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CUENTO: EL JUEGO DE LAS BUENAS INTENCIONES

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El tren salió con quince minutos de retraso. Los pasajeros aún se estaban instalando en sus respectivos compartimentos cuando apareció el revisor para hacer las comprobaciones pertinentes. Los hermanos Núñez se situaron uno frente al otro, junto a la ventana, posición de privilegio si no tenías en cuenta el aire caliente o frío que procedía de la rejilla. Curtidos en estos trayectos nocturnos, llevaban abundante acopio de líquidos para evitar llegar a casa con la garganta seca y la lengua estropajosa.

Una vez cada tres meses hacían aquel viaje infernal, más de seis horas sentados en unos asientos completamente rígidos, con las piernas encogidas e intentando evitar que la gorda del medio les aplastara durante el sueño o morir asfixiados por la costumbre de algunos de quitarse los zapatos para ponerse cómodos. Ese olor áspero y agrio les adormecía las fosas nasales y casi era preferible que fueran compartimentos para fumadores y un amable acompañante fumara a intervalos de diez minutos, dando unas cumplidas chupadas a sus cigarrillos negros malolientes. Aunque eso obligara a ventilar de vez en cuando para evitar que los demás se ahogaran.

 

Los pasajeros que serían sus compañeros de fatigas aquella noche eran peculiares. El primero en entrar fue un hombre de unos cincuenta años, estatura media, cuerpo indefinido y cabeza sobresaliente, tras él una mujer que rondaría los 70, formato tanque, con el pelo muy corto y pegajoso, los ojos muy abiertos y una sonrisa generosa. Cinco minutos después apareció una mujer algo más joven que la anterior, ojos opacos y gesto serio, que seguía de cerca de un tipo de pueblo de piernas interminables y chapas marcadas. Las últimas en llegar fueron una chica ausente que se deshacía en gestos amables hacia la mujer que la acompañaba, una anciana estirada y reseca, con ojos de hiena, que observaba a la chica con desprecio.

 

Pablo, el más arrogante de los hermanos, se concentraba en su lectura sin prestarles atención. Odiaba viajar en segunda. Él prefería el coche-cama, aunque su padre era muy claro respecto a esos lujos: Hay que aprender a mezclarse con la plebe. Él podía entender esa idea, pero pasarse casi siete horas impregnado de olores desagradables como el que rezumaban las viejas o los tipos de campo era superior a sus fuerzas. Para su fino olfato aquellos aromas eran una agresión, le producían nauseas. Estudiaba medicina y no tenía intención de tratar con la gente vulgar, no soportaba sus estupideces, sus miedos, sus frustraciones. Él iba a ser cirujano, le parecía la opción más adecuada dadas sus habilidades. Sólo le quedaban un par de años de viajes frustrantes, después BMV y a mantener a la chusma a distancia.

 

Irene no aprende. Cualquiera le dice que parece una zorra con esos vaqueros ajustados. Luego se quejará de que el depravado que tengo al lado babee mientras la mira o de que el otro, el joven, le haga semejante radiografía. Tanta pierna le va a dar problemas. Menos mal que esta vez no hay soldados. Qué viaje me dieron en septiembre. Y esa manía de confraternizar con cualquiera. Dos palabras y se aburre con facilidad. Luego le toca aguantarles.

 

Irene era curiosa por naturaleza y saludó a todos conforme iban entrando. Se ofreció a ayudar a la señora que viajaba sola  a colocar su equipaje en la parte superior. Ella era muy alta y ágil y con un par de movimientos consiguió incrustar aquella bolsa negra y beligerante entre su maleta, la mochila cuadrada de tamaño mediano de la chica y la maleta roja de su acompañante. Por la forma en que la señora le dio las gracias descubrió que era extranjera y no tenía paciencia para hacerse entender. Escudriñó al resto de los pasajeros una vez más y no encontró nada de su interés. Esta vez si iba a dormir. Su hermano se pasaba leyendo la mitad del tiempo y la otra roncando. Tan guapo, tan inteligente y tan arisco. Ella no leía por principios, siempre encontraba cosas más fascinantes que hacer. Su cita en la manicura era el martes a primera hora, habían traído a una chica nueva, china para más señas, que preparaba unas uñas de porcelana muy elegantes y recordaba haber visto un vestido perfecto para nochevieja en el Vogue. Menos mal que en navidades no paraba en casa. Así se ahorraba el discurso de la responsabilidad.

 

La chica del fondo es un desastre. No podía vestirse peor y ese pelo liso tapándole media cara hace que tenga pinta de chucho. No me extraña que ni la miren. Estos babosos solo me miran a mí. Ya me están cansando. Sacaré alguna de las revistas que tengo en el bolso, si hago como que leo el tipejo ese raro no intentará hablar conmigo. Dios si hasta sonríe. Como esta señora siga expandiéndose no voy a poder respirar.

 

II

A Carlota le tocó en suerte lidiar con las piernas del tipo de pueblo y tardó unos minutos en encontrar la postura adecuada. Era incapaz de mirarle de frente. Esos ojos oscuros y redondos, con el blanco reluciente, le daban pavor. La gente la asustaba. Había estado demasiado tiempo encerrada en aquella casa con la única compañía de su tía, Doña Carmen como le hacía llamarla -con demencia senil la pobre-, y del chico del piso de arriba, Francisco. A él le conoció una noche, le vio asomado a la ventana de su cuarto y estuvo observándole unos minutos hasta que él se dio cuenta y sonrió. A la mañana siguiente decidió mandarle la primera carta, se acercó sigilosa hasta la puerta, anotó el piso y esa misma tarde escribió unas líneas en un trozo de papel, las metió en un sobre y lo echó al correo. Fue una sorpresa que le contestara y desde entonces siguieron escribiéndose. Tenía  a alguien con quien hablar. Las cartas eran lentas pero le gustaba recibirlas.

Todos los días las buscaba en el buzón y esperaba a llegar a casa para abrirlas, sola en su cuarto. A él le contaba como su tía se había olvidado completamente de ella, como la confundía con la hija de una vecina o con la chica de la limpieza y la mandaba a dormir a casa. Ella fingía irse, daba un paseo  más o menos largo, dependiendo de lo inquietante de la sugerencia, y luego volvía, abría con sus llaves y se metía en su cuarto como si nada. Día a día su tía desconfiaba más y más de ella, le pedía explicaciones y ya no sabía qué responder.

Doña carmen sólo olvidaba personas, detalles, aunque recordaba muy bien su infancia y escribía un diario. Lo mantenía escondido dentro de uno de los cajones de su magnifico armario centenario que tras la puerta tenía un enorme espejo de cuerpo entero en el que a Carlota le fascinaba mirarse. Se imaginaba a su tía desfilando ante él con los vestidos que había visto en las fotos. Era una mujer muy guapa. Siempre melancólica y reservada. Había tenido muchos pretendientes y los rechazó a todos. Acabó casándose con el médico de la familia, un hombre veinte años mayor que ella. No tuvo hijos y se quedó viuda pronto. Desde entonces vivía sola, no recibía visitas ni se prodigaba por casa ajena, hasta que le diagnosticaron la demencia y Carlota llegó a esa casa. Delante de aquel espejo, se veía tan diferente a su tía. Su pelo negro largo, liso y brillante caía sin ánimo sobre su rostro. Era muy pálida, ojos pequeños y gallinescos y unas ojeras negras y profundas que formaban parte de su cara como una cicatriz imborrable.

Su corta estatura y su voz grave y metálica la avergonzaban. Quiso ser bailarina –Eres demasiado bajita-le dijeron. Quiso ser actriz –Tienes una voz muy desagradable- le dijeron, así que desde entonces hablaba poco. Con su tía no necesitaba hablar, cumplía su cometido con eficacia sin decir una palabra. Cuando el vecino de arriba quiso conocerla se asustó. Siguió respondiéndole a las cartas y leía para él delante de la ventana, por las noches, como le había pedido. Aunque tomó la decisión de irse. Su tía no iba a notar su ausencia, así que compró una mochila, la llenó de libros y dejó que creyera que era la asistenta. Se despidió al terminar la jornada y se fue. Nadie iría a buscarla, nadie sabría donde estaba. Había desaparecido de verdad. Poco a poco era muy triste. No sabía adonde ir y se arrepintió al alejarse demasiado. Aquel día al llegar, como si su tía hubiera recuperado la memoria por un instante, la propuso hacer un viaje largo y esa misma noche se subieron al tren en dirección Granada.

 

Desde que me subí al tren tengo la sensación de que mi tía ha tramado un plan. Creo que este viaje lo ha preparado para dejarme abandonada a la primera oportunidad. Parece que está esperando a llegar a Granada para escabullirse, para perderse por las calles de esa ciudad que no conozco. Es lo bastante retorcida para hacerlo. Lo malo es que si lo hace me tocará buscarla porque como se le olvide qué hace aquí va a tener un ataque de pánico. Me mira de una forma diferente, da miedo. El chico rubio de la ventana tiene unos ojos preciosos y una cara perfecta. Viste tan bien además. Me recuerda a un actor de cine.

 

III

Doña Carmen observaba a aquella extraña que tenía cuarto propio en su casa, que le cogía los libros de la biblioteca, que se colaba en su habitación para registrar sus cosas. Una vagabunda que fingía ser su sobrina, la cara que veía cuando se despertaba asustada en mitad de la noche desde hacía años. Tenía pesadillas con Marina, su hermana muerta, veía en sus sueños aquel horrible accidente una y otra vez. La veía hundiéndose en el agua mientras ella miraba sin poder hacer nada porque nunca aprendió  nadar. Eran niñas bien y no hacían ese tipo de cosas. Su hermana se hundió poco a poco porque el vestido se hinchó y la mantuvo a flote unos instantes y de repente desapareció bajo el agua.

Solo quedaba el lazo verde esmeralda que llevaba en el pelo, flotaba como un alga marina, ancha y plana. Y ella se quedó observándolo callada. No gritó, no avisó a nadie, abrió la boca y fue incapaz de emitir sonido alguno. Su padre apareció de improviso frente a ella preguntando por Marina y ella señaló el lazo y empezó a llorar desconsolada. Él se lanzó al agua y poco después salió con el cuerpo inerte de su hermana entre los brazos. La tumbó sobre el embarcadero y dándole golpes en el pecho y besos intentaba que se moviera, pero no se movía. Cuando le soltaba la cabeza esta se caía hacia un lado y aquellos ojos abiertos, nublados, se clavaban en ella. Sólo estaban jugando, había sido un empujón, no tenía que haberse caído al agua, ella tropezó. Su padre gritaba desesperado y preguntaba una y otra vez qué había pasado -Tropezó papa, salió corriendo, tropezó y se cayó al agua- repetía ella. Marina no la iba a delatar. Cuando su padre  se llevó el cuerpo de su hermana ella se agachó a recoger el lazo, se lo había cogido sin permiso. Sólo lo quería recuperar. Sin embargo, desde ese día, cada noche volvía al embarcadero del abuelo y cuando la empujaba la que caía era ella. Notaba como sus pulmones se llenaban de agua, la presión era insoportable. Se despertaba sudando, tosiendo y muerta de frío. La extraña la limpiaba el sudor, la abrigaba y se quedaba a su lado leyendo en voz alta hasta que se calmaba y se volvía a dormir.

 

Este señor es repugnante, que descarado, como mira a la chica de la ventana, claro en esta ni se fija. Transpira como un cerdo y qué hace con las manos, tiene unos dedos tan feos, gruesos y blandengues, como esas salchichas a manchas de la carnicería. Que manera de agarrar el periódico. Dios sabe en que estará pensando.

 

-Doña Carmen ¿Quiere agua?-.

-No tengo sed-.

-¿Y algo de comer? He traído sándwiches de pollo y de atún-.

-¿El de atún lleva huevo?-.

-No. Se que le sienta mal-.

-Sin huevo no lo quiero-.

-Pero Doña Carmen tiene que comer algo. El viaje es muy largo-.

-No tengo hambre y déjame dormir que con lo incómodo que es este asiento me duelen todos los huesos-.

-Lo siento Doña Carmen-.

 

Doña carmen cerró los ojos para cortar la conversación. No soportaba hablar con ella. Esta chica se toma unas libertades. Decirme a mi lo que puedo y no puedo comer. Que voz tan desagradable tiene.

 

Carlota volvió a guardar en el bolso la comida y la bebida. Ella no comía nunca después de las doce.

Creo que jamás me ha llamado por mi nombre, ni siquiera cuando era niña y la iba a visitar con mis padres. No se ha olvidado de mí. No sabe quien soy.

 

IV

Federico no apartaba los ojos de la pelirroja, los de ella eran verdes y era una chica despampanante, de piernas largas, de esas que solo veía en las revistas del kiosko por el que pasaba cada mañana para ir a trabajar. Solía pararse a mirarlas y luego seguía su camino porque ese tipo de mujeres jamás le miraron a él. Ningún tipo le miró nunca. Esta vez la pelirroja le sonreía y él se atrevió a intentar una respuesta más directa. La chica apartó la vista y se concentró en la señora enorme que tenía al lado, sus brazos rebosaban de tal forma que la arrinconaban contra la ventana. Por lo visto su curiosidad por él quedó satisfecha muy rápido. Realmente él era un personaje anodino de esos que nadie ve, pasaba desapercibido con facilidad.

De niño fue un oyente contumaz de conversaciones ajenas, en la adolescencia descubrió el placer de espiar la correspondencia de otros a través de las cartas que su hermana le enviaba a aquel novio suyo que estaba haciendo la mili en Lugo. Demasiado insulsas para su gusto. Sin embargo, el hecho de abrir los sobres con cuidado, apropiarse de los pensamientos íntimos de ella y volver a cerrarlas sin delatar su intrusión, le suponía una satisfacción indescriptible. Ante propios y extraños era un chico diligente y amable que se ofrecía solicito a recorrer tres manzanas de distancia para depositar la carta en el buzón más cercano. Era empleado de correos desde los veinte años, una verdadera vocación. Acababa de cumplir los 50 y su adicción había ido en aumento. Tenía acceso a las sacas de reparto y desde su primera semana en aquella oficina no podía evitar extraer un montoncito de cartas y observarlas detenidamente, elegía la afortunada para ser inspeccionada en base a la letra, el nombre del destinatario o del remitente, el tipo de sobre. Era un verdadero ritual para el que se tomaba su tiempo. Una vez hecha la selección dejaba las demás en su lugar y procedía a abrirla con pericia de cirujano. Durante los primeros meses se conformaba con leer una a la semana, poco a poco fue necesitando que fueran dos, luego tres, luego una diaria. Odiaba el día de descanso. Llegó un momento que consiguió apropiarse de algunas de aquellas cartas y las leía en casa, tranquilo sin estar pendiente de ser descubierto.

El lunes aparecía con un paquetito bajo el brazo al que nadie daba importancia y devolvía cada una a su saca correspondiente. Se convirtió en todo un experto en distinguir la edad aproximada de los que escribían las cartas, los estados de ánimo, las intenciones. La correspondencia no tenía secretos para él. Incluso llegó a tener autores favoritos. Le siguió la pista a un chico que escribía a su novia cartas de lo más explícitas y sugerentes aunque nunca encontró las que iban destinadas a él y mira que las buscó. Sin embargo, ese trabajo era más complicado. En las de él llegó a establecer la periodicidad y las buscaba en la saca correspondiente en las fechas adecuadas pero se volvió muy peligroso, no podía despertar el recelo de sus compañeros, al retrasar la entrega de las sacas, y tuvo que abandonar y seguir leyendo cartas al azar.

Algunas le rebelaban secretos inconfesables, otras eran insulsas como las de su hermana, otras narraban verdaderas historias increíbles, cada una con su propio encanto. Le intentaron ascender, sacarle del almacén y se negó tantas veces que sus jefes le dieron por perdido, así él siguió disfrutando de sus lecturas. Durante años rechazaba las vacaciones argumentando que era la época de más trabajo, se limitaba a cobrarlas y seguía en su puesto. Aquel año le obligaron por culpa de una nueva normativa de la empresa y ahora se sentía perdido.

 

Esa momia me está poniendo nervioso. ¿Por qué me mirará tanto? Y con esa cara además, ni que le hubiera hecho algo. Y la señora esa tan grande sigue aplastando a la pelirroja, va a acabar comiéndose la ventana, con la vieja no se atreve, tiene gracia como encoge el brazo, no quiere ni rozarla. Parece extranjera por lo colorada. Y ¿Por qué está tan pendiente de la otra señora y del chico extensible? A lo mejor les conoce de algo.  

 

V

Katerina estaba de vacaciones en España, todo le llamaba la atención y aquel chico tan larguirucho con ojos muy negros y piel curtida le parecía interesante. Le recordaba a los peones que trabajaban con su padre cuando ella era pequeña. Parecía que el tiempo se hubiera detenido en aquella cara. El mismo gesto frío y agresivo, reticente a la amabilidad, desconfiado y tan poco atento con la madre. Habían intercambiado apenas dos palabras aunque la actitud de ella era evidente. La mirada perdida, la distancia prudencial, dándole espacio para que se recostara con comodidad, las manos sobre el regazo, encogiéndose, y las vituallas que sujetaba y preparaba con mimo para él.

Aquel tipo seguro que era de buen comer y ella solo picotearía las migajas. Era como estar ante Pim y su madre, Mieke. Echaba de menos a Klaus, a él le hubiera encantado aquel viaje, se había ido hacía dos años pero no se hacía a la idea. Desde entonces cada lunes ponía una vela delante de su foto y hablaba con él. Ella ya era enfermera cuando le conoció, tan guapo con su uniforme de militar. Se casaron con prisa porque le destinaron a Curaçao y allí nacieron sus dos hijos: Marteen y Monique. Aquella época fue una de las mejores de su vida, adoraba el sol, la playa, aprendió algo de español con la criada de la casa, era de Santo Domingo, Rosa, muy divertida, muy loca. Quería ser peluquera y también daba masajes. Se había hecho amiga de un acupunturista chino que le enseñaba algunos trucos. Le daba recetas de bebidas milagro y ella, como alumna disciplinada, lo probaba todo con Katerina. Algún dolor de estómago si le tocó sufrir pero en general todas las pócimas eran inocuas, beneficiosas según ella para los riñones, el corazón, curaban migrañas y toda una lista de molestias.

Desde luego la que le preparó para el asma tuvo unos resultados fabulosos. Cuando el mayor de sus hijos cumplió los 10 años decidieron volver y Klaus consiguió el traslado a Holanda con facilidad. Fueron unos años muy tranquilos, los niños se hicieron mayores y acabaron quedándose solos. Estuvieron de vacaciones en Turquía, en Grecia, en Italia, nunca en España. Llevaba prótesis de titanio en las rodillas desde hacía un año y la habían tenido que operar de cataratas hacía unos meses pero nada de eso le estaba dando problemas durante el viaje. Lo que más le preocupaba eran sus pulmones.

Era invierno y aunque en Madrid los notó pesados por culpa de la contaminación, no había hecho demasiado frío. Esperaba que en Granada el aire fuera más limpio pero trataría por todos los medios de evitar coger una pulmonía, en ella era lo habitual en cuanto se exponía a temperaturas extremas. Sus 40 años de experiencia  como enfermera no le servían de mucho en esos casos aunque le granjearan algunos privilegios en el hospital de su ciudad. Cuando necesitaba una operación, y ya llevaba cuatro en un año, le dejaban elegir fecha y hora. Siempre le decían: El que ingresa en el cuerpo pertenece a él para siempre. Era muy charlatana y no le costó nada entablar amistad con la iraní del final de la calle, Farida. Casada a los cuarenta con un señor de 70 que sufría continuas anginas de pecho. Cada vez que le ingresaban en el hospital los hijos del marido la echaban de casa y buscaba refugio en la suya. Cuando al marido le daban de alta volvía y así hasta la próxima. La primera vez que apareció llorosa y compungida la recibió sin pensárselo, ahora era una rutina. Se habían hecho muy amigas, incluso intentó que la acompañara a España pero el marido no le dio permiso y Farida se vio obligada a rechazar su invitación.

 

¿Me traje el libro que me regalo Monique? Si, está en el bolso. No lo voy a sacar, esperaré un poco. A lo mejor la madre del chico tiene ganas de hablar, mi español ha mejorado mucho el último año. ¿Empiezo yo la conversación o dejo que lo haga ella?

 

VI

Manuel observaba desconcertado a la chica pálida. Nunca había visto a nadie tan blanco, tan transparente. Estaba demasiado cansado. Su madre y él habían ido a preparar la casa de la hija de Doña Gloria. Se mudaba a la capital. Dos días pintando y limpiando antes de que llegaran los de la mudanza. Luego tocó ayudar a dejar todo en su sitio. Habían acabado deslomados pero la señora pagaba bien esos favores y necesitaban el dinero para las peonadas que les firmaba el tuerto y para los sellos. Con eso podrían cobrar el paro agrícola y les salvaba parte del año. Llevaba más de tres años trabajando en el cortijo que le traspasó su hermano, Miguel, aunque él tenía peor mano para eso. Miguel lo alquiló muy barato porque estaba en ruinas, de eso hacía muchos años. Su hermano lo puso en pie a base de trabajo y se dedicó a criar animales, ovejas y pollos, se le daba bien pero sin suerte. Una riada le mató a la mitad de las ovejas un año y otro perdió a la mayor parte de los pollos por culpa de una enfermedad, el veterinario no le salió caro pero se gastó una fortuna en medicación para los animales y se murieron igual. Además la novia se quedó embarazada y decidió cambiar de oficio. Ahora era camionero y aunque no pasaba mucho tiempo en casa, mantenía a su familia sin problemas, incluso tuvo suerte en el sorteo y estaba comprando una vivienda protegida. Todavía trabajaban juntos de vez en cuando, Miguel entregaba los animales a los compradores. Y todo lo tenían bastante organizado hasta que un día él calculó mal la capacidad del camión, fue demasiado avaricioso.

Como se iba a imaginar que haría tanto calor o que eran demasiados. Cuando abrieron la puerta y vieron que estaban todos muertos, aplastados, se pusieron a llorar como críos. Era mucho dinero perdido. Miguel dejó de hablarle durante unos meses, su madre sólo permaneció en silencio. Ese día cuando llegó de vuelta a casa después de haberse desecho de los animales le recibió muy alterada, más preocupada por él que por el desastre y él se acostó sin querer hablar del tema. Ella tampoco dijo nada. Ni una palabra sobre los sacrificios que habían hecho para cuidar a los animales. Llevaba toda la vida conduciendo sin carné y ahora los picoletos le miraban demasiado, los esquivaba el día de las multas programadas aunque empezaba a encontrarlos apostados en el cruce que le llevaba al cortijo. No tenía más remedio que dar la vuelta y desviarse por la rambla.

El trayecto era mucho más largo pero llegaba con tiempo para darles comida y agua a los animales antes de entrar a la obra. Su madre lo hacía por las tardes mientras él trabajaba. -Solo serán unos días- decía cada vez y enlazaba una obra con otra, no soportaba pasar tanto tiempo en el campo. Aquel cortijo era repugnante, apestaba y hacía un frío endemoniado. Concha, su madre, siempre le decía -Hijo yo no se lo que es calor desde niña- y él se reía, no la hacía mucho caso. Él quería vivir de otra manera pero era un penco para los estudios, por lo menos sabía leer y escribir porque su madre estaba aprendiendo ahora. Iba a unos cursos del centro de mujeres de la estación y cuando podía hacía prácticas en casa. Algún día dejaría de firmar con una x temblorosa. No sabía muy bien que hacer con Lola, después de diez años se había presentado diciendo que la niña era suya. Su madre era una ingenua y la creía. Él no se fiaba. Tampoco la creyó cuando se lo dijo la primera vez, antes de que naciera.

 

Aquella señora rubia tan grande me estaba poniendo muy nervioso, ¿Por qué me sonríe y me mira tanto? Podía haberme tocado enfrente la pelirroja del fondo, menuda jaca. Me toco la desabrida, mira que es mustia. Tiene los ojos de la fina, a esta lo mismo también la patea alguien. Esa perra sólo sabe quejarse, no aguanta una patada y mira que se las merece.

 

 

VII

-¿Manuel quieres comer algo?-

-Ahora no. Después-.

-¿Y no vas a dormir un poco? Yo te despierto-.

-No.-

 

Concha observaba a su hijo. Era guapo, se parecía a su padre de joven. Lo malo era que también le había heredado el carácter y aunque estuviera acostumbrada a bregar con ellos, a veces la hartaban. El mayor era más tranquilo, se parecía más a ella. Ella estaba a punto de jubilarse y sólo lo notaría en la pensión porque iba a seguir trabajando como siempre, dejándose la piel en el campo para ayudar al hijo y tratando de mantener el empleo en la casa en la que servía desde hacía muchos años. Doña Gloria la hacía trabajar como un animal y sólo pagaba bien los extras pero era algo fijo que no podía perder. Aunque era una tirana, viendo como trataba a los empleados del concesionario de su marido y al marido incluso, no podía quejarse. Debía caerle hasta bien. La vida de Concha había sido demasiado triste, tanto que muchas veces ni ganas tenía de recordarla, pero no lo podía evitar. Sobre todo ahora que a su madre se le estaba hundiendo el techo de la casa, donde vivía con su otra hija, y precisamente a ella le tocaba convencerla para que ingresaran cada una en una institución. El retraso mental de su hermana obligaba a que se separaran y por mucho que odiara a su madre le daba lástima ver como luchaba para seguir al lado de su hija. Se las hubiera llevado a vivir con ella, haciendo de tripas corazón, pero su marido se negó en rotundo y como él pagaba la casa y los gastos con su pensión no pudo hacer nada. Su madre tampoco hubiera querido vivir con ella. La relación entre ellas era complicada. Poco después de nacer la abandonó en la puerta de la casa de su padre.

Ella no podía criar a las dos hermanas y se quedó con la mayor, había tenido meningitis de pequeña y quedó mal, la madre era recolectora y trabajaba de cosecha en cosecha, pueblo por pueblo y cuidar de las dos le resultaba imposible. Su padre era un pastor trashumante, casado y con más hijos, y cuando se encontró a la niña se la quedó. Pero su mujer no podía ni verla, así que en cuanto empezó a andar le acompañaba a llevar a las ovejas a la sierra en julio y no volvían hasta septiembre. Vivian en una finca muy grande y la dueña se llevó a la niña a servir a la casa grande en cuanto cumplió los diez años. A los quince conoció a su marido, un peón de la finca, se quedó embarazada y desde entonces le soportaba. Iracundo y malencarado, siempre enfrentado al resto de los trabajadores. Un día se cayó de un tractor y consiguió que le dieran la baja por depresión. Nunca le vio deprimido, siempre tuvo ese carácter desagradable.

Dejó de trabajar y ella tuvo que partirse el lomo desde ese momento. Abandonaron la finca y se fueron a vivir al pueblo. Los hijos se fueron haciendo un futuro. Con el mayor las cosas iban muy bien y el pequeño había heredado lo vago del padre. Se mataba para ayudarle pero era un chico sin suerte. Para hacer todo más difícil había aparecido con una niña de once años la novia que tuvo mientras hacía la mili y se la había presentado como su nieta. Ella se hizo la loca al principio, aunque la cría era igual que su hijo y acabó cediendo. Manuel se negaba a reconocer a su hija porque la madre había sido novia de los dos hermanos casi al tiempo. A Concha le importaba poco cual de los hijos fuera el padre, mejor el pequeño para evitar más problemas. Tenía nieta nueva. Arisca, hosca, malencarada y guapa. Demasiado rebelde y bruta.

 

Que triste es esa chica. Pobrecita. La señora que va con ella me recuerda a mi madre. ¿Por qué la habla así? Ni siquiera la llama por su nombre. Tengo que hacer que Manuel me coma algo. Salimos de casa de la señora muy tarde y cansado y hambriento se pone insoportable. Si por lo menos durmiera algo. Si se duerme lo hago yo que cuando lleguemos solo tengo tiempo para llegar a casa y desayunar. Doña Gloria me estará esperando. Hoy toca limpiar a fondo los baños y la cocina.

 

 

 

VIII

-Pablo, ¿te vienes a fumar?-

-No, ve tú sola-

Irene avanzó hacia el pasillo y parecía que solo tendría que esquivar las piernas del último pasajero pero este se levantó de golpe y salió con ella. Se sentía incómoda. Aquel tipo la miraba de reojo y no decía una palabra.

Manuel observaba cada movimiento de la pelirroja pensando en qué momento sacar una conversación, no era muy charlatán, se pasaba demasiado tiempo con los animales o en la obra y con las mujeres era demasiado directo. Aquella chica parecía de las finas. No podía entrarle como a las otras. Él no tenía mala planta. Era alto, fuerte y con una cara interesante. Eso le decían siempre las chicas. La pelirroja ni le miraba. Se estaban acabando el cigarrillo y nada.

Irene, cada vez más nerviosa, apuraba el cigarrillo. Este tipo es un gañán. Mi hermano me deja con cada papelón. Tiró la colilla por la ventana y entró. No fumo sola más.

Manuel se terminó el suyo con calma. Que aires se da la tía. Lo espachurró contra la ventana y lo lanzó como había hecho ella. Volvió a sentarse y estiró las piernas todo lo posible para molestar a la mustia. Ella se revolvió en su asiento tratando de esquivar aquellos apéndices tan desagradables. Llevaba unas botas de militar, sucias y viejas. Y ya la había pisado un par de veces.

 

-Manuel. ¿Qué vas a hacer con Lola?-.

-Eso es cosa mía, no te metas, Concha-.

-Ya viste como llegó la última vez. Ese animal la va a matar-.

-¿Y que quieres que haga? Es su marido-.

-Se quiere llevar a la niña-.

-Es su padre. Eso pone en los papeles-.

-Tú sabes que no. Si la reconoces se irá. Es mi nieta Manuel-.

-Tú ya tienes una nieta-.

-Una cosa no quita la otra-.

-Déjame dormir-.

 

Katerina no conseguía entender toda la conversación aunque por los gestos se notaba que estaban discutiendo. El chico había cerrado los ojos y la señora parecía nerviosa y preocupada.

-¿Agua?- le ofreció

-No, gracias-

Aquella mujer era de pocas palabras y su español no era tan fluido como para empezar una conversación. Decepcionada volvió a colocarse en su asiento. Sacó el libro y se puso a leer. La única opción de conversación que le había parecido razonable se había esfumado.

 

IX

Pablo levantó la cabeza y de un vistazo rápido recorrió el compartimiento entero, nada de su interés. Se topó con los ojos entrecerrados y legañosos de Federico y los esquivó pero no pudo hacerlo con los lacónicos de Carlota. Le observaba disimuladamente y asustada no supo reaccionar. Se quedó paralizada. Con un gesto de desdén volvió a su lectura y Carlota, avergonzada, bajo la mirada, concentrándose en las manchas de barro de las botas de Manuel. Doña Carmen la dio un golpe en el brazo creyéndola dormida.

 

-Tengo hambre-.

-¿Quiere un sandwich de pollo?-.

-Si no hay otra cosa-.

-Tome-.

-Tiene mayonesa. Entonces cómetelo tú. ¿No has traído nada más?-.

-Galletas-.

-Eres una desconsiderada. ¡Qué clase de chacha tengo!-.

 

-¿Le gusta el queso? Yo he preparado demasiados bocadillos-.

-Gracias, señora-.

-Llámame Concha-.

-Gracias, Concha-.

-Bueno, me conformaré con esto si no hay nada mejor-.

-Perdone, es que mi tia..-

-¡Qué le vas a contar! ¡Qué estoy loca! Y encima me llamas tía, lo que hay que aguantar-.

-Doña carmen no diga esas cosas-.

-¡Mejor te callas!-.

-¿Quieres salir a estirar las piernas un rato?-.

-Me encantaría. Doña carmen ¿Puedo?-.

-¡Vete y si no vuelves mejor!-

 

Concha hizo que el hijo se moviera, refunfuñando porque empezaba a coger el sueño, para que la chica pudiera salir de su asiento. La pobre estaba en una postura imposible con las piernas encogidas y revirada.

Las dos salieron al pasillo.

-¿Tu tía siempre es así contigo?-

-No se lo tengo en cuenta. Tiene demencia senil y a veces se altera por cualquier cosa. Ya estoy acostumbrada-.

-Tienes mucha paciencia. Se parece mucho a mi madre y a veces no puedo con ella-.

-¿También tiene demencia senil?-.

-No, ella sólo es vieja y tiene mal carácter-.

 

Federico sentía curiosidad por aquellas mujeres tan solicitas y apocadas. Se pensó si salir a su encuentro, aunque se levantó enseguida, no era momento para dudas, aquellas salidas al pasillo solían ser muy breves y si no era rápido ellas volverían a entrar. Se acercó sonriendo y ofreciéndoles tabaco por si alguna fumaba. Daba por hecho que la mujer mayor no, pero la chica tal vez. Las dos rechazaron su ofrecimiento y él no desistió.

-¿Les importa que las acompañe? Es un viaje demasiado largo para estar todo el tiempo sentado ¿No creen? ¿Les molesta que fume?-

 

Ellas se hicieron a un lado, dándole acceso a la ventana, y las confidencias se interrumpieron para dar paso a una conversación a tres sobre los inconvenientes de los viajes nocturnos. Diez minutos dejando que Federico se explayara y escuchándole atentamente porque ambas eran muy educadas. Él intentaba estirar aquel cigarillo que le fue traicionando poco a poco y cuando no tuvo más remedio que dejarlo ir la compañía también se le fue. Concha entró la primera y Carlota justo después. Ambas se sentaron sin dirigirse la palabra, aunque la chica no dejaba de mirarla. No le he dicho mi nombre, ahora lo hago, la señora me cae bien, es simpática. Carlota sacó su paquete de galletas y estiró el brazo tímidamente

-Concha, ¿Quiere una galleta?-dijo apenas susurrando

Sin embargo, Concha, sumida en sus propios problemas, ni la escuchó, concentrada en los pasos que debía dar con su hijo para asegurarse poder seguir viendo a su nueva nieta. Aquella mujer ya estaba ausente. Se había olvidado de ella. Carlota, decepcionada, volvió a guardar su pueril intento de comunicación en el bolso. Comprobó que Doña carmen dormía placidamente, buscó la postura más cómoda que pudo encontrar y cerró los ojos. Federico esperó unos minutos antes de volver y saltando por encima de las piernas de Manuel, con toda la agilidad de la que era capaz -lo que casi se transforma en una caída libre sobre Doña Carmen- consiguió sortear el obstáculo. Con cierta dignidad recuperó la verticalidad y se sentó rogando para que su maniobra no hubiera despertado el interés de nadie. No tuvo suerte, los ojos inquisidores de Pablo fue lo primero que encontró de frente y, una vez sentado, la sonrisa burlona de la pelirroja le hizo odiarla profundamente.

 

Katerina ya había abandonado su libro y también luchaba por encontrar la posición perfecta para descansar, aunque la pelirroja se empezaba a quejar. Ya no era la chica amable de un par de horas antes. A todos les pasaba factura el cansancio y se mostraban irritables. Irene era muy educada, pero estaba harta de aquel brazo grueso, que se desparramaba en su asiento. El codo afilado de la señora se le clavaba en las costillas. Por mucho que intentara moverse no conseguía deshacerse de la presión y terminó por llamarla la atención. Sin embargo con aquella mujer las frases amables no servían de nada y por gestos se hizo entender. Una hora pensando como decírselo sin ofenderla, por una cuestión de respeto a la edad, y al final todo quedó en un –Señora, me está clavando el codo- a lo indio.

 

 

El silencio pesado y asfixiante que invadía el compartimento ayudó a que todos se fueran quedando dormidos. La última en conciliar el sueño fue Carlota, torturada por los ronquidos guturales y desacompasados de  Doña carmen y Manuel, arrinconada por las piernas de uno y el cuerpo encorvado de la otra, inclinado como un árbol azotado por un huracán y a punto de ser arrancado de la tierra.

 

X

Carlota despertó sobresaltada y al abrir los ojos descubrió que era la única pasajera, todos habían desaparecido. Como si nadie se hubiera percatado de su presencia. Se desperezó con dificultad, había dormido enroscada como un gato y al estirarse le dolían las piernas, las rodillas, los tobillos, estaba entumecida, tenía un brazo adormecido y le costo ponerse en pie. Comprobó el compartimento de equipajes y allí encontró su mochila, abandonada, solitaria. Se asomó al pasillo, intrigada, y pudo ver a una señora de la limpieza, con su bata azul pálido, restregando los cristales de las ventanas mientras farfullaba mohína. El revisor apareció por la puerta del fondo y se acercó a la señora, no podía oír lo que decían, le zumbaban los oídos pero las caras de indignación de ella y de nerviosismo de él daban a entender que estaban cortos de tiempo. Confusa se acercó al revisor y él le informó que el pasaje había bajado del tren hacía una hora. Incluso había recorrido vagón por vagón despertando a los rezagados, solía pasar. Se disculpó por no haberla visto y desapareció por la puerta del fondo del vagón con la señora. Carlota volvió a recoger su mochila y se dio cuenta de que olía a limpio, aquella mujer también había estado allí, el suelo estaba húmedo. Nadie la había visto. Como una maleta abandonada en un asiento, la habían ignorado. Se colocó su mochila en la espalda y sonriendo recorrió el pasillo camino del andén. Había desaparecido por un momento. Si lo intentaba conseguiría desaparecer del todo.

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Estefanía Farias Martínez. Cartagena, España (1970). Doctora en Filología Árabe por la Universidad de Granada. ¨Lo que hace un nombre¨ en Los omniscientes (julio 2014); ¨Yolanda¨ en Revista Contra Estudio y -¨Un acuerdo sin palabras¨ en Periódico Irreverentes.

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Paro Nacional de EsSalud contra gobierno de Dina Boluarte  [VIDEO]

Los profesionales de la salud marchan para exigir la derogatoria del reciente Decreto Legislativo 1666 emitido por el Ejecutivo, que privaría a EsSalud de su autonomía administrativa, financiera y presupuestal, porque sus fondos pasarían a ser administrados por el MEF.

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Diversos gremios de profesionales pertenecientes al sector salud acatan este miércoles 20 de noviembre en los exteriores del Hospital Almenara un paro nacional para exigir al gobierno de Dina Boluarte la derogatoria de la ley (Decreto Legislativo 1666) publicada en el mes de septiembre, denominada ‘Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público’, que en realidad vulnera sus derechos laborales.

La protesta social del personal de salud inició en horas de la mañana y durará 24 horas. Según los trabajadores, esta huelga responde al Decreto Legislativo del gobierno que privará a EsSalud de su autonomía administrativa financiera presupuestal.

Trabajadores de EsSalud protestando.

«Hoy, los gremios unidos del Seguro Social, estamos realizando esta medida de fuerza como es una huelga nacional de 24 horas. Estamos exigiendo la derogatoria del Decreto Legislativo 1666, que en el mes de septiembre el Gobierno de Dina Boluarte ha indicado que EsSalud va a pasar a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas», declaró Manrique Puelles y luego advirtió: “Nosotros tenemos autonomía de acuerdo a lo que establece la Ley de Creación del Seguro Social de Salud (EsSalud Ley N° 27056). Por ello estamos exigiendo la derogatoria del Decreto Legislativo 1666”.

Meerson Manrique Puelles, secretario general del SINESSS declarando a la prensa.

¿Qué dice el Decreto Legislativo 1666?

La norma firmada el 24 de septiembre de este año por la presidenta Dina Boluarte, el premier Gustavo Adrianzén y el ministro de Economía y Finanzas José Arista, se denomina ‘Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público’ y textualmente señala lo siguiente:

“El presente Decreto Legislativo tiene por objeto consolidar el marco normativo vigente para fortalecer la Gestión Fiscal de los Recursos Humanos del Sector Público, así como regular sobre la asignación y utilización eficientes de los fondos públicos destinados a los ingresos correspondientes a los recursos humanos del Sector Público, la Planilla Única del Sector Público y otros aspectos relacionados con la Gestión Fiscal de los Recursos Humanos, en el marco de la sostenibilidad y responsabilidad fiscal”.

Los trabajadores de EsSalud sostienen que el Gobierno de Dina Boluarte pretende que los fondos económicos del Seguro Social sean administrados por el Ministerio de Economía y Finanzas. Así, EsSalud sería considerado como una entidad pública lo cual «perjudicaría en un mal manejo de las aportaciones». La lista de hospitales que han decidido acatar esta huelga incluye al Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, Hospital EsSalud Alberto Sabogal Sologuren y Hospital Edgardo Rebagliati Martins, así como todas sus redes. Cabe precisar que, en caso de no ser escuchados, prolongarían a un paro indefinido.

Por su parte, EsSalud lanzó un comunicado mencionando que han adoptado todas la medidas necesarias para asegurar el funcionamiento continuo de los servicios en todos los establecimientos.

Aquí el video con el congresista Juan Burgos:

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Peruanos podrán ingresar a Japón sin visa [VIDEO]

Canciller Schialer confirmó información, precisando que se aplicará solo para visitas de corta duración.

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Un paseo por la tierra del Sol Naciente. Tuvo que salir el ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, para confirmar la información sobre la eliminación del requisito de visado para ingresar a Japón. Cabe precisar que esa modificación corresponde a la visa de turismo para los ciudadanos peruanos que posean pasaportes ordinarios. Asimismo, esta noticia también fue ratificada por el primer ministro japonés Shigeru Ishiba durante la visita oficial del mandatario japonés a Palacio de Gobierno el pasado 17 de noviembre.

Japón ha anunciado que ha levantado unilateralmente esa condición (visa) para poder ingresar a su país para aquellos detentores de los pasaportes ordinarios y para visitas de corta duración, lo que nosotros conocemos como visita de turismo”, dijo Schialer a RPP.

Según el canciller, la implementación de esta medida podría tardar un par de meses debido a los ajustes necesarios en los sistemas administrativos y migratorios de Japón, conocidos por su alta eficiencia. El canciller peruano expresó su expectativa de que la medida entre en vigencia antes de marzo de 2025.

“Toma un par de meses para poder implementar todo esto en los sistemas administrativos y de migraciones japoneses. Los sistemas japoneses de migraciones y administración interna son altamente eficientes. Agradecemos la decisión de levantar la necesidad del visado en los pasaportes peruanos ordinarios”, manifestó al mencionado medio.

fuente: TV PERU.

El regreso de la exención de visa supone una señal de fortalecimiento en las relaciones entre Perú y Japón, países que comparten una larga historia de cooperación en diversas áreas, desde la migración japonesa a territorio peruano a inicios del siglo XX, hasta proyectos actuales en economía, tecnología y cultura.

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Incendio forestal en Zoológico de Huachipa

Los animales y trabajadores estuvieron en riesgo tras la propagación de un incendio forestal en las áreas verdes del rio Rímac muy cerca al hoy denominado ‘Parque de las Leyendas’ de Huachipa. Los Bomberos tuvieron que utilizar agua del río Rímac para enfrentar el siniestro.

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Hoy en horas de la mañana, un incendio forestal causó preocupación y alarma entre los trabajadores del zoológico, hoy denominado ‘Parque de las Leyendas’ de Huachipa, porque puso en riesgo a los animales que viven y reciben cuidados al interior del recinto. Se conoció que el siniestro se produjo inicialmente en las áreas verdes cercanas al río Rímac que se encuentran junto a las rejas que rodean todo el perímetro del concurrido parque, según la noticia emitida por TV Perú.

Por su parte, el supervisor del Serenazgo de Carapongo, Javier Marquiño, brindó declaraciones al respecto, y aseveró que personas de mal vivir habrían prendido una fogata que luego no pudieron controlar. «Había un grupo de consumidores de sustancias tóxicas que han prendido una pequeña fogata y no la han apagado, ocasionando que la maleza seca afectada por el fuego crezca», afirmó Marquiño.

Durante el siniestro, las llamas inmediatamente se propagaron generando una densa humareda que ingresó a las instalaciones del zoológico, lo que puso en peligro la vida de los primates, cocodrilos y otras especies más que se hallaban cerca al punto del incendio.

Afortunadamente los Bomberos apagaron las llamas tras utilizar agua del río Rímac

Debido a que la maleza y hierbas secas encendidas propiciaron inmediatamente la propagación del fuego que se extendió alrededor de dos cuadras, miembros del Serenazgo de Carapongo y personal de Cuerpo General de Bomberos acudieron a tiempo y tuvieron que utilizar una motobomba para extraer agua del río Rímac y por ello lograron apagar las llamas que amenazaban con dañar a las especies animales que viven dentro del zoológico. Y tras casi de dos horas de labor, finalmente los bomberos controlaron el incendio forestal que afortunadamente no dejó víctimas mortales ni animales afectados.

Como se sabe, el Parque de las Leyendas – Sede Huachipa, ubicada en el distrito de Ate, anteriormente era llamado «Zoológico de Huachipa», antes de pasar a la administración de la Municipalidad de Lima en 2023.

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FAP “neutraliza” una treintena de drones que intentaban invadir espacio aéreo del Foro APEC 2024

Medidas de vigilancia se encuentran a nivel máximo contra cualquier intento de atentado.

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No pasa ni una mosca. Como parte de las exhaustivas medidas de seguridad implementadas por el Perú para garantizar el desarrollo de la cumbre del APEC 2024, el espacio aéreo alrededor de las zonas de reunión de líderes internacionales ha sido objeto de vigilancia estricta, siendo “neutralizados” al menos 35 drones.

En declaraciones para Canal N, el comandante general de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), General del Aire Carlos Enrique Chávez Cateriano, señaló que se han establecido restricciones significativas sobre el uso de drones en esas áreas, contando con tecnología y personal especializado para interceptar cualquier intento de violar las estrictas medidas de seguridad.

En ese sentido, el oficial de la FAP señaló que estas disposiciones buscan preservar la integridad de los líderes visitantes y asegurar un ambiente seguro para el desarrollo del importante evento internacional que se desarrolla en Lima.

De acuerdo con el General del Aire se detectaron un total de 42 drones en áreas restringidas durante los días previos y en el marco del evento. De estos, se logró neutralizar 35 drones, mediante sistemas de interferencia y otras medidas disuasivas.

Está terminantemente prohibido el uso de vehículos aéreos no tripulados alrededor de los lugares donde se están reuniendo los líderes que nos visitan. A pesar de haber informado y advertido públicamente que los drones serían interceptados, perturbados o neutralizados, hemos interceptado 42 drones entre ayer y hoy. Se sabe que algunos de estos drones eran operados por aficionados, aunque ha habido de todo.”, detalló para el citado medio.

Militares tienen la autorización de destruir cualquier dispositivo aéreo no tripulado.

La FAP ha reiterado su llamado a los propietarios de drones para que respeten las restricciones impuestas, advirtiendo que cualquier dispositivo no autorizado que ingrese al espacio aéreo restringido será interceptado. La autoridad aérea peruana subrayó que cuenta con la orden de interferir en el vuelo de los drones con el fin de mantener el control de la seguridad durante el foro.

“Hago un llamado para que no se acerque ningún drone a esta zona porque tenemos nosotros la orden de perturbar para interferir en su en su vuelo y garantizar con esto la seguridad de todas las personas”, finalizó.

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Último minuto: Se registra incendio de nivel 3 en edificio de Mesa Redonda [VIDEO]

Una vez más, difícil acceso y poca potencia del agua complican labor de los bomberos para apagar las llamas en un edificio de seis pisos.

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La misma historia de todos los años. Mesa Redonda, en estas fechas, es prácticamente una bomba de tiempo. La informalidad, el comercio ambulatorio, almacenes abarrotados de material inflamable, la condescendencia de las autoridades municipales encabezada por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, que prometió durante su campaña poner orden de una vez en ese importante emporio comercial, pero que a la fecha sigue igual o peor.

Las tragedias rondan por cada tugurizada calle del Cercado de Lima donde se dificulta transitar con un vehículo ya que los comerciantes informales invaden las pistas y veredas, siempre en complicidad de los fiscalizadores.

Un incendio se ha reportado en un edificio de seis pisos ubicado entre los jirones Huanta y Cusco. El siniestro fue reportado a las 10:30 de la mañana, movilizando a desplegar al menos 20 unidades de bomberos para sofocar el incendio, pero que ven complicada su labor por la falta de hidrantes.

Hasta el momento se ha decidido cerrar toda la avenida Huanta, así como también las avenidas Nicolás de Piérola, Huallaga y Paruro, con la finalidad que la labor de los hombres de rojo se realice sin obstrucción.

En las primeras imágenes difundidas se aprecia que el cuarto y quinto piso del edificio que serviría de almacén se encuentra envuelto en llamas. De acuerdo a testigos, en el interior de ese inmueble se almacenaría geles de alto contenido inflamable.

Mario Casaretto, gerente de Gestión de Riesgo de Desastres la MML, señaló que el último piso funcionaba como un depósito y que sí cuenta con licencia de funcionamiento. Este espacio pertenece a la empresa de Exportaciones Peruanas.

Hasta el momento no se registran heridos o fallecidos.  

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Hassanal Bolkiah, el Sultán de Brunéi más rico del mundo [VIDEO]

Es uno de los monarcas más longevo en la actualidad. Su fortuna se estima en unos 20 mil millones de dólares y está en el Perú por el APEC en un avión que parece un ‘palacio con alas’.

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César Acuña, al lado del Sultán de Brunéi, es un mendigo con sastre, pues la fortuna de Hassanal Bolkiah resulta incomparable con lo que han amasado los hombres más ricos del Perú.

El Sultán de Brunéi lleva más de medio siglo en el trono de su país, convirtiéndolo en uno de los monarcas más longevos en la actualidad. Su ascenso se dio el 5 de octubre de 1967, tras la abdicación de su padre Omar Ali Saufunddien III.

Hassanal Bolkiah es uno de los monarcas más ricos del mundo debido en parte a las reservas de petróleo y gas natural de su país. Bajo su liderazgo, Brunéi ha mantenido una política de neutralidad y estabilidad, y el país ha disfrutado de altos estándares de vida gracias a los ingresos derivados de los hidrocarburos.

Además de ser el sultán, Hassanal Bolkiah -de 78 años- también ocupa varios cargos, como el de Primer Ministro, Ministro de Defensa y Ministro de Finanzas, lo que le otorga un control absoluto sobre el gobierno y la economía del país. Su liderazgo se basa en una combinación de monarquía islámica y tradicionalismo.

En términos de su vida personal, la autoridad es conocida por su estilo de vida lujoso, que incluye una flota de automóviles de lujo y una gran colección de propiedades. También ha sido una figura polémica debido a las leyes estrictas que ha implementado sobre la religión y la moralidad, incluido el establecimiento de la sharía (ley islámica) como parte del sistema legal en el país.

fuente: lujos y fortunas.

Como no podía ser de otra manera, el Sultán Hassanal Bolkiah llegó a nuestro país en un imponente avión de su propiedad.

Cerca del mediodía, la imponente aeronave del sultán de Brunéi, un Boeing 747-430 apodado el ‘palacio volador’ debido a su lujo y exclusivos detalles, aterrizó en el Grupo Aéreo N.º 8. Tras ello, se instaló la escalera de embarque, con el fin de que el monarca descendiera.

Se estima que esta exclusiva nave aérea está valorada en 220 millones de dólares. Su interior, diseñado con sumo lujo, resplandece con detalles en oro.

El sitio web Anfrix detalló los lujos que ostenta este jet privado, el cual cuenta con varias oficinas completamente equipadas con internet y teléfonos satelitales, además de múltiples dormitorios. “Su interior no solo está tapizado con las más finas alfombras persas, sino que sus grifos y piletas, incluso las tinas, son todas de oro macizo”, se lee.

Así luce el interior del ‘palacio volador’, el avión privado del Sultán de Brunéi.

El avión privado del sultán de Brunei cuenta con una cocina de alto nivel diseñada para que chefs con estrellas Michelin, que suelen acompañarlo en sus viajes, puedan preparar exquisitos platillos tanto para él como para su séquito.

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Todo sobre la ley que regula fumar o vapear en espacios públicos cerrados

La norma señala que todos los lugares, establecimientos y medios de transporte público deben de tener carteles que diga “Está prohibido fumar y vapear en este establecimiento por ser dañino para la salud”.

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A fumar a otro lado. Resulta sumamente incómodo recibir de manera indirecta el humo o el olor de un cigarrillo cuando uno se encuentra caminando por la calle o dentro de establecimiento público. Los vapeadores tampoco se salvan, pues, a pesar de que parezcan inofensivos y de un grato olor, también resultan dañinos a largo plazo para los pulmones.

A propósito de ello, el Congreso de la República promulgó la Ley N.° 32159 que dispone una serie de medidas para el “control del consumo de productos de tabaco, nicotina o sucedáneos de ambos para la protección de la vida y la salud”. La citada norma fue publicada hoy en el diario oficial El Peruano.

La ley busca «proteger la salud de las personas, la familia y la comunidad de las graves consecuencias derivadas del consumo de los productos de tabaco, nicotina o sucedáneos de ambos, y de la exposición al humo de tabaco y otras emisiones del cigarrillo electrónico con o sin dispensación de nicotina y productos de tabaco calentado».

Además, señala que busca «prevenir el desarrollo de enfermedades no transmisibles producidas por los productos de tabaco, nicotina o sucedáneos de ambos».

Cabe resaltar que este dispositivo legal modifica las anteriores normas referidas al control de consumo de tabaco, y es el primero en regular los cigarrillos electrónicos.

Los cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’ también fueron incluidos en la norma.

Aspectos resaltantes de la nueva Ley que regular fumar o vapear

La norma prohíbe fumar o vapear «en establecimientos dedicados a la salud o a la educación, en las dependencias públicas, en los lugares de trabajo, en los espacios públicos cerrados y en cualquier medio de transporte público, los que son considerados ambientes cien por ciento libres de humo de tabaco».

Asimismo, señala que en todos los lugares, establecimientos y medios de transporte público deben colocarse carteles, en un lugar visible, que indiquen: «Está prohibido fumar y vapear en este establecimiento por ser dañino para la salud. Este ambiente es cien por ciento libre de humo y emisiones de vapeo”.

También dispone la prohibición total de publicidad, promoción y patrocinio de productos de tabaco o sus sucedáneos. En esa línea, señala que está «prohibida toda forma de publicidad directa e indirecta, así como la promoción y patrocinio» de dichos productos, «incluso de los que tengan alcances transfronterizos».

Además, establece restricciones como «la publicidad, promoción o patrocinio de productos de nicotina en televisión de señal abierta, radio u otro medio similar»; o la presencia de esta «en establecimientos dedicados a la salud o a la educación, sean públicos o privados; en las dependencias públicas; y en un radio de 500 metros alrededor de centros educativos donde asistan menores de edad«.

Respecto a la comercialización, la ley establece la prohibición de «venta de empaques de productos de tabaco y sus sucedáneos de menos de diez unidades«, y que aquellos que «usen saborizantes o aromatizantes» no deben utilizar «nombres de golosinas o postres que sean atractivos para menores de edad». 

Finalmente, se prohíbe «la entrega a menores de edad de productos promocionales, muestras o regalos» de estos productos, así como su venta «en máquinas expendedoras ubicadas en locales cuyo acceso no esté limitado a mayores de 18 años».

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En Huánuco: Más de 300 familias afectadas por huaicos en Amarilis y otros sectores [VIDEO]

Activación de quebradas generó el pánico de miles de ciudadanos que no podían evitar la inundación de sus viviendas.

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La humanidad ya viene pagando los estragos de las deforestaciones. Más de 300 familias resultaron afectadas y cerca de 30 viviendas colapsaron producto de tres huaicos registrados anoche en Huánuco, luego que se activaran quebradas a consecuencia de las intensas lluvias que han caído en esta región de la sierra central.

Los huaicos afectaron principalmente al distrito de Amarilis, lugar donde se reportan la mayor cantidad de damnificados, pero las lluvias también inundaron varios sectores de la ciudad de Huánuco.

Videos captados por los vecinos de las zonas afectadas muestran el torrente del huaico que, con inclemencia, inunda calles mientras arrastra lodo, piedras, y todo a su paso.

En declaraciones a RPP, el alcalde de Amarilis, Roger Hidalgo, manifestó que las precipitaciones superaron en volumen las estimaciones meteorológicas, pues “la lluvia que se esperaba en todo noviembre, según pronósticos, ha caído en el lapso de dos horas”.

La autoridad edil indicó que afortunadamente no hay víctimas mortales reportadas hasta el momento, pero sí cuantiosos daños materiales. Asimismo, agregó que varias familias perdieron vehículos como mototaxis o motos lineales que fueron arrastrados por el huaico.

Hidalgo dijo que “una señorita” y “un joven” fueron rescatados por los vecinos cuando eran arrastrados por el aluvión. 

Por otro lado, el alcalde Hidalgo informó que desde la madrugada de hoy el COER y Defensa Civil de Amarilis viene apoyando con maquinarias pesadas en las zonas afectadas; sin embargo, indicó que se necesitan “por lo menos 4 a 5 maquinarias” más “y un número similar de volquetes” ante la dimensión de los daños en su distrito.

«Hay 30 viviendas inhabitables, 300 familias afectadas […] se espera que las vías se liberen, cálculo (en) 4 a 5 días de trabajo. En estos momentos se han cortado las redes (de agua), el desagüe también ha colapsado», puntualizó. 

Por su parte, el director regional de Gestión de Riesgos de Desastres, Alonso Romero Bobadilla, informó que también resultaron afectadas zonas del distrito de Aparicio Pomares, entre otros sectores.

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