Desde un principio el gobierno peruano aseguró las ventas del laboratorio chino, Sinopharm para que sus vacunas llegaran a Perú, no solo para inocular a las decenas de millones de compatriotas en situación de vulnerabilidad; sino, para inmunizar a un grupo de “distinguidos privilegiados”, entre médicos, empresarios millonarios, lobistas, consultores y altos funcionarios del Estado, que de forma soterrada y traidora aprovecharon sus nexos con el poder de turno, para cautelar su salud.
Hoy se entiende, cómo el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Salud sabotearon las probables compras de vacunas de otros laboratorios, como Pfizer,AstraZeneca y SputnikV.
Según el informe publicado, por Hildebrandt en sus trece, todo esto ha sido una gran repartija a través de un soborno, porque con la entrega irregular de 3,200 dosis adicionales de la vacuna experimental, el laboratorio chino logró que el gobierno de Martin Vizcarra le asegure la prioridad absoluta en la venta de vacunas contra el covid-19.
Dicho de otra forma: el gobierno a través del Ministerio de Salud y de la Cancillería, desechó de plano, las propuestas de otros laboratorios internacionales de vacunas anticovid, con el fin de proteger las negociaciones con las vacunas Sinopharm y con precios sobrevalorados. Una vacuna que, por cierto, apenas ha sido aprobada por países, como China, Egipto, Jordania, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos, Serbia y Hungría.
Esta turbiedad que involucra un tráfico de vacunas chinas, no solo empezó en el gobierno de Vizcarra con Pilar Mazzetti como ministra de Salud y más bien, se prolongó hasta la encargatura de Francisco Sagasti.
Lo más lamentable, es el rol que cumplió el Comité Multisectorial que se encargó de negociar la compra de las vacunas. Porque, como la mitad de sus integrantes ya se había vacunado con las “dosis de cortesía”, luego no les importó cerrar con celeridad las compras, para dar la posibilidad a que millones de peruanos puedan ser inmunizados.
Asimismo, según el semanario, dos fuentes de la Cancillería revelaron que el Comité Multisectorial, presidido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, desde el principio no tuvo la intención de firmar el contrato con Pfizer, hasta que primero cerraran el trato con los chinos ¿Cuál sería la razón?
La razón obedece, a que el laboratorio chino de Sinopharm ya había entregado las dosis para que se las repartieran entre los funcionarios responsables de las compras. Tal es así, que en agosto de 2020, de los 18 miembros del Comité Multisectorial de Alto Nivel, 8 fueron vacunados en secreto por la “vacuna experimental china”, mientras hacían negociaciones con otros laboratorios y según los registros proporcionados por la Universidad Cayetano Heredia, dos personajes claves que participaron en este oscuro negociado, son el embajador Jorge Jarama Alván, exdirector de Ciencia y Tecnología del ministerio de Relaciones Exteriores y también brazo derecho de la excanciller Elizabeth Astete; y el médico cirujano Carlos Julio Castillo Solórzano, asesor en vacunas e inmunización del Ministerio de Salud y representante alterno de Pilar Mazzetti, en el Comité Multisectorial de las vacunas.
Por su parte, German Málaga, el medico a cargo del ensayo clínico de Sinopharm, reveló que Jarama y Castillo eran los “dealers” del gobierno, para la repartija de las dosis de cortesía.
Ellos fueron los que escogieron a los invitados, gente de confianza y funcionarios públicos para que sean inoculados con las vacunas Sinopharm, fuera del ensayo clínico. El embajador Jarama, era conocido en el Palacio de Torre Tagle como el “zar de las vacunas”, porque él fue el enlace con la embajada de China y además saboteó la firma del contrato final con Pfizer, justamente, el 30 de noviembre de 2020 y aceptó cerrar el trato con Sinopharm para adquirir 38 millones de vacunas y a un costo elevado.
Jarama aprovechó su posición privilegiada y el 3 de octubre recibió la primera dosis, un día después, que Martín Vizcarra y su esposa Maribel Díaz fueron vacunados. Luego, Jarama recibió la segunda dosis el 24 de octubre; lo mismo sucedió con su esposa Darlene Mendizábal Quiñones, su suegra Violeta Quiñones y hasta su cuñado, Víctor Francisco MendizábalQuiñonez.
Germán Málaga, en su testimonio reveló que Jarama escogía qué funcionarios o invitados de Cancillería debían ser vacunados. “El grupo negociador recibió un lote de vacunas, las tuvo en su poder y dispuso de ellas. Tenían estas vacunas chinas y las ofrecían entre ellos como si fueran bocaditos ¿Te apetece? ¿quieres servirte una o dos dosis? Así las repartían. Algunos aceptaron, otros no”, afirmó la fuente de Hildebrandt en sus trece.
Los altos funcionarios de alto rango de Cancillería, además de Jorge Jarama que fueron vacunados con la Sinopharm, son la excanciller Elizabeth Astete, Javier Sánchez-Checa, exjefe del Gabinete de Asesores del ministerio de Relaciones Exteriores; el embajador Francisco Tenya Hasegawa, exsecretario general de la Cancillería; Manuel Gonzáles Chávez, exdirector general de Asia y Oceanía, el exdirector de protocolo, Jorge Efraín Lazo Escalante, Óscar Suarez Peña, ministro consejero y la asistente Claudia Halabi Almeyda.
El laboratorio estatal chino Sinopharm, tenía aseguradas sus millonarias ventas en Perú; si recordamos que el medico Carlos Julio Castillo Solórzano fue designado en agosto de 2020 por Pilar Mazzetti como su representante y emisario alterno en el grupo de trabajo.
Aquella vez, Castillo Solórzano se coludió con el embajador Jorge Jarama, para que se bloquee la firma de contrato con Pfizer/BioNtech. El médico y mandadero de Mazzetti, fue uno de los primeros favorecidos con el antídoto chino. Él recibió la primera dosis el 12 de septiembre pasado y el 3 de octubre completó su inmunización. Asimismo, hizo las gestiones para que Pilar Mazzetti, su amiga personal Rita Abanto y su chofer Juan Carlos Asencio Bermúdez fuesen vacunados en secreto con las dosis de cortesía.
Otros miembros del Comité Multisectorial de Alto Nivel que se vacunaron con las dosis chinas, son Orestes Cachay exrector de la UNMSM, el exvicerrector de Investigación de la Universidad Cayetano Heredia, Alejandro Busalleu Rivera y el exrepresentante diplomático de la PCM en el equipo de las vacunas, Rafael Suárez Peña. Por su parte Pilar Mazzetti, el 12 de enero recibió en secreto su primera dosis y la completó con suma ilegalidad el 6 de febrero, mientras mentía y proclamaba al Perú entero, que ella sería la última en inocularse las dosis inmunizadoras, luego de que el personal de la primera línea esté inmunizado.
El 2 de setiembre de 2020 ingresaron al Perú 3,200 dosis adicionales de la vacuna experimental de Sinopharm de forma ilegal y de ese lote, 1,200 dosis se entregaron directamente a la Embajada de China en Perú y el resto ha sido repartida entre importantes empresarios. La Universidad Cayetano Heredia se quedó con el saldo de 2,000 dosis, y 200 de ellas, se destinaron a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Allí, su médico investigador Eduardo Ticona encargado de los ensayos clínicos de la universidad, eligió quiénes recibirían las dosis.
Germán Málaga se quedó con 1,800 dosis y de ese saldo, se inocularon 942 dosis para inmunizar a 471 personas. Málaga no lo pensó dos veces y aprovechó para vacunar a su esposa y a su hija de 22 años, Ariana Málaga Zuñiga que vino especialmente de Alemania para vacunarse en secreto y recibió la dosis el 23 de diciembre del año pasado y antes de retornar a Europa, completó su inmunización, el 9 de enero de este año.
Aún no se sabe dónde están las 858 vacunas restantes, que se quedaron con el doctor Germán Málaga en la Cayetano Heredia; o, mejor dicho, —no desean decir dónde están— pero pronto esa información sin duda será filtrada.
El país se encuentra enardecido y su indignación solo puede ser opacada por el virus mortal del Covid, que sigue cobrando vidas y aunque este virus no cese por falta de inmunizaciones… de todos modos, seremos testigos de ver a cientos de procesados que, con privilegios, o no, terminarán no solo inhabilitados para ejercer cargos públicos, sino… tras las rejas.