A raíz de un comunicado de la SUNEDU, se destapa el sospechoso licenciamiento de siete filiales de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP). No les exigieron requisitos fundamentales que sí fueron exigidos a decenas de universidades que fueron cesadas.
Lima Gris publicó el día 8 de junio un informe alertando sobre el extraño vínculo entre la SUNEDU y la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), centro de estudios de propiedad del grupo económico Intercorp. La UTP recibió el licenciamiento para su sede central en Lima pero, simultáneamente, la SUNEDU le otorgó licenciamientos para siete sedes en provincias que solo existían en el papel. Una decisión ajena a la ley porque el requisito para recibir un licenciamiento es tener el local terminado y con toda la implementación necesaria. Lima Gris descubrió que esas siete licencias se otorgaron a la UTP en junio de 2019 sin contar con ningún local y sin que exista una ley que autorice.
Empiezan a asomar irregularidades mucho más profundas a raíz del comunicado que la SUNEDU emitió en respuesta a nuestro informe y en el cual se descubre, por testimonio de la propia institución, que la actuación del ex titular de la SUNEDU y hoy ministro de Educación, Martín Benavides Abanto, debe ser sometida a una severa investigación.
En su comunicado la SUNEDU señala que “El 26 de enero del 2018, la UTP presentó la solicitud de creación de 8 filiales ubicadas en las regiones de Ancash, Cusco, Tacna, Puno, Ica, Piura, Junín y La Libertad” y añade que “Para obtener su licenciamiento, la universidad demostró contar con la infraestructura y el equipamiento necesario para la prestación del servicio educativo”. Por esas razones, la SUNEDU le extendió el licenciamiento a las filiales de la UTP “tras corroborar que dicha casa de estudio cumplía las Condiciones Básicas de Calidad (CBC) indispensables para ofrecer el servicio educativo de nivel universitario en el Perú”.
Estas afirmaciones de la propia SUNEDU abren la puerta a un asunto sumamente grave. Reconocen haber otorgado licencia a la UTP sede central y a 7 filiales (pidieron 8 al final fueron 7). El problema es que para otorgar licenciamiento a esas filiales se trajeron abajo las reglas establecidas por ley que, en cambio, aplicaron rigurosamente para el cierre de otras universidades.
De acuerdo a ley, el Licenciamiento Institucional para que una universidad funcione tiene una exigencia obligatoria: que la sede principal y sus filiales a nivel nacional tengan infraestructuras similares y el mismo nivel de equipamiento e implementación. Además, estos requisitos deben ser verificados de manera presencial durante el proceso de licenciamiento. Es decir, la SUNEDU debe constatar que la infraestructura esté completa, que estén instaladas las bibliotecas, equipados los laboratorios y todo lo necesario para el funcionamiento óptimo de una sede universitaria.
¿Qué hizo la SUNEDU en el caso de las filiales de la UTP?Otorgó las 7 licencias sin que existan los locales.
Algunas de esas filiales hoy continúan en construcción y otras aún no arrancan, por lo tanto, no tienen lo que la ley exige: infraestructura completa, bibliotecas ni laboratorios. Tampoco cuentan con otro requisito exigido por la SUNEDU: licencia de funcionamiento municipal que se otorga recién cuando se empieza a operar. Por no cumplir con estos requisitos, muchas universidades perdieron su licenciamiento; sin embargo, no le fueron exigidos a la UTP, la universidad del Grupo Intercorp, dueño del monopolio de farmacias y de Interbank.
Hay un punto en el cual esta historia ingresa a un terreno de ilegalidad. La SUNEDU exigió en los procesos de licenciamiento una constatación en las sedes universitarias para verificar que cumplan con las Condiciones Básicas de Calidad. Para el caso de las filiales de la UTP, el 13 de marzo de 2019 se designó a la Comisión de Verificación para “la visita presencial los días 21, 22, 25, 27, 28 y 29 de marzo de 2019; y, 1, 2, 3, 4, 5, 8, 9, 11, 12 y 15 de abril de 2019, en los locales de la sede Lima así como en los locales de las filiales ubicadas en las ciudades de: (i) Chiclayo, (ii) Arequipa, (iii) Piura (iv) Santa, (v) Ica, (vi) Trujillo, La Libertad y (vii) Huancayo”.
Si las cosas se hubiesen hecho dentro de la ley, esa Comisión de Verificación tendría que haber informado que las filiales de la UTP no cumplían con el requisito de Infraestrestructura porque eran locales en construcción y, por lo tanto, había que denegar el licenciamiento para las siete sedes en provincias.
Ocurrió lo contrario. Se emitió el Informe deVerificación Presencial071-2019-SUNEDU-DILIC-EV de fecha 07 de Mayo del 2019 señalando que el requisito de Infraestructura estaba cumplido.
«07 de mayo de 2019 se emitió el informe de verificación presencial N°071-2019-SUNEDU-DILIC-EV, el cual concluye con resultado favorable, en tanto se verificó el cumplimiento CBC».
En base a este informe (y otros), Martín Benavides como jefe de la SUNEDU firmó, el 12 de junio de 2019, la Resolución del Consejo Directivo Nº 081-2019-SUNEDU/ CD afirmando que se habían cumplido las Condiciones Básicas de Calidad —local terminado, aulas, salas de profesores, biblioteca, laboratorios— y otorgó a la UTP el licenciamiento para su sede principal en Lima y para las siete filiales a nivel nacional —no cinco como señalan en su comunicado—.
Al día de hoy, ¿cuál es el estado real de esas sedes licenciadas de manera ilegal? No están terminadas y, obviamente, no tienen equipamiento. Esta es la realidad:
¿Cómo pudo la SUNEDU en mayo de 2019 verificar el cumplimiento de “la infraestructura completa” si al día de hoy esos locales se encuentran en proceso de construcción? ¿Cómo pudieron dar fe de la existencia real de las bibliotecas y los laboratorios si no existe esa implementación?
El hoy ministro de Educación, Martín Benavides, deberá explicar por qué concedió y firmó los 7 licenciamientos para las filiales en provincias de la UTP, mientras cerraba universidades por no cumplir con los mismos requisitos que incumplió la UTP.
Existen más evidencias de un proceso que, a la luz de los hechos, parece haber sido destinado a favorecer a la UTP, la universidad del poderoso Grupo Intercorp. Todas las universidades que la SUNEDU clausuró sin diseñar alternativas para que 120 mil estudiantes pudiesen seguir sus estudios, fueron dejadas sin licenciamiento por no cumplir las ocho condiciones que la ley exige. Sin embargo, esas ocho condiciones que la SUNEDU aplicó a todas las universidades con gran rigor, no las exigió en el caso de la UTP.
Estas son las ocho Condiciones Básicas de Calidad exigidas. Si una universidad incumplía con tan solo una de ellas, perdía el licenciamiento.
Como es fácil advertir, las siete filiales de la UTP no podían cumplir con ninguna de las ocho Condiciones Básicas de Calidad por la sencilla razón de que no estaban funcionando y sus sedes siguen en construcción; sin embargo, obtuvieron el licenciamiento.
¿Por qué el hoy ministro de Educación y ex jefe de la SUNEDU, Martín Benavides, decidió actuar de este modo? No se trata de simples errores administrativos, se trata de ventajas concedidas para un negocio sumamente lucrativo.