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LA INFLUENCIA DEL SIMBOLISMO EN “NOCTÁMZUL” DE MARGARET ROMÁN OYENGUREN

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Escribe Christian Rivera Rojas

La poesía pura consiste en la perfecta fusión de fondo y forma. Esta teoría se desarrolló en Inglaterra a través de Andrew Cecil Bradley (Poetry for Poetry’s Sake, 1901) y, en Francia, el abate Henry Bremond (La Poésie pure, 1926), quien siguiendo a Bradley equipara la poesía a un estado místico. Aquella “excitación elevadora” de Edgar Allan Poe, que habla en su libro: El principio poético (19850).

Henry Bremond, afirma: “en un poema siempre existirán cosas puras e impuras, pero la poesía, sí lo es, siempre será pura”. Es justamente que pueda enmarcar la poesía de la joven poeta Margaret Román Oyanguren, con el libro “Noctámzul”,  poemario que obtuvo el segundo puesto en la categoría de poesía en  el CONALL (Congreso Nacional Lingüístico) Ica-Perú 2016. Margaret con esa pureza joven construye un nuevo lenguaje, con la exploración de ella misma.

Ésta búsqueda produce la excitación de los sentidos expresados en múltiples formas, olfato, sonido, colores. Margaret, conserva la frescura de su adolescencia en el cual plasma esa belleza al igual que la primavera en las flores. Para Roberto Bolaño la poesía que trasciende es la poesía que se mantiene joven. En esa línea poética tiene cercanía a la poética desarrollada de los simbolistas, al igual que Rimbaud y el Conde de Lautreamont.

En “Fantasía de invierno” escribe: Un beso de cristal se quiebra en mis mejillas/ Veo brillar la nívea fantasía/ alzo los brazos y me echo a volar. El yo lírico de la poeta rosa la inocencia, el deseo imposibilitado por el destino, la distancia que besa las ventanas hasta quebrar el horizonte. La luna es un componente de la noche, en este verso la luna es representada como la fuente de fantasía donde la poeta busca calmar su sed, y sólo logra alcanzarla a través del sueño.

Despojándose de todo lo terrestre, pasando al plano de la inmortalidad, aquella transición entre la vida y la muerte. Jorge Guillén, en su carta a Fernando Vela, afirma: “poesía pura es todo lo que permanece en el poema, después de haber eliminado todo lo que no era poesía”. Margaret, realiza una lucha sobrenatural por alcanzar el universo interior de la belleza. Escribe: Desde las esferas: “Yo me duermo en las estrellas”. La poeta tiene sed de alcanzar la belleza en lo alto. En lo que según Poe, refiere: “Es el deseo de la mariposa nocturna por alcanzar las estrellas”.

En el poemario de Margaret “Noctámzul”,  la noche es el escenario de sus temas poéticos. Dentro de esa misma línea amorosa se ve inhibida al no poder plasmar su deseo amoroso. Tal como lo demuestra en el poema “Murcielagrafía”, escribe: Pasos titubeantes/ de punto a punto/ Ausentes de ecos”.

Culmina el poema Liberanza: “ilumina la noche/ en cálido beso de luna/ renace en lo más hondo del alma/ un ferviente anhelo: ¡La liberanza pura! La poeta a través de la noche se consuela en sí misma, escondiéndose de la mirada edénica de dios. Los cuerpos puros de los amantes cubriéndose bajo el manto de la noche en Romeo y Julieta en la obra de Shakespeare. La noche del tiempo como la supervivencia de los amantes.

En el poema bajo la luna, escribe: “Se esconde tu sombra bajo la luna”. La sombra es el camino del amor abriéndose como una flor nocturna, aunque la luna y las sombras son dos cosas que no se parecen en nada entre sí, pero que producen una misma emoción de inocencia y de pureza. Son esos amantes que mueren puros eternizando el deseo en un estado extático de inocencia, representa la metáfora de la poesía pura. Aquella relación entre el poeta y el poema.

Margaret, inicia en Nubelce: “Candorosa inocencia de perpetua infancia” Margaret celebra ese amor nocturno, aunque nunca sea correspondido y todo termine en el mundo de la ilusión. Hay huellas de Eguren en la poesía de Margaret, dejando un ilusionismo musical.

Termina su tercer poema: “Porque estamos condenados/ a la playa del olvido”. Donde la soledad es el estado de inspiración de la poeta. La pleamar de los cuerpos sobreviviendo al naufragio del amor, refugiándose en esa isla desolada del tiempo. El cuarto poema la figura de cuarta luna creciente, en esta figura vuelve a recurrir a un elemento de la noche.

Utiliza estos elementos representando un mundo deshumanizado producido por la tecnologización, la imagen de la ruina tiene sentido en el libro “Los elementos de la noche” de José Emilio Pacheco. La noche es el lenguaje íntimo de Noctámzul, en un pasadizo de signos cabalgando en una constelación de imágenes. La presencia de nocturnidad de Alejandra Pizarnik en los poemas de Margaret, se puede percibir como el deseo de hallar en las palabras la dimensión de la noche.

Toda creación, es una recreación de cada generación, afirma, Borges. Acaso influyen los clásicos en Margaret. En el intermedio del cuarto poema, continua: “entonces el mar vendrá a llevarme/ en un sollozo de espumas. Es el naufragio de ese amor no correspondido. El naufragio de Ulises en el regreso al hogar. En Margaret, es la renuncia a aquella conquista amorosa. En Noctámzul existe un ocultismo, los símbolos guardan un mensaje profético y a la vez heroico.

Existe también tribulación erótica en Noctámzul, persistiendo la imagen de la Luna, aquella imagen del astro que gráfica Mempo Giardinelli, en su novela “Luna Caliente”. La constante imagen de la luna también representa el erotismo. En el poema Amuleto escribe: “Puedo sentir las intensas luces doradas reflejadas en mis pupilas/ reina inspiradora calma… En los versos intermedios del poema continua: “Qué placer el escurrirse mi razón mientras contemplo extasiado/ la llama ardiente de tu incalculable dulzura incendiar mi interior”. En estos versos refleja la contemplación de aquella ilusión, las luces besando la piel dorada, refleja el anhelo nocturno que implica el deseo de poseer.

Ella logra plasmar ese deseo desde la experiencia de la imaginación como una épica nocturna. El amor físico es superado por la pureza en Noctámzul, el encuentro físico tiene un límite. La poeta ha comprendido que solo a través de la elevación de los cuerpos hacia los astros la conducirá hacia la infinitud. En el poema a Wendy, musa poética, podemos hallar en la ilustración del poema; una mujer dentro de la luna, al mismo tiempo logra atravesar con su mano la circunferencia de la esfera. La elevación en Margaret, es comprendido en el deseo de liberación, gráfica el dedo intentando rosar el hemistiquio que separa lo terrenal y divino.

En la pintura “La Creación de Adán”, que representa Miguel Ángel, donde podemos percibir a simple vista, dos secciones bien diferenciadas, dos representaciones de realidades contrapuestas, dos mundos separados por un muy estrecho espacio –incognoscible-. La unión de lo divino y terrenal. En la ilustración bajo la luna, un hombre dentro de la luna, tratando de rosar con su mano la esfera circular que encierra a la mujer. En este poema su búsqueda poética logra la unión entre lo divino y humano a través de la creación nocturna, empleando los símbolos que utiliza Dante para representar el cielo y el infierno.

Margaret ha ascendido a los círculos del tiempo en busca de su musa, como un ritual nocturno. Esto lo representa en los siguientes versos en “Desde la esfera”, escribe: “Hay un rezo diabólico que/ se asemeja a los avestruces… “avestruces” es el símbolo de las aves que desciende del cielo en el bautismo de Jesucristo por  Juan el Bautista. El espíritu de la poesía encarnada en una paloma recorriendo los límites del cielo.

Ese juego de palabras uniendo “cruces”. AVE-CRUCES. La cruz que deberá cargar el poeta durante su estancia en la tierra en la conquista amorosa. Margaret es una poeta visionaria, la esencia del simbolismo está en expresar la belleza a través de imágenes en muchas formas, en un ave, en el azul del cielo, la música, el canto de la noche, la luna, las estrellas. Estas figuras evocan una realidad más allá de los sentidos, al igual que los poemas apocalípticos de William Blake.

Noctamzul, desde el título insta al universo de los signos. La figura de la noche en Noctam, representa el simbolismo, parnasionismo. El ZUL, es el AZUL de Rubén Darío representante del modernismo. Esa ruptura y a la vez unión entre estas dos corrientes literarias donde amaneció la vanguardia.

¿Margaret habrá reinventado el amor como pretendía Rimbaud? La reinvención del símbolo del amor y la noche,  es la fantasía pura reflejándose en el espejo del tiempo que es la luna. Escribe: “Los dos bajo la luna/ solo tenemos esta noche/ noche de luna/ porque el mañana entre nosotros/ no puede existir jamás. El amor bajo éste cielo no podrá existir en Margaret, porque ella ha creado el lenguaje nocturno evocando a los astros como un conjuro poético  para que los amantes puedan encontrar el camino de la inmortalidad, y un camino alentador que permite comprender mejor la poesía escrita por las mujeres de nuestro país.

 

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