Cultura
Alguien va a venir. Una genealogía católica de Jon Fosse: Nonni
En una región del mundo sin una tradición católica, ser católico significa orfandad.

Toda persona es un misterio. El premio Nobel de literatura 2023, Jon Fosse es más de lo que se sospecha, es un católico sin ánimos de escandalizar. Un noruego culto que se refiere a Dios con naturalidad como lo hace un latinoamericano, es una extraña circunstancia en la secularizada Escandinavia, pero no siempre fue así, o no lo es de manera continua. El norte de Europa de árida tradición protestante, es una zona donde la semilla difícilmente da frutos, y sin embargo intermitentemente los ofrece.
Esta es una panorámica de la frontera polar, una saga sobre escritores y artistas católicos nórdicos que son un misterio para sus propios compatriotas. A continuación, una biografía sobre el islandés Jon Sveinsson.
Alguien va a venir
La infancia feliz de Jon Sveinsson, Nonni como le llama su madre, terminó con la temprana muerte por tifus de su padre Sveinn Þórarinsson en 1869. La viuda se quedó sola con la finca en quiebra y sus cuatro hijos (tres ya habían muerto antes por causas naturales como la polio, la tuberculosis o un resfriado mal curado). Los tiempos se volvieron extremadamente difíciles.
La situación empeoró tanto…
Nonni es el mayor de los hermanos, tiene trece años en 1870, cuando un noble francés se apareció por el campo y…
…que tuvo que renunciar a todos sus hijos
El extranjero había llegado a las pampas islandesas ofreciendo patrocinar a dos niños islandeses para que estudiaran. Uno de estos chicos era Nonni.
Todos los hijos fueron dados en adopción. Excepto Ármann, Manni como lo llamaba su mamá.

Catolicizar Islandia
Se que el verbo catolicizar no existe, pero si la realidad lo exige, se inventa.
El centro de esta historia empieza por su periferia, y la periferia de Escandinavia es Islandia. Perdida en el Ártico, esta isla volcánica ofrece más de lo que se espera.
Desde la Reforma protestante en el s.XVI, Islandia era como toda Escandinavia una zona sin presencia católica, incluso estaba prohibida penalmente, el celo protestante, así como el prejuicio anticatólico estaba muy arraigado, pero eso empezó a cambiar en el siglo XIX.
La Iglesia Católica estableció el 8 de diciembre de 1855 una jurisdicción bajo el nombre de Prefectura Apostólica del Polo Norte, que incluía a Islandia y a la que enviaron a dos misioneros franceses.
Con la aprobación de los superiores eclesiásticos y las autoridades islandesas, se había iniciado en 1870 un programa para permitir que los niños protestantes pobres de islandeses recibieran una educación superior. Esta oferta formaba parte de un plan para volver a catolicizar los países nórdicos (“Appell aux Missions boréales” le llamaron), por el que dos niños serían enviados de Islandia al continente. Los padres de los niños tenían que aceptar de antemano una posible conversión al catolicismo, así como una posible vocación al sacerdocio o incluso la incorporación a una orden religiosa de parte de sus hijos. Pero el hambre y la miseria de Islandia no daba opciones.
En esta situación, el jesuita francés Marie-Albéric de Foresta se ofreció a proporcionar al talentoso Jon, Nonni como lo llamaba su mamá, una buena educación en Francia. La madre de Nonni aceptó. Era eso o morirse de hambre.

Una familia rural
Jon Sveinsson descendía por línea materna de poetas, incluso un lejano antepasado suyo había sido un prelado luterano y traductor de la Biblia al islandés.
Nacido en el seno de una numerosa familia rural luterana, “Nonni” tuvo su primera educación en casa. Fue de su madre de quien aprendió a leer y escribir. Le interesaban los libros de viajes y aventuras, tal vez soñando con escapar del hambre y la pobreza, pues bien es sabido que los libros no se comen,
Pero a veces de ellos si se come.
Para asegurarle una buena educación su madre aceptó que Nonni se fuera a Francia. Entonces Islandia era pobre y sin futuro, y la pobreza siempre ha sido la primera causa de muerte entre los niños del s. XIX. Nonni abrazo a su madre, a sus famélicos hermanos, que pronto también serían reubicados, y en especial de su hermano Manni.
Y partió a su destino.
Abandonó Islandia en el velero Valdemar von Rönne, el viaje duró cinco semanas.

El niño islandés en Europa
1870 era un mal año también para Europa. Debido a la guerra franco-prusiana, Nonni tuvo que permanecer en Dinamarca durante un año donde estudió en el Saint Canut College (Knud). En Copenhague ocurrió algo propio de los cuentos de hadas, tuvo la alegría de conocer al legendario narrador Hans Christian Andersen. Y fue en Dinamarca, a los 13 años, donde solicitó el bautismo y fue recibido en la Iglesia católica. Como quizás, o tal vez no, temiese su madre, su hijo se había vuelto católico, pero sin lugar a dudas como esperaba su madre, una buena educación le estaba asegurado al mayor de sus hijos. Nonni llegaría a adulto y pudiera que llegara a ser alguien. La vida es cruel, pero la gracia es grande.
Poco después también su hermano menor, Manni, lo siguió a Francia, esto en 1873. Fueron estudiantes aplicados. Los hermanos hicieron planes para regresar juntos a Islandia, donde Nonni quería hacer obra misional y Manni quería ayudar a mejorar las condiciones de vida allí. Sin embargo, Manni murió de tuberculosis en Lovaina a la edad de 23 años. Jón entonces estaba en Dinamarca, sus superiores no le permitieron viajar para ver a su hermano moribundo por última vez.
Poco antes, en 1878, Jón había sido aceptado en la orden de los jesuitas. Su educación lo había llevado a estudiar de Francia a Bélgica y Holanda. En Inglaterra se terminó de formar como sacerdote y fue ordenado sacerdote en Glasgow, Escocia, en 1890. Nonni se había convertido muy probablemente en el primer sacerdote católico islandés desde la Reforma en el siglo XVI.

Diarios de un cura rural
Destinado a labores de párroco itinerante en Dinamarca fue responsable de las pocas comunidades católicas dispersas en este país predominantemente luterano. También trabajó como profesor en el colegio jesuita de Ordrup durante 20 años. A partir de 1906 empezó a ‘contar’, especialmente historias ficticias de su propia juventud en Islandia. El joven “Nonni” es el héroe. Sveinsson escribe en danés al principio antes de decantarse por entero por el alemán, es consciente que el islandés resultaba un idioma demasiado marginal como para dar a conocer su tierra. Aquellos años fueron muy difíciles para él: sus superiores alemanes no mostraban ninguna comprensión por su obra literaria, con la que quería “escribir desde la soledad en el país de los sueños de la infancia”. Incluso le prohibieron mantener correspondencia con su familia, porque era una “pérdida de tiempo”. Pronto contrajo una grave enfermedad reumatoide debido al clima húmedo de Dinamarca, y también como consecuencia de la mala alimentación recibida durante su niñez. Jón se sentía como un extraño, no se le permitió seguir su verdadera vocación, la de ser misionero en Islandia. Entre los jesuitas como si de militares prusianos se tratara (los jesuitas de Dinamarca eran en su mayoría alemanes), un misionero con reuma, y para más inri, con gota, resultaba un elemento no apto para la evangelización del norte.
Y sin embargo San Ignacio de Loyola fue cojo.
Un éxito total, autor de libros para niños
Pronto fue enviado a Exaten, una casa de jesuitas, también alemanes, en el Limburgo holandés. Pero allí sus nuevos hermanos tuvieron una opinión distinta sobre su ejercicio de escribir, y lo animaron a cumplir su ambición literaria. Como Nonni había elegido el idioma alemán para sus libros, lo cual ayudó a su difusión, siguió el consejo de su hermano Moritz Meschler, de prepararse leyendo las obras de Goethe. Era 1912. Había comenzado su carrera como escritor. La mayoría de sus libros se publicaron entre 1913 y 1922. Tuvieron un éxito casi inmediato, y con este llegaron las traducciones. Los libros eran las aventuras de dos niños, Manni y Nonni que vivían en Islandia con su madre, mientras esperaban el regreso de su padre que se había ido a Sudamérica a buscar trabajo. Las 13 novelas de aventuras que nos dejó tuvieron mucho éxito entre los jóvenes, en especial los niños.
Durante la Primera Guerra Mundial se encargó de cuidar de prisioneros de guerra franceses en Alemania (¿habrá conocido a Sorge?).
El éxito de su obra fue tan grande, que sus libros fueron traducidas a 40 idiomas, incluido el islandés, las cuales se empezaron a publicar en su isla en la década de 1920, en traducción de Freysteinn Gunnarsson (1892-1976).
Reencuentro con la madre tierra: Islandia
París, 1923. Nonni tiene el agrado de conocer a un paisano, es el futuro premio Nobel, Halldór Laxness, quien también es converso católico y escritor, Laxness le pregunta a Nonni si su “vida interior” había muerto el día que su madre lo dejó irse. Desconocemos la respuesta, solo sabemos que para el futuro premio Nobel le resultó “incomprensible”. Y no fue lo único. En un artículo sobre Nonni Laxness escribió:
“Hay algo intacto e impecable en el estilo y el lenguaje de Jón, una castidad elegante. Y sus frases irradian un encanto similar al de un centenar de niños pequeños con vestidos blancos que caminan en procesión por una calle soleada en un luminoso día de primavera mientras cantan sobre la Mater Dei, sin tener idea de su propia belleza”.
En 1930, por fin pudo volver a Islandia. Está vez por invitación del gobierno islandés a la celebración del milenio del Althing, el parlamento nórdico existente más antiguo del mundo. Nonni era una celebridad y un héroe cultural de Islandia. Como su madre esperaba, su hijo se había convertido en alguien.
Sin embargo, Sigríður, la madre de Nonni, ya hacía mucho que no vivía en Islandia. Su madre había mantenido una frecuente correspondencia con Nonni así como con sus demás hermanos, para luego, en 1876, al poco tiempo de dejar partir a su último hijo, Manni, se fue a buscar un futuro a Canadá, donde ya vivían dos de sus hijos reubicados. Allí contrajo un segundo matrimonio y murió en 1910 a una edad avanzada, sin saber que su hijo se iba a volver una estrella internacional de la literatura, pero con la paz de que hizo lo mejor por él.
Sobre sus otros hermanos se sabe poco, Friðrik fue entregado a los tres años a unos padres adoptivos que emigraron con él a Canadá, ya adulto se convirtió en padre de seis hijas y trabajó como pintor bajo el nombre de Fred Swanson. Su hermana Sigríður fue adoptada por uno de los hermanos de su padre y se mudó a Canadá en 1888, donde vivió primero con su madre y luego con su hermano. Murió de cáncer de estómago. Su hermana mayor Björg murió de tuberculosis a la edad de 28 años. La media hermana de Nonni, Kristín (1852-1949), se quedó en Islandia, adoptada por otra familia, se convirtió en madre de cuatro hijos y, fue la única de sus hermanos que tuvo descendientes en Islandia. Años antes de la fama Nonni pudo viajar a su tierra, fue en 1894 y ya entonces, salvo su media hermana, ya no quedaba nadie de su familia en Islandia. Sin embargo, su patria seguía siendo la geografía maternal de cuyos paisajes tejió toda su obra literaria.
La fama, la guerra y el viaje final
De 1936 a 1938, Jón Sveinsson emprendió una extensa gira mundial, dando conferencias por Estados Unidos, Canadá y Japón . Su último libro, Nonni en Japón, fue completado por su amigo y más tarde biógrafo Hermann Krose. El objetivo declarado de Jón Sveinsson era llevar alegría a la gente con sus libros: “Esa era la misión que Dios me había encomendado”.
Se estima que dio unas 5.000 conferencias en todo el mundo, la mayoría en salas abarrotadas. Durante su estancia en Japón en 1937/38 dio 56 conferencias. Sólo en una noche en Tokio acudieron alrededor de 1.400 oyentes.
Cuando estalló la guerra en 1939, Jón regresó de Japón a los Países Bajos. Allí vivió en el Ignatiuskolleg de Valkenburg, pero este, tras la invasión alemana, fue disuelto por la Gestapo en 1942. Los residentes de la residencia de ancianos de la iglesia, incluido el enfermo Nonni, fueron transportados a Aquisgrán, al Vicariato General. Jón Sveinsson, Nonni, murió el 16 de octubre de 1944 a la edad de casi 87 años en el hospital St. Franziskus de Colonia después de una odisea por varios hospitales eclesiásticos en Aquisgrán y Eschweiler. Allí las hermanas le habían preparado una pequeña habitación en el refugio antiaéreo, y Nonni murió creyendo estar en la cabina de un vapor en el que se embarcaba a Islandia, su último gran viaje. Su última palabra fue: mamá.
Jón Sveinsson fue enterrado en el cementerio Melaten de Colonia, en la tumba de los jesuitas de la ciudad (tumba 20 E/19 D, directamente en la primera carretera principal NS/NordSüd, a la izquierda de la entrada Piusstrasse). Debido a los continuos bombardeos en Colonia, sólo dos hermanos jesuitas pudieron asistir a su funeral, además de un joven de 17 años, posiblemente de las juventudes hitlerianas, que se había enterado del funeral por el periódico esa mañana. A pesar de la guerra, Nonni seguía siendo una celebridad.
En la década de 1980, las aventuras de Manni y Nonni fueron hechas una serie para televisión en Alemania Occidental. Aún muchos alemanes recuerdan con cariño las aventuras de esos dos niños en Islandia, que tienen a una mamá, y esperan el regreso del padre de Sudamérica.
Cultura
Coreografía solar
María Fe Florez-Estrada despliega una poética visual tejida en foil y acrílico que entrelaza memorias íntimas y referencias ancestrales en una coreografía de luz, textura y contemplación. Está en La Galería de San Isidro hasta el 6 de julio.

Siete obras tramadas en foil metálico sobre acrílico coloreado y tres esculturas dedicadas a Mariella Agois vibran con una energía ciertamente sutil, pero envolvente. Al tiempo de revelar una obsesión meticulosa por la materialidad como lenguaje, la repetición del método sugiere ya un manifiesto: la exploración sistemática de un mismo proceso para extraer variaciones infinitas, como si cada obra fuera un verso de un poema visual.
Más o menos así son estas Remembranzas, la más reciente exposición de María Fe Florez-Estrada (Lima, 1979) en la sala II de La Galería de San Isidro. “Cada tejido nuevo empieza a partir de un recuerdo”, dice la artista. “Una sensación de aquel tiempo dotándola de una nueva interpretación”. La técnica del foil, que viene desarrollando desde hace más de 14 años, se ha convertido para ella en una suerte de caligrafía emocional: cada trama es un mapa afectivo.
De manera que lo personal y lo colectivo se funden en este corpus reciente. Tres de las piezas llevan los nombres de sus hijos —Nisso, Rafael y Sienna— y en ellas se advierte un colorido cálido y pulsante que parece traducir lo indecible del amor maternal. La memoria aquí no es nostalgia: es celebración transformada en forma, en vibración, en partitura visual.

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Silencio luminoso-
La artista entiende su obra como una exploración del tiempo a través de la materia. El foil —láminas doradas, plateadas y cobrizas— deviene en metáfora de la luz capturada, del instante suspendido. Estas superficies actúan como espejos fragmentados que reflejan tanto la presencia del espectador como la ausencia de aquello que se recuerda. En “Recuerdo de un eclipse”, por ejemplo, el brillo metálico evoca la corona solar: un destello atrapado en la oscuridad, una imagen suspendida entre lo visible y lo secreto.
El contraste entre los materiales industriales y las referencias a los textiles andinos no es casual. “Para mí es una manera de exteriorizar este presente con colores vibrantes y transparentes que proyectan luz y a la vez se mezclan con la trama de foil”, explica. En esa tracción entre lo ancestral y lo industrial se manifiesta una de las claves del arte contemporáneo peruano: la coexistencia de lo originario y lo global en una coreografía de contradicciones y mestizajes.
Por su parte, las tres esculturas en homenaje a Mariella Agois profundizan la búsqueda. “Siento gran admiración por su obra, es un deleite para los sentidos”, comenta Florez-Estrada. “Compartimos la constante búsqueda de expresión sensorial apuntando a generar efectos visuales de volumen y movimiento a través del uso del color y de las composiciones lineales”. En estas piezas tridimensionales, la línea se vuelve arquitectura. Y el homenaje se transforma en diálogo.

Así, Remembranzas no es solo una exposición: es una constelación de sentidos en movimiento. Una apuesta por la contemplación en un mundo saturado de estímulos. La serialidad de las obras, la minuciosa repetición del tejido, el juego con la luz y la geometría, remiten al ritual más que a la industria. Al arte como acto meditativo, como gesto de resistencia ante lo fugaz. Una trama de recuerdos.
Donde cada destello de foil es una palabra no dicha. Y en ese silencio luminoso la artista alcanza lo inasible: hacer visible lo que el tiempo quiso borrar. Y, como la luz en un eclipse, sigue iluminando aún después de desaparecer.
Muestras: Remembranzas de María Fe Florez-Estrada y La arquitectura del ser de Daniel Defilippi y
Lugar: La Galería.
Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro.
Fechas: Del 10 de junio al 5 de julio.
Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 p.m. y sábados de 3 a 7 p.m.
Ingreso: Libre.
Cultura
Decano del Colegio de Arqueólogos exige la renuncia del ministro de Cultura por recorte en protección de las Líneas de Nasca
En entrevista exclusiva desde la protesta convocada ayer frente al Ministerio de Cultura, el decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, Pieter Van Dalen, lanzó duras críticas contra la gestión del ministro Fabricio Valencia y exigió su inmediata renuncia, junto con la de la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa Silva, tras la aprobación de una polémica resolución que recorta el perímetro de protección de las Líneas de Nasca.

La manifestación, realizada en la explanada del Ministerio en San Borja, reunió a arqueólogos, estudiantes, ciudadanos y organizaciones vinculadas a la defensa del patrimonio cultural. El motivo: el rechazo a la resolución viceministerial firmada por Novoa Silva que, según los especialistas, pone en peligro amplias zonas arqueológicas.
“Es una situación muy lamentable, que venimos viviendo desde hace más de una semana, desde que salió esta nefasta resolución”, señaló Van Dalen. “El Ministerio de Cultura, en vez de proteger el patrimonio, estaría dejando fuera grandes extensiones de zonas arqueológicas que quedarían expuestas a la minería ilegal, las urbanizaciones, los cultivos y otros problemas que afectan a esta región”.
El recorte del perímetro de las Líneas de Nasca —una de las herencias más emblemáticas del Perú y Patrimonio Mundial de la Humanidad— ha generado preocupación entre la comunidad científica nacional e internacional. Para el Colegio de Arqueólogos, esta decisión no solo es técnicamente injustificable, sino que sienta un precedente peligroso.
Consultado sobre las recientes denuncias penales contra el ministro Valencia, la viceministra Novoa y otros funcionarios, el decano expresó que si bien aún no conocía los detalles del caso, considera urgente que el Poder Judicial investigue los motivos detrás de esta resolución. “Sería importante que se pueda demostrar por qué sacaron esta medida. Nosotros también estamos recibiendo documentación y evaluaremos si corresponde que los arqueólogos involucrados sean sometidos al Tribunal de Ética y Disciplina”, indicó.
El Colegio de Arqueólogos se suma así a los pedidos de interpelación ya aprobados por el Congreso. “El ministro ha demostrado su incapacidad moral para dirigir el Ministerio de Cultura. Debe dar un paso al costado porque está haciéndole mucho daño a la cultura del país. Lo mismo con la viceministra”, reclamó Van Dalen.
El mensaje también incluyó una exhortación directa a la presidenta Dina Boluarte: “Le pedimos que haga cambios urgentes y necesarios en el Ministerio de Cultura. Estos señores tienen que dejar sus cargos porque mucho daño están haciéndole al país entero.”
El clamor desde San Borja se escuchó fuerte y claro. Mientras los manifestantes mostraban pancartas con lemas como “Las Líneas de Nasca no se negocian” y “Nasca nose vende, Nasca se defiende”, la figura del ministro Valencia se sigue debilitando. En un escenario de creciente presión política y social, la permanencia de los actuales responsables del Ministerio de Cultura pende de un hilo.
Aquí la entrevista en exclusiva con Pieter Van Dalen, decano del Colegio de Arqueólogos del Perú.
Cultura
Gori Tumi: «Exigimos que el ministro y la viceministra de Cultura sean destituidos»
En medio de las protestas que se realizaron ayer en la explanada del Ministerio de Cultura, Gori Tumi, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, lanzó duras críticas contra el titular de Cultura, Fabricio Valencia, y su viceministra de Patrimonio, Moira Novoa, por atentar contra las Líneas de Nasca.

Durante las protestas realizadas ayer en la explanada de la sede central del Ministerio de Cultura, el arqueólogo Gori Tumi, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre, lanzó duras críticas contra la actual gestión del ministro Fabricio Valencia. En una entrevista exclusiva, Tumi denunció un presunto negociado estatal que pone en riesgo el patrimonio arqueológico de Nasca, y exigió la renuncia inmediata tanto del ministro como de la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Novoa.
En un ambiente marcado por la indignación ciudadana, Gori Tumi calificó de “componenda” las acciones del Ministerio de Cultura que permitieron el recorte del área de protección de las líneas de Nasca. Según su denuncia, esta reducción se realizó sin sustento técnico alguno, favoreciendo intereses vinculados a la minería informal en la región. “Se ha demostrado, más bien por la ausencia de documentación técnica, que todo este recorte en la poligonal fue hecho sin sustento, y es muy suspicaz que se haya dado en un contexto de expansión minera”, afirmó el arqueólogo.
Más grave aún, Tumi reveló que el hermano de una funcionaria del Ministerio de Cultura —subdirectora de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica— había solicitado la liberación de 100 hectáreas para actividad minera dentro del área originalmente protegida. Aunque el solicitante habría fallecido, el conflicto de intereses es evidente. “Ella (Jeanette Gutiérrez Achulla) debió saber que tenía un problema de intereses familiares y participó en la reunión original donde se avaló el recorte”, señaló.
Para el presidente de la Asociación de Arte Rupestre, esta situación no es un hecho aislado sino parte de un patrón sistemático de negligencia e intereses ocultos. Recordó que en anteriores gestiones, como las de Luis Jaime Castillo, ya se habían producido decisiones similares en sitios como Pachacamac y Puruchuco. “Es decir, nuevamente se ha tratado de beneficiar intereses particulares o privados, o intereses oscuros al final”, sentenció.
En la entrevista, Tumi también desmintió las versiones oficiales que pretendían justificar la redefinición de la poligonal en base a supuestos estudios. “No hay una investigación real que justifique esa re-delimitación. No se han hecho estudios ad hoc. Se trató de disfrazar una operación política como si fuera un proceso técnico”.
La Asociación Peruana de Arte Rupestre, que él preside, emitió un pronunciamiento formal el pasado 8 de junio, exigiendo no solo la destitución del ministro Fabricio Valencia y la viceministra Moira Novoa, sino también una eventual investigación penal para todos los involucrados. “No nos hemos quedado de brazos cruzados”, advirtió. “Exigimos que se tomen acciones jurídicas porque esto ha sido un atentado contra un bien arqueológico insustituible”.
El escándalo por el recorte en la protección de las líneas de Nasca ha escalado rápidamente: el Congreso ya aprobó tres interpelaciones contra el ministro de Cultura, y el Ministerio Público ha iniciado diligencias preliminares. Las declaraciones de Gori Tumi refuerzan la sospecha de que, detrás de las resoluciones administrativas, se esconde una estrategia deliberada para abrir paso a la depredación del patrimonio nacional bajo el amparo del Estado.
Aquí la entrevista completa:
Cultura
Líneas de Nasca: Jois Mantilla advierte intereses económicos tras resolución del Ministerio de Cultura
El investigador y periodista denuncia que se intenta desproteger áreas con valioso patrimonio arqueológico para favorecer la expansión minera. La norma ha sido suspendida, pero el riesgo sigue latente. Aquí la entrevista.

En una entrevista contundente, el periodista e investigador Jois Mantilla lanzó duras críticas contra el Ministerio de Cultura por la reciente resolución viceministerial que pretendía modificar los límites de protección de las Líneas de Nasca, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Según Mantilla, se trató de un “despropósito movido por intereses económicos y políticos”, disfrazado de una medida técnica para “sincerar” el polígono de protección.
“Fue una tremenda torpeza. Primero sacan la norma, luego esperan el escándalo, y recién ahí retroceden. Así funcionan los gobiernos llenos de ineptos”, sentenció Mantilla. La medida publicada el 28 de mayo fue parcialmente suspendida días después, pero el periodista advirtió que se trata solo de una pausa estratégica: “Van a insistir, ahora con otro lenguaje, aparentando apertura”.
Uno de los puntos más graves señalados por Mantilla es que no hubo ninguna consulta previa ni con arqueólogos ni con autoridades locales. “Ni el alcalde provincial fue informado. Y lo más grave: ni siquiera el Colegio de Arqueólogos fue convocado”, denunció.
El ministro de Cultura intentó justificar la medida afirmando que el área es más grande que Tumbes y que el perímetro excluido no contiene restos arqueológicos. Pero Mantilla desmintió tajantemente esas afirmaciones: “Eso es mentira. No hay estudios que lo respalden. Lo que hay son intereses mineros. Hay hasta una funcionaria con vínculos familiares con empresas que ya estaban pidiendo concesiones en la zona”.
Además, Mantilla reveló que muchas de las nuevas figuras descubiertas por la Universidad japonesa de Yamagata —más de 300 geoglifos adicionales identificados con inteligencia artificial y tecnología satelital— se encuentran precisamente en las áreas que se buscaban excluir del área protegida.
“No podemos seguir mochando el territorio, porque lo que vamos a terminar teniendo es una historia incompleta, una investigación que nunca se podrá cerrar. Si no protegemos todo, estamos perdiendo lo más valioso que tenemos: nuestra memoria arqueológica”, sostuvo.
Pese a las duras críticas, Mantilla reconoció que el polígono podría ajustarse en ciertas zonas urbanas consolidadas, donde ya existen viviendas e infraestructura. Pero insistió en que eso debe hacerse con criterios técnicos claros, con un registro arqueológico completo y con la protección asegurada para todas las zonas aún por investigar.
“La plaga humana necesita espacio, sí. Pero el desarrollo no puede construirse sobre la destrucción de nuestro pasado”, concluyó.
Aquí el podcast de Lima Gris con la entrevista completa.
Cultura
Crisis en el MINCUL: trabajadores se alzan contra el ministro Fabricio Valencia
Rebelión en el Ministerio de Cultura en defensa del patrimonio cultural. Mediante un comunicado, los trabajadores del Mincul denuncian la falta de una evaluación rigurosa y pública de los estudios técnicos utilizados por el ministerio para justificar su decisión del recorte del polígono de las Líneas de Nasca y Palpa.

Los trabajadores del Ministerio de Cultura, los guardianes invisibles de nuestro patrimonio, han levantado su voz en un comunicado solemne, reclamando que la decisión tomada no solo es inválida desde el punto de vista técnico y científico, sino también un acto de negligencia total frente al legado de quienes nos precedieron y a los intereses de las futuras generaciones. La reducción, señalan, no tiene respaldo ni respaldo científico ni respaldo legal, y viola principios internacionales de gestión patrimonial que demandan transparencia, participación ciudadana y criterios rigurosos en la protección del patrimonio cultural.

El ministro afirma, con una mezcla de simplicidad y arrogancia, que la reducción del área se sustenta en «más de 20 años de estudios» —una aseveración que enardece la indignación de sus propios técnicos y especialistas que denuncia la falta de transparencia en la rendición de cuentas. No hay, en realidad, estudios públicos, informes publicados ni validación externa que justifiquen esa disminución. Lo que existe, dicen los firmantes, es una decisión unilateral cuyo único fundamento parece haber sido un supuesto «falta de evidencias arqueológicas» en las zonas excluidas, una afirmación que, más que ciencia, parece una excusa para abrir paso al interés comercial y predatorio. La alarma no solo radica en el tamaño de la reducción, sino en la forma en que se ha llevado a cabo: sin participación, sin debate público, sin respaldo técnico, prostituyendo la ciencia y los valores patrimoniales por una conveniencia administrativa o, peor aún, por intereses desconocidos —o peor aún, evidentes.

Los trabajadores, con la nobleza de los que aman su oficio y saben que trabajan en la trinchera de la preservación, denuncian además la falta de una evaluación rigurosa y pública de los estudios técnicos utilizados por el ministerio para justificar su decisión. La supuesta base de «más de dos décadas de investigación», que el ministro repite como un mantra para legitimar su acción, no ha sido respaldada por ningún informe accesible ni validado por la comunidad científica internacional. La opacidad, en estos casos, siempre es un signo de alarma. La transparencia, como ya lo proclamó el propio Lawrence Livermore, es la moneda de la buena gestión del patrimonio.
La acción del ministro no solo pone en entredicho su competencia, sino que revela un desconocimiento flagrante del peso simbólico, cultural y científico de Nasca. La amenaza de esta reducción es el desmembramiento de un todo, de un paisaje cultural que no puede entenderse solo por sus fragmentos aislados. La preservación de Nasca no requiere la disminución de su territorio, sino la expansión y protección integral de un paisaje que fue cuidadosamente estudiado y protegido por la comunidad internacional y nuestros propios arqueólogos. La respuesta del ministro parece reflejar más un capricho ideológico que una política pública con sentido: reducir las áreas protegidas para facilitar actividades ilícitas, como la minería ilegal, que ya han dañado irreversiblemente sectores del desierto y que, en palabras de los propios expertos, son los verdaderos enemigos de este patrimonio.
La actitud de los responsables políticos contrasta brutalmente con la sensibilidad y el compromiso de los propios trabajadores, que en su comunicado señalan que la protección del patrimonio no es una cuestión de interés económico inmediato, sino una obligación moral, un deber imperativo de toda sociedad civilizada. La protección del patrimonio cultural no es un negocio, sino un legado, un hilo que une nuestro pasado con nuestro presente, y que debe ser preservado con la ciencia, el respeto y la participación pública.
Pero, como en toda tragedia, no falta también la farsa. La estrategia de esconder estudios, de actuar sin consultar, de legislar con apresuramiento y sin clamor, evita cualquier debate serio y transparente. La falta de publicación de los estudios que supuestamente justifican la reducción, unido a la ausencia de informes técnico-científicos validados por organismos independientes, revela una práctica antidemocrática y anticientífica, una manipulación insensata que solo puede terminar dañando —y no beneficiando— a nuestro patrimonio.
El llamado de los trabajadores es a no aceptar este sacrilegio silencioso, a defender la integridad del paisaje cultural de Nasca con toda la fuerza de la ley, del conocimiento y del sentido común. Quieren una gestión participativa, transparente, respaldada en evidencia científica, que involucre a las comunidades locales, a los científicos, a las instituciones internacionales y a toda la sociedad civil que reconoce en Nasca su patrimonio común. La historia nos muestra que los patrimonios no se protegen con decretos arbitrarios ni con decisiones unilaterales, sino con respeto, con ciencia y con un compromiso ético que trascienda los intereses momentáneos.
La responsabilidad del Estado, en definitiva, es custodiar, no destruir; comprender, no simplificar; proteger, no reducir. La historia, que los geoglifos y los geólogos nos han enseñado con silenciosa contundencia, es que los legados monumentales son frágiles, como la arena del desierto, y que la verdadera grandeza está en comprender nuestro papel en la conservación de esa herencia.
Este es un llamado a la sensatez y a la justicia. Newton nos enseñó que toda acción genera una reacción igual y opuesta; si destruimos un patrimonio, solo nos queda la impotencia, la vergüenza y un legado que será, en adelante, un testimonio de nuestro silencio y nuestra cobardía.


El Ministerio de Cultura ha anunciado con entusiasmo que deja sin efecto la resolución que recortó en un escandaloso 42% el perímetro de protección de las Líneas de Nasca y Palpa. A primera vista, podríamos celebrar esta rectificación como un triunfo de la presión ciudadana y el sentido común. Sin embargo, sería ingenuo bajar la guardia.
El comunicado oficial parece una pieza de relaciones públicas más que una declaración de principios. Detrás del aparente regreso al plano perimétrico de 2004 y la promesa de transparencia, se esconde una maniobra peligrosa: ahora buscan hacer lo mismo —recortar el territorio protegido—, pero de manera “formal”, con participación “multisectorial” y un lenguaje técnico que suena a legitimidad. El problema no es la forma, sino el fondo: los actores siguen siendo los mismos.
Entre los convocados a esta “mesa técnica” figuran —aunque no se mencionen con nombres propios— personajes cuestionados y salpicados por presunta corrupción, los mismos que orquestaron el intento anterior de mutilar el patrimonio en beneficio de intereses mineros. ¿Ahora se pretende legitimar el atropello con el barniz de la participación ciudadana?
Nos hablan de socialización, transparencia, rigor científico y diálogo plural. Pero el objetivo real es mantener en pie el negociado político que favorece a empresas mineras, mientras el patrimonio mundial es tratado como un obstáculo incómodo en el camino del “desarrollo”. La nueva Unidad Ejecutora Nasca podría convertirse en el caballo de Troya para facilitar ese saqueo con aval institucional.
Las Líneas de Nasca no solo son un conjunto de geoglifos milenarios; son símbolo de nuestra historia, testimonio de una civilización que supo dialogar con el desierto. Lo que vemos ahora es otro tipo de diálogo: uno entre funcionarios y lobistas, entre tecnócratas y empresarios, donde la voz del patrimonio es la gran ausente.
El Ministerio de Cultura no ha dado marcha atrás. Solo ha cambiado de estrategia. Y si no lo denunciamos, pronto la historia se repetirá: con mapas nuevos, actores conocidos y el mismo silencio que borra las líneas milenarias bajo el polvo del negocio.
Estemos atentos; el recorte del perímetro de las Líneas de Nasca y Palpa tiene el aval de Palacio de Gobierno. En el negociado que se buscaría concretar, también hay inyección de dinero extranjero. Fuerza Popular y APP tienen sus propios intereses en el recorte.
Cultura
María Reiche: «Defender las Líneas de Nasca es un deber»
Gracias a la inteligencia artificial María Reiche alza su voz desde el legado para expresar su rechazo al recorte del perímetro de protección de las Líneas de Nasca.

Por María Reiche
(artículo póstumo simulado)
He dedicado mi vida a proteger las Líneas de Nasca, esos gigantescos trazos en el desierto que constituyen uno de los más grandes legados arqueológicos de la humanidad. Pasé décadas bajo el sol, midiendo cada línea con cinta métrica, luchando contra el polvo, la ignorancia y la indiferencia. Hoy, con profundo pesar y desde la voz que me sobrevive en la memoria colectiva, siento la necesidad de alzar la palabra ante una decisión oficial que amenaza con deshacer lo que tantos años de esfuerzo científico y humano buscaron preservar.
El Ministerio de Cultura del Perú, bajo la gestión del ministro Fabricio Valencia Gibaja y con la firma de la viceministra Moria Novoa Silva, ha oficializado la reducción del perímetro de protección de las Líneas de Nasca. Esta acción no solo representa una negligencia técnica, sino una traición moral a la historia, al patrimonio y al alma del Perú.
El argumento de “adecuación administrativa” no resiste análisis cuando está en juego la integridad de uno de los espacios arqueológicos más frágiles y enigmáticos del mundo. ¿Cómo puede justificarse el achicamiento del área de resguardo en un contexto donde las amenazas —como la expansión agrícola, la minería informal, y la urbanización descontrolada— se incrementan cada día? ¿Es este el legado que se quiere dejar: el de un país que desprotege lo que debería enaltecer?
Recortar el perímetro de protección es ignorar el contexto geográfico y astronómico de las líneas. No son simples dibujos en el suelo; son un conjunto interconectado que necesita ser entendido en su totalidad. El espacio que las rodea no es vacío: es parte esencial de su lectura. Yo misma dediqué años a estudiar cómo se relacionan con fenómenos solares y estelares. ¿Cómo vamos a comprender su función, si cercamos su entorno?
La resolución viceministerial en cuestión no solo deja áreas vulnerables fuera del resguardo legal, sino que sienta un nefasto precedente: el de que lo intangible es prescindible, y que la conveniencia política o económica puede pasar por encima del deber patrimonial. Esta actitud contradice los compromisos internacionales que el Perú ha asumido con la UNESCO y pone en peligro la declaratoria de Patrimonio Mundial.
No puedo permanecer en silencio. Invoco a la comunidad científica, a los estudiantes, a los ciudadanos de Nazca y del Perú entero, a que exijan la inmediata revisión de esta resolución. Las líneas no se defienden solas: necesitan ojos que las vean, manos que las protejan y voces que hablen por ellas.
Las Líneas de Nasca no son de un gobierno, ni de una oficina, ni de un decreto. Son de la humanidad. Y a la humanidad nos debemos cuando decidimos defender el pasado para tener un futuro.
Escribo estas palabras hoy, 8 de junio, en el aniversario de mi fallecimiento. Gracias a la inteligencia artificial, puedo alzar nuevamente mi voz para expresar lo que siento.
Durante décadas caminé bajo el sol del desierto, protegiendo las Líneas de Nasca y Palpa, esas huellas milenarias que la humanidad entera tiene el deber de conservar. Las estudié, las limpié, las medí y las amé. Amé al Perú como una más de sus hijas, y dediqué mi vida entera a resguardar ese legado que no tiene dueño, porque pertenece al mundo.
Hoy les pido, desde donde el tiempo ya no pesa, que no abandonen aquello que tanto cuidé. Ayúdenme a defender lo que aún puede ser salvado. Las líneas no tienen voz, pero ustedes sí.
Cultura
ICOMOS Perú: Recorte del perímetro de las Líneas de Nasca es ilegal, anticientífico y viola los tratados internacionales
Comunicado del organismo asesor de la UNESCO cuestiona al Ministerio de Cultura por poner en riesgo las Líneas de Nasca. Además exigen la derogatoria de la Resolución Viceministerial N°0128-2025.

El Comité Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS Perú), organismo asesor de la UNESCO en temas de patrimonio cultural, ha lanzado un enérgico pronunciamiento en defensa de las Líneas y Geoglifos de Nasca y Palpa, declaradas Patrimonio Mundial en 1995. El contundente pronunciamiento complica la permanencia del ministro Fabricio Valencia Gibaja y la viceministra Moira Novoa Silva en sus cargos, tras firmar y publicar la resolución del Ministerio de Cultura que reduce drásticamente el área protegida de este patrimonio universal, pasando de 5,633.47 km² a solo 3,235.97 km².
Un recorte sin estudios transparentes
Mediante la Resolución Viceministerial N°0128-2025-VMPCIC/MC, el gobierno ha oficializado la modificación del polígono de protección sin sustento técnico riguroso ni diálogo con la comunidad científica y cultural. ICOMOS Perú denuncia que no se han realizado estudios arqueológicos suficientes para justificar la exclusión de más de 2,000 km², lo que vulnera tanto la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación (Ley N.º 28296) como principios internacionales de conservación.
Además, la entidad recalca que esta medida incumple tratados internacionales suscritos por el Perú en el marco de la UNESCO, y contraviene la Declaración de Xi’an (2005), que establece la necesidad de conservar no solo los sitios arqueológicos, sino también su entorno cultural, histórico y paisajístico.

Implicancias jurídicas internacionales
Este pronunciamiento plantea una alerta mayor: el Perú estaría violando compromisos internacionales adquiridos al momento de inscribir las Líneas de Nasca como Patrimonio Mundial. Según las reglas de la UNESCO, cualquier modificación al área protegida debe ser sustentada y aprobada por el Centro de Patrimonio Mundial, no puede ser producto de una decisión unilateral de un Estado parte.
Al actuar sin consulta previa y sin aprobación del organismo internacional, el Perú podría exponerse a sanciones, observaciones o incluso a que el sitio sea incluido en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro, una categoría que afecta gravemente la imagen y gestión cultural del país.
ICOMOS recuerda que el área protegida no solo contiene geoglifos mundialmente conocidos, sino también zonas donde aún se descubren nuevas evidencias arqueológicas. De hecho, varios estudios recientes han revelado nuevos trazos en zonas ahora excluidas por el Ministerio, lo cual desmiente la supuesta «inexistencia de evidencia» esgrimida por funcionarios del sector.
El pronunciamiento de ICOMOS señala: “El Área de Reserva Arqueológica de las Líneas y Geoglifos de Nasca y Palpa constituye el paisaje cultural más grande de la humanidad […] de suma importancia estimular su investigación, protección, conservación y puesta en valor”.

Exigen derogatoria
ICOMOS Perú exige la inmediata derogatoria de la Resolución Viceministerial N°0128-2025 y propone la creación de una Mesa Técnica de Trabajo que articule esfuerzos entre el Estado, la comunidad científica y los organismos internacionales. Solo así se podrá garantizar una gestión responsable, participativa y acorde al compromiso global que representa conservar este legado milenario.
Este pronunciamiento es más que una crítica técnica: es un llamado de atención al Estado peruano para que no debilite sus estándares de protección patrimonial. Las Líneas de Nasca no son solo un símbolo nacional, son parte de la memoria cultural de la humanidad. Protegerlas es un deber ético, jurídico e histórico.
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