Una historia de odio, deslealtad y caos, eso es Perú en los últimos cuatro años. Pasamos de la subversión constitucional del ex presidente Castillo a una situación de mayor incertidumbre mientras las protestas en las provincias estallan en forma de bloqueo de carreteras. Entre tanto la prensa internacional se pregunta ¿Qué demonios está pasando en Perú?
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Después de 495 días en el poder, Castillo cayó. Quedó claro desde antes de su juramentación como presidente del país andino, que Castillo no la tendría fácil. Para ser honestos el Congreso y en especial la derecha peruana no le dio cuartel ni un solo mes de los 16 que gobernó.
Fueron 16 meses de desastre. Su gobierno tenía el tinte de una izquierda conservadora que ni siquiera convenció a los derechistas más afines al movimiento pro familia. Desde el comienzo la derecha liberal y conservadora tuvo una actitud confrontacional dando muestras groseras de poder, con el único fin de tirarse a un gobierno débil como era el de Castillo.
16 meses, 5 gobiernos y 78 ministros distintos. Solo el ministro de comercio duró casi desde el principio. La cartera de interior cambió hasta 7 veces de titular. La ausencia de proyecto (¿te suena Boric?) fue la característica de este gobierno. Pero sobre todo el bloqueo de parte del Congreso.
Un auto knock out
Por otra parte, la actitud poco honesta del presidente y su entorno dejaba poco margen de cariño a un presidente acorralado como él. Su mujer, cuñada y dos sobrinos están bajo investigación del Ministerio Público. Su gobierno ha sido una auténtica tortura para él, su familia y su país. Tal vez eso explique cómo su gobierno arrinconado a las cuerdas de otra moción de vacancia (ya perdí la cuenta) lo llevara a hacerse un suicidio político tan patético como su intento de golpe. Un autogolpe que resultó un auto knock out.
Lo que triunfó el miércoles no fue la democracia sino la política de una guerra sin cuartel de parte del Congreso.
Nunca ningún presidente fue tan atacado por un Congreso. Nunca. Sin embargo, hay que reconocer que su intento de golpe no fue por la gobernabilidad sino un vulgar intento de mantenerse en el poder y dejar atrás las acusaciones de la fiscalía que le pisaban los pies. El mismo Tribunal Constitucional declaró de intento de golpe de Estado lo hecho por Castillo el miércoles.
Detenido por el tráfico del centro de Lima en un intento de alcanzar la embajada de México para buscar una salida diplomática en forma de exilio, se volvió en la mofa en redes. Detenido como un narcotraficante. Con ametralladoras apuntándole. En serio, bastaba con un revolver de juguete para detenerlo, no más. Nunca la figura del presidente de la República había caído tan bajo. Este es un golpe a la imagen institucional irreparable, y precisamente en una república de tradición francesa como la nuestra, que no es una democracia parlamentaria sino una democracia presidencial. La soberanía recae en la figura no de ese abstracto que es el pueblo sino en el símbolo, se supone fuerte, que ha de ser el presidente.
Perú, una tentación para la derecha internacional en el tablero Geopolítico
Perú es un mal ejemplo para latam. El fracaso del proyecto de izquierda en Perú marca un peligroso precedente regional. Si bien nadie sabe qué va a pasar, en términos continentales, fácticamente Perú ya no es un país de izquierda. Y el tablero se mueve y podría estimular movimientos más avezados cómo en Brasil, donde ya se conspira abiertamente para impedir la asunción al mando de Lula. Perú podría contagiar la inestabilidad a una región ya de por sí polarizada. La tentación para una derecha cada vez más radicalizada es enorme. Y si bien muchos proponen el pragmatismo, hay que recordar que el pragmatismo funciona en teoría. En la práctica y con la polarización que se tiene ahora, es difícil que las cosas salgan bien para el poder de turno.
2022 que pudo haber acabado como la consagración del poder de la izquierda rosa en latam, al ganar Colombia y Brasil, ahora deja un sabor de peligrosa incertidumbre. Solo un día antes de la debacle de Castillo, la ex presidente de Argentina, Cristina Fernández, fue condenada a seis años de prisión. Una reforma electoral en México de parte de AMLO fue bloqueada por el senado. Y todo hace parecer ver qué la derecha más pinochetista intentará imitar el modelo peruano para ahogar a un Boric cada vez más errático, el cual tampoco tiene, como Castillo, un camino claro de gobierno después de su derrota en el plebiscito constitucional.
Es seguro que emerja en 2023 un nuevo eje en el sistema de gobiernos de LATAM.
Entre tanto, ejecutivos más débiles en relación a la fragmentación de las bancadas en los congresos podrían ser garantía en el continente de mayor incertidumbre y caos que se traduzca en violencia política.
En Perú la figura de incapacidad moral en el impeachment marca un peligroso y tentador precedente político. Cabe recordar que Vizcarra y PPK caen sin Investigación judicial previa.
Racismo peruano
Veámonos a las caras, somos aindiados. Pero nos detestamos sin perdón. Una de las razones de rechazo a Castillo fue su obvio origen rural. Si bien la izquierda más liberal lo dibujo en un primer momento como el éxito de la Reforma Agraria (el documental La revolución y la tierra, es un ejemplo de preparación de camino desde el ámbito cultural progresista), como el campesino que llega al poder, de inmediato esa misma izquierda lo abandonó a su suerte.
El rechazo a Castillo recuerda mucho del rechazo a Toledo entre 2001 y 2006. Pero Toledo aguantó, y obviamente, pues era un gobierno liberal.
Si en la bonita vecindad de Latinoamérica AMLO es Godínez, Castillo fue el Chavo del 8. Un Chavo que daba pena. Beto Ortiz desde su exilio mexicano declaraba como la familia del ex presidente salía de palacio así: «hemos visto la imagen [de su familia] tratando de sacar algunas petacas, algunos atados y bolsas de mercado». La insinuación es obvia. Si ya antes se burlaban de su sombrero (en verdad ¿tanto molestaba un sombrero?), el miércoles fue una celebración a la caída de un hombre. La detención de una persona es asunto suyo, pero por Dios, somos católicos, parece que a nadie le importa lo que puedan sentir su familia. Yo no soy bueno, pero hasta yo con mi corazón negro de pirata pensé en sus hijos y en sus padres.
Lo del miércoles no fue el triunfo de la democracia sino de nuestro odio hacia nosotros mismos. Definitivamente Castillo no era un hombre lo suficientemente competente para ser malvado, como sospecho podrían ser Antauro o ese pesado de Cerrón, daba hasta lástima verlo leyendo su mensaje temblando. Un hombre que ni sabía leer. Si, Castillo es el hijo de la Reforma Agraria. Una Reforma inconclusa, una revolución a medias, una peruanada de revolución. Es un hombre que es profesor y no sabe leer, un hombre elegido de chiripa presidente y que nunca estuvo listo. Un cholo, un indio al fin al cabo. Paco Yunque de la política. Y como Paco Yunque abusaban de él, lo manipulaban y volvían abusar de él. Ahora el juguete roto tirado a la basura por la izquierda cobarde. Y la derecha regodeada en su crapulencia. Puedo sentir empatía por lo que está pasando la familia del expresidente/dictador (elige tú la etiqueta que prefieras) Castillo, tuve parientes presos políticos (no se habla, no se dice) y yo mismo de niño fui exiliado a un país que si conocía los DD.HH. Mi madre trabajaba en una pastelería doce horas al día. Y se por ella que mil veces es mejor tu país que ser invitado en casa ajena. Un extranjero siempre es una visita incómoda. «Mejor profesional pobre en tu país, que lavaplatos en París o Madrid», me decía mi mamá, «para eso no se educa a los hijos, para lavaplatos y camareros, no».
Pedro Castillo y el presidente de México Andrés Manuel López Obrador.
Provengo de una buena familia de la sierra. Pobre, pero buena. Y a mí Castillo no me caía mal. Como buenos mistis nunca lo estimamos a la altura de soberano de una nación. Pero de ahí a tenerle un odio personal como toda la clase media y toda la derecha peruana le tiene, eso jamás lo pude entender. Hay unos odios que en este país no se pueden entender. Hay unos complejos del peruano, que ni yo. Este país necesita urgentemente ir a terapia o confesarse con un cura.
Entretanto en Perú la supuesta paz se ha convertido rápidamente en protestas en provincias, bloqueo de carreteras y gas lacrimógeno en la Plaza San Martín. La primera mujer presidente del Perú, ¿cuánto demorará en convertirse en el nuevo chivo expiatorio del Congreso? La chalhuanquina ha pedido diálogo a los zorros hambrientos. Y estos afilan sus dientes en un espejo.
Un gobierno que no puede aprobar nada, que estimo será el de la presidente, no es Gobierno. Nuestra primera presidente mujer temo acabe siendo apedreada políticamente. La misoginia la huelo a kilómetros.
Por su parte el congreso actual tiene el tablero a su favor. Interpreta la constitución con una ley hecha a medida. Simplemente el gobierno, el que sea, no se podrá defender. No hay contrapesos, así de simple. Todo gobierno futuro está condenado al fracaso. Y este es el modelo peruano que Latinoamérica podría comprar.
Un dato, los gringos de la agencia Ficht están revisando nuestra calificación. Ahora mismo la han pasado de estable a negativa.
La otrora locomotora de Sudamérica que era Perú, (y sí que lo fuimos) ya no lo es. Perú cada vez está peor. Menos mal tenemos a Chile que está recontra peor.
Cómo dijo el cura de mi pueblo: hay una luz al final del túnel y es un tren que viene hacia nosotros.
HANS HERRERA NÚÑEZ. (Lima, 1985). Vivió parte de infancia en Costa Rica, de regreso a Perú estudio Derecho en la Garcilaso y luego literatura. Se especializa en la obra de Roberto Bolaño y Chesterton. Ha colaborado con Dedo Medio y actualmente escribe en Lima Gris. También co-conductor del programa en radio Lima Gris de "Mirada Critica". Además ha aparecido en el celebrada película de ficción de Gustavo Meza, "Ciudad Ausente" (2015).
Mientras el planeta Tierra sigue girando anualmente alrededor del Sol, los terrícolas seguimos esquilmando y consumiendo vorazmente sus recursos naturales, ya sea por falta de concienciación, por carencia de políticas gubernamentales favoreciendo la sobreexplotación, por la avaricia empresarial e incluso por dejar de lado a la ciencia y tecnología, en esta sociedad de consumo despilfarradora.
El día del sobregiro ecológico es una metodología de Global Footprint Network. El primero se cumplió el 25 de diciembre de 1971 y 33 años después, en 2024, el sobregiro se dio el 01 de agosto.
Esto significa que la demanda de la humanidad a partir del 2 de agosto pasado está consumiendo recursos del presupuesto biológico 2025, o sea, la demanda sobrepasa a lo que los ecosistemas planetarios terrestres y marinos pueden regenerarse en un ciclo anual.
De hecho, a esta altura del mes de febrero de 2025, ya tres países han consumido y agotado sus recursos y servicios de los ecosistemas que la madre naturaleza les ha brindado para vivir bien durante el año 2025. Estos países son Qatar (06 febrero), Luxemburgo (17 febrero) y Singapur (26 próximo).
Ello significa que aquellos países tienen que echar mano de los recursos de otros, como el nuestro, en un círculo degradante de los sistemas biológicos.
En Sudamérica, Chile alcanzará su sobregiro el 17 de mayo, Argentina el 3 de julio, Bolivia el 12 de julio, Paraguay lo hará el 20 de julio, Brasil el 1 de agosto, Perú el 16 de agosto y Uruguay llegaría al sobregiro el próximo 17 de diciembre, en verdadero ejemplo de manejar correctamente con acertada democracia y políticas gubernamentales positivas que beneficien el bien común.
El caso de Perú, con riqueza biológica inimaginable y envidiable, es digno de la “maldición de la naturaleza”, no por ella en sí misma, sino por la casi nula planificación gubernamental para el desarrollo con sostenibilidad, muy alejado de “guardar pan para mayo”, traducido en “pan para ahora y hambre para mañana” (léase las generaciones futuras).
En ese “pan para ahora”, más se hace pensando y actuando en el beneficio personal y político, importando poco el concepto de ciudadanía con democracia y desarrollo, como dos caras de la misma moneda.
En ese círculo devastador de los sistemas biológicos peruanos que reducen su biocapacidad, hay dos hechos preocupantes, que tienen que ver directamente con los bosques amazónicos. Uno tiene que ver con el modelo agrícola que favorece los agronegocios de la palma aceitera, que les permite mayor control en el territorio amazónico, aumentando la deforestación (773 mil hectáreas deforestadas, entre 2015 a 2022), los conflictos por la tierra y los consabidos riesgos de muerte para los defensores ambientales, amén de exacerbar las desigualdades sociales y las emisiones de gases de efecto invernadero (45 % del total país).
Por cierto, solo el 34% de las tierras agrícolas del Perú poseen título de propiedad y en las regiones de Amazonas y Madre de Dios, apenas llegan al 5%.
Otro problema de la huella ecológica devastadora en la Amazonía es el avance de la deforestación, producida por las colonias religiosas de los menonitas, ya expulsados antes de Paraguay y Bolivia, y que aquí en la región Loreto han encontrado su edén ante la pasividad gubernamental.
Solo ellos, entre 2013 y 2017, han deforestado cerca de 5,000 hectáreas de bosque primario para impulsar cultivos de soja, maíz, arroz y granjas de cerdos y ganado. (Mongabay, 2025).
En esta tierra de nadie, ni el Congreso con su Comisión de Ecología, ni el ministro Castro, responsable de la política ambiental nacional, ni los GORE de Loreto y Ucayali, poco o nada hacen para detener la huella devastadora de la deforestación y, al paso acelerado que vamos, cada vez más rápido ocurrirá el sobregiro ecológico en Perú, con más hambre y desnutrición, a todo lo largo y ancho del territorio nacional.
Por Dios, no es tan difícil. Si uno se concentra (cosa que pareciera ir en contra del espíritu de esta época), comprende de inmediato (algo básico, y con claridad total): ¿quién quiere sonido ante estas imágenes? (O ante cualquier imagen, pero eso implica unos presupuestos teóricos que nos llevarían más lejos de lo que quiero ir en este artículo.) Yo no, por lo menos, a mí me basta, tal como lo quiso el autor, con la imagen, y no debo ser, por simple estadística, un caso absolutamente único o aislado. ‘Escucho cuando veo’. Todos somos sinestésicos, lo sepamos o no… De veras (espectadores, por favor, dejen de jugar tan tristemente a hacerse los tontos -entre otras cosas porque tarde o temprano pueden volverse tontos de verdad-; no sean tan obedientes a los mandatos destructivos de la época que azarosa o misteriosamente les ha tocado), entren en razón y dense cuenta que no cuesta tanto trabajo gozar de la plenitud mostrada… ¡Y son fragmentos, hijos del video clip y del scroll! El montaje es intenso. Es tan intenso, en cierto modo, como lo es aquello que presenta, placer, dolor, carne y sangre, emoción: un nacimiento.
En esta hermosa e inteligente película de tan solo 12 minutos está no sé si todo (no creo) pero sí mucho de lo que puedes desear al imaginar la existencia de una película así: Brakhage tuvo que luchar contra la censura, contra la estupidez de la cultura de su época (ser creativo es hacer notar la radiante estupidez que ensombrece a tu época) ¡para hacer algo aparentemente tan sencillo como mostrar a una mujer pariendo, y mostrar la cosa como sucede de verdad! Que nos engañen tan miserablemente sobre nuestro propio origen, la verdad concreta y material (a más no poder) de nuestro propio nacimiento es el verdadero escándalo de Occidente (o uno de varios). ¿Y en cuántas cosas más nos han mentido? Es la preguntaría que rondaría incluso la mente del más tonto…
Tanta hermosura, tanta fidelidad a una experiencia tan rica y transformadora. Mezcla de tiempos, el antes, durante y después del nacimiento. Imágenes tiernas, amorosas, delicadas, poéticas, y también las hay crudas, pero que no mienten. Necesitamos la verdad. La verdad está ahí. Solo hay que atreverse a registrarla.
Ojo, quita el sonido porque la película no lo tiene en realidad:
El imperialismo es un fenómeno económico estudiado primero por el inglés John Hobson en Imperialism: A Study, publicado en 1902. Hobson señalaba que el imperialismo era el resultado del excedente de capital acumulado en pocas manos, lo que generaba una crisis de subconsumo. Esta crisis interna obligaba a los capitalistas a buscar nuevos mercados, donde dominaban las economías más débiles e imponían sus productos. Posteriormente, Lenin, en El imperialismo, fase superior del capitalismo (1917), sostuvo que el imperialismo era la fase monopolista del capitalismo y que creaba el capital financiero. Es decir, los bancos ya no solo prestaban dinero, sino que también controlaban la industria y la economía nacional.
Para lograr sus objetivos políticos a nivel global, el imperialismo recurre al garrote militar, como hemos señalado en artículos anteriores, y somete a la clase política a través de organismos como la USAID, que compra voluntades tanto de izquierda como de derecha. La guerra y el uso del dólar son sus principales instrumentos de dominación.
La estrategia de reducir a Europa a un viejo y bello museo es evidente. La OTAN les resulta irrelevante, pues Europa carece de importancia militar. A Estados Unidos le interesa, por encima de todo, mantener su hegemonía mundial. Analistas económicos de todo el mundo señalan que la estrategia de Trump no solo busca crear una nueva tríada imperial (Estados Unidos, China y Rusia) bajo la hegemonía militar norteamericana, sino también consolidar su dominio económico. Para ello, se pretende debilitar el dólar con el fin de crear un ambiente propicio para la inversión masiva en Norteamérica, fortalecer su industria manufacturera y reducir el valor de su inmensa deuda.
El debate sobre los valores de esta nueva era imperial es irrelevante. La dominación cultural e ideológica se ejerce a través del control de los contenidos que producen las redes sociales y la revolución digital. Nada ha cambiado y nada cambiará: tenemos imperio para rato. Los chinos, sin embargo, tienen otra concepción del imperialismo: no invaden, sino que “invierten” en infraestructura (puertos, carreteras, hospitales, aeropuertos, trenes, etc.), creando, en muchos casos, enclaves económicos y dominando el comercio mundial. Europa, por su parte, ha quedado reducida a un actor geopolítico intrascendente y pronto será solo un destino turístico global.
¿Significa esta realidad el renacer del antimperialismo militante de la izquierda mundial? No. Lamentablemente, la respuesta de la socialdemocracia europea ha sido de subordinación total a los intereses norteamericanos. Su crítica es meramente política, sin cuestionar los objetivos económicos de Estados Unidos. Hispanoamérica, por su parte, carece de rumbo y se ha convertido en una cacofonía infantil, enredada en viejas consignas y subordinada a los intereses del imperio a través de organismos como la USAID.
La respuesta más lúcida proviene del liberalismo antimperialista, representado por Carlos Adrianzén, un destacado economista liberal que ha señalado en un artículo que la mejor manera de combatir el proteccionismo norteamericano es con más libre comercio. Los neoliberales peruanos, sin embargo, aman y odian a Trump a la vez. No les preocupa la jerarquización racial impuesta por el imperialismo norteamericano ni la crueldad con la que se trata a la inmensa mayoría de migrantes. Ninguno de los neoliberales sudamericanos condena la intención de los Estados Unidos de tomar Gaza, expulsar a los palestinos de sus tierras y construir una ribera con sus socios. Se trata de una limpieza étnica al mejor estilo del nazismo, paradójicamente practicada por norteamericanos y judíos.
La unidad de Hispanoamérica, la construcción de bloques económicos y políticos alternativos sigue siendo una utopía. Pero eso no significa que debamos dejar de luchar contra el nuevo orden imperial.
Desde las más altas esferas del poder –abril del 2016 a la fecha- continúa el tinglado siniestro para mantener a Ricardo Belmont Cassinelli sin su Canal 11 (Red Bicolor de Comunicaciones) ni Radio Tigre (actualmente con el nombre PBO). Para perpetrar el despojo contra el líder del Partido Cívico Obras se usaron malas artes junto a ese poder oculto que por años persigue mediática y judicialmente a un ciudadano humanista que realizó la Teletón en el Perú por más de veinte años.
No obstante, en medio de una batalla legal y administrativa por la recuperación de su televisora, donde el espartano Ricardo Belmont ganó en el Poder Judicial, la Superintendencia del Mercado de Valores (ex CONASEV) y ante los agentes de la Bolsa de Valores de Lima, resulta lamentable que, en solo una entidad, de nombre INDECOPI, se sigue manejando este caso en medio de marchas y contramarchas que impiden que el verdadero propietario del canal retorne a su medio de comunicación.
Es decir, mañosamente desde el seno de su familia dos de sus hijos llevaron a RBC Televisión al INDECOPI, dizque por problemas de liquidez, mostrando una cara distinta a cuando el ex alcalde Lima, Ricardo Belmont, tenía en sus manos el canal y era felicitado por la SUNAT por ser un buen contribuyente.
Por fortuna, esta redacción tomó noticia de una reunión de colaboradores leales a Ricardo Belmont, realizada en la víspera, a quienes se les conoce también como los “trabajadores fundadores de RBC Televisión”, en la cual detallaron que prácticamente se encuentran listas las acciones penales contra diversos personajes que han jugado en pared delante y detrás del mostrador de la administración pública para mantener el despojo del emblemático “canal positivo” del Hermanón.
Prácticamente, el impedimento para el retorno de RBC y los trabajadores al canal pasa solo por el INDECOPI, entidad cuyos funcionarios tendrán que responder ante el Ministerio Público por sus acciones u omisiones en ese proceso, al conducir con malas artes el canal hacia un cuestionado e irregular proceso concursal, donde incluso ya no se puede tapar el sol con una mano y cuando dicha entidad no tuvo más remedio que multar a Martín Belmont Vallarino, que hace las veces de presidente de la junta de acreedores, por desviar fondos del canal a sus cuentas en otras empresas y solo con el objetivo perverso de burlarse de las resoluciones del Poder Judicial.
Sin embargo, trascendió de la reunión, que Martín Belmont Villarino no solo ha sido multado, sino que tiene todavía abiertos cuatro procesos sancionadores, lo que lo descalificaría para estar al frente de la junta de acreedores, a no ser que desde la presidencia ejecutiva del INDECOPI haya un blindaje, pues, según los trabajadores, en esa entidad se le viene tratando con manos de seda.
Precisamente, Martín Belmont Vallarino es quien ha sido sancionado con multa por el INDECOPI, conforme a la Resolución Nº 5132-2024/CCO-INDECOPI porque ocultó de manera intencional, a los acreedores y a la autoridad concursal, la existencia de bienes de Red Bicolor de Comunicaciones S.A.A. y por desviar fondos a otras cuentas bancarias diferentes a las del canal con montos que bien pudieron servir para honrar el pago de las acreencias laborales.
Empero, su situación se agrava cada día más, salvo que exista una consigna en INDECOPI para blindarlo, y eso tendrá que deslindarlo el doctor Alberto Villanueva Eslava, presidente ejecutivo de la referida entidad, donde existe el proceso concursal y cuatro procesos sancionadores, quedando un quinto proceso pendiente de abrir sobre todo de oficio por parte de la Secretaría Técnica de Fiscalización de la Comisión de Procesos Concursales.
Es decir, en el día, la autoridad concursal de fiscalización, deberá investigar los contratos y cuentas bancarias de uno de los clientes del canal, el conductor y productor Ernesto Jara del Águila, pues ocurrió la misma figura de desviar los pagos por alquiler de espacios u horas de transmisión a cuentas distintas a las del medio “errebecista”, al que Martín Belmont Villarino le denomina comercialmente “Viva TV”, más aún cuando de por medio no solo está el prestigio yla transparencia de Alberto Villanueva, sino también de los integrantes de las Comisiones y las Salas de Procedimientos Concursales.
Conocimos a Mario Florián en la ANEA del centro de Lima donde compartía con los poetas y narradores jóvenes. Todavía eran los ochenta y su voz terrígena era vital para quiénes intentaban solidificar una voz propia made in Perú. Y aunque, en esos años, ya era una persona mayor y egregia, este vate siempre se mostraba humilde y amable y se detenía a escucharnos y recibir nuestros papelitos con nuestros primeros garabatos que leía y después (des)aconsejaba o nos jalaba las orejas. Su sonrisa y su solemne calvicie aún brilla en nuestros recuerdos.
Había nacido en Contumazá-Cajamarca y sus padres habían sido agricultores, de ahí el olor a tierra de sus poemas. El terremoto del setenta lo catapultó a la costa. Obtuvo los Juegos Florales de la UNMSM, también los Magisteriales; ganó el Premio Nacional de Poesía y el de Novela, y el Premio Nacional de Cultura y muchos otros galardones más. Publicó más de una veintena de Libros, editó la revista Cultura y Pueblo junto a Francisco Izquierdo Ríos.
Algunos de sus poemas se convirtieron en canciones como “Arenga al peruano” interpretado por Íber Maraví. Su hermoso Pastorala dice: “Pastorala,/más hermosa que la luz de la nieve,/más que la luz del agua enamorada,/más que la luz bailando en los arcoiris./Pastorala./Pastorala./Qué labio de cuculí es más dulce/que la lágrima de quena más mielada/que tu canto que cae como la lluvia/pequeña —pequeñita— entre las flores?/Pastorala./Pastorala”.
Arguedas, escribiría sobre él: “Mario Florián es el mejor representante de la poesía indigenista. Casi el único poeta que ha realizado una especie de milagro de crear poesía en la que se siente el tono de la canción popular india, sin que se advierta el amaneramiento, la espectacularidad, el sentimiento demasiado geográfico, que han aniquilado este tipo de poesía en el Perú”. Sin embargo, José Jiménez Borja lo consideraba un poeta neo-indigenista.
Muchos lo recuerdan como el sutepista de la poesía, como profesor del colegio “Melitón Carvajal” arengando a los maestros en la canchita de san Fernando y luchando por los derechos de los más desposeídos. Nunca tuvo gran riqueza. Sobrevivió los últimos años con una mísera pensión de jubilado, aunque con una enorme aureola de haber hecho lo que se tenía que hacer: “¡No te humilles! ¡Despierta! ¡Elévate, peruano!/¡Erígete! ¡Ya es hora…!/¡Revive tu ejercicio milenario/de Amansador de Mundos, de Continentes Bravos,/de forjador de Imperios sobre precipicios!/¡Levántate peruano! ¡Pisa, otra vez, tu tierra…!”
La cinematografía en la región amazónica tiene sus raíces en los primeros años del cine, con proyecciones realizadas en Lima en 1899, cuando se presentó un «Programa de vistas tomadas al natural». Esta serie incluyó cortometrajes como Catedral de Lima, Camino a la Oroya y Chanchamayo, que representaban la diversidad de los territorios peruanos. Mientras tanto, en 1900 en Iquitos, se realizó la primera proyección de cine en el primer piso de la Casa de Fierro, diseñada por Eiffel.
A partir de allí, el cine amazónico comenzó a desarrollar su propia identidad. La fiebre del caucho en la región permitió la creación de más espacios de proyección, y el empresario Arnaldo Reátegui fue clave en la compra de maquinaria para montar un cine en Iquitos en 1905. En paralelo, las películas sobre la guerra entre Colombia y Perú, así como los avances en infraestructura como el ferrocarril central, fueron temas recurrentes de los primeros documentales amazónicos.
Uno de los aspectos más interesantes del cine amazónico fueron los trabajos realizados por las órdenes religiosas. Misioneros dominicos y franciscanos utilizaron el cine para documentar su labor en la selva, creando rollos catequésicos que se hicieron populares en la primera mitad del siglo XX. También los nazis, mediante el proyecto Guyana, filmaron la Amazonía para luego presentarla en documentales.
Figuras como Julio César Arana jugaron un papel crucial. Arana, conocido por su explotación del caucho, contrató al cineasta Silvino Santos para documentar la Amazonía en 1913. Este trabajo culminó con la película Los indios witoto del río Putumayo, que se estrenó en 1916. A pesar de los desafíos, como la pérdida de material cinematográfico en un naufragio, Arana y Santos continuaron su trabajo, produciendo importantes documentales de la región.
A lo largo de los años, muchos cineastas contribuyeron al desarrollo del cine amazónico. Antonio Wong Rengifo, considerado el padre del cine en la Amazonía peruana, produjo documentales como Revista Loretana y Bajo el sol de Loreto en la década de 1930. Sus trabajos no solo documentaron la vida en la región, sino que también introdujeron innovaciones técnicas como el uso de acuarelas sobre metraje de película, dándole color a las imágenes.
El cine amazónico sigue siendo un reflejo de la región. Desde los primeros días hasta la actualidad, las producciones cinematográficas han sido testigos de una evolución que no solo captura la belleza de la Amazonía, sino también sus complejidades.
Qué gran poeta Enrique Lihn. Un poeta urgente, más que digamos Montalbetti o Parra, por citar dos polos aparentemente opuestos. Centrándonos más en Chile: saquemos a Neruda del panorama y nos quedamos con Gonzalo Rojas, Jorge Teillier, Huidobro, Rosamel del Valle, Mistral y Pablo de Rokha. En ese nivel de furia, Lihn brilla a la cabeza. Abajo del rey Neruda, el príncipe Lihn. Entre los excesos del creacionismo, las peroratas de la antipoesía, el misticismo tercermundista, la poesía de los cimarrones y de la vorágine verbal, nada mejor que un buen trago de lucidez lihniana.
Por ejemplo, en La musiquilla de las pobres esferas.
Este es un tratado de lo mejor del autor: un poco de apatía, otra tajadita de triste realidad embadurnando la lírica y mucho de diálogo con otros autores: “(…) sin proponérmelo —afirma— he terminado por hacer poesía contra la poesía; una poesía como dijera Huidobro, “escéptica de sí misma”. Esa duda total, hace del poemario un surtido manifiesto musical del desasosiego, la herida, las falsedades de la retórica de la poesía plenamente “social” (lean el poema dedicado a Roque Daltón). Por encima de todas las cantatas, la escritura como un motor vital: Porque escribí no estuve en casa del verdugo / ni me dejé de llevar por el amor a Dios/ ni acepté que los hombres fueran dioses/ ni me hice desear como escribiente/ (…) Pero escribí y me muero por mi cuenta,/ porque escribí porque escribí estoy vivo”.
Si para los antiguos la música de las esferas era aquella dimensión metafísica donde se podía sentir lo místico, es decir, el movimiento de los astros, la música órfica del universo, Lihn entiende su poesía como una sonata menor: una musiquilla, es decir, una música de barro, de humano hastío. Sin embargo, este desarraigo de lo divino, no conduce al poeta a la poesía exteriorista, sino que permite una deconstrucción desde los interiores de la voz poética: el autor poetiza fuera de los registros arquetípicos, grandilocuentes, retóricos del verso: “en la profundidad de la ignorancia/suena una musiquilla verdadera” Y es verdad, ahí está Lihn, solo, oyendo el abismo.
El enfrentamiento entre el legislador José Luna Gálvez y el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, ha trascendido una simple disputa política para convertirse en un revelador ajuste de cuentas que expone la hipocresía y las falsedades de un discurso público cuidadosamente construido. La denuncia de Pepe Luna, lejos de ser una simple acusación, se presenta como una fiscalización exhaustiva y estratégicamente ejecutada que desmonta la fachada de lucha anticorrupción que López Aliaga ha intentado proyectar.
La contundencia de la acusación de Luna reside en la presentación del Acta N.º 026 de 2009, una prueba irrefutable del apoyo de López Aliaga a la concesión de peajes a la empresa brasileña OAS. Esta evidencia contradice frontalmente el discurso actual del alcalde, quien se presenta como un férreo opositor a estos contratos, calificándolos de corruptos. La admisión de López Aliaga, aunque sorprendente en su franqueza, no hace sino confirmar la gravedad de la situación: no solo apoyó la concesión de peajes a OAS, sino que lo hizo consciente de las implicaciones y, según sus propias palabras, considerando la propuesta «interesante» Esta declaración, lejos de ser una justificación, se convierte en una confesión de su participación en un sistema que él mismo ahora critica.
La estrategia de Luna no se limita a la simple presentación de evidencia. Se trata de una operación de fiscalización que revela un patrón de mentiras y contradicciones en el discurso de López Aliaga, demostrando su falta de compromiso con la lucha contra la corrupción que tanto pregona. Luna, actuando como un astuto estratega político, ha logrado desentrañar la farsa, exponiendo la hipocresía de un político que se aprovecha de la indignación ciudadana para impulsar su propia agenda, mientras su pasado demuestra una complicidad activa con las prácticas corruptas que denuncia. La denuncia no solo expone la participación de López Aliaga en la concesión de peajes a OAS, sino que cuestiona la legitimidad de su discurso público y su compromiso con la transparencia en la gestión pública. Su papel como fiscalizador se refuerza al destapar las mentiras de un político que se ha beneficiado del sistema que ahora pretende combatir. Este enfrentamiento no es solo una batalla política, sino una lucha por la verdad y la transparencia en la gestión pública peruana.
Repercusiones
Las repercusiones políticas de la controversia entre José Luna Gálvez y Rafael López Aliaga podrían ser significativas, especialmente considerando la cercanía de futuras elecciones y el impacto de la opinión pública. La admisión de López Aliaga sobre su apoyo a la concesión de peajes a OAS en 2009 podría afectar su imagen y credibilidad, erosionando la confianza de sus electores. Para Luna, esta confrontación podría representar un impulso a su carrera política, posicionándolo como un fiscalizador activo de la corrupción. Sin embargo, también existe el riesgo de que la controversia se polarice aún más, beneficiando a otros actores políticos. El caso podría reabrir el debate sobre la gestión de los peajes en Lima y las concesiones a empresas internacionales, generando un clima de incertidumbre y cuestionamiento hacia las autoridades.
Un ejemplo concreto de repercusión política podría ser la disminución en los niveles de aprobación de López Aliaga en las encuestas de opinión pública. Si la controversia genera una percepción generalizada de falta de transparencia o inconsistencia en su gestión, podría traducirse en una pérdida de apoyo electoral, afectando sus posibilidades en futuras contiendas electorales. Esta disminución en la popularidad podría abrir espacio para que otros candidatos o partidos políticos aprovechen la situación y ganen terreno en el electorado. Lo cierto es que Pepe Luna dio en el blanco, esto tiene para rato.