La extraordinaria soprano de coloratura y antropóloga peruana alista nuevo disco y espectáculo en la FIL Guadalajara. Nueva producción musical se estrenará en enero de 2022.
Hay noticias de que estás preparando nuevo material para cerrar este 2021, con presentaciones internacionales.
Si todo sale bien, en noviembre participaremos en la FIL de Guadalajara, y ahora estamos preparando el nuevo tema que esperamos lanzar a inicios del próximo año. Este 2021 estamos con varios proyectos en marcha y vamos avanzando poco a poco. Ahora estoy con Novalima y Guillermo Grimaldo del Solar. Yo tuve una colaboración con ellos hace unos años, al lado de Liberato Kani. Desde entonces hemos interactuado mucho en conciertos y otros eventos, y a partir de ahí nace esta propuesta de armar un nuevo proyecto andino electrónico, que ya en octubre verá la luz.
La versión del Himno Nacional en quechua se ha convertido en un hit. Se ha cantado en muchas actividades oficiales…
Sí, se ha cantado en todas partes (ríe). Desde que lo saqué en 2015, no ha parado. Ha sido como una puerta que me ha permitido ingresar a varios espacios.
¿Crees que todos los peruanos deberíamos aprender quechua, para evitar polémicas como la de hace unos días en el Congreso?
Mira, yo creo que, si se da eso con el quechua, pues se tendría que dar también con las más de 40 lenguas originarias que tenemos en el Perú. Pienso que debería darse una propuesta para que se estudien las lenguas originarias más importantes y extendidas del país, ponerlas en las plataformas de escuelas y universidades de todo el Perú. Es que es algo muy importante, es casi como llevar cursos básicos. Yo hablo un poco de quechua, que aprendí de mis padres, y en esa misma medida también lo entiendo.
¿Crees que quien habla quechua posee una sensibilidad distinta de quien no domina la lengua? Una especie de “sentir” distinto…
Por supuesto, claro que sí. Imagina que no hablas quechua y que hablas inglés o francés, que son idiomas comerciales claro está, pero estas lenguas vienen acompañadas de un sentir particular. La música francesa tiene un sentir especial, la música de los Beatles en inglés también tiene un sentir propio, y así, la música quechua tiene un sentido en su idioma.
Arguedas también hacía música en quechua.
Así es, la hacía y la defendía, porque la música ancestral, a pesar de haber sufrido muchos cambios los últimos quinientos años, tiene un sentido que está ligado directamente con el idioma. Y al ser este un idioma tan especial le otorga un sentido extraordinario a nuestra identidad. Y así pasa con otras lenguas y esto es muy sencillo de entender. Lo que ocurre es que nosotros mismos cerramos nuestro espectro, creemos que nos va a “hacer menos”. Es un absurdo pensar que saber quechua no nos va a conducir al desarrollo, cuando conocer un idioma nuevo es conocer un universo nuevo, es abrirse paso a un nuevo entendimiento y, sobre todo, cómo no hacerlo si es el idioma que habla casi un tercio de nuestro país. Me parece un disparate no considerar que es una posibilidad para abrirle la mente a la mayoría de peruanos, que no son quechua hablantes, para poder a un universo que nos hace más peruanos. Son cosas muy básicas que no se entienden porque son utilitarias e incluso exótico: hablas dos o tres palabras cuando te conviene, pero no entiendes todo el simbolismo que carga consigo, toda esa cosmogonía que la enriquece… no es algo superficial, todo lo contrario, es algo muy profundo. No podemos seguir pensando que el quechua es algo para adornar nuestros platos y resultar exóticos…
O para ponerle nombres exóticos a restaurantes que cobran carísimo pero que, seguramente, prohibirían el uso del quechua entre sus empleados…
Exacto, exacto, el quechua es un idioma maravilloso.
Mencionaste que formas parte de la comisión del bicentenario que irá representando al Perú en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, pero el actual ministro anunció que esa lista sería reemplazada por otra ¿sabes algo del tema?
No, no estoy al tanto. Yo, la verdad, si me dicen que voy, voy. Si me dicen que no voy, no voy (ríe). Para mí es bien práctica la cosa, como siempre estoy ocupada… no me preocupo mucho de por quienes van, quienes no van.
Eres una representante del bell canto en el Perú ¿qué tan importante es la educación musical para, por ejemplo, luchar contra la simpleza repetitiva del Regaetton?
Mira, yo creo que el arte tiene un espectro demasiado amplio, y creo que la música en general nos sirve todas las opciones para nosotros poder elegir. Ahora, a lo que nos ha conducido el pensamiento moderno y comercial, es a esa música. Bien por esa gente que lo aguanta, le gusta, lo practica, difunde y etc. Perfecto. Para los que no nos gusta tenemos la trinchera de nuestra música, de nuestras propias propuestas. En ese sentido hay que preocuparnos pues hay tanto de lo otro y tan poco de lo que podría llevarnos a atesorar nuestra música, nuestro acervo, que para mí si eso me mantiene viva y viviendo mi día a día, para mí ya es bastante.
He seguido tu labor como la de alguien que explora dentro de la producción musical histórica del Perú ¿has encontrado algún tema que te haya conmovido al punto de querer interpretarlo?
Mira, todas las canciones tradicionales que he escuchado en mi pueblo, desde las auroritas que se cantan después de las corridas de toros en los pueblos chiquititos, y que ya muy poca gente las conoce. Mi papá nació en Sequeira, en Páucar del Sara Sara, en el distrito de Marcabamba, allá en Ayacucho. Y desde las huayllachas que ya nadie conoce o de las huancas que cantaban las mamachas en honor a la papa en Cusco, me mueven esos cantos, me emocionan. Mi última canción, “Macchu Picchu”, empieza con esas huancas que ya no se van a escuchar más porque ya no las cantan de forma tradicional, y como ya el espectro comercial ha ganado mucho espacio en la música andina incluyendo instrumentos como la batería, por ejemplo, ya la música que se practica como medio social, como cuando siembras o cosechar en tu chacra, o techas tu casa o hace un ayni… todo eso antes se cantaba. Hoy ya no se hace más.
Se dice que la música representa el gusto o el sentir de determinado grupo social. Por ejemplo, siempre se ha dicho que la gente del ande es triste porque tristes son sus huaynos, como triste es el tono del verde de sus cerros ¿tú crees eso?
Para nada, para nada. Es una versión muy sesgada, siempre lo he dicho; es como si, viendo toda la discografía de los Rolling Stones, solo te centraras en Angie. Eso demuestra una falta de conocimiento enorme. Y eso es algo que siempre recalco: falta de conocimiento. Si nosotros no sabemos, nos vamos a creer cualquier cuento; si no sabes y viene alguien que te dice falsedades de una manera bonita, te lo vas a creer todo. Y no debería ser así. Dónde quedan los Santiagos, dónde los Cacharparis, dónde el Huaylarsh, dónde toda música que se baila fervientemente, que se goza pero también se llora, por supuesto. Yo pienso que se entiende mal la melancolía del andino, pues esta está relacionada íntimamente con el goce. No se llora solo por tristeza, se llora también por emoción: el andino baila la vida.
En ese sentido somos una sociedad muy hipócrita ¿no crees? Cuando estamos “alegres” bailamos de todo, pero en estados “normales” aflora el desprecio y la subvaloración por la música andina ¿A qué crees que se deba esto?
Yo pienso que eso se debe, primero, a una falta de reconocimiento: no creer que eso que tú eres, es valioso. Y eso se debe pues a que somos una sociedad discriminadora, marginadora, que toda la vida te ha dicho que ser serrano es malo, es triste, es feo. Son doscientos años ya con ese tratamiento, que no es poca cosa tampoco, y si a eso le sumamos el trauma de la colonización, estamos hablando de lo mismo. No es poca cosa. No hemos podido revertir de una manera efectiva esta crisis existencial.
Yo siento que el volver a reconocer el valor de nuestra historia, de lo que somos, del lugar de donde venimos, cómo nos hemos configurado, por qué somos valiosos el día de hoy, y ver en eso diverso, en eso complejo, en eso denso, el potencial para el futuro. Yo siento que, a mí, ese universo me ha enseñado mucho.
¿Hay mucha hipocresía entonces?
Yo creo que sí, porque te gusta el tema por encimita nomás, porque hay un posible rédito de por medio, pero luego estás diciendo “Ay, ese serrano, ese chuncho…”.
La imagen de los padres sobre los niños también enseña a apreciar lo que somos, sobre todo desde el arte.
Tengo una nena, pequeña. A ella le compuse un arawi antes de que naciera. Cuando nos escucha componer a su papá y a mí, está pendiente de nosotros, aprende las canciones que le gustan… Así como pasó conmigo, así quiero que le nazca naturalmente lo que ella quiera ser. A pesar de que yo nací en Lima, nadie me obligó, nadie me dijo haz esto o lo otro, no te sientas así o de otra manera, nunca. Yo sola me di cuenta de esta sociedad hostil, sí, pero a mí nunca me afectó porque yo sé quién soy y lo que quiero, y siempre he estado orgullosa de eso, que mis padres me enseñaron. Y quiero lo mismo para mi hija. Que nadie te diga cómo debes sentirte, tú sólo debes darte cuenta de ello: hacer brotar ese sentimiento, verlo crecer, desarrollarlo y compartirlo. La identidad es una cuestión de vivencia, no está en los libros, tienes que sentirla. El arte es un gran gatillador de todo esto. Yo le debo a la música andina, el que me haya desprejuiciado desde niña por completo.
Qué tan importante es la educación musical en los colegios, algo que ahora se ha abandonado en muchísimos casos.
Para mí es algo básico, y no solo aquí si no en todo el mundo. Es fundamental que los niños aprendan arte y se desenvuelvan en la música. Lo veo en mi niña ahora, por ejemplo. La música incluso afina actitudes mentales que son muy importantes. Yo no tuve esa suerte de niña, de formación escolar, pero aprendí en mi pueblo y eso fue todo.
Ahora que estás en una nueva etapa, cuáles son tus expectativas como artista.
Siento que tengo mucho que aprender aún, tengo que descubrir nuevas versiones de mí misma, busco espacios donde pueda aportar en lo peruano, soy muy obstinada con eso. Yo no me compro el cuento de los sonidos foráneos para poder vender mejor y que con ese sonido voy a hacer la revolución musical, no, yo no creo en eso. Creo que la revolución tiene que salir de aquí adentro y nosotros tenemos que aprender. Es muy difícil porque no lo hemos hecho, pero tenemos que aprender de nuestro propio sonido e historia. Como lo hicieron los brasileros, los africanos, que conquistan el mundo con su música. Ellos no copiaron, ellos “hicieron”.
¿Crees que la música puede definir un carácter nacional, local? La música popular brasileña, por ejemplo, no es igual en ninguna otra parte del mundo, y es a la vez alegre y nostálgica.
Los brasileños son unos genios, le encontraron la vuelta a la música con el Bossa Nova, por ejemplo, como hicieron los ingleses con la música popular en los setentas. Y en el Perú no tenemos eso simplemente porque aún no nos la creemos, no creemos en nuestra música, no nos apasionamos a fondo, no la estudiamos. Hay que preguntarle a los que supuestamente hacen fusión de música peruana, cuánto más conocen de verdad de música peruana. ¿Qué pasó con Moisés Vivaco e Yma Súmac, por ejemplo? Ese fenómeno, por ejemplo. Lo que hizo Vivanco con ese efecto con el que ambos se fueron a volar por el mundo se debió a que ese señor no era un improvisado: era un absoluto conocedor de la tradición de su pueblo. Sabía de dónde venían los arawis, los yaravíes, el carnaval, la cosecha de habas, sabía todo al revés y al derecho. Y luego ese conocimiento de armonía convencional, de música moderna empezó a unirse a toda esa corriente de andino pensadores e intelectuales que devino en su gran momento en componer en una clave inédita. Nadie le puede decir a Vivanco que su trabajo no fue original.
El problema es que no nos conocemos y desde ahí tampoco nos aceptamos.
No somos capaces de reconocernos en nuestra música, y como no somos capaces de abrazar eso, no puedes construir nada sobre aquello. Somos muy acomplejados. Te pones el poncho y el chullo para la foto, pero nada más. Una vez que termina tu viaje turístico regresas a la ciudad y hablas mal de los serranos, de los chunchos… no nos conocemos. En todos los estudios de Ciencias Sociales, desde la antropología, la sociología a la historia, la arqueología, están repletos de investigadores extranjeros. Revisen todas las últimas publicaciones que se lanzan en el espectro de las ciencias sociales y los investigadores extranjeros ebullen desde hace mucho tiempo ¡y son unos amantes del Perú!, y te preguntas ¿por qué nos quieren tanto? ¿por qué se entregan tanto a la historia al conocimiento de esa manera tan obsesiva? Pues porque mientras más conocen (al Perú), más lo quieren, más lo aprecian, más espectacular les parece. Es una cosa increíble. Si no nos enseñan eso en el colegio seguiremos creyendo que siempre seremos derrotados por cualquier extranjero.
¿Te ha resultado difícil como mujer, destacar en el medio musical?
Sí y no por igual. Es difícil para todos, sobre todo si estás dedicada a algo no comercial. Yo creo que he tenido mucha suerte por los aliados que he encontrado en el camino, y ellos han hecho que lo que yo quería o anhelaba llegara a florecer. Yo he hecho todo, desde la producción de arte hasta el vestuario y lo he hecho con mucho amor. A mí me interesa el reconocimiento de la gente que sabe y que construye algo que va a durar mucho tiempo. Si ha sido difícil, no me arrepiento de ninguno de los momentos de tensión que hemos pasado en este largo camino.
Gabriel Rimachi Sialer. Escritor y periodista. Autor de los libros de cuento "Canto en el infierno", "El color del camaleón", "El cazador de dinosaurios", "Historias extraordinarias", "La increíble historia del capitán Ostra" y de la novela "La casa de los vientos". Responsable de antologías de narrativa fantástica, cuentos suyos han sido incluidos en importantes antologías. Dirige el podcast "Libros que arden" en Spotify y el Círculo de Lectores Perú www.circulodelectores.pe
Braedt lanza “Este Fin de Año, El Junte lo Pone Braedt”, campaña que busca revalorizar la experiencia de compartir y conectar con el público
La reconocida marca peruana líder de embutidos Braedt regresa con una propuesta única en esta temporada colmada de reuniones y celebraciones: “Este Fin de Año, El Junte lo Pone Braedt”. Campaña que busca darle un sabor especial a cada reencuentro donde apuesta por revalorizar la experiencia de compartir, conectando con el público de una manera auténtica y significativa en esta época del año.
Desde 1885, Braedt forma parte de una tradición de calidad y sabor que llegó desde Alemania y se ha renovado constantemente para consolidarse como una de las marcas de embutidos y quesos favoritas de las familias peruanas. Hoy, sus productos están presentes en las mesas de todo el país, aportando sabor y tradición a cada celebración.
Braedt ha vuelto su mirada hacia sus consumidores, otorgando el “junte” un rol especial en su estrategia siendo hace unos meses, proclamados «Líderes del Junte».
Con la convicción de celebrar la esencia de estar juntos, Braedt invita a sus consumidores a vivir experiencias diseñadas para conectar, celebrar y disfrutar. ¡Este fin de año, el «junte» lo pone Braedt! y que estará vigente hasta diciembre del 2024, desplegándose en un formato 360° que incluye televisión, medios exteriores (OOH), plataformas digitales y puntos de venta.
Un Junte para cada ocasión
Braedt entiende que noviembre y diciembre es el mes de los reencuentros, y lo importante de esta temporada no son los regalos, sino los momentos compartidos. En Perú, disfrutamos desde parrillas con amigos hasta reuniones laborales y momentos familiares. Por eso, Braedt ha pensado en soluciones para cada ocasión, presentando propuestas como el Junte Parrillero, el Junte Amigo Secreto y el Junte Familiar, celebrando así la diversidad de nuestros encuentros en esta temporada especial.
Una dinámica de participación que acerca a todos
La campaña incluye una promoción especial: al comprar S/29.90 en productos Braedt y enviar el ticket de compra al WhatsApp de la marca, los consumidores ingresarán automáticamente al sorteo para ganar uno de los tres «juntes». Además, podrán obtener un Raspa y Gana para la oportunidad de ganar al instante entre más de mil premios.
Braedt ha diseñado tres opciones de «junte» para esta temporada: el Junte Amigo Secreto, ideal para compartir con compañeros de trabajo; el Junte Familiar, perfecto para esos momentos en casa; y el Junte Parrillero, pensado para disfrutar con amigos. Cada opción incluye una selección de productos Braedt, asegurando momentos únicos, llenos de sabor y conexión.
«Juntos, sabe mejor»
La esencia de la campaña se alinea con el claim de Braedt, “Juntos, sabe mejor”. Porque, al fin y al cabo, el fin de año sabe mejor cuando estamos juntos. Braedt reafirma así su compromiso de ser la marca que potencia los momentos compartidos. “Queremos ser quienes faciliten esos momentos de conexión y alegría que son tan importantes en estas fechas y en la vida cotidiana. Desde Braedt, nuestra misión es inspirar nuevas formas de estar juntos,” afirma el equipo de Marketing de Braedt.
Mediante esta carta pública, y como ciudadanos amazonenses, nos dirigimos a usted Ministro de Cultura, Sr. Fabricio Alfredo Valencia Gibaja, para manifestarle nuestra preocupación por nuestro principal monumento histórico-cultural y recurso turístico de Amazonas, el Complejo Arqueológico Kuélap. Señor Ministro, lo que viene ocurriendo con Kuélap es una agonía ininterrumpida por malas gestiones de los últimos 30 años, y que tuvo como corolario, la caída de sus muros en abril del 2022.
Desde esa fecha, se han agudizado las pésimas gestiones en nuestro principal monumento cultural y turístico. Usted señor Ministro, antes de ocupar su cargo, también tuvo una opinión EN CONTRA de las acciones que se vienen realizando en este ícono cultural. El 10 de abril del presente año, en la Revista Lima Gris, usted con gran acierto manifestó que “las estructuras de metal y concreto instaladas por el Ministerio de Cultura en la fortaleza Kuélap, son un DESPROPÓSITO NEFASTO, porque no se integran visualmente con el monumento y es groseramente discordante con la arquitectura original”. (Para hacerle recordar, su opinión completa en el siguiente enlace de la Revista Lima Gris: https://limagris.com/fabricio-valencia-sobre-kuelap-las-estructuras-de-metal-y-concreto-atentan-contra-la-carta-de-conservacion-de-venecia/)
En dicha oportunidad usted agregó: “no entiendo cuál es la necesidad de utilizar estructuras de concreto y acero inoxidable, porque al parecer son estructuras de acero inoxidable. No se integran visualmente bien con el monumento, es groseramente discordante con la arquitectura original.
Ante estas oportunas y acertadas declaraciones suyas, nos dirigimos para manifestarle lo siguiente:
La mayoría de ciudadanos amazonenses, estuvimos de acuerdo con su opinión técnica, y nos sirvió como defensa para abordar la construcción innecesaria de esos cercos de fierro y concreto al frente de las murallas de Kuélap; por tal razón, y ahora que está dirigiendo el máximo sector en cuanto a Cultura, solicitamos y exigimos a usted RETIRAR DICHAS ESTRUCTURAS DE CONCRETO Y FIERRO, porque como manifestó en su momento y estamos de acuerdo con su análisis técnico, “son un despropósito nefasto, porque no se integran visualmente con el monumento y es groseramente discordante con la arquitectura original”.Palabras de usted Sr. Ministro.
Sabemos que usted y su gestión, están realizando cambios en su sector, es la oportunidad para realice los ajustes necesarios en cuanto a los funcionarios del Sector Cultura que tienen que ver con nuestros recursos arqueológicos y quienes gestionan el Complejo Arqueológico Kuélap. No es posible que las mismas personas que han sido funcionarios en anteriores oportunidades, y han llevado a la situación lamentable de lo que hoy es Kuélap, sigan CIRCULANDO Y LABORANDO, en diversas áreas de gestión, que tiene que ver con el Sector Cultura en Amazonas y principalmente el PRIAK. Señor Ministro, con estos funcionarios/as, padecemos malas experiencias, no siga ratificándolos a pesar de sus pésimas gestiones.
Esperamos Sr. Ministro que la gestión cultural en Amazonas y la gestión de nuestro Complejo Arqueológico, sea llevada a cabo por personas conocedoras de la cultura, historia y gestión cultural. Así como se invierte para promover el comercio y desarrollo turístico, con la misma dedicación y fortaleza, deberían invertir en nuestras manifestaciones culturales, su respeto y puesta en valor, como lo necesitan Kuélap, Ciudad de los Muertos, Carajía y muchos otros. Para ello se necesita de PERSONAS IDÓNEAS Y CON EXPERIENCIA EN GESTIÓN CULTURAL. Elegir funcionarios Sr. Ministro, que estén comprometidos con nuestra cultura, y no sólo la explotación turística.
Señor Ministro, también le solicitamos que los trabajos que se viene realizando en el Complejo Arqueológico Kuélap, se realicen oportunamente y que no tengan retrasos. Nosotros como ciudadanos, vemos todos los años agonizar a Kuélap, porque los trabajos se retrasan, se solicitan ampliaciones de presupuesto sin ningún tipo de control, muchos personajes con “consultorías y planillas doradas”, vegetan en sus puestos sin hacer nada en favor de nuestro Complejo Arqueológico. Solicitamos mayor presupuesto y acelerar los trabajos de recuperación y puesta en valor de Kuélap y otros monumentos arqueológicos.
Adjuntamos a esta carta, imágenes de las innecesarias acciones que se viene realizando en Kuélap, por ejemplo: paraderos que esconden la grandiosidad de las murallas en Kuélap o insertar elementos exógenos, como “tapitas fosforescentes” que rompen con el escenario cultural e histórico que representa el Complejo Arqueológico Kuélap. Acciones innecesarias que ya usted en su debido momento ESTUVO EN TOTAL DESACUERDO, y esperamos que siga con esa línea de opinión técnica, para aplicar las correcciones ahora que está en el cargo máximo del sector Cultura.
Arequipa invita a todos los interesados a conocer la obra “Meses de incertidumbre y aversión. La ocupación chilena en Arequipa” del historiador Hélard Fuentes. Este libro ha sido galardonado con los Estímulos Económicos 2024 del Ministerio de Cultura del Perú, y será presentado en dos fechas especiales en la ciudad de Arequipa.
La presentación del libro se llevará a cabo en los siguientes lugares y horarios:
Jueves 21 de noviembre, 11:00 h Primer Patio de la Municipalidad Provincial de Arequipa Participarán como comentaristas: Jorge Bedregal, Carlos Meneses Cornejo y Patricia Roberts.
Viernes 22 de noviembre, 19:00 h Biblioteca Mario Vargas Llosa (Sala 308) Comentarios a cargo de Raúl Fernández Llerena, Pablo Nicoli Segura y Alfredo Herrera Flores.
Sobre el libro
En «Meses de Incertidumbre y Aversión», Hélard Fuentes ofrece un análisis detallado de los meses de ocupación chilena en Arequipa tras la firma del Tratado de Ancón, abordando la complejidad política, social y militar de esa época. A través de sus 13 capítulos, Fuentes destaca la resistencia del pueblo arequipeño frente a la ocupación y las tensiones generadas en la ciudad.
Historiadores como Cristóbal Aljovín de Losada señalan que la obra «enriquece nuestra lectura del complejo y contradictorio fenómeno de la Guerra del Pacífico, en clave regional». Por su parte, Juan Castañeda Murga resalta que el libro «revindica el rol del pueblo arequipeño en esos días aciagos», mientras que Raúl Fernández Llerena considera que Fuentes «nos entrega la verdad de un pueblo con dignidad».
Con este trabajo, Fuentes contribuye significativamente al entendimiento del impacto de la ocupación chilena en la región y la historia de Arequipa durante la Guerra del Pacífico.
KINRA, el viaje de Atoqcha, la ópera prima del cineasta cusqueño Marco Panatonic, ya se puede ver en cines de Lima, Cusco y Arequipa. La película que obtuvo el trofeo Astor Piazzola en el Festival de Mar del Plata y se llevó seis premios en el último Festival de Cine de Lima, se estrenó respaldada por excelentes comentarios de la crítica local e internacional. El film fue realizado por un equipo quechuahablante, íntegramente regional y con equidad de género.
Protagonizada por actores naturales de Chumbivilcas, la película narra la historia de Atoqcha (zorrito en quechua), un joven quechuahablante astuto e inquieto, que deja la casa donde vive con su madre en Chumbivilcas, para viajar a Cusco en busca de nuevas oportunidades. En la ciudad, es acogido por un amigo que lo ayuda; encuentra trabajo y está dispuesto a estudiar para ser ingeniero. Pese a que las cosas empiezan a acomodarse en su vida, Atoqcha siente que hay algo que no encaja; tiene el corazón dividido. También quiere estar con su madre y su hermana en su terruño. Sus raíces lo llaman. Tendrá que tomar una decisión para definir su futuro y afirmar su identidad.
El director Marco Panatonic recuerda que KINRA, el viaje de Atoqcha surgió inspirada en la experiencia de vida de su abuelo, quien trabajando en la ciudad optó por volver a su tierra, decepcionado al ser injustamente acusado de ladrón. “A partir de la reforma agraria quechuas, aymaras, amazónicos nos hemos asimilado culturalmente hasta cuestionar nuestra identidad con la excusa de la modernidad, creciendo así en un medio que contradice nuestro modo de vida, nuestras raíces, nuestros idiomas, nuestros colores de piel. Afectados por el racismo y el clasismo, algunos viven ajenos a ciertos espacios, otros llegan a conquistarlos a su modo, de ambas maneras el Perú es un país fracturado con un visible conflicto entre lo occidental y lo andino. Kinra retrata el viaje de Atoqcha para sentirse tranquilo con sus decisiones, que son las mías también porque soy un desplazado de segunda generación que felizmente aún hablo quechua”, comenta.
Marco Panatonic, al igual que el personaje de su película, nació en Kinra, Chumbivilcas y es quechuahablante. Estudió Ciencias de la Comunicación (UNSAAC), participó en la gestión de cineclubes, fue asistente de producción de cortometrajes y videoclips. Ha realizado los cortometrajes Q’ellucha (2017) y Cuando ya no estemos aquí (2016). Aprendió cine en espacios como TransLAB, Corriente, Talents Buenos Aires, EdocLAB, EICTV, Escuela Transfrontera. Participó en los cortometrajes La Final (César Venero, 2014) y Heroínas (Marina Herrera, 2022). Fue parte de la coproducción Fiebre (2022), de Elisa Eliash. Kinra es su primer largometraje y ha sorprendido por su mirada honesta y auténtica.
“En el contexto peruano, el cine y la televisión tienen la tendencia de retratar el universo andino desde la bondad e inocencia, vestidos con trajes típicos y una relación armoniosa con la naturaleza o en una situación de pobreza extrema y una tristeza genética. La mirada paternalista e idealizada no propone una mirada más compleja ni cercana. KINRA busca contradecir estos estereotipos reconociendo a las personas no solo como personajes en la película sino tomando en cuenta sus experiencias de vida como parte de la narrativa de la película, buscando la autorepresentación”, explica Panatonic acerca de cómo su película nos acerca al universo andino.
La vida cotidiana en las comunidades andinas, el espíritu colectivo, la solidaridad, los rituales, la fuerza de la mujer, y la conexión con la tierra y la naturaleza, están retratados en la película con gran honestidad. Los actores quechuahablantes, sin experiencia actoral previa, pero con una buena dirección, han logrado una interpretación que contribuye a darle una autenticidad especial a la película.
Cabe destacar el trabajo colectivo del equipo diverso que se formó para la película, con participación desde Arequipa, Puno, Cusco y Lima. Integran el elenco: Raúl Challa como Atocha; Yuri Choa, Tomasa Sivincha Huamaní, Marcosa Huamaní, Aurelio Quispe, Lisbeth Cabrera y Jorge González. En la parte técnica: Dirección y guión, Marco Panatonic; Producción General, Walter Manrique; Producción, Gladis Florez, Maykon Lope; fotografía, Alberto Flores y Pierre Pastor, y la distribución está a cargo de V&R Films.
En la 35ª edición del Festival de Cine de Estocolmo nuestro país se hará presente gracias al trabajo de los cineastas peruanos Oscar Zemarti y Ursula Pizarro, seleccionados para presentar su proyecto de largometraje titulado Offscreen: Un Puñado de Historias de Guerra (título original: Offscreen: Kourallinen Sotatarinoita) en la competición Nordic Wave del evento cinematográfico. La jornada de pitch se llevará a cabo el jueves 14 de noviembre de 16:00 a 17:30 (hora de Suecia).
Esta coproducción de Finlandia y Perú, que actualmente se encuentra en fase de desarrollo, es una película de ficción que combina comedia negra y fantasía. El proyecto será presentado ante un jurado y un público de profesionales del sector, compitiendo por un premio destinado a la postproducción de la película. Entre los cinco proyectos seleccionados, Offscreen es la única propuesta en representación de Finlandia y gestado por cineastas peruanos.
Escrita por Oscar Zemarti y la escritora y periodista finlandesa Kukka-Maria Ahokas – quien debuta en el guion cinematográfico con esta obra- nos cuenta la historia de Kasimir (27) y Arno (33), un director y un camarógrafo que, al explorar un bosque para filmar un documental sobre los remanentes de una guerra pasada, se encontrarán con un tanque abandonado. Su curiosidad los lleva a filmarlo, pero son interrumpidos por Charlotte (55) una refugiada francoparlante que vive dentro del tanque. A medida que los conflictos se intensifican, el grupo se ve envuelto en una trama más profunda que involucra a veteranos de guerra que patrullan el área, lo que los obliga a colaborar de maneras inesperadas.
Oscar Zemarti, director del proyecto, comenta: “la guerra ha sido retratada en el cine durante mucho tiempo, planteando importantes preguntas éticas. En Offscreen: A Handful of War Tales, mi intención es explorar el papel que juegan los cineastas en mostrar las duras realidades del posconflicto, utilizando la comedia negra y el realismo mágico como herramientas para examinar la delgada línea entre la ética y el arte desde perspectivas poco convencionales”.
Por su parte, Ursula Pizarro, productora del proyecto, agrega: “nuestra película busca cuestionar las miradas tradicionales sobre la guerra, enfocándose en las experiencias de aquellos que han quedado al margen, resistiendo en los vestigios de la violencia pasada. Este enfoque invita a la audiencia a reflexionar sobre las implicaciones éticas de la representación artística en entornos marcados por un conflicto bélico. Ante las tensiones inminentes en Europa, Offscreen adquiere relevancia como un comentario sobre el legado persistente de la guerra y la violencia en nuestra sociedad contemporánea”.
Esta selección no solo destaca el talento peruano en el ámbito cinematográfico internacional, sino que también resalta la importancia de la colaboración internacional en la creación de narrativas que resuenan a nivel global. La revista del Festival (Stockholm Industry Guide, página 31) les brinda un espacio en su edición de este año.
El Festival de Cine de Estocolmo es conocido por celebrar la diversidad y la innovación en el cine, y ha contado en su programación con directores de renombre como Quentin Tarantino, Yorgos Lanthimos, Lars von Trier y Roy Andersson,consolidando su reputación como un espacio internacional para el talento cinematográfico. Este año, el festival también reconocerá a Sean Baker y Steve McQueen con el premio ‘Visionary Award’, destacando su compromiso con una cinematografía que desafía los límites convencionales.
La sección Nordic Wave es una plataforma de proyección para talentos emergentes de los países nórdicos, dentro de los Industry Days del Festival de Estocolmo. La jornada de pitch para Offscreen se llevará a cabo el jueves 14 de noviembre, de 16:00 a 17:30 (hora de Suecia), ofreciendo una oportunidad única de interacción entre profesionales de la industria y nuevos talentos del cine.
Abdulrazak Gurnah es un hombre astuto, de mirada firme y penetrante, cuyas respuestas resolutivas y determinantes revelan a un escritor que guarda los recuerdos más íntimos de su vida en la subjetividad de su mente. Los demás deberíamos ser un poco como Abdulrazak: cautelosos, pero receptivos; profundos, pero precisos; pacientes, pero sinceros. Así fue nuestro diálogo, en una esquina del lobby del hotel Casa Andina Premium con motivo del Hay Festival Arequipa, bajo la tenue iluminación de las sombras del día, con un par de dispositivos que tanto él como yo no sabíamos cómo manejar, y que llevaba consigo una traductora limeña, con quien minutos antes establecí un entretenido diálogo sobre algunos menesteres de la educación y la cultura en el país.
Mi función en una entrevista es poner en aprietos a la gente ―ratifiqué de principio a fin―. Así que, al finalizar nuestra conversación, le entregué un libro sobre Arequipa. Me dijo que no sabía castellano, que no lo podría leer, pero respondí que las imágenes también hablarían. No hubo más que decir, solo agradecer y despedirse.
En el momento en que nos dábamos la mano, pensé que aquella situación, cotidiana en Abdulrazak y bastante especial para mí, comenzó de la misma manera en que acabó: en una suerte de confesión del entrevistador sobre los tópicos comunes de la memoria, la búsqueda de identidad y los duelos personales. Y solo un buen entrevistado puede lograr esa sensación.
Cuando preparé las preguntas, decidí enfocarme en un aspecto muy curioso y poco conocido del Premio Nobel de Literatura 2021: su niñez y su familia. Por ese motivo, comencé planteando que la niñez es una etapa fundamental en la persona, donde surgen heridas, e incluso hay quienes consideran que define al hombre.
―La niñez ―me dijo― es un momento importante. No estoy seguro de que defina a la persona, pero simplemente creo que los acontecimientos que le ocurren a un niño, las memorias de un niño, duran para siempre ―afirma Gurnah en un acto de interiorización que marcó la entrevista―. Sin embargo, a mí me parece que a medida que vamos creciendo como persona, volvemos a examinar nuestra niñez y la reinterpretamos, la entendemos de manera diferente también. Entonces, no estoy seguro de que sea lo que define a la persona, porque la persona crece hasta el punto en que puede entender su propia vida viendo atrás, revisando lo que le ha pasado. Pero sí, la niñez es de suma importancia.
Es públicamente conocido que Abdulrazak abandonó su tierra natal, Zanzíbar, cuando solo tenía 17 años; es decir, apenas era un adolescente cuando se aventuró en suelo inglés. Pero, ¿cómo fue su niñez? Le preguntamos al autor de Paraíso, un libro que, a grandes rasgos, ha inspirado este diálogo.
―Fue como la de cualquier niño ―sonríe―. Mi niñez estuvo bien. ¡Jugar, jugar, jugar! Todas las cosas que se esperarían de un niño, que dan alegría, que dan un aprendizaje, y no entender muchos asuntos también.
―¿Y recuerdas algún juego en especial?
―Recuerdo ir correteando, jugando a los policías y ladrones, entre otros, nada en especial. Mi niñez fue perfectamente bien. De niño, uno no entiende completamente lo que está ocurriendo. Uno no se da cuenta de los peligros. Justamente a eso me refiero cuando digo que al mirar hacia atrás vemos cosas de las que no nos dábamos cuenta. Bueno, lo veíamos, pero no lo entendíamos.
Me detengo un momento aquí, porque, a pesar de los kilómetros de distancia, de las diferencias culturales, del idioma y de la brecha etaria —Abdulrazak ronda los 75 años y yo los 34—, hemos jugado, relativamente, lo mismo: a los policías y ladrones. Con sus variantes, sí; pero al fin y al cabo, todos nos correteamos en la niñez. La niñez es una carrera, y por definición, esta carrera implica muchos tropezones.
—Abdulrazak, ¿y si pudieras encontrarte con el niño que fuiste, qué le dirías?
—Yo le diría que sea más duro —respondió.
—¿¡Cómo a tus personajes!? —pensé—. A lo largo de tus novelas has creado protagonistas complejos, marcados por el sufrimiento, la pérdida o esa búsqueda de identidad. ¿Cuál de todos crees que mejor refleja estas experiencias?
Abdulrazak, como buen oyente, me devolvió la pregunta: “¿Qué personaje?”, me dijo con perspicacia.
—¡Yasuf! —mencioné—. En “Paraíso”.
—No, exactamente, porque creo que tiene diferentes circunstancias y cuestiones. Pongamos a Yusuf como ejemplo. Para mí, él es un niño. Como dije antes, a menudo los niños no entienden lo que está sucediendo; él no está entendiendo lo que pasa. Entonces, yo hablaría de esa sorpresa, que es una palabra importante. Por su propia naturaleza, era una persona gentil, amable, que tenía que aprender a lidiar con estas dificultades. Es tierno, más o menos, por decirlo así, en su relación con las personas. Él no piensa en ambiciones ni dice ‘quiero ser esto’, pero su búsqueda es encontrarse a sí mismo, encontrar una forma de salvarse a través de eso, sin hacer de ello un sufrimiento enorme. Más bien, él quiere realmente atravesar las circunstancias que se le interpongan. Se trata de examinar, de tratar de entender cómo los adultos, especialmente los padres, tratan a los niños; los patriarcas, por decirlo de alguna manera. A lo que me refiero con esto no es que esté estableciendo su identidad, sino que busca quedarse con algo que aún le pertenezca a medida que avanza.
—¿Es tu personaje más logrado?
—Me gustaría poder decir que también he tenido personajes igual de logrados que este, pero en diferentes temas.
—¿Y cuál es el personaje más difícil que has creado en una historia?
—Todos tienen sus propias dificultades. Hay que llegar a entender a las personas de las que estoy tratando de escribir. Algunas te caen bien y otras no te caen bien, pero aun así, las tenemos que entender. Tenemos que entender lo que motiva el bien y el mal. Todos tienen sus dificultades específicas.
Gurnah ha tenido que enfrentar múltiples dificultades en su vida. Según lo que hemos indagado, vivió momentos de opresión y persecución de los ciudadanos de origen árabe en Zanzíbar, su tierra natal, y muy probablemente experimentó el abuso racial en un país como Inglaterra, donde comenzó su carrera de escritor. Pero una cosa es saberlo y asumirlo como una realidad porque lo hemos leído en La Vanguardia o The New York Times. Entonces, abordamos este aspecto, y la primera premisa que surgió fue: ¿cómo escritor o como ser humano? Y yo le insistí: “Como escritor”.
—Posiblemente, fue cuando regresé a mi parte del mundo después de muchos años y luego escribir acerca de ese período. Fue así que surgió “Paraíso”. Yo creo que esto me llevó a una dirección ligeramente distinta en mi escritura. Entonces, no fue una decisión difícil, pero sí importante.
—¡Tus novelas tienen contenido histórico!
—”Paraíso” tiene contenido histórico, es probable que “Deserción” o “La vida, después”, también sea así; pero los otros son relativamente contemporáneos. No solo escribo cosas históricas. Eso es lo que he dicho, justamente porque he regresado y he viajado, por eso quería escribir sobre ese panorama, de ese tiempo. Yo escribo también acerca de otros temas.
Siempre tengo la mala costumbre de preguntar a los entrevistados, qué mejor aún, a un Premio Nobel, qué anécdota podría contar, cuál elegiría para este momento de diálogo. Abdulrazak, riendo y pensativo a la vez, dijo algo para asombro mío y de la traductora:
—¡Esa es una pregunta imposible! La memoria, especialmente para un escritor, es un recurso; es un volumen enorme que está en mi mente, entonces ni siquiera podría escoger.
—¿Y cuál crees que fue el periodo más interesante de tu vida?
—Todos han tenido su propia belleza. Quizás entre los veintitantos e inicios de los treinta, cuando tienes claro qué vas a hacer con tu vida, hacia dónde la vas a dirigir.
Arequipa es una ciudad especial para todos los visitantes. En ese contexto, y cerrando este inolvidable diálogo, no pude dejar de preguntar sobre su percepción. Bien es cierto que Abdulrazak apenas ha estado en el hotel y ha caminado por la Plaza de Armas, como él mismo manifestó, pero no dejó de asaltarnos aquella curiosidad:
—Ahora que estoy viajando mucho, lo primero que la gente me pregunta es: «¿Es tu primera vez aquí?» Y la segunda pregunta que me hacen es: «¿Qué te parece?» Y solamente vine por un día. Me voy a quedar aquí hasta ir a Machu Picchu y a Lima. Pregúntame cuando me haya quedado dos semanas; después de eso, te cuento —comenzó a reír—. Porque ahora estoy disfrutando el momento, la comida es muy buena, he caminado por la plaza, todo aquí es muy bonito. Es lo único que te puedo decir.
—Esto significa que tendremos un diálogo pendiente.
Abdulrazak no dijo mucho, aunque pensándolo bien, lo dijo todo.
Conmemorando 150 años desde su estreno, la Municipalidad Metropolitana de Lima presenta El Barberillo de Lavapiés, en el Teatro Principal Manuel A. Segura.
Concluyendo una temporada de grandes presentaciones, la Municipalidad Metropolitana de Lima trae de vuelta la zarzuela al Centro Histórico, con un espectáculo de primer nivel.
El Teatro de la Zarzuela de Madrid llega con El Barberillo de Lavapiés, zarzuela en tres actos, con música del maestro Francisco Asenjo Barbieri y libreto de Luis Mariano de Larra.
Historias de intriga, amor y política que se desarrollan de manera expresiva a través de las impecables coreografías y un notable elenco internacional con más de 100 artistas en escena.
De España llegan Javier Franco, Cristina del Barrio, Pancho Corujo, Begoña Quiñones, Verónica Garzón, con la dirección de escena de Alfredo Sanzol y coreografía de Antonio Ruz, Tania Solís y Rodrigo Urrutia.
Acompañados por la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal de Lima, bajo la dirección de Matteo Pagliari y el Coro del Teatro Municipal de Lima, con la dirección de Armando Vértiz.
Una extraordinaria producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, para cerrar a lo grande la exitosa temporada 2024 de los Teatros Municipales de Lima. Los invitamos a disfrutar de un espectáculo inigualable los días 13, 15 y 17 de noviembre con El Barberillo de Lavapiés en el Teatro Principal Manuel A. Segura, el teatro de la zarzuela en el Perú.
Manongo Mujica, músico, percusionista y un explorador de lo intangible, presenta Ruinas Circulares, ciclo de conciertos gratuitos y al aire libre, un encuentro profundo con la historia a través de la música en dos escenarios icónicos: las pirámides de Túcume en Lambayeque y el complejo de Mateo Salado en Lima. Con cada presentación, Mujica busca hacer que estos espacios ancestrales se conviertan en el epicentro de una experiencia sensorial que traspasa lo visual y lo auditivo.
Estos lugares no solo actúan como escenarios; son protagonistas silenciosos. Manongo, junto a músicos como Fil Uno, Gabriela Ezeta y Terje Evensen, crea una atmósfera en la que los sonidos dialogan con el entorno, como si cada interpretación trajera consigo fragmentos de épocas pasadas, permitiendo que el espectador sienta una conexión íntima con esas voces que aún parecen susurrar en el viento.
Inspirado en el cuento de Borges, Mujica convierte la creación musical en un ritual de memoria y presencia, donde cada interpretación establece un diálogo entre el pasado y el presente. Mujica invita al oyente a no solo escuchar, sino a percibir cómo la música se convierte en un vehículo para entender y recordar, con cada compás cargado de simbolismo y propósito.
Este ciclo de conciertos, impulsado por Luis Alvarado de Buh Records y en colaboración con el Complejo Arqueológico de Túcume, representa un compromiso por difundir el arte en entornos patrimoniales, fusionando conservación y creatividad. Los asistentes también podrán explorar los sitios a través de actividades complementarias que los ayudarán a vivir el lugar en toda su dimensión histórica.
Proyección de cortometrajes
Como complemento, entre septiembre y noviembre se realizarán proyecciones itinerantes de los cortometrajes «Escucha Paisaje Escucha» y «Ruinas Circulares». Estos trabajos, producidos por Mujica y dirigidos por V. Checa y Diego Cendra W., serán presentados en ciudades como Chachapoyas, Trujillo, Chiclayo, Puno, Cusco, Arequipa e Ica, gracias a una alianza con Edward De Ybarra, director de Corriente – Encuentro Latinoamericano de Cine No Ficción.