Acaba de aparecer el sétimo poemario de Renato Sandoval Bacigalupo (Lima, 1957), poeta, traductor (Kafka, Rilke, Södergran, Drummond de Andrade…), editor, gestor cultural y director del Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA), uno de los festivales más gravitantes a nivel nacional y en el extranjero. Se trata de Prooémium mortis (Lima: Petroperú, 2016), que ha obtenido el XV Premio Copé de Bronce y que, según críticos serios y exigentes (Julio Ortega, Ricardo González Vigil…), en su momento los entendidos lo reconocerán como uno de los mejores libros del género publicados en lo que va de este siglo.
En palabras del brillante poeta español Juan Carlos Mestre, cuya presentación expresa en la contratapa de esta obra, leemos lo siguiente: “Un libro inesperado en los horizontes del saber y la promesa, la voz que resume a una generación y prosigue el encargo del irrepetible Moro, las oscuridades luminosas de Vallejo, el radical simbólico con que la inteligencia del relámpago sigue iluminando el retorno hacia la voz sagrada de los dioses huidos.”
Por su parte, la poeta Carmen Ollé, miembro del jurado que otorgó el mencionado premio, pone al descubierto algunos rasgos fundamentales de Sandoval: “Cuando el autor escribe ‘el curvo cielo era la rota sonrisa de la muerte’, se aproxima a la esencia del arte, porque no solo encontramos en ese estupendo verso la impronta de la poética contemporánea, sino que se ‘avanza’ en retrospectiva hacia siglos de poesía escrita que han utilizado el símil, la metáfora, la imagen, el tropo insólito, la inmersión en lo desconocido para conjurar la muerte”.
Y para situar este libro en un contexto metafísico, muy propio de la obra en general de Sandoval, nuestro visionario Enrique Verástegui, expresa: “Cuando todo está en crisis, tanto la económica como la política, donde la persona pierde el sentido y el norte de sí mismo, entonces -y ello conforma la base de toda existencia- la persona, sin más belleza que su ser, se entrega a las delicias del espíritu; esa única forma de dominar el presente, y construirse un porvenir, Por lo mismo, en su último libro, Prooémium mortis, Renato Sandoval-quien, por lo demás, organiza fastuosos recitales de poesía, y dirige la estupenda revista Fórnix- se plantea lo mismo que nos planteamos todos los que escribimos poesía, como los matemáticos: escribimos en honor del espíritu humano. Visto así, Dios y la poesía son necesarios”.
Sin duda, la difusión de este libro dará mucho que hablar.