Cultura
Monumental Callao: Ministerio de Cultura apoya al Proyecto Fugaz vinculado al investigado Gil Shavit

En el Callao conviven todo tipo de expresiones culturales; sin embargo, la sociología de aquella provincia constitucional ha sufrido cambios radicales como la privatización de su puerto, y el incremento de bandas criminales que se disputan el cobro de cupos y la venta de droga. Asimismo, hace algunos años surgió una empresa denominada Fugaz Arte de Convivir vinculada a Gil Shavit, investigado por corrupción en el caso Odebrecht junto a Félix Moreno. Recordemos que a Shavit, empresario intermediario en la recepción de las coimas, se le ha embargado seis departamentos, cinco predios, tres oficinas, dos camionetas, entre otros, por un total de S/12,9 millones.
A pesar de todos estos antecedentes, el Proyecto Fugaz continuó alojado en una casona republicana de estilo inglés. Allí se iniciaron una serie de eventos artísticos a través de sus galerías de arte y otros negocios. El hecho es que dicho proyecto luego empezó a realizar pintas de murales en los alrededores que al principio cumplían con las normas del respeto al patrimonio y al imaginario de la zona monumental del Callao; pero después, perdieron el control y empezaron a realizar muralizaciones en lugares que estaban prohibidos por la ley, es decir, comenzaron a atentar contra el patrimonio.
Luego la empresa Fugaz a través de La Dirección General de Defensa del Patrimonio Cultural del ministerio de Cultura, fue multada con S/. 63 mil soles por realizar un mural de grafitis en un predio que en realidad es declarado Monumento Histórico de la Zona Monumental del Callao y por incumplir conjuntamente las normas del Reglamento Nacional de Edificaciones.


Pero lo más sorprendente fue, que luego de nueve meses de la sanción, el propio Ministerio de Cultura en plena pandemia y justo cuando hubo el cambio de ministros; es decir, de Sonia Guillén a Alejandro Neyra, emitió una decisión que favoreció a Fugaz, según el oficio N° 000489-2020-DGPC/MC y en cuyo contenido otorga “Opinión favorable para el uso de los muros de los inmuebles declarados Monumentos, de Valor Monumental y los inmuebles de entorno en espacios urbanos de carácter público, Ambiente Urbano Monumental y/o zona Monumental para el pintado de murales siempre y cuando se cuente con consentimiento de los propietarios, y este sea para promover el desarrollo de la expresión artística libre, la cual tendrá carácter temporal y reversible…”
En suma, a pesar de los antecedentes que tiene Fugaz por haber afectado a los patrimonios históricos inmuebles en el Callao, el ministerio de Cultura primero lo multa y luego lo premia, porque ahora esta empresa ya puede realizar el pintado de sus grafitis y murales en inmuebles declarados monumentos, y todo ello sin que antes haya existido algún expediente técnico que evalúe las intervenciones.
Por su parte, nosotros una vez más nos preguntamos ¿Cuál es la verdadera labor de la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Leslie Urteaga, más allá de conocer a Richard Swing? ¿Hasta cuándo el ministro Alejandro Neyra mantendrá en su puesto a esa cuestionada viceministra?

Sucede que la Dirección Desconcentrada de Cultura del Callao (DDC) desde hace buen tiempo emitió los informes que arrojaban el detalle de las intervenciones de hasta 60 pintas no autorizadas en inmuebles declarados históricos en el barrio porteño. Dichos informes se remitieron a la sede central del ministerio de Cultura en Lima, para que se concretaran las sanciones pertinentes contra la empresa del procesado, Gil Shavit, pero resulta que hace unos días destituyeron al director de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Callao, Juan Augusto Fernández Valle según la Resolución Ministerial N° 000256-2020-DM/MC, que fue firmada por el ministro Alejandro Neyra. Y en su reemplazo nombraron a César Augusto Benavides Pastor.

Conversamos con el exdirector de la DDC del Callao, Juan Fernández Valle para que nos explique el porqué de su salida y otros aspectos relacionados a la gestión cultural del puerto:

¿Hasta cuándo estuvo usted como director de la DDC de Cultura del Callao?
Estuve hasta el 04 de octubre, me parece.
Tengo entendido que usted fue anteriormente director de la DDC y después volvió
Yo he sido director del Callao desde el año 2013. Y de allí estuve unos meses porque me llamaron para encargarme de todas las Direcciones Desconcentradas en la época de Diana Álvarez Calderón y luego regresé al Callao. Yo solamente salí brevemente de noviembre de 2015 a mayo de 2016, y desde junio de ese año regresé a la DDC Callao hasta octubre de este año.
Todos sabemos que el Callao tiene una riqueza cultural patrimonial, arquitectónica, histórica…
Y arqueológica también. Nadie se acuerda de la riqueza arqueológica. El Callao tiene 47 sitios arqueológicos y nadie se acuerda.
Precisamente, lo menciono porque la mayoría de ciudadanos que residen en Lima desconoce de esta riqueza que usted menciona. Y en ese sentido, se ha promocionado mucho que la empresa Fugaz a través del arte ha recuperado y ha puesto en valor gran parte de la zona monumental del Callao; porque se habla que el puerto ha sido abandonado con sus patrimonios materiales e inmateriales, y se critica a la DDC de Cultura que en los últimos años ha abandonado justamente esos patrimonios que usted menciona.
Bueno, eso es un desconocimiento de la gente, porque la DDC es desconcentrada, no es descentralizada. O sea, no tiene funciones autónomas. Además, la DDC Callao nunca ha tenido presupuesto para el cumplimiento de sus funciones. Todos los logros que yo he tenido en mi dirección han sido por apoyo de amistades y donaciones de terceras personas; porque no hay ningún interés ni de la Municipalidad, ni del Gobierno Regional, ni de nadie. Entonces, si usted es propietario de su casa, luego la arregla y la pinta porque es su casa; pero imagínese que su casa es un inmueble declarado Patrimonio, usted igual está obligado a mantener ese inmueble, pero como no es una casa moderna que usted la pinta y la cambia porque se tumba una pared, eso tiene un permiso del ministerio de Cultura para la puesta en valor. Porque el ministerio da la autorización mediante un proyecto; pero eso lo hace la sede central y no lo hace ninguna Dirección Desconcentrada. Una DDC no restaura casas, no construye, ni pinta, porque las casas son privadas, y porque eso es una obligación por ley del propietario; de presentar un proyecto al ministerio y la sede central lo aprueba y el propietario entonces arregla su casa.
Pero lo que usted menciona no parece tan sencillo
Eso no es una opinión mía; así es la ley. El problema es que la gente no sabe y dice que el Estado la arregle. Si el Estado empieza a arreglar las casas privadas, tendría que arreglar mi casa y la de usted también. Entonces, ese es el desconocimiento de la gente. Es muy fácil meterse a internet y ponerse a criticar, pero la DDC no tiene presupuesto, y no hay apoyo ni del Gobierno Regional, ni de la Municipalidad Provincial del Callao, a pesar de que según la Ley Orgánica de Municipalidades y la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales tienen funciones compartidas con el ministerio de Cultura. Pero usted ve que no hay absolutamente ningún tipo de política cultural, ni siquiera vinculada al tema patrimonial, ni menos a otros temas.
Cuando usted menciona que la DDC del Callao no tiene presupuesto ¿A qué se refiere?
El presupuesto de la DDC del Callao es para pagos de servicios (agua, luz, internet), los sueldos de los trabajadores, y una caja chica para gastos menores. Pero no hay presupuesto para ningún tipo de acción, ni para infraestructura cultural… no hay.
¿Entonces, qué labor realizan las DDC, al menos reportan los problemas?
Algunas tienen recursos. Algunas son Unidades Ejecutoras, y algunas trabajan muy estrictamente con otros organismos del Estado que financian las actividades. Porque como le señalé: el ministerio de Cultura tiene funciones compartidas con los Gobiernos Regionales y Locales, pero a veces estas instituciones descuidan esa función. En el caso del Callao en estos años nunca ha habido ningún tipo de apoyo ni del Gobierno Regional, ni de la Municipalidad. Entonces, todo lo hemos tenido que hacer solos. Por ejemplo, usted ve que tenemos el primer y único museo de sitio arqueológico en el Callao que costó 50 mil dólares gracias a donaciones privadas y no le costó ni un sol al Estado peruano. Hemos colocado cercos perimétricos en siete sitios arqueológicos y no le ha costado un sol al Estado, porque tampoco tuvimos de dónde sacarlo. Hemos recuperado un inmueble republicano del siglo XIX en la zona monumental del Callao que es la Casa Uku Shikina (esquina de los jirones Libertad y el jirón Necochea) que ha sido arreglada con el apoyo de terceras personas.

Usted menciona que los Gobiernos Locales y Regionales en el Callao nunca han apoyado a la cultura. Sin embargo, ha visto pasar a varios ministros de Cultura durante su gestión en todos estos años en la DDC. Entre los que pasaron ¿Qué ministro/a ha oído sus informes sobre la problemática cultural en el Callao?
Bueno, yo he informado siempre al ministerio de todos los problemas al margen de los ministros. A veces las personas cambian por temas coyunturales. Como usted ha visto, han desfilado muchos ministros, pero siempre he informado al ministerio.
Pero dígame ¿Usted realmente ha tenido apoyo de la sede central del ministerio; o ha sentido que éste ha hecho oídos sordos cuando entregaba sus informes?
No podría decir eso, porque yo he formado parte del ministerio. No es que haya oídos sordos; lo que pasa es que el Estado está mal organizado; entonces no es un tema de voluntades, ni de cólera, ni de oídos sordos como usted lo llama; sino, es un tema de que el Estado está muy mal estructurado, porque no hay institucionalidad cultural fuerte. Por ejemplo, ningún candidato propone Políticas Culturales. Usted ve que en Municipalidades y Gobiernos Regionales los funcionarios no son gestores culturales. Son de cualquier especialidad, pero menos de Gestión Cultural. Entonces, no saben armar Políticas Culturales, no saben nada del Patrimonio, no saben nada de Industrias Culturales, y simplemente se dedican a hacer actividades que no tienen ningún impacto social, ni generan el fortalecimiento de la identidad.

¿A pesar que tenemos un Viceministerio de Patrimonio Cultural?
Como le digo; eso no es culpa del Viceministerio. El tema es que no hay Políticas Culturales y no hay articulación. O sea, tenemos un ministerio de Agricultura, pero igual, la gente trata mal a la tierra; entonces, ya no es culpa de un ministerio. Tenemos un ministerio del Interior, pero igual hay una inseguridad. Lamentablemente, no hay políticas culturales regionales, ni municipales… no hay. Y eso es un gran problema, porque usted ve que las Municipalidades y los Gobiernos Regionales hacen cursos, turismo, o cosas deportivas que no tienen nada que ver con el tema cultural, ni patrimonial, ni con el fortalecimiento de la Identidad, ni las Industrias Culturales, ni la lucha contra la discriminación… y eso es cultura; pero ni lo saben siquiera.
Si es un problema estructural, entonces tendría que haber una reingeniería en las instituciones del Estado
Exactamente, porque es un tema social y es culpa de todos nosotros; no es culpa de solo un ministro, porque es un tema estructural. Nadie tiene bibliotecas en sus casas, nadie lleva a su hijo a un museo y más bien lo llevan al estadio de fútbol. Nadie le compra a su hijo un libro porque le compran una pelota. Hay un desprecio por nuestra cultura. Somos una sociedad discriminadora donde queremos parecer norteamericanos y despreciamos todo lo que es nuestra cultura de los pueblos originarios, que son andinos y amazónicos y despreciamos a la cultura afroperuana. Y esa primera educación de la casa, luego uno la lleva a la profesión y al trabajo. Entonces, usted ve a un alcalde y a un gobernador que no sabe nada de Gestión Cultural porque prefiere pues, hacer cosas populistas, pero no fortalecer la identidad y la cultura que es un derecho humano y debe ser democratizada; porque la obligación de mi gobernante es darme acceso a bienes y servicios culturales.
Pero eso está en la propia Constitución peruana
Está en la Constitución, está en la Ley Orgánica de Municipalidades, está en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y está en la Ley del Ministerio de Cultura. Y si usted quiere que me queje contra alguien, tendré que quejarme contra el país, porque es un tema estructural.

Cambiando de tema. En el Callao se han realizado muchos murales que no han respetado parámetros temáticos, ni inmuebles declarados patrimonios culturales ¿Cuándo usted permaneció en la DDC estuvo en contra de las muralizaciones de la empresa Fugaz?
Los murales es una forma de arte efímero, sobre todo los grafitis que es un arte popular callejero y clandestino, porque los chicos pintan y se desaparecen porque es un tema de protesta; hasta allí está bien. Lo que pasa es que hay expresiones artísticas muy clásicas y hay otras que son muy modernas. Ahora, el Callao no tiene centro histórico, lo que tiene es una Zona Monumental, porque el centro histórico se destruyó en el terremoto de 1,746. O sea, el área fundacional se destruyó y ahora se llama Zona Monumental y esta zona concentra inmuebles, concentra espacios urbanos y calles que forman parte del Patrimonio Cultural de la Nación y que requieren un tratamiento especial, porque en zonas monumentales hay una serie de requisitos. Al principio, esta firma no los pidió y se les empezó a hacer procesos administrativos sancionadores y esos procesos son largos, porque usted tiene que levantar sus descargos y defenderse; sino, se vician y se caen, así como se cae un juicio porque alguien hizo mal un trámite. Y eso demora; pero nosotros lo hemos empezado y simplemente hemos informado, pero quien resuelve es la sede central del ministerio y por eso les empezaron a colocar multas a estas personas que hicieron estas afectaciones.
¿Directamente quién impone las multas?
La Dirección General de Defensa del Patrimonio Cultural del ministerio de Cultura. Y como le digo, la Dirección es Desconcentrada; no es Descentralizada y las funciones son limitadas porque tienen que ser coordinadas con los órganos de la sede central.
Pero bajo su gestión usted impulsó las multas de esas acciones
Yo no he multado. Yo he informado y se han procedido a hacer las multas a quienes afectan el Patrimonio Cultural y dentro de ellos, a esas personas que usted menciona.
Entonces, le pregunto directamente ¿Usted por qué ha salido de la DDC del Callao hace unos días?
No lo sé; porque no me han dado razones. Simplemente, me han agradecido por todos los logros que hemos tenido. El cargo es de confianza; usualmente, la gente dura muy poco tiempo en cargos de confianza, pero yo he tenido la suerte de durar siete años para poder servir al Callao, porque es la tierra de mi familia. Mi abuelo era estibador en el puerto y mi tío era un gran jugador del Sport Boys, y mi abuelo nadaba con Carpayo en La Punta y trajeron el Waterpolo. Entonces, yo estoy muy contento de haber podido servir al Callao porque soy un servidor público y mi especialidad es la política cultural. Hemos hecho todo lo que hemos podido. Lamentablemente no ha habido interés de otros organismos del Estado y tampoco ha habido interés de los medios de comunicación, porque casi nunca han estado presentes con todos los logros que hemos tenido. Usted va al museo arqueológico y se queda impresionado; pero nadie lo ha publicitado, porque no llama la atención, porque a la gente le gusta las noticias medio llamativas.
Se dice que en el ministerio de Cultura lo han destituido porque usted ha ido en contra de las muralizaciones de la empresa Fugaz ¿Qué tiene qué decir?
Yo he cumplido con las normas, y las normas decían que no se puede hacer este tipo de acciones sin cumplir las normas. Y tal es así, que el ministerio me dio la razón y por eso les impuso multas y yo continué con mi trabajo. Ahora como usted verá, mi trabajo no se circunscribió solamente a ese tema, mi trabajo era muy amplio. Usted también tome en cuenta que yo no tenía recursos, ni tenía apoyo de ningún organismo, ni de la Municipalidad, ni del Gobierno Regional. Yo envié doce cartas al actual alcalde del Callao y jamás me respondió y jamás me dio una cita. Ya pasaron dos años de gestión municipal y dígame usted una sola obra en gestión cultural de parte del Gobierno Regional y de la Municipalidad del Callao. Usted que es un comunicador y que es un hombre informado, dígame solamente una obra.
No tengo conocimiento de alguna obra importante en cultura.
Es que no tienen nada, porque se han dedicado a otras cosas; porque no tienen políticas culturales, porque priorizan el futbol y otras cosas pues.
Pero insisto. ¿Ha habido algún incidente cercano con respecto al tema de los murales de Fugaz que hayan provocado su salida?
Bueno, con el cambio de autoridades en el ministerio de Cultura hubo unas reuniones entiendo. Y al final les han autorizado hacer sus murales; eso había sido lo último ya. O sea, la sede central del ministerio de Cultura les ha autorizado con una serie de normas y requisitos y justo llegó la pandemia y han hecho sus pintas… sus cosas y ya lo ha supervisado directamente la sede central del ministerio.

¿Y usted se reunió personalmente con el ministro Alejandro Neyra?
Sí, me he reunido con él algunas veces; lo conozco, es un buen gestor. Ya ha sido ministro anteriormente y nos hemos reunido. Él es chalaco y hemos quedado en muy buenos términos y me agradeció por todos los logros que hubo en el Callao. Y como es un cargo de confianza, es voluntad de las autoridades el permitirle a uno retirarlo; entonces, dijeron que finalizaban mis funciones y me han dado una resolución agradeciendo mis servicios.
¿No hay ninguna rencilla, ni algún sinsabor de su parte?
No. Porque es un cargo de confianza. Nosotros estamos y venimos; y mientras estamos tenemos que servir a nuestra sociedad. Yo he tenido cargos desde los veintitantos años. Tengo un título, dos posgrados, siete libros publicados, soy catedrático universitario y tengo un montón de premios y medallas. O sea, soy un profesional en lo mío. Y siempre he salido con las manos limpias, mi apellido limpio y con muchos logros.
¿Usted conoce al nuevo director de la DDC del Callao, el señor César Benavides Pastor?
No. No lo conozco; no podría opinar porque no lo conozco. El día que yo lo esperé, él no estuvo, pero vino después y ya no nos pudimos comunicar. Pero ya hice mi entrega de cargos. He dejado todo ordenado.
Si pudiera hacer un balance de su gestión en la DDC ¿Cómo la calificaría?
Tendría que preguntarle usted a la gente del Callao. He trabajado sin recursos; soy un hombre honrado, he puesto mis recursos incluso, he pedido apoyo de muchas personas que sin ser del Callao me han apoyado bastante y ahí están los logros. Hay una ampliación de la infraestructura cultural: tenemos Palacio Inca de Oquendo, tenemos Huaca Culebras, tenemos siete cercos perimétricos en las huacas que estaban totalmente abandonadas y ahora están limpias y con letreros. Tenemos la recuperación de un inmueble republicano, le hemos dado mucha vida cultural a la sede de la Dirección de Cultura, hemos homenajeado a artistas chalacos, hemos fortalecido la identidad, hemos luchado contra la discriminación racial, hemos promovido ordenanzas contra la discriminación, porque es un tema tan fuerte y a nadie le importa. No tengo ningún juicio ni nada. Como llegué me voy.
Usted en este momento ya no es funcionario público y quiero preguntarle como ciudadano ¿Qué opina de la empresa Fugaz y su Monumental Callao?
Bueno, ha habido algunas cosas interesantes como las galerías de arte, como los restaurantes que han dado ingresos económicos a la gente de la zona. Pero, por otro lado, también si usted se da cuenta, no hay ningún tipo de fortalecimiento de la identidad chalaca. Y todos esos murales que hay son de temas ajenos. Primero, que nunca ha habido murales en la Zona Monumental del Callao; no es un tema tradicional del Callao y lo malo es que hay una idealización de temas que no son del Callao.
Las temáticas de los murales siempre son importantes, además del respeto a los inmuebles que son declarados patrimonios históricos culturales
Pero esos murales no tienen nada que ver con el Callao pues; tienen que ver con las caras de los que trabajan en esa empresa, tienen que ver con cosas que no forman parte de la identidad del Callao. Además, esos murales no son una recuperación; simplemente es pintar encima de un monumento que se cae, pero no hay restauración. Usted ve que los monumentos se incendian, se demuelen, se caen; pero no hay una restauración. No hay una recuperación en verdad.

Pero Fugaz siempre se ha publicitado en sus redes y en la televisión; incluso, El Comercio les dio grandes portadas, con titulares que decían que ellos han recuperado muchas zonas del Callao donde antes había delincuencia y que luego han transformado a los jóvenes marginales para convertirlos en jóvenes de bien. ¿Usted qué opina de eso?
Bueno, si ellos lo dicen… seguramente tendrán sus motivos.
Por otro lado, se habla de gentrificación. ¿Es verdad que en esa zona del Callao se está iniciando una gentrificación silenciosa?
Las acciones que están haciendo son de arte moderno, y no tienen nada que ver con la identidad, con la historia, con el patrimonio del Callao. Sus temas son totalmente ajenos porque jamás han estado. O sea, es algo artificial. No están hechos por chalacos; viene gente de afuera, vienen extranjeros y, por ejemplo, el Presidente de la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso que también es chalaco los denunció y otros congresistas más. Y a la sociedad civil tampoco le ha gustado todas esas acciones. Ahora, gentrificación en verdad no hay, al menos todavía. Todo el mundo habla de esa palabra, y ni la conocen. Y para que se dé una gentrificación, ya tendría que empezar a venir una nueva población de afuera que transforme el barrio; pero eso no se está dando todavía, porque no hay restauración, no hay obras, no hay una construcción, no hay nada. Solamente son pintas en monumentos que necesitan una puesta en valor; pero no se está dando.
En todo caso, la Casa Ronald se recuperó
La Casa Ronald no estaba destruida pues. La Casa Ronald es de cemento y de los años 20; solo la pintaron y la arreglaron. Le pusieron focos, y le dieron vida cultural con las galerías. Y si usted se da cuenta, los restaurantes, las galerías y las tiendas están hechas para un público que no es chalaco. Está ordenado para un público de afuera, para un turismo. Por eso es que traían buses con gente, pero en sí no hay una recuperación para los chalacos… para el Callao. La Zona Monumental del Callao es una ciudad portuaria que estaba súper vinculada al mar; y toda la vida social, cultural y económica giraba en torno al mar. Por eso es que toda la gente que vivía en el Callao antiguo, vivía del mar, ya sea a través de tiendas, con los barcos y el turismo. Y todo eso se perdió cuando se privatizó el puerto. Ya no hay vida allí, tal es así, que mi bisabuelo era estibador, pero ahora un chalaco no puede ser estibador porque los trabajadores del puerto son extranjeros. Antiguamente venían los barcos, traían las cosas y usted en su tienda vendía todo: la cultura, los libros, la ropa, la moda, los discos, todo, todo llegaba… y eso ya se perdió. Por ejemplo, yo recuerdo que de niño me acercaba al puerto y miraba los barcos; ahora los barcos no se pueden mirar, porque está todo cerrado. Eso ha provocado una caída económica de la Zona Monumental del Callao y las familias antiguas se han ido retirando. Entonces, hoy el Callao Monumental es como un gran pueblo joven, porque, así como la gente invade terrenos, también invaden casonas abandonadas, y casi toda la gente que vive allí ha invadido y son posesionarios, porque las familias originales ya se han retirado. Pero estas personas no son dueños y obviamente hay una vida muy pobre; hay mucha vulnerabilidad allí y hay mucha delincuencia. Eso no se puede negar porque es real. Nosotros lo hemos visto muchas veces; es un problema social y multilateral. Y si alguien lo quiere maquillar, es su problema, pero es la verdad y no se puede ocultar esa verdad, porque simplemente con pintar fachadas no está usted cambiando nada.
Entiendo que el trabajo tiene que ser sostenido en los temas de memoria y la recuperación de la…
¡Identidad! El chalaco tiene una fuerte identidad y tiene derecho a que no se vulnere su identidad. Usted no puede traer cosas de la selva y las caras de los trabajadores de esa empresa, porque eso no es parte del Callao. Ni siquiera hay una imagen de la Virgen del Carmen de la Legua, ni siquiera del Señor del Mar, ni siquiera de Miguel Grau; ni siquiera de la participación del Callao en la independencia, ni del Callao en la guerra; ni siquiera una cara de un solo artista chalaco, ni siquiera de Óscar Avilés. O sea, nadie… nadie. No hay nada del Callao; todas son puras pintas modernas de cosas ajenas. Imagínenme a mí que me vaya a Loreto y empiezo a pintar tapadas coloniales en una ciudad de la selva; o me voy a Trujillo y empiezo a pintar puras cosas incaicas cusqueñas.

También hay una frase que suena a desacierto ¿por qué dicen Callao Monumental y el barrio de Castilla?
No existe ningún barrio de Castilla; eso fue un invento de ellos. Castilla es un jirón, que es conocido porque allí había delincuentes. Y lo que hacen ellos es idealizar el tema de la delincuencia con un fin turístico. O sea, están aprovechando e idealizando la delincuencia como algo exótico para gente de afuera. Si usted le pregunta a un chalaco si está contento de que pongan a delincuentes chuceados en los murales, obviamente le va a decir que no.
Sin embargo, Fugaz ha difundido esa idea del barrio de Castilla hace tiempo y en Lima se desconoce lo que usted dice.
Y la prensa le publica eso, pues. Nosotros hemos hecho una gran actividad cultural y la prensa jamás ha hecho ningún tipo de eco a eso. Pero estos señores han hecho una actividad que es cuestionable y toda la prensa está a favor de ellos.
Finalmente, pensamos que su salida de la DDC es una especie de represalia, porque usted se opuso a las pintas de los murales de Fugaz.
Eso tendría usted que preguntarle a quienes decidieron retirarme, pues. Yo no puedo opinar por otras personas.
Cultura
Un amigo escritor para Hitler: El obituario del Premio Nobel
Lee la columna de Hans Herrera Núñez

Si usted cree que Vargas Llosa es controversial, es porque no conoce a Knut Hamsun. Se cumplen 80 años en que el 30 de abril murió Hitler en la Cancillería de Berlín. Una semana después, en Noruega, la leyenda de la literatura escandinava, Hamsun, escribiría un obituario en honor del Gran Dictador de Europa.
Hamsun en 1945 tenía 86 años, el famosos novelista y premio Nobel, era una leyenda viviente entonces, autor de obras maestras como Hambre y Pan que desarrollan la novela psicológica heredera de Dostoievski en una exploración acertada del monólogo interior de sus protagonistas.
Durante el ascenso de Hitler y luego durante la ocupación de Noruega por Alemania, el inmortal escritor se mostró favorable a Hitler.
El obituario de Hitler
Knut Hamsun escribió en mayo de 1945, estando la guerra perdida, un obituario de Adolf Hitler en el periódico Aftenposten. El panegírico de Hamsun a Hitler sirvió como artículo principal del periódico colaboracionista sobre la muerte de Hitler.
El breve obituario dice en su totalidad:
«No soy digno de hablar en nombre de Adolf Hitler, y su vida y sus acciones no me incitan a ninguna provocación sentimental. Hitler fue un guerrero, un guerrero por la humanidad y un predicador del evangelio de la justicia para todas las naciones. Fue un reformador de primer orden, y su destino histórico fue actuar en una época de brutalidad sin igual, que al final le falló.
Así puede el ciudadano europeo occidental mirar a Adolf Hitler. Y nosotros, sus seguidores más cercanos, inclinamos la cabeza ante su muerte”, escribió Knut Hamsun.

El obituario se publicó la noche del 7 de mayo de 1945, una semana después de la muerte de Hitler.
Cuando su hijo Tore le preguntó sobre el motivo de este obituario, Knut Hamsun respondió: “Fue un gesto de caballerosidad hacia un gran caído”.
Para el propio Hamsun, el obituario y otras declaraciones y escritos llevaron a su arresto poco después del fin de la guerra. Sin embargo, los cargos en su contra se suavizaron cuando el profesor Gabriel Langfeldt y el médico jefe Ørnulv Ødegård determinaron que tenía “capacidades mentales permanentemente deterioradas”.
Antes de morir fue acusado de traición y finalmente fue seriamente multado y calificado de loco. En 1948, tuvo que pagar una suma ruinosa al gobierno noruego de 325.000 coronas (65.000 dólares o 16.250 libras esterlinas en aquel entonces) por su presunta afiliación al Nasjonal Samling y por el apoyo moral que brindó a los alemanes, pero fue absuelto de cualquier afiliación nazi directa. Si era miembro del Nasjonal Samling o no, y si sus capacidades mentales estaban deterioradas, es un tema muy debatido incluso hoy en día.

Hamsun declaró que nunca migró a ningún partido político. Escribió su último libro a los 90 años, Paa giengrodde Stier (Sobre senderos cubiertos de maleza), en 1949, un libro que muchos consideran una prueba de su capacidad mental. En él, critica duramente a los psiquiatras y a los jueces y, con sus propias palabras, demuestra que no está enfermo mental. Hamsun murió en 1952.
Después de la guerra, los noruegos quemaron libros de Hansum y su recuerdo sigue siendo espinoso entre sus compatriotas. Como dijo una escritora de su país, ningún noruego habla abiertamente de Hansum pero todos tienen al menos un libro suyo en casa.
El autor danés Thorkild Hansen investigó el juicio y escribió el libro “El juicio de Hamsun” (1978), que causó revuelo en Noruega. Entre otras cosas, Hansen declaró: “Si quieres conocer idiotas, ve a Noruega”, pues consideraba indignante ese trato al veterano autor ganador del Premio Nobel. En 1996, el cineasta sueco Jan Troell basó la película “Hamsun” en el libro de Hansen. En “Hamsun”, el actor sueco Max von Sydow interpreta a Knut Hamsun; su esposa, Marie, es interpretada por la actriz danesa Ghita Nørby.
El profesor Atle Kittang, de la Universidad de Bergen, escribió sobre el legado de Hamsun en el sitio web del Centro Knut Hamsun. Afirmó que existían razones complejas detrás de la publicación del obituario por parte de Hamsun. Señala que, tras su único encuentro en 1943, Hitler no ocupaba un lugar destacado en la evaluación de Hamsun. En consecuencia, Kittang cree que el obituario debería considerarse parte de la necesidad de provocación de Hamsun, como lo demuestran su vida y obra.

Hamsun, la leyenda de la literatura
Más de medio siglo antes, un joven Hamsun se oponía al realismo y al naturalismo. Argumentaba que el objeto principal de la literatura modernista debía ser la complejidad de la mente humana, que los escritores debían describir el «susurro de la sangre y la súplica de la médula ósea». Hamsun se convertiría muy pronto hacia 1800 a ser considerado el «líder de la revuelta neorromántica de principios del siglo XX».
Entre sus admiradores se encontraban Thomas Mann, Hermann Hesse, Robert Musil, Arthur Schnitzler, Jakob Wassermann, Stefan Zweig, Martin Buber, Arnold Schoenberg y Alfred Einstein. Todos ellos contribuyeron a la publicación conmemorativa que se publicó en Alemania con motivo del 70º cumpleaños de Hamsun. Al Festschrift publicado en Noruega con el mismo motivo también contribuyeron Maxim Gorki, Gerhart Hauptmann, Heinrich Mann, Tomáš Garrigue Masaryk y André Gide. Otros admiradores incluían a Ernest Hemingway, Franz Kafka, John Galsworthy, Henry Miller e incluso el joven Bertolt Brecht. Uno de los periodistas y escritores más conocidos de Alemania en aquel momento, Kurt Tucholsky, también confesó en un breve artículo en el Vossische Zeitung del 1 de enero de 1928: “Kurt Tucholsky ama… a Hamsun”
Todo empezó en 1888, cuando el barco de vapor danés Thingvalla en que viajaba un Hamsun pobre y desconocido se encontraría con la musa. Fue en ese viaje en que su barco estuvo amarrado en Kristiania durante un día en su camino de EEUU a Copenhague, que dicha ciudad danesa le trajo recuerdos desagradables del año 1886, cuando tuvo que soportar allí un duro período de hambre, sin trabajo. Hamsun no abandonó el barco y esa noche escribió las primeras líneas de la novela, que ya capturan la atmósfera opresiva de todo el libro:
«Fue en ese tiempo cuando yo vagaba y me moría de hambre en Cristianía, en esa ciudad extraña de la que nadie se va hasta que ha sido marcado por ella”.
En Copenhague alquiló una habitación en el ático y, padeciendo nuevamente hambre, continuó escribiendo. Presentó el manuscrito inacabado a Edvard Brandes, el editor de arte del periódico Politiken. Profundamente conmovido, Brandes persuadió a Carl Behrens para que publicara partes del libro de forma anónima en la revista danesa Ny jord (Nueva Tierra) en noviembre. La obra llamó inmediatamente la atención por la radicalidad de su representación y su ruptura con el concepto aún joven del nuevo realismo. La revista Dagblad pronto reveló el misterio que rodea la identidad del autor. Hamsun continuó trabajando en la obra, que fue publicada íntegramente, aunque todavía de forma anónima, en 1890. Ese mismo año fue publicada en traducción alemana por Samuel Fischer.
Hambre narra en primera persona el declive físico y psicológico de un joven escritor y periodista fracasado en Kristiania, la actual Oslo. De vez en cuando logra vender un artículo a un periódico, pero sus ganancias rara vez son suficientes para cubrir comida y alojamiento, por lo que deambula por la ciudad hambriento y a veces incluso sin hogar. Al intentar ocultar su precaria situación, el narrador en primera persona la empeora aún más. Describe su estado mental con gran detalle y de forma vívida; Su estado de ánimo fluctúa entre la depresión, la euforia, la desesperación y la vergüenza.
El narrador anónimo en primera persona sale de su habitación y camina sin rumbo por Cristianía. Cuando conoce a un hombre pobre, a pesar de su propia situación, empeña su chaleco y le da la mayor parte del dinero que recibe. Poco después, persigue a una mujer, luego busca un empleo y fracasa, después se le ocurre un texto brillante y escribe lo que intuyo es una obra maestra, envía el manuscrito a un editor, sin un centavo y viviendo en la calle se le ocurre entrar furtivamente a la habitación que alquilaba y de donde lo echaron por deudor, y es entonces que descubre una carta, su libro tiene suerte y le han adelantado 10 coronas. Aquí empieza la historia.

El autor y crítico danés Erik Skram elogió la obra como un “acontecimiento literario de primer orden”, y el crítico noruego Carl Nærup escribió en 1895 que “sentó las bases de una nueva literatura en Escandinavia”. Muchos críticos consideran que la novela es la mejor obra de Hamsun. El autor se hizo famoso de la noche a la mañana, fue un invitado bienvenido en los círculos intelectuales y fue invitado a dar lecturas en los EE.UU.
Influenciado por la psicología de Dostoievski (el narrador recuerda ciertos rasgos de Raskolnikov, el antihéroe de Crimen y castigo, pero también protagonista de El sótano) y por el naturalismo de Zola, Hamsun, en Hambre, prefigura también los escritos de Kafka y de la literatura existencialista del siglo XX.
Recepción en el siglo XXI: En su novela de 2017 Suleika abre sus ojos, Gusel Jachina retoma una imagen de Hamsun: la gente intenta superar el hambre cortándose con un cuchillo y chupándose la sangre de los dedos.
Respecto a esta raza de artistas vagabundos descrito en Hambre, Virginia Nicholson escribe en Among the bohemians: Experiments in Living 1900-1939:
«Después de cincuenta años podríamos juzgar que la pobreza de Dylan Thomas era noble, mientras que la de Nina Hamnett no tenía sentido. Sin embargo, una artista menor y sin dinero se vuelve igual de famélica que un genio. ¿Qué los impulsó a hacerlo? Creo que tales personas no sólo escogieron el arte, sino también la vida de artista. El arte les ofreció un estilo de vida diferente, uno que creyeron les compensaba de la pérdida de comodidades y respetabilidad».
Tal vez Hamsun viera en Hitler a aquel artista frustrado que como él vivió el hambre y la soledad del anonimato en esa otra Christiania llamada Viena.
«En aquel tiempo tenía hambre y vagaba por Christiania, esa extraña ciudad de la que nadie sale sin llevar sus marcas…»

Por Edwin Sarmiento
(Estando yo en un pueblito, por las alturas de Lima, y sin Internet, se murió mi amigo Jorge Acuña, el mimo más grande que tuvimos en la década del 70 en el Perú. Se nos fue a la edad de 94 años. Las redes sociales se llenaron de nostalgia al informar de este desenlace. Y pensar que Jorge era un tipazo fuera de serie. Hace cuatro años yo publiqué en mi muro una semblanza de dos amigos: el poeta Reynaldo Naranjo y el mimo Jorge Acuña, con quienes aparezco en una fotografía de esas que nos tomamos, casi siempre, con el corazón. Muerto Naranjo, hace unos años, y ahora Acuña, hace unos días, deseo compartir este texto a modo de homenaje a ambos y a esas épocas doradas que nos tocó vivir)
I
Debió ser en la Casa de la Literatura, al costado de Palacio de Gobierno, cuando algún amigo nos tomó esta fotografía. No recuerdo, exactamente, el año. Aquí estoy junto al poeta y periodista Reynaldo Naranjo y el actor peruano, mimo y promotor del teatro de la calle, Jorge Acuña (al centro y de pelo cano). Él debe estar cumpliendo, ahora, 91 años, en Suecia, donde radica, mientras que Naranjo nos dejó cuando tenía 84, hace dos años, al ser atropellado por un camión, cuando cruzaba, una mañana, la avenida Benavides, en Miraflores. Con ambos alterné en situaciones distintas de mi vida. Al poeta lo recuerdo con la sonrisa y picardía criolla, permanentes. Fue uno de los mejores tituleros que tenía el periodismo de los 70. Convivieron en él la creatividad del poeta social, con la neurosis de los cierres de edición en las salas de redacción de diarios y revistas, en los cuales trabajó como periodista. Cuando coincidíamos en el bar Palermo de la Av. Colmena, yo recitaba este poema, escrito en 1968: (A un edificio en construcción) “Obreros y cemento/ curiosos e ingenieros/ ingresan a la gran mezcladora// Mientras el ruido gira/ va naciendo el gigante/ hijo robusto/ que ha de crecer/ hasta el veintavo piso// Danza de músculos/ de cerebros y días// Nos pararemos/ en el piso más alto/ tal los conquistadores/ de las altas montañas// Alzaremos los brazos/ para tocar el cielo/ y el flamante ascensor,/ como nave dorada,/ nos dejará en la tierra/ con las manos vacías// Vendrá la burocracia// Gerentes, policías,/ padrinos y ahijados// Contratarán porteros/ y nos serán cerradas/ las puertas que pusimos” Luego de un reverencial silencio, yo preguntaba, ¿recuerdas quién escribió este tremendo poema? Y él, soltando esa carcajada que llegaba hasta la Casona de San Marcos, decía, creo que fue un tal Reynaldo Naranjo. Y yo gritaba: ¡respuesta correcta! Junto a César Calvo, Javier Heraud, Arturo Corcuera, Mario Razzeto fue una las figuras representativas de la denominada generación del sesenta. Naranjo, Calvo y el poeta uruguayo Alfredo Zitarrosa fundaron, en algún momento, la Casa de la Poesía, en el distrito de Barranco. Luego, grabaría con Calvo y el músico Carlos Hayre, el disco Poemas y Canciones, que los muchachos de entonces, escuchábamos en el LP que circulaba de mano en mano, prestadito nomás.
II
Jorge Acuña es un tipazo, un actor de primera, un mimo que empezaba su función, al aire libre, en la plaza San Martín, a las tres de la tarde. Lo hacía colocando, primero, un letrerito sobre cartón y escrito a plumón que decía: «Todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él” (César Vallejo). Luego, procedía, lentamente, a maquillarse la cara, mientras los curiosos se iban aglomerando, formando un semicírculo que él había trazado, previamente, con tiza, muy cerca del monumento al libertador San Martín. Las tardes, si eran de invierno, empezaban a calentarse a medida que la gente, mayormente de rostro cobrizo, empezaba a compactarse codo a codo, hombro a hombre, uno detrás de otro, hasta que empezaba la función. El mimo iniciaba su trabajo con una explicación sobre el teatro, señalando la función del artista en un país pobre como el nuestro, la necesidad de que el buen arte debería salir a las calles a buscar al pueblo, lejos de esperar en salas pequeñas y selectivas, sólo al alcance de quienes podían pagar una entrada y en este chamullo, que la gente escuchaba en silencio, el actor terminaba citando a Vallejo, a Mariátegui, también al Che Guevara, a Marx y a un largo etcétera marxista, maoísta, pensamiento Mao Tze Tung. Y sus amigos, que no éramos pocos, nos arrancábamos con unos aplausos, seguidos por un público que por casualidad pasaba, esa hora de la tarde, por la plaza San Martín. Ya en el “tempo” exacto del buen arte, Acuña se arrancaba con su lenguaje corporal moviendo manos, brazos y piernas, o abriendo los ojos, lo más que podía, o cerrándolos, si sus historias tenían que ver con trepar las paredes, abrir las puertas, cocinar una sopita, asombrarse de algo o soportar el terror de una mala noticia, en fin. El público reía a rabiar, comentaba en voz alta, aquello que el mimo los iba describiendo, en silencio, sólo con el movimiento de su cuerpo. Dos horas más tarde, el público seguía aplaudiendo y él decía que al artista no había que explotarlo, porque era un trabajador como cualquiera y tenía derecho a ser recompensado. Aclaraba que esa recompensa sería voluntaria y gracias por su apoyo, compañeros. Es cuando sus ganchos, o sea, nosotros, le ayudábamos a pasar el sombrero entre el público que iba soltando un sol, dos soles, una china, a veces un caramelo, como después descubriríamos al hacer el recuento en el bar Palermo, a eso de las seis de la tarde, cuando, en una mesa, hacia el extremo del bar, nos instalábamos para acompañarlo hasta pasada la medianoche. Él formaba montoncitos de diez soles cada uno y cuando ya no había nada que contar, Acuña, separaba la mitad de lo que había en la mesa, lo guardaba en un bolsillo y decía que el resto sería para disfrutar la noche y así era. Ahora que ya no estará con nosotros, me viene la nostalgia. Fue un tipazo.
Cultura
Rodolfo Muñoz, un modelo desnudo lleno de historias [VIDEO]
Un recuerdo del querido personaje bellasartino.

El jueves 24 pasado se conoció el fallecimiento del Hércules de Bellas Artes. Rodolfo Muñoz trabajó por más de 60 años en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, su trabajo era despojarse de su ropa para que los alumnos de la ENSABAP lo inmortalicen con sus primeros trazos.
En el reciente podcast de Lima Gris, Edwin Cavello y Luis Felipe Alpaca recordaron lo entrañable del querido personaje que fue pintado por maestros como Humareda, Szyszlo, Tilsa, Tola, Ángel y Gerardo Chávez, entre otros.
Aquí el podcast especial sobre Rodolfo Muñoz.
Cultura
Falleció Jorge Acuña, el mimo que habló con el alma
Su familia confirmó el deceso. El extrañable personaje falleció a los 94 años en la ciudad de Estocolmo en Suecia.

El Perú ha perdido una de sus almas más silenciosas. Jorge Acuña, el emblemático mimo peruano que durante varios años convirtió la Plaza San Martín en un escenario de poesía muda, falleció recientemente, según confirmó su familia. Tenía el don raro de decir mucho sin palabras, de conmover sin un solo sonido. Hoy, el eco de sus gestos queda flotando en el aire como un susurro entre adoquines y palomas.
Acuña fue más que un artista callejero; fue un testigo del tiempo. A finales de los años sesenta, cuando el país se debatía entre la incertidumbre política y la efervescencia cultural, él apareció como un oasis de belleza en medio del caos. Su rostro pintado de blanco y sus movimientos precisos eran una forma de resistencia, una poesía viviente que se ofrecía gratuitamente a todo transeúnte que supiera detenerse a mirar.

“Ser mimo no es disfrazarse, es desnudarse”, dijo alguna vez en una entrevista para Lima Gris. Esa frase —que hoy resuena con una fuerza mayor— resume la filosofía de vida de Acuña: el arte no como espectáculo sino como verdad desnuda, como entrega absoluta. En esa misma entrevista, también confesó: “La calle me enseñó a ser humilde, pero también me hizo fuerte. No hay escenario más honesto que el pavimento”.
Jorge Acuña dedicó más de cuatro décadas a su arte. Viajó, enseñó, formó discípulos en talleres y escuelas independientes, pero nunca se desligó de la calle, su primer amor y su escuela más sincera. “Podría estar en un teatro con luces y telón, pero prefiero el aplauso de una niña que me mira desde la vereda”, dijo con una sonrisa tímida, sin quitarse el maquillaje.
Sus personajes —el anciano que lucha contra el viento, el niño que juega con una mariposa invisible, el obrero cansado que carga el peso del mundo— no eran simples pantomimas. Eran espejos de un país que muchas veces no se detiene a mirarse. Y él, sin pedir nada a cambio, ofrecía esos reflejos todos los días, bajo el sol o bajo la llovizna limeña.

La noticia de su muerte ha conmovido a quienes lo conocieron y a quienes alguna vez se detuvieron, siquiera por un instante, a contemplar su arte. No hay grandes homenajes, no hay titulares ruidosos. Pero en la Plaza San Martín, donde tantas veces detuvo el tiempo con un gesto, alguien ha dejado una flor. Y eso basta.
Porque Jorge Acuña no ha muerto del todo. Vive en cada silencio que conmueve, en cada gesto que dice más que las palabras, en cada niño que se detiene a mirar a un artista callejero con los ojos bien abiertos.
Su cuerpo se ha ido. Su arte perdurará.
Cultura
Czar Gutiérrez autor de Bombardero: «Nunca me sentí influenciado por la prosa de Vargas Llosa» [VIDEO]
En un nuevo episodio del podcast de Lima Gris, conversamos con el escritor y periodista cultural César Gutiérrez.

Czar Gutiérrez es ampliamente reconocido como uno de los más destacados periodistas culturales del país, pero también —y quizás con mayor intensidad— como un escritor de singular talento que, durante años, ha mantenido un silencio tan enigmático como elocuente. Gutiérrez Rivas no es un autor cualquiera: en 2008 dejó una marca indeleble en la literatura peruana con la publicación de Bombardero, una obra que reveló su formidable capacidad narrativa y lo consagró como una de las voces más potentes y originales de su generación.
Con su libro Bombardero, Czar Gutiérrez irrumpió en la literatura peruana con una prosa que desafía las convenciones, un torrente verbal tan desbordante como preciso, que evoca y provoca vértigo narrativo.
En una reciente entrevista para el podcast de Lima Gris, conversamos con Czar Gutiérrez sobre su silencio literario, Mario Vargas Llosa y el periodismo cultural. El autor de Bombardero no se calla nada. Aquí la entrevista completa.

Por: Hélard André Fuentes Pastor
Recuerdo el día que lo conocí con la nitidez propia de mis veinte años. En ese entonces, presidía el Centro de Estudios Históricos para el Desarrollo Social (CEHDES) “Guillermo Galdós Rodríguez”, que organizó una única actividad: el Primer Congreso Regional de Historia del Arte Popular en la Alianza Francesa de Arequipa.
Durante la organización del evento, y motivado por razones familiares, propuse la participación del doctor Xavier Bacacorzo como ponente magistral. Una noche, lo visité en la Facultad de Filosofía y Humanidades, donde dictaba cátedra. Me acerqué con la ingenuidad de un universitario, mencionando que había sido profesor de mi padre y tras una breve conversación evocando ese recuerdo, respondió a la invitación con una serie de quejas sobre el funcionamiento de la Universidad de San Agustín, cuyo letargo, como lo viví después, ha generado impotencia y frustración en más de uno.

Recuerdo la expresión de decepción en su mirada cuando me dijo: “Participaré cuando estemos en la Católica con doble C”, dando a entender que el evento lo organizaba San Agustín y prefería no asistir. No quise ser cargoso; porque insistir o explicarle ―pensé―, lo impacientaba aún más.
Siempre lo vi y leí con admiración, y quizás por eso, a lo largo de estos catorce años, mi sentimiento de reconocimiento hacia su obra se mantuvo intacto. Su legado no solo se refleja en cerca de una decena de títulos, sino también en una actividad cultural impresionante, especialmente a mediados del siglo XX, y en una valiosa contribución periodística como columnista en diversos medios, entre ellos Arequipa Al Día. Este sentimiento persiste en mí, a pesar de los encuentros y desencuentros que vivimos, tan propios de los intelectuales, artistas y literatos.
Xavier Bacacorzo no era cortesano; no esperaba caer bien ni mal. Comunicaba lo que pensaba, lo que había leído o lo que intuía a través de los astros y sus conexiones espirituales, aunque a veces no lo hacía de la mejor manera.
Un día lo encontré caminando por el Portal de Flores, con una visible cojera que, sin embargo, no le impedía recorrer largos tramos del Centro Histórico. Me acerqué a él, mencionando mi nombre, pero al alzar la mirada, con sus ojos esquivos, no respondió a mi saludo. Esta vez, porfiado, insistí un par de veces, y cerca del quiosco de periódicos en la intersección con la calle Mercaderes, le dije:
—Soy el autor del libro del 50… La lucha del pueblo arequipeño (…).
Con eso, arranqué de sus labios una respuesta.
—Por cierto —dijo—, muy mal escrito.
Yo sonreí y, sin perder el ánimo, le pregunté las razones por las que pensaba eso. Entonces, señalándome el McDonald’s, me dijo:
—¿Tienes tiempo?… Vamos por un café.

Conversamos mucho. Le conté que su hermano Jorge había dado por muerto a un niño en un poema. Le mencioné que había leído sus artículos sobre el movimiento popular de junio de 1950 y que incluso había empleado su división cronológica en mi libro. Creo que también se lo entregué ese día.
Hablamos de poesía, de un poemario que estaba por publicar. Corrigió algunos versos de mi poema Noctámbulo. También conversamos sobre mi tío abuelo, Pedro Luis González, de quien —según me contó— había sido jurado de tesis y quiso sorprenderlo con un trabajo voluminoso (con un “sillar”).
En medio de todo, me preguntó por mi signo zodiacal, entre otras cosas. Luego, avanzamos hasta una fotocopiadora, donde hizo copiar algunos de sus artículos, uno sobre la visita de Pablo Neruda a Arequipa —a quien había recibido personalmente—, y otra a color de una pintura en honor a Francisco Mostajo, a quien retrató en vida.
Antes de despedirse, me dijo:
—Serás mi discípulo.
Yo, que no creía mucho en esas cosas, porque no son de mi tiempo, solo sonreí y le respondí:
—Doctor, creo que cada quien hace su propio camino, pero es un honor escucharlo.
Me lo encontré incontables veces en el Panorámico, en Mercaderes y en San Francisco. A veces, acompañado de su esposa, María Esther Basurco. En una de esas ocasiones, nos detuvimos a conversar sobre Mariano Melgar. Unos estudiantes de antropología lo habían invitado a dar una charla sobre el vate arequipeño.
Me preguntó:
—¿Irás?
—No puedo, doctor, porque en las mañanas enseño en un colegio. Allá… en Mariano Melgar —respondí.
Luego, me preguntó qué tema me gustaría que tratara, y yo le dije:
—Quizás sobre la naturaleza fenotípica o étnica de Melgar, recordando los dibujos que lo representan como un europeo y aquellos que lo muestran como un hombre mestizo con rasgos predominantemente andinos.
La ocasión más difícil ocurrió un atardecer en Mercaderes, a la altura de una sede de la Librería San Francisco. Me acerqué para saludarlo, pero cuando escuchó mi nombre, visiblemente molesto, me dijo que no quería saber nada de mí. Me dejó consternado.
Resulta que unos amigos suyos, abogados, le dijeron que yo había escrito un libro sobre Melgar, cosa que nunca ocurrió, y que, además, no citaba su trabajo. Entonces, traté de aclararle la situación, y creo que logré demostrarle que lo único que había escrito sobre Melgar era un artículo que aparece en mi obra sobre el Cementerio de la Apacheta, y que, aunque no tenía su libro, sí lo citaba. Le expliqué que cómo no lo iba a citar si alguna vez nos habíamos encontrado y conversado al respecto.
—¡Evento al que no asististe! —me dijo.
Y yo le respondí:
—Estaba trabajando, doctor, como le mencioné en aquella ocasión.
Se tranquilizó. Sin embargo, debo confesar que en ese momento experimenté desconcierto. Preocupado por su edad y por el impacto que mi acercamiento pudo haber tenido, decidí alejarme.

Años después, en 2018, organizamos un homenaje a Carlos Meneses Cornejo, con la publicación de un libro sobre su vida y un opúsculo de saludos. Sabiendo que María Esther había publicado en Arequipa Al Día (que dirigió don Carlitos), la invité a escribir unas palabras de homenaje. Grata fue mi sorpresa cuando respondió, además, con un segundo texto suscrito por los hermanos Gustavo y Xavier Bacacorzo. ¡Genial! Y aún más grato fue que asistiera al evento, realizado en la Biblioteca Mario Vargas Llosa, espacio vinculado a un novelista del que discrepó y renegó en más de una ocasión. En medio de la incertidumbre que domina los sentidos, me acerqué y el doctor me saludó con familiaridad. Le dije: «¿Y usted cuándo se deja hacer un homenaje?», mientras me mostraba, de un cartapacio que llevaba en las manos, una serie de artículos y algunas biografías de él, pues su trayectoria aparece en diccionarios locales y nacionales.
Lo más inolvidable aún fue el abrazo que se dieron con Eusebio Quiroz, con quien habían tenido una serie de polémicas académicas sobre temas como la Guerra del Pacífico o la llamada “Revolución del 50”. Ambos se preguntaron cómo estaban y se desearon lo mejor.
Luego llegó la pandemia, y no volví a verlo. Supe de él por los correos electrónicos que compartimos con su esposa, cuando lo invité a participar en el libro Voces de la poesía peruana (Parihuana, 2021).
En ciertos libros, he leído que nació en 1931. En mi antología aparece el año que consulté en registros oficiales, 1930. Sin embargo, en una de nuestras comunicaciones, María Esther me comentó que fue en 1932. Todo en él siempre fue un misterio, lo que lo convierte en un intelectual único, sin igual.

Xavier fue un personaje excepcional por múltiples razones; pero era, en esencia, hombre; un hombre de letras, y ser un hombre de letras implica profundas lecturas, inolvidables diálogos, polémicas, reflexiones humanísticas, aciertos y desaciertos. Por eso, resulta más sencillo comprender al hombre que fue, al que hoy recordamos, porque la congoja y el pesar que acompañan el ocaso de la existencia, nos permiten entender de mejor manera el orden de las cosas, asimilar los recuerdos con reconciliación y valorar esos buenos momentos, apreciando cada circunstancia de aprendizaje, cercanía y alejamiento en nuestras vidas. Xavier fue uno de los personajes de la vieja escuela, cuya obra es clave para comprender los procesos históricos-literarios del siglo XX y una época crucial en nuestra ciudad.
Cultura
Álvaro Vargas Llosa: su pareja lo deja, la ex contraataca y Bayly opina
Un dolor de muelas en el corazón. Así es la vida amorosa de Álvaro, quien ha tenido que vivir un duelo doble, primero por la muerte de su padre nuestro premio Nobel, y después la ruptura relámpago de su pareja de origen libanés. Aquí los pormenores.

¿Cuándo se jodió Álvaro? Quizás fue en este 2025 cuando su romance terminó de manera inesperada. O tal vez en 2021 cuando dejó atrás la solidez de un matrimonio de casi treinta años por la aventura de rejuvenecer con una nueva pareja. Sea que Álvaro esté mirando la Gran Vía de Madrid o desde la Diagonal de Barcelona, es muy seguro que ve al mundo desde donde esté como la Avenida Tacna, sin amor.
Nada se va, Nada se fue
En una carta publicada en el diario El País, el conferencista reveló que su pareja lo abandonó en el momento más difícil de su vida. Según relató, mientras él lidiaba con el dolor de la muerte de Su padre, Mario Vargas Llosa, Nada regresó a su país natal sin ofrecerle ninguna explicación, poniendo fin a su relación de cuatro años.
“Pues te cuento, ya que el diálogo continúa, que, como todos los dramas, el tuyo tiene un toque tragicómico: mientras tú agonizabas, morías y se iniciaba mi duelo, mi pareja… regresó a su país para siempre sin que medie una conversación de despedida”, escribió Álvaro en una carta abierta en El País, titulada “Elogio fúnebre de mi padre”. El ensayista de 59 años no solo rinde homenaje al legado intelectual y humano de Mario Vargas Llosa, sino que también comparte con los lectores el doloroso momento personal que le tocó vivir paralelamente al duelo familiar. En el texto, da entender que Nada se fue sin ofrecer una despedida o una explicación clara.
De inmediato como si fuesen las mismas Erinnias de Esquilo, aparecieron como glosistas de la carta su ex mujer y su ex amigo (¿?).
La ex esposa contraataca
Con garbo y elegancia, Susana la ex de Álvaro, lanzó un tweet que hace volar la imaginación de los internautas:
«Dos palabras: Efímero: pasajero, de corta duración y Mentecata: tonto, fatuo, falto de juicio, privado de razón. A buen entendedor, pocas palabras»

Álvaro Vargas Llosa y Susana Abad.
No solo eso, la ex esposa de Álvaro Vargas Llosa reconfiguró su biografía en Instagram, llamando la atención de los usuarios en lo que obviamente es una clara indirecta hacia su exesposo: “El mundo es redondo y da muchas vueltas”.
Además, compartió una serie de imágenes acompañadas de frases reflexivas, como “Confía en la intuición, te avisa antes que la razón”, “Que la sed no te haga beber del vaso equivocado” y “Cada uno da lo que tiene en su corazón”.
Álvaro Vargas Llosa y Susana Abad se casaron en 1992 y, fruto de su romance, nacieron tres de sus hijos: Julio, Leandro y Aitana. Sin embargo, después de dos décadas de matrimonio, la pareja decidió separarse en 2021, sorprendiendo al público. La noticia se dio a conocer de manera insólita y poco convencional: Susana, en lugar de hacer un comunicado o de hablar con la prensa, cambió su biografía en Twitter, afirmando que estaba en “proceso de divorcio”.
Como si no hubiera quedado suficientemente claro que su relación con Álvaro Vargas Llosa había llegado a su fin, Susana Abad compartió un mensaje revelador: “Una vez le dijeron: eres muy bella para estar sola. Ella respondió: Nada de eso, soy demasiado maravillosa para estar con cualquiera”. A lo que añadió: “Pues eso”, subrayando de manera definitiva que no había marcha atrás en su decisión.
Una vez consumado el divorcio, no pasó ni un mes para que el hijo mayor de Mario Vargas Llosa presentara públicamente a su nueva pareja: Nada Chedid, una traductora libanesa a quien conoció en 2006 y con la que retomó contacto en 2020, justamente cuando aún estaba casado con la madre de sus hijos. En ese momento, comenzaron a circular rumores que sugerían que la relación con Nada había sido un factor decisivo en la disolución definitiva de su matrimonio.

Nada Chedid y Álvaro Vargas Llosa.
Y para colmo Bayly
Para el periodista, la revelación de Álvaro resulta inoportuna, y es que no fue el momento para dar un anuncio como este por lo que lo calificó de ‘desatinado’.

“Es una carta preciosa, un texto muy bien escrito y seguramente muy bien leído. Pero, ¿tenía que revelar Álvaro, al final de esta carta de despedida a su padre, que su novia lo había despedido? Yo creo que fue un paso en falso. Creo que fue un anuncio desatinado, inoportuno en esa circunstancia”. Y luego agregó: “Álvaro no debió contar algo tan íntimo, tan personal, en los funerales de su padre. Y es evidente, para mí, que si ya lo había contado y luego tomaba la decisión de publicar el discurso en el diario El País de España, pudo haber suprimido esas tres líneas quejumbrosas. Me parece un paso en falso”.
Cultura
Día Internacional del Libro 2025: en promedio, menos de dos libros al año lee un peruano
Este 23 de abril se celebrará importante fecha en distintos países del orbe y en comparación con otros países de la región estamos muy por debajo en lectura.

Uno de los inventos más grande de la humanidad no requiere de electricidad, ni de modernas tabletas, y tampoco del pago de una suscripción, solo sostener en sus manos aquellas hojas que conforman una historia fascinante, misteriosa, reveladora o sumamente intrigante.
Cada libro es una historia diferente, puede que el tema sea el mismo, pero la manera y estilo de escribirlo, y sobre todo de imaginar cómo se desarrolla la trama, hace que ninguno de ellos sea idéntico. También influye la etapa en que lo leamos, ya sea de muy jóvenes, ya adultos o en nuestros años otoñales.
En épocas de inteligencias artificiales, mega computadoras, plataformas que encadenan a las personas a deslizar su dedo de abajo hacia arriba, los libros han quedado relegados en algún rincón de la casa. Ya pocas personas se toman el tiempo de ‘desconectarse’ de la vorágine del mundo entrampado a un enchufe y una conexión a internet; podría calificarse como ‘rara avis’ a aquellas personas (hombres, mujeres o niños) que están en la calle concentrados en algún capítulo de su novela favorita.
A propósito del Día Internacional del Libro a celebrarse este miércoles 25 de abril, cabe recordar que menos del 50 % de peruanos ha leído un libro, según la Encuesta Nacional de Lectura (ENL) realizada en el año 2022, teniendo como universo de encuestados a personas entre los 18 y 64 años.
En estricto, de acuerdo a las cifras arrojadas por la ENL, el peruano en promedio lee 1.9 libros al año, cifra sumamente baja a comparación de otros países en la región. Por ejemplo, en Argentina sus ciudadanos leen 6.4 libros año, de acuerdo a la Cámara Argentina del Libro. En tanto, en Brasil se lee 4.7 libros. Nuestro vecino país de Chile lee en promedio 3.9 libros al año, de acuerdo a data recabada por la Biblioteca Nacional de Chile.

Factores del bajo nivel de lectura en el Perú
Una crítica que se tiene que realizar a todos los padres de familia es el no acostumbrar a sus hijos a coger un libro en su tiempo libre, optando por entregarles un celular para su distracción lo que hace que a la larga se pierda el hábito de la lectura de manera voluntaria.
Otro de los factores es la aparición de distintos medios digitales. Los peruanos se han ‘mal acostumbrado’ a leer solo las portadas y un poco de texto, desechando cualquier otro tipo de información más detallada.
Y cómo no soslayar el hecho de los altos precios de algunos libros, espantando a muchos ciudadanos de querer adquirirlos. Cabe recordar que nuestro país es mayoritariamente informal y acceder a un libro, ganando solamente el sueldo mínimo, puede representar un gasto considerable en la economía de una persona.
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