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LOS QUIJOTES DE LA POESÍA EN CHICLAYO

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Matilde Granados, Stanley Vega y Juan José Soto. Foto: Rosana López Cubas.

No es novedad que poco a poco se haya ido consolidando el gran movimiento literario de la ciudad de Chiclayo,los nombres de  Stanley Vega, Matilde Granados y Juan José Soto sonaban siempre juntos, como  en un verso de Cervantes.  Y es así que en el 2008 nace sin presupuesto pero con mucho punche, el primer Festival de poesía “Fiesta del Diantre”. Desde ese momento en Chiclayo solo se respira poesía a través de uno de los festivales más importantes en el norte del país.

“Las limitaciones solo son mentales” nos dice el poeta Stanley Vega, quien sobre una silla de ruedas cabalga las calles de Chiclayo en busca de auspicios,  sin esperar nada del Ministerio de Cultura ni de las instituciones culturales. Matilde Granados sabe que el sueño continúa, que realizar un festival es una gran responsabilidad, pero también sabe que la poesía es lo que le permite existir.

Juan José Soto es un  poeta barranquino que se sumó a la organización del festival, ha descubierto que en Chiclayo es feliz, que  la poesía le da  esperanza de vida  y que además le permite creer  que las cosas sí son posibles.

Luego de conocerlos y conversar con ellos, también creemos que las cosas son posibles,  creemos que el aleteo de una mariposa en la China puede producir en un Ciclón de poesía en el norte del Perú.

¿Cómo nace el festival de poesía  Fiesta del Diantre?

Stanley Vega: El festival nace luego de hacer un conversatorio de literatura peruana el año 2004. Esa vez vinieron de Lima Domingo de Ramos, Miguel Ildefonso, Javier Arévalo entre otra gente, pero dijimos, ¿qué tal si se hace un festival de poesía anual? Fue entonces que el año 2008 nació el Festival «Fiesta del Diantre».

¿Quiénes comienzan a trabajar en el primer festival?

Matilde Granados: Inicialmente Stanley Vega y yo. Con él fuimos creando de a poco esto. La idea era convocar a poetas de diferentes provincias; hemos invitado a poetas de Cajamarca, Tarapoto, Piura, Trujillo, Chimbote y Lima. Siempre con Stanley hacíamos recitales, pero la idea era hacer algo más grande y más importante y que se convirtiera en un sello literario distintivo de Chiclayo. También dentro del festival de poesía en su origen decidimos sumar la participación de otros géneros artísticos  como la música y el teatro.

Sabemos que hacer un festival tiene un presupuesto ¿cómo lograron reunir el dinero para el primer festival?

Stanley Vega: Para el primer festival no teníamos presupuesto. Todos los invitados que vinieron se quedaron en algunos hoteles cuyos dueños son amigos y otros, los más cercanos en nuestras casas. Aquella vez vinieron Leoncio Luque, Barbieri y unos amigos de Piura y de Tarapoto. Pero es a partir del IV Festival, con Juan José Soto sumado al equipo, que retomamos el proyecto con más punche.

Entonces, del primer al tercer festival fue muy sacrificado, pero ahora veo que tienen toda una logística y un gran trabajo en equipo ¿Juan José, tu ingreso fue un gran apoyo?

Juan José Soto: La propuesta que tenían Matilde con Stanley también empataba con lo que yo venía haciendo, teníamos cosas en común como la literatura y la animación cultural. Entonces, como sabía de este festival,me dije por qué no se retoma. Indagué un poco y me enteré que Matilde había estado un poco mal de salud y que por eso el 2010 declinó organizarlo.Le dije entonces que sería un poco penoso que un proyecto tan interesante y bonito que congrega escritores en Chiclayo, no se pueda proseguir y ofrecí mi colaboración para apoyarlos en el festival. Entonces así retomamos  la idea de organizarlo. Obviamente, sabíamos que en un mes no podíamos conseguir los recursos para realizarlo, pero empezamos a trabajar con tres y cuatro meses de anticipación, planificamos  el evento, afinamos lista de potenciales invitados  y luego de hacer las consultas y según los que iban confirmando, tratábamos de garantizarles el transporte, alojamiento y alimentación. Esto lo hacíamos para darles seguridad y confianza a los poetas invitados de la seriedad del Festival que estábamos organizando y para evitar contratiempos que alteraran su venida por una cuestión de  transporte o de presupuesto que surgiera a última hora.  Queríamos cubrir  los gastos básicos a las personas invitadas  y eso pasaba por  tocar puertas y hacer autogestión con meses de antelación y con mucho compromiso y trabajo en equipo.

Foto: Rosana López Cubas.

¿Cuál es el criterio que ustedes aplican para invitar a los poetas?

Juan José Soto: Bueno, cada uno da algunos nombres de poetas, desde escritores con trayectoria hasta poetas noveles, así cada uno va haciendo una lista, luego las cotejamos, comparamos, analizamos, discutimos y damos paso al final al humo blanco de los acuerdos y consensos.  Estamos siempre con un ojo atentos  también a los jóvenes que vienen apareciendo,a lo que se viene publicando y desde nuestra modesta perspectiva invitamos a quienes tienen ese talento,  esa proyección y por sobre todo ese compromiso con la poesía.

Stanley Vega: Cada uno elige un grupo de poetas que pueden ser amigos o no. Hace poco vino Carmen Ollé. Yo no la conocía, no la había visto nunca en mi vida. Solo había leído su libro Noche de adrenalina y una novela. Su libro de poemas me vaciló cuando lo leí a inicios del 90.

La crítica más común en los festivales que se realiza en Lima es que solo invitan a los amigos, pero veo que aquí en Chiclayo no trabajan así…

Matilde Granados: La idea no es caer en el amiguismo. Ya se ha visto que en otros festivales se repite lo mismo, entonces el festival pierde el nivel y ya no se respeta mucho. Nosotros tratamos de no caer en eso. También sucede que el público se encariña con los poetas, por ejemplo Ñaupari el año pasado causó una impresión muy favorable, así como  también los destacados poetas Carlos López Degregori, Victoria Guerrero y Carmen Ollé.

Juan José Soto: En el festival he conocido poetas que no eran amigos míos. Aquí los mismos poetas locales nos dicen: por qué no invitan tal poeta y el público también nos dice: sería genial que vuelva a venir Domingo de Ramos, por citar un ejemplo.

Stanley Vega: El que es caserito es Miguel Ildefonso. Aparte que él viene así no haya festival o recital específico. Es muy querido por aquí.

Matilde ¿cómo es trabajar al lado de dos hombres poetas?

Yo hago que se respete lo que  pienso y lo que creo, más que el hecho de ser mujer o ellos hombres, cada uno respeta la decisión y la propuesta. Yo trato de asimilar la experiencia que tienen ellos  y hacer que las cosas salgan bien, a final nuestro trabajo es nuestra imagen.

V Festival de poesía «Fiesta del Diantre».

Stanley, hay mucha gente que para hacer las cosas se siente limitada, tu caso es muy curioso, tú haces de todo, eres editor, estás a cargo de un festival,  una vida con una actividad sorprendente ¿Qué le dirías a la gente que se siente limitada?

Bueno, siempre me han dicho eso, pero te diré que ni siquiera pienso en eso. Hace un rato me llamaron y yo estaba con pijama y me dicen: oye vente que estamos con Edwin que nos hará una entrevista. Y ya desde el saque me proyecto y me veo subiendo a un tico o mototaxi. Viniendo a esta cita. Mi  cerebro funciona así. Las limitaciones son solo mentales, solo hay que atreverse y pasar ese muro, y las cosas comienzan a formarse como uno lo piensa.

Juan José, eres barranquino, pero llegas a Chiclayo y comienzas a trabajar en el festival.

Creo que una de las cosas que hay que destacar es que no solo existen festivales en Lima,  sino también en el interior y también hay voces muy interesantes y valiosas. El hecho de trabajar en equipo nos permite de alguna manera proyectar la imagen de una escena que se está construyendo a pesar de sus limitaciones. Queremos que esto sea visible para los que están fuera, y sepan que en Chiclayo también se hacen cosas. Yo aquí estoy feliz,  en los eventos que organizamos con Stanley y Matilde, proyectamos esa bohemia en espacios no tradicionales donde alternamos música, poesía, narrativa, y la gente siempre es muy respetuosa y entregada y los eventos los hacemos con los espacios repletos de público, tanto es así, que hay amigos que nos comentan que desean venir a Chiclayo, porque han experimentado el ambiente que se vive aquí. El público chiclayano que acude al Ciclón de Poesía y al Festival del Diantre es un público único en su entrega y respeto al artista. Pueden dar fe de ello, Carmen Ollé, Carlos López Degregori, Miguel Ildefonso, Domingo de Ramos, Victoria Guerrero, José Pancorvo, Willy Gómez, Rodolfo Ybarra, Mesías Evangelista, entre otros amigos poetas.

¿Matilde por qué insistir en un festival de poesía? ¿Qué te da la poesía?

Matilde Granados: La poesía para mí es lo que me permite existir, el festival para mí se convirtió en esa ilusión y motivación, además era un sueño el convocar amigos poetas y conocer a otros, y fomentar lazos con poetas jóvenes. Toda esta satisfacción que me da la poesía es indescriptible.

Stanley Vega: Exactamente no sé qué me da la poesía. Pero lo que sí percibo  es que se trata de un lugar donde me siento bien recibido. Siento que es un sitio donde puedo encontrar tranquilidad y mucha locura.

Juan José Soto: La poesía es un  refugio y una morada a la vez. Siento que con la poesía se puede sensibilizar el alma de los hombres en épocas de caos y violencia. Creo que la poesía me da esa esperanza de vida, me da el hecho de creer de que las cosas sí son posibles.

¿Y qué les da el Ministerio de Cultura o alguna institución cultural?

Stanley Vega: Nada con mayúscula.

Matilde Granados: Nada de nada, aquí todo es gestión,  hay amigos que son muy buenos y que les gusta el arte y ellos en general siempre nos apoyan, a veces tenemos un poco de vergüenza pedirles, pero igual les decimos que tenemos un nuevo proyecto y ellos siguen creyendo en nosotros, y eso también nos impulsa ver gente cuya vida no está basada en el arte pero sienten amor por las cosas que hacemos, eso nos motiva a seguir haciendo esto,  a dejar otras cosas o abandonar muchas veces nuestro trabajo, así nos lleguen los memorándum, todo por hacer esto.

Stanley Vega: Afortunadamente, como dice Matilde, hay gente que se identifica con el proyecto y pueden ayudar. Mientras ellos existan el Festival seguirá existiendo.

Juan José Soto: Ya estamos acostumbrados a la negativa de las instituciones culturales, tenemos la piel dura y robustecida, en realidad no esperamos nada, es por eso que empezamos a trabajar para poder vencer esas dificultades, porque creemos que hay gente que tienen la misma ilusión que nosotros, hay pequeños empresarios que creen en nuestros proyectos. Creo que con más gente identificada con nuestros proyectos podremos seguir adelante. Pero la idea es que esto sea sostenible.

Es muy común que los tilden de locos por organizar un festival de poesía, pero ustedes son unos locos lindos…

Matilde Granados: Nosotros disfrutamos lo que hacemos, además, es una manera de alimentarnos. Muchas veces por organizar el festival dejamos de escribir, pero estamos haciendo otro tipo de poesía.

Stanley Vega: Uno de los motivos por los que se empezó hacer esto, es para colocar a Chiclayo en el mapa literario, y hacer notar que existen buenos creadores.  Ahora, de que existen tantas autoridades estúpidas, empresarios tarados que no vean eso, es otro cantar. Eso significa que estamos hasta las huevas. Sin embargo, allí estamos.

Ustedes aquí en Chiclayo realizan varios eventos como el Ciclón de poesía, Festival de poesía Fiesta del Diantre y por qué ahora apostaron por un encuentro de periodismo cultural.

Juan José Soto: Porque se deben generar nuevos espacios de encuentro, de reflexión, de crítica y de diálogo que nos permitan enriquecer este panorama. Sabemos que los medios digitales son un gran espacio para difundir cultura. Este tipo de encuentros ponen el dedo en la llaga y hacen reflexionar a muchos editores de medios y muchos “empresarios” mercachifles de la comunicación. Hay que tomar consciencia que la cultura es el pan que alimenta el espíritu del ciudadano y de alguna forma los comunicadores jóvenes independientes pueden tener un espacio para difundir cultura y arte de una manera libre.

Matilde, después de esta experiencia con el festival de qué forma te gustaría participar en la Feria del Libro de Lima.

En la feria del libro me gustaría poder participar con una propuesta particular, hablar sobre la presencia de la mujer en la literatura regional. En realidad debería someterse a un análisis la literatura que se realiza en provincia, conocer el trabajo literario que realizan las mujeres en provincia. Por ejemplo, en Tarapoto hay jóvenes narradoras que han publicado pero no han salido de la ciudad, tienen propuestas interesantes que se debería conocer, y mientras más unidas y con una red más amplia, podríamos conocer más de ellas.

¿Notas a la Feria del Libro de Lima muy centralista?

Matilde Granados: Yo creo que no hay mucha apertura para la gente de provincia. En el 2007 cuando presenté el libro, pusieron dentro del programa una mesa de literatura regional, allí participaron algunos amigos de Tarapoto, pero fue la única vez que vi eso, después ya no se ha visto. En este caso es un tema muy especial el hecho de la participación de la mujer y saber qué está pasando con la literatura que se está realizando en provincias, puede ser que hayan buenos prospectos pero no hay iniciativas para mostrarlos.

Stanley Vega: Sería bueno que se realice una mesa de discusión sobre el quehacer literario que se viene haciendo en las diversas ciudades del país. Y analizar, dialogizar. Pero esto lo veo difícil. Los organizadores de la Feria siempre te dirán que no hay el presupuesto para el traslado de escritores de provincia. Y bueno, si te vas a esa pasarela ya sabes a qué te atienes: Ah, con que eres de provincia, bien, papito, traes tu libro, lo presentas en este sitio y ya, estuviste en la Feria. Una huevada.

Juan José Soto: Deberían promover más espacios para escritores de provincia, y creo que deberían tener presupuesto para invitar a más escritores del interior del país.

Matilde Granados: Hay ferias que tienen su presupuesto como la feria que se hizo en Trujillo, allí a mí me pasó una anécdota, yo entré a chequear la web y veo mi nombre como invitada a la feria de Trujillo y jamás me había llegado una invitación, ni siquiera me habían consultado nada. Yo los llamé y me dijeron que no tenían ni mi celular ni mi correo, entonces les dije si no tienen nada por qué me ponen. Al final me dicen que no tenían presupuesto, pero que el pasaje no estaba caro y que de Chiclayo a Trujillo estaba cerca. Bueno eso me parece demasiada informalidad, y cómo no van a tener presupuesto para alguien que viaja de Chiclayo a Trujillo. Y también apareció el nombre de Stanley Vega.

En la mesa los poetas Carlos López Degregori, Carmen Ollé y Victoria Guerrero. V Festival de poesía «Fiesta del Diantre».

Entonces, en la Feria del Libro de Trujillo practican la publicidad engañosa.

Stanley Vega: Lo que ocurre allí es que los organizadores lo ven con el afán de lucro. Son negociantes al mango. Te hablo de quienes están encargándose de la realización de las últimas versiones. Invitan a cuatro escritores o poetas de cierto reconocimiento y ya. Los demás invitados son de la misma ciudad y a ellos se suman los auto invitados.

¿Llegaron a viajar a la Feria del Libro de Trujillo?

Matilde Granados: No, no fuimos porque nos pareció una falta de respeto total, y eso salió publicado en el diario La Industria y en el Correo de Trujillo, porque por ahí yo me enteré.

Stanley Vega: Eso da a pensar muchas cosas, como que la feria solo tiene la pretensión de hacer billete y no conectarse con la literatura en sí.

¿Cuántos libros se publican por año en Chiclayo?

Stanley Vega: Serán unos ocho a diez títulos por año en cuestiones literarios, pero existen otras publicaciones aparte.

¿Chiclayo es tierra de poetas o narradores?

Stanley Vega: Es tierra de poetas, aquí los poetas aparecen y desaparecen.

¿Se viene el sexto Festival de poesía fiesta del Diantre?

Stanley Vega: Yo creo que sí se puede. Hay tiempo y sí lo haremos. Aún hay fuerzas y creo que los dioses aún nos son propicios.

Matilde Granados: La gente no te pregunta si lo vas hacer o no, la gente te dice que están esperando el festival.Ellos no piensan cuánto te va costar, ni nada,  y si dejamos de hacer algunas actividades nos reclaman. Por un lado, nos parece algo gracioso, pero si supieran todo lo que se gasta y se tiene que hacer para realizar esto.

Juan José Soto: La situación es difícil en el tema de apoyo, pero hemos nacido para desafiar a la adversidad.  El evento se tiene que hacer sí o sí. Creo que nos va generar un estrés positivo, nos hará bajar de peso y nos saldrá algunas canas, pero si haremos el festival este año. Ya tenemos que comenzar hacer el trabajo de preproducción y este año va sí o sí.

El poeta Stanley Vega y la revista Entera Voz.

¿Cuál es su opinión sobre el alcalde de Chiclayo?

Stanley Vega: Yo quisiera subirlo a una silla de ruedas y que se paseé por acá y por el centro. Estas calles están en un estado terrible. Ese tipo es una bestia.

Matilde Granados: Es un inepto total, ha destruido las pistas. Ha dejado la ciudad totalmente horrorosa y en ruinas.

Juan José Soto: Sería genial que se vaya un fin de semana con su pareja  para almorzar al lado de los desagües, y que se den un paseíto al compás de Un rayito de luna a lo largo de las  calles bombardeadas y despojadas ya de veredas.

¿Qué mensaje les dan a los poetas de Lima?

Matilde Granados: Nosotros estamos aptos a recibirlos, los artistas que han estado acá se han ido felices.

Stanley Vega: Nada, que son bienvenidos. Por acá pueden encontrar muchas cosas bonitas, aparte de las chicas. Playas, comida, campiña. Y sí les gusta el trago, a raudales y hasta el amanecer por la avenida Balta.

Juan José Soto: Decirles que Chiclayo es una ciudad muy cálida y amistosa, siempre vamos a tener un espacio para ellos, para los amigos que crean en el arte y la cultura.

 

 

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