John Chauca y Roberto Cores – Fotografía Melissa Lisman
El reciente ganador del salón de acuarela del ICPNA John Chauca Laurente, inauguró anoche su segunda individual en la galería barranquina Yvonne Sanguineti. La muestra podrá ser visitada hasta el 07 de mayo.
El título de esta muestra, evoca mi niñez, (una de las etapas más hermosas de mi vida), donde mirar la serie de dibujos animados o cartoons, realizados por los estudios Warner Bros. Desde 1931 hasta 1969, bajo el nombre de Merrie Melodies, en un televisor de 24 pulgadas, a blanco y negro (todavía no llegaban al mercado peruano los televisores a colores), constituyeron allá por la década de los 70’s y principios de los 80’s la edad de oro de los dibujos animados, dibujos que transportaba al televidente hacia un mundo lúdico, donde la fantasía e imaginación infantil no conocían limites, y era extraordinario vivir.
Aunque el título es prestado, mi concepto de fantasía difiere sustancialmente del concepto plasmado por los estudios Warner Bros. Para sus dibujos animados; es sui géneris, porque dista mucho también, del concepto usado por muchos autores e intérpretes. Mi concepto se acerca mucho a aquello que Platón llama “el dulce placer de fantasear pensando” y por eso mismo es, de cierto modo, un filosofar silencioso de carácter solitario. Este fantasear pensando o dicho a la inversa, este pensar fantaseando, es la base sobre el cual se construye el discurso de mi obra, y mi obra es en sí, la culminación de este proceso intelectual. Esta serie de cuadros es el producto de mis fantasías en términos positivos, siendo el personaje femenino, el espíritu que lo anima y por consecuencia, mi mejor pretexto para pintar.
Cada cuadro es concebido desde el punto de vista visual-plástico, y los personajes que lo habitan se prestan para orquestar una sinfonía de grises, donde los colores luminosos rompen el silencio cautivante, que sugiere la parafernalia de la mujer, protagonista principal de sus deleites racionales e irracionales, posibles e imposibles. Asimismo la mujer se presenta fantástica, acorde con la temática de la muestra, y en situaciones diversas y en algunos casos adversas, ya que los parámetros que rigen a la obra rebasan lo anecdótico y cual cronista de su tiempo, deja el autor, testimonio concreto, en dos dimensiones, cual registro fiel de una mente en pleno estado de ebullición. Fantasías animadas es en mi caso, crear un universo personal y original, desde su concepción hasta su confección. Pero es en la mente del espectador, donde mi fantasía sugiere la suya, en un constante juego de afirmaciones que llevan al receptor, más allá del placer estético o visual, hacia la búsqueda de su propia fantasía. Pero este es un tema aparte y empieza en el ojo ajeno…
¿“Cogito ergo sum”?… Existo luego pinto -pienso- es la premisa de esta serie, porque mis fantasías, producto de mis pensamientos más sublimes, se dan mucho antes del proceso artesanal del acto mismo de pintar un lienzo, ya que para poder llevar a cabo este proceso intelectual es necesario tener la experiencia de lo vivido, como deposito e información sobre el cual la fantasía del pintor trabaja y produce, transformando su propia realidad. Es por eso que la fantasía es cambiante y evoluciona de acuerdo al grado de humor del artista. La fantasía no tiene límites, repito. Y es la mano del artista que la hace realidad en un lienzo.
El corazón guía al pincel, el pincel guía la mano, la mano guía los ojos, los ojos guían la mente y la mente lo conceptualiza. La frase es de ayer, Merrie Melodies, y la tome prestada para hoy, Fantasías Animadas. Prácticamente son mis fantasías y plásticamente son animadas. Y como ayer, son también ahora, hechas a mano, para ojos y retinas exigentes de hoy. (John Chauca).