inicio no lo vas a conseguir y vas a desmayar en ese espacio. Lo que Stephanie hizo siempre es buscar fondos pequeños; así hemos generado como subproductos —el libro es un caso— que teníamos que entregar para sustentar el trabajo. Para ganar DAFO tres veces hemos llegado a la final; la tercera vez pensé que perdíamos, pero me dieron la sorpresa de que ganamos. Otro fondo interesante ha sido la Ford, que apoyó porque la empresa tiene una parte que se dedica a cuestiones de medioambiente y derechos humanos.

¿Incluyeron la animación por lo complicado que era retratar la cosmovisión amazónica o fue parte del proyecto?

Miguel Araoz: Fue una mezcla de cosas. Por un lado, a mí me gusta la animación. Por otro lado, es complejo filmar debajo de un río. No soy buen buceador; el río Marañón es oscuro y encima lo tendría que filmar con espíritus. Otra cosa que pasaba es que cuando viajábamos a las comunidades, siempre a las seis de la tarde, cuando finaliza el día, la gente prende un motor y se junta en su casa para ver la televisión, y lo que ven son novelas. Entonces, con Stephanie, Leonardo y Mariluz, conversábamos y dijimos que sería bonito volver este espacio al lugar de los cuentos y los mitos amazónicos de su propia cultura. Un poco así nacieron las animaciones.

Stephanie Boyd: Las animaciones fueron narradas por gente mayor kukama; estas son historias reales. En los documentales muchas veces la gente usa el recuerdo de recrear algo que pasó, y la animación es eso: ponemos imágenes, pero la historia que ha sido narrada es una historia real, por eso nos califican como documental.

Han tocado con mucho tino las problemáticas que viven las comunidades en la selva. Si bien filmaron en Loreto, la historia tiene personajes muy bien logrados que se enfrentan al olvido del Estado y a la discriminación de su propia gente. ¿Cómo manejaron el tratamiento?

Miguel Araoz: Creo que, como han pasado 10 años y en general los personajes del documental son cercanos a nosotros, ahora son nuestros amigos. Pues no mostraría a un amigo de manera incorrecta. Es decir, hay que mostrar los problemas, pero no denigrar a las personas.

Stephanie Boyd: Mariluz es la coproductora del documental, y la niña que habla es su hija, y ambos piensan que esta historia, a pesar de que es muy dolorosa, es importante que los de fuera la conozcan porque le está pasando a muchos jóvenes en la selva.

Miguel Araoz: Por otro lado, hemos trabajado con Leonardo Tello, y desde el comienzo en todo el trabajo siempre estuvo muy atento a esos detalles.

Otro de los temas del documental es la contaminación de los ríos a causa de los derrames de petróleo y la tala ilegal. Aquí nuevamente el tratamiento es acertado, ya que no se cae en un mensaje panfletario. ¿Existió alguna asesoría legal para enfocar estos temas?

Miguel Araoz: Al inicio del proceso me pregunté qué historia íbamos a contar. Y al final la historia que hemos contado es la historia del río, y el río es más que un río, ya que también son las personas que habitan a su alrededor y los personajes que viven dentro del río, es decir, todo ese universo. Cuando me hice esa pregunta, la respuesta fue que el río tiene olas, toda una serie de cosas que suceden. Entonces, ir al Marañón y no tocar el tema de los derrames de petróleo sería faltar a la verdad. Durante los 10 años que hemos vivido ahí, yendo y viniendo, siempre hemos escuchado que cada vez hay menos peces. Esto es por los derrames de petróleo que son constantes; son 30 años de derrames de petróleo.

Stephanie Boyd: Con Radio Ucamara hemos coproducido un corto titulado “Por qué callaron los ríos”, son 10 minutos sobre los derrames, porque queríamos sacar algo con urgencia cuando sucedieron los derrames del 2016 y 2017. La federación de mujeres Kukama también ha coproducido el documental con Radio Ucamara. Ellos encontraron la asesoría del Instituto de Defensa Legal (IDL), y con ellos las mujeres querían hacer una demanda para proteger sus ríos.

En Perú tenemos un gran problema: ¿Cómo guardamos la memoria cinematográfica que también es la historia de nuestro país, sin la existencia de una cinemateca nacional?

Miguel Araoz: La cinemateca es súper necesaria. Acá tenemos todo el trabajo pictórico de las animaciones, que son docenas de cajas. Quizá si estaríamos en otro país, para una universidad o para una filmoteca sería un material que les interesaría. Por eso es necesaria una buena ley de cine para poder distribuir, porque ahora vamos a poner la película en los cines y no sabemos hasta el último momento en qué sala nos van a poner, cuánto tiempo va a durar y, además, el horario tal vez sea a las 2 o a las 10 de la mañana para poder rápidamente retirarte de las salas. Finalmente, una mejora se logra con leyes; se necesita una protección a la producción nacional.

Stephanie Boyd: También la televisión; en otros países hay leyes que indican que un porcentaje de la programación tiene que ser nacional, y eso implica mostrar cierta cantidad de películas nacionales.

¿Cómo han sentido la recepción de su película en los festivales?

Stephanie Boyd: Primero hemos entrado en festivales, ahora estamos haciendo la difusión en salas, y luego vienen las proyecciones comunitarias, que eso es lo más divertido para mí. El estreno mundial de la película se dio en el Festival Internacional de Cine de Toronto, que es uno de los festivales más grandes en el mundo, y después hemos tenido el estreno en el Festival Internacional de la India. Nunca esperamos entrar ahí, pero fue una experiencia muy bonita y con muy buena respuesta del público.

Ya que mencionaste el cine comunitario, ¿tienen pensado proyectar la película en el lugar que grabaron?

Miguel Araoz: donde se grabó, ya lo hemos proyectado. Particularmente, ha sido la proyección que más me ha gustado. En la comunidad conocemos a los niños desde que tenían cinco años; ahora tienen quince. Entonces, fue muy divertido porque el ambiente de la muestra fue especial. En una hora estuvo repleta la sala.

Antes de grabar su documental, ¿revisaron algunas películas filmadas en la selva?

Miguel Araoz: Sí revisamos, aparte, mi padre participó en la película Aguirre, la ira de Dios como extra. Y por lo que conversamos muchas veces, creo que he hecho el viaje de mi papá de otra manera, pero con el cine de por medio.

¿Qué mensaje les darían a los jóvenes que quieren hacer cine?

Stephanie Boyd: Ahora hay más oportunidad que nunca, porque con la tecnología puedes grabar un cortometraje en tu celular. No temas si no tienes la mejor cámara. Empieza haciendo cortometrajes y los vas mandando a festivales y así vas ganando experiencia y contactos. Ayúdense entre ustedes, formen colectivos.

Miguel Araoz: Soñar siempre va a ser increíblemente bueno. Cuando sueñas, vas a tener que sacrificarte para poder hacerlo realidad. Se pueden hacer las cosas. También quiero decir que la gente de la selva siente tanto por el Perú, pero nuestro país siente tan poco por ellos. Eso es triste. Las únicas escuelas que existen en las comunidades se inundan en la selva. Eso puede ser una metáfora del Estado, porque han construido de espaldas a la realidad.

El dato:

Karuara, la gente del río se estrena mañana 20 de febrero en todos los cines peruanos. Una película que no debes perderte.

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Cultura

Movidas académicas en la Escuela Nacional de Folklore José María Arguedas

Ana Socorro Polo Vásquez, directora general de la Escuela, habría realizado acciones que van en contra de la ética profesional, por haberle cedido su puesto y darle la ‘encargatura’ de la dirección general —solo por un día— al director académico para que este le otorgue y firme su titulación profesional.

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La Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas nació en 1949 con el nombre de “Escuela de Música y Danza Folclórica Peruana” y desde hace 37 años otorga titulo a nombre de la Nación y actualmente, ya cuenta con rango universitario, e incluso puede otorgar grado de bachiller y licenciatura, como así se le otorgó a Ana del Socorro Polo Vásquez, actual directora general de dicha casa de estudios.

La directora general de la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas, Ana del Socorro Polo Vásquez desde hace muchos años tiene un estrecho vinculo laboral con dicha casa de estudios. Primero como docente y luego como directora, debido a que tuvo la encargatura de la Dirección General, desde septiembre a diciembre del 2022.

Posteriormente, el 17 de enero de 2024 según Resolución Jefatural N° 00200-2024-MINEDU/VMGI-DRELM/DIROAD, nuevamente se le encargó en el puesto y funciones de directora general, hasta el 31 de diciembre del mismo año. Y en poco menos de dos meses transcurridos, el 04 de marzo, con la competencia que le daba su alta jerarquía, Polo Vásquez le encargó a Idelindo Mamani Chambi el cargo de Director Académico de la Escuela.

¿Cuál es la función de un ‘director académico’ en la Escuela José María Arguedas?

En su rol de director académico de la “Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas”, Mamani Chambi se encargaba de todas actividades que existen dentro de la malla curricular de la escuela, con actividades como exámenes finales, así como encargarse de la CEPRE, y de los talleres.

Directora general ‘encargó su puesto’ para que su ‘reemplazante’ firme su titulo profesional

Posteriormente, la directora general, Ana del Socorro Polo Vásquez se tomó un día libre a cuenta de vacaciones, e hizo que por ese día17 de julio del 2024—la reemplace Idelindo Mamani Chambi, y a través de la Resolución Directoral N° 00323-2024-ENSFJMA/DG-SG, ella le encargó a él formalmente que asuma la dirección general de la escuela, en adición a sus funciones de Director Académico, quien unos días atrás ya había aprobado la sustentación de tesis presentada por Polo Vásquez.

Resolución Directoral N° 00323-2024-ENSFJMA/DG-SG.

Justamente, ese 17 de julio, Mamani Chambi, ya como director general interino—solo por un día—firmó la Resolución Directoral N° 00325-2024-ENSFJMA/DG-SG, nombrando al jurado Calificador y fijó la fecha de sustentación que se realizó el 19 de julio, para que luego la señora Polo Vásquez pueda optar el título de Licenciada en Educación Artística, especialidad Folklore, con mención Danza y cuyo asesor de tesis fue su esposo Eduardo Fiestas Peredo.

Resolución Directoral N° 00325-2024-ENSFJMA/DG-SG firmado por Mamani Chambi.

Lo mismo sucedió el 01 de agosto del mismo año, que través de la Resolución Directoral N° 00338-2024-ENSFJMA/DG-SG, Ana del Socorro Polo Vásquez nuevamente le encargó a Mamani Chambi el puesto de director general de la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas, porque se tomó un día libre a cuenta de vacaciones, para que él la reemplace solo por esa fecha.

Resolución Directoral N° 00338-2024-ENSFJMA/DG-SG.

¿Qué realizó Mamani Chambi ese único día como director general encargado?

Ese primero de agosto del 2024, el ‘provisional’ director general, Idelindo Mamani Chambi emitió la Resolución Directoral N° 00341-2024-ENSFJMA/DG-SG y en ella resuelve otorgar el titulo de Licenciada en Educación Artística, especialidad de folklore-danza, a su “superior”, Ana del Socorro Polo Vásquez, quien por un día dejó de ser directora general de la escuela de folklore, con el objetivo de que el “encargado” firme la respectiva resolución de licenciatura. Ya que ella misma no podría refrendar su propio título, mientras fuera directora general.   

Resolución Directoral N° 00341-2024-ENSFJMA/DG-SG que otorga título profesional a la directora general Polo Vásquez.

No obstante, aproximadamente tres semanas antes de otorgársele el título profesional, el 05 de julio para ser más exactos, mediante Resolución Directoral N° 00310-2024-ENSFJMA/DG-SG, Idelindo Mamani Chambi en su condición de Director Académico de la Escuela de Folklore, y antes de que le encarguen la dirección general, declaró expedita a su “superiora” Ana del Socorro Polo Vásquez, para que pueda obtener el titulo de licenciada en Educación Artística en la especialidad folklore-danza, tras haber egresado luego de concluir sus estudios en el año 2011. 

Resolución Directoral N° 00310-2024-ENSFJMA/DG-SG, firmada por Idelindo Mamani Chambi.

Asimismo, se conoce que la directora general Polo Vásquez también forma parte de la Comisión de Instalación para la Creación de la Universidad de Folklore José María Arguedas, instalada a fines de enero del 2025 y según nuestra fuente, el esposo de Ana del Socorro Polo Vásquez, fue docente de baile en la misma escuela de Folklore JMA, durante los años 2022, 2023 y 2024, mientras ella continuaba siendo directora general en dicha casa de estudios.

Lima Gris se comunicó con la directora general de la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas, para que brinde sus descargos y esto fue lo que respondió: “Yo me he titulado hace años, no recuerdo el año, pero yo soy titulada de hace años. Y cuando uno no está, siempre el director académico asume el cargo de director general. Yo puedo ausentarme un día, dejar mi cargo un día y el director académico tiene que asumir ese cargo”.

Fuente: SUNEDU.

Y cuando se le cuestionó por qué le dio la encargatura al señor Mamani Chambi para que él autorice su titulación, ella respondió: “No. No es así. Y por favor envíe un documento para aclararle”. 

Por lo visto, la directora general de la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas, habría realizado acciones que van en contra de la ética profesional.

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Cultura

Lanzamiento del Carnaval de Junín 2025

El lanzamiento oficial se realizó en el auditorio de Promperú en Lima.

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Con danzas, platos típicos y con una variada agenda cultural se lanzó el Carnaval de Junín 2025. En la conferencia de prensa participaron autoridades de las diferentes municipalidades de la región y Julio Abanto, Director de Comercio Exterior y Turismo del Gobierno Regional de Junín.

El Carnaval de Junín 2025 que está lleno de color y tradición para su lanzamiento llegaron a Lima delegaciones de distintas ciudades como Tarma, Satipo, Jauja y Huayucachi (Huancayo). Cada una de ellas llegó con majestuosos trajes típicos, listos para exhibir lo mejor de sus danzas y costumbres en una de las festividades más esperadas del año.

Tamaya Rodríguez con solo 4 años, se convirtió en la estrella más joven del Carnaval de Junín 2025. A pesar de su corta edad y su estatura de poco más de un metro, esta talentosa niña del distrito de Sapallanga (Huancayo) deslumbra con su destreza en el zapateo y su gracia al interpretar la tradicional danza Akshu Tatay.

Su presentación en el estrado principal generó emoción entre los asistentes, quienes quedaron cautivados por su energía, ritmo y alegría contagiosa. Tamaya es una pieza clave en el elenco de danzantes de su comunidad, destacándose como una promesa del folclore andino.

Las celebraciones, que iniciaron la semana pasada con la “Ruta del Huaylas”, se extenderán hasta abril, ofreciendo a los visitantes una experiencia única de música, danza y gastronomía. Se espera la llegada de más de 200,000 turistas, tanto nacionales como extranjeros, para lo cual se han habilitado más de dos mil establecimientos de hospedaje, incluyendo alojamientos en comunidades nativas que brindarán una inmersión cultural auténtica.

El Carnaval de Junín no solo es una fiesta de alegría, sino también un testimonio del legado cultural de la región. Entre las danzas emblemáticas que se presentarán destacan: La Chonguinada, La Huaconada de Mito, reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, La Huayligia y El Huaylarsh Wanka.

Además, tres eventos culturales de la región están en proceso de ser declarados Patrimonio Cultural de la Nación, lo que refuerza el compromiso de preservar y difundir las tradiciones ancestrales del pueblo juninense.

Este 2025, el Carnaval de Junín promete ser una celebración inolvidable, donde la música, la danza y el espíritu festivo de su gente se unirán para mostrar al mundo la riqueza cultural del Perú.

Conversamos con Julio Abanto, quien nos brindó detalles de las celebraciones.

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Cultura

Eugénie Bastie, el azote del feminismo: El periodismo cultural como trinchera  

Política y culturalmente incorrecta, Eugénie ha emergido primero como azote del feminismo para finalmente convertirse en el rostro de la transformación cultural francesa dominada por los ultras.

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Eugénie Bastié, natural de Toulouse y nacida apenas ayer en 1991, es periodista, columnista, polemista y ensayista francesa. Le Point y Le Temps la clasifican entre los conservadores, la misma Wikipedia la categoriza como reaccionaria.

Procedente de una familia católica, Eugénie Bastié es hija de un paisajista y de una madre especialista en medicina nuclear. Después del internado en el colegio privado católico de Lectoure, en Gers, ingresó en el Instituto de Estudios Políticos de París en 2009. Se graduó en 2014 con una maestría en asuntos públicos. También obtuvo una Maestría en Filosofía por la Sorbona París-IV.

 Políticamente Eugénie se declara partidaria de la economía de mercado y de la libertad de empresa, pero es escéptica sobre el crecimiento exponencial. Comenzó su carrera bajo el patrocinio de Élisabeth Lévy y Natacha Polony, especialmente en el medio de opinión Le Figaro Vox y en la revista Causeur. Luego fue contratada como redactora editorial en Le Figaro y aparece regularmente como columnista editorial en CNews.

Desde su aparición, fue percibida por el establishment globalista como una de las nuevas caras de la derecha, la derecha reaccionaria e incluso de extrema derecha, particularmente por sus posiciones conservadoras y críticas sobre el feminismo, los ideales sociales y las controversias que alimentó en la televisión y las redes sociales. Contribuye al resurgimiento mediático de estos discursos, observado desde finales de la década de 2010, y que han concluido en el triunfo de la batalla cultural de parte de los grupos reaccionarios.

Pero para comprender mejor a una figura cultural francesa como la de ella, hay que abordarlo a la francesa, es decir desde el contexto político cultural.

Ya en 2015 el medio globalista francés Liberation publicó un artículo sobre el nacimiento de la revista católica Límite, en la que declara: «Tras la Manif pour tous, la joven guardia católica ultraconservadora lanzó una revista que retoma los temas de la ecología y el decrecimiento (…)  El sábado por la noche, en la Ciudad Universitaria Internacional de París, durante la fiesta de lanzamiento de la revista Limite, la media de edad apenas alcanzaba los treinta años. El buffet es modesto. Es hora de la sobriedad. Porque es bajo la bandera de la ecología integral que la joven guardia ultraconservadora del catolicismo francés entra en batalla. Vomitando todos los liberalismos, económicos o sociales, abogando por el decrecimiento y soñando con un mundo con Dios. Se consideran revolucionarios. “Nos estamos distanciando de la derecha católica liberal”, proclama Paul Piccarreta, director de la revista (…) Más o menos, todos sus fundadores marcharon contra el matrimonio homosexual. Y participó, en el proceso, en la creación del movimiento Veilleurs. Fue el caso en Lyon, en casa del muy conservador y muy pro vida cardenal Philippe Barbarin, de la emblemática pareja de la revista, Gaultier Bès de Bec y Marianne Durano. Un poco inactivo por estos días, el Manif pour tous ha engendrado descendencia. Niños que reivindican una genealogía inquietante. Al igual que Eugénie Bastié, periodista web de Le Figaro, una de las musas del nuevo (y joven) ultraconservadurismo católico y redactora jefe política de Limite».

Eugenié representa parte de esa juventud francesa étnica que se asume católica, Pero en que no todos viven su fe de la misma manera. Frente al Islam, algunos reivindican las raíces cristianas de Francia: forman el llamado movimiento “identitario”. Para otros, la fe es una fuerza impulsora para transformar la sociedad y reconectarse con el bien común.

De esta manera Eugenié es una clave para entender a la nueva política francesa. Según Pascale Tournier, refiere sobre esta juventud que ha venido a imponerse: «ésta es una generación que busca puntos de referencia, buscará en su biblioteca autores del pasado para formar sus ideas. Podemos citar muchos autores católicos como Bernanos, Bloy, Maritain. Más recientemente, George Orwell, la filósofa judía Simone Weil, autora de “rooting”, palabra que les viene muy bien. Hoy, Michel Houellebecq, Christophe Guilluy, Alain Finkielkraut, Michel Onfray y Jean-Claude Michéa están sentados en sus mesillas de noche. Y por supuesto, el teórico Patrick Buisson ocupa un lugar especial». En resumen, esta generación es una auténtica revolución cultural.

Mucho de esta fenómeno resulta de las cumbres antiglobalización de la década del 2000. Un referente que ofrece coordenadas es Jacques de Guillebon el cual ilustra los vínculos que pueden existir entre los neoconservadores y cierta izquierda. El punto común es el anticapitalismo y la soberanía, cada vez más frecuentes en esta parte del espectro. Siguiendo a lo dicho por Tournier, está generación encabezada en prensa por Eugenié se afirma en el debate siguiendo «los preceptos de Gramsci, invierten el campo cultural y la batalla de la opinión. Tomando el ejemplo del periodista Éric Zemmour, comprendieron que los debates ya no tenían lugar en las salas de conferencias de la Sorbona, sino en los platós de televisión (Cnews, en particular) y en los periódicos (Le Point, Le Figaro, Valeurs actuelles) o en revistas más confidenciales (Limite, l’Incorrect). Por ejemplo, han conseguido imponer sus palabras: arraigo, mundo líquido y bougisme, que también denuncian con tuits/enfrentamientos (…) [sus embajadores en medios son] Entre los periodistas, podemos destacar a Eugénie Bastié (Figaro), Alexandre Devechhio (Figaro), Charlotte d’Ornellas (Valeurs actuelles). En el panorama intelectual, podemos destacar al filósofo François-Xavier Bellamy, al sociólogo quebequense Mathieu Bock-Côté, a la feminista Marianne Durano y a la filósofa Bérénice Levet. Cada uno tiene sus propias aficiones y no están de acuerdo en todo, cuando no tienen celos el uno del otro (…) Han invertido en ecología, en educación, en cuestiones relacionadas con la soberanía nacional, con Europa, con el feminismo… Si hay una idea que recordar es la del límite: frente al progreso, a la tecnología, a los daños de la globalización, a la conquista de los derechos individuales, fuente para ellos de dilución del vínculo social, de decadencia moral de la sociedad y de auge del comunitarismo. La economía sigue siendo un auténtico punto ciego. No sólo sus visiones divergen sobre el tema, sino que a menudo no tienen nada que decir excepto proclamar un antiliberalismo primario (…) Para afilar sus armas contra el progresismo, esta generación comprendió la necesidad de estructurarse intelectualmente. De ahí la revitalización observada de la Acción Francesa, que desde Charles Maurras siempre ha sido un lugar de formación para los jóvenes. Pero también pueden echar un vistazo a las veladas de filosofía de François-Xavier Bellamy o a las conferencias del Abbé Grosjean. Menos conocido, pero no menos influyente es el Instituto de Formación Política situado en el distrito 16 de París. Creada en 2004 por Alexandre Pesey y Thomas Millon, hijo de Charles Millon, ex ministro de Defensa, esta escuela ha formado desde 2004 a más de 1.200 jóvenes militantes de derecha, entre los que se encuentran LR, asistentes parlamentarios, TV Libertés… Incluso Marion Maréchal-Le Pen ha estado allí. También se inspira en el IFP para la escuela que quiere fundar (…) Emmanuel Macron observa con atención a este joven. Si el software de la izquierda está desgastado, incluso obsoleto, su pensamiento, por el contrario, es sistémico. Es elaborado y representa una oposición real a su poder. Están pues en la mira del presidente, que desde su elección ha emprendido una operación para fracturar a la derecha. En sus discursos, escritos por la pluma de Sylvain Fort, les envía muchas señales. Esto se hace, por ejemplo, a través de numerosas referencias religiosas (“cultura de la muerte”, “mártir secular” en referencia al prefecto Erignac). Lo hemos visto durante su discurso ante los obispos de Francia, donde abundan los préstamos de sus palabras. Y entonces, Eugénie Bastié fue recibida en el Elíseo el pasado mes de junio, cuando sólo tenía… ¡27 años!».

Pero volvamos a Eugenié

El economista Jacques Attali la compara con Eric Zemmour, entonces periodista y columnista de Le Figaro (al que reemplazó en CNews durante su campaña presidencial). También se destaca que intercambia abiertamente en Twitter con Renaud Camus, inventor de la teoría del Gran Reemplazo. Eugenié misma no ha tenido miedo en denunciar el tratamiento “prejuiciado” de la pederastia en la Iglesia.

El periódico Brain la llama » la chica it de la extrema derecha”, mientras que Libération la describe como una “estrella en ascenso de la esfera reaccionaria”, e informa que el politólogo Gaël Brustier ve en ella una heredera, en particular, del “intelectual reaccionario de los años 1930 Thierry Maulnier. Richard Werly, en el periódico Le Temps de Suiza, la describe como «conservadora, razonable, seductora e intrigante”.

A propósito de su carrera

Se convirtió en redactora jefe del departamento político de la revista «Ecología integral» Limite, que creó en 2015 con Gaultier Bès , Marianne Durano , Camille Dalmas y Paul Piccarreta, que se define como «una revista cultural y política de combate, de inspiración cristiana», considerada por el diario Libération como «la joven guardia católica ultraconservadora». Abandonó la revista en 2019 debido a desacuerdos sobre la línea editorial, justo antes de que la revista cerrara y ella fuera reclutada por CNews.

EnSeptiembre de 2015, invitada al plató de Ce soir (ou jamais!), se enzarza en un duelo oratorio con Jacques Attali sobre la llamada crisis migratoria, durante el cual declara: “¡El viejo mundo ha vuelto, señor Attali!»; Su respuesta causó un gran revuelo mediático en Internet.

EnAbril de 2016 publica su primer ensayo Adieu, Mademoiselle. La derrota de las mujeres en las ediciones Cerf. Ella dice que cree en la noción de «patrimonio», pero no en la de «progreso». El ensayista realista Gérard Leclerc escribió sobre este ensayo en la revista Royaliste: «ante todo, dialécticamente cincelado, muy informado y que golpea en el corazón mismo de uno de los debates más cruciales de la época». Libération le critica por haber escrito «un libro entero sobre el feminismo ocultando espectacularmente la violencia sexual salvo para hablar de Colonia y estigmatizar a los musulmanes». Con este ensayo, emerge, junto a Marianne Durano y Thérèse Hargot, como una figura del antifeminismo según Mediapart 15.

En septiembre de 2016, tiene una columna en la revista Actualidad, en France 2. Su contratación desata polémica en Twitter; Ella dejó el programa el mes siguiente, al parecer por presiones del stablishment globalista.

Ella ha sido, desdeAbril 2017, periodista del departamento “debates y opiniones” del diario Le Figaro . EnJunio de 2017, fue recibida en el Palacio del Elíseo junto a Alain Finkielkraut y Régis Debray por Sylvain Fort, quien les sugirió moderar sus ataques a los aspectos más liberales de la política de Emmanuel Macron. Este detalla el peso de su voz en el ambiente político francés.

En Octubre de 2018Su segundo ensayo, El chivo expiatorio: ¿terror o contrarrevolución ?, es publicado por Éditions du Cerf, una obra que emprende una crítica del movimiento #MeToo. Invitada por France Inter con motivo de esta publicación, Léa Salamé citó una frase de su libro: «Creo que una mano en el trasero nunca ha matado a nadie». Ante el clamor suscitado por esta frase, Eugénie Bastié declaró entonces: «Si tuviera que rehacer el libro hoy, ya no escribiría esta frase».

Durante la temporada 2019-2020, fue columnista del programa Et en même temps de BFM TV (presentado por Apolline de Malherbe) los domingos por la noche; Todos los jueves participa también en la segunda parte del programa de las 19 horas de Ruth Elkrief para un debate sobre la actualidad junto a Alain Duhamel.

EnJulio de 2020Fue reclutada por CNews como editorialista. L’Obs, fuente de esta revelación, califica este reclutamiento como un «gran golpe de efecto» para CNews y valida, según La Dépêche, el giro hacia la derecha del canal de información continua. DeMayo de 2021, presenta su propio programa en el canal Place aux idées todos los sábados a las 19 horas, junto a la periodista Clélie Mathias . En Septiembre 2021Ante la orden de la CSA de computar el tiempo de palabra de Éric Zemmour en el marco de la campaña presidencial, Eugénie Bastié, Mathieu Bock-Côté y Charlotte d’Ornellas sustituyen a este último en Face à l’info, un programa presentado por Christine Kelly.

Desde el inicio del curso escolar 2022, presenta el programa Le Club des idées en Figaro TV, así como la revista de prensa “Revue des hebdos et des idées” en Europe 1.

Es columnista ocasional del programa Historiquement Show del canal Histoire TV. Su último libro es La dictadura de los sentimientos, 2023.

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Cultura

Ministro de Cultura y sus ‘14 mil años de orgullo’

Fabricio Valencia Gibaja en su papel de ayayero quedará en los anales de la historia.

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Es por demás incomprensible ver a un otrora defensor del patrimonio cultural, que emprendió batallas y cuestionamientos contra las nocivas gestiones en el Ministerio de Cultura; y que ahora, ya convertido en ministro de Cultura, simplemente haya olvidado su afán proteccionista para ceñirse a la agenda política que le ordena la “línea editorial” de su jefa, la presidenta Dina Boluarte.

Se trata de Fabricio Valencia Gibaja, un abogado cusqueño con vasta experiencia en el tratamiento jurídico del patrimonio cultural, con maestrías y posgrados en Museología, Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo Sostenible. Y, por si fuera poco, ya había sido jefe del Área de Patrimonio Cultural y de la Oficina de Asesoría Legal del Ministerio de Cultura; así como miembro de la Comisión que elaboró el Reglamento de la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación. Incluso, integró el Comité Científico Internacional de Asuntos Legales, Administrativos y Financieros de Icomos. Y antes que asumiera la cartera de Cultura, desde la sociedad civil defendió legalmente a la Orden Franciscana por el atropello que sufrió la Plazuela San Francisco, y que por orden de Prolima y la MML, derribaron el enrejado perimetral, pese a que éste contaba con el refrendo de Unesco.

Sin embargo, todo este “speech” de introducción en favor de Fabricio Valencia, no sirvió de nada y todas las acreditaciones académicas previas, prácticamente han ido a parar al tacho y se escurrieron entre los “dedos de las manos” del “papel que aguantó todo”. En otras palabras, el especialista y confeso defensor del patrimonio cultural, con su nueva faceta de ministro de Cultura, se ha convertido en un arlequín que danza al unísono con el resto de bufones y ayayeros ministeriales que despachan, respiran y viven—no sin antes cobrar sus S/30 mil mensuales— para adular a la inefable inquilina de Palacio de Gobierno.

En tal sentido, resultó tan grotesco, e incluso agraviante escuchar hace unos días a Valencia Gibaja afirmar que Dina Boluarte lo llena de mucho orgullo por ser la primera mujer que dirige nuestros destinos en 14 mil años de presencia de la especie humana. Mientras, los peruanos nunca olvidaremos la destacada presencia de la ‘Dama de Cao’, una poderosa líder Moche que gobernó en el norte peruano aproximadamente en el siglo V.

(Columna publicada en Diario UNO)

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Cultura

Exposición “La historia del Callao en planos”

La muestra de documentos, planos, fotografías y mapas que datan de hace más de 300 años está abierta al público en general con el fin de que conozcan los hechos más resaltantes e históricos que acontecieron en el puerto chalaco.

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Durante todo el mes de febrero del 2025, la Municipalidad Provincial del Callao a través de su programa ‘Progresamos Callao’, presenta su exposición temporal «La Historia del Callao en planos» que se realiza en la Biblioteca Pública Municipal del Callao «Teodoro Casana Robles».  

La muestra consta de planos y mapas desde el siglo XVI al XX, permitiendo ver la evolución de la ciudad portuaria del Callao a través de los años, resaltando los hechos históricos más importantes, como la incursión de piratas, corsarios, y fenómenos naturales como el terremoto y maremoto que azotaron la provincia chalaca. Asimismo, el registro de las guerras y revoluciones acontecidas en el puerto.

Esta exposición también recoge una colección de medallas de instituciones chalacas de los siglos XIX y XX, así como documentos de su creación política en 1839 y de los diversos títulos adquiridos debido al patriotismo de sus vecinos.

El dato:

Exposición: «La Historia del Callao en planos».

Fecha: va hasta el viernes 28 de febrero de 2025.

Horario de visitas: de lunes a viernes de 8am a 5pm.

Lugar: Biblioteca Pública Municipal del Callao «Teodoro Casana Robles».

Jr. Pedro Ruiz Gallo, esquina con jr. Colón, Callao. 

Ingreso libre.

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