Nicolás Mezzalira es un ingeniero cultural especializado en la promoción del patrimonio cultural inmaterial. Hace nueve meses fue nombrado por el Ministerio de Relaciones Exteriores como director de la Alianza Francesa de Lima y para dirigir la red de Alianzas francesas de Perú.
La cita para la entrevista fue al mediodía en la sede principal de Miraflores. Hasta ahí llegamos con Johan, que después de los saludos comenzó a disparar con la cámara. La amabilidad y sencillez de Nicolás nos permitió conversar en off record algunos temas que poco a poco fueron saltando en plena entrevista.
Nicolás llegó a Lima con una trayectoria interesante, ya que no solo es especialista en patrimonio inmaterial, sino también un cuentacuentos apasionado por la literatura.
En esta entrevista conversamos sobre la industria cultural, la postverdad, el arte contemporáneo, el concurso Pasaporte para un artista y sobre la proyección cultural de la Alianza Francesa. Además, nos revela algunos nombres de los invitados franceses que nos visitaran en las diversas actividades programas para el 2019.
Antes de llegar al Perú ¿qué conocías de nuestro país?
Yo conocía un poco, porque me tocó trabajar para América Central como agregado cultural, y luego de eso me tomé un año sabático viajando de mochilero con mi esposa, que en ese tiempo era mi novia. Salimos del norte de México y la idea era llegar hasta Buenos Aires, en esa ruta pasamos unos meses por el Perú, entramos por Tumbes y llegamos a Lima, también conocimos Paracas, Nazca y Cusco. Siempre tuve la idea de volver para averiguar un poco más del pueblo peruano, ya que tengo esa idea y un recuerdo de una idiosincrasia fuerte, gente de poder y carácter. Luego de estar por Alemania y regresar a Francia, comencé la cooperación cultural, no tanto para difundir la cultura francesa, sino, hacer trabajo en conjunto, lazos de amistad y de inteligencia. En 2018, se me dio la oportunidad de tomar el timón de la Alianza Francesa de Lima, una de las Alianzas más importantes del mundo, tanto a nivel de actividad cultural y a nivel académico lingüístico.
En estos nueve meses como director de la Alianza
Francesa, curiosamente el tema cultural y el ambiente político está bastante
movido, hemos tenido cuatro cambios de ministro de Cultura.
Sí, así es, pero forma
parte del paisaje, y nosotros tenemos que trabajar con lo que encontramos, no
tanto para lograr nuestras metas, sino para ver como ubicarse y ser útil y
eficaz. Siempre uso esas palabras que no son palabras que se usen mucho en el
ámbito cultural. La idea es dar a conocer lo que se hace en Francia hoy, para
que se arme un diálogo entre artista y público peruano, y nuestras maneras de
sentir y de hacer de Francia. Es decir, tratar de siempre trabajar en
cooperación con las fuerzas vivas peruanas. Eso es el sentido profundo de cada
alianza francesa del país, asociación de derecho peruano, sin fines de lucro,
promocionando el idioma, la cultura, el dialogo y la amistad entre los pueblos.
Tienes bastante experiencia en el tema de políticas
públicas, también eres especialista en el tema de patrimonio inmaterial ¿qué
tienes proyectado en la Alianza Francesa?
Lo primero que hay que
hacer es tratar de dar una continuidad a las políticas, eso me parece
importante. Yo soy cuentacuentos y no por eso voy a traer cuentacuentos todo el
año, no tendría sentido tampoco, ya que depende de lo que le interesa al Perú.
En eso rescatar lo bueno de las gestiones anteriores, eso sí, porque se han
hecho muchas cosas buenas.
Las cosas buenas continúan…
Eso sí. Lo digo por mi antecesor que ha hecho muchas cosas buenas y también de todos los demás, hablo de toda esa familia desde hace 130 años. Creo que la Alianza Francesa es la institución cultural más antigua del país, que fue creada siete años después del almirante Petit Thouars, es una historia larga. Nunca hay que olvidar que una Alianza Francesa es mitad lingüística, académica, pedagógica y mitad cultural, porque nosotros siempre hablamos de cultura, cine, teatro, artes visuales, pero el trabajo importante que día a día hacemos, es también difundir y enseñar el idioma francés gracias a nuestro equipo de docentes. Lo que haremos es seguir con ese enfoque a la creación contemporánea, poner atención en los públicos jóvenes, eso me parece sumamente importante, sobre todo en un país como el Perú, donde la mitad de la población tiene menos de treinta años. Seguimos con los eventos contemporáneos como el Festival de Temporada Alta que tenemos y Pasaporte Para un Artista, el cual este año el tema del concurso se basó en la postverdad. Cuestionar el rol y a la posición del papel del artista.
Sobre Pasaporte
para un Artista, la lectura que tiene un sector, es que el concurso en los
últimos años tiene una fijación y apuesta más por las instalaciones y un arte
contemporáneo bastante cuestionable.
Este año estoy como
jurado (risas), no solo, pero daré mi opinión.
El arte contemporáneo siempre tiene que ser cuestionado como de hecho
cualquier arte. Algunos dicen que después de Duchamps no se ha inventado nada
de mayor relevancia. ¿Cómo superar eso? De cierta forma es cierto que a veces estamos
rehaciendo el mismo gesto y reponiendo el mismo urinario en el mismo museo. Ese
acto fue genial para el siglo XX cierto, pero ahora qué sigue. Estoy convencido
que los artistas peruanos tienen mucho que aportar en ese reto, hasta al nivel
mundial, por ser un país de tanta tradición y de tanta importancia al nivel gráfico.
El tema del concurso que fue la postverdad, tiene
relación también con esto…
Creo que el arte de hoy
tiene que ser contemporáneo, pero más bien el del mañana. Cuestionar también lo
que va a llegar al Perú mañana, y esa postverdad me parece importante. Cuestionar a nivel político también,
pero que sea político en el buen sentido de la palabra – “cuidar la cosa común”.
También conocer qué historias nos pueden contar los artistas. Creo que los
artistas de hoy tienen unas de las verdades de mañana. Los artistas como decía el
poeta Baudelaire, son faros que nos dan un poco de luz a cerca de la dirección
del futuro, y esa intuición de lo que puede suceder solamente lo tiene los
artistas.
¿Qué es lo nuevo que se vendrá para este año?
Tenemos muchas
propuestas en la temporada de artes escénicas y visuales, y vamos a completar
la oferta cultural. Esto no es una crítica a mis antecesores, ya que no se
puede hacer todo al mismo tiempo. Ahora como se ha fortalecido la posición de
la Alianza Francesa a nivel interno, podemos abrir un poco más el abanico de
nuestras propuestas. Se puede pensar en la forma de alcanzar nuevos territorios
y públicos, con, por ejemplo, muestras de cine al aire libre, talleres de
capacitación para jóvenes, debates sobre cuestiones sociales importantes como
la igualdad de género, los derechos de las minorías, la paz y la no violencia,
la protección del medio ambiente, etc. en distritos lejos de nuestras sedes
como Villa El Salvador o San Juan de Lurigancho. También para este año, tendremos
una residencia andina de fotografía francesa en Arequipa, Cusco y Lima. Tendremos
como invitado a Klavdij Sluban, un fotógrafo francés quien es uno de los diez
grandes de hoy. Entre exposiciones y otras actividades de intercambio con el
público, el dará talleres en cárceles en las tres ciudades.
La política de inclusión que vienes realizando con la
Alianza Francesa, ¿es una propuesta personal o es parte de los lineamientos de
la Alianza Francesa?
Es los dos. Por un lado,
es una propuesta personal porque yo apuesto mucho por el tema de
democratización cultural, y también la idea es desarrollar el alcance de la
Alianza. La ciudad creció y nosotros tenemos que alcanzar a nuevos públicos
también, sea al nivel académico, lingüístico o nivel cultural.
¿Qué otro proyecto se está trabajando en ese sentido?
Otro proyecto que realizamos
fue con la Casa de la Literatura y la Dirección de Libros del Ministerio de
Cultura. El 23 de abril se lanzó una convocatoria del primer concurso nacional
de narrativa gráfica, eso me parece importante después del pequeño diagnóstico
que hice desde que llegué. Queremos ver cómo podemos dar un espacio a artistas
emergentes y rescatar también un lado del patrimonio literario peruano, así
trabajar y proponer obras de Salazar Bondi, César Vallejo, entre otros
escritores y poetas peruanos. Junto con la embajada de Francia hemos invitado a
dibujantes y artistas, hemos recibido casi 50 expedientes de todo el país.
Ese éxito significa que no nos hemos equivocado. Ese nuevo medio de expresión tiene relevancia en el Perú.
Se acerca una fecha importante para el Perú, en el 2021
será el bicentenario. ¿Vienen trabajando algunas propuestas para esa fecha?
Hemos avanzado algunas
ideas con ministros de cultura, y ahora nos toca reponer nuestras propuestas. Nos
estamos también reuniendo con los poderes públicos que sean Municipalidades u
otras instituciones del Estado, para ver cómo se puede organizar y coordinar
una oferta tal vez europea de parte nuestra y que sea común. Ya que, si cada
centro cultural hace lo suyo en su esquina, no sé si pegaría tanto. Como se
dice: solo uno va más rápido, pero juntos vamos más lejos. La idea es hacer
algo que tenga más impacto y que sea relevante.
El tema de género es un tema muy controversial en el
Perú, y hay reacciones muy fuertes desde un sector del propio Congreso de la
República, ¿Desde la Alianza Francesa cómo caminan sobre ese campo minado?
Nosotros no hacemos
política, y si la hacemos, lo hacemos en términos de debate de ideas, con el
fin de abrir espacios en nivel de democracia, pero no queremos ni imponer ni
definir cualquier cosa para un país independiente. Lo que sí podemos hacer es
invitar a especialistas, universitarios y artistas, para que den su propia
mirada sobre esos temas. Son temas de la
actualidad y nosotros tenemos que tocar temas de la actualidad, sea género,
migración o medio ambiente. Todos esos temas son muy importantes en el Perú,
pero también en Francia, son los mismos.
¿Cómo crees que se puede consolidar una industria
cultural en un país como el Perú?
Yo tengo una visión bien
amplia sobre las industrias culturales. Creo que Perú tiene dos industrias
culturales fuertísimas, la primera es el patrimonio monumental, con el turismo
cultural, estamos hablando de una cantidad de ingreso muy importante, y eso es
cultura. Machu Picchu es cultura, la gente no va a la playa, no van a tomar
sol, sino van a conocer un patrimonio monumental de la nación del Perú en Cusco
y otros lugares. Otra industria cultural que se desarrolla mucho es la
gastronomía. Claro que lo que se llama en francés ICC (industrias culturales y
creativas) es el disco, el libro y el cine. Ahora hablando de eso, por el
momento no veo un mercado nacional muy fuerte con respecto a esos tres productos
que son artes. Pero también industria significa que pueden generar ingresos,
pueden generar empleos y se pueden exportar también, lo que se llama Soft Power, la diplomacia de la
influencia. El mejor ejemplo es el cine de Hollywood. No invadió, sino fue
difundido en el mundo entero para que todo el mundo conozca esa sociedad
norteamericana. Es importante esa herramienta de poder del Soft Power de un país.
¿Qué haría falta para desarrollar esas industrias culturales?
Se tiene que ver de ambos lados, tanto del lado privado, como del lado público. Para desarrollar esa excepción cultural que son los bienes culturales, yo creo que sí hay que incentivarlos un poco. Yo soy de los que creen que cultura no es como cualquier otra mercancía, sino que necesita ser protegida un poco, al principio por lo menos, y necesita tener unos estímulos. No se trata solamente de gastos cuando hablamos de cultura, salud o educación, sino de una inversión a nivel nacional. Eso es por el lado público, yo creo que sí se necesita unos estímulos económicos hacia esos temas. Como gestor cultural sé que nunca es suficiente, tenemos que dar un poco más y ver cómo y cuándo se ubica. También es necesario que los mismos artistas y profesionales del sector se organicen para defender sus intereses y promover sus derechos y hacer entender lo importante que es para una sociedad y un país tener a un sector creativo fuerte y activo, hasta al nivel económico.
Entonces, es importante tener políticas públicas para la
cultura…
Sí, porque si estamos
hablando de industrias culturales, estamos hablando de generar ingresos y de
desarrollo económico de la nación. En Francia el mercado del libro genera cientos
de millones de euros. No se trata solamente del artista, del dibujante y del
escritor, sino también del editor y del librero, las empresas que producen y
venden papel, entonces desde el árbol hasta el libro.
Es necesario involucrar a toda la cadena de producción del
libro…
Así es, la cadena del libro como la llamamos es muy importante. Aún si el volumen global de libros vendidos bajó mucho estos últimos años, dos tipos de publicaciones siguieron creciendo: los comics y la literatura infantil. Son realmente los dos sub-mercados que están salvando al mercado del libro hoy en día en Francia.
Francia se destaca por su Ley de cine
La ley de cine francesa
también es muy buena, tenemos como un tipo de cuota para las producciones
nacionales, que no son muy mercantil y que tiene que ser protegidas para ser
difundidas. De la taquilla del cine en Francia –incluso producciones
extranjeras- se toma un porcentaje para poder ayudar a las producciones
nacionales.
¿Cómo están en el tema de música?
El tema de la música es
algo complicado porque ha cambiado mucho en los últimos años. Por el tema de
internet y las descargas, ¿cómo se hace para proteger el derecho de autor? Sobre
ese tema también he conversado con nuestros socios del Apdayc. Hay muy buenos
creadores en Perú, tanto de ayer que son patrimonio, muchos que trabajan hoy, y
también los que están por venir. Cómo darle una esperanza a esa gente,
diciéndoles que ellos pueden hacer sus creaciones con la idea de que puedan
vivir de eso, de eso se trata también, ser artista profesional.
Dentro del intercambio cultural que desarrolla la Alianza
Francesa, ¿qué personajes franceses durante el año nos estarán visitando?
Junto con la embajada
nos hemos enfocado en las invitaciones de artistas en narrativa gráfica.
Tendremos para la FIL de Lima a Edmond Baudouin y en setiembre para nuestro mes
de la literatura infantil algunos escritores más como la ilustradora Charlotte
Gastaud. Estábamos en conversaciones con Le Clézio, el premio Nobel, pero no
vendrá este año. A nivel de música vamos a tener desde Francia un grupo
excelente de música electrónica, danza y teatro, un dúo que se llama Potochkine.
Se presentará en la Fiesta de la Música el 21 de junio. Ellos van a tener
presentaciones no solo en Lima, sino también en las Alianzas del norte:
Trujillo, Chiclayo y Piura. Para el día de Francia, en Julio, vendrá el campeón
del mundo de mix, DJ NETIK. En noviembre vienen dos artistas franceses muy
destacados, llamados “Los cantantes de aves”, quien son silbadores
profesionales. Eso es lo que propongo, salir un poco de lo usual. Ellos
trabajan con elencos como las orquestas sinfónicas, y estamos por cerrar una
propuesta en Lima en el teatro municipal, también en Arequipa en el marco del
Hay festival y una en Cusco, en el teatro Municipal con la orquesta sinfónica
de Cusco.
Háblame sobre MicroFolie
MicroFolie es un museo virtual. En la sala de cine tenemos 25 tablets digitales, una pantalla grande, y cada semana abrimos una gran propuesta para que la gente se acerque a las grandes obras del patrimonio de los museos franceses. Por el momento tenemos cinco propuestas. Una por ejemplo es sobre Versalles. Otra es el museo de Louvre, uno puede -desde Lima- acercarse a la Gioconda, a la Victoria de Samothrace, a la Venus de Milo. Otro museo es el Museo Pompidou, pero también tenemos “recorridos” temáticos sobre temas como: la mujer, el retrato, la muerte… y todo eso es de acceso gratis previa inscripción.
Porque enfocarnos en la
creación actual no significa tampoco dejar de lado el patrimonio como un punto
ciego, por eso esta herramienta
innovadora pero también nuestras bibliotecas –llamadas Mediathèque– con miles
de libros y películas. Nada reemplazara el hecho de leer los grandes poetas e
autores y disfrutar de las obras en su idioma original. Por eso también nuestra
acción cultural pasa por el idioma, porque el francés se vive.