Opinión
El Datazo: Escándalo en la Contraloría, funcionario sancionado es Gerente en la gestión de Nelson Schack
Lo último de la coyuntura política de manera resumida.

CONTRALORÍA: FUNCIONARIO SANCIONADO ES GERENTE EN LA GESTIÓN DE NELSON SCHACK
En la época de Pedro Castillo vimos muy activo al hoy Contralor denunciando a cuanto funcionario era nombrado en el gobierno del profesor, le sacaban sus antecedentes judiciales y sus sanciones, para eso el Sr. Schack Yalta era buenísimo. Curiosamente hay un funcionario que se llama Ángel Esteiman Jáuregui Chávez que fue inhabilitado por la Contraloría General de la República (CGR) en abril del 2018, ese mismo año el Tribunal superior de Responsabilidades de la CGR le negó su apelación y consintió su inhabilitación, la cual calculando fechas fue levantada el año pasado, pero para sorpresa de todos, desde hace un mes es el nuevo y flamante Gerente de administración de la CONTRALORÍA… NOS HAN LLEGADO VARIAS DENUNCIAS CONTRA LOS QUE HOY DIRIGEN ESTA INSTITUCIÓN, ESTAMOS CRUZANDO INFORMACIÓN, VERIFICANDO LOS PRESUNTOS ACTOS DE CORRUPCIÓN. EN LOS PRÓXIMOS DÍAS LAS HAREMOS PÚBLICAS Y DE VERDAD SI HOY NO SE VE LA DENUNCIA QUE HICIERA GHINO ALARCÓN EN CONTRA DEL HOY CONTRALOR EN LA SUBCOMISION DE ACUSACIONES CONSTITUCIONALES, ENTONCES COMENZAREMOS A SOSPECHAR QUE SE LE QUIERE AYUDAR A NELSON SCHACK EN EL CONGRESO, ¿NOS PREGUNTAMOS SI ALGÚN DOMINICAL QUERRÁ HACER UN REPORTAJE DE ESTAS JOYITAS O LOS PROTEGEN?


EN LA CONTRALORÍA COMPRAN UN IPHONE VALORADO EN 9,200 SOLES PERO DICEN QUE LO USA UN SUBGERENTE, ES DECIR CON LA PLATA DE TODOS LOS PERUANOS SE COMPRA EL EQUIPO MOVIL MÁS CARO DEL MERCADO PARA QUE LO USE UN FUNCIONARIO DE MANDO MEDIO, ANDÁ…
En la Contraloria estan muy procupados con esta columna, por que tenemos acceso a mucha información que esta sacando roncha al «Samurai» y al «Sugar Daddy» —ahora ya no saben que es lo qué sacamos—, por eso que esta semana nos llegó una información de primer nivel y es que nos informaron de la compra de un IPHONE por la suma de 9,200 soles para que lo use un funcionario medio y la verdad que nadie cree eso. Nos comentan que muchas compras se hacen así y que finalmente los usan los funcionarios top y para no tener problemas con la prensa es que hacen esa «jugada»… AQUÍ ESTÁN LAS PRUEBAS SEÑOR SCHACK, POR FAVOR ¿NOS PUEDE DECIR QUE TIPO DE CELULAR USA USTED O EL SEÑOR LUIS MIGUEL IGLESIAS?, POR FAVOR NOS PUEDEN ACLARAR ESTE TEMA DE MANERA INMEDIATA.

DESPUÉS DE NUESTRA DENUNCIA SOBRE EL FUNCIONARIO DE LA CONTRALORÍA QUE PERTENECÍA A LA ORGANIZACIÓN CRIMINAL «LOS CUELLOS BLANCOS DEL PUERTO», LA ALTA DIRECCIÓN DE LA INSTITUCIÓN ESTA MUDA
La intervencion policial a los miembros de esta organización criminal remeció los cimientos de la institución, nos enteramos que el día viernes se quedaron miembros de la alta direccion hasta altas horas de la noche, la caida del funcionario ha evidenciado que hasta la Contraloria esta contaminada por la corrupción, la pregunta es ¿sí la alta dirección sabía esto? No olvidemos que Alberto Aponte Lector era asesor de la subgerente de abastecimiento, un puesto muy estratégico, que acciones reactivas tendrá la Contraloría, hasta ahora no lo sabemos… PERO AQUÍ PUBLICAMOS COMO LA FISCALÍA CALIFICABA A ESTE FUNCIONARIO DE LA CONTRALORÍA, COMO LO DEFINIA DENTRO DE LA ORGANIZACIÓN CRIMINAL. ¿QUÉ DIRÁ EL HOY CONTRALOR O SU SECRETARIO GENERAL? SEÑORES CONGRESISTAS YA ES HORA DE DENUNCIAR A NELSON SCHACK, ÉL ES EL PRIMER RESPONSABLE DE QUE LA CORRUPCIÓN SE HAYA APODERADO DEL PAÍS, MIREN COMO LO FILTRAN A ÉL MISMO.

DENUNCIAN QUE HUBO UN COMPLOT CONTRA JOSÉ CEVASCO EN EL CONGRESO Y QUE HABRÍAN PARTICIPADO DOS ASESORES DE PRESIDENCIA ¿SERÁ CIERTO, ESTA DENUNCIA?
El diario «Expreso» ha denunciado que tras la renuncia de José Cevasco se habría «armado» una conspiración donde estarían involucrados dos asesores de la presidencia del Congreso, se trataría de Jorge Villena Larrea y de Iván de la Cruz Hermoza quienes llamaban a los congresistas para que estos solicitaran públicamente la salida del oficial mayor y así evitar la censura del presidente José Williams… LAS PREGUNTAS QUE NOS HACEMOS SON LAS SIGUIENTES: ¿POR QUÉ LOS ASESORES DE JOSÉ WILLIAMS LLAMABAN A LOS CONGRESISTAS PARA PEDIR LA SALIDA DEL OFICIAL MAYOR?, QUEDA PUES EVIDENCIADO QUE HABIA MUCHO TEMOR A QUE EL ACTUAL PRESIDENTE DEL CONGRESO SEA CENSURADO Y QUERIAN ROMPER LA SOGA POR EL LADO MÁS DEBIL Y CREIAN QUE CEVASCO LO ERA, ANDÁ.
PARA CONGRESISTA CARLOS ANDERSON HAY SOBREPOBLACION DE PERSONAL EN EL CONGRESO —CERCA DE 4,000 PERSONAS— LO QUE ÉL LLAMA EL «PAGO DE FAVORES POLITICOS»
Para ingresar a trabajar al Congreso uno debe de conocer a un congresista o tener un «padrino» de alto cargo en la administración del parlamento, por ejemplo sabemos que varios trabajadores de administración del Congreso han metido a trabajar a sus esposas, hijos y familiares tanto en el servicio administrativo como en el servicio parlamentario, es que saben que sus allegados son unos «mediocres» que no van a conseguir ganar esos sueldos en otras instituciones del Estado. Por eso, es que se vuelven lambiscones e incluso llegan a «cobrar» a empresas privadas a quienes les brindan información sobre asuntos —como proyectos de ley, su condición y estado—, ese es el negocio. El congresista Carlos Anderson denuncio que en el area de comunicaciones por ejemplo trabajan más de 100 personas e igual número en el área de comisiones, ¿por qué?, porque se hacen «pago de favores» a terceros o por que en algunos casos se les cobra por una «colaboración»… POR EJEMPLO NOS HAN HECHO LLEGAR LA DENUNCIA QUE UNA PERIODISTA QUE TRABAJA EN EL AREA DE COMUNICACIONES ES CONVIVIENTE DE UN ASESOR DE LA PRESIDENCIA DEL CONGRESO Y QUE MARCA LA TARJETA A LA HORA QUE LE DA LA GANA —POR SI ACASO, TENEMOS LAS PRUEBAS SEÑOR WILLIAMS ZAPATA—, EN ESTO SE HA CONVERTIDO EL CONGRESO, DONDE TODOS LOS QUE INGRESAN A TRABAJAR AL ÁREA ADMINISTRATIVA SON FILTRADOS SEGÚN NOS CUENTAN EN LA PRESIDENCIA DEL CONGRESO Y QUE SON AUTORIZADOS AHÍ. EN EL CONGRESO NO HAY «MERITOCRACIA» SINO «DEDOCRACIA»
NOS CUENTAN QUE TRAS LA DENUNCIA CONTRA LA CONGRESISTA MARTHA MOYANO EN LA SEMANA QUE PASÓ, ÉSTA HABRÍA SIDO FILTRADA POR GENTE LIGADA A LA PRESIDENCIA DEL CONGRESO, ¿QUÉ SE BUSCA CON ELLO?
El fin era uno solo, tapar las denuncias contra la gestión administrativa que viene realizandose en la presidencia de José Williams, como sabemos por pedido de éste se redacto un acuerdo donde la parte administrativa seria manejada por el Director General de Administración, el Sr. Pablo Noriega Vinces. Este documento se filtró a la prensa y los «asesores» de la presidencia entraron en trompo, ahí se evidenciaba que él «protegido» por el Sr. Williams Zapata era el responsable de las compras que se habian realizado en el último mes y medio. Todos saben que jamás la señora Martha Moyano ha tenido una sola denuncia en el Congreso y ella viene participando en el parlamento desde el año 2,001, su trabajo ha sido meritorio y en busca de el reconocimiento de la población «afroperuana» en el país. Cuando ella llegó a la primera vicepresidencia se dio cuenta del detrioro de los muebles de su oficina y pidió su mantenimiento, eso fue todo, pero una prensa sicaria la trata de poner como que ella hubiera direccionado los gastos de esa reparación… NO PUEDE SER QUE POR QUERER LEVANTAR UN RAITING DE UN PROGRAMA TELEVISIVO SE TENGA QUE MENOSCABAR HONRAS, ESTA COLUMNA TIENE MUCHAS DIFERENCIAS CON EL «KEIKISMO» PERO AQUÍ SOMOS RESPONSABLES EN NUESTRAS PUBLICACIONES, JAMÁS DIFAMAMOS.

Opinión
Exportar reos a El Salvador: maquillaje para un fracaso penitenciario
Esta medida no resuelve el problema del crimen, solo lo esconde. No es una solución real, sino una respuesta rápida para calmar el enojo de la gente. Es un maquillaje político que apela al miedo y posterga reformas que el Estado rehúye afrontar. Es como poner un curita en una herida que necesita cirugía urgente.

La reciente propuesta de la congresista Katy Ugarte para trasladar a reos peruanos de alta peligrosidad a cárceles en El Salvador ha desatado un intenso debate público. Por un lado, un sector de analistas la tilda de inconstitucional, inviable e incluso absurda; por otro, ciudadanos comunes —sobre todo quienes sufren a diario los estragos de la criminalidad— ven en la idea una medida necesaria para castigar con mayor rigor a los avezados cabecillas del crimen organizado. En el imaginario colectivo, estas cárceles extranjeras, particularmente el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador, representan un infierno sin privilegios, donde los delincuentes “pagan de verdad” sus crímenes. A diferencia de Perú, donde algunas cárceles se han convertido en resorts del crimen.

Presentado como un proyecto de ley en el Congreso de la República, el plan se justifica con el argumento de reducir la sobrepoblación carcelaria, que ya sobrepasa el 150 % en el país, e impedir que las mafias sigan operando desde los penales y, supuestamente, ahorrar recursos al Estado. Sin embargo, detrás del aparente pragmatismo de la propuesta se esconde una preocupante crisis de gestión penitenciaria, una peligrosa cesión de soberanía judicial y una estrategia que, lejos de atacar la raíz del problema, simplemente lo traslada literalmente fuera de nuestras fronteras.
Este proyecto exige un análisis más profundo, no solo desde la logística penitenciaria, sino también desde la sociología del poder, los derechos humanos y la gobernabilidad. Lo que parece una genuina política pública de seguridad, en realidad revela un fracaso estructural del Estado para reformar su sistema penitenciario.
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) la megacárcel creada por el hoy mayormente popular presidente Nayib Bukele en El Salvador, ha ganado notoriedad mundial por sus métodos radicales. Las imágenes de miles de reclusos rapados, alineados, bajando la cerviz y semidesnudos han sido interpretadas por muchos como símbolo de orden y disciplina.
Que el premier Eduardo Arana haya viajado a El Salvador a inicios de 2024, y que el Ejecutivo actualmente evalúe adoptar este modelo carcelario, no es casual. En un contexto de baja aprobación presidencial, el gobierno de Dina Boluarte busca desesperadamente proyectar imagen de firmeza ante el crimen, apelando al populismo punitivo como salvavidas político. Mostrar “mano dura” podría resultar rentable electoralmente, sobre todo en los sectores populares más golpeados por la criminalidad, como San Juan de Lurigancho, Ate, San Martín de Porres o Villa El Salvador.

No obstante, cabe preguntarse: ¿es esta realmente una solución eficaz o simplemente un paliativo mediático?
Desde una perspectiva sociológica, este tipo de propuestas no resuelven las causas estructurales del delito. El crimen organizado no nace en las cárceles: se alimenta de la pobreza, la desigualdad, la exclusión social y el abandono institucional. Las cárceles son apenas la última estación del trayecto. Pensar que enviar reos al extranjero desarticulará redes criminales es tan ingenuo como creer que barrer la basura bajo la alfombra limpia una casa. Las bandas no dependen de un solo líder encarcelado, sino de estructuras complejas con tentáculos territoriales y económicos que seguirán operando con o sin sus cabecillas.
El traslado de reos al extranjero también plantea serias preguntas éticas, jurídicas y económicas. ¿Qué tipo de soberanía judicial conserva un país que permite que otra nación custodie, alimente y discipline a sus ciudadanos condenados? ¿Cuál será el verdadero costo para el Estado peruano? En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, se estima que paga alrededor de 20 mil dólares al año por cada convicto confinado en el Cecot. ¿Estamos dispuestos a asumir una carga similar, solo para aparentar control?
Además, si el Cecot es denunciado por violaciones de derechos humanos contra reclusos peruanos, ¿quién asumirá la responsabilidad? Las ONG ya han alertado sobre las condiciones extremas en esta prisión salvadoreña. Eventuales indemnizaciones internacionales terminarán siendo pagadas, como siempre, por el contribuyente peruano.
Los promotores del proyecto sostienen que “es más barato enviar a los delincuentes fuera” que mantenerlos en penales dominados por mafias. Pero esta afirmación, lejos de ser un argumento de peso, constituye una confesión del fracaso estatal. El Estado peruano no solo es incapaz de controlar sus cárceles, sino que, en lugar de invertir en mejorar el sistema penitenciario, opta por tercerizar el castigo, como una especie de servicio subcontratado.

Este tipo de propuestas evidencia una forma de populismo punitivo que ofrece resultados inmediatos en encuestas, pero que no garantiza seguridad a largo plazo.
Tampoco es cierto que esta medida ayude a reestructurar el sistema penal. No construirá nuevas cárceles, no modernizará el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), no fortalecerá la Policía Nacional del Perú, ni evitará que miles de jóvenes de los barrios más vulnerables ingresen a las bandas criminales por necesidad. No es una política pública de seguridad integral, sino un mero maquillaje de emergencia diseñado para calmar momentáneamente la indignación ciudadana. Más preocupante aún es el precedente que se sentaría: convertir el encierro en una mercancía internacional.
En definitiva, esta iniciativa parlamentaria no representa una solución real, sino una maniobra cosmética para ocultar el verdadero problema: el Estado peruano ha perdido el control de su sistema penitenciario. Y como suele ocurrir con los paliativos, pueden calmar el dolor por un rato, pero no curan la enfermedad.

Por Edwin A. Vegas Gallo
La presidenta Dina Boluarte asistirá a la Cumbre Mundial del Océano, a realizarse en Niza, Francia, entre el 9 y el 13 de junio próximo, con el lema NUESTRO OCÉANO, NUESTRO FUTURO, NUESTRA RESPONSABILIDAD.
El viaje presidencial fuera altamente provechoso, si el Perú contara con una política de Estado a largo plazo para la sostenibilidad de nuestro mar.
Lamentablemente, ello no es así, ya que la decisión ejecutiva y legislativa más pasa por favorecer la extracción de anchovetas del mar peruano para harina destinada a la alimentación animal, además de permitir la explotación de hidrocarburos en el litoral.
No hay visión política en este mar de problemas, como es el mar peruano, en esta parte del Pacífico sur oriental.
Ni siquiera tenemos una ley de manejo costero integrado que la presidenta pueda exhibir en Niza en la Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos.
Al contrario, tenemos un mar peruano enfermo por la contaminación producida por los gobiernos locales adyacentes a aquél, donde descargan tanto vertidos líquidos como sólidos, con un mar de plástico incluido.
En Niza se tratará sobre el impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos y, hasta donde se conoce, las autoridades ministeriales que tienen competencia en ellono se han preocupado de agendar este tema, que de por sí es un tema de derechos humanos.
Recordemos el pasado año los impactos del oleaje producido en Máncora, con destrucción de viviendas y hoteles, dentro del área prohibida para la construcción, o el desastre económico de los pescadores artesanales por la dificultad de salir a la pesca.
Ni que decir de la contaminación de la caleta Cabo Blanco, dejada por la empresa petrolera Savia y heredada por Petroperú, con consecuencias funestas para la economía de los pescadores.
Asimismo, no hay que olvidar la pretensión judicial de la Sociedad Nacional de Pesquería para que se les permita la pesca industrial de la anchoveta dentro del área de la Reserva Marina de Paracas.
En este punto, señalo que el Perú se ha comprometido a proteger el 30% del área marina y apenas se llega al 9%.
No se me ocurre qué puede señalar la presidenta Boluarte cuando, en la agenda de Niza, se vea el estado de la ratificación del Convenio de Naciones Unidas sobre el alta mar, que aquí en Perú, Cancillería no impulsa su discusión en el Congreso y que, por cierto, los padres y madres de la patria lo desconocen.
¿Sabrá la presidenta Boluarte que entre el 2003 y el 2022 el 21% del océano global (75 millones de km²) se está oscureciendo, con consecuencias para el comportamiento animal y humano?
Sabrá la Sra. Boluarte de la matanza de tiburones, para sólo usar las aletas y exportarlas a mercados exóticos.
Por cierto, el próximo 8 de junio es el Día Internacional de los Océanos. El lema será MARAVILLA SOSTENIENDO LO QUE NOS SUSTENTA. Se concientizará en el marco del Decenio de Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas y durante la Conferencia Mundial de los Océanos.
Es de señalar que la Cumbre de Niza pasa por que se hagan inversiones para el buen manejo de un océano sano, que generen beneficios significativos económicos, ambientales y de salud, con fuerte gobernanza, con finanzas innovadoras y con tecnología que trabaje en la restauración y protección de los ecosistemas marinos costeros.
Opinión
Ricardo Belmont y Daniel Barragán, experiencia y juventud

Por Rafael Romero
El cariño del pueblo va increscendo para dos líderes, cuyo apellido coincidentemente empieza con la letra “B”, de bonhomía, bondad y bienestar. Se trata de Ricardo Belmont y Daniel Barragán, presidente y secretario general, respectivamente, del Partido Cívico Obras.
Muchos coincidimos en la necesidad de devolverle el alma al Perú, de renovar el espíritu nacional y creemos en la urgencia de dotar a nuestra patria de los valores morales que, lamentablemente, a causa de malas personas y advenedizos metidos de “políticos” se vienen difuminando a una velocidad que solo potencia a la corrupción, el caos, la violencia y la delincuencia común u organizada.
Ricardo tiene la experiencia y sabiduría ganada al fragor de mil y una batallas, mientras que Daniel tiene juventud y un excelso patriotismo, pero ambos poseen la madurez necesaria bajo el común denominador de haberse dirigido -y se siguen dirigiendo- al ciudadano peruano con el objetivo de edificarlo. Ambos han usado -y usan- los micrófonos promoviendo el positivismo, el carácter espartano y el liderazgo en provecho de sus audiencias.
Así, mientras Ricardo lo hacía desde “Habla el Pueblo”, por citar uno de sus múltiples programas de radio y televisión, Daniel lo hacía frente a los auditorios donde presentaba (y presenta) sus conferencias motivacionales, sus talleres de liderazgo y de desarrollo personal.
Esa sana coincidencia y cariño por el prójimo es una de las claves del PCO, y la otra clave es la unidad monolítica partidaria, trasmitiendo esas fortalezas a las regiones del país premunidos de una nueva “filosofía de vida” y de una “filosofía política” refundacional de la República. A su vez, esa experiencia y juventud constituye una garantía en otros dos niveles.
El primer nivel tiene que ver con el crecimiento y fortalecimiento del PCO, haciendo Daniel Barragán la metáfora con el bambú japonés, y donde esas raíces profundas con el pueblo es el secreto de su victoria a diferencia de los vientres de alquiler donde ya se pelean los candidatos a la presidencia invitados y los dueños de esos clubes electorales.
En el segundo nivel, se trata de la garantía para llevar al Estado a los mejores ciudadanos, reconociendo que la política es para políticos de verdad y no para advenedizos. Los hechos y la historia reciente demuestran que no todos los “PhD, doctorados, maestrías y los togados” son buenos políticos, pues muchos de ellos en los últimos treinta años resultaron comprometidos en graves casos de corrupción.
Si de liderazgo se trata, el mejor título de un político es el de ser el mejor estudiante, el mejor agricultor, el mejor obrero, el mejor emprendedor, profesor, dirigente sindical, etc., pues al final Luis Bedoya Reyes siempre tuvo razón cuando dijo “los técnicos se alquilan” porque, lamentablemente, estos, salvo honrosas excepciones, están arruinando al Perú, al ser los que elaboran las normas, las directivas y la letra chiquita con el fin perverso de beneficiarse en medio de los vericuetos burocráticos, la corrupción y la impunidad (ahí están el Gas de Camisea y Odebrecht con los peajes, por citar dos casos).
En ese sentido, con sabiduría, experiencia, juventud y madurez la “Dupla de Oro”, Ricardo y Daniel, tienen la gran misión de buscar a los mejores entre los peruanos que residen en nuestra patria y en el exterior para que asuman el gran reto de refundar la República, bajo un urgente reseteo de la administración pública para poner orden y devolverle a las nuevas generaciones un futuro promisorio, con paz, desarrollo, justicia, salud, trabajo y cultura.
Opinión
De mitayos en la colonia a dueños de sus propias minas: el terremoto social que la oligarquía no pudo ni podrá frenar
El pueblo minero ya no está solo, ya no tiene miedo, y lo más importante, ya tiene conciencia de su poder y nos preparamos para pintar la próxima Cámara de Senadores y Diputados de color oro dorado de Los Andes! Serán líderes auténticos, formados en la lucha diaria, que llevarán al hemiciclo el olor a tierra y mineral que tanto odia la oligarquía.

Por Jorge Paredes Terry
El REINFO cambió las reglas del juego: miles de mineros cholos hoy son empresarios, sus hijos van a la universidad y en el 2026 llevarán su voz al Congreso. La oligarquía quiere volver a los tiempos de la mita colonial, pero los pueblos mineros han dicho ¡NO! Esta es la historia de una transformación imparable.
La historia se repite, pero esta vez con un final diferente. Durante siglos, los dueños del Perú nos vieron como simples mitayos, como esos indígenas explotados que morían en las minas de Potosí para enriquecer a las grandes monarquías parásitas europeas. Hoy, gracias a la lucha organizada y al REINFO, esa realidad está cambiando. Por primera vez, los mineros artesanales y pequeños productores han logrado salir de la pobreza, han formalizado sus operaciones y están construyendo un futuro digno para sus familias.
Este despertar no ha sido gratuito. La oligarquía limeña y sus socios extranjeros han respondido con toda su artillería: medios de comunicación mintiendo, leyes diseñadas para asfixiar al pequeño minero, y hasta balas para quienes osan defender sus derechos. Pero hay algo que no calcularon: el pueblo minero ya no está solo, ya no tiene miedo, y lo más importante, ya tiene conciencia de su poder.
El 2026 marcará un punto de inflexión. En las comunidades mineras ya se escuchan los nombres de los futuros congresistas: hombres y mujeres que conocen el sudor de la mina, que han vivido la represión, que saben lo que es ver cómo se llevan la riqueza mientras dejan miseria. No serán los típicos políticos limeños con corbata y discursos vacíos. Serán líderes auténticos, formados en la lucha diaria, que llevarán al hemiciclo el olor a tierra y mineral que tanto odia la oligarquía.
Esta revolución no es solo económica, es cultural y política. Los hijos de los mineros ya no quieren ser peones, quieren ser ingenieros, empresarios, congresistas. Las mujeres mineras ya no aceptan ser invisibles, hoy son dirigentes que toman decisiones. Las comunidades ya no creen en promesas, exigen participación real en las ganancias.
El mensaje es claro: no somos la mano de obra barata del siglo XXI. Somos los herederos de una tierra rica que por fin está en manos de sus verdaderos dueños. Las balas no detendrán este proceso, las mentiras no confundirán a quienes han abierto los ojos, y las trampas legales no frenarán la ola de cambio que viene.
En el 2026, cuando los primeros representantes mineros lleguen al Congreso, brillarán como el oro no por su valor monetario, sino por representar la esperanza de un país que decidió dejar de ser colonia. Esta vez, la plata y el oro no irán a enriquecer a otros, servirán para construir escuelas, hospitales y fábricas en nuestras propias tierras.
La mita colonial terminó. La esclavitud minera del siglo XXI también está por acabarse. Los pueblos mineros han despertado y no hay vuelta atrás. ¡Que tiemble la oligarquía, la revolución minera popular ya comenzó!
Opinión
PPK: El ‘presidente de lujo’ libre para fugarse
Con su política migratoria, Pedro Pablo Kuczynski abrió las puertas al crimen transnacional facilitando el ingreso de mafias como el Tren de Aragua. Hoy sin restricciones judiciales puede huir del país. Así se consagra el legado de un embustero tecnócrata que siempre despreció al Perú.

Pedro Pablo Kuczynski, conocido popularmente como PPK, se pavonea hoy, gracias a una ley del Congreso de la República (Ley 32130) aprobada en 2024, con la libertad de salir del país cuando le plazca, sin ninguna restricción procesal que lo retenga. Este sujeto, que durante años engatusó a la nación con su fachada de erudito formado en Princeton University, no es más que un símbolo de la decadencia política y moral del Perú. Su paso por la política nacional no ha sido más que un recorrido para satisfacer oscuros apetitos crematísticos, disfrazados de tecnocracia y savoir-faire económico.

Su opaca historia, lejos de ser la de un estadista exitoso, está marcada por decisiones que favorecieron descaradamente intereses extranjeros en detrimento de la soberanía peruana. Desde su controvertida gestión en el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) en 1968, donde autorizó, sin la debida autorización ministerial, la transferencia de 17 millones de dólares a la International Petroleum Company (IPC), a pesar de la nacionalización decretada por el régimen de Velasco Alvarado, PPK dejó claro que su prioridad nunca fue el Perú, sino sus conexiones internacionales y la protección de capitales foráneos.
Su fuga apresurada y cobarde del país tras el golpe militar de 1968, refugiándose en la embajada estadounidense y fugándose hacia EE.UU., marcó para siempre la dimensión de su oscuro compromiso con el Perú, por demás nulo. Y regresó en los años ochenta para incorporarse a la política peruana, siendo acogido nuevamente por Fernando Belaúnde que lo erigió como ministro de Energía y Minas; no para redimirse, sino para tejer una carrera política plagada de escándalos, denuncias y una ominosa política migratoria que ha desangrado la seguridad del país.
Durante su breve gobierno, PPK abrió deliberadamente las puertas del Perú a la avalancha migratoria venezolana, implementando el Permiso Temporal de Permanencia (PTP), que facilitó la entrada masiva de ciudadanos venezolanos, entre ellos un número alarmante de delincuentes que ahora engrosan las filas de la inseguridad nacional. En un país con un sistema de justicia débil y penitenciario colapsado, la irresponsabilidad de PPK en esta materia no es solo política, sino criminal. No cabe duda que siempre despreció al Perú, porque gracias a su traición ingresaron más organizaciones criminales internacionales como el «Tren de Aragua», una red venezolana que sembró el terror en el país, con la extorsión, el proxenetismo y el sicariato.

Recordemos que, en su mensaje a la Nación del 28 de julio de 2017, PPK dijo: “¡Todos los venezolanos son bienvenidos a este país democrático!” y a los pocos meses, en una entrevista con la televisora estatal, afirmó: “Hermanos venezolanos, bienvenidos al Perú; vengan aquí y les pagaremos los sueldos de ley”.
Pero la lista negra de PPK no termina ahí. Está su indulto a Alberto Fujimori, otorgado bajo sospechosas condiciones políticas y en un momento crucial para su permanencia en el poder, vendiendo así una parte de su alma a Kenji Fujimori. Está también el ocultamiento de millones en paraísos fiscales, con la creación de empresas offshore mientras ejercía cargos públicos, evidenciando su doble moral y su cercanía con la corrupción.

El colmo de la burla es que, luego de estar bajo medidas restrictivas por investigaciones vinculadas a Odebrecht y lavado de activos, gracias a la ley del Congreso que limita las comparecencias con restricciones a 36 meses, PPK quedó libre para salir del país, arriesgándose a una fuga que sería la confirmación final de su desprecio por la justicia y el país, al que siempre lo vio como una mina de oro. Mientras otros peruanos luchan por sobrevivir a un sistema judicial ineficaz y corrupto, este abominable norteamericano, se pasea con total impunidad.
Para colmo, PPK contó con la complicidad de medios y periodistas que, con cinismo, le dieron media training para que su imagen de “mandatario culto” se mantuviera intacta ante la opinión pública. Personajes mediáticos como Rosa María Palacios, Gustavo Gorriti y Cecilia Valenzuela le dieron media training, lo prepararon para debates y le sirvieron como escudo frente a una ciudadanía que merecía transparencia y ética, no un espectáculo calculado y vacío. Incluso, una conductora del ‘prime time’ de Willax todavía hoy se jacta, con orgullo apenas disimulado, de que PPK asistió a su boda.
Cómo olvidar que lo coronaron como “presidente de lujo” apenas puso un pie en Palacio, no por su visión de país —que nunca tuvo—, sino porque sabía tocar la flauta traversa y era primo de Jean-Luc Godard. Como si la música de cámara y el parentesco con un cineasta francés fueran credenciales de estadista. Así, su desastroso gobierno fue celebrado por una corte de aduladores y oportunistas que no buscaban otra cosa que una silla cerca del poder.
Este abominable personaje que ha disfrutado de privilegios y de un blindaje mediático envidiable, representa todo lo que el Perú no necesita: la traición a su pueblo, el favorecimiento a intereses foráneos y la impunidad para quienes deberían responder ante la ley. PPK no es solo un expresidente inmoral; es un traidor a la patria peruana que lo acogió de joven. Y peor aún, es un enemigo silencioso que se pasea libremente, dejando una herida abierta en la democracia peruana.

Que nadie olvide: mientras el Perú lucha por justicia y seguridad, PPK puede hoy fugarse del país y dejar atrás la justicia nacional. Este es el legado de un individuo que, con máscaras de erudición y tecnocracia, terminó convirtiéndose en el peor enemigo del Perú.

Por Tino Santander Joo
Sí, porque todavía no hemos resuelto el conflicto indo-hispano en nuestro subconsciente. Paradójicamente, sobrevaloramos al Perú en muchos aspectos, lo que evidencia un etnocentrismo que refleja nuestros complejos de identidad. La historiadora Cecilia Méndez ilustra este conflicto latente en su magistral artículo “Incas Sí, indios No”. Mientras el nacionalismo criollo exaltaba al incario para obtener beneficios económicos, marginaba y explotaba cruelmente a los campesinos indígenas en sus haciendas. Así, en el Perú contemporáneo, exaltamos el Tahuantinsuyo, pero a la vez despreciamos culturalmente a los cholos de los conos, a los serranos y a los chunchos de la Amazonía.
Esta contradicción se refleja en nuestro orgullo por la geografía y la cultura milenaria del país, pero también en una sensación de inferioridad, ya que muchos todavía cargan con la “mancha” india, mestiza y chola, que la mayoría quisiera borrar. Como resultado, somos un país hemipléjico, una república a medias y una democracia de papel. El Estado de derecho es una ficción, y la clase política, corrupta, está al servicio de los intereses de los grupos de poder económico. Esta situación avergüenza a millones de peruanos, quienes buscan emigrar del país, amparados en la inseguridad y la falta de oportunidades.
La degradación cultural también se manifiesta en las encuestas, que muestran que la mayoría se avergüenza del Congreso, del Gobierno y de los medios de comunicación. Surge entonces la pregunta: ¿por qué odiamos tanto a los congresistas, políticos, medios, a la CONFIEP y a los banqueros? ¿Será que son como nosotros, “pendejos”, “achorados” y “rosquetes”, como se dice en las calles del Cusco? La corrupción, la degradación, la informalidad y la pobreza conviven con nosotros, pero no hacemos nada, o simplemente no nos interesa, o nos hemos acostumbrado a ese modo de vida.
Aquí surge otra cuestión: ¿realmente nos avergonzamos de ser peruanos, o es solo una pose de las clases medias altas esnobistas? Estas clases parecen ser de izquierda por las mañanas, cuando hay humedad en Miraflores y San Isidro, pero por las noches terminan aplaudiendo a Vizcarra o al político de turno que sea “políticamente correcto”. Así, la vergüenza de ser peruanos se convierte en un síntoma de la pequeña burguesía que no acepta la “choledad” del peruano, sus maneras de pensar, sentir y actuar. No toleran su vulgaridad, su “achoramiento” huachafo, ni su música, que consideran carente de armonía. Nada que ver con el Perú formal y blanco, que se moviliza en burbujas tribales. Es ese Perú el que quiere un barra brava como Phillip Butters de presidente, alguien que “patee” a los cholos insurrectos. Buscan un líder monotemático que cuente chistes y promueva el circo, siempre y cuando no afecte los intereses del oligopolio bancario y del monopolio farmacéutico; mientras tanto, todo está muy bien.
La burguesía, por su parte, no quiere hacer la revolución ni tomar el poder directamente; son los “rosquetes” que se esconden detrás de matones o militares que defiendan sus intereses. Compran los medios de comunicación tradicionales y los utilizan como voceros institucionales de sus empresas. Son incapaces de conducir al país, pues no tienen un proyecto de patria; solo buscan enriquecerse haciendo de la política un vil negociado. Las clases medias, a diferencia de la derecha peruana, no se avergüenzan del Perú, pero son indiferentes a sus dramas.
En contraste, están los cholos, el pueblo, los comuneros andinos y amazónicos, los estudiantes, los emprendedores y las mujeres de las organizaciones sociales y femeninas. Ellos, en las fiestas patrias, marchan con orgullo en los desfiles cívicos que conmemoran la independencia del Perú. No sienten vergüenza los cholos; son otros quienes se avergüenzan del Perú, aquellos que no reconocen que son mestizos, que el Perú nació con España y que sigue siendo un reto pendiente, un país que merece una revolución social que sacuda sus cimientos y nos encamine hacia la libertad y el verdadero Estado de derecho. Los cholos somos, y seguiremos siendo, orgullosamente peruanos.
Opinión
Fortunato Quesada gana litigio a la Cancillería en la Corte Suprema de Justicia
Lee la columna de Rafael Romero

Por Rafael Romero Vásquez
En calidad de primicia accedimos a la Casación N° 18558-2024 evacuada por la Primera Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, que falló en materia de un Procedimiento Administrativo realizado en la Cancillería, declarando “IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por el Procurador Público Adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores, mediante escrito del 02 de mayo de 2024, contra la sentencia de vista del 14 de marzo de 2024, emitida por la Novena Sala Laboral Permanente de la Corte Superior de Justicia de Lima”.
Ese recurso de casación lo presentó el citado procurador público contra la sentencia del 14 de marzo del 2024 emitida por la Novena Sala Laboral Permanente de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmó la sentencia apelada del 20 de setiembre del 2023, que declaró fundada en parte la demanda del embajador Fortunato Quesada interpuesta en la vía contenciosa administrativa, solicitando la nulidad de la Resolución Ministerial N° 0791-2018-RE, que declaró infundado el recurso de apelación presentado contra la Resolución Vice Ministerial N° 0373-2018-RE y así se deje sin efecto la sanción administrativa disciplinaria de destitución que se le impuso por los cargos de maltrato laboral, falsificación de un documento oficial y haberse ausentado sin permiso por un período de dos días; y, reformándolo, peticionó que disponga la sanción de suspensión por un período no mayor de 12 meses.
En cuanto atañe a la Cancillería, esta propuso como causas de su recurso la inobservancia de la garantía constitucional de carácter procesal a la tutela jurisdiccional efectiva establecida en el inciso 3) del artículo 139° de la Constitución Política, señalando que se vulneró su derecho al contradictorio y la tutela jurisdiccional efectiva, en cuanto el Colegiado Superior no consideró ni analizó los agravios expuestos en el recurso de apelación contra la sentencia del A quo. Igualmente, agregó que se afectó su derecho a la igualdad sustancial en el proceso, pues la Sala se pronunció sobre situaciones jurídicas que no han sido materia de controversia y actuación probatoria, afectándose además su derecho a probar.
También argumentó la inobservancia de una norma legal de carácter procesal sancionada con la nulidad, con supuesta infracción al principio de congruencia procesal establecido en el inciso 4) del artículo 122° del Código Procesal Civil, argumentando que se emitió la sentencia de vista sin pronunciarse sobre los agravios formulados en la apelación. Además, sostuvo la Cancillería que se valoraron hechos que no son objeto de la controversia y que se amparó una pretensión no contenida en la demanda; y dizque no se valoró de manera conjunta los medios probatorios actuados que obran en el expediente administrativo disciplinario, con las cuales se acredita la legalidad del procedimiento y de las resoluciones que sancionaron con la destitución al demandante. También manifestó una supuesta ilogicidad de la motivación de la sentencia de vista, indicando que la Sala superior erró en su razonamiento, violentando las reglas de la lógica, afectando su derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, en cuanto inobservó el principio de congruencia procesal entre las pretensiones de la demanda y lo decidido.
No obstante, la Corte Suprema, analizado lo reseñado en los párrafos precedentes, evidenció que el procurador de la Cancillería presentó una argumentación muy genérica, como si se tratara de un recurso de apelación, verificándose que, lo que en el fondo se pretende es que, el Colegiado Supremo efectúe una revaloración de pruebas, así como un nuevo estudio de cuestiones fácticas ya analizadas por la segunda instancia, a fin de que se asuma por válida la tesis postulada; lo cual resulta ajena a los fines casatorios, cuyo carácter extraordinario limita el ejercicio de este Tribunal al debate de cuestiones eminentemente jurídicas que incidan en el sentido de la resolución recurrida.
En consecuencia, para la Corte Suprema lo propuesto en el recurso de casación por el procurador público de la Cancillería carece manifiestamente de fundamento, por lo que incurre en el motivo de improcedencia establecido en el artículo 393.2.a del CРС. Por tanto, en el escenario jurídico, vuelve a ganar por goleada el embajador Fortunato Quesada Seminario, tal como ocurrió en la sentencia recaída en el Exp. N° 05382-2019 (Resolución N° 22), evacuada el 20 de setiembre del 2023 por el Décimo Séptimo Juzgado de Trabajo Transitorio (Sub Especialidad Contencioso administrativo), lo que constituye una noticia importante para el derecho y la justicia, particularmente en materia del principio de licitud y del derecho de la prueba.
De manera que no cabe duda de que es una victoria del ciudadano Fortunato Quesada, embajador del Perú en Israel el año 2018, frente a la destitución de la cual fue objeto tras un complot que se consumó con la firma de Néstor Popilizio en su Resolución Ministerial N° 0791-2018-RE del 28 de diciembre del 2018; como también se consumó con la Resolución Vice Ministerial N° 0373-2018-RE, firmada por Hugo de Zela, siendo ambos documentos hoy declarados nulos por la citada sentencia y la Casación.
En otras palabras, siendo ya el demandante el embajador Fortunato Quesada y la demandada la Cancillería, la administración de justicia del Perú abre un camino para que, más temprano que tarde, dicho accionante sea restituido en el último cargo que desempeñaba antes de ser víctima de un complot corroborado con pruebas irrefutables surgidas del propio procedimiento administrativo llevado a cabo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, máxime cuando han aparecido nuevos hechos, revelados y documentados por el chef que laboró en la residencia de la embajada del Perú en Israel, el señor Jesús Alvarado, hechos expuestos por él valientemente en el programa “Habla el Pueblo”, del 8 de agosto y del 18 de setiembre del 2023, evidenciando que sus protagonistas de esa conspiración fueron Rubín, Boza, Popolizio y De Zela. El caso es que se trató de una conspiración que atentó contra los derechos fundamentales, la dignidad humana, la carrera profesional, los derechos laborales y el proyecto de vida del ciudadano Quesada.
Así, el Poder Judicial nuevamente da la razón a dicho ciudadano, razón negada o soslayada en su momento por cancilleres como Óscar Maurtua, Meza Cuadra, Wagner, Landa, Ana Gervasi, etc. Es decir, después de que el ministro de Relaciones Exteriores, Néstor Popolizio, y el viceministro De Zela botaron del servicio diplomático al embajador Fortunato Quesada, todos los demás cancilleres han creído en lo que Popolizio y De Zela han dicho sobre el caso.
Por lo demás, resultón un agravante que el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Néstor Popolizio, pudiendo declarar fundado el recurso de apelación del embajador Quesada no lo haya hecho y con su Resolución Ministerial N° 0791-2018-RE, del 28 de diciembre del 2018, solo ha expuesto ante los fueros del Poder Judicial una situación vergonzosa de algunos funcionarios de la diplomacia peruana. No obstante, la justicia acaba de declarar nula dicha resolución como también la Resolución Vice Ministerial N° 0373-2018-RE, firmada por De Zela, documentos perversos mediante los cuales se cortó la carrera del embajador Quesada.
Tras siete años de litigio, se abre el camino de la restitución del embajador Quesada en el servicio diplomático, quien se enfrenta a una argolla que atenta contra la ética en la función pública y la calidad en el servicio que brinda la Cancillería. Hoy tampoco nadie puede dudar que el entonces ministro consejero Pedro Rubín en Tel Aviv, tal como se demuestra en el proceso administrativo que se le siguió, actuó obedeciendo instrucciones de altos funcionarios de la Cancillería que despachan desde Lima.
Pero, lo escandaloso del caso es que los responsables del complot fueron premiados con cargos diplomáticos de mayor nivel pero, por su parte, la Suprema ratifica el fallo de la Corte Superior de Justicia de Lima, que sentenció en segunda instancia la nulidad de la resolución administrativa firmada por Néstor Popolizio -excanciller de Martín Vizcarra- y la nulidad de la resolución viceministerial rubricada por Hugo de Zela, mediante las cuales se retiró de la carrera diplomática al embajador Quesada.
Ahora, con la Casación N° 18558-2024, ganó la justicia y la verdad contra una conspiración, al haberse vulnerado el debido proceso contra el citado diplomático. En otras palabras, debería la Fiscalía profundizar las investigaciones sobre una supuesta organización perversa desde donde supuestamente Popolizio, Rubin, De Zela, y el fallecido José Boza, habrían premeditado y realizado actos que lindarían con tipos penales para vulnerar los derechos laborales y humanos del diplomático Quesada, y probablemente de otros funcionarios bajo la misma modalidad de la conspiración.
Finalmente, si hubo un complot y actos ilícitos para armar una trama, con el agravante de que se organizaron desde el seno de la Cancillería, en Lima, y que se teledirigieron los ataques hasta Tel Aviv, entonces, ¿no debería haber una sanción administrativa y/o penal para los responsables de una maniobra que generó daños y perjuicios no solo contra un diplomático de carrera como Quesada sino también contra la propia imagen y prestigio internacionales del Perú?

Conocimos a JRR en el Queirolo del jirón Quilca, era fines de los ochenta, y el poeta había entrado en un trance de iluminación y alejamiento de la realidad. La poesía lo había poseído por completo. Sus cabellos desordenados, su saco lustroso y sus ojos detrás de sus lentes gruesos parecía que solo querían ver hacia adentro. Cóncavo o convexo, él ya estaba “más allá del bien y del mal”. Nietzsche dixit.
Pero JRR todavía iba a los recitales de poesía y estuvo en la Biblioteca Nacional cuando Carlos Oliva leyó un poema sobre Lima en 1991. Sentado al fondo disfrutaba en silencio de cada verso y cuando se le preguntaba si quería participar de una lectura, simplemente no aceptaba. Atrás había quedado su manifiesto Palabras Urgentes escrito al alimón con Jorge Pimentel y sus libros Un par de vueltas por la realidad, Vida Perpetua y Las Armas Molidas. Tres fabulosos libros que intentaba cubrir el tiempo que le tocó vivir en esta Tierra.
Recuerdo un día que apareció asustado y diciendo que en un viaje que tuvo a Chiclayo se le había extraviado un texto que venía escribiendo y me pidió que lo ayudara a buscar, pegando carteles para localizar esos poemas que viajaron en un taxi.
Uno de sus poemas más conocidos es el Júbilo: “Atención, éste es el júbilo, éste es el júbilo/huyendo del silencio, viene, viene, se queda,/limpia, éste es el júbilo, el silencio le huye./Elfina tu decías no, pero está conmigo/tómalo en mis ojos, en mis manos. Elfina/deja la tarde en la calle, avisa y que vengan,/(…) éste es el júbilo,/éste es el júbilo, reconócelo Elfina, éste es el júbilo.”
JRR partió a la eternidad en junio del 2007, un ómnibus lo atropelló y fue enterrado como NN y así estuvo durante ocho meses. Sus amigos lo buscaron por aire, mar y tierra. Las redes rebotaban sus fotos y nadie daba razón de lo que había sucedido con el vate hasta que apareció en el cementerio Parque Eterno de Huanchaco.
En 2016, el profesor de la universidad de Hawái, Zachary Payne, me propuso editar en España las Óperas Primas de Hora Zero, ahí incluiríamos el primer libro de JRR bajo el auspicio de la editorial Amargord junto a los también primeros textos de Enrique Verástegui y Jorge Pimentel. Esta triantología sería todo un éxito en el país de García Lorca.
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