Por Edison Mamani
La historia comenzó cuando el ministro Ángel Manero, el pasado 7 de agosto dijo que «en el Perú no se pasa hambre». En días posteriores, banalizó esta situación: «Yo por ejemplo no ceno. Y yo estaría catalogado por la FAO como inseguridad alimentaria grave, porque no ceno ningún día». No quería pedir disculpas: “¿Debería pedir disculpas a las personas que se sintieron afectadas por esas declaraciones? No, porque se me entendió mal. Yo creo que no se precisó bien la frase y soy de las personas que siempre ve las cosas desde el lado positivo”. Finalmente, señaló en días recientes: “Quien trabaja no pasa hambre”.
Paralelamente, a estas frases polémicas, los medios de comunicación publicaban noticias, de que los precios del pollo, papa y algunas frutas aumentan en mercados, información que no era aclarada de forma contundente por el Poder Ejecutivo.
En ese contexto, el 20 de agosto, se presenta una moción de interpelación, por parte de congresistas de la izquierda y progresistas de izquierda, que tiene que votarse este miércoles 4 de setiembre.
Ayer, lunes 2 de setiembre, el ministro Ángel Manero en su defensa técnica en la Comisión Agraria ha diferenciado entre el concepto de inseguridad alimentaria y subalimentación. Sobre inseguridad alimentaria señaló que corresponde a más del 50% de la población, pero que en este segmento todos comen, tal vez mal, pero comen, en cambio en el concepto de subalimentación, 7%, comen poco, y esto sí está vinculado con el hambre, y con la extrema pobreza que es el 5%.
Sin embargo, en su defensa política, a pesar de ofrecer disculpas, para justificar su postura volvió a insistir con frases peyorativas con una falta de empatía con los que menos tienen, como “solo los flojos pasan hambre”, “el Perú no es un país de hambrientos”, “el hambre es un tema circunstancial”, “es el llamado biológico de la naturaleza hace miles de años que impulsa al hombre hacia adelante”, ya que “cuando el hombre empieza a sentir hambre, empieza a reaccionar, empieza a mejorar las cosas”, y que «estas frases se vuelven como gritos de guerra cuando uno quiere salir de la pobreza”.
¿Por qué la Comisión Agraria, presidida por el fujimorismo, sesionó de forma extraordinaria un lunes, cuando le correspondía hacerlo de forma ordinaria los miércoles, conociendo que la votación de la interpelación se acercaba? Es evidente que la respuesta es porque quieren evitar que se apruebe dicha interpelación, desean dar la impresión que el ministro ya respondió al Congreso, y que ya no sería necesario que venga al mismo pleno.
Una forma de proyectar los votos sobre la admisión de la moción de interpelación a MIDAGRI, es observar las declaraciones de los congresistas y, efectivamente, desde el 7 de agosto, los congresistas de izquierda, progresistas de izquierda, incluso algunos del centro y derecha, alentaban que el ministro pueda explicar con una interpelación. Eso es lo que quiere evitar el fujimorismo al citar al ministro en la Comisión Agraria, para bajar la temperatura, en una sesión extraordinaria (y no ordinaria) donde normalmente no asisten todos los congresistas.
Otra forma de proyectar es analizar las reacciones durante la sesión de la Comisión Agraria, que sería como una «mini interpelación».
En esta sesión, donde en teoría existen representantes de las 13 bancadas, las únicas congresistas que cuestionaron al ministro fueron Sigrid Bazán (Bloque Democrático) y Kelly Portalatino (Perú Libre), de forma contundente, espontánea, y alzando la voz; y, Silvia Monteza (Acción Popular), pero con voz baja y leyendo un libreto. Portalatino incluso lo invitó a renunciar. María Agüero (Perú Libre) cuestionó pero sobre otros temas. Heidy Juárez (Podemos Perú) señaló que el ministro no solo debe escuchar a la Comisión Agraria sino al pleno en una interpelación.
Llamó la atención que Silvana Robles (Bancada Socialista), no cuestione al ministro, a pesar de firmar la moción de interpelación, y solo se limitó a realizar pedidos por los productores cafetaleros de la selva central. Jorge Coayla (Juntos por el Perú) tampoco criticó al ministro. Elizabet Medina (Bloque Magisterial) señaló que no quiere politizar los «errores» del ministro.
Los demás congresistas, o bien no mencionaron el tema de las expresiones sobre el hambre, o bien apoyaron al ministro, indirectamente (ante una posible interpelación), limitándose a trasladar pedidos de sus regiones: Edwin Martínez (Acción Popular), María Córdova y Miguel Ciccia (Renovación Popular), Magaly Ruiz y Edhit Julón (Alianza para el Progreso), y Nilza Chacón, María Zeta, Magally Santisteban, Héctor Ventura, Mery Infantes (Fuerza Popular).
Cabe señalar que Sigrid Bazán ha anunciado que está recolectando firmas para presentar una moción de censura, directa, contra el ministro del MIDAGRI. Es evidente que esto es solo un gesto político, pues es necesario que primero se lleve a cabo la interpelación.
Finalmente, resaltar que el sector empresarial ha mostrado su apoyo al ministro, a pesar de sus polémicas.