Obras exhibidas en el Underwater Art Museum del Parque Nacional Marino de Cancun, México
Antes de leer esto toma aire, que nos sumergiremos al mundo de Jason deCaires Taylor, un artista con un fuerte amor por la naturaleza, sin duda, pasar su infancia en los arrecifes de coral de Malasia, marcó su vida alimentando esa sensibilidad que con el tiempo se convertiría en una fuerte pasión, hijo de padre Ingles y Madre guayanesa, creció entre Europa y Asia, su relación con el mar fue profunda en todo sentido, trabajó como instructor de buceo, descubriendo la belleza submarina; la vena artística estaba despertando, primero desarrolló fotografía subacuática, luego dio un salto al grafiti, donde se notaba fuertemente el interés por el arte y su preocupación por el medio ambiente.
Después de distintas experiencias trabajando en espacios públicos, sucede lo que ya nadie podía detener, ingresa al Instituto de las Artes de Londres y se gradúa en 1998, con una licenciatura y Mención de Honor en Escultura y Cerámica. No conforme con esto se instala en la catedral de Canterbury alimentándose de una gran experiencia, ahí aprendió las técnicas tradicionales de talla de piedra.
Su gran proyecto que comenzó en su infancia, tiempos que soñaba despierto, jugando sumergido, acariciando la tibieza de la profundidad del mar, sale a flote en el 2006, crear arrecifes artificiales era el grito que por mucho tiempo se escuchaba en las profundidades, es así que creó el primer parque de escultura bajo el agua en Granada, Indias Occidentales; actualmente Taylor es fundador y Director Artístico del Museo Subacuático de Arte (MUSA) en Cancún, México.
La obra de Taylor, tiene ese misterio de un reloj de arena, juega con el tiempo recreando un mundo submarino, una Atlántida perdida, compuesta por cientos de esculturas; diversas expresiones y situaciones que cautivan por su belleza natural, seres petrificados que duermen un profundo sueño. Taylor saca provecho de la magia del mundo acuático, que despierta en las esculturas un espíritu divino, una alanza a los dioses; todo va cambiando bajo el agua, todo se transforma, las esculturas sufren una metamorfosis que le da personalidad, con ayuda de peces, moluscos y todo ser microscópico que conforma ese ecosistema, se va construyendo una “Evolución silenciosa”.
Alejado de las salas de las galerías de arte, la genialidad de Taylor se humedece, para utilizar un nuevo espacio, proponiendo algo nuevo, dando un respiro esperanzador, alejándose de paradigmas clásicos; Taylor con su obra dispara un mensaje contundente, este mundo es de todos y hay que cuidarlo.
EL DATO
Este museo subacuático, también llamado MUSA, consta de 4 instalaciones: La Jardinera de la Esperanza, Coleccionista de los Sueños, Hombre en Llamas y The Silent Evolution (La Evolución Silenciosa), que contienen cerca de 403 esculturas, las cuales ocupan un área de 420 metros cuadrados y en conjunto tienen 180 toneladas de peso.