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Cultura

Año nuevo andino: la fiesta de solsticio de invierno (Inti Raymi)

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El 21 de junio se celebra el año nuevo en todos los andes del Perú profundo. Esta festividad, es una práctica ritual ancestral milenaria que tiene como fundamento la regeneración de los ciclos vitales del kay pacha (mundo en que habitamos), seguida de la búsqueda de equilibrio y armonía entre los seres humanos, las deidades primordiales y el mundo circundante (cosmos).  

Las culturas prehispánicas desarrollaron sus actividades cotidianas en armonía con el movimiento de los astros, el comportamiento del sol, la luna y las estrellas. Los hechos y acontecimientos astronómicos orientan e influyen en todas sus actividades agrícolas, pecuarias, festivas y rituales generando una relación intrínseca entre todas las divinidades.

Los acontecimientos astronómicos, como los solsticios y equinoccios, son fuerzas vivas y actuantes que dinamizan la capacidad organizacional de los pueblos originarios, hermanando simbólica y relacionalmente en un tejido de hermandad entre todas las nacionalidades.

La celebración festiva del año nuevo andino, se realiza de acuerdo al rango de las deidades. Según Zuidema (2015) el 21 de junio: solsticio de invierno, el sol es la principal deidad que irradia y rige la vida de los seres humanos en comunidad, seguida del truenoviracocha —de quien los españoles creían era el dios creador—, la tierra y la luna, respectivamente. Cada acontecimiento durante el ciclo anual tiene su propio significado, es decir, cada espacio-temporal del solsticio de invierno (21 de junio), solsticio de verano (21 de diciembre), el equinoccio de primavera y otoño, y las demás temporalidades regidos por el calendario luni-solar, están profundamente interrelacionadas entre sí.

Pero ¿qué es el solsticio? es un fenómeno astronómico cuando la posición del sol se encuentra el ecuador celeste. El nombre proviene del latín solstitium (sol sistere o sol quieto). Según el diccionario de la lengua española, solsticio significa los dos momentos del año en que se producen sendos cambios estacionales y es máxima la diferencia entre día y noche. Así el solsticio de invierno se produce el 21 o 22 de diciembre, y da comienzo al invierno en el hemisferio Norte y al verano en el hemisferio Sur. En cambio, el solsticio de verano se produce el 21 o 22 de junio y da comienzo al verano en el hemisferio Norte y al invierno en el Sur. En el Hemisferio Sur, el 21 de junio de cada año la tierra se encuentra en el punto más alejado del sol, registrándose temperaturas bajas seguida de una noche largo y día más corto del año.

El solsticio de invierno para los pueblos indígenas u originarios, significa el regreso del sol. A partir de esta fecha, las fuerzas regenerativas de la naturaleza empiezan a transformarse, es decir, los indígenas le otorgan un carácter simbólico de renacer y ver la luz del mundo. El sol rige el desempeño de los seres humanos y su entorno, y la fiesta solsticial se celebra por el inicio de una nueva etapa de la vida. La adoración solar del fenómeno cíclico, ha sido y es la base de toda expresión espiritual de los pueblos originarios, donde el sol ejerce el poder total que da sustento a la vida.

A partir de 1492, con la llegada de la cultura europea a las tierras amerindias comienza la colonización y evangelización de la mano con la imposición cultural y una mala interpretación de la realidad y conocimientos milenarios. Los europeos no entendieron el conocimiento y la sabiduría de nuestros pueblos; por eso, cuando los indígenas rendían culto a sus dioses tutelares como la pachamama (madre tierra), al taita inti (padre sol), la yakumama (la madre agua) o los apusachachilas o wamanis (parajes sagrados), estos fueron arrasados por los extirpadores de idolatrías y tildados de herejes, idólatras, hechiceros y paganos, por lo que sustituyeron las costumbres, los dioses y celebraciones agrofestivas por otras. Por ejemplo, en el mes de mayo los indígenas rendían reverencia a la pachamama y los apus (cerros) en agradecimiento por la abundancia en la cosecha, los indígenas solían subir a la cúspide de los apus, donde ofrendaban los selectos productos agrícolas. Frente a este escenario de la concurrencia masiva de indios, los extirpadores de idolatrías colocaron las cruces como símbolo de adoración y a la vista de toda la comunidad, por ello se celebra en el mes de mayo la fiesta de las cruces en muchos lugares del país. Asimismo, el inti raymi (21 de junio solsticio de invierno) fue remplazado por San Juan, al qapaq raymi (21 de diciembre solsticio de verano) con el nacimiento de Jesús[1] y el calendario andino luni-solar de 13 meses de 28 días con el calendario gregoriano.

Mención especial merece el caso de qapaq raymi (21 de diciembre solsticio de verano), que fue suplantado con el nacimiento de Jesús y cuya celebración es cada 25 de diciembre. Pero esta fecha, tal como se viene celebrando como una costumbre arraigada y que se reproduce de generación en generación, no tiene un origen acertado, pues hasta el momento nadie ha presentado pruebas que avalen la fecha de su nacimiento. Según los filósofos, teólogos, investigadores o expertos en temas bíblicos, aproximan al mes de  abril o mayo como fecha tentativo de su natalicio, por tanto, esta supuesta fecha -25 de diciembre- declarada oficialmente por la iglesia católica romana apostólica, es una imposición que tiene lugar en el auge y hegemonía de poder del cristianismo; en otras palabras es una construcción culturalmente aprehendida que tiene un trasfondo histórico, político, social, y sobre todo de orden cultural-religioso.

Este último en nuestro medio es casi generalizado: el nacimiento de Jesús, fiesta más antigua que celebra la Iglesia después de la Pascua y de la de Pentecostés. Según Voltaire, los que trataron de averiguar el día del nacimiento de Jesús se dividieron en dos opiniones: unos decían que nació el 25 del mes egipcio Pachon, que en nuestro calendario corresponde al 20 de mayo, y otros opinaban que nació el 24 o el 25 de Farmuti, cuyos días corresponden al 19 y al 20 de abril. Lo cierto es que en Oriente y en Egipto celebraban la fiesta de la Natividad de Jesús el 6 de enero, el mismo día que la de su bautismo, sin que podamos saber con certeza cuándo empezó esta costumbre.

Siguiendo a Voltaire, algunos sabios conjeturan que los romanos escogieron el solsticio de invierno[2] para colocar en él el nacimiento de Jesús, porque en esa época es cuando el sol comienza a acercarse a nuestro hemisferio. Desde los tiempos de Julio César el solsticio civil político quedó fijado el 25 de diciembre. En Roma se verificaba una fiesta para celebrar el regreso del sol; ese día se llamaba gruma, según refiere Plinio, que lo fija, lo mismo que Servio, el 8 de las kalendas de enero. Puede ser que estos datos formen parte de la elección del día, pero no fue su origen. Hay mucho de maravilloso en esos arreglos. Una de las objeciones que se le pueden hacer consiste en que los cuatro puntos cardinales del año, que son los dos equinoccios y los dos solsticios, como antiguamente los colocaban, se designen como la época de las concepciones y de los nacimientos de Juan Bautista y de Jesús.

La fiesta del solsticio es por excelencia de profunda espiritualidad, ritual y artística donde confluyen todas las vivencias, saberes y sentimientos de las culturas vivas de todo el Tahuantinsuyo. Según Yáñez (2010), el natalicio de los principales dioses Solares de las culturas agrarias precristianas —como OsirisHorusApoloMitraDionisio/Baco y otros—, se situará durante el Solsticio de Invierno. Más aún, el natalicio de Jesús, el “salvador cristiano” fue ubicado el 25 de diciembre, fecha en la que hasta finales del siglo IV de esta era se conmemoró el nacimiento del Sol Invencible (Natalis Solis Invicti) en el Imperio Romano. De esta forma entre los años 354 y 369, era del Papa Liberio (352-366), se tomó por fecha inmutable la noche del 24 al 25 de diciembre coincidente con el “nacimiento del sol invencible”, la misma fecha en que todos los pueblos contemporáneos festejaban la llegada del Solsticio de Invierno. Es claro que el verdadero origen de la Natividad católica, sobrepuesta al Natalis Solis Invicti, orientó a los creyentes a que ese día no lo dedicase al Sol, sino al “creador del Sol”.

En algunas nacionalidades de nuestro país: anqaraswankawillkasqosqosqollas, y otros, a pesar del proceso de desplazamiento y asimilación de elementos culturales ajenos, las prácticas rituales de solsticios siguen festejándose con mucha solemnidad. Actualmente los indígenas no solamente se han apropiado del dios del occidente, Yahvé o cristos, sino han ensanchado y han enriquecido su acervo cultural-espiritual, en especial con las fiestas patronales que se constituyen en centro de convergencia y de interacción de todas las sangres. A esta realidad cultural, los antropólogos conjeturan como el sincretismo religioso o fusión espiritual entre lo propio y lo ajeno, como un fenómeno intercultural.

La celebración de solsticio para las culturas milenarias, es muy peculiar, como fenómeno natural representa el verdadero nacimiento del sol y con ella toda la naturaleza. Según Yánez (Ibíd.), en todas las culturas ancestrales se festejaban el retorno del nuevo sol y las fuerzas vegetativas de la naturaleza. Siguiendo a Yánez, el sol rige el desempeño del hombre y su entorno y esta fiesta solsticial se celebra por el inicio de una nueva etapa de la vida. En tal sentido, la adoración solar ha sido la base de toda expresión religiosa de los pueblos originarios donde el sol ejerce el poder total que da sustento, no sólo como fuente vital de la naturaleza, sino como alimento espiritual de renovación.

Por su naturaleza cíclica, el solsticio marca el fin y el inicio de una nueva temporalidad. Las formas rituales de la ceremonia solsticial varían de pueblo en pueblo, sin embargo, existe algo en común, la renovación espiritual junto con la energía del cosmos y los ciclos naturales de solsticios y equinoccios, se festejan de manera colectiva.

El solsticio para los indígenas es un espacio donde se revitaliza las energías internas de todos los ayllus y suyus (nacionalidades). Se rinde pleitesía principalmente al tayta inti que alumbra y nos da su calor a todos los seres en general. Es el momento oportuno para quienes han tenido ciertas vicisitudes de la vida puedan equilibrar sobre todo la armonía interna y de hermandad con los integrantes de los ayllus. Pues se trata de conmemorar y poner en práctica un legado ancestral que se caracterizaba por la convivencia armónica, practicando la reciprocidad y complementariedad en todos los quehaceres de la vida comunal e individual.

Esta fiesta de carácter cósmico, también sirve para reafirmar lazos de amistad, construir compadrazgos y demás formas de confraternizar. Generalmente es una fiesta apoteósica y trascendental para los indígenas de todos los suyus, que se congregan no solamente para rendirle pleitesía como muestra de reciprocidad por el calor que nos da, sino, como una forma de regenerarse y revitalizar la propia vida en la perspectiva del pachakutiq (eterno retorno).

En esta parte del continente, la fiesta solsticial tradicional y milenaria no tiene fronteras. En Perú, Ecuador, Bolivia[3], Chile y Argentina, por ejemplo, en la víspera del 20 de junio en Bolivia (solsticio de invierno), los ayllus pasan la noche con gran júbilo alrededor de fogatas mantenidas durante toda la noche. El 21 de junio se produce el año nuevo solar, los presentes festejan este hecho trascendental con cantos, danzas, brindis y con la infaltable akulliku o pikcheo (masticar) de la hoja de coca. La ceremonia central empieza a partir de las 5 a.m., se colocan las ofrendas de todo lo que ha producido la pachamama. Los elementos rituales que se utilizan en la ceremonia central son diversos y varían de acuerdo al contexto, generalmente suelen utilizar el sullu (feto de llama), cereales, llampu (cal), carne, frutas, aqa (chicha), vino, caña, toqra o llipta, cigarrillos, coca, etc. Mientras se espera los primeros rayos solares se pasa la coca para seguir masticando, lo cual será echado al fuego. Luego se humea con el incienso copal para transformar las energías negativas en positivas de los concurrentes. Los asistentes continúan esperando con mucha emoción y devoción la salida del tayta inti, que se expresa a través de las primeras radiaciones; los rayos solares irrumpen luminosamente el denso friaje de la madrugada, mientras los presentes levantan sus brazos mostrando el centro de la palma de sus manos, dichos rayos penetran e irradian todos sus cuerpos, lo que significa para los indígenas la renovación total de la vida. El yatiriyachaqpaqu o sacerdote andino, con toda reverencia inicia su invocación al taita Inti, extendiendo sus brazos con cuatro hojas de coca en la mano, ofrenda en nombre de tawa inti suyus (cuatro suyus=Tahuantinsuyo), de las wawas (niños y niñas), de los sapis (abuelos), y otros entes, los cuales son ubicados en una lliklla (manta). A la resonancia de los pututus (instrumento nativo de viento) las ofrendas se juntan y luego son entregados al fuego para su incineración. Concluida la ceremonia, y al son de los instrumentos musicales se danza colectivamente, y se pasa a compartir los platos típicos de la zona preparados con productos predominantemente agropecuarios, acompañados de brindis con licores exóticos.

Dos aspectos centrales significan esta fiesta solsticial, en primer lugar está el sentido cósmico de recibimiento y celebración del año nuevo andino (el 21 de junio, para las culturas del Hemisferio Sur), es la fiesta de la familia, de niños y niñas, de ayllus y suyus; se dan cita para realizar el gran kacharpari (baile o fiesta colectiva) que se transforma en calor humano, lo cual es enviado simbólicamente al tayta inti como muestra de agradecimiento y reciprocidad por el calor que nos brindó durante el año. Dicho de otro modo, es una forma de ayudarle al tayta inti a retomar su vitalidad y punto de equilibrio, mediante la práctica de la espiritualidad que actúa como eje articulador de las energías de las colectividades. De esta manera se logra la cohesión social de la diversidad en la unidad del kay pacha (mundo en que vivimos) de todos los ayllus y suyus, para la renovación espiritual y existencial.

En segundo lugar, la búsqueda de armonía colectiva y equilibrio personal entre los integrantes de la colectividad; estimula a los indígenas a resolver sus problemas sociales o individuales de toda índole. El rito de reconciliación lo lleva acabo el sacerdote andino, pues invoca a las partes en conflicto para la liberación de los problemas existenciales o sociales ante el tayta inti, quien restablece la vida armónica del individuo o del grupo. Todo perjuicio o maltrato, sea visible o invisible es percibido por el colectivo, de manera que afecta a toda la colectividad si es que no se resuelve el problema. Según (Heidegger) “Lo visible se sustenta en lo invisible”, esto significa para los indígenas que la superación de las diferencias se da en el plano invisible, la espiritual a través de la mediación del dios tutelar, el tayta inti. A partir de este rito la vida interna de los miembros de la comunidad empieza a restaurarse en una verdadera hermandad de paz con armonía. Es decir, la superación de las taras o conflictos internos y externos han quedado sepultados. Un “pueblo que no está en perfecta coordinación con su mundo circundante y que no ha creado la armonía dentro de su propio pensamiento no puede estar en equilibrio” (Francovich, 1945, p. 164).

En la perspectiva de construir una sociedad intercultural, tolerante y respetuosa, es obligación moral detener el proceso de extinción de éstos valores culturales. Y que las autoridades y la sociedad civil, impulsen políticas de reconocimiento y revitalización cultural, de preservación y mantenimiento de las prácticas rituales, conocimientos y saberes tradicionales, no solamente para fortalecer y diversificar nuestra identidad cultural, sino como alimento para la renovación espiritual de las generaciones.

En suma, la fiesta solsticial es parte de la sapiencia y vivencia de los indígenas, que connota la interacción cósmica de reciprocidad y complementariedad, que los caracterizan como pueblos originarios que practican la hermandad y afirmación de la vida. En ese sentido, el encuentro entre lo propio y lo ajeno; entre los dioses amerindios, como el taita inti (el padre sol) y el dios del occidente (Yahvé-Cristo); fiesta solsticial y la fiesta de San Juan, se confluyen en una suerte de aprendizaje y de compartir los símbolos, y los motivos espirituales de todas las sangres en la dimensión de la interculturalidad.

Kay musuq watapi, kawsayninchik,

yuyayninchik, yachayninchik,

ruwayninchikpiwan,

chiqapta wiñachun

REFERENCIA

Francovich, G. (1945). La Filosofía en Bolivia. Buenos Aires: LOSADA.

Fornet-Betancourt. (2001). Transformación intercultural de la filosofía,

            España: DESCLÉE DE BROUWER.

Peña, C. (2003). Racionalidad Occidental y Racionalidad Andina. Cuzco: CIDSA.

Voltaire (1938). Diccionario filosófico, Tomo III. Buenos Aires: Editorial Araujo. P. 218-

            222.

Yáñez, L. A. (2010).Solsticio en la historia y la masonería”.  R. L. S: Pleno Día No. 3,

Gran Logia Unida Mexicana de LL. AA. MM: Gr. Or: De Veracruz.  En línea:

http://www.freemasons-freemasonry.com/solsticio_masoneria.html

Zuidema, T. (2015). Códigos del tiempo. Espacios rituales en el mundo andino. Lima: apus

            Graph Editores.


[1] Ver el artículo “Solsticio en la historia y la masonería” de Luis Alejandro Yáñez-Arancibia, R:.L:.S: Pleno Día No. 3, Gran Logia Unida Mexicana de LL: AA. MM: Gr:.Or: de Veracruz. En línea: http://www.freemasons-freemasonry.com/indiceespanol.html.

[2] Tener en cuenta la ubicación del hemisferio. Aquí el solsticio de invierno es vista desde el hemisferio del norte.

[3] En Bolivia, el 21 de junio es feriado nacional por ser el año nuevo aymara. Uno de los centros ceremoniales más importantes de la celebración del solsticio de invierno es Tiwanaku, que se localiza en la provincia Ingavi de La Paz, a 70 Kms. de la ciudad de La Paz y 10 Kms. de orillas del Titicaca, a una altitud de 3485 m.s.n.m. Del Desaguadero (Perú), está aproximadamente a 30’ en auto.

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Cultura

Braedt lanza “Este Fin de Año, El Junte lo Pone Braedt”, campaña que busca revalorizar la experiencia de compartir y conectar con el público

La reconocida marca peruana líder de embutidos Braedt regresa con una propuesta única en esta temporada colmada de reuniones y celebraciones: “Este Fin de Año, El Junte lo Pone Braedt”. Campaña que busca darle un sabor especial a cada reencuentro donde apuesta por revalorizar la experiencia de compartir, conectando con el público de una manera auténtica y significativa en esta época del año.

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Desde 1885, Braedt forma parte de una tradición de calidad y sabor que llegó desde Alemania y se ha renovado constantemente para consolidarse como una de las marcas de embutidos y quesos favoritas de las familias peruanas. Hoy, sus productos están presentes en las mesas de todo el país, aportando sabor y tradición a cada celebración.

Braedt ha vuelto su mirada hacia sus consumidores, otorgando el “junte” un rol especial en su estrategia siendo hace unos meses, proclamados «Líderes del Junte».

Con la convicción de celebrar la esencia de estar juntos, Braedt invita a sus consumidores a vivir experiencias diseñadas para conectar, celebrar y disfrutar. ¡Este fin de año, el «junte» lo pone Braedt! y que estará vigente hasta diciembre del 2024, desplegándose en un formato 360° que incluye televisión, medios exteriores (OOH), plataformas digitales y puntos de venta.

Un Junte para cada ocasión

Braedt entiende que noviembre y diciembre es el mes de los reencuentros, y lo importante de esta temporada no son los regalos, sino los momentos compartidos. En Perú, disfrutamos desde parrillas con amigos hasta reuniones laborales y momentos familiares. Por eso, Braedt ha pensado en soluciones para cada ocasión, presentando propuestas como el Junte Parrillero, el Junte Amigo Secreto y el Junte Familiar, celebrando así la diversidad de nuestros encuentros en esta temporada especial.

Una dinámica de participación que acerca a todos

La campaña incluye una promoción especial: al comprar S/29.90 en productos Braedt y enviar el ticket de compra al WhatsApp de la marca, los consumidores ingresarán automáticamente al sorteo para ganar uno de los tres «juntes». Además, podrán obtener un Raspa y Gana para la oportunidad de ganar al instante entre más de mil premios.

Braedt ha diseñado tres opciones de «junte» para esta temporada: el Junte Amigo Secreto, ideal para compartir con compañeros de trabajo; el Junte Familiar, perfecto para esos momentos en casa; y el Junte Parrillero, pensado para disfrutar con amigos. Cada opción incluye una selección de productos Braedt, asegurando momentos únicos, llenos de sabor y conexión.

«Juntos, sabe mejor»

La esencia de la campaña se alinea con el claim de Braedt, “Juntos, sabe mejor”. Porque, al fin y al cabo, el fin de año sabe mejor cuando estamos juntos. Braedt reafirma así su compromiso de ser la marca que potencia los momentos compartidos. “Queremos ser quienes faciliten esos momentos de conexión y alegría que son tan importantes en estas fechas y en la vida cotidiana. Desde Braedt, nuestra misión es inspirar nuevas formas de estar juntos,” afirma el equipo de Marketing de Braedt.

Para más información: IG: https://www.instagram.com/braedt.peru/ y

 https://www.youtube.com/watch?v=Dm83Y7FKGYg . Una campaña liderada por Sergio Serván Del Valle, Gerente de Marketing y Liliana Mondragón, Brand Manager.

NDP Se ruega su difusión Paola Suárez Rey | 946285140

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Cultura

Carta pública al ministro de Cultura sr. Fabricio Alfredo Valencia Gibaja

“Señor ministro de Cultura, salvemos Kuélap” ¿Ya retiró el horrible cerco de fierro y cemento que rodea a Kuélap?

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Mediante esta carta pública, y como ciudadanos amazonenses, nos dirigimos a usted Ministro de Cultura, Sr. Fabricio Alfredo Valencia Gibaja, para manifestarle nuestra preocupación por nuestro principal monumento histórico-cultural y recurso turístico de Amazonas, el Complejo Arqueológico Kuélap. Señor Ministro, lo que viene ocurriendo con Kuélap es una agonía ininterrumpida por malas gestiones de los últimos 30 años, y que tuvo como corolario, la caída de sus muros en abril del 2022.

Desde esa fecha, se han agudizado las pésimas gestiones en nuestro principal monumento cultural y turístico. Usted señor Ministro, antes de ocupar su cargo, también tuvo una opinión EN CONTRA de las acciones que se vienen realizando en este ícono cultural. El 10 de abril del presente año, en la Revista Lima Gris, usted con gran acierto manifestó que “las estructuras de metal y concreto instaladas por el Ministerio de Cultura en la fortaleza Kuélap, son un DESPROPÓSITO NEFASTO, porque no se integran visualmente con el monumento y es groseramente discordante con la arquitectura original”. (Para hacerle recordar, su opinión completa en el siguiente enlace de la Revista Lima Gris: https://limagris.com/fabricio-valencia-sobre-kuelap-las-estructuras-de-metal-y-concreto-atentan-contra-la-carta-de-conservacion-de-venecia/)

En dicha oportunidad usted agregó: “no entiendo cuál es la necesidad de utilizar estructuras de concreto y acero inoxidable, porque al parecer son estructuras de acero inoxidable. No se integran visualmente bien con el monumento, es groseramente discordante con la arquitectura original.

Ante estas oportunas y acertadas declaraciones suyas, nos dirigimos para manifestarle lo siguiente:

  1. La mayoría de ciudadanos amazonenses, estuvimos de acuerdo con su opinión técnica, y nos sirvió como defensa para abordar la construcción innecesaria de esos cercos de fierro y concreto al frente de las murallas de Kuélap; por tal razón, y ahora que está dirigiendo el máximo sector en cuanto a Cultura, solicitamos y exigimos a usted RETIRAR DICHAS ESTRUCTURAS DE CONCRETO Y FIERRO, porque como manifestó en su momento y estamos de acuerdo con su análisis técnico, “son un despropósito nefasto, porque no se integran visualmente con el monumento y es groseramente discordante con la arquitectura original”. Palabras de usted Sr. Ministro.
  • Sabemos que usted y su gestión, están realizando cambios en su sector, es la oportunidad para realice los ajustes necesarios en cuanto a los funcionarios del Sector Cultura que tienen que ver con nuestros recursos arqueológicos y quienes gestionan el Complejo Arqueológico Kuélap. No es posible que las mismas personas que han sido funcionarios en anteriores oportunidades, y han llevado a la situación lamentable de lo que hoy es Kuélap, sigan CIRCULANDO Y LABORANDO, en diversas áreas de gestión, que tiene que ver con el Sector Cultura en Amazonas y principalmente el PRIAK. Señor Ministro, con estos funcionarios/as, padecemos malas experiencias, no siga ratificándolos a pesar de sus pésimas gestiones.
  • Esperamos Sr. Ministro que la gestión cultural en Amazonas y la gestión de nuestro Complejo Arqueológico, sea llevada a cabo por personas conocedoras de la cultura, historia y gestión cultural. Así como se invierte para promover el comercio y desarrollo turístico, con la misma dedicación y fortaleza, deberían invertir en nuestras manifestaciones culturales, su respeto y puesta en valor, como lo necesitan Kuélap, Ciudad de los Muertos, Carajía y muchos otros. Para ello se necesita de PERSONAS IDÓNEAS Y CON EXPERIENCIA EN GESTIÓN CULTURAL. Elegir funcionarios Sr. Ministro, que estén comprometidos con nuestra cultura, y no sólo la explotación turística.
  • Señor Ministro, también le solicitamos que los trabajos que se viene realizando en el Complejo Arqueológico Kuélap, se realicen oportunamente y que no tengan retrasos. Nosotros como ciudadanos, vemos todos los años agonizar a Kuélap, porque los trabajos se retrasan, se solicitan ampliaciones de presupuesto sin ningún tipo de control, muchos personajes con “consultorías y planillas doradas”, vegetan en sus puestos sin hacer nada en favor de nuestro Complejo Arqueológico. Solicitamos mayor presupuesto y acelerar los trabajos de recuperación y puesta en valor de Kuélap y otros monumentos arqueológicos.
  • Adjuntamos a esta carta, imágenes de las innecesarias acciones que se viene realizando en Kuélap, por ejemplo: paraderos que esconden la grandiosidad de las murallas en Kuélap o insertar elementos exógenos, como “tapitas fosforescentes” que rompen con el escenario cultural e histórico que representa el Complejo Arqueológico Kuélap. Acciones innecesarias que ya usted en su debido momento ESTUVO EN TOTAL DESACUERDO, y esperamos que siga con esa línea de opinión técnica, para aplicar las correcciones ahora que está en el cargo máximo del sector Cultura.

ORGULLOSAMENTE AMAZONENSES

RUDECINDO VEGA CARREAZO
DNI: 08585154
ELMER ANTONIO TORREJÓN PIZARRO DNI: 10166020

JINDLEY VARGAS ZUMAETA

DNI: 33407029

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Cultura

«Meses de Incertidumbre y Aversión», nuevo libro de Hélard Fuentes se presenta en Arequipa

La nueva publicación cuenta con dos fechas de presentación en la ciudad blanca.

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Arequipa invita a todos los interesados a conocer la obra “Meses de incertidumbre y aversión. La ocupación chilena en Arequipa” del historiador Hélard Fuentes. Este libro ha sido galardonado con los Estímulos Económicos 2024 del Ministerio de Cultura del Perú, y será presentado en dos fechas especiales en la ciudad de Arequipa.

La presentación del libro se llevará a cabo en los siguientes lugares y horarios:

  • Jueves 21 de noviembre, 11:00 h
    Primer Patio de la Municipalidad Provincial de Arequipa
    Participarán como comentaristas: Jorge Bedregal, Carlos Meneses Cornejo y Patricia Roberts.
  • Viernes 22 de noviembre, 19:00 h
    Biblioteca Mario Vargas Llosa (Sala 308)
    Comentarios a cargo de Raúl Fernández Llerena, Pablo Nicoli Segura y Alfredo Herrera Flores.

Sobre el libro

En «Meses de Incertidumbre y Aversión», Hélard Fuentes ofrece un análisis detallado de los meses de ocupación chilena en Arequipa tras la firma del Tratado de Ancón, abordando la complejidad política, social y militar de esa época. A través de sus 13 capítulos, Fuentes destaca la resistencia del pueblo arequipeño frente a la ocupación y las tensiones generadas en la ciudad.

Historiadores como Cristóbal Aljovín de Losada señalan que la obra «enriquece nuestra lectura del complejo y contradictorio fenómeno de la Guerra del Pacífico, en clave regional». Por su parte, Juan Castañeda Murga resalta que el libro «revindica el rol del pueblo arequipeño en esos días aciagos», mientras que Raúl Fernández Llerena considera que Fuentes «nos entrega la verdad de un pueblo con dignidad».

Con este trabajo, Fuentes contribuye significativamente al entendimiento del impacto de la ocupación chilena en la región y la historia de Arequipa durante la Guerra del Pacífico.

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Cultura

Kinra, la premiada película cusqueña llegó a los cines

La premiada película peruana llega a la pantalla grande en varias regiones del Perú.

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KINRA, el viaje de Atoqcha, la ópera prima del cineasta cusqueño Marco Panatonic, ya se puede ver en cines de Lima, Cusco y Arequipa. La película que obtuvo el trofeo Astor Piazzola en el Festival de Mar del Plata y se llevó seis premios en el último Festival de Cine de Lima, se estrenó respaldada por excelentes comentarios de la crítica local e internacional. El film fue realizado por un equipo quechuahablante, íntegramente regional y con equidad de género.

Protagonizada por actores naturales de Chumbivilcas, la película narra la historia de Atoqcha (zorrito en quechua), un joven quechuahablante astuto e inquieto, que deja la casa donde vive con su madre en Chumbivilcas, para viajar a Cusco en busca de nuevas oportunidades. En la ciudad, es acogido por un amigo que lo ayuda; encuentra trabajo y está dispuesto a estudiar para ser ingeniero. Pese a que las cosas empiezan a acomodarse en su vida, Atoqcha siente que hay algo que no encaja; tiene el corazón dividido. También quiere estar con su madre y su hermana en su terruño. Sus raíces lo llaman. Tendrá que tomar una decisión para definir su futuro y afirmar su identidad.

El director Marco Panatonic recuerda que KINRA, el viaje de Atoqcha surgió inspirada en la experiencia de vida de su abuelo, quien trabajando en la ciudad optó por volver a su tierra, decepcionado al ser injustamente acusado de ladrón. “A partir de la reforma agraria quechuas, aymaras, amazónicos nos hemos asimilado culturalmente hasta cuestionar nuestra identidad con la excusa de la modernidad, creciendo así en un medio que contradice nuestro modo de vida, nuestras raíces, nuestros idiomas, nuestros colores de piel. Afectados por el racismo y el clasismo, algunos viven ajenos a ciertos espacios, otros llegan a conquistarlos a su modo, de ambas maneras el Perú es un país fracturado con un visible conflicto entre lo occidental y lo andino. Kinra retrata el viaje de Atoqcha para sentirse tranquilo con sus decisiones, que son las mías también porque soy un desplazado de segunda generación que felizmente aún hablo quechua”, comenta.

Marco Panatonic, al igual que el personaje de su película, nació en Kinra, Chumbivilcas y es quechuahablante. Estudió Ciencias de la Comunicación (UNSAAC), participó en la gestión de cineclubes, fue asistente de producción de cortometrajes y videoclips. Ha realizado los cortometrajes Q’ellucha (2017) y Cuando ya no estemos aquí (2016). Aprendió cine en espacios como TransLAB, Corriente, Talents Buenos Aires, EdocLAB, EICTV, Escuela Transfrontera. Participó en los cortometrajes La Final (César Venero, 2014) y Heroínas (Marina Herrera, 2022). Fue parte de la coproducción Fiebre (2022), de Elisa Eliash. Kinra es su primer largometraje y ha sorprendido por su mirada honesta y auténtica.

“En el contexto peruano, el cine y la televisión tienen la tendencia de retratar el universo andino desde la bondad e inocencia, vestidos con trajes típicos y una relación armoniosa con la naturaleza o en una situación de pobreza extrema y una tristeza genética. La mirada paternalista e idealizada no propone una mirada más compleja ni cercana. KINRA busca contradecir estos estereotipos reconociendo a las personas no solo como personajes en la película sino tomando en cuenta sus experiencias de vida como parte de la narrativa de la película, buscando la autorepresentación”, explica Panatonic acerca de cómo su película nos acerca al universo andino.

La vida cotidiana en las comunidades andinas, el espíritu colectivo, la solidaridad, los rituales, la fuerza de la mujer, y la conexión con la tierra y la naturaleza, están retratados en la película con gran honestidad. Los actores quechuahablantes, sin experiencia actoral previa, pero con una buena dirección, han logrado una interpretación que contribuye a darle una autenticidad especial a la película.

Cabe destacar el trabajo colectivo del equipo diverso que se formó para la película, con participación desde Arequipa, Puno, Cusco y Lima. Integran el elenco: Raúl Challa como Atocha; Yuri Choa, Tomasa Sivincha Huamaní, Marcosa Huamaní, Aurelio Quispe, Lisbeth Cabrera y Jorge González. En la parte técnica: Dirección y guión, Marco Panatonic; Producción General, Walter Manrique; Producción, Gladis Florez, Maykon Lope; fotografía, Alberto Flores y Pierre Pastor, y la distribución está a cargo de V&R Films.

Mira el tráiler aquí:

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Cultura

Offscreen: Un puñado de historias de guerra

Perú se hace presente en el Festival Internacional con proyecto de largometraje.

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En la 35ª edición del Festival de Cine de Estocolmo nuestro país se hará presente gracias al trabajo de los cineastas peruanos Oscar Zemarti y Ursula Pizarro, seleccionados para presentar su proyecto de largometraje titulado Offscreen: Un Puñado de Historias de Guerra (título original: Offscreen: Kourallinen Sotatarinoita) en la competición Nordic Wave del evento cinematográfico. La jornada de pitch se llevará a cabo el jueves 14 de noviembre de 16:00 a 17:30 (hora de Suecia).

Esta coproducción de Finlandia y Perú, que actualmente se encuentra en fase de desarrollo, es una película de ficción que combina comedia negra y fantasía. El proyecto será presentado ante un jurado y un público de profesionales del sector, compitiendo por un premio destinado a la postproducción de la película. Entre los cinco proyectos seleccionados, Offscreen es la única propuesta en representación de Finlandia y gestado por cineastas peruanos.

Escrita por Oscar Zemarti y la escritora y periodista finlandesa Kukka-Maria Ahokas – quien debuta en el guion cinematográfico con esta obra- nos cuenta la historia de Kasimir (27) y Arno (33), un director y un camarógrafo que, al explorar un bosque para filmar un documental sobre los remanentes de una guerra pasada, se encontrarán con un tanque abandonado. Su curiosidad los lleva a filmarlo, pero son interrumpidos por Charlotte (55) una refugiada francoparlante que vive dentro del tanque. A medida que los conflictos se intensifican, el grupo se ve envuelto en una trama más profunda que involucra a veteranos de guerra que patrullan el área, lo que los obliga a colaborar de maneras inesperadas.

Oscar Zemarti, director del proyecto, comenta: “la guerra ha sido retratada en el cine durante mucho tiempo, planteando importantes preguntas éticas. En Offscreen: A Handful of War Tales, mi intención es explorar el papel que juegan los cineastas en mostrar las duras realidades del posconflicto, utilizando la comedia negra y el realismo mágico como herramientas para examinar la delgada línea entre la ética y el arte desde perspectivas poco convencionales”.

Por su parte, Ursula Pizarro, productora del proyecto, agrega: “nuestra película busca cuestionar las miradas tradicionales sobre la guerra, enfocándose en las experiencias de aquellos que han quedado al margen, resistiendo en los vestigios de la violencia pasada. Este enfoque invita a la audiencia a reflexionar sobre las implicaciones éticas de la representación artística en entornos marcados por un conflicto bélico. Ante las tensiones inminentes en Europa, Offscreen adquiere relevancia como un comentario sobre el legado persistente de la guerra y la violencia en nuestra sociedad contemporánea”.

Esta selección no solo destaca el talento peruano en el ámbito cinematográfico internacional, sino que también resalta la importancia de la colaboración internacional en la creación de narrativas que resuenan a nivel global. La revista del Festival (Stockholm Industry Guide, página 31) les brinda un espacio en su edición de este año.

El Festival de Cine de Estocolmo es conocido por celebrar la diversidad y la innovación en el cine, y ha contado en su programación con directores de renombre como Quentin Tarantino, Yorgos Lanthimos, Lars von Trier y Roy Andersson,consolidando su reputación como un espacio internacional para el talento cinematográfico. Este año, el festival también reconocerá a Sean Baker y Steve McQueen con el premio ‘Visionary Award’, destacando su compromiso con una cinematografía que desafía los límites convencionales.

La sección Nordic Wave es una plataforma de proyección para talentos emergentes de los países nórdicos, dentro de los Industry Days del Festival de Estocolmo. La jornada de pitch para Offscreen se llevará a cabo el jueves 14 de noviembre, de 16:00 a 17:30 (hora de Suecia), ofreciendo una oportunidad única de interacción entre profesionales de la industria y nuevos talentos del cine.

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Cultura

Abdulrazak Gurnah: crecer para entender la vida

Lima Gris conversò con el Premio Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah, en la ciudad de Arequipa donde se realizò el Hay Festvial.

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Por: Hélard Fuentes Pastor

Abdulrazak Gurnah es un hombre astuto, de mirada firme y penetrante, cuyas respuestas resolutivas y determinantes revelan a un escritor que guarda los recuerdos más íntimos de su vida en la subjetividad de su mente. Los demás deberíamos ser un poco como Abdulrazak: cautelosos, pero receptivos; profundos, pero precisos; pacientes, pero sinceros. Así fue nuestro diálogo, en una esquina del lobby del hotel Casa Andina Premium con motivo del Hay Festival Arequipa, bajo la tenue iluminación de las sombras del día, con un par de dispositivos que tanto él como yo no sabíamos cómo manejar, y que llevaba consigo una traductora limeña, con quien minutos antes establecí un entretenido diálogo sobre algunos menesteres de la educación y la cultura en el país.

Mi función en una entrevista es poner en aprietos a la gente ―ratifiqué de principio a fin―. Así que, al finalizar nuestra conversación, le entregué un libro sobre Arequipa. Me dijo que no sabía castellano, que no lo podría leer, pero respondí que las imágenes también hablarían. No hubo más que decir, solo agradecer y despedirse.

En el momento en que nos dábamos la mano, pensé que aquella situación, cotidiana en Abdulrazak y bastante especial para mí, comenzó de la misma manera en que acabó: en una suerte de confesión del entrevistador sobre los tópicos comunes de la memoria, la búsqueda de identidad y los duelos personales. Y solo un buen entrevistado puede lograr esa sensación.

Cuando preparé las preguntas, decidí enfocarme en un aspecto muy curioso y poco conocido del Premio Nobel de Literatura 2021: su niñez y su familia. Por ese motivo, comencé planteando que la niñez es una etapa fundamental en la persona, donde surgen heridas, e incluso hay quienes consideran que define al hombre.

―La niñez ―me dijo― es un momento importante. No estoy seguro de que defina a la persona, pero simplemente creo que los acontecimientos que le ocurren a un niño, las memorias de un niño, duran para siempre ―afirma Gurnah en un acto de interiorización que marcó la entrevista―. Sin embargo, a mí me parece que a medida que vamos creciendo como persona, volvemos a examinar nuestra niñez y la reinterpretamos, la entendemos de manera diferente también. Entonces, no estoy seguro de que sea lo que define a la persona, porque la persona crece hasta el punto en que puede entender su propia vida viendo atrás, revisando lo que le ha pasado. Pero sí, la niñez es de suma importancia.

Es públicamente conocido que Abdulrazak abandonó su tierra natal, Zanzíbar, cuando solo tenía 17 años; es decir, apenas era un adolescente cuando se aventuró en suelo inglés. Pero, ¿cómo fue su niñez? Le preguntamos al autor de Paraíso, un libro que, a grandes rasgos, ha inspirado este diálogo.

―Fue como la de cualquier niño ―sonríe―. Mi niñez estuvo bien. ¡Jugar, jugar, jugar! Todas las cosas que se esperarían de un niño, que dan alegría, que dan un aprendizaje, y no entender muchos asuntos también.

―¿Y recuerdas algún juego en especial?

―Recuerdo ir correteando, jugando a los policías y ladrones, entre otros, nada en especial. Mi niñez fue perfectamente bien. De niño, uno no entiende completamente lo que está ocurriendo. Uno no se da cuenta de los peligros. Justamente a eso me refiero cuando digo que al mirar hacia atrás vemos cosas de las que no nos dábamos cuenta. Bueno, lo veíamos, pero no lo entendíamos.

Me detengo un momento aquí, porque, a pesar de los kilómetros de distancia, de las diferencias culturales, del idioma y de la brecha etaria —Abdulrazak ronda los 75 años y yo los 34—, hemos jugado, relativamente, lo mismo: a los policías y ladrones. Con sus variantes, sí; pero al fin y al cabo, todos nos correteamos en la niñez. La niñez es una carrera, y por definición, esta carrera implica muchos tropezones.

—Abdulrazak, ¿y si pudieras encontrarte con el niño que fuiste, qué le dirías?

—Yo le diría que sea más duro —respondió.

—¿¡Cómo a tus personajes!? —pensé—. A lo largo de tus novelas has creado protagonistas complejos, marcados por el sufrimiento, la pérdida o esa búsqueda de identidad. ¿Cuál de todos crees que mejor refleja estas experiencias?

Abdulrazak, como buen oyente, me devolvió la pregunta: “¿Qué personaje?”, me dijo con perspicacia.

—¡Yasuf! —mencioné—. En “Paraíso”.

—No, exactamente, porque creo que tiene diferentes circunstancias y cuestiones. Pongamos a Yusuf como ejemplo. Para mí, él es un niño. Como dije antes, a menudo los niños no entienden lo que está sucediendo; él no está entendiendo lo que pasa. Entonces, yo hablaría de esa sorpresa, que es una palabra importante. Por su propia naturaleza, era una persona gentil, amable, que tenía que aprender a lidiar con estas dificultades. Es tierno, más o menos, por decirlo así, en su relación con las personas. Él no piensa en ambiciones ni dice ‘quiero ser esto’, pero su búsqueda es encontrarse a sí mismo, encontrar una forma de salvarse a través de eso, sin hacer de ello un sufrimiento enorme. Más bien, él quiere realmente atravesar las circunstancias que se le interpongan. Se trata de examinar, de tratar de entender cómo los adultos, especialmente los padres, tratan a los niños; los patriarcas, por decirlo de alguna manera. A lo que me refiero con esto no es que esté estableciendo su identidad, sino que busca quedarse con algo que aún le pertenezca a medida que avanza.

—¿Es tu personaje más logrado?

—Me gustaría poder decir que también he tenido personajes igual de logrados que este, pero en diferentes temas.

—¿Y cuál es el personaje más difícil que has creado en una historia?

—Todos tienen sus propias dificultades. Hay que llegar a entender a las personas de las que estoy tratando de escribir. Algunas te caen bien y otras no te caen bien, pero aun así, las tenemos que entender. Tenemos que entender lo que motiva el bien y el mal. Todos tienen sus dificultades específicas.

Gurnah ha tenido que enfrentar múltiples dificultades en su vida. Según lo que hemos indagado, vivió momentos de opresión y persecución de los ciudadanos de origen árabe en Zanzíbar, su tierra natal, y muy probablemente experimentó el abuso racial en un país como Inglaterra, donde comenzó su carrera de escritor. Pero una cosa es saberlo y asumirlo como una realidad porque lo hemos leído en La Vanguardia o The New York Times. Entonces, abordamos este aspecto, y la primera premisa que surgió fue: ¿cómo escritor o como ser humano? Y yo le insistí: “Como escritor”.

—Posiblemente, fue cuando regresé a mi parte del mundo después de muchos años y luego escribir acerca de ese período. Fue así que surgió “Paraíso”. Yo creo que esto me llevó a una dirección ligeramente distinta en mi escritura. Entonces, no fue una decisión difícil, pero sí importante.

—¡Tus novelas tienen contenido histórico!

—”Paraíso” tiene contenido histórico, es probable que “Deserción” o “La vida, después”, también sea así; pero los otros son relativamente contemporáneos. No solo escribo cosas históricas. Eso es lo que he dicho, justamente porque he regresado y he viajado, por eso quería escribir sobre ese panorama, de ese tiempo. Yo escribo también acerca de otros temas.

Siempre tengo la mala costumbre de preguntar a los entrevistados, qué mejor aún, a un Premio Nobel, qué anécdota podría contar, cuál elegiría para este momento de diálogo. Abdulrazak, riendo y pensativo a la vez, dijo algo para asombro mío y de la traductora:

—¡Esa es una pregunta imposible! La memoria, especialmente para un escritor, es un recurso; es un volumen enorme que está en mi mente, entonces ni siquiera podría escoger.

—¿Y cuál crees que fue el periodo más interesante de tu vida?

—Todos han tenido su propia belleza. Quizás entre los veintitantos e inicios de los treinta, cuando tienes claro qué vas a hacer con tu vida, hacia dónde la vas a dirigir.

Arequipa es una ciudad especial para todos los visitantes. En ese contexto, y cerrando este inolvidable diálogo, no pude dejar de preguntar sobre su percepción. Bien es cierto que Abdulrazak apenas ha estado en el hotel y ha caminado por la Plaza de Armas, como él mismo manifestó, pero no dejó de asaltarnos aquella curiosidad:

—Ahora que estoy viajando mucho, lo primero que la gente me pregunta es: «¿Es tu primera vez aquí?» Y la segunda pregunta que me hacen es: «¿Qué te parece?» Y solamente vine por un día. Me voy a quedar aquí hasta ir a Machu Picchu y a Lima. Pregúntame cuando me haya quedado dos semanas; después de eso, te cuento —comenzó a reír—. Porque ahora estoy disfrutando el momento, la comida es muy buena, he caminado por la plaza, todo aquí es muy bonito. Es lo único que te puedo decir.

—Esto significa que tendremos un diálogo pendiente.

Abdulrazak no dijo mucho, aunque pensándolo bien, lo dijo todo.

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Cultura

¡LA ZARZUELA VUELVE A LIMA! DESDE ESPAÑA LLEGA EL BARBERILLO DE LAVAPIÉS

La Municipalidad de Lima presenta El Barberillo de Lavapiés, una de las zarzuelas más populares, en el icónico Teatro Principal Manuel A. Segura.

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Conmemorando 150 años desde su estreno, la Municipalidad Metropolitana de Lima presenta El Barberillo de Lavapiés, en el Teatro Principal Manuel A. Segura.

Concluyendo una temporada de grandes presentaciones, la Municipalidad Metropolitana de Lima trae de vuelta la zarzuela al Centro Histórico, con un espectáculo de primer nivel.

El Teatro de la Zarzuela de Madrid llega con El Barberillo de Lavapiés, zarzuela en tres actos, con música del maestro Francisco Asenjo Barbieri y libreto de Luis Mariano de Larra.

Historias de intriga, amor y política que se desarrollan de manera expresiva a través de las impecables coreografías y un notable elenco internacional con más de 100 artistas en escena.

De España llegan Javier Franco, Cristina del Barrio, Pancho Corujo, Begoña Quiñones, Verónica Garzón, con la dirección de escena de Alfredo Sanzol y coreografía de Antonio Ruz, Tania Solís y Rodrigo Urrutia.

Acompañados por la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal de Lima, bajo la dirección de Matteo Pagliari y el Coro del Teatro Municipal de Lima, con la dirección de Armando Vértiz.

Una extraordinaria producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, para cerrar a lo grande la exitosa temporada 2024 de los Teatros Municipales de Lima. Los invitamos a disfrutar de un espectáculo inigualable los días 13, 15 y 17 de noviembre con El Barberillo de Lavapiés en el Teatro Principal Manuel A. Segura, el teatro de la zarzuela en el Perú.

Consigue tus entradas vía Teleticket: https://teleticket.com.pe/barberillo-de-lavapies

REEL PROMOCIONAL EL BARBERILLO DE LAVAPIÉS: https://bit.ly/4hmpQdz | https://bit.ly/3UyHTDl

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Cultura

El latido de las ‘Ruinas Circulares’: Manongo Mujica presenta shows gratuitos en Lambayeque y Lima

Dos conciertos con toda la magia de uno de los percusionista más importante del país.

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Manongo Mujica, músico, percusionista y un explorador de lo intangible, presenta Ruinas Circulares, ciclo de conciertos gratuitos y al aire libre, un encuentro profundo con la historia a través de la música en dos escenarios icónicos: las pirámides de Túcume en Lambayeque y el complejo de Mateo Salado en Lima. Con cada presentación, Mujica busca hacer que estos espacios ancestrales se conviertan en el epicentro de una experiencia sensorial que traspasa lo visual y lo auditivo.

Estos lugares no solo actúan como escenarios; son protagonistas silenciosos. Manongo, junto a músicos como Fil Uno, Gabriela Ezeta y Terje Evensen, crea una atmósfera en la que los sonidos dialogan con el entorno, como si cada interpretación trajera consigo fragmentos de épocas pasadas, permitiendo que el espectador sienta una conexión íntima con esas voces que aún parecen susurrar en el viento.

Inspirado en el cuento de Borges, Mujica convierte la creación musical en un ritual de memoria y presencia, donde cada interpretación establece un diálogo entre el pasado y el presente. Mujica invita al oyente a no solo escuchar, sino a percibir cómo la música se convierte en un vehículo para entender y recordar, con cada compás cargado de simbolismo y propósito.

Este ciclo de conciertos, impulsado por Luis Alvarado de Buh Records y en colaboración con el Complejo Arqueológico de Túcume, representa un compromiso por difundir el arte en entornos patrimoniales, fusionando conservación y creatividad. Los asistentes también podrán explorar los sitios a través de actividades complementarias que los ayudarán a vivir el lugar en toda su dimensión histórica.

Proyección de cortometrajes 

Como complemento, entre septiembre y noviembre se realizarán proyecciones itinerantes de los cortometrajes «Escucha Paisaje Escucha» y «Ruinas Circulares». Estos trabajos, producidos por Mujica y dirigidos por V. Checa y Diego Cendra W., serán presentados en ciudades como Chachapoyas, Trujillo, Chiclayo, Puno, Cusco, Arequipa e Ica, gracias a una alianza con Edward De Ybarra, director de Corriente – Encuentro Latinoamericano de Cine No Ficción.

FECHAS CLAVE 

Concierto «Ruinas Circulares»  

-Túcume (Lambayeque): 17 de noviembre  

– Mateo Salado (Lima): 21 de noviembre  

“Proyecciones de cortometrajes”  

-Lima: 8 de noviembre (CCPUCP)

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