Luego que Lima Gris dio a conocer que las intenciones de la ministra Gisela Ortiz era declarar patrimonio cultural a «El Ojo que Llora», el expediente técnico pasó a la carpeta de «pendientes», ya que la ministra viene siendo cuestionada por su supuesta vinculación con Sendero Luminoso, y la obra de la artista holandesa Lika Mutal para muchos peruanos representa un símbolo proterrorista.
Sabemos que la ignorancia de Gisela Ortiz Perea sobre el sector cultural es más grande que el Océano Pacífico, razón por la cual su gestión va a la deriva. Lejos de la movidas que pretendió realizar junto a Carlos del Águila Chávez, quien ocupa el cargo de Director General de la Dirección de Museos, ha quedado al descubierto que Gisela Ortiz pretende continuar con su activismo desde la sede central del Ministerio de Cultura.
El informe de Lima Gris detuvo la designación de un nuevo alfil negro, pero sabemos que seguirá con sus intenciones de convertirse en viceministro. Mientras tanto, la mafia cultural enquistada en el MINCUL viene preparando nuevos cambios en los viceministerios de Patrimonio Cultural e Interculturalidad. Según nuestra fuente, el poder tras la sombra esta encabezado por un marxista que fue amigo de Abimael Guzmán, y que durante años se ha dedicado a introducir el marxismo en el sector cultural del país. Logrando incluso, colocar a sus estudiantes protegidos en importantes cargos del Ministerio de Cultura.
Además, el marxista confeso, tiene a su hijo trabajando en un importante cargo del MINCUL con un jugoso sueldo, pero este personaje arrastra un collar de perlas negras de denuncias por colusión ilegal, peculado, aprovechamiento indebido del cargo y por corrupción de funcionarios. Todo documentado será revelado en un próximo informe.
Tenemos que entender que lamentablemente el Ministerio de Cultura continua plagado de nuevos «Richards Swings» pero con ideología marxista leninista, que solo trabajan para sus propios intereses.