Me sacaron de la cama porque hace unos días murieron mis seres queridos y estoy macerado en la tempestad de la depresión y la tormenta de la presión. Pero me había comprometido a ser jurado del concurso «Sabores de la vida» y hoy era el lanzamiento en el Tanta de Larcomar. Y llegué y me encuentro con mi amigo Ignacio Medina y la señora Isolina Vargas, la madre de José del Castillo, todos escogidos por la Alianza Gastón Acurio & Telefónica “Juntos para transformar” que buscan los mejores recetario familiares (como el que había en mi casa y que competía con el libro de Francisca Baylón) y mostrarlos al gran público para seguir evidenciando que la nuestra es una cocina de entraña, seso y ternuras. En Barranco, Barrios Altos, Churín o Yanahuara.
Y llega Gastón Acurio también afectado por la inclemencia del dolor que le ha producido la muerte de su amigo, Toshiro Kunoshi, Toshi. Y ante los periodistas y muchos amigos que nos acompañaban y con la voz que parecía que se había tomado una cremolada de vidrio molino nos mostró como su abuelita preparaba un seviche de tollo. Y ahí mismo tomó sus cuchillos y lo construyó en un instante y con abundante ají mochero porque su familia, de parte de madre, contó, eran del norte. Y su padre del Cusco. Entonces en él cruzaba el oleoducto del sabor que venía de aquellas culturas moches y mochicas y se hacía un paraíso del gusto allende los pagos cusqueños donde Manco Capac fundó los reinos del huacatay.
Decía Gastón que la abuelita una vez convertía la fuente del seviche en una suerte de laguna de la sapidez, la cubría con un edredón de cebollas y luego el potaje exprimía un zumo blanco que ella llamaba «Leche de pantera». Todos, mientras, observamos aquel juego alquímico del maestro y, contrario a lo que se perpetra hoy, donde el seviche es casi un sietemesino, él dijo que el seviche de la abuela tenía que esperar dos horas para que chape punto y agarre testamento de los dioses. Y después, casi sollozando, contó que lo perdonen porque se iba al crematorio de su amigo Toshi.
Fue una mañana alucinante porque parecía que Gastón había aterrizado de un helicóptero, había preparado un seviche con unos ajies amarillos y nos había dejado con el sabor en la punta de la lengua. Lo confieso, yo también ando entre sollozos porque jamás volveré a cantar boleros con mi hermana Rosalie que se murió la semana pasada.
Pero fue la primera vez que devoré literalmente ese seviche de las manos de Gastón que venía de la herencia de las cariños de un ser a quien él amo de siempre y que como yo, consumido en los picantes del plato, repetí que solo para ser feliz se necesita la receta escrita con la tinta del corazón.
“SABORES DE LA VIDA” BUSCA LOS MEJORES RECETARIOS FAMILIARES QUE HAN SOBREVIVIDO EN EL TIEMPO
El proyecto, impulsado por la Alianza Gastón Acurio & Telefónica “Juntos para transformar”, constará de tres etapas: un concurso de recetarios a nivel nacional, la publicación impresa y digital de los mejores recetarios identificados y un programa de televisión. Las inscripciones para el concurso podrán realizarse a partir de hoy hasta el 18 de mayo a través de la web www.saboresdelavida.pe
Desde 2012, la Alianza ha desarrollado proyectos como “Ceviche con sentimiento” y “Anticucho con corazón”, dedicados a impulsar el talento emprendedor y destacar lo mejor de la gastronomía peruana.