La llegada del ministro Fabricio Valencia Gibaja al MINCUL, primero generó optimismo de un posible cambio tras la nefasta gestión de Leslie Urteaga. Veinte días después de instalarse en la sede principal del Ministerio de Cultura, el propio ministro Valencia se encargó de esfumar todo optimismo sobre su gestión al designar a funcionarios cuestionados. El primero fue el señor Régulo Franco, designado en el cargo de director de la DDC de Cusco. Resulta que este personaje apareció días antes en un video en presunto estado de ebriedad en las oficinas del Ministerio de Cultura en Machu Picchu. Un accionar donde habría cometido el presunto delito de peculado de uso. Aquí la fiscalía debería actuar de oficio.
La segunda funcionaria designada por Valencia Gibaja en el cargo de Directora de Abastecimiento de la Oficina General de Administración es Gina Florencia Montecinos Atao, investigada por fiscalía por presunta Colusión y Negociación Incompatible en agravio del Estado, porque habría modificado la forma de pago de los contratos N° 015 y N° 035-2018-Senamhi, incorporando adendas de modificación y trasgrediendo la Ley de Contrataciones del Estado, al haber realizado un pago indebido a un contratista cuando ella se desempeñaba como Coordinadora de Adquisiciones del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI).
¿Qué pasó en estos veinte días? ¿por qué el ministro Valencia comete estos graves errores? Recordemos que antes de llegar al poder, Valencia Gibaja fue un crítico abierto de las negativas gestiones de los diversos funcionarios de Cultura. Incluso, en las diferentes entrevistas que se encuentran grabadas en Lima Gris, su posición siempre fue frontal contra los malos funcionarios y las negativas acciones del MINCUL. ¿Acaso Fabricio Valencia terminó convertido en un alfil manipulable al cual la presidenta Dina Boluarte puede manejar a su antojo?
El otro tema preocupante, es que dio su palabra señalando que no iba a designar a funcionarios cuestionados. Nada de esto ha cumplido, por ello, los trabajadores del sindicato Sitracas de Cusco y de la Federación Frentramic Perú que se reunieron con él, se encuentran decepcionados. Sobre esto, Daniel Estombelo, secretario general de Sitracas mencionó: “Es lamentable la designación de Régulo Franco como director de la DDC. El ministro no tiene palabra”.
Un hombre sin palabra no vale nada. Como dijo Maquiavelo: “Dale poder a un hombre y lo conocerás”.
(Columna publicada en Diario UNO)