Es una voz que corta a través del velo y desnuda una palpitante realidad. “Muchas de nosotras somos creyentes hace años. Tenemos fe. Creemos en Dios.” Gaby Mariño es una mujer trans, tiene 63 años, es fundadora de la ONG “Ángel Azul” y ha dedicado su vida a la defensa y promoción de los derechos trans. Pero el suyo no es un Dios ausente, que, de lejos, mira cómo sus hijos se consumen en el calvario de una vida posmoderna. Es el Dios que te lleva hasta el final de la lucha, aunque sea justamente esa lucha la que muchos, con ínfulas pseudo-divinas, condenan. Happy pride.
Lucha Reyes, Ramón Castilla y José Olaya aparecen uno tras otro en las columnas que sostienen nuestra desdichada- y veintiúnica- línea del metro. El taxi se desliza, silencioso, por la Tomás Marsano, como hipnotizado por el sol escondido en nuestro cielo gris. De pronto, ídolos y héroes se esfuman de las cansadas columnas: hemos llegado a San Juan de Miraflores. Acá, nuestros héroes operan en carne viva, se desprenden de los pilares grises del abandono, y se alzan en humanidad. El taxi se detiene delante de la casa. Bajo y llamo por teléfono. Sale Eduardo a recibirme.
Subo al segundo piso y el gris se evapora en un recuerdo lejano. El crema de las paredes, el ocre de las columnas, y ese olor a orégano que anuncia que la labor que está por comenzar parecen rebelarse, en un impulso de vida y hermandad, ante la muerte inclemente que acecha a la vuelta de la esquina. André y Alexia, en la cocina, prenden las hornillas y colocan las ollas: a trabajar.
Eduardo Juárez, representante de la ONG Red Peruana TLGB, cuenta que el proyecto de olla común para poblaciones LGTBI ha tomado varias formas desde que, el 15 de marzo, el presidente Vizcarra decretó el estado de Emergencia y la cuarentena. Con el respaldo de la universidad Cayetano Heredia, Eduardo empezó gestionando la entrega de canastas a estas poblaciones, proyecto que, al verse amenazado por las recurrentes prolongaciones del aislamiento social obligatorio, fue cambiando de piel hasta ser lo que es hoy: una olla común realizada 3 veces por semana en la sede de “Ángel Azul”, a la cual acuden, en cada una de estas fechas, entre 50 y 60 miembros de la comunidad, quienes recogen dos porciones del plato del día, y buscan, de esta manera, resistir un día más. Un día más sin trabajo, un día más sin bono, un día más del otro lado del espejo.
Eduardo prepara carteles que se utilizarán en el video que realiza para la marcha virtual del orgullo LGTBI
“En sí, no existen las poblaciones vulnerables: nosotros somos vulnerabilizados”, sentencia Eduardo, estoico pero esperanzado, con un aire solemne coronado por su chompa crema con cuello alto que se confunde con el color de la pared detrás suyo. Me cuenta que para muchos miembros de la comunidad, la cuarentena se ha vuelto una carrera por los 15 soles diarios que necesitan para asegurar un día más en el cuarto que arriendan. A muchos ese objetivo se les ha escapado, y, ante la mirada esquiva de un Estado impávido, han sido expulsados a su suerte. Y no solo se les ha despojado del derecho a la vivienda, sino, también, del derecho a una atención médica eficaz: menciona denuncias de la ONG Givar, que puso en evidencia la realidad de pacientes LGTBI seropositivos que no han podido acceder a su tratamiento antirretroviral en el marco del ya mentado estado de Emergencia.
Sin embargo, matiza, no hay que generalizar: el hospital María Auxiliadora, precisa, intenta en medida de lo posible asegurar los tratamientos antirretrovirales, y, cuenta agradecido, que la sociedad civil ha tendido una mano amiga. Desde ONGs hasta compañeros de la comunidad, como, por ejemplo Julio, vecino de San Juan de Miraflores, quien alberga a compañeros LGTBI en su casa. Un incipiente olor a sopa se cuela por mi mascarilla: es un milagro que estemos, todos, vivos.
La sopa está lista.
Los preparativos continúan, y, eventualmente, surge la gran olla, rebosante de sopa de verduras, majestuosa en su timidez cotidiana. Eduardo, con ayuda de Alexia, la pone en la mesa. Algo ha cambiado en el aire. No estamos solos. Volteo, y veo a Gaby.
Por fuera, ternura: una casaca delgada, rosada, una blusa blanca con florcitas blancas en la parte superior, pelo rizado que cae hasta la altura de los hombros, y una mirada que todo desdichado hijito miraflorino de madres imperfectas anhela ver posada sobre uno. Por dentro, un fuego (hasta entonces) indescifrable, un coraje humano-muy-humano que se enfrenta una y otra vez al indiferente “hoy no, amiga” de una manada de idiotizados tiktokeros: nosotros, tú, yo. Habla, y es como si la mascarilla que cubre su boca se hiciera invisible en señal de respeto. Escucho.
Estos últimos meses han sido, para ella, devastadores: cuenta que ha perdido a 4 miembros de su familia, y teme perder a su madre de 93 años, que, admite, sobreprotege. La matriarca necesita también una madre. Pero, ante todo, necesita justicia. El abandono que sufren sus hijas espirituales forma parte de su pesar. Calcula que el 90% de la población trans en nuestro país se dedica al trabajo sexual, que hoy, en cuarentena, no se ha detenido. Es eso, o la calle. “Cuarentena o no, la gente sigue teniendo sexo”, sentencia. Y me cuenta, creativa, que ha estado pensando en protocolos sanitarios, de distancia y uso de mascarillas, a ser implementados por las trabajadoras sexuales trans. “Nada por la boca”, lanza finalmente.
“Hacemos lo que tenemos que hacer”, me cuenta. Y la tarea es ardua y dolorosa. Me explica que el Fondo Mundial para la lucha contra el VIH/SIDA, Tuberculosis y Malaria asigna un fondo económico para poblaciones vulnerables LGTBI en nuestro país. En estos lares, dicho fondo es administrado por CONAMUSA (Coordinadora Nacional Multisectorial en Salud), que es conformada por miembros de la comunidad LGTBI, universidades, y Ministerios. Sin embargo, explica, a causa de lo que ella interpreta como “problemas de comunicación y presencia” LGTBI en este organismo, los fondos originalmente destinados para estas poblaciones fueron a parar a manos del Ministerio de Salud y Trabajo, ministerios que hoy, admitámoslo, brillan por su ineficacia. “Hay momentos en los que me he cansado, y he dicho ya basta. Sientes que luchas contra la corriente, y que ya no puedes más”. Pero el deber prima: una madre siempre es una madre. Amor eterno.
De acuerdo a la Dirección del VIH del MINSA, hay 6 mil personas trans en nuestro país
Los tallarines saltados ya están listos y, en el primer piso, comienza a armarse la cola: llegaron los chicos. En el descanso de la escalera que conecta, por fuera de la casa, el segundo piso con el primero, Gaby recibe los tapers que llevan los chicos y chicas, los desinfecta, y se los da a Alexia, quien, a su vez, sube para luego volver con los tapers provistos de sus respectivas raciones, que la matriarca devuelve, acompañados de un condón y lubricante. Una y otra vez, risueña y pícara, reparte los alimentos. Joseph, colaborador de la ONG, prepara un video para la marcha virtual del Orgullo que se llevará a cabo este 27 de junio. Las chicas posan ante su lente cogiendo un letrero de los varios que, esa misma mañana, preparó junto con Eduardo. “¡Ponle mil filtros!”, grita Gaby mientras Joseph se esfuerza por encontrar el encuadre estético.
De pronto, soy testigo de una conjunción divina: un vecino escucha, a todo volumen, “I’m coming out” de Diana Ross, himno LGTBI por excelencia. Se acerca una mototaxi, llegan dos chicas más. Eduardo me presenta, primero, a Olenka. “Hemos llegado a un punto en que ya no nos importa el COVID, nuestra única preocupación es pagar nuestra habitación”, me confirma. Converso también con Monserrat, quien, orgullosa, afirma su independencia: “El estado no me ha hecho un abono, no hay apoyo familiar tampoco, he vivido en base a ahorros y apoyo como este”.
Olenka, como la mayoría de chicas trans de Lima, es migrante de provincia
Cada vez son más los que se van con su taper lleno que aquellos que llegan con uno vacío. Esperamos un rato más, y damos la tarea por terminada. Gaby, sigilosa, regresa a su fuerte, el primer piso de su casa. Subo con Eduardo, Alexia y Vicente, y me invitan a almorzar. Me siento en la mesa con ellos y pruebo la sopa. Compruebo que todo lo cocinado con amor es rico, y no hay amenaza de virus que me detenga.
Gaby no está, pero su presencia se siente. Su voz parece levantarse en cada brillo de los espejos, en cada banner informativo, en cada sonrisa bajo una mascarilla. La de hoy no fue la Última Cena: fue la milésima batalla, esa que, aquí y ahora, y no en el espejismo lejano de un fantasma urbano, se lucha y luchará incansablemente. Hasta quemar el último cartucho.
Durísima sanción. Seis meses de prisión preventiva de la libertad dictó ayer el Poder Judicial (PJ), a través de la Corte del Cusco, contra Gabriel Mariano Roysi Melanio, de 30 años, investigado por atentar contra la Piedra de los Doce Ángulos en el centro histórico de la ciudad del Cusco.
La decisión fue dispuesta por el Segundo Juzgado Penal de Investigación Preparatoria Transitoria de Flagrancia del Cusco.
Será investigado por el delito de destrucción de bienes culturales, daño ocasionado con un martillo. Cabe recordar que la ciudad del Cusco es protegida al ser Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972 y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 1983.
Por su parte, el Ministerio de Cultura (Mincul), a través del procurador público Henmer Alva Neyra, solicitó como reparación civil e indemnización 5 millones 350,000 soles al imputado de dañar con un martillo la Piedra de los 12 Ángulos.
El fiscal del caso sustentó la medida coercitiva a partir de las pericias del Mincul y de la Policía Nacional que confirman que tras el impacto metálico hubo pérdida de material y hendiduras, que fue calificado como “muy grave” al haber “alteración irreversible en un bien arqueológico de alto valor histórico y cultural”.
Además, hubo “una alteración en la fisura superficial comprometiendo la estabilidad del elemento y exponiendo a un deterioro. El daño compromete no solo la integridad física del bien, sino también su valor histórico, estético cultural al modificar su percepción visual y su autenticidad”.
fuente: tv peru.
El dato:
Un turista que observó los daños reportó la agresión a una tienda de la zona y tras visualizar los registros se constató que Roysi Melano golpeó tres veces el bien cultural y luego se fue. El mismo día, alrededor de las 10:40 horas, la Policía Nacional y la fiscalía ubicaron y detuvieron al causante en la calle Suytuhatu del barrio de San Blas.
Luego de varias protestas por parte de los transportistas que usualmente se dirigen hacia el norte del país, denunciando que la empresa concesionaria Norvial aún continuaba cobrando el peaje en la Variante de Pasamayo y el Serpentín de Pasamayo, pese a que más adelante se encuentra derrumbado el puente Chancay, Norvial informó la suspensión temporal de dicho cobro.
La concesionaria de la Red Vial 5 de la Panamericana Norte precisó que la medida estará vigente por seis días calendario o hasta que se culmine con lainstalación del puente modular que permita recuperar la transitabilidad en el kilómetro 76+200 donde se ubicaba el colapsado puente Chancay.
Sostuvo que la medida se adoptó en virtud del Oficio N° 0658-2025-MTC/19 expedido por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), en aplicación del numeral 9.9 del Contrato de Concesión.
A través de su cuenta oficial en Facebook Norvial dio a conocer este comunicado donde reiteró su compromiso por la seguridad y transitabilidad en la vía.
Como se recuerda, el jueves 13 de febrero, cerca de la medianoche, se produjo el colapso de una de las vías (de norte a sur) del puente Chancay lo que provocó la caída de un bus interprovincial lleno de pasajeros y de un automóvil particular. El accidente dejó tres personas fallecidas y cerca de 40 heridas, algunas de ellas aún se encuentran internadas.
Ante el colapso del puente, que obligó a suspender el tránsito en ese tramo de la Panamericana Norte, el titular del MTC, Raúl Pérez Reyes, anunció que un puente modular reemplazará a la infraestructura dañada. La instalación del citado puente demandaría entre ocho a 15 días.
fuente: exitosa.
Ante la suspensión del tránsito vehicular en Chancay, los transportistas que salen o se dirigen a Lima toman como ruta alterna el camino que conduce a la ciudad de Huaral para luego dirigirse a Aucallama y en este lugar retomar la Panamericana Norte.
Siguen cobrando pese a un servicio deficiente. El director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte (CIT), Martín Ojeda, denunció que se sigue cobrando peaje a pesar de las limitaciones del tránsito vehicular, tras el colapso del puente Chancay, en Huaral, que se registró la noche del jueves, 13 de febrero.
En entrevista para RPP, Ojeda señaló que persiste el cobro en los peajes de Ancón y Huacho, por lo que exigió la suspensión del pago hasta que culminen los trabajos de remediación después la caída del puente Chancay, a la altura del kilómetro 75 de la Panamericana Norte.
También dijo que los transportistas son desviados del peaje de Ancón hacia Huaral, por una vía de trocha que dificulta el tránsito y, además, genera una congestión vehicular de entre una a cuatro horas.
fuente: exitosa.
Para ejemplificar el panorama que brindó Ojeda, un conductor se comunicó en vivo con RPP y relató que, en su trayecto de Lima a Chancay, estuvo más de tres horas atascado en el tráfico.
“Y en el mejor de los casos, cuando no hay tráfico, se demora hora con veinte minutos. Y el día de ayer, en la noche, se ha demorado de tres a cuatro horas. Hay una larga fila de buses porque nos meten por calles que no son carreteras, no son autopistas, es una ciudad… lo peor de todo, que nos cobran los peajes”, declaró Martín Ojeda.
“La fluidez y la conectividad se rompió y están cobrando el peaje de norte a sur y de sur a norte en Huacho; y están cobrando el peaje en Ancón, norte y sur, sur y norte”, agregó.
El director de la CIT comentó que en los peajes se cobra 10.40 soles por eje y los camiones tiene hasta seis; por lo que un transportista podría llegar a pagar 62.40 soles.
“Eso es lo que nos están cobrando: por nada”, enfatizó.
‘La piedra de los doce ángulos’ forma parte de un Palacio Inca en la calle Hatun Rumiyoq y hoy fue seriamente vandalizada por una persona que con un objeto contundente la golpeó fuertemente. Como se recuerda, hace 11 años dos vándalos chilenos pintaron el gran bloque e hicieron un grafiti con sus iniciales.
La madrugada de este martes la ‘piedra de los doce ángulos’ ubicada en la zona monumental de la ciudad de Cusco, sufrió un grave atentado. Lima Gris accedió a imágenes exclusivas del momento del acto vandálico, cuando una persona en aparente estado de ebriedad golpea fuertemente la piedra con un objeto sólido que sostiene en su mano. Funcionarios del Ministerio de Cultura llegaron hasta el lugar para evaluar los daños.
¿Dónde está ubicada exactamente la ‘Piedra de los doce ángulos’?
La piedra de los doce ángulos es un bloque de piedra de la cultura inca que forma parte de un palacio ubicado en el centro de la ciudad, en la calle Hatun Rumiyoq (que junto con otras calles se unen a la plazoleta de San Blas con la plazoleta de la Almudena) en la zona monumental de Cusco, Perú.
El gran bloque de arquitectura inca y que está compuesta por una formación diorita presenta un gran acabado y bordeado perfeccionista, al no existir asimetrías en sus uniones. Y actualmente es considerado Patrimonio Cultural de la Nación del Perú. Asimismo, la piedra forma parte de la sede del Palacio Arzobispal de Cusco, que anteriormente fue la residencia de Inca Roca, el sexto soberano del Curacazgo del Cusco.
Hace 11 años sufrió un acto vandálico
Como se recuerda, el 8 de marzo de 2014 la piedra sufrió un grave atentado mediante una irresponsable pinta que significó un acto vandálico, pese a la constante vigilancia de los ciudadanos cusqueños. En dicha fecha, dos sujetos chilenos desadaptados hicieron un grafiti con sus iniciales. Felizmente, los servidores de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco lograron borrarlas sin dañar la superficie.
Lima Gris accedió a estas exclusivas imágenes captadas por Darwin Santander.
Taxis y malestas, sí, pero ahora solo falta cómo ingresar. La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) informó el pasado fin de semana que los taxis por aplicativo sí podrán ingresar al nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez, que se inaugura este 30 de marzo.
A través de un comunicado, precisó que este tipo de autos sí podrán ingresar con pasajeros al nuevo terminal de Lima y que “el control y la seguridad de estos vehículos estarán a cargo tanto de la entidad como de la Policía Nacional del Perú”.
Es así que vehículos de los aplicativos como como Uber, Yango, Cabify, Didi y Easy Taxi podrán ingresar al terminal con pasajeros.
Para operar en el nuevo terminal aéreo, los taxis por aplicativo deberán cumplir con varios requisitos de seguridad y formalización. Las unidades deben estar debidamente identificadas con la placa correspondiente al servicio de taxi y contar con la autorización de la ATU.
Además, los conductores deberán tener una licencia de conducir vigente, contar con el SOAT obligatorio y pasar una inspección vehicular actualizada. Entre los implementos de seguridad exigidos se incluyen un botiquín de primeros auxilios, un extintor y señales distintivas como casquete y cartilla informativa.
Detalló asimismo que los buses de “Aerodirecto” son vehículos de transporte público urbanos de pasajeros, como los que prestan servicio en la ciudad, en los cuales está permitido el traslado de maletas tipo carry on (con ruedas) y mochilas de viaje, es decir, el equipaje que suele ir en la cabina de los aviones”.
Finalmente, la ATU reiteró su compromiso de apoyar los servicios de movilidad urbana hacia y desde el nuevo aeropuerto Jorge Chávez dentro de los estándares de formalidad que la autoridad exige, a la par de ir implementando nuevos servicios que permitan un desplazamiento seguro de los ciudadanos y visitantes.
Dar el “sí, acepto” es una de las decisiones más importantes de la vida y para muchos se tienen que dar ciertas condiciones para pasar el resto de sus vidas que su ser amado. Los tiempos han cambiado y ya no se frecuenta ver bodas entre jóvenes veinteañeros, sino a dos adultos de 35 años para arriba.
Y es que varios factores entran a tallar para la unión ante Dios. Muchos jóvenes dan prioridad a su vida profesional y laboral, dejando en segundo plano las nupcias. Otro factor importante es el soporte económico ya que muchas de las nuevas parejas buscan un hogar donde habitar que no sea el segundo piso de la casa de sus padres. Otro detalle a considerar es que muchos de los encuestados no se sienten emocionalmente preparados para “dar el salto” a la fila de los recién casados, prefiriendo entre otras cosas su libertad como solteros, su juventud y su etapa donde no son tan responsables.
Según información del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec)en 2024 se han registrado 68,559 matrimonios; lo que indica una recuperación con respecto a los números prepandemia. En 2019 la cifra fue de 73,802, y evidentemente por la coyuntura de la crisis por Covid-19 en 2020 se redujo a 43,608 bodas. En años posteriores la cifra se fue recuperando, teniendo un pico alto en 2022 con 80,605 matrimonios.
En los años posteriores esa cifra no se mantuvo, reduciéndose considerablemente: 2023 con 66,142 bodas, y 2024 con 68,559.
El año anterior más de 39 mil peruanos se casaron entre los 30 y 59 años; siendo Lima, Arequipa y Cusco las regiones que lideran este ranking por rango de edad.
Ciudadanos ahora priorizan otros aspectos de su vida como la profesional, emocional o económica antes de casarse. Foto: El Peruano.
Día del Amor, día de casarnos
Por otro lado, Reniec informó que en el 2024 se registraron 757 matrimonios el 14 de febrero, fecha en la que se celebra el Día del Amor o Día de San Valentín. Esto representa una disminución del 25.6% versus el 2023, cuando se casaron 1018 parejas a nivel nacional.
En comparación con el año prepandemia (2019), se experimentó una caída del 38.7% en el número de matrimonios inscritos que fueron 1234.
Reniec también señaló que, en los últimos seis años, un total de 4892 parejas eligieron contraer matrimonio el Día de San Valentín.
Las parejas que han unido sus vidas y sellado su amor en esta fecha especial son las siguientes: en 2019 (1234), 2020 (1476), 2021 (14), 2022 (393), 2023 (1018) y en 2024 (757).
Un país sin puentes. Resulta sumamente preocupante la falta de planificación y monitoreo de los puentes del país. Han pasado más de dos años y un puente en Huachipa aún no se puede terminar de construir; peor aún, no existe un puente de acceso al nuevo aeropuerto Jorge Chávez; diversos puentes vienen siendo golpeados en sus bases por buses y tráileres de carga pesada, dificultando la transitabilidad de los demás vehículos; y qué decir de los demás puentes en el interior del país que cada año son debilitados tras la llegada de un huayco, sin que exista un control posterior de las autoridades competentes sean distritales, regionales o centrales; y ahora último el Puente de Chancay se ha caído al río, llevándose consigo dos personas inocentes fallecidas.
De acuerdo con información del titular del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), Raúl Pérez – Reyes, un bus interprovincial cayó a las aguas del río Chancay a la altura del kilómetro 75 de la Panamericana Norte, luego de que el puente se desplomara. Posteriormente, se tuvo conocimiento de que un auto particular también cayó a la corriente fluvial.
El hecho ocurrió aproximadamente a las 11:55 p.m. del último jueves, cuando la infraestructura cedió justo en el momento en que una unidad de la empresa Cruz del Norte y un automóvil de color negro transitaban por la vía.
Bomberos y agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) trabajaron en conjunto para rescatar a los pasajeros atrapados dentro del ómnibus, algunos de los cuales quedaron entre los fierros retorcidos. Con herramientas especializadas, lograron abrir paso entre los restos del vehículo, mientras otros socorristas brindaban primeros auxilios. Los afectados fueron trasladados a los hospitales de Chancay y Huaral.
Por otro lado, se conoció que en el mes de noviembre se realizó mantenimiento al puente derrumbado, sin embargo, no se han brindado mayores detalles sobre el tipo de mantenimiento. Desde el año 2003 la empresa encargada del mantenimiento del puente es Norvial.
fuente: latina.
Ministro de Transportes acudió hasta el puente derrumbado
Ante esta emergencia, el ministro de Transportes llegó hasta Chancay en horas de la madrugada para intentar buscar alternativas de vías de comunicación debido a que se ha paralizado la carretera en sentido norte a sur producto del colapso del puente.
Los pobladores de la zona se mostraron totalmente indignados con su presencia y llegaron a increparle en el lugar. Sin embargo, el titular del MTC se concentró en mencionar que lo importante era salvaguardar la vida de las víctimas.
Usuarios del Metropolitano se bajan de los buses debido al asfixiante calor [VIDEO]
Unidades de transporte no cuentan con aire acondicionado, eso sumado a la gran conglomeración en hora punta hace que muchos de esos vehículos vayan repletos de pasajeros.
El sofocante calor se siente en muchas partes de la capital, registrándose en algunos distritos temperaturas por encima de los 30 grados, teniendo sensaciones de calor los 33 o 34 grados. Si eso calor se suma estar en un lugar cerrado y con poca ventilación como los buses del Metropolitano dicha temperatura fácilmente puede bordear los 37 o 38 grados, resultando para muchos una “olla a presión”.
Anoche, en la estación Naranjal del Metropolitano, decenas de usuarios de ese servicio de transporte no pudieron más el intenso calor y decidieron bajarse de las unidades a modo de protesta por la escasa implementación de aire acondicionado o sistemas de ventilación.
Y a pesar que anoche se registró una intensa lluvia en gran parte de la capital, la sensación de calor no se redujo, teniendo una media de 25°C incluso hasta altas horas de la noche.
“No es ventilado, la verdad. Como todos los días, es algo normal que haya aglomeraciones. El calor está muy fuerte”, dijo a Panamericana TV una pasajera que aguardaba abordar en la estación Naranjal. Otra usuaria agregó: “Es un horno estar en el trayecto. La gente está apiñada, no hay ventilación. Las ventanas no sirven de mucho porque son pequeñas y algunas están malogradas”.
fuentes: bdp.
En esa estación los pasajeros debieron esperar al menos 45 minutos debido a la congestión generada por el mal tiempo. Sin embargo, el panorama se replicó en otros puntos, donde usuarios reportaron que la lluvia generó desorden y acumulación de suciedad en los embarques.
Los peatones también manifestaron que las estaciones no están diseñadas para soportar precipitaciones prolongadas. En varias de ellas, se registró acumulación de agua en el piso, lo que dificultó el acceso y generó riesgo de resbalones.