Actualidad

MARTÍN ADÁN: “YO SÓLO SÉ DE MI PASO, DE MI PESO, DE MI TRISTEZA Y DE MI ZAPATO”

Published

on

Martín Adán en su casa de Barranco. Foto: Baldomero Pestana.

Martín Adán, fue el seudónimo que utilizó Rafael de la Fuente Benavides, para dejar su imborrable legado en la literatura peruana y universal. Es junto a José María Eguren y César Vallejo uno de los más grandes representantes de la poesía vanguardista en nuestro país.

Su nombre completo fue Ramón Rafael de la Fuente Benavides. Nació en Lima el 27 de octubre de 1908. Sus padres fueron Santiago de la Fuente Santolalla y Rosa Mercedes Benavides. Perteneció a una familia aristocrática, pero él siempre fue muy ajeno a ese tipo de convencionalidades.

Realizó sus primeros estudios en el Colegio San José de Cluny, y posteriormente ingresó al Colegio Alemán, en dicha institución culminó su etapa escolar. Tuvo como compañeros de estudios a Xavier Abril, Estuardo Núñez y Emilio Adolfo Westphalen. Además de tener como profesores al escritor Luis Alberto Sánchez y al  español Emilio Huidobro.

Después de terminar sus estudios escolares, Rafael de la Fuente, empezó a colaborar en el Mercurio Peruano. Al conocer a José Carlos Mariátegui, publicó sus primeros poemas en la revista Amauta y firmó aquellos escritos con el seudónimo que lo acompañó durante toda su vida, Martín Adán.

Existen diversas teorías acerca del origen del seudónimo. Destacando las que indican como el autor intelectual a José Carlos Mariátegui, la explicación de ese nombre era una especie de reconciliación entre el Génesis de la biblia y la teoría de Darwin. Sin embargo, otras fuentes indican que el uso del alias de Martín Adán, fue para evitar que su familia pueda enterarse de su actividad involucrada a la literatura.

En 1927 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Para estudiar la carrera de derecho y letras. Posteriormente publicó un año después, su primer libro titulado La casa de cartón. Esta obra se convirtió en su trabajo más emblemático y recibió excelentes comentarios y críticas que lo convirtieron en un personaje reconocido en el ambiente literario del país.

La casa de cartón, es una novela escrita en prosa que se acerca más a la poesía que a cualquier estilo de narrativa. En esta obra podemos ver distintas descripciones de calles, casas y personajes del distrito de Barranco, en una perspectiva adolescente. Además de tener la intención de que el lector conozca la sociedad y sus problemas sociales aquellos años.

“Paseo de noche. Hemos hallado una calle escondida del cielo por ramajes graves y densos. Ahora el cielo no existe: se ha arrollado como una alfombra, y ha quedado desnudo el entarimado del espacio por donde los mundos caminan –saciedad elegante- con lentitud, con silencio, con fastidio. Ahora te amo como nunca te he amado, verdaderamente, dolorosamente, no sé cómo” – Martín Adán, La casa de cartón (1928).

En 1931 escribe un extenso poema titulado “Aloysius Acker”, sobre este texto, Martín Adán, comentó que era un poema simbolista. Él mismo, se encargó de destruir aquel escrito; descontento con el resultado de su creación. Pero a su vez mantuvo la memoria del poema, proporcionando a diversos amigos copias de diversos fragmentos como el siguiente:

“¡Aloysius Acker está naciendo

llenando de gritos la casa, el cielo!

¡Aloysius Acker está naciendo!

¡Aloysius Acker, hermano mío,

el hermano mayor, el hermano pequeño!

 

¡Para ti son plumas todas las almohadas,

y con uno que no parece todos los sueños,

y con aire todos los caminos

y con voces todos los versos!”

Martín Adán, fragmento de Aloysius Acker (1931)

 

La pregunta de todo lector es: ¿Quién será el personaje de Aloysius Acker? ¿Será un familiar, un amigo, un personaje creado o hasta el mismo autor? Cabe resaltar que es uno de los escritos más relevantes de Martín Adán, y hasta la actualidad se realizan diversos estudios y ensayos al origen he interpretación de aquel verso.

Para el año de 1946 se consagró como un gran escritor, al ganar el Premio Nacional de Poesía con el poemario titulado Travesía de extramares, la publicación de ese libro se realizó en 1950.

“Ninguno aspira más que a noche y fuego;
Que el poeta se engañaba o te mentía;
No quiere ser eterna tu alegría,
Sino besar la boca, y nada luego”  Martín Adán, fragmento de Travesía de extramares (1950).

En la década del 60, la figura de Martín Adán, era reconocida también en el extranjero. Es así, que en 1961, la periodista argentina Cecilia Peschero, con la finalidad de entrevistar al vate peruano le escribió una carta en la cual expresó lo siguiente:

“Martín Adán: ¿El motivo de esta carta? Además del simplemente afectuoso, que es el más importante, este otro: pedirle a usted datos sobre su propia vida, si es posible, contados con toda la sal que usted sabe poner en cuanto dice y escribe, porque he ofrecido un artículo sobre usted en La Nación… yo recién comienzo a publicar allí y quiero escribir un artículo humano, en el que se sienta su sangre y su piel… Sé que todo este asunto puede resultarle muy fastidioso. Pero en nombre de la simpatía que nos unió en cuanto nos conocimos, en nombre del cariño que yo le tengo, en nombre de mi profunda admiración por usted, por favor acceda a mis ruegos. Deje usted de lado toda su bohemia o vuélquela íntegra en lo que me escriba y… hábleme de usted. ¿Lo hará?”.

La respuesta de Martín Adán, no se hizo esperar, y fue así que respondió con la creación de uno de los escritos más notables de toda la trayectoria del aedo peruano. Y así escribió un extenso poema que tituló “Escrito a Ciegas”.

“¿Quieres tú saber de mi vida?
Yo sólo sé de mi paso,
De mi peso,
De mi tristeza y de mi zapato.
¿Por qué preguntas quién soy,
Adónde voy?… Porque sabes harto
Lo del Poeta, el duro
y sensible volumen de ser mi humano,
Que es cuerpo y vocación,
Sin embargo.

Si nací, lo recuerda el Año
Aquel de quien no me acuerdo,
Por que vivo, porque me mato.

Mi Ángel no es el de la Guarda.
Mi Ángel es del Hartazgo y Retazo,
Que me lleva sin término,
Tropezando, siempre tropezando,
En esta sombra deslumbrante
Que es la Vida, y su engaño y su encanto” – Martín Adán, Escrito a Ciegas (1961).

Esta respuesta poética, rompió los esquemas de todo texto autobiográfico, que en primera instancia fue la solicitud de lo que se le encomendó. Y paso a convertirse en un poema complejo, que abarca los temas personales, y existenciales del autor.

Posteriormente, escribió las siguientes obras: La Mano Desasida, o Canto a Machu Picchu (1964), La piedra Absoluta (1966), Mi Diario (1967) y Diario de Poeta (1966 – 1973).

Martín Adán en el Hospital Loayza en 1985. Foto: La República.

El legado de Martín Adán, trasciende la poesía, y lo convierte en uno de los personajes más emblemáticos que recorrió las calles de Lima. Sobre su afición a la bohemia y el consumo del alcohol, con el transcurso del tiempo se han escrito diversas historias que involucran al gran poeta.

Es sin dudas, el personaje más emblemático del mítico bar Cordano, ubicado al frente del Palacio de Gobierno. En dicho lugar, su amigo y editor Juan Mejía Baca, se encargó de decirles a todos los mozos que recogieran todo papel o basura que dejaba el poeta mientras permanecía en el bar. Es así, que se pudo rescatar parte de la antología poética de Rafael de la Fuente. Ya que, escribía frecuentemente poemas en servilletas o empaques de cigarros que siempre dejaba en el local del Cordano.

También es inevitable, no mencionar su estadía en el hospital psiquiátrico Víctor Larco Herrera, pues se convirtió en el huésped más popular de aquel centro de salud. Al tener un régimen libre, él podía ingresar y salir las veces que quería. Sus últimos días de vida, transcurrieron en el albergue Canevaro, finalmente fue internado en el Hospital Arzobispo Loayza, y falleció el 29 de enero de 1985.

Acerca de su muerte, al igual que de toda su vida se han tejido diversas hipótesis de su deceso.  Al cumplirse ya 30 años de su muerte, en una entrevista para el diario La República, el Sr. José Santa Cruz, que fuera fisioterapista de cabecera Martín Adán, mencionó: “Yo vi morir a Martín Adán”, señalando que el motivo de su muerte fue una negligencia médica.

Martín Adán, es sin ninguna duda uno de los mayores exponentes de poesía en el Perú, lamentablemente su personalidad es más conocida que su enorme talento con la prosa. Pero esto debería ser un llamado de atención, para que los peruanos conozcamos más sobre el mito y leyenda de un poeta que a 107 años de su nacimiento sigue cautivando por su vida y obra.

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version