Francia, a lo largo de toda su historia, siempre ha significado un bastión en cuanto a derechos ciudadanos se refiere, y en estas últimas manifestaciones ha demostrado una vez más que la nación francesa no está dispuesta a dar por perdido ni un ápice de sus derechos adquiridos.
Hoy jueves se viene dando la novena jornada de huelgas y manifestaciones, y hasta el momento viene dejando cerca de 457 personas detenidas y 441 policías y gendarmes heridos, según ha anunciado el ministro del Interior francés, Gerald Darmanin.
El ministro, que habló para el canal CNews, dijo también que hubo 903 incendios de mobiliario urbano o de basuras en Parí durante las protestas. Entre los más destacados está el incendio al Ayuntamiento de Burdeos. El alcalde de la ciudad, Pierre Hurmic, que se trasladó para ver la magnitud del incendio, aseguró que «no entiende por qué han atacado la casa de todos los bordeleses».
El titular de Interior deploró durante la entrevista la «radicalización de una pequeña parte del movimiento». «Lo que nos preocupa es la presencia de la extrema izquierda» que, según él, busca destruir las instituciones republicanas. «El país debe condenar a la extrema izquierda, a los rebeldes. Son extremadamente violentos», dijo.
En toda Francia se desarrollaron unas 300 manifestaciones en todo el país. A pesar de la aprobación, por decretazo, de la reforma, los sindicatos están decididos a continuar con su prueba de fuerza para exigir la retirada completa de la misma. Para este martes han convocado una nueva jornada de protestas.
Policía reprimiendo a manifestantes contra la ampliación de jubilación. ¿Es Venezuela? No. ¿Es Nicaragua? No. ¿Es Rusia? No. ¿Es Bielorrusia? No. ¿Es China? No. ¿Es Cuba? No. ¿Es México? No Es la Francia de Macron y su «Liberté, Égalité, Fraternité»pic.twitter.com/xJCs4OlW8E
Para los sindicatos, las manifestaciones de ayer han sido las más importantes desde que los franceses se echaron a las calles por primera vez para protestar por la reforma, a principios de este año.
El récord de participación en las manifestaciones las tenía hasta anteayer la protesta del día 7 con 3,5 millones de manifestantes en toda Francia, que el Ministerio del Interior redujo a 1.3 millones. La de ayer, según la CGT, congregó a otros 3,5 millones de franceses.
Las protestas vienen motivadas por la reforma de las pensiones que el Gobierno de Macron aprobó la semana pasada. En ella, la edad de jubilación para los franceses aumenta de los 62 años a los 64.
El presidente francés decidió imponer su reforma del sistema nacional de pensiones recurriendo al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar sin voto parlamentario un proyecto de Ley, un decretazo que acelera un cambio político nacional que favorece profundamente a la extrema derecha. La reforma de las pensiones tardará muchos meses en poder entrar en vigor, víctima de recursos institucionales que prolongarán el riesgo de tensiones. El presidente, en una entrevista televisiva, se declaró dispuesto a asumir la impopularidad. Esta aparición de Macron no sirvió para calmar los ánimos, sino todo lo contrario después de la jornada de este jueves.