La canciller Ana Gervasi pasa por su peor momento ante la fiscalización de la prensa que aporta a la calidad en la gestión institucional, a la ética en la función diplomática, la idoneidad en el servicio público y la integridad institucional.
Pues, al parecer, ella ni enterada porque viene toreando una entrevista sobre el llamado Caso Fortunato Quesada, lo cual es tanto peor para Torre Tagle porque han aparecido nuevos hechos de un complot el 8 de agosto y 18 de setiembre en el programa “Habla el Pueblo” (RBC Televisión).
Adicionalmente, este caso reaparece con más contundencia a partir de una sentencia judicial, que no solo declaró nula una resolución ministerial de Néstor Popolizio y una resolución viceministerial firmada por Hugo de Zela, mediante las cuales destituyeron al diplomático Fortunato Quesada, sino que el Estado —por transparencia— debería proceder de inmediato a suspender cualquier tipo de blindaje o complicidad.
En exclusiva, mostramos en esta columna el primero de dos documentos que corroboran la existencia de una conspiración para atentar contra el honor y la dignidad del embajador de carrera Fortunato Quesada, a quien se le destituyó injustamente. Ese documento es el “registro de mensajes de WhatsApp de los diplomáticos comprometidos”, que cuenta con visado oficial de la Embajada del Perú en Israel y fedateado en sus 31 folios por el jefe de la sección consular Víctor Alejandro Reynoso.
Esos folios demuestran el complot originado dentro de Torre Tagle y que hoy mismo podría seguir actuando en medio de la nocturnidad o indiferencia de las autoridades de la Cancillería. Ahí están los diálogos de Whatsapp que constan en un archivo investigatorio del Ministerio de Relaciones Exteriores, conversaciones y coordinaciones entre Pedro Rubín, entonces ministro consejero de la embajada de Perú en Israel, y José Boza, jefe del gabinete de Cancillería, fallecido en agosto del 2022.
Pruebas al canto. El 30 de mayo del 2018, Pedro Rubín, nombrado inexplicablemente cónsul general del Perú en Río Branco —por obra y gracia de la canciller Gervasi—, decía en uno de sus WhatsApp: “Hola José te adelanto los audios del caso. Hoy o mañana sale mensaje oficial respectivo. Tienes un mail privado”.
Transcripción de los chats. Fuente Transparencia.
No obstante, el nivel de coordinación era más elevado, pues la conspiración llegaba al mismo Ministro de Relaciones Exteriores, Néstor Popolizio, y a Hugo de Zela, en el 2018 con el cargo de viceministro. El 6 de enero del 2018, Pedro Boza (alto funcionario de Cancillería) preguntaba: “Hay posibilidades que me consulten a criterio de Néstor y Hugo?”, acotando luego el 6 de febrero del 2018 lo siguiente: “te paso los datos de contacto a Rossana Cueva del programa Panorama”.
Por otro lado, el 6 de marzo del 2018 José Boza le escribía a Pedro Rubín: “Los audios bastan y sobran para efectos de prensa. Háganlos llegar a Panorama. Rossana Cueva ya está al tanto que hay abusos en la embajada de Tel Aviv. Está a la espera que la contacten”.
El 6 de junio del 2018, José Boza decía: “Tmbn están interesados acá en freír al huevonazo abusivo”, y el 14 de junio de dicho año agregaba muy suelto de huesos desde un número telefónico de la Cancillería en Lima: “tú tranquilo. Ya se están preparando las primeras medidas para activarlas el mismo lunes. Yo tmbn he hablado con RC (Rossana cueva). Tranki. Paso a paso.” (…) “Las medidas serán de inmediato”.
Transcripción de los chats. Fuente Transparencia.
También se refieren al embajador Luna, que fue canciller del 2016 al 2017. Y quien habla el jueves 17 de junio de 2018 es Pedro Rubín, con las siguientes expresiones: “Cuéntale al embajador Luna. Dile que fue en su honor”.
El 18 de junio del 2018, el WhatsApp de José Boza ponía estos términos textualmente: “El siguiente paso inmediato será poner término a sus funciones, por eso la premura”. También con absoluta premeditación, alevosía y ventaja, Boza le daba tranquilidad y confianza a Rubín: “Yo tmbn estoy de acuerdo, pero de otro lado no creo que haya nada que temer de él. Ya está hecho”.
Para el 21 de junio del 2018, Pedro Rubín reclamó más atención y contó el complot en toda su dimensión, las tratativas, los acuerdos bajo la mesa y las prebendas, revelando a los cerebros del plan: Néstor Popolizio y Hugo de Zela. Esto es lo que escribió Rubín:
“Muy dolido por la manera que acabo de ser tratado. No es justo. Todos saben que yo soy el que solucionó el problema Quesada. Sólo para ti este mensaje. Quiero que sepas que duele que te traten así. Ni siquiera me han defendido de los ataques e insultos. Cumplí con informar a Néstor y Zela de la amenaza de Fortunato. No quiero beso, no quiero reconocimiento. Solo quiero que no me griten. Pido respeto. Ni Fortunato me ha tratado así. Muy triste Todo esto”.
El 21 de junio del 2018, en otro WhatsApp, Pedro Rubín escribió: “Sí pero me llama a gritos y me amenaza a gritos de desacato. Ponte en mi lugar. Cómo lo tomarías? Lo último que falta es que me abran proceso disciplinario por los cargos hechos contra por un loco maldito. Ya nada me extraña. Pena.”
Transcripción de los chats. Fuente Transparencia.
Esto se producía en medio de las grabaciones ilegales y preparando el camino para pasar todo a Rossana Cueva, de Panorama. En el interín José Boza le respondía: “No pierdas la proporción de las cosas. Denle toda la info a salas necesaria para destituir a Q.”
El 27 de junio del 2018, José Boza escribía vía Whatsapp a Pedro Rubín: “No te preocupes. Las cosas van a ir por donde deben ir, empezando por término de funciones, traslado a Lima y puesta en disposición de la ORH, todo a la brevedad posible”, acotando luego lo siguiente: “Está hecho (Quesada). No tiene margen alguno de acción”.
No obstante, el grado de perversidad y maldad queda en toda su expresión con la siguiente declaración de Rubín dirigida a José Boza, el 29 de junio del 2018: “Verdad, no? Me alegra que lo mandaran a Israel (a Quesada) para encargarme de él. Yo tengo una nutrida experiencia. Casi un doctorado de deshacerme de desgraciados. Valdrá en vez de la maestría que no tengo?”.
Transcripción de los chats. Fuente Transparencia.
La gente al más alto nivel aparece metida en esta trampa, como el entonces vicecanciller Hugo de Zela. Así, un WhatsApp de José Boza indica: “Vice dice que no ofrezcas la residencia”. Y Pedro responde: “perfecto. Por eso pregunto. Gracias”.
El complot contra el embajador Fortunato Quesada iba con todo, así el 9 de julio del 2018, José Boza escribe a Pedro Rubín: “La Comisión Disciplinaria recomendará destitución y el VMR y el MIN aprobarán la recomendación. Punto”.
Todos estos individuos en la Cancillería, José Boza por un lado y Pedro Rubín, por el otro, así como el entonces viceministro Hugo de Zela y el ministro de Relaciones Exteriores de entonces, Néstor Popolizio, dejaban el terreno fértil para la destitución de Fortunato Quesada.
Ahora bien, el pago por todo ese servicio de demolición pudo darse de varias maneras, y en ese contexto, Pedro Rubín, en sus WhatsApp del 17 de julio lo pintó así, cuando se dirigía a José Boza: “Si me ofrecen la jefatura de un consulado general pequeño en Europa no tengo el menor inconveniente”. Boza le respondió lo siguiente: “Ok. Ya te cuento lo que piensen el 1 y el 2 al respecto”.
En el folio 22 del documento que contiene las transcripciones de los WhastApp, el mismo Pedro Rubín, con fecha 23 de agosto, le escribe a Boza: “Si estás ocupado lo dejamos para el lunes. Hoy estoy un poco ajustado de tiempo. Lo único que te quiero pedir es que me ayudes. Hablando con colegas pareciese que yo soy culpable de todo. El lunes paso para despedirme de Néstor y que me vuelva a asegurar que me cambiará a Valencia. Aunque siempre me quedarán dudas me podré ir más tranquilo”. Actualmente, Pedro Rubín tiene un consulado general, no será en Europa, pero sí en Brasil (Río Branco), gracias a la canciller Gervasi Díaz.
Transcripción de los chats. Fuente Transparencia.
En esta historia de un complot, como consecuencia de los ilegales y descontextualizados audios propalados en el programa Panorama, el 17 de junio del 2018, se consumó un atentado contra el embajador Quesada, quien al día siguiente ya era convocado a Lima, prácticamente para ser destituido en el acto, mientras que personas cuestionadas hoy expuestas al escrutinio público, como Néstor Popolizio, continúa de embajador en República Checa desde el 7 de diciembre del 2021.
En un próximo informe abordaremos el segundo documento, el de la Oficina de Recursos Humanos, cuyas conclusiones sobre los artífices del complot no deberían quedar en la impunidad y la inmunidad de las argollas enquistadas en la administración pública.
En suma, se demuestra en 31 folios de WhastApp que los funcionarios Popolizio y De Zela estaban al tanto de todo porque no era posible que no supieran de las comunicaciones de un jefe de gabinete ministerial como José Boza y de Pedro Rubín, un ministro consejero de una embajada importante como la de Israel.
Es decir, todo indica que estos no actuaban por la libre, lo que se corrobora con el hecho de que el plan de “freír” mediáticamente a Fortunato Quesada continuó hasta el 17 de junio del 2018, cuando Panorama (de Panamericana Televisión) presentó audios editados y descontextualizados; y al día siguiente, 18 de junio, la resolución de su destitución prácticamente ya estaba hecha.
Por si fuera poco, la alta dirección de Cancillería -a la luz de los coordinado entre José Boza y Pedro Rubín- actuó como juez y parte, tal como se revela desde la sentencia del Poder Judicial recaída en el Exp. N° 05382-2019 (Resolución N° 22), del pasado 20 de setiembre, evacuada por el Décimo Séptimo Juzgado de Trabajo Transitorio (Sub Especialidad Contencioso administrativo).