Una vieja marinera interpretada por Luis Abanto Morales, proclamaba entre sus letras el orgullo de ser un “trujillano de pura cepa.” Y muy acordes son esos clichés populares que califican a esta cálida tierra norteña como “de la eterna primavera” o el lugar “donde nació Dios”. Sin ser amiga de este tipo de calificativos, podría decir que Trujillo, es ante todo, una ciudad culta.
Ubicada al norte de Lima, fue sede de la cultura Chimú extendida por el valle de Moche hacia los años 1,000 y 1,200 cuyos rastros encontramos en la ciudadela de barro de Chan Chán y en la fortaleza de Paramonga.
Quizá la época dorada de las letras empezó en 1915 cuando se formó el grupo Trujillo encabezado por José Eulogio Garrido y en el que participaron activamente César Vallejo, Víctor Raúl Haya de la Torre, Alcides Spelucín, Ciro Alegría, Macedonio de la Torre, entre otros.
En 1923 se fundó el diario Grupo Norte, dando lugar a un nuevo grupo literario dirigido por el filósofo y maestro Antenor Orrego. Después de un largo silenciamiento surgió por los años 50 Trilce y en los 80 Literalma, con ducido por el poeta Juan Paredes Carbonell.
En este período de tiempo y antes de llegar al 2000, dos hechos conmovieron la paz trujillana. El encarcelamiento de César Abraham Vallejo desde fines de 1920 por casi cuatro meses, acusado de haber causado desórdenes en su tierra natal Santiago de Chuco.
Y el segundo, como lo calificó el historiador Jorge Basadre “el peor suceso político de toda la historia republicana” o la rebelón popular encabezada por el Apra el 7 de julio de 1932, dejando un saldo de más de cinco mil fusilados en las faldas de Chan Chán.
Reviven las letras
Los tiempos cambian y las modalidades también.
Conocí por los años 70 el intenso trabajo de los estudiantes de Literatura de esa universidad, con ediciones y presentaciones diversas. Posteriormente (en los 90) se creó la Agrupación de Escritoras Norteñas. Su presidenta es la escritora y poeta Dina Amada Sánchez y reúne a exponentes de Cajamarca, Chiclayo y Trujillo.
A partir de los años 2000 y con la inauguración del tercer milenio, apareció una nueva forma de expresión literaria: la microficción a la que se sumaron los escritores especialmente jóvenes.
Uno de ellos es Ricardo Calderón Inca (Trujillo 1986) licenciado en Lengua Nacional y Literatura por la universidad de Trujillo, hizo en la misma casa de estudios una maestría en Lingüística y Comunicación.
Sus textos han sido editados en diversas selecciones y revistas de microficción nacionales y extranjeras, además de publicaciones digitales. Su trabajo ha merecido dos menciones honrosas en el primer y segundo concurso de microrrelatos bibliotecuento organizado por la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional. 2020)
De su biblioteca personal nombramos los textos de Microacertijos literarios (El Orem 2009), Alteraciones (ediciones Orem 2,013) y Grafitos-Quarks-Ediciones digitales.
Conversamos con este joven escritor y profesor a raíz de este último libro, editado on line con una original y bonita portada. Los trece mini cuentos que compendia, son una suerte de ciencia ficción, onirismo, absurdo y animismo popular, escritos con prosa limpia y bien encaminada.
Esta fue nuestra conversación:
1.-Trujillo fue considerada como una ciudad culta por los movimientos literarios que se formaron en su territorio así los grupos Trujillo, Norte y Trilce. Crees que pueda recuperar ese sitial después de décadas de silenciamiento? ¿Cómo es la movida cultural en la actualidad?
Los cuadernos trimestrales de poesía de Marco Antonio Corcuera, el Grupo Norte, el similar Grupo Trilce, Greda, Nuevo Amanecer, Renacer, Literalma, la Horda, Legión, Pluma de Carne, etc. Todos estos grupos literarios tienen una característica común: el entusiasmo por la creación artística. En primer lugar, considero que más que un sitial, el trabajo narrativo y poético en Trujillo no se ha callado a pesar de no pertenecer a un grupo determinado, se sigue creyendo en el oficio de la palabra. En segundo lugar, la movida cultural actual bajo la contingencia, sigue desarrollándose desde nuevas vías comunicativas: las redes sociales. Las herramientas y el contexto para la difusión del arte literario han cambiado, sin embargo, los usuarios de la literatura siguen ahí, persistiendo.
2.- ¿Qué ediciones y qué grupos existen? ¿Y quiénes son sus representantes?
Si hablamos de editoriales que difunden la literatura liberteña, se puede mencionar a Ediciones Orem de Oscar Ramirez, Editorial Trotamundo de Muricio Málaga, Triskel Editores de Paolo Zavaleta, Infolectura de Jorge Tume, Papel de Viento de Alejandro Benavides, Casa Nuestra Editores de Alberto Alarcón, etc. De acuerdo a la contingencia, estas editoriales se mueven a través de las redes sociales, como también es el caso de las páginas Bohemia Liberteña-Revista de Escritores en La Libertad y Paloma Ajena, quienes van publicando eventualmente a escritores de la región.
3.-He rastreado su historia literaria y poética y son pocos los nombres de mujeres que por allí aparecen. Pareciera que a la trujillana se la ha encasillado como intérprete de la marinera y el tondero negándosele cualidades intelectuales, en este caso el de las letras. ¿Cuántas y quiénes son las que destacan? En la nueva generación, ¿cuáles son sus representantes?
Las poetizas trujillanas que reconozco son Dina Sánchez, Karina Bocanegra, Andrea Cruzado, Denisse Vega Farfán, Matilde Granados, Silvana Reyes Vassallo (de Chiclayo, pero su trabajo literario tiene resonancia en Trujillo), etc. Estos datos se pueden contrastar a través del plan lector del docente y escritor Gonzalo Del Rosario, denominado: Literatura Liberteña Contemporánea-Leyendo a la cultura viva de la región.
4.- ¿El título de tu reciente edición GRAFITOS, es una alusión a los graffittis? ¿Por la pequeñez y simplificación que se nota en los microcuentos, tal vez?
Grafitos es mi último trabajo de microrrelatos que pertenece a Quarkz Ediciones Digitales, publicado en abril de 2020. Recuerdo que en esa oportunidad el editor me escribió para preguntarme por el título de mi libro virtual, yo estaba en el bus camino a casa y llevaba un librito de Virgilo Ortega llamado Palabrotalogía, un texto sobre el origen de las palabras malsonantes. En él, el autor habla sobre la gramática de los grafitos y distingue tres temas más recurrentes: políticos, gladiatorios y amatorios. Se me quedó ese término y lo elegí como título de mi libro. Ciertamente tiene que ver con la pequeñez que mencionas, pues mis textos se trabajan desde el minimalismo narrativo.
5.-Dices que los escritores del momento -los más jóvenes especialmente- escogieron la minificción. ¿Supone un cambio de visión? ¿Quizá por la época del rapidismo en que vivimos? ¿Por qué la gente ha perdido el gusto por las lecturas largas?
La celeridad de la vida quizás no impulsa a leer textos breves, pues el tiempo nos queda corto ante tantas actividades académicas, laborales y familiares. El trabajo del microrrelato apunta hacia ese grupo de personas agitadas; sin embargo, la lectura de estos textos breves exige cierto detenimiento para la reflexión.
6.-Encuentro diversas tendencias en tus petites stories como diríamos en francés, pues acudes al absurdo, realismo mágico, ciencia ficción; ¿los cultivas aparte o es solo una recurrencia eventual?
Siempre me han gustado los libros de corte absurdo-ficcional y he trabajado sobre esa base. Quizás se deba a mi primer contacto literario: la oralidad. Las historias que me contaba mi abuela materna sobre duendes, apariciones, demonios, etc. Estos personajes procedentes de la sierra han impactado en mí hasta ahora. Me inicié con cuentos y desde el 2009 comencé a darle forma a mis escritos desde el plano microficcional.
7.-¿Qué les sugerirías a los seguidores del microrelato? Pues no todos disponen del mismo dominio técnico e imaginación creativa.
Les sugeriría tres cosas. En primer lugar, leer y escribir. Más lo primero que lo segundo. En segundo lugar, apropiarse de la brevedad, como mínimo, de tres escritores de microrrelatos. Es decir, indagar sobre su trabajo literario para tenerlos como referentes. Finalmente, vivir, experimentar con nuestra vida y las vidas ajenas. Adueñarnos de contextos físicos para llevarlos al plano ficcional.
8.-Los medios virtuales son un gran soporte para la difusión de las letras en general, ¿crees que primero debiera hacerse físicamente con un texto debidamente corregido o seguir con publicaciones que a veces adolecen de errores?
La corrección de los textos literarios no debe depender del editor o de las herramientas virtuales o físicas. La corrección del texto debe depender del oficio del escritor con el lenguaje. Recordemos que estamos trabajando con la palabra y que tiene un gran poder sobre nuestros lectores.