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Cultura

Adelanto de la novela “La casa de los vientos” del escritor Gabriel Rimachi Sialer

Primer capítulo de la nueva novela del escritor Gabriel Rimachi Sialer.

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Era martes cuando empezó el verano en Lima. Octavio lo recordaría así tiempo después: era martes y acababa de regresar de la clínica cuando sonó el teléfono. Al otro lado de la línea, la voz de su madre le anunciaba la gran noticia: Acabamos de vender la casa a una constructora, tenemos una semana para mudarnos, la demolerán en quince días ¿No te alegra, guapo? Van a levantar un edificio de esos modernos y nos darán dos departamentos, tu tía hizo un buen trato. Octavio no recordaría lo que había respondido entonces, solo que tuvo la conciencia de que algo en su pecho se derrumbaba con violencia, como derrumbarían días después la casa de su infancia.

Faltaban apenas tres días para la navidad y varias calles habían sido decoradas con luces de colores que titilaban al ritmo del sonido sintético de los villancicos. Octavio estaba acostado en su cama pensando en la noticia de la casa, en la imagen de las paredes cayéndose con los bulldozers pasándole encima, pero los villancicos atravesaban las ventanas y le provocaban una angustia que ya conocía porque venía de tiempos muy lejanos, de momentos que hubiera preferido no recordar. Se levantó, cogió su casaca y las llaves del auto y salió rumbo a la casa de sus padres. Cruzó Belén, Angamos y Santa Cruz, el parque Baden Powell y Manuel Tovar. Pasada la medianoche la ciudad suele estar poblada de sombras que se diluyen brevemente entre la luz de los postes y las luces navideñas que sobreviven enredadas como decoración en los árboles de los jardines. Lima es, a esas horas, una ciudad silenciosa y oscura donde la vida se esconde entre los matorrales, los oscuros pilares de los edificios o las esquinas alejadas de la avenida Arequipa.

Estacionó el auto en Triana con Retiro. Octavio apagó el motor y se quedó mirando la enorme casona en la que había crecido. Las buganvilias arrojaban ya sus flores por sobre la pared que rodeaba la casa y el gran jardín interior donde alguna vez sembraron astromelias; en el segundo piso alguien acababa de apagar la luz del baño ¿Sería mamá? Sus padres se habían divorciado hacía mucho tiempo. El reloj del auto marcaba las dos de la mañana y el cielo encapotado apenas si dejaba distinguir algo parecido a una luna. Apoyados los brazos sobre el timón, Octavio se quedó mirando la puerta principal mientras lo devoraba la noche. ¿Cuántas veces habría atravesado esa puerta durante el tiempo que vivió en ella? ¿Cuántos silencios encerraban esas paredes? Apoyó el mentón sobre sus brazos y sintió un ligero temblor recorriendo su columna.

—¿No olvidas tu botella de refresco?

—No, mami, ya la metí en mi lonchera.

—¿Y tu sándwich, guapo?

—También, mamá, ¿ya nos vamos? Mis amigos me están esperando en el colegio, hoy es la actuación del tercer grado.

—Espera que te acomodo la corbata, tan guapo mi poeta precioso —le apretó ligeramente las mejillas, Octavio sonrió—, mi Antonio Machado chiquito que ya está en el tercer grado. Listo, ya está.

El Inmaculado Corazón quedaba cerca de su casa y la caminata siempre resultaba refrescante “Un buen ejercicio para el espíritu”, le había dicho mamá alguna vez. En la esquina del colegio ya se veía a los alumnos caminar solos o acompañados de otros chicos, rumbo al ingreso principal donde la Miss Teresa los esperaba con una sonrisa, agitando el brazo para que llegaran a tiempo. Mamá había entrado y le había dado un beso en la frente “Que te vaya bien, mi amor, tu papá te va a estar viendo desde la sala de profesores, yo me voy por ahí a esperar la actuación”. Octavio la vio alejarse y entrar en la cafetería. Su papá, que enseñaba filosofía a los alumnos del quinto año, conversaba con sus colegas en un apartado del patio. Era el profe para todos sus estudiantes. Para él, era su papá.

Cuando Octavio encontró a sus compañeros, ya estaban organizando la formación para rezar el padrenuestro de cada mañana. El padre Richard los dirigía haciendo señales con los brazos. Era alto, muy gordo y de barba espesa. Debía odiar el dirigir a los niños todas las mañanas porque su rostro se encendía cuando alguien no respetaba la formación. Octavio vio a Mariano en una de las filas y se sonrieron. Uno de los chicos, que estaba en la parte de atrás, le dio un codazo al compañero de al lado y le dijo:

—Mira, mira, mira… ahí va el marica narizón.

—Uy, el hijo del profe, el delicadito ¿Por qué no me la agarras un rato como me la agarra tu mamá, cabrito? —dijo el otro frotándose la entrepierna.

Octavio borró su sonrisa, agachó la cabeza y siguió caminando. Se formó delante de Mariano y todos empezaron a rezar.

La clase de matemáticas era la primera del día; no había cosa más aterradora y aburrida que empezar la semana entre sumas y restas. Octavio podía memorizar largos poemas de poetas latinoamericanos o europeos, pero las matemáticas eran otra cosa. Por eso el recreo era el escape que él y sus amigos necesitaban para olvidarse de los números. Cuando sonaba la campana, el viento fresco de la libertad entraba en el salón para aclararlo todo. Alejar las brumas. Los chicos corrían al patio con una pelota bajo el brazo, formaban grupos y se distribuían los puestos: tú serás arquero, tú defensa, nosotros delanteros, y así. Los demás iban a la cafetería o simplemente se quedaban dando vueltas, conversando sobre la última película que habían visto en la televisión la noche anterior.

Nadie iba a jugar al jardín que estaba detrás de la capilla, solo Octavio, Mariano y Juan Carlos, que lo habían convertido en su espacio personal. Apenas llegaban, dejaban las loncheras con estampado de los Muppets, se aseguraban de que no hubiera nadie más que ellos, y Mariano ponía su cara de puchero:

—¿Qué telenovela vamos a interpretar hoy? —preguntaba entornando los ojos—. Yo quiero ser Fiorella Menchelli, el viernes vimos con mi mamá el capítulo entero de Carmín y estaba linda.

—Ah, no, pues —se quejaba Octavio— yo quería ser Fiorella, además soy igual de flaca y bonita.

—¿Bonita? —reía Juan Carlos— con esa nariz no podrías besar al profesor Tovar.

—Es cierto, Octavio —decía Mariano, con un tono condescendiente— con esa nariz, nou nou nou. Además, yo soy más bonita.

—Bueno, ya, está bien, tú serás Fiorella Menchelli, y Juan Carlos, como siempre, será nuestro galán hermoso de ojos negros. Yo seré entonces la tía mala…

A los ocho años tienes la conciencia de que hay cosas que están bien y cosas que están mal. Octavio sabía que esos juegos, donde él y sus amigos eran completamente libres, no eran buenos porque no eran comunes, pero ¿a quién le importaba si ese mundo, su mundo, era todo lo que les importaba durante los quince minutos que duraba el recreo?

—Hoy vas a recitar en la actuación ¿no? —preguntó Juan Carlos.

—Sí, me aprendí un poema muy hermoso de Antonio Machado ¿sabían que es brasileño? ¿Han leído sus poemas? Son hermosos.

—No —respondió Juan Carlos— no me gusta mucho la poesía, yo de grande quiero ser actor de telenovelas.

—Y yo seré una actriz hermosa —intervino Mariano, modulando su voz; era bonito, Mariano, sus facciones eran finas, sus ojos eran claros, su cabello era dócil.

—Sí —dijo Octavio— serás la más hermosa de todas, más hermosa incluso que Fiorella Menchelli.

Sonó la campana y todos salieron disparados rumbo al salón. Cuando entraron, dos de los chicos que estaban sentados al fondo le silbaron a Octavio como si fuera una chica, ¡Ahí viene el poeta cabrito! ¡Cabrito narizón! Gritaron. Entonces entró la Miss Carmen y todos quedaron en silencio.

Le decían la jirafa porque era una mujer enorme, altísima, su cabeza casi llegaba al umbral de la puerta del salón. “La jirafa…”, susurró Octavio, cuarenta años después, sonriendo en su auto. La mirada era brillante ahora bajo la noche sin luna que cobijaba Lima a esas horas. “Mi querida jirafa… tan enorme como su corazón…”, susurró.

—¿Y cómo están ahora, chicos?

—¡Muy bien, Miss Carmen! —respondieron todos a una sola voz.

—¿Ya están listos los que actuarán el día de hoy en “El día del padre Rector”?

—¡Pregúntele al poeta!  —gritaron del fondo, todos se rieron.

Miss Carmen dirigió su mirada a Octavio y Mariano y les preguntó:

—Chicos, ¿ya están listos?

—Sólo Octavio, Miss Carmen —respondió Mariano, entornando los ojos— él recitará el poema de un brasileño y también bailará negroide, yo no haré nada.

—Bueno, Octavio, confío en que todo saldrá Okey. Tú no te preocupes que estaremos apoyándote. Recuerda: subes, recitas el poema, haces la reverencia, bajas del estrado y corres al salón de al lado donde estarán los demás chicos preparándose para el baile. Te vistes rápido, yo estaré ahí para ayudarte y listo. Todo saldrá bien, ¿sí? Mi niño lindo… —le dijo la Miss Carmen, acariciándole la cabellera.

Octavio asintió con una sonrisa enorme. Adoraba a la Miss Carmen y ella lo adoraba a él. Era el niño que mejor se portaba desde que había empezado el primer grado, el que mejores notas tenía y el que menos problemas daba. Y ahora, además, iba a representar al salón por haber ganado el concurso de poesía de los juegos florales del Inmaculado Corazón. Tremendo honor.

Primaria y secundaria se había reunido en el patio. Eran poco más de novecientos alumnos en total. No hacía mucho calor así que nadie lo pasaba mal; además, siempre era mejor estar de pie en una actuación que sentados en clases aburridas esperando el timbre del recreo. Octavio había escuchado esto último en boca de algunos chicos durante uno de los recreos más largos, pero estaba convencido de que eso estaba mal. Al colegio se iba a estudiar y aprender, a pedirle a Jesús cada mañana por los más necesitados, y a querer cada día más a la Miss Carmen.

El padre Rector estaba sentado en primera fila observando los actos artísticos. Los demás curas sonreían entre sí murmurando algo durante y después de cada actuación. Los profesores civiles estaban también ubicados en los asientos principales. Los padres de Octavio no aparecían por ningún lado. Octavio subió al estrado, se puso delante del micrófono y sintió las miradas encima suyo. Los chicos de su salón le hacían muecas desde sus sitios, le hacían señales con los dedos; otros ni siquiera lo miraban. Los demás alumnos solo miraban al cielo esperando a que se acabara todo eso lo más pronto posible.

Al fondo, cerca de la puerta, vio por fin a su mamá y a su papá haciéndole señas de aplausos. Octavio entonces aclaró la garganta y empezó.

Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que una fontana fluía / dentro de mi corazón. / Di, ¿por qué acequia escondida, / agua, vienes hasta mí, / manantial de nueva vida / de donde nunca bebí? / Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que una colmena tenía / dentro de mi corazón; / y las doradas abejas / iban fabricando en él, / con las amarguras viejas / blanca cera y dulce miel. / Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que un ardiente sol lucía / dentro de mi corazón. / Era ardiente porque daba / calores de rojo hogar, / y era sol porque alumbraba / y porque hacía llorar. / Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que era Dios lo que tenía / dentro de mi corazón… Muchas gracias”.

Los aplausos estallaron al fondo del ambiente y fue creciendo hacia adelante. Octavio, con sus ocho años a cuestas, sintió el calor de la gratitud por el poema aprendido. Mamá y papá también aplaudían al fondo, aunque papá no tenía la misma sonrisa de mamá, pero qué importaba, el acto había salido bien.

Apenas termines el poema, bajas y corres al salón para ponerte el traje de negroide, le había dicho la Miss Carmen, y así lo hizo. Octavio bajó del estrado con cuidado y luego corrió al salón donde estaban los demás muchachos que iban a actuar con él. Todos ellos eran parte del coro del colegio y tenían su misma edad o eran uno o dos años mayores. El coro era una actividad interesante dentro de las propuestas artísticas del colegio porque les permitía algunas veces salir a participar en eventos o concursos con otros colegios que también tuvieran un coro. Octavio y Mariano eran parte del coro, pero solo Octavio bailaría con todos los chicos un negroide que había ensayado durante semanas. Dentro de su corazón solo estaba la alegría de que mamá y la Miss Carmen lo habían oído recitar perfectamente cada verso.

Entró corriendo al salón y cerró la puerta tras de sí.

—Chicos, ¿ya están listos para el baile? —Preguntó emocionado y feliz.

Eran veinticinco los niños de ocho, nueve y diez años que estaban en el salón. La Miss Carmen no estaba por ningún lado, seguro había ido a la cafetería o a coordinar el sonido de la canción con los encargados de la consola. No había ningún otro adulto. Los chicos rodearon a Octavio.

—Miren pues, al cabrito —dijo uno de ellos.

—El poeta narizón —dijo otro.

—Poeta maricón, más bien —dijo un tercero, más grande que los demás.

—Mi papá dice que a los maricas les gusta la caca —dijo alguien por ahí.

—Qué asco… —intervino otro —aunque, a lo mejor a nuestro poeta le encanta la caca también… ¿por qué no lo bautizamos?

Los gritos de los chicos se confundían con los aplausos del patio donde se realizaba la actuación. Mientras lo rodeaban, Octavio buscaba desesperado con la mirada a la Miss Carmen, pero era inútil, ella no llegaría sino hasta mucho rato después, luego de que le llenaran la camisa de basura y cáscaras de fruta que sacaron del tacho, luego de bañarle el cabello con escupitajos y flemas, después de salpicarle la cara y los brazos con témperas y tierra de alguna maceta. ¡Píntenle las piernas al cabrito! Gritaron, y Octavio se sacudía en el piso para intentar liberarse de las manos que le agarraban el trasero, que le pellizcaban los testículos, que la jalaban las tetillas, ¡Por favor, por favor!, gritaba, pero sus lamentos se ahogaban entre las risas y los golpes y la basura entre su cuerpo y la camisa. ¡Por favor, por favor!  Rogaba, pero era en vano. Dos chicos más grandes lo agarraron de las manos mientras otro le pintaba la cara con un plumón verde en medio de las risas y los insultos. Arrastrándose casi a ciegas por las lágrimas que se mezclaban con las témperas que chorreaban de sus cabellos, logró liberarse de los compañeros y salió corriendo hacia un salón cercano. Entró y cerró la puerta, quería respirar, pero no podía, el llanto lo ahogaba, el cuerpo le temblaba. Al niño de ocho años, la estrella del coro, no le alcanzaba la voz para llamar con un grito ahogado a su mamá, que lo buscaba con la mirada en el patio de honor. Vio entonces una carpeta y se metió debajo de ella. Enroscado como un caracolito intentó controlar su respiración. Se preguntaba por qué, por qué, por qué… y entonces estalló en llanto.

Cuando la pena que uno lleva dentro es más grande que uno mismo, todos los sonidos exteriores desaparecen. Octavio nunca supo si fueron segundos, minutos u horas el tiempo que permaneció debajo de aquella carpeta, solo recordaba una eternidad de llanto y después haber visto un brazo adulto aparecer bajo la carpeta, con una pulsera dorada en la muñeca, una mano que se abría y cerraba, y una voz —la de la Miss Carmen— atravesada por la pena, que le decía: “Tranquilo, tranquilo, conmigo estás seguro, Octavio, no va a pasar nada, mi niño, estás seguro, ven conmigo, tranquilo… qué te han hecho, mi poeta…”. Entonces Octavio se abandonó a esas manos cálidas que lo sacaron y lo abrazaron hasta que llegó su papá y se lo llevó cargado entre sus brazos. Octavio no recordaba con claridad cómo había salido en ese momento del colegio, cómo es que a su papá le habían dado de pronto permiso para retirarse del trabajo y llevárselo a su casa; pero sí estaba seguro de que él no le había dicho absolutamente nada durante todo el camino, solo lloraba desconsoladamente; el hombre grande que él adoraba no le había preguntado qué era lo que le había pasado, por qué estaba así con la ropa rota y orinada de espanto, lleno de basura y flemas y témperas en el cabello; solo lo había cargado hasta la casa a donde ya había llegado su mamá hecha un mar de lágrimas.

—Baña al niño —le ordenó papá— y acuéstalo, que descanse. Conversaremos de esto en la cena.

Pero llegó la noche y no se habló de nada. Octavio comió, con ese suspiro acelerado que tienen los que lloran con el corazón, mientras su madre lo miraba en silencio.

—¿No vas a decir nada sobre lo que le pasó al niño? Si no llega la Miss Carmen ¿qué hubiera pasado? —preguntó mamá, pero papá solo se puso de pie y se fue a su dormitorio, mudo, y apagó la luz.

Aquella noche Octavio soñó que caminaba por la orilla de un río de barro, y que una mujer vieja, con un largo mechón blanco entre sus cabellos negros, se le acercaba mientras le decía que él iba a ser “un gran varón, un gran varón, un gran varón”. Eso recordó al despertar, como un eco lejano que se iba perdiendo con la claridad de la mañana. Al día siguiente no fue al colegio y tampoco los días que siguieron. El fin de semana papá se apareció con un saco que llenó de arena y colgó en el jardín.

—Ven acá, Octavio, hoy vas a aprender a defenderte de los demás.

Octavio se acercó con miedo. Él era sumamente delicado, lo sabía, era consciente de eso, no le gustaba la violencia ni las peleas ni la sangre y prefería leer poesía y ver telenovelas antes que pensar siquiera en golpear a alguien. Pero papá también lo sabía.

Estiró los brazos y papá le cerró los puños con violencia. En el jardín el sol quemaba la piel al mediodía y evaporaba el agua con que habían regado el jardín por la mañana, y Octavio estaba ahí, frente al costal de arena, dándole golpes una y otra y otra vez.

—¡Así no, carajo! —gritaba papá —¡Tienes que golpear girando la espalda! Toda la fuerza está en la espalda, nace de ahí —decía mientras lo cogía con fuerza de los hombros y lo ubicaba frente a su adversario de yute relleno de arena— y luego sigue la ruta del brazo y el puño. ¡Golpea!

Octavio temblaba. Lanzó un golpe.

—¡Golpea bien, carajo! ¡Así! —y papá lanzaba un golpe que hacía girar el costal.

Octavio entonces golpeó una y otra y otra vez y las lágrimas empezaron a brotar y seguía golpeando y los brazos le dolían, las muñecas le dolían, los dedos le dolían, los nudillos pelados le dolían. “Ya no puedo, papá, —dijo en algún momento— ya no puedo”. Pero tenía que seguir dándole al costal hasta que se le doblaron las rodillas y el llanto nuevamente y la saliva que salpicaba y papá mirándolo con cólera porque no era, no iba a ser jamás, el hombrecito que él había esperado. Desde la ventana de la cocina, apretando entre sus manos el secador de los platos, mamá miraba toda la escena con el grito contenido.

¿Por qué tenía que soportar toda esa mierda si no les había hecho nunca nada? Pensaba Octavio, apoyado en el timón de su carro mientras la noche empezaba a disiparse y las luces navideñas se apagaban poco a poco. ¿Por qué si era tan solo un niño?

Pero no tenía respuesta. Solo más y más preguntas en ese rostro ya adulto y surcado por las lágrimas, con un gran vacío en el corazón.

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Cultura

Lomas El Mirador, trekking, rapel y aventura en un lugar que espera ser redescubierto por todos los turistas en SJL

Un lugar autogestionado por sus propios vecinos que de la mano de Jorman Cabello ofrecen en las lomas horas de aventura extrema en medio de la naturaleza.

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Verano, cae la tarde en el distrito más poblado del país. Quinientos años antes los habitantes de la serranía surcaban caminos empedrados y agrestes llevando productos típicos de las alturas, hasta llegar a lo que hoy son conocidas como las lomas El Mirador, para luego seguir su camino cuesta abajo. En lo alto, donde ahora se levanta una torre de electricidad, el antiguo hombre observaba por el Este la vastedad del valle de Lurigancho (o Rurincancho, como se conocía antes de la colonización), llena de vegetación, bosques y riachuelos; y por el Oeste el mar recibiendo a un anaranjado sol. Esa espectacular vista ahora ha variado en uno de sus lados; hace como quinientos años, desde lo más alto de la ciudad el aventurero aún puede contemplar el más bello y sonrojado atardecer, divisando a lo lejos los barcos y a los aviones elevándose por encima de las nubes.

Durante los siglos y decenios el ser humano se ha encargado de ir transformando lo que antes era espacio y dominio de la naturaleza, de los animales silvestres y del fluir del agua que caía libre de las quebradas de ese distrito. Mantener uno de los pocos espacios naturales resulta una batalla titánica, ya sea por los invasores de terrenos, por una ciudad que poco a poco va creciendo de manera frenética y acelerada, pero que en cada estiramiento ignoran lo que antes ahí había. Afortunadamente existe la organización ambientalista “Haz tu mundo verde”, en cooperación de todos los vecinos de las lomas El Mirador, se encargan, contra viento y marea, de preservar ese mágico lugar oculto por el tiempo y también por sus autoridades, limpiando la zona de desechos, llenándola de color, y sobre todo difundiendo para que no solo los vecinos de San Juan de Lurigancho (SJL), sino también turistas nacionales y extranjeros, vayan a conocerla.

Durante mi última visita a las lomas tuve la oportunidad de conversar con Jorman Cabello Arzapalo, director general de la organización ambientalista, quien muy amablemente me contó sobre la historia del distrito, el compromiso que tiene por conservar las lomas, y los proyectos a futuro que se vienen, eso sí, todo a favor del propio vecino luriganchino.

En primer plano, Jorman Cabello, y de fondo el distrito de SJL.

Desde lo alto de una gigantesca piedra, donde se ubica uno de los extremos del puente colgante que puede ser disfrutado por todos los visitantes, Jorman nos ve subir con esfuerzo la gran escalinata colorida construida por todos los vecinos. Ya en el primer punto, nos va explicando la importancia que tenía ese pasaje natural en la antigüedad, sobre el paso de los chivateros, las huacas olvidadas por el Ministerio de Cultura pero que antes eran centros administrativos, religiosos, o de recolección de los Rurincancho; el esfuerzo que viene realizando, junto con historiadores, antropólogos como Julio Abanto, y muchos ambientalistas en dotar de identidad al nuevo habitante de SJL, haciéndoles conocer la historia del distrito para que de alguna manera se vayan borrando prejuicios.

Así como las lomas de Lachay (Huaura) o de Lúcumo (Pachacamac), las lomas El Mirador (ubicada entre el límite de SJL y El Rímac) ofrece un día lleno de aventura y deporte extremo, pues los visitantes pueden realizar una buena y extensa caminata por las lomas, apreciando el atardecer durante la temporada de verano o caminando entre la vegetación en invierno, para luego animarse a cruzar por el puente colgante; o para los más intrépidos también existe la opción de hacer rapel.

Para llegar a las lomas El Mirador el visitante puede bajar en la estación del tren ‘Los Postes’ y de ahí tomar una moto que les lleve hasta la misma puerta que da inicio a la caminata, en el pueblo joven Nuevo Perú. Para mayor información y reserva de entradas para una visita guiada al número: 977 694 111.

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Cultura

Exposición “El árbol de la muerte” de Hugo Salazar Chuquimango

La muestra del artista Hugo Salazar Chuquimango conformada por una pintura de 120×120 cms. y dibujos con los personajes que la habitan, se presentará del 26 de abril al 30 de mayo. Ingreso libre.

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La exposición “El árbol de la muerte” consta de una sola obra pintada al óleo y doce trabajos de pequeño formato en técnica mixta. La obra principal da título a la exposición y representa en cierta medida un develamiento simbólico sobre la idea de humanidad. La muestra busca documentar, mediante fragmentos ilustrativos, partes importantes para la construcción de esta única obra pictórica.

Hugo Salazar Chuquimango explica sobre esta obra que tiene una carga fuerte en simbología. “En este caso, empezando por un recorrido serpenteante que encapsula su narración iconográfica. La comunión con el árbol invertido contiene imágenes arquetípicas, ramificadas como en la estructura mental, a partir de experiencias personales y que se comparan con elementos universales”.

Asimismo, el artista toma el siguiente escrito del psicoanalista suizo Carl G. Jung:  “El árbol representa la evolución de las fases del proceso de transformación y sus frutos y flores significan la coronación de la obra”, como base teórica y fuente de inspiración para esta exposición individual que culmina un proceso creativo que inició en el año 2019 con la muestra “El árbol de la vida”.

Por su parte, Fernando Torres anota: “El surrealismo que identifica el trabajo de Hugo Salazar se remonta al 1,500 cuando Hieronymus Bosch producía universos de personajes oníricos, cuyo simbolismo constituía un desafío. Con ese referente consciente o inconsciente, ha desarrollado un lenguaje similar que se puso de manifiesto en El árbol de la vida y ahora el de la muerte, dos condiciones inexorables de la existencia”.

La muestra podrá ser visitada del 26 de abril al 30 de mayo en oficinas de Viajes El Corte Inglés de Miraflores (Av. Angamos Oeste 624). El horario de visita es de lunes a viernes de 9 a.m. a 6 p.m. y sábados hasta las 2 pm. El ingreso es libre.

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Cultura

Editorial Caja Negra: escritores responden a las declaraciones de Claudia Ramírez

Los más de 30 autores perjudicados le responden a la dueña de la editorial.

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El caso de la editorial Caja Negra continúa sin resolverse, son más de 30 escritores que denuncian el incumplimiento de contrato y deudas por regalías. En nuestro informe anterior titulado “Más de 30 escritores denuncian a editorial Caja Negra” publicamos las dos versiones de las personas implicadas, tanto de los denunciantes como de la denunciada Claudia Ramírez Rojas, dueña de la editorial peruana que ya lleva 13 años en el mercado.

Ayer se comunicaron con Lima Gris representantes del grupo de escritores que han hecho pública su denuncia en redes sociales, ellos señalan que algunas de las respuestas que ha dado Claudia Ramírez y que fueron publicadas en el informe pasado, no son ciertas. Por ello, nos enviaron un comunicado donde refutan la versión de la directora de la editorial Caja Negra.

Aquí el comunicado:

“Nosotros los 30 autores perjudicados por la editorial Caja Negra queremos refutar lo que dice Claudia Ramírez, dueña de la editorial, y reafirmar los puntos que estamos reclamando.

  1. Claudia dice “Esto que ha sucedido es muy puntual y coyuntural”, pero hay casos anteriores al 2020.
  2. Claudia muestra un tono conciliador, pero ya antes ha dado cronogramas de pagos y cartas de compromiso. No los ha cumplido.
  3. Sobre el incumplimiento de impresión dices “pero también en el contrato hay plazos, hay tiempos”. En tus contratos no los hay y es por eso que Pedro Barreda y Gonzalo Franco aún no ven sus libros. Vienes prometiendo el registro en la Biblioteca Nacional del Perú desde enero, hay chats que lo demuestran.
  4. Estamos reclamando los pagos de regalías de 29 autores. Solo para 10 autores (los representantes) el monto suma S/. 22 454. y S/. 23 820 en aportes iniciales.
  5. Pedimos transparencia en los procesos de la editorial Caja Negra. Hay casos de incongruencia en los reportes de ventas, las ventas declaradas no corresponden con lo reportado por librerías como El Virrey y Communitas.
  6. Al momento de rescindir contrato, una de las autoras menciona que esperaba le devuelvas el 50% de ejemplares impresos que le correspondía según contrato inicial. Sin embargo, le has devuelto un número escaso de ejemplares, dando a entender que nunca se imprimieron los 1000 del tiraje acordado.
  7. Karem Fernández-Dávila te reclama poco más de 300 libros y solo 1938 soles. Y aún así, no puedes cumplir con prontitud. Tampoco puedes entregar libros sobrantes (contemplados en los contratos) como muestra de voluntad. ¿No están impresos?
  8. Hoy, 22 de abril, vemos tu tono conciliador, pero viene con trampa: cláusulas de confidencialidad. No las aceptamos.

Está bien que señales a las librerías. Queremos una reforma editorial. Queremos más poder para el autor. Queremos la potestad de corroborar tus simples reportes de ventas con el historial que nos entreguen las librerías. Y que esa potestad la tengan todos los autores. Basta de vivir de confiar, sea la editorial que sea.

Por ahora, queremos que muestres voluntad para los pagos. Nosotros estamos dispuestos a escuchar, pero no aceptaremos cronogramas extenuantes. Sin una muestra de tu buena voluntad, es difícil que te creamos. Como Heiner Valdivia, a quien le escribes luego de dos años para resolver su situación. Queremos una muestra de tu sinceridad, como la devolución de los libros sobrantes (los cuales ya deberían estar impresos). Dejamos clara nuestra postura hacia una conciliación, pero con demostraciones de esa buena voluntad”, se lee ene el comunidado.

Efectivamente, como mencionan los autores perjudicados, los contratos que hemos revisado no tienen fecha exacta para la impresión de los libros realizados por la editorial Caja Negra. Y como señalan los escritores, hay casos que ya llevan varios años como el del escritor Heiner Valdivia Rodríguez.

Este delicado tema se podría convertir en un asunto penal, debido a que los autores vienen evaluando denunciar a la editorial Caja Negra por presunta estafa.

Como señalan los escritores perjudicados: “Queremos una reforma editorial. Queremos más poder para el autor. Basta de vivir de confiar, sea la editorial que sea”. Ante este hecho no se ha pronunciado la Cámara Peruana del Libro (que organiza la FIL de Lima) ni el Ministerio de Cultura. Mientras tanto, lo único que reciben los más de 30 escritores afectados, son solo promesas.

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Cultura

Lima 13, Voz Propia y Carlos Compson encabezan el festival Lima New Wave 2024

¡Prepárense para una inmersión total en las profundidades de la oscuridad musical! El Festival Lima New Wave está a punto de abrir sus puertas el próximo 30 de abril en el emblemático escenario de Yield Rock, situado en Plaza San Martín.

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En esta edición, Lima New Wave convoca a los más destacados exponentes de la escena oscura de Lima. Desde los icónicos Voz Propia, Lima 13 y Carlos Compson, el cartel rebosa con nombres que han marcado la pauta en la música underground. ¿Estás listo para sumergirte en las corrientes sonoras más intensas de la ciudad?

Pero Lima New Wave no se detiene en la nostalgia del pasado; también abre sus puertas a las nuevas promesas del género. Bandas como Último Refugio, Góngora, La Reina de los Condenados y Jardín Nocturno, estos últimos provenientes de la ciudad de Huancayo, emergen como heraldos de una nueva era en la escena dark, aportando frescura y vitalidad a este universo sonoro.

El escenario de esta experiencia única será el icónico Yield Rock, ubicado en Carabaya 815, Plaza San Martín. A partir de las 8:30 pm, el lugar vibrará con la intensidad de las guitarras distorsionadas y las letras que exploran los rincones más oscuros de la psique humana, creando una atmósfera inigualable de misterio y energía.

La venta de boletos se lleva a cabo exclusivamente a través de WhatsApp, en el número 948 143 275. ¡No pierdas la oportunidad de sumergirte en el Lima New Wave 2024 y descubrir los matices más profundos de la música alternativa!

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Cultura

En el punto inmóvil del mundo que torna: Entrevista a la poeta arequipeña Patricia Roberts

Una entrevista de Carlos Rivera

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¿Dónde nace tu poesía?

Creo que yo escribía sin saber que estaba escribiendo poesía o literatura; en el colegio me fascinaba cuando nos enseñaban los clásicos de la literatura y cosas de esas. Pero también por mi tía que era escritora, la menciono en la biografía, esa tía que está en la foto. Ella escribía poesía incluso me hizo un soneto que está en la biografía.

¿El nombre de tu tía?

Lili Roberts, hermana de mi papá.

¿Cuáles son aquellos, elementos, materiales o espirituales que fluyen en el instante que te dispones a escribir?

Los sentimientos.  Primero tienes que tener un sentimiento y luego dices: “lo voy a plasmar para que no se me escape”.  Porque la inspiración llega y se va. 

Te sometes a los sentimientos…

Sí. Yo me someto.

Una vez que sé que voy a escribir un poema y que sé que ya está fluyendo. Me gusta mucho trabajar el lenguaje. No, no escribo y lo dejó, no. Busco que haya ritmo, musicalidad, corte de línea, experiencia directa. Casi obvio los artículos y las conjunciones. Uso el corte de línea como puntuación o como respiro.  Todo eso sí me gusta mucho. Tengo un pequeño ensayo que se llama Tallando palabras…está en mi libro Esencias.

¿El tiempo en la experiencia de un poema?

Nunca se sabe. Prefiero escribir muy temprano en la mañana. Yo no escribo muy largo. Casi todos mis poemas son cortos porque estoy muy influenciada por el idioma inglés, el inglés es mucho más sintético que el castellano. Tiene tres veces más palabras que el castellano por eso puedo ser más exacta. Para decir lo mismo en inglés solamente decimos una palabra; en el castellano vamos en círculos hasta que llegamos por fin a lo que queremos decir. También me gusta mucho la poesía china, que es muy directa y muy sintética. Claro que la leo ya traducida.

¿Cuánto influyeron tus padres o familia en tu obra literaria?

Mi papá tenía mucha afición a la poesía. Él había estudiado en Inglaterra entonces nos recitaba en inglés. Nosotros no entendíamos nada, pero nos encantaba y él nos contaba cuentos.  Mi mamá no.  Al menos no tengo ese recuerdo de ella. 

¿A qué edad aprendiste inglés?

Al terminar el colegio. Bueno tenía una base, pero no podía leer. Me mandaron a Inglaterra, a un internado cuando tenía 17 años.

¿Esa condición transcultural modeló tus intenciones creadoras?

Me imagino que sí pero no conscientemente. Cuando cumplí 15 años me regalaron un diario. Entonces dije: “Ahora sí, voy a escribir todo lo que me pasa”, la ilusión de la adolescencia. Yo me acuerdo de que en los veranos en Mollendo escribía cuento, no sé dónde estarán, luego en Inglaterra tenía mi diario y escribía todos los días.

¿Qué es para ti un poema?

Es la experiencia directa de una emoción.

¿El poeta nace o se hace?

Yo creo que las dos cosas son necesarias.  Sí, claro, parece que los genes ayudan, hay muchos poetas que tienen el apellido Valcárcel y Ureta y los dos son apellidos de mi abuela paterna. Amigos que son genealogistas me han dicho que solo uno de cada apellido llegó a América desde España. Todos los que se apellidan Valcárcel y también Ureta somos parientes. La mamá de Mario Vargas Llosa también era Llosa Ureta. 

¿El artista o el creador siente de manera distinta la vida, el entorno o la capacidad de contemplación de las circunstancias? ¿No es lo mismo para una persona común y corriente cuando contempla el horizonte? ¿o cuando el poeta contempla esos elementos los transforma? ¿cómo funciona en ti la contemplación?

Eso de la contemplación me gusta mucho. He llegado   a tal punto ahora que ya no escribo tanto porque la experiencia está más allá de las palabras.  Entonces eso ya te llama, nada más, al silencio y a disolverte como me ha pasado algunas veces, contemplando el mar que me gusta tanto, después me pregunto: “¿qué ha pasado?”, “¡yo soy la ola!” Yo me convierto en el océano. Ante esa contemplación es muy difícil poner palabras, claro, estoy tratando…

¿Qué autores o autoras forjaron tu carácter literario?

Me matriculé en Estados Unidos para aprender a escribir en inglés. En la clase de una poeta americana bastante conocida, Cynthia McDonald’s, ella fue mi profesora y una de las que me influenció. Después está mi amiga Lorraine Pouncey, ella también era poeta y me influenció, me enseñaba, era mi maestra. Me gustaba tanto T. S. Eliot y Rainer Maria Rilke, así como Mary Oliver, todos ellos me encantan hasta hoy día.  Después una poeta de Houston, extraordinaria que nació con parálisis cerebral y no podía expresarse. Pero, de alguna manera su papá le regaló una máquina de escribir de esa época y con toda su tembladera comenzó a escribir. Yo la leía en Houston, poemas preciosos, espirituales también que me gustaron mucho Siento por eso que tengo influencia de Vassar Miller de Houston.

¿Cómo concilias en tu mundo y en tus obras las herencias culturales de lo andino, europeo y americano para que no se confundan al momento de sentir la esencialidad de los versos?

Eso es lo interesante. Si entras profundamente dentro de ti encuentras que todos somos uno. La visión andina es mística, es natural, es totalmente recíproca.  Y eso es lo que he aprendido en el taoísmo y en la tradición occidental/cristiana. Me siento feliz de que las dos esencias con las que más me identifico me ayuden a seguir viviendo plenamente, porque tú sabes lo que dije en el TEDx.   que debemos encontrar nuestro “gozo más profundo”. Una vez que lo encuentras emerge tu agradecimiento por vivir la vida, pero siempre con naturalidad, sin forzar…

Porque no veo en ti un carácter nacionalista, errante, sin perspectiva y ninguna cicatriz de resentimiento.  Entonces por eso la pregunta de cómo conciliar cuando en estos tres espacios (andino, americano y europeo) que ostentan sus propios territorios culturales, prejuicios, taras, procesos históricos distintos. ¿El arte te ha ayudado a disolver esas cuestiones?

Yo creo en la libertad. En Houston en una época fui parte de un grupo anarquista porque realmente yo soy bien rebelde y yo escojo, no me gusta que me impongan y dentro de lo que yo escojo no escojo pues los prejuicios. No estoy de acuerdo con que haya racismo, por ejemplo.  Me parece que dentro de lo que busco yo quiero que todos seamos hermanos y yo lo siento así.

¿Cómo resumirías tu obra literaria?

Mi obra literaria es la expresión de mi gozo más profundo.

Para mi escribir un verso es decir guau ya lo pude expresar. Estoy más en el silencio que en las palabras. Es un gozo profundo y yo digo “que bien.” Es como si tuviera una botella de champán adentro que me está haciendo cosquillas con sus burbujitas. Me gusta mucho integrar el cuerpo, he tenido traumas de niña y repelía mi físico porque era mujer y las mujeres éramos la tentación de los hombres así era como yo me crie. La espiritualidad que me enseñaron no era una celebración del cuerpo. Por eso aprendí Taichí que me reconcilió con mi cuerpo. Siempre empiezo mis prácticas espirituales con la integración del cuerpo, luego de las emociones y la mente. Porque somos tres unidades en uno. Me gusta mucho bailar, lo cual no lo sabe nadie. Yo bailo todos los días…

¿Todo tipo de música?

Según el humor. Me gusta mucho bailar samba, salsa, pero a veces me pongo a bailar a los clásicos. Hoy en la mañana estuve bailando a Tchaikovski su overtura 1812, estuvo súper. Me encanta, me encantan los cañonazos te ayuda a desahogar. Todos los días salgo al jardín. Mis vecinos dirán: “quien será esa loquita que sale todas las mañanas”.  Esto es parte de la disciplina del Taichí, porque yo me concentro en mover las energías que dan vida a todo mi cuerpo y desbloqueo mis represiones con los sonidos curativos, eso lo hago al ritmo de la música que he escogido.

Morgan Freeman decía en una comedia americana, haciendo el personaje de Dios, que iba a crear un nuevo mandamiento: el mandamiento del baile.

Qué bien, aunque no me gustan las imposiciones. Cuando alguien viene (porque yo soy acompañante espiritual, estudié religión con esa especialidad) les digo:” ven a conversar conmigo y vamos a ver.” Luego les pongo música y les digo: ahora báilame lo que me estás diciendo.  Eso es una manera fantástica de empezar. Realmente ayuda. Vivimos muy controlados, reprimidos. La palabra control a mí no me gusta.

¿Todos pueden escribir poesía?

Depende si tienen amor en su corazón.

¿Cómo una condición?

Digamos que a mí me gusta la poesía que tiene emoción y puedes no hablar de amor, puedes no mencionarlo, pero lo sientes, hay una fuerza en las palabras que te emociona.

¿Tu obra, es mística, instintiva o vitalista?

No me gustan las etiquetas. Yo diría que es la experiencia directa puesta en palabras, técnicamente busco que tenga ritmo, que tenga metáforas, cortes de línea, bueno, juego pues.  Por eso digo Tallando las palabras.

¿Y esa “experiencia directa” puede ser cualquier tema, circunstancia u objeto?

Claro. Estamos vivos.

No necesariamente un conjunto de cosas que siempre te han perseguido.

No. Claro que a mí me gusta mucho el mar y me gusta mucho la naturaleza. 

¿Qué es para ti la espiritualidad?

¡Estar viva! Sentirme viva en cuerpo, emociones y mente.  La espiritualidad, es ese gozo profundo de sentirte vivo. La idea es desbloquearte. Mucho del problema, es que quieres controlar, no confías en ti, tienes miedo, ¿a qué? estás bloqueándote. Lo que tienes que hacer es no controlar sino entregarte y si lo que deseas es auténtico serás parte de la energía del universo y sentirás tu gozo más profundo ayudando de paso a que este mundo alcance su propósito.  Por eso decía yo anarquismo, pero el anarquismo   tiene también mal nombre depende del grupo que lo define. 

Me gusta mucho la fe-no-me-no-no-lo-gía.  Estudié a Husserl, Merleau-Ponty y Schutz. Siempre considero las reducciones. En una conversación, tú dices eso y cuál es el contexto en el que lo dices.  Para poder tener experiencia directa tienes que considerar que tu lenguaje ya está condicionado por una cultura y está condicionado por tu nivel de instrucción y tu nivel socioeconómico.  Yo no sé cómo nos podemos comunicar porque hay tantas reducciones para llegar a la experiencia directa. Y para la experiencia directa tienes que haber considerado todos los prejuicios con lo que has pronunciado las palabras.

Veo que esa “experiencia directa” de tu poesía sintoniza con una huella de formación académica.  Claro que tú no impones ese conocimiento, si no que le das una utilidad de insumo para decodificar cosas. Cuando el poeta o escritor tiene formación académica pretende también qué esos elementos de saberes fluyan en sus versos.  Entonces tenemos un poema como una especie de arquitectura sin sentimientos.

Quieren dictar cátedra disimuladamente.  Bueno ahora se estila escribir de esa manera coloquial.

¿Es para ti importante el ritmo?

Sí. No todos los poemas tienen que sonar. Así me gustan, pero no los busco necesariamente. Sucede. Como que me dictan o ese que me dijiste que te gustó:

Una tarde tibia

mientras caminaba.

Vi caer las hojas

de aquel árbol viejo.

Las hojas caían

de multicolores

Todas ya sin vida

Sobre el pasto seco.

El árbol maduro

Perdió su vestido

Una tarde tibia

Llena de colores

Tomado de Chipping Stone(1982)-Roberts, Patricia. Houston, Texas.

Eso me salió casi sin tocarlos o retocarlos. Pero siempre retoco y retoco. Cómo dicen: “El poeta nunca termina, solo abandona”.

¿Qué significa para ti el aprendizaje de la filosofía oriental?

Muchísimo. A mí me salvó la filosofía oriental porque estaba totalmente mentalizada con las reglas, la condenación y los dogmas. Comencé a darme cuenta de que yo tenía opinión, también. He ido estudiando, me gustan mucho las religiones del mundo saber cómo ha sido la búsqueda a través de la historia.

¿En qué momento se catapultó ese proceso?

Desde que viajé a Estados Unidos. Cuando me puse a estudiar y el trabajo interreligioso que tuve. No hay caso, hay que estudiar, es muy importante, aunque sea autodidacta. Que busque maestros. No tienen que ser maestros en persona puede ser maestros de autores.

En tu obra no hay monstruos, tragedias del alma, seres atormentados o con delirios metafísicos. ¿Cómo superas los miedos y los pesares que todo ser humano tiene?

Dándole la cara. Ya tengo tantos años. He pasado por las etapas de ir buscándome y buscando lo que busco. Me di cuenta de que apenas se me bloquea la energía vital de la danza hay que mirarlo.  Dicen que cuando tenemos pesadillas, si miras al monstruo se va, se asusta.  Incluso nosotros nos asustamos más con lo que nuestra imaginación nos va diciendo que con la realidad.  Entonces más o menos ahí es donde estoy.

Esos temas recurrentes en los poetas malditos como la muerte, la soledad…

Son momentos en los que reflexiono. Algo que me enseñó uno de los maestros que no está presente, pero lo leo, es que siempre, aún en lo más feo, siempre hay una oportunidad.  Entonces, qué horrible lo que está pasando, pero ahí tenemos la oportunidad, le das la cara y dices: mi oportunidad es no darle bola, por ejemplo.  Es como estar bailando alrededor, como en aikido   Eso me encanta porque es el Taichí de a dos. Unes tu energía a la del que te quiere atacar para que se caiga nomas. Tú sabes, le bailas.  

Necesitamos el cuerpo y el alma. Todos tenemos esa energía vital la poesía que me hace feliz y me gusta leer.

¿Un poema que te queme el alma?

Siempre el sufrimiento es parte de la pasión. Por eso la palabra pasión viene de sufrimiento, pero también es energía vital, éxtasis. Pero no necesariamente todos los poemas van a ser apasionado. Tienes poemas más tranquilos.  El libro ese que he escrito sobre sabiduría es muy taoísta porque yo lo he reinterpretado a  Lao-Tse. Es filosófico.

¿Y qué verso o frase te acompaña?

Se ha vuelto como mi mantra: “Tu gozo más profundo”. Para poder tener tu gozo más profundo entras hasta el fondo de   tu esencia y les das la cara a tus monstruos.  Porque si no que ando de buena energía la lluvia me vuelto muy física. A mí me interesa muchísimo tener la armonía con mi cuerpo. Un verso de T.S. Eliot “La rosa tenía el carisma de haber sido mirada” También dice: “En el punto inmóvil del mundo que torna, ahí está la danza y solo la danza”.

¿Qué consejo compartirías con las nuevas generaciones de poetas o escritores que ven en ti una voz de paz, equilibrio y creación?

Que busquen su esencia. Que pasen un poco de tiempo en el silencio. Si no te paras a decir dónde estoy, quién soy y cómo siento mis pies aquí y ahora, estás fuera de ti.  El mundo nos saca mucho hacia fuera.  Y todo el tiempo estamos buscando distracciones, porque no quieres mirar tus mounstritos. Lo mejor es empezar por limpiar tu casa. Es un movimiento de Taichí dices guau, abriendo los brazos sacando afuera todo lo que tienes adentro, lo miras acá afuera, y luego lo regresas adentro y empiezas a limpiar, a trabajarlo.  Nos ayuda a no proyectar en otros esos mounstritos que son nuestra sombra Es tu jardín interior que no ha sido cuidado. La idea es sacar todo eso para conocerlo y empezar a limpiarlo.

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Cultura

Más de 30 escritores denuncian a la editorial Caja Negra

Autores señalan a la directora de la editorial, Claudia Ramírez Rojas, como la responsable del incumplimiento de contratos de la publicación de libros. Además, la acusan de deberles miles de soles por venta de sus libros y por regalías. Tras estas graves acusaciones, algunos escritores vienen evaluando denunciar penalmente por presunta estafa a la editorial. Conversamos con Claudia Ramírez y esta fue su respuesta.

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Hace dos semanas, algunos escritores utilizaron sus redes sociales como Facebook y Tik Tok para denunciar a la Editorial Caja Negra por incumplimiento de contrato, deudas por venta de libros, publicación con errores ortográficos, falta de pago de regalías y por presuntos reportes falsos de venta. Los autores son hombres y mujeres de distintas ciudades del país que confiaron en la editorial para realizar la publicación de su libro. Algunos pudieron ver su obra impresa, pero otros, como el escritor Gonzalo Franco, siguen esperando por más de un año la impresión de su libro.

“Hace más de un año firmé contrato con la Editorial Caja Negra, para la impresión y publicación de mi obra que hasta el día de hoy no sale a la luz. Además, les hice un pago de S/ 2480 soles”, señala Gonzalo Franco en un video que se viene viralizando en las redes sociales.

Una de las primeras personas en hacer pública su denuncia contra la Editorial Caja Negra, fue la escritora Paola Ortiz de Zeballos, autora del libro “Mamá también se equivoca”. La escritora denuncia un incumplimiento de pago: “la editorial me debe S/ 2480 soles por regalías desde el año pasado”, apunta la autora.

En las redes también encontramos la denuncia de Jossibell Lema, quien cuenta que hace un tiempo decidió publicar con la editorial Caja Negra, pero tras los incumplimientos señala que ahora la editorial eliminó su cuenta de Facebook y solo mantiene su perfil en Instagram pero con la sección de comentarios bloqueado.

Leman cuenta que le otorgó plazos para los pagos a Claudia Ramírez pero estos no han sido respetados.

Otra de las escritoras afectadas que levantó su voz para señalar a la editorial, fue Milagros Villalta, autora del libro “Las emociones de Juan”. Ella denuncia que Caja Negra le debe un total S/ 7460 soles por sus libros. En el grupo de denunciantes también aparece la escritora Fiorella Rusca, autora del libro infantil “De la tierra al mar”, quien reclama una deuda de más de S/ 3000 soles por regalías, pero, además, detalla que la editorial no cumplió con la publicación de los 1000 libros, según lo establecido en el contrato.

En el video que viene circulando en redes sociales, también el escritor Keni comentó que Caja Negra le debe S/ 1,616 soles en regalías. De la misma forma, la escritora Marixú Chocano, acusa a la editorial de haber ruleteado su dinero y que su libro se publicó con faltas ortográficas. Desde Arequipa, otra de las escritoras perjudicadas es Karen Fernández Dávila, ella cuenta que Caja Negra le debe S/ 1938 soles en regalías y la devolución de 386 libros. A estos nombres se suman también los escritores Mariano Amezága, Max Aguirre Rodríguez, Heinir Valdivia, entre otros.

En total son más de 30 autores que han tocado una de las problemáticas más frecuentes de las llamadas editoriales independientes. Caja Negra no es la primera editorial ni será la última en ser denunciada. En el pasado, editoriales como Estruendomudo también ha tenido cuestionamientos. Lo sucedido actualmente con la editorial Caja Negra, responde a la cadena productiva y comercial del libro, ya que hay muchas librerías que no cumplen con los pagos a las editoriales, pero, también, muchos editores, o mejor dicho, impresores, que han encontrado una forma de vida en el paupérrimo mercado editorial, donde se publica cualquier cosa por dinero.

@karemfdb

EditorialCajaNegra Escritores Denunciapública Autores ClaudiaRamírezRojas

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Los autores piden respeto, justicia, devolución de su dinero y sus libros. Todos responsabilizan directamente a la directora de la editorial, Claudia Ramírez Rojas. Ante la cantidad de afectados buscamos a la dueña de la editorial para recoger sus descargos sobre la cantidad de denuncias en su contra. Luego de varios días nos comunicamos vía telefónica con Claudia Ramírez, y estas fueron sus respuestas ante nuestras preguntas.

Claudia Ramírez, directora de la editorial Caja Negra.

Hay autores que denuncian que la editorial Caja Negra no ha publicado su libros, otros reclaman la falta de pago de regalías ¿qué nos puedes decir sobre eso?

Lo que ellos han mencionado es un tema que pasó este fin de semana, y yo ya estaba en contacto y sigo en contacto con cada uno de ellos. Estoy conversando, conciliando y llegando a una solución. Soy una persona que habla directamente con cada uno de mis autores. Nosotros tenemos ya trece años en el mercado, y esto que ha sucedido es muy puntual y coyuntural. Esto no es algo que se vaya arrastrando todos estos años. Muchos factores han llevado a esta situación, pero yo apelo siempre a conversar. Si bien cada caso tiene cierta similitud, cada autor es particular. Acá se quiere llegar a una solución, yo quiero en realidad seguir con la editorial, mi intención es sacar adelante mi empresa, por eso estamos en búsqueda de soluciones.

Pero tras esta ola de denuncias uno se pregunta ¿qué pasó en Caja Negra?

En realidad, yo defiendo mucho la libertad de expresión. Si bien yo había conversado con ellos antes que salga todo esto, igual optaron algunos de ellos por hacer un video y todo esto. Ellos son libres de decir lo que quieren o expresarse de la manera que desean. Todo es una cadena, una cadena que llega a este ecosistema de los libros, desde el pago de librerías. Son muchos factores en realidad. Esto poco a poco se ha ido acumulando y ya no se ha podido sostener. Sin embargo, siempre tiene que haber un corte, nosotros como editorial desde hace unos meses hemos hecho una pequeña pausa para una restructuración, antes yo veía todo muy sola, entonces, ahora ya me apoyo de más personas en la parte administrativa y también en las finanzas.

Entonces, ¿reconoces que esas denuncias contra Caja Negra y tu persona son reales?

No todas, como te digo, cada caso es diferente, por eso es que me tomo el tiempo de hablar con cada uno de ellos. Se pueden decir muchísimas cosas, yo entiendo eso, pero yo no voy a salir a un tema público ni nada de eso, yo apelo siempre a la conversación y a llegar a acuerdos. Siempre he sido así y por eso no voy a cambiar.

Conozco el mundo editorial, en el tema de los autores que denuncian que no se les ha realizado el pago de regalías o la venta de sus libros creo que ahí es importante señalar que muchas librerías no pagan, por ese lado hay una responsabilidad compartida, pero en el incumplimiento de la impresión de un libro la responsabilidad es directamente de la editorial ¿qué pasó ahí?

Creo que no soy la única editorial que pasa por estos problemas de la cadena, pero también en el contrato hay plazos, hay tiempos. Yo apelo mucho al lado humano de cada autor. Como siempre he dicho en las presentaciones, nosotros no estamos vendiendo cualquier producto, el libro es un producto sensible, y toda la cadena que conlleva a que el producto llegue a su lector también lo es. Por eso apelo al lado humano, a que podamos llegar a solucionar conversando sin llegar a más cosas. Igual si es que no se llega a un acuerdo ver la manera como llegar a una solución tanto para el autor como para la editorial. Lo que quiero es seguir trabajando para seguir asumiendo y respondiendo a mis responsabilidades.

Hablaste de la restructuración en la editorial ¿esto implica hacerte responsable de subsanar las deudas pendientes con los autores?

Por supuesto, soy una persona que siempre me he caracterizado por dar la cara. De repente hay épocas donde hemos sacado muchas publicaciones y no se ha podido dar quizás un tiempo debido a cada publicación, también de eso se aprende, por eso que ahora hemos tomado una pausa y por eso que se ha planteado la restructuración. Si nosotros no quisiéramos superar este impase y asumir nuestra responsabilidad, pues haríamos todo lo contrario, pero aquí estoy, te agradezco por darme esta oportunidad de hablar. No estoy saliendo hablar, porque apelo al lado humano, me gusta conversar con mis autores. Así como comenzamos el contrato conversando, así también se debe llegar a una solución.

A mi parecer, también las librerías atropellan a las editoriales e incluso a los propios autores ¿qué piensas de eso?

Definitivamente. Para muchos autores al ver su libro en la librería es algo emocionante. Lamentablemente ese sentimiento se va disipando a la hora de cobrar. Ese es un problema del sector, al menos de las editoriales independientes. Nosotros somos una editorial independiente, pero nos hemos caracterizados por no aislarnos. Sería bueno que el Estado apoye más este sector. Lamentablemente la Ley del Libro se para renovando cada cierto tiempo.

Algunos autores están evaluando proceder con acciones legales contra Caja Negra ¿cómo enfrentará la editorial este tema?

Cada autor es libre de hacer lo que desee, apoyo que el autor pueda plantear todo tipo de situaciones. De hecho, nosotros vamos a responder, somos una empresa. Esto no me lo tomo personal, esto es un tema de negocios, entonces si ellos quieren proceder de manera legal, nosotros también vamos a responder de la misma manera, pero espero no lleguemos a esos términos.

Con todo lo que viene pasando, tener la confianza de nuevos autores va a ser bastante complicado.

Sí, no te voy a negar que se vienen tiempos difíciles, es un tiempo de prueba para la editorial. No tenemos poco tiempo, entonces, también apelo a nuestra experiencia. Los errores no nos definen, de los errores hay que aprender. Aquí estamos nosotros en ese proceso. Como te repito, la restructuración es necesaria y es la manera de como vamos a salir de este momento difícil para la editorial.

Para finalizar, ¿cuál es el mensaje para los escritores que han denunciado a la editorial?

Les diría que pueden conversar conmigo, que me escriban, que vamos a llegar a una solución definitivamente. Quizás no sea la solución que ellos quieran o no sea la solución que yo quiera, pero creo que conciliando y conversando nos vamos a entender. Siempre he dado la cara, me gusta hablar directamente con cada persona.

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Cultura

¡Barranco está de fiesta! Museo Pedro de Osma obtuvo reconocimiento de Unesco como monumento histórico

El museo ubicado en el tradicional y bohemio distrito de Barranco es el primero en obtener el ‘Escudo Azul’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), debido a su riqueza arquitectónica e histórica.

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El Museo Pedro de Osma y los vecinos barranquinos viven una algarabía por haber recibido el prestigioso ‘Escudo Azul’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en reconocimiento al gran valor monumental y arquitectónico de su histórica edificación y a su destacado espacio, como centro cultural peruano.

La ceremonia oficial para la develación del ‘Escudo Azul’ se desarrolló la mañana del jueves 18 de abril, en su única sede, ubicada en la avenida Pedro de Osma 421, Barranco, y contó con la presencia de autoridades de entidades públicas y privadas.

El Museo Pedro de Osma es el primero en el distrito de Barranco en recibir el ‘Escudo Azul’, emblema protector reconocido internacionalmente, establecido en la Convención de la Haya de 1954, que se utiliza “en tiempos de paz como medio de identificación de patrimonio cultural a monumentos y sitios que cumplen con los más altos estándares de preservación y conservación”.

Jardines interiores del Museo Pedro de Osma ubicado en Barranco, Lima-Perú.

En la ceremonia se realizó un recorrido guiado denominado “Camino de fe”, con el curador Javier Chuquiray, donde se presentó una selección de 11 obras maestras del siglo XVII y XVIII, que reflejan la historia, pasión y fe de Cristo, acompañada del repertorio musical del violinista Rafael Fuenmayor y del violonchelista Pedro Dverde.

El Museo Pedro de Osma es una joya arquitectónica en el barrio de Barranco que alberga una extensa colección de arte virreinal, mobiliario de época y arte decorativo. Desde su concepción como una casa de verano por la familia De Osma y su diseño creado por el ingeniero Santiago Basurco en 1906, el museo es testigo de la historia peruana, destacándose por su singular estilo arquitectónico, vitrales art nouveau y elegantes detalles decorativos.

Vista de ingreso en el lado frontal del Museo.

La Fundación Pedro y Angélica de Osma Gildemeister, se encarga de la preservación y promoción del museo y realizan obras sociales en beneficio de niños y ancianos en situación de vulnerabilidad.

Declarado Monumento Histórico y Patrimonio Cultural de la Nación en 1980, el museo está abierto al público desde 1996, exhibiendo la colección más importante de arte virreinal en el país y ofreciendo servicios de restauración de obras emblemáticas.

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Cultura

“El primer peruano”, novela sobre la adolescencia del Inca Garcilaso de la Vega

Novela de época de Ricardo Ráez Reátegui, explora la juventud del más famoso cronista peruano.

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Ha pasado casi un año de la última guerra entre los encomenderos españoles y el Cuzco celebra un Corpus Christi pacífico después de mucho tiempo. En esa ciudad, Gómez Suárez de Figueroa —nombre que tuvo el Inca Garcilaso de la Vega en su juventud— vive con su padre, un capitán español, y trabaja como su secretario. Su madre es una aclla incaica y está casada con un mercader. Gómez monta a caballo junto a sus amigos, participa de las fiestas cristianas y recibe clases de un canónigo español. A pesar de que su progenitor no ve con buenos ojos que visite a su familia materna, Gómez hace todo lo posible por compartir tiempo con ellos y ser parte de las celebraciones incaicas.

Así transcurre la primera novela de Ricardo Ráez Reátegui: «El primer peruano». Este nuevo título de Maquinaciones se presentará el jueves 18 de abril, a las 7.00 p.m., en el bar Estación8 (Vivanco 415, Pueblo Libre), con los comentarios del antropólogo Rodolfo Sánchez Garrafa, la escritora Becky Urbina y el editor José Donayre.

«El primer peruano» describe la vida de Gómez entre esos dos mundos y toca clásicos temas juveniles como el amor, las diferencias de clases sociales, la amistad y las complicadas relaciones familiares, entre otros. «El primer peruano» fomenta el interés por la historia del Perú y España en la época de la conquista y es un estimulante para la lectura de las obras de Garcilaso.

Ricardo Ráez Reátegui (Lima, 1975) es investigador y periodista. Ha escrito el libro de relatos «Torino» (Maquinaciones, 2021) y «El primer peruano» es su primera novela. El autor ha usado las obras del Inca Garcilaso para recrear cinco días de la adolescencia del cronista, y considera que el cronista cusqueño transmite los valores de un pueblo solidario, creativo y sostenible. A la vez, «Comentarios reales de los incas» es un libro que cuestiona las crónicas toledanas, historias hechas para justificar la conquista, que pintaban a los incas como tiranos caprichosos.

«El primer peruano» fue una de las obras beneficiarias de los Estímulos Económicos para el Libro y el Fomento de la Lectura 2021, al ser un título ganador del Concurso Nacional de Proyectos de Creación de Obras Infantiles y Juveniles convocado por el Ministerio de Cultura.

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