Al momento de elegir un teléfono, uno de los factores más importantes a considerar es la relación calidad-precio. En un mercado con una amplia variedad de opciones, encontrar un dispositivo que ofrezca un buen rendimiento sin sobrepasar tu presupuesto puede ser todo un desafío.

Existen teléfonos en distintas gamas, pero la clave está en identificar aquellos que te brinden lo mejor en calidad y características a un precio razonable. Para lograr esto, es esencial evaluar varios aspectos clave del teléfono, como el rendimiento, la duración de la batería, la calidad de la cámara y la experiencia de usuario.

Un teléfono con buena relación calidad-precio no solo debe ser eficiente en su funcionamiento, sino también ofrecer características que mejoren la experiencia en el día a día. A menudo, los modelos de gama media logran este equilibrio, ofreciendo especificaciones bastante completas sin los precios elevados de los dispositivos de gama alta.

En este artículo, te daremos algunos consejos sobre cómo elegir un teléfono como el Samsung A34 o Xiaomi 13 que se ajuste a tus necesidades sin sacrificar calidad. Veremos qué características evaluar para obtener el mejor valor por tu dinero.

¿Qué considerar al elegir un teléfono con buena relación calidad-precio?

Al buscar un dispositivo que ofrezca un buen balance entre costo y funcionalidad, hay varios elementos esenciales que no puedes pasar por alto. Evaluar aspectos como el rendimiento del procesador, la calidad de la cámara, la duración de la batería y el soporte de software son factores decisivos a la hora de elegir el mejor teléfono para tu presupuesto.

Evaluar el rendimiento del procesador

El procesador es uno de los componentes más importantes cuando se trata de rendimiento general. Asegúrate de que el teléfono tenga un procesador capaz de ejecutar tus aplicaciones y juegos favoritos sin lentitud.

En el caso del Samsung A71, su procesador Snapdragon 730 lo convierte en una excelente opción para quienes buscan una experiencia fluida a un precio razonable. Sin embargo, otros modelos como el Realme 7 Pro y el Xiaomi Mi 11 Lite también presentan opciones competitivas en este rango de precios.

Durabilidad de la batería

La duración de la batería es otro aspecto fundamental al elegir un dispositivo. Si pasas mucho tiempo fuera de casa o usas el teléfono para tareas exigentes, como ver videos o jugar, necesitarás un dispositivo con una batería que te ofrezca al menos un día completo de uso.

El Samsung A71 tiene una batería de 4500 mAh, lo que es suficiente para mantenerte conectado durante todo el día. Otros modelos, como el Moto G Power 2021 y el Xiaomi Redmi Note 10, también ofrecen una excelente duración de batería.

Calidad de la cámara

Para muchos, la cámara es una de las características esenciales al elegir un teléfono. Es importante que el teléfono tenga una buena cámara que capture imágenes nítidas, incluso en condiciones de baja luz.

El Samsung A71 cuenta con una cámara cuádruple de 64 MP, que ofrece una gran calidad de imagen en comparación con otros modelos de gama media. Sin embargo, marcas como Realme y Xiaomi también han destacado por ofrecer cámaras competitivas, como el Realme 8 Pro con una cámara de 108 MP.

Actualizaciones de software

La actualización de software es vital para mantener tu teléfono funcionando correctamente durante más tiempo. Un teléfono que recibe actualizaciones regulares se mantendrá seguro y con las últimas características disponibles.

Los teléfonos de marcas como Samsung, Xiaomi y Realme tienden a ofrecer un buen soporte en cuanto a actualizaciones. El Samsung A71, por ejemplo, recibe actualizaciones periódicas de One UI, lo que garantiza que siempre tenga las últimas mejoras.

¿Cómo encontrar el mejor valor por tu dinero?

Encontrar el mejor valor por tu dinero implica mucho más que simplemente buscar el precio más bajo. Debes evaluar qué tan bien un teléfono se adapta a tus necesidades específicas, como el rendimiento, la duración de la batería y la calidad de la cámara, y asegurarte de que el precio sea justificado por las características que ofrece.

Comparar características y precios

Es importante que compares no solo el precio de los teléfonos, sino también las características que ofrecen. En el caso del Samsung A71, aunque puede ser un poco más caro que otras opciones en el mercado, su excelente cámara, procesador y pantalla AMOLED justifican su precio.

Modelos como el Xiaomi Mi 10 Lite y el Realme X50 ofrecen especificaciones similares, pero a veces por menos dinero, lo que podría hacerlos opciones atractivas dependiendo de tus prioridades.

Verifica la disponibilidad de accesorios y servicio postventa

Un factor a tener en cuenta cuando compras un teléfono es la disponibilidad de accesorios y la calidad del servicio postventa. Asegúrate de que puedas encontrar fácilmente fundas, cargadores y otros accesorios que se adapten a tu dispositivo.

Además, verifica que la marca ofrezca un buen soporte técnico en tu región, como ocurre con marcas como Samsung, que tiene una extensa red de centros de servicio en Perú.

Considera la longevidad del dispositivo

Otro aspecto fundamental para encontrar el mejor valor por tu dinero es la longevidad del dispositivo. Los teléfonos que reciben actualizaciones de software frecuentes y tienen un diseño robusto pueden durar más tiempo sin volverse obsoletos.

El Samsung A71, por ejemplo, es un modelo que se espera que reciba actualizaciones durante varios años, lo que lo convierte en una opción que se mantendrá competitivo por más tiempo en comparación con otros teléfonos que podrían dejar de recibir soporte antes.

Evalúa las opciones de financiamiento o descuentos

En ocasiones, encontrar un buen valor no significa solo obtener un precio más bajo, sino aprovechar descuentos, ofertas especiales o opciones de financiamiento. Muchas marcas, como Samsung o Xiaomi, ofrecen planes de pago mensual o descuentos por tiempo limitado, lo que te permite adquirir un teléfono de gama media o alta a un costo accesible sin comprometer el rendimiento.

Además, verifica si las tiendas locales ofrecen promociones o beneficios adicionales como garantías extendidas o seguros para tu dispositivo.

Invierte de la manera más conveniente y toma la mejor decisión

Elegir un teléfono con buena relación calidad-precio es fundamental para maximizar tu inversión, especialmente cuando se trata de dispositivos de gama media. Factores como el rendimiento del procesador, la duración de la batería y la calidad de la cámara son cruciales para garantizar una experiencia satisfactoria.

Además, el soporte continuo de software y las actualizaciones periódicas también juegan un papel importante en la longevidad del dispositivo. Teléfonos como el Samsung A71, Xiaomi Mi 11 Lite y Realme 7 Pro destacan en estos aspectos, ofreciendo un rendimiento sólido, cámaras de calidad y baterías duraderas a precios razonables para el mercado peruano.

Al evaluar qué teléfono elegir, es importante hacer una comparación exhaustiva de los aspectos clave como la pantalla, la capacidad de almacenamiento, las funcionalidades adicionales y, por supuesto, el soporte postventa.

Si bien algunos dispositivos pueden ser ligeramente más caros, modelos como el Samsung A71 brindan un excelente equilibrio entre especificaciones y durabilidad, lo que justifica su precio.

Al tomar una decisión informada, considerando las necesidades personales y comparando los aspectos técnicos, será posible obtener un dispositivo con excelente valor, que te proporcione la mejor experiencia sin comprometer tu presupuesto.

La inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados, pero, como siempre, Latinoamérica ha sido relegada al papel de consumidora y no de creadora. Los modelos de lenguaje más avanzados han sido diseñados con un enfoque anglosajón, dejando fuera de la ecuación nuestra riqueza lingüística, modismos y contexto cultural. Ahora aparece Latam-GPT, una IA que busca cambiar esto y darle a la región una voz propia en la revolución tecnológica.

Latam-GPT no es solo otro modelo de IA, es una inteligencia artificial diseñada desde su origen para comprender la diversidad del español latinoamericano. No más respuestas forzadas ni traducciones mal hechas. Esta IA entiende lo que significa “chamba” en Perú, “fierro” en Argentina o “chido” en México.

Es una iniciativa impulsada por un grupo de investigadores y expertos en inteligencia artificial de América Latina, con alianzas en países como Argentina, México, Colombia y Perú. Utiliza una infraestructura avanzada para procesar grandes volúmenes de datos y planea alcanzar los 50 mil millones de parámetros en 2025, asegurando mayor precisión en sus respuestas. Además, cuenta con herramientas como ChatArena Latino, donde los usuarios pueden interactuar con el modelo y evaluar su precisión, ayudando a mejorar su desarrollo.

El objetivo es claro: crear un modelo que realmente represente a la región y que pueda ser utilizado en áreas clave como la educación, la atención al cliente, el periodismo y, sobre todo, los servicios públicos. Y ahí es donde el Perú debe prestar atención.

Si hay algo en lo que el Perú necesita ayuda, es en la eficiencia del sector público. No se trata de reemplazar a los trabajadores del Estado, sino de agilizar procesos y evitar el clásico “vuelva mañana”. Países más desarrollados ya están incorporando IA en sus instituciones, ¿por qué el Perú tiene que seguir funcionando como si estuviéramos en los años 90?

Claro, el gran problema siempre es el mismo: las trabas burocráticas y la falta de visión de nuestras autoridades. Implementar la Inteligencia Artificial en el sector público requiere inversión, pero también decisión política. Si seguimos esperando, otros países tomarán la delantera y nosotros seguiremos haciendo trámites en ventanillas.

WhatsApp nos ha vendido por años el cuento de la privacidad absoluta con su famoso cifrado de extremo a extremo. Según ellos, nadie puede leer tus mensajes, ni siquiera la empresa. Pero la realidad es mucho más compleja. ¿Realmente es imposible que te espíen? No tanto. Es cierto que WhatsApp cifra los mensajes para que no puedan ser interceptados en tránsito. Pero eso no significa que seas intocable. Existen varios puntos débiles que pueden comprometer tu privacidad.

Para empezar, las copias de seguridad en Google Drive o iCloud no están cifradas de extremo a extremo, lo que significa que, si alguien accede a tu cuenta en la nube, puede recuperar todo tu historial de chats. ¿Y qué pasa si alguien tiene acceso a tu celular? Con WhatsApp Web o un clon de la aplicación, cualquier curioso con acceso a tu teléfono por unos minutos puede redirigir tus conversaciones sin que lo notes.

Otro riesgo es el malware y la ingeniería social. No se necesita un ataque sofisticado cuando las víctimas caen solitas. Un enlace malicioso o una aplicación falsa instalada en el celular pueden exponer tu información sin que siquiera te des cuenta.

Pero el mayor peligro no está en la tecnología, sino en la credulidad. La Av. Wilson en el Centro de Lima es un hervidero de estafadores que prometen hackear WhatsApp a cualquiera. Basta con caminar por ahí para encontrar tipos que ofrecen “recuperar” conversaciones eliminadas, espiar a tu pareja o hasta hackear la cuenta de un político. Sí, así de ridículo suena.

El truco es siempre el mismo: te venden un software milagroso (que no hace nada), te entregan conversaciones falsas escritas en un documento para que creas que estás espiando a alguien o, peor aún, te instalan un virus que termina robando tus propios datos. Al final, el hackeado eres tú.

Lamentablemente, aunque la mayoría de estos estafadores solo buscan sacarte dinero, existen antecedentes de espionaje ilegal, como el caso de Argentina en la campaña electoral del 2023. Porque, siempre hay una llave que abre cualquier puerta, solo que no está al alcance del primer tramitador de Wilson que te cruces.

(Columna publicada en Diario UNO)

La computadora que usted tiene en casa, el dispositivo móvil con el que lee esta nota, el ventilador que le calma el sofocante calor, el aire acondicionado de su centro de trabajo, el moderno televisor de 80 pulgadas que se compró recientemente para ver sus series y películas favoritas. Casi el 90 % de la humanidad depende de energía eléctrica para sus quehaceres diarias.

Si sumamos a todo eso la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestras vidas, la misma que requiere de una altísima demanda de energía, tenemos como resultado aterrador que en un futuro no tan lejano el planeta pueda sufrir un “apagón mundial” debido a la alta demanda.

Y es que la especie humana se ha acostumbrado a obtener objetos cada vez más modernos sin cuestionarse cómo así se consiguió su realización y lo que amerita que se encuentre funcionando, relegando tal vez a otros poblados que realmente necesitan de electricidad para subsistir solo para que el nuevo millonario vea cómo puede volar su nuevo auto volador o la rapidez en que responde su programa que trabaja con IA.

A propósito de ello, el fundador de Testa y propietario de X, Elon Musk, alertó sobre un posible colapso energético global debido a una crisis sin precedentes en el suministro de electricidad. Durante el evento Bosch Connected World, explicó que la demanda de tecnología está aumentando de manera acelerada y que las infraestructuras actuales no están preparadas para soportar este crecimiento.

Musk señaló que el consumo energético está experimentando un crecimiento exponencial, en gran parte debido al avance de la IA. Explicó que la demanda de este tipo de tecnología se multiplica por diez cada seis meses, lo que genera una presión sin precedentes sobre la red eléctrica global.

Según el empresario, este fenómeno podría derivar en una “sequía eléctrica”, un término que utilizó para describir una situación en la que la oferta de energía no alcanza a cubrir el consumo necesario para mantener las actividades diarias de la sociedad y la industria.

La advertencia de Musk no solo apunta a la posibilidad de cortes masivos de electricidad, sino también a un impacto directo sobre el desarrollo tecnológico. El empresario explicó que, si no se encuentra una solución, la crisis energética podría ralentizar o incluso detener el progreso de la Inteligencia Artificial y otros avances científicos.

Además, indicó que la falta de energía podría afectar el funcionamiento de infraestructuras esenciales como hospitales, sistemas de comunicación y transporte. Mencionó que una crisis de esta magnitud no solo tendría consecuencias económicas, sino que podría comprometer la seguridad y el bienestar de la población.

La inteligencia artificial está revolucionando todo, y el periodismo no es la excepción. Pero, ¿qué pasaría si en lugar de ayudar a redactar notas, la IA se dedicara a fiscalizar a los periodistas mismos? Imaginen un algoritmo que analice todos sus artículos, columnas y entrevistas a lo largo del tiempo para ver si mantienen coherencia o si cambian de discurso según quién les paga o quién está en el poder. Se acabaron los cambios de camiseta impunes.

Porque, seamos honestos, el periodismo está lleno de “evolucionados”, esos que un día defendían el libre mercado y al siguiente se volvieron estatistas porque el poder de turno les cayó en gracia. Los vimos aplaudir a Pedro Castillo y ahora están de acuerdo con su condena inminente, como si nunca hubieran cerrado filas en su defensa. O los que se desvivían por Vizcarra, justificando cada uno de sus decretos y ataques al Congreso, y hoy posan como su más férrea oposición, como si nunca hubieran sido parte del aparato que lo sostuvo. O mejor aún, los videos y declaraciones que alguna vez pasaron desapercibidos resurgen con una búsqueda automatizada. ¡Adiós al olvido selectivo!

La IA podría dejar en evidencia a todos estos personajes, rastreando su historial y exponiendo cómo sus opiniones fluctúan según la dirección del viento político o económico. No se trata de evolución ideológica basada en hechos, sino de un oportunismo descarado que la tecnología ya no dejará en la sombra.

Esto plantea un debate serio. La credibilidad de un periodista se basa en su coherencia, y una IA podría demostrar, con datos, quién informa con integridad y quién acomoda su opinión según sople el viento. Son datos no opiniones. Sin embargo, cambiar de opinión no siempre es malo, si se hace basado en información nueva y no por conveniencia política o económica.

En tiempos donde muchos “fiscalizadores” pierden la brújula según la pauta publicitaria, la IA podría ser el espejo implacable que revele quiénes informan con principios y quiénes se venden al mejor postor. Porque al final, si los periodistas fiscalizan a todos, ¿por qué ellos no pueden ser fiscalizados?

(Columna publicada en Diario UNO)

Los mercados internacionales están muy inestables. Vimos la burbuja “puntocom” en los 2000, la de las criptos en 2017 y ahora nos quieren vender la inteligencia artificial como si ya estuviéramos en un futuro dominado por robots y automatización total. Pero, ¿y si todo esto es solo una moda inflada que necesita aún mucho más tiempo para madurar?

Veamos NVIDIA, el gigante de los chips que parecía intocable. Sus acciones subieron 239% en 2023, convirtiéndola en la tercera empresa más valiosa del mundo. Pero en febrero, en solo dos días, perdió $200,000 millones en valor de mercado. ¿Por qué? Porque la IA, aunque con potencial, todavía no está generando los retornos económicos esperados que justifican tanto optimismo.

Otro caso: DeepSeek, la startup china que prometía destronar a OpenAI. No duró ni un mes. En pocas semanas, su modelo fue recibido con menos entusiasmo del esperado. No es que la IA no tenga futuro, pero las expectativas han despegado mucho antes de que la tecnología esté realmente lista.

Y en Perú, ¿qué ocurre? Lo mismo, pero a otro ritmo. Se habla mucho de IA, hay cursos, capacitaciones y un creciente interés por el tema. Sin embargo, falta algo clave: infraestructura. Aquí no podemos hablar de una revolución tecnológica cuando ni siquiera tenemos una red de internet y telefonía decente. Las empresas peruanas quieren automatización, pero los cortes de luz, la falta de fibra óptica en provincias y las conexiones lentas siguen siendo un problema diario. Es decir, podemos aprender IA, pero sin infraestructura adecuada para ejecutarla, todo queda en teoría.

No hay duda de que la IA será clave en el futuro, pero su adopción en el Perú debe ir de la mano con inversión en tecnología, centros de datos y una red digital sólida. Si no, corremos el riesgo de inflar una burbuja más, creyendo que estamos en la cúspide de la innovación cuando en realidad ni siquiera tenemos cimientos sólidos para sostenerla.

Es como construir un aeropuerto moderno sin carreteras ni transporte público que lo conecte: un esfuerzo enorme que se desperdicia por falta de infraestructura. La IA puede ser una gran oportunidad para el Perú, pero sin bases sólidas, solo será otro proyecto grandilocuente que no despega.

Es un secreto a voces en el mundo del software: hay programas tan populares que prácticamente nadie paga por ellos. WinRAR es quizás el caso más emblemático, con su eterno aviso de «prueba gratuita caducada» que los usuarios simplemente ignoran. Pero no es el único. Microsoft Office, Windows, Photoshop y otros programas comparten el mismo destino: son esenciales para millones de personas, pero pocos adquieren una licencia legal.

El caso de WinRAR es particularmente llamativo. A pesar de ser una herramienta esencial para la compresión y descompresión de archivos, la mayoría de los usuarios nunca han pagado por una licencia. La empresa detrás de la aplicación parece haber aceptado esta realidad y, en lugar de insistir en la venta de licencias, ha optado por diversificar su negocio. Ahora, sorprendentemente, WinRAR vende merchandising oficial como bolsos y chaquetas, aprovechando su estatus de software legendario.

Pero WinRAR no está solo en esta situación. Microsoft Office y Windows han sido pirateados desde sus primeras versiones, con activadores ilegales y cracks que permiten a los usuarios evitar pagar. Aunque Microsoft ha implementado sistemas de activación más estrictos y ha empujado a los usuarios hacia el modelo de suscripción con Office 365 y Windows 11, sigue siendo común encontrar copias sin licencia.

Otro gigante del software afectado por esta tendencia es Adobe Photoshop. Durante años, su modelo de venta única incentivó la piratería. Con el paso a Adobe Creative Cloud, la empresa ha tratado de reducir esta práctica, pero muchos usuarios aún encuentran formas de evitar pagar.

Otras aplicaciones en la misma situación incluyen AutoCAD, ampliamente usado en ingeniería y arquitectura. También los softwares de edición de video como Sony Vegas y Camtasia. En el mundo de la música, herramientas como FL Studio son pirateados con frecuencia debido a sus altos costos.

Las empresas han intentado diversas estrategias para combatir este problema: pasar a modelos de suscripción, exigir conexión a internet constante para verificar licencias o, en el caso de WinRAR, aceptar la realidad y buscar ingresos por otros medios. La piratería sigue siendo un tema polémico, pero lo cierto es que algunos de los programas más utilizados en el mundo son también los menos pagados.

En la década de los 2000, Perú contaba con dos empresas dedicadas al desarrollo de software antivirus: Hacksoft, creadora de The Hacker Antivirus, y Per Systems, responsable de PER Antivirus. Ambas lograron reconocimiento dentro y fuera del país, ofreciendo soluciones de seguridad informática con tecnología innovadora y un fuerte enfoque en la protección de datos. Sin embargo, con el tiempo, ambas desaparecieron del mercado.

Hacksoft y su producto estrella, The Hacker Antivirus, se posicionó como un referente en seguridad informática, reconocido por su eficiencia y rapidez. Su compromiso con la investigación y el desarrollo de soluciones avanzadas le valió premios nacionales e internacionales, consolidándose como una opción confiable para entidades gubernamentales, empresas y usuarios individuales. Su eslogan, «Contra Todo Riesgo», reflejaba su enfoque en la protección total de la información. La empresa cesó sus operaciones oficialmente el 19 de febrero de 2016.

Por otro lado, PER Antivirus fue una creación de Per Systems S.A., cuya baja de oficio se registró el 31 de enero de 2014. El software, desarrollado por el talentoso ingeniero Jorge Machado La Torre, se destacó por su eficiencia y bajo consumo de recursos, convirtiéndose en una alternativa viable para la protección informática en el país. En 2002, fue galardonado con el Premio Creatividad a la Pequeña Empresa y Microempresa, en reconocimiento a su innovación y aporte a la ciberseguridad nacional. El fallecimiento de su creador en 2009 marcó el inicio de su declive, y aunque hubo rumores sobre su relanzamiento, nunca se concretaron.

Una de las causas de la desaparición de estos antivirus radicó en la dificultad para competir con gigantes de la industria como Kaspersky y McAfee. Sin embargo, es un recordatorio de la capacidad del talento peruano para desarrollar tecnología, fomentar la innovación y la creación de nuevas herramientas de seguridad digital.

La industria de la ciberseguridad sigue dominada por soluciones extranjeras, lo que impone una dependencia tecnológica y económica. Invertir en investigación y desarrollo en esta área permitiría a Perú recuperar el liderazgo perdido en seguridad digital y contribuir a la protección global de la información.