Opinión
La ciudadanía indignada

Estás indignado. Molesto. Te han robado la democracia. Gritas, sudas y cantas. Te sientes un demócrata. Detestas a los conformistas, a los que no se implican en política. Te consideras vocero de la patria. Hoy sientes que eres el Perú. Recuerda que elegiste a esos congresistas. Ellos son producto de la indignación que sentiste hace unos meses por el anterior congreso. Este congreso es, en estricto rigor, tu mejor elección. La democracia y la política se construyen cada día. Es un trabajo arduo. Si crees que tener participación cívica es desentenderte de la política la mayor parte del tiempo y luego indignarte, entonces no has entendido lo que es la democracia.
Hoy repites una consigna: “Quien no participa en política está condenado a que otros gobiernen por el”. ¿Qué crees, que participar en política es indignarte cada cinco o seis meses? Qué fácil y sencillo fuera este sistema si funcionara así. Pero no funciona de ese modo. Participar en política es implicarte cada día, conocer el funcionamiento de tus instituciones, saber cuáles son las reglas de la democracia. Y conociendo cómo funcionan, sabiendo cuáles son las reglas de la democracia, indígnate y marcha, si no se cumplen.
Dices que los grandes cambios se han logrado con marchas, que no hay que ser tibios, que se debe reaccionar. Te han contado la mitad del cuento. Los grandes cambios no se han logrado únicamente con marchas. Detrás de los grandes cambios existe el conocimiento de los mecanismos. ¿Qué crees, que votas gracias a las marchas solamente? ¿Qué crees, que trabajas 8 horas gracias a las marchas y sólo por las marchas? Detrás de todos esos cambios están los debates, los proyectos de ley, el estudio, la intelligentsia. Los cambios no se logran simplemente por marchar. El cambio se logra con el trabajo diario, con la implicancia día a día y luego viene la marcha, una vez que conoces tus instituciones, la indignación y la lucha.
¿Te sientes revolucionario por indignarte cada cierto tiempo? ¿Te sientes demócrata por enfadarte cuando un político se voltea? Eso es democracia a medias. ¿Crees que enfadarte y gritar es ser un demócrata? Y no me pongas de ejemplo que la Revolución Francesa se hizo con violencia. ¿Sabes qué había detrás de la Revolución Francesa? La ilustración. ¿Sabes quiénes estaban detrás de la Revolución Francesa? Diderot, Voltaire, Rousseau… los grandes pensadores. ¿O acaso creías que la revolución francesa fue solamente un producto de la bravata del Tercer Estado? ¿O piensas que los sans-culottes fueron los únicos artífices de ese proceso?
¿Qué pasó hace unos meses? ¿No estabas indignado? ¿No votaste por nuevos congresistas? Ellos son tus congresistas. Tú los elegiste. ¿Son unos rufianes? Son tus rufianes. Tú los metiste a tu casa. Tú los metiste a tu sala. ¿Qué creías, que no se iban a meter a tu cama? ¿Quienes votaron por ellos? ¿Los suizos, los chilenos? Votamos nosotros. Los peruanos. ¿No dices ser tú la patria, no dices ser tú, el Perú? Tú votaste por ellos. Son tu hechura. ¿Y ahora te indignas y crees que participar en política es indignarte a último momento?

Eres como el niño que se molesta cuando no lo consideran para la selección del colegio, pero no hace nada por mejorar y no entrena. Eres como el amante que no renueva su amor y, a último momento se torna cariñoso y detallista. El Perú sobrevive de milagro. El Perú vive al filo. ¿Cada cinco años no votas por el mal menor? ¿Cada cinco años no vuelven las marchas? Tú te acuerdas del Perú cuando está en estado de coma. Y entonces, recién, te implicas ¿Y luego? Te desentiendes. Hasta que otra vez, otra elección, el Perú de nuevo agonizante. Y entonces crees que eso es democracia: la indignación de última hora.
¿Qué crees, que votar por el mal menor es un triunfo? Las marchas son un paliativo, no resuelven el problema estructural. ¿Qué es una marcha sin el conocimiento de los procesos y las instituciones? ¿No sabes? El mal menor. Por eso siempre votas por el menos malo. Cada elección vives al filo y marchas. Y crees que el triunfo del mal menor es un verdadero triunfo. Y siempre el menos malo se vuelve completamente malo. Pero este Congreso no fue tu mal menor, recuerda. Este Congreso fue tu mejor elección. Y hoy marchas, otra vez, por un mal menor. Y vas a creer otra vez que eso es un triunfo. Tú juegas en segunda. Juegas por ser el primero de los últimos. Eso no es triunfo. Las marchas y la indignación son justas, pero debes conocer cómo funcionan tus instituciones.
El político te ama, le conviene que te indignes. Hoy los ves batuteando, dirigiendo, acopiando votantes. Y no está mal. Vivimos en política, necesitamos políticos. Pero ¿Cómo eliges a un político si no conoces su hoja de vida, si no sabes qué propone? No está mal que tengas líderes, pero ¿Cómo eliges a un líder si no te interesa conocerlo? Mientras permaneces ignorante el político se aprovecha de ti, usa tu furia, tu rabia y te lleva por su camino. La culpa no es del político, tú tienes que implicarte en política. Necesitas la política, pero debes conocerla. Si no conoces la política ya sabes la secuencia: eliges mal, el político te engaña, te indignas. Es una secuencia que puedes repetirla hasta el infinito. Esa es la historia de nuestro país.
¿Recién hoy te enteras que Merino no tiene título? ¿Recién hoy te enteras que el presidente del Congreso tiene un rosario de denuncias? Tú los elegiste. ¿No estabas feliz con el FREPAP? ¿No hacías memes? ¿No te sentías orgulloso de haberlos llevado al Congreso? ¿No bromeabas sobre Acuña? ¿No reías de Antauro? Tú elegiste ese Congreso. Tú votaste por ellos. Fueron la mejor elección que pudiste hacer. Ese es tu voto informado.
Tú eres el que cree que votar cada cinco años es ser un demócrata cabal. Tú eres el que prefiere ver Esto es Guerra. Tú eres el que ríe y vibra con Asu Mare. Tú eres el gilero de Tinder que prefiere no conversar de política, porque es aburrido. Tú eres el que diserta sobre Game of Thrones pero no sabes cómo funcionan los mecanismos constitucionales. Tú eres el que no lee porque no tiene tiempo. Tú eres el que no conoce su historia.
Eres el intelectual anclado en las esferas del poder, que critica lo que le conviene. Hoy te indignas porque otros copan el gobierno, pero nada dices cuando te enquistas en el Estado y ejerces prácticas cerradas. Eres el artista que mira en una sola dirección. Eres el académico que vive divorciado del pueblo y con el teléfono de unos cuantos políticos a la mano, para ver si te consideran en algún proyecto. Eres el profesor que da su clase y no acepta preguntas. Y hoy te indignas y crees que eso es democracia. ¿Y el trabajo diario? ¿Y la implicancia cotidiana? Tú llevaste a este Congreso al poder; por votación o por omisión.
Has elevado a la categoría de héroe a un joven que le dio un puñete al anciano representante de las viejas prácticas políticas en el Perú. Y lo celebras. Es tu héroe. Vibras con él. Lo amas. La violencia es necesaria, dices. Es la respuesta violenta frente a la violencia contra la democracia, dices. Es la expresión de un pueblo cansado, la indignación popular. Eres el politólogo que ha viralizado esa escena, eres el periodista que orgulloso comenta ese acto heroico. Eres el opinólogo que ha conseguido un nuevo dios. Eres el artista que ha hecho polos y pines con su cara. Te pregunto ¿Qué hay detrás de ese puño? ¿Qué hay detrás de esa indignación? ¿Dónde están los intelectuales?
Tu héroe ya pidió perdón. Ya estrechó la mano del viejo político. La joven violencia ya se dio la mano con la vieja política. ¿Sabes el motivo? Detrás de esa violencia no hay contenido. Ah, pero fue tan hermoso, dices. Pero fue tan necesario, aunque sea por un instante, comentas. Buena respuesta. Eso es lo que buscas. La breve indignación. La indignación de última hora, la indignación apresurada. Porque no estás dispuesto a implicarte cotidianamente, sólo quieres un rapto de indignación.
Hoy se marcha, se lucha y se grita, está bien, es lo que se debe hacer. Es necesario y es justo. Pero no te sientas un demócrata cabal. Solamente te has indignado a último momento. Como te vienes indignando hace mucho tiempo. Como te indignas cuando otra vez —oh, sorpresa— debes votar por el mal menor. Luego de la marcha te vas a olvidar de la política, de ese modo vienes actuando desde hace tiempo.

Por Miguel Fegale
Hace 4 años, después de romper relaciones con mi anterior grupo poético (donde fui fundador con Nataly Celio), decidí, mustio y decepcionado, que si no podía pasar la página, debía arrancarla. En el verano del 2021 con Harrison, Kerurok y Aníbal creamos FUNERAL POESÍA, nombre que le puse por mi corazón gótico, y varios flashes que tuve entre Lima y varios aeropuertos que ahora odio, detesto y por eso cada vez amo más los trenes, FRECCIAROSSA (Milano-Roma- Roma/Milano).
Porque los funerales no deben ser símbolo de tristeza sino un empezar en otra vida, otra dimensión donde algún día nos largaremos y brindaremos a mares con nuestra bebida oficial, el torito. Porque vivir es un trabajo mal pagado, y muchos nunca hubiéramos querido crecer y ser niños eternos, jugando siempre frente al mar. Porque ser parte del club de los adultos fracasados ya no cansa, sino que aburre.
Los primeros meses del 2021 FUNERAL POESÍA hizo sus primeros asaltos poéticos en recitales en la Lima subterránea, recibiendo apoyo y críticas ácidas de los que no hacen nada, pero hablan mucho (muy peruano)… siempre apoyados por los amigos y productoras que nos agarraron cariño y hasta nos pagaban (caso muy raro en nuestra movida).
Luego, entre deserciones y cambios de formación, aterrizaron Nataly Celio, Primo Mujica, Pantro, y Oti Fuhrerin en la refundación, elevando la calidad, la propuesta, y sacando 3 fanzines hechos por nuestra directora, Nataly Celio. Ya pasaron 4 años en la movida proponiendo, apoyando, batallando, asaltando, y rastreando corazones subtes; contra todo y todos, hemos tenido altas y bajas, pero ya logramos un nombre en la escena nuestra, invitados en varios eventos y hasta universidades. Ahora último, ya manejamos la invitación de recitar en provincia. siempre apoyados por nuestro hermano, el gran Rodolfo Ybarra, amigo bardo que siempre está cuando las papas queman y las luces se apagan. Nuestra propuesta es simple: crear una escena, proponer, y dar espacio a nuevas voces y aristas del arte (tan simple como eso). No nos interesa en lo mínimo ser conocidos, cotizados, lotizados, o mapeados; solo ser un plato, un nicho literario en nuestro país decadente lleno de programas basura, presidentes basura, y TikTokers acéfalos (los tiempos de ahora).
Por otro lado, se saluda la toma exitosa de la Villarreal, donde resistimos 11 días reclamando nuestros derechos estudiantiles y logrando nuestros objetivos. Felicitamos a nuestro comité que logró en 3 mesas de diálogo cerrar con todo en contra nuestras demandas justas. Gracias. Capibaro, Tifani, Valeria, Fiona, Campanita, Odi
También a los muchachos que hicimos de seguridad, que dimos la talla, venciendo el sueño, nerviosismo, tensión, y estrés, y a los hermanos de otras facultades que la lucharon desde afuera. La toma tuvo baches y pequeños contratiempos, pero se logró el objetivo. Quizás algunos mocosos pecaron de soberbios (propio de la edad), pero en mi caso, liderando a los ARQUEOLOCOS (arqueología/antropología/educación), logramos que esta toma sea a nombre de LA UNIVERSIDAD, no de una facultad o escuela como al principio pedorramente se sugirió.
Saludar en este mes de su cumpleaños al mejor poeta del Perú de esta última década, el gran Primo Mujica, por sus poemas dinamita, su postura, su trabajo, y ese corazón que bombea sangre subte y poesía metralleta. Cualquiera puede escribir poesía, PERO no cualquiera vive como poeta y paga caro esa opción de vida, y el Primo lo hace día a día, siendo un lujo para Funeral Poesía tenerlo en nuestra escuadra/comando funeral. Solo los que son hijos únicos, como el caso del Primo y el mío, entenderán lo jodido que es vivir solo y pelear día a día y tener padres frívolos (muertos en vida) que viven adorando su dinero, coleccionando casas, y besando sus autos. En la resistencia, FUERZA PRIMO.
Y claro, la gran pluma de la gran Nataly Celio, la mejor poeta de la movida subte, que también es performer, rockera, diseñadora y madre de familia. Asimismo, nuestra talentosa y poderosa Oti Gómez, con su rock n roll y sabiduría que la hacen única, saluda el regreso de Pantro Funeral y los fichajes recientes de Mantis (músico) y Ash Ketchup (poeta/músico/performer). Bienvenidos al FUNERAL.
Sin más, saludar a la feria de libreros de Santa Anita, FAVELA DE LIBROS, por siempre apoyarme y dar cultura a ese bello e indomable distrito, comandado por el gran Jonier Martínez y Fredy Arnold. Yo feliz, mi madre, María Elena Espinoza, regresó del extranjero luego de 2 meses. Ya tenerla en casa y escuchar su bella voz y ver esos ojazos morenos del tamaño del mar (Piscolandia). Felicitar a mi tío Edgar Kruel por el reciente reconocimiento mundial a PLAYA ROJA en Paracas, la playa donde hace años me llevó a conocer, una playa rara, desierta, llena de lobos marinos muertos, solitaria, nostálgica, pero con arena roja; parecía una playa de Marte.
Finally, saludar a la base del 5to año de literatura de la UNFV comandados por Fernando, Martha, Peter, Brenda, Omar, etc., talented, honorable, and determined muchachos, con su profesor/poeta, el maese de maeses Dimas Zegarra Espinoza. Nunca te mueras profesor eres la luz en la universidad y un ejemplo de vida (cuando sea grande quiero ser como tú).
¡Esta columna está dedicada a mi hija Sasha María Fegale! Por su cumpleaños, tanti auguri, figlia mia. Ti pensò sempre. ¡¡Ti amo!! Cualquier día subo a otro avión y romperé el cielo (y Mar) por ti; solo por ti viajo, ya odio viajar (me deberían pagar por viajar) x.)
Postdata: Saludos a la gran Disha y Carito de literatura; en la cocina nos alimentaron rico en los días de cautiverio tomate. También a Fiona y a Esmeralda, que así sean aburridas, atómicas y androides, cocinan de galería.
Opinión
El tren de Porky que no llega…
La verdadera historia del tren surgió en la Municipalidad Metropolitana de Lima durante la gestión del alcalde Alberto Andrade.

Por Maruja Valcárcel
Es importante queridos lectores que no pierdan línea de lo que les contaré. Se trata de un tren que desde hace muchos años está esperándonos, sí, esperando por nosotros, ciudadanos de primera clase, de esos que se levantan temprano, de los que tienen que dejar a los niños en el colegio, o ir al mercado para tener todo listo a la hora de regresar y preparar el almuerzo para toda la tropa, según sea su grado familiar. Me refiero al tren de Porky, y les contaré cómo empezó esto.
Hace algunos años, siendo alcalde de Lima, el Gordo Alberto Andrade, me había llamado para, desde mi cargo de regidora, como Presidenta de la Comisión de Transporte Urbano masivo, me encargara del caos que se presentaba con cientos, miles de microbuses, taxis, colectivos y demás que hacían invivible ir de un lado a otro de la ciudad. Yo pensé que no era tan complicado, que era cuestión de pensar en transporte masivo. Es decir, unidades de transporte que llevaran la mayor cantidad de personas por viaje, de manera segura y rápida. Se me ocurrió que nada mejor que los trenes.
Muy bien. Una tarde de esas, en que yo salía de la Municipalidad, Enrique Zileri, el Director de Caretas iba por su café y nos juntamos para conversar sobre lo que pasaba en el país. Se nos juntó Alberto Sánchez-Aizcorbe, un arquitecto que también laboraba en Caretas y surgió el tema que me tenía atribulada. Ocurrió que Sánchez-Aizcorbe era amigo de Juan de Dios Olaechea, que tenía algo así como la concesión de la línea férrea del tren que iba de Chosica hasta el Callao, teniendo al centro la hermosa Estación de Desamparados.
Me dijo entonces que me lo presentaría, porque Olaechea sabía de trenes más que nadie y de seguro le iba a interesar mi proyecto para llevar pasajeros y sacar de las vías a los miles de microbuseros que colmaban la Carretera Central y las avenidas Argentina y Colonial. ¡Ya está! pensé, ¡lo hacemos! Y así fue; hablé luego con Andrade, y le pareció sensacional, acordamos un viaje desde Desamparados hasta los dos destinos, íbamos Juan de Dios, el alcalde Andrade, Sánchez-Aizcorbe y yo. Todo bien, el gordo estaba feliz saludando a todos lo que lo reconocían tomado del frontis del tren.
En algún momento Olaechea, preguntó al alcalde ¿qué le parecía la idea? y él contestó—fantástico, lo hacemos—. Ya está, ahora dígame alcalde, ¿quién va a ser mi interlocutor válido en la Municipalidad? Aquí pues, la regidora Maruja Valcárcel, contestó Andrade. Y nos dimos un gran apretón de manos. ¿Qué pasó después? No lo sé, se fue diluyendo todo en agua de borrajas. El asunto es que se disolvió el apretón de manos.
Hoy apareció Porky con la misma idea, y hasta donde sé, con el mismo compañero de ruta, Juan de Dios Olaechea. No sé cómo ha hecho, pero ha convencido a Juan de Dios para lanzarse a esta aventura del tren, que nunca iba a ser Desamparados-Chosica y con un solo riel de ida. Ya que se sabía que era necesario tener los rieles de regreso. Además, de la dificultad de convencer—quién sabe a qué precio—a los habitantes de las casitas que se habían ido construyendo durante años casi al costado de los rieles. Eso no será fácil. Y los trenes que ha conseguido Porky cuestan más que los que en un principio iban a costar los que se iban a conseguir en Argentina. Hoy no veo a nadie de la prensa que le haga las preguntas necesarias. No las podrá contestar porque de trenes no conoce, ni tampoco de cómo funciona el Estado, ni de nada que no sea tirarse abajo con buldozzer, lo que no le guste. ¿Se acuerda de la Casa Marsano gordito…? Era tan linda…
Opinión
Algunas preguntas desde un cine más libre que el de ustedes
Lee la columna de Mario Castro Cobos

¿Tendría que pedirle dinero —como un mendigo, aunque sea mi derecho, pero me harán sentirme así— a una serie de instituciones para filmar o grabar lo que mis ojos ven? ¿No les parece raro? ¿Diabólicamente laberíntico? ¿Será que ya no puedo ver con mis propios ojos sin su permiso?
¿Y qué tal si hago mi película como quiero sin la ayuda desinteresada de quienes quieren controlarme? Y si no quieren controlarme es que no son un Estado…
¿Y si no son el Estado me darán dinero para que yo les dé luego más dinero porque todo es dinero y todo lo que no es dinero no es nada en la práctica para ustedes?
Y estas instituciones tan indudablemente necesarias ¿son inocentes? ¿o tienen intereses y fines propios? ¿Fines contrarios a los míos? ¿Amarán el arte, la libertad de expresión colectiva tanto como individual y el pensamiento como tú (imaginando un tú ideal)?
¿Amarán internarse en el seno o en el abismo de lo desconocido para crear un mundo nuevo, una nueva vida? ¿O estas instituciones serán por su propia estructura reencarnaciones caricaturescas de los burócratas que torturaron a los personajes de Franz Kafka?
¿Es preciso que sepa lo que voy a hacer de antemano y que se los diga con pelos y señales? ¿Que cuente necesariamente con un plan pormenorizado? ¿O que mienta en nombre del sagrado cine industrial? Si lo que yo busco es que La Casualidad, Dios, El Azar, La Sorpresa, La Sincronicidad, El Destino, El Caos o El Misterio y El Milagro (entre otros ‘actores’ reales o imaginarios) intervengan; ¿cuál es la gracia de hacer como si lo controlara todo?
Actores. ¿Por qué traicionan las verdades de la vida con la falsedad insultante de su estilo de actuación? ¿No se dan cuenta que los mejores de entre nosotros se asquean con lo que hacen? ¿De qué nos sirven sus trucos? ¿Aprendemos a vivir o a reconocer el fondo de nuestro ser gracias a su repertorio manoseado?
En un mundo sometido a la voluntad maldita y destructora del dios dinero, para el que el crimen es el mejor negocio, ¿crees que ese dinerito te lo dan gratis? ¿O eres tonto y no sabes cuál es el precio que tendrás que pagar?
Opinión
Tragedia griega minera o esperanza peruana, he ahí el dilema
Mientras el país parece listo para reventar, los ministros invitados por la comisión de energía y minas vuelven a insistir.

En la sesión extraordinaria de la Comisión de Energía y minas, desde horas antes se notó entre los congresistas la impaciencia y la irritación ante una situación límite. Con un país en vías de ser paralizado por protestas en 9 puntos del país, el Ejecutivo ha aplazado por cuarta vez la REINFO, el cual debía ya haber vencido pero no hay Mape que valga para satisfacer a unos mineros informales disconformes. Coincide esta situación con un aniversario más del sofocamiento de la revolución de Trujillo de 1932, que concluyó en la masacre de un número aún indeterminado de peruanos a manos del ejército peruano. En este marco conviene hablar de una tragedia minera griega que se cierne en el aire. Hoy se invitó a 4 ministros y ninguno vino.
Se cursó invitación a los ministros de Energía y minas, Economía, Ambiente y de Cultura. Ninguno vino. Solo asistió el viceministro de Energía y Minas para molestia de la Comisión que manifestó su profundo desazón. Esta es la segunda invitación que se hace y en la que son plantados los congresistas. Entre tirios y troyanos la conclusión es unánime: la responsabilidad recae en el ejecutivo. Las posturas varían en algunos matices, pero la bomba de tiempo literalmente la tienen al frente. Desde la semana pasada los mineros están acampados en la Abancay y cada día su número y molestia aumenta. Como señaló el congresista Paredes, lo que está en riesgo es arrojar a la pobreza a 50 mil mineros, a su vez calificó de cobardes a un ejecutivo que hecha la culpa a otros sin asumir su propia responsabilidad.
Mientras tanto, la situación en la calle se calienta. Las movilizaciones de hoy coinciden con el 93 aniversario de la revolución de Trujillo contra Sánchez Cerro, la que fue sofocada por el ejército peruano y con especial participación de la recién nacida FAP, que se inauguró con la gesta de ser la primera aviación en bombardear una ciudad y a los ciudadanos de su propio país, esto cuatro años antes que la Guerra Civil Española, lo cual convierte a la FAP en precursora en el bombardeo de una ciudad propia.
La escenificación de nuestra historia remite a una tragedia. Las tragedias no son razonables aunque sus protagonistas tengan buenas razones de lo que hacen. Son tragedias porque son ineludibles; no importa lo que se decida, el resultado será trágico. Aquí acontece algo semejante, donde las autoridades y grupos de interés yacen enredados en un nudo Gordiano que amenaza con romperse. Y sin embargo para ellos, Perú es un país católico. Existe la esperanza cristiana de romper aquello que parece ineludible, porque siempre hay otra opción: el amor, la caridad y el perdón. Quiero creer, y creo que no es tarde para desatar el nudo de una manera que no sea cortándola. Yo también amo este país porque aquí nacieron mi madre, Albertina, y Kareen.

ECM perteneció a la generación del cincuenta junto a MVLL, Ribeyro, Zavaleta y otros; muy interesado en el realismo urbano y más aún, en la marginalidad, escribió Lima, Hora Cero (1954), Kikuyo (1955) y la extraordinaria novela No una sino muchas muertes (NUSMM, 1957) donde nos muestra los basurales de Lima, el mismo lo dice en una entrevista con el crítico Wolfgang Luchting. Y que luego desarrollarían escritores como Oswaldo Reynoso con los Inocentes y, mucho después, Cromwell Jara con su Montacerdos y su Patíbulo para un Caballo.
En NUSMM, los locos son vendidos o comprados y son usados como mano de obra gratuita, esclavos sin razón que fabrican pomos, tazas o botellas para la industria farmacéutica y demás. Aquí no hay condición social, son sobrevivientes, seres inexistentes en cualquier censo o cálculo estadístico. La “vieja” que regenta esta “fábrica” no tiene alma, su origen es sórdido, no tiene nada que la valide per se, que la haga amable o con algún tipo de conmiseración. Solo el dinero la mueve y no confía en nadie, solo en unos perros y en el “zambo” que la protege y le entrega favores de entrepierna. Esta novela fue llevada al cine por Pancho Lombardi con guion de José Watanabe y teniendo como figuras estelares a Elvira Travesí y a Elena Romero. No obstante, es una versión recortada y no logra alcanzar los niveles que el libro expone de forma cruda y salvaje.
Cincuenta años después, ECM publica El narrador de historias (2007), un texto futurista dentro de la ciencia ficción que se ubica en el año 2075 donde Brasil ha anexado a Paraguay, y Argentina ha hecho lo mismo con Bolivia y en la que se desarrolla una guerra entre argentos y chilenos. El autor nos pone en un escenario bélico donde la literatura se ha reducido al lenguaje oral y así el protagonista Cayetano Cómpanis, sobrevive contando una misma historia, una versión de La pata del mono de Jacobs, con relativo éxito.
Hace unos días la Casa de la Literatura y el escritor Víctor Campos Ñique convocaron a los escritores José Donayre Hoefken, Erik Fernández, Óscar Limache, Arturo Delgado Galimberti y este servidor para disertar sobre la vida y obra de este psicopompo literario y que contó, además, con su familia directa. Fue un día de fiesta, testimonios y gratitud a uno de los grandes de la literatura peruana.

Mi relación con el marxismo empezó en Buenos Aires, a comienzos del 2001. No fue por Karl, ni por el Manifiesto Comunista, ni mucho menos por El Capital. Mi marxismo viene de Groucho, el genio del bigote pintado, el puro y las cejas arqueadas; un revolucionario del humor absurdo que, junto a sus hermanos, fundó su propia corriente.
Una tarde de verano, haciendo zapping, me topé con El Bar, un reality show transmitido
por América TV. Allí, entre 12 personajes que convivían en una casa en San Isidro,
apareció un tipo distinto: Eduardo Nocera, a quien todos llamaban simplemente Edu. En
esos tiempos prehistóricos de internet y sin redes sociales, era difícil saber quién era
realmente. Pero bastaba verlo un par de minutos para notar que no era un concursante
más.
Hablaba de pintura, de cine, de literatura, de música. En medio de ese formato plagado de
banalidad, su presencia era una rareza luminosa. Edu era un bicho raro, de esos que no
se olvidan porque cargan con una locura brillante. En uno de los capítulos, soltó el
nombre de Groucho Marx y comenzó a desmenuzar su obra: películas, libros, vicios,
amores y, por supuesto, su humor ácido e irreverente. En ese instante, supe que tenía
una deuda pendiente con ese personaje.
Busqué sus películas y me sumergí en la demencia creativa de Una noche en la ópera,
Un día en las carreras, Una noche en Casablanca, El hotel de los líos… Y también devoré
sus libros Groucho y yo y Memorias de un amante sarnoso, donde el cinismo se mezcla
con la ternura y la inteligencia desarma cualquier solemnidad.
Años después, entendí que El Bar, producido por Cuatro Cabezas de Mario Pergolini y
conducido por Andy Kusnetzoff, también había sido una forma de subversión: colar en la
televisión comercial a un personaje como Nocera, escritor y profesor universitario, fue una
manera astuta de filtrar cultura por los poros del espectáculo.
Por eso debo confesar, que mi formación no solo vino de libros o charlas con mis padres.
La pantalla chica, a veces, supo ser una maestra inesperada. Hoy, Groucho sigue siendo
un referente de irreverencia, de lucidez y de resistencia al aburrimiento.
Y hoy, cuando muchos creen que el humor se hace “Hablando huevadas”, reafirmo mi
militancia: Soy marxista, pero de Groucho.
Opinión
¿Quién responde por la impunidad en Cultura?
El ministro Fabricio Valencia y otros exministros de Cultura se encuentran bajo la lupa, pero sin consecuencias.

Desde su creación, el Ministerio de Cultura ha sido sinónimo de improvisación, baja ejecución presupuestal y escándalos de corrupción. Pese a sus limitados recursos, su historial está marcado por denuncias graves y funcionarios de alto nivel bajo investigación. La actual demora en los procesos fiscales contra varios de sus exministros plantea serias dudas sobre la eficacia de la justicia y el rol del Ministerio Público.
La exministra de Cultura, Leslie Urteaga Peña, quien en 2018 lideró la Dirección General de Defensa del Patrimonio Cultural, enfrenta una investigación preparatoria por presunta negociación incompatible, colusión y discriminación. Según la Fiscalía, integró una red que defraudó al Estado mediante la sobrevaloración de servicios y la utilización de un anciano de escasos recursos como supuesto proveedor. Una ferretería vinculada a esta red habría recibido 200 mil soles.
A esta situación se suma la investigación contra la exministra Patricia Balbuena, acusada de peculado doloso en el caso ‘Richard Swing’. Este escándalo, que involucró a cinco exministros de Cultura entre 2018 y 2020, muestra una presunta red que favoreció a Richard Cisneros con más de 175 mil soles en contratos irregulares. Rogers Valencia, Ulla Holmquist, Luis Jaime Castillo, Sonia Guillén y la propia Balbuena fueron señalados como presuntos responsables de estas contrataciones, que, según colaboradores eficaces, se habrían dado por órdenes de Palacio de Gobierno.
El patrón se repite: investigaciones abiertas, nombres en titulares y promesas de justicia que se diluyen con el tiempo. Hoy, el actual ministro de Cultura, Fabricio Valencia es investigado por la Fiscalía de Ica, con el respaldo de la Fiscalía Superior Penal de Lima, y ha iniciado una pesquisa preliminar de 60 días, con posibilidad de extensión, por un presunto atentado contra las Líneas de Nasca, mientras los procesos contra sus antecesores siguen sin resolución clara.
La pregunta es inevitable: ¿el Ministerio Público busca justicia real o simplemente administra el olvido? La acumulación de casos sin sanción crea una percepción de impunidad institucionalizada. Si el tiempo sigue beneficiando a los investigados, la lucha contra la corrupción se convertirá en una consigna vacía, y el Ministerio de Cultura continuará siendo un símbolo del fracaso del Estado en sancionar a quienes traicionan el servicio público.

Sergio Galarza es un escritor que leí mucho de adolescente. En tiempos donde la brújula de mis gustos era mi salvaje corazón. Conecté con su libro Matacabros, con aquellas escenas de la vida en Lima, con adolescentes, alcohol y violencia. Después leí Todas las mujeres son galgos, El infierno es un buen lugar, La soledad de los aviones e incluso su novela Paseador de perros, escrita en su etapa europea.
¿Qué me atraía de esos libros? ¿Por qué los buscaba desesperadamente por las librerías de Quilca? ¿Acaso el lenguaje desinhibido? Sí, fue un autor que me tocó digamos entre los dieciséis. Lo leímos con la tribu del barrio, mientras prendíamos un fallo y nos contábamos algunas escenas, generalmente ambientadas por The Velvet Underground.
Pasaron los años y ahora estoy frente a uno de sus nuevos trabajos, Cuentos para búfalos (2015), que ya muestra a un narrador adulto, sí, aunque igual nos devuelve algunas escenas de sus primeros trabajos. El título tiene un motivo especial: es una referencia a una reflexión de Roberto Bolaño, donde comparaba el acto de ganar concursos con el de cazar animales salvajes. Esos búfalos son los diez textos que comprenden el volumen. Y nacieron por la urgencia de tener dinero para solventar el nacimiento no de uno sino de dos hijos.
En La chica sin un brazo Galarza regresa a su primer tópico (los homofóbicos), así como Skate or Die y Todas las mañanas de mi padre guardan similitud con su mirada juvenil. Sin embargo, Al borde del borde, premiado generosamente con doce mil euros, es el cuento más destacado. El narrador es un pituco y estudiante de Derecho, fanático de la música alternativa. También es amigo de Harry, el personaje central, que tiene un puesto de discos de música, el Harry Underground. Así, la historia es un fresco de la juventud, el rock y el desenfreno.
Si bien todos los cuentos son consecuencia de concursos, guardan una misma sintonía, un nervio realista. A su vieja facilidad para crear escenas memorables se suma la reflexión política y una mirada distante que le da más hondura de sus textos. Volvamos a Galarza.
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