Adrián Saba. Fotos: Luis Felipe Alpaca.
Dentro de la cinematografía nacional, Adrián Saba se ha ganado un espacio importante gracias a sus dos largometrajes El limpiador y El soñador. Con 27 años, este joven cineasta ha recorrido varios festivales internacionales y ha cosechado varios premios, actualmente su obra lo posiciona como uno de los talentos del cine peruano.
Nos encontramos con Adrián hoy por la mañana en el Centro Cultural PUCP, con él conversamos sobre el proceso de sus películas, el desarrollo de sus historias y sobre el abandono, temática que lo persigue inconscientemente.
También hablamos de la ética, del lobby y de la revolución digital en el cine, revolución que les ha permitido a muchos jóvenes poder contar sus propias historias. Además, confiesa que en vez de ver películas, prefiere invertir ese tiempo en escribir sus guiones.
Con su película El soñador, Adrián participa de la competencia ficción en el 20° Festival de cine de Lima, el gran evento cinematográfico que se inaugura mañana viernes 05, y va hasta el el 13 de agosto.
Adrián, tu temática ha despertado mucho interés, ya que tus películas se alejan del cine peruano convencional ¿A qué crees que se deba eso?
No tengo idea. Me gusta intentar hacer cosas cinematográficas, y siento que la realidad no siempre es cinematográfica, no siempre funciona a un nivel narrativo o estético. Por ejemplo, en la manera como Chaplin abre lo cerrojos, la realidad es que así no se abren los candados, pero decidimos hacerlo de esa manera porque fluye más orgánico y armonioso. Esos pequeños detalles son parte de la creación de un universo. Ya que el cine esta para crear un mundo aparte.
Nuevamente el tema del abandono se repite en tu película
Eso no me había dado cuenta, me di cuenta recién en el último borrador del guion o mientras filmábamos. Debe ser tal vez porque me parece interesante la gente que no tiene a donde regresar, no tiene otra que ir hacia adelante, no hay un hogar a donde regresar.
En el tema de la narración, has tenido bastante cuidado en la edición de los flashback y los sueños.
De hecho eso fue en la edición lo más difícil, fue lo que más tiempo nos tomó pulir, porque no queríamos ser confusos, pero también queríamos mantener cierta magia y ambigüedad en algunos casos. Entonces, tener que encontrar una delgada línea para no perder al público fue importante.
En El Soñador tu hermana hace la música, cuéntame cómo ha sido la experiencia de trabajar con ella.
Cuando uno trabaja con un pariente hay esa línea diplomática que es más borrosa, pero trabajar con Nuria no tiene precio, yo la escojo porque es muy talentosa, es más, yo siempre intento no escogerla, pero no puedo, confío mucho en lo que hace.
Y otro talento que te acompaña también en tu segundo largometraje es César Fe, que hace un gran trabajo en la fotografía, esta vez se encarga de crear diferentes atmósferas con los colores.
Era muy importante que cada espacio y cada personaje tengan sus propios colores. Es un trabajo en conjunto que se realizó con César Fe y con el director de arte Aaron Rojas. Era importante que la película tenga esos colores, fue algo que quisimos probar, y fu totalmente diferente a El limpiador, donde todo era monocromático. Quisimos hacer algo con color, que la cámara se mueva, que sea más libre en el sentido visual.
En el filme buscas que el espacio donde sucede la historia sea universal, es decir, tratas de que no se note que es Lima o el Callao. Buscaste eso desde el principio.
Nos gusta crear universalidad. Había una parte en el guion donde alguien decía Lima, pero en el rodaje lo quitamos, quisimos que no esté tan contextualizado, que la gente no reconozca muy bien las calles, es querer crear un mundo aparte, y nos interesaba crear una ciudad portuaria, con los container, el mar, las fábricas.
Buscaron una estética industrial…
Sí, totalmente industrial, igual no parece Lima, pero se ha filmado en Lima y en otras regiones del Perú. Es cuestión del ángulo que escoges y de las transformaciones en el set.
Con relación a los actores, el personaje principal que es Sebastián, tiene un rostro bastante peculiar, y con el correr de los minutos el personaje tiene carácter y sorprende ¿cuéntanos como fue el proceso del casting?
Fue un proceso muy largo, en el que vimos 150 actores. Desde el inicio yo estaba decidido por Gustavo Borjas, en la primera versión del guion lo había visto en una obra de teatro y me decidí por él, pero también era importante que el grupo funcionara visualmente, tallas, en que los dos hermanos se parezcan, era importante encontrar esa armonía en el grupo, y eso fue lo que hizo largo las distintas sesiones de casting.
Otro detalle importante, es el hecho de que tú participas este año en el festival con El Soñador, pero no participaste hace unos años con El limpiador, pudiendo hacerlo. Se debe tal vez a que tu papá ese año era el director del Festival de Cine de Lima.
Si bien hay un comité que escoge las películas, y no solo es el director del festival, debo decir que éticamente no estaba 100 % bien.
Por eso lo señalo, ya que me parece un detalle muy importante, que hable muy bien de tu persona. Ya que a otros cineastas de repente no les importaría el tema ético. La realidad es que vivimos en un mundo de lobbies y el cine también tiene sus lobbies.
Pero también yo creo que si uno chambea y hace algo bueno, va contra todos los lobbies posibles, ya que el lobby no es una estructura indestructible.
Mucha gente dice que el problema del cine peruano son los guiones, ¿Crees que esa es la cojera de nuestro cine?
Yo creo que en la parte que cojea, muy aparte de otras, sí son los guiones y la calidad en la producción. Yo siempre comparo algunas películas peruanas con otras películas internacionales del mismo género, y siento que todavía no estamos a la altura. Pienso que muchas cosas se hacen sin el máximo cuidado que merecen, hay otras películas como Videofilia, que su producción y los distintos formatos es parte de la propuesta, pero hay películas que esos detalles no son parte de la propuesta y simplemente se hizo así, porque se hizo rápido y se tenía que llegar a la fecha de estreno, en fin.
¿Te consideras un cineasta independiente?
Hasta el momento creo que he tenido la suerte de hacer lo que quiero con mi equipo, y no he tenido que ceder a ninguna concesión, entonces supongo que puedo ser independiente, pero igual dependo de muchas cosas (risas). Depende de DAFO, de auspicios, hemos contacto con el apoyo de PROMPERÚ y de la Fundación BBVA. Entonces sí depende de algunos engranajes para que funcione el motor.
Hay una cosa que crítico a muchos cineastas, ya que actualmente muchos jóvenes que hacen cine, no ven cine.
Sí, eso es cierto. Y tengo que decirte que yo estoy igual (risas). O sea, no veo tanto cine como debería de ver, y siento que me falta un montón, me doy cuenta de eso porque otras personas con las que converso están años luz a lo que yo veo de cine. Yo prefiero escribir, o avanzar en algún guion en vez de ver una película. Digamos, si estoy con mi computadora tengo la decisión de ver Netflix o la decisión de abrir un Word dos horas y media, voy abrir Word dos horas y media.
Digamos que el hecho de escribir te atrae mucho más…
Sí. Pero ahora acabo de terminar de ver esta serie Stranger Things, muy buena. Y la verdad que nunca había terminado de ver una serie en mi vida, hasta que lo pude hacer.
¿En tu caso qué tan importante ha sido toda esta revolución digital en el cine?
Muy importante, creo que sin la era digital ahorita no estaría donde estoy, y donde estamos muchos. Lo digital ha democratizado el cine. Si bien sigue siendo un medio caro y difícil, lo digital ha hecho que esté al alcance. O sea si tú te imagines una historia simple y te encuentras con los amigos correctos, sí puedes hacer algo barato, eso antes era imposible, y Coppola lo dijo hace un tiempo cuando hacía Apocalypse Now: “La era digital va dar la posibilidad de que el siguiente Mozart del cine se encuentre en una granja en el medio de la nada, porque todos van a tener la posibilidad de filmar”. Y esto va creciendo cada vez más, ahora cuantas películas se hacen con el iphone. Pero también como dice un amigo “No es la flecha sino es el indio” es decir, puedes tener todas las herramientas pero si no sabes apuntar, no sabes cómo utilizar la herramientas no harás una buena película.
Ya que te gusta escribir, imagino que ya estás trabajando en tu siguiente historia.
Sí, tengo un guion con el cual tengo la idea de filmar al final del próximo año.
¿Ya tienes el título?
La erección de Toribio Bardelli, vamos a ver que sale (risas). Creo que es distinto a lo que vengo haciendo hasta el momento.