“¿Es esto realmente lo que quieres ser? ¿Una arma viviente? ¿Un asesino para Kun-lun?” – Bakuto, Iron Fist, primera temporada
Hace unas semanas Netflix sacó la cuarta serie de su adaptación de Marvel. Los cuales han sido estimados por críticos y fans, como fieles, oscuros y extra-ordinalmente buenos. Iron Fist, a pesar de sus malas críticas no muestra una caída en calidad. Al contrario, mantiene su tendencia a una buena trama y una narrativa interesante, agregando una puesta en escena formidable, lo cual ha sido falta en la adaptación.
La serie cuenta la historia de Danny Rand, un hijo de millonario que todos pensaron que falleció en un accidente de avión. Sin embargo, vuelve a Nueva York quince años después del accidente, con conocimiento del budismo y Artes Marciales, listo para recuperar la empresa de su familia, el cual ahora está siendo controlado por Ward Meachum, Joy Meachum (amigos de su infancia) y Harold Meachum (ex – socio del padre de Danny).
A diferencia de Daredevil, que busca por una sociedad más justa, de Jessica Jones, que lucha para mantener su integridad sexual y Luke Cage, que pelea por un barrio más pacífico, Danny no tiene ni idea por qué diablos está peleando. Sabe que fue entrenado para ser el Iron Fist, arma de Kun-Lun (una ciudad mística), el cual repudia La Mano (una organización secreta) a toda costa, pero no sabe mucho más que es, ni lo que busca hacer con tal poder. En verdad de lo que quiere solo sabe dos cosas: que quiere ser su propio hombre y que no quiere convertirse en un asesino,
De hecho a Danny, a pesar de saber los conocimientos de buda, le falta conocimiento sobre sí mismo, por eso es tan impulsivo al actuar y tan ineficaz para reconocer cuando lo están manipulando, de alguna manera no percibe cuándo está actuando por si solo y cuando está cumpliendo el deseo del otro.
Y esto es gran reto para conseguir lo que realmente quiere: el poder de actuar libremente sin ser manejado por los deseos de otros. Por esto huye de su deber de Kun-lun; por esto esta tan listo para luchar contra La Mano, sin tener claro por qué lo hace y por esto esta tan listo para retomar la posición de su padre en las empresas Rand. Pero sin tener el conocimiento propio sobre sí mismo, hace una entraña de errores que tienen una maraña de consecuencias.
De alguna forma Danny es adicto a la confrontación directa, siempre va contra la corriente, hasta cuando no está muy seguro porque lo está haciendo. Esto no solo se debe a la falta de control sobre sí mismo, sino que nunca sabe cuándo está siendo manipulado por otros y cuando está actuando por sus propios deseos, por lo tanto, prefiere enfrentar que evadir. Ward en cambio repudia la confrontación directa, la única persona que puede confrontar por elección propia es a su hermana: Joy, porque es la única persona que sabe manipular. Por esto busca que terceros hagan su trabajo sucio y cuando fracasan su único consuelo son las drogas.
A diferencia de Danny y Ward, Collen Wing (otra maestra de artes marciales) y Joy si tienen claro su propósito. Collen busca usar el cogido bushido para ayudar a otras, para este fin tiene un dojo donde los mejores estudiantes son elegidos para una beca universitaria.
Pero al ser perspicaz consigo mismo es ciega ante su entorno. No percibe que su financista (Bakuto, integrante de alto rango de la Mano) está usando las becas para elegir los integrantes de un ejército.
Joy a cambio tiene fines más egoístas, ella quiere realizarse como profesional y diferencia de Collen si tiene una visión clara de su contexto. Lo que no tiene claro es el poder de crear soluciones éticas para solucionar los problemas que se manifiestan. Esto no se debe a la falta de control de sí mismo o la falta de perspicacia, pero a la falta de opciones viables. Los cual se hace tan restrictivo que Joy pierde su posición en la Empresa Rand. De esta forma tanto Collen como Joy, pierden su propósito, pero mientras Collen busca una manera de rencontrarlo, Joy se deriva a la venganza.
Estos cuatro personajes ya mencionados son víctimas de una manipulación constante, el cual es perpetuado por tres personajes: Harold, a través de la soberanía, Gao, a través del egoísmo y Bakuto, a través del altruismo. Estos tres buscan el control de otros sin necesariamente tener control sobre sí mismo.
Gao, como Bakuto, es un miembro de La Mano de alto rango. Ella busca hacer dinero de la heroína sintética sin importarle las repercusiones individuales o sociales que tal droga podría tener. Para este fin intimida a la ciudad de Nueva York con la intención que ni la policía ni otros criminales se metan en su negocio. También controla las Empresas Rand secretamente, a través de representantes y apoderados.
Bakuto en cambio, busca ayudar a los demás a cambio por su lealtad. A este fin construye una escuela para aquellos que vienen de barrios marginales y quieren aprender artes marciales. También sintetiza una cura a los efectos secundarios de la heroína de Gao (los cuales pueden ser devastadoras). El problema de Bakuto es que su precio es demasiado alto, quiere la lealtad de otros sin preguntas y si alguien no cumple deberán ser ejecutados.
Por último, esta Harold, él más macabro de los tres, ya que busca articular la relación entre el altruismo y egoísmo para lograr sus propios fines: el control absoluto de todo su entorno. Por esto no aguanta cuando las cosas salen como él planeo, hasta es capaz de asesinar a su asistente porque este no le gusta el sabor de helado que le están invitando.
Y así la última serie de Marvel, busca mostrar un mundo donde algunos buscan control sobre así mismo para sobrevivir, mientras otros quieren controlarse para controlar a los demás y aun quieren todo lo que tocan si controlarse de ninguna forma. Tal vez el dilema de Danny es el dilema que un hombre o mujer occidental enfrenta o debería estar enfrentando. Es claro que vivimos en un mundo fuera de control pero no se debe a que no nadie que controla, sino que muchos que lo controlan al mismo tiempo y casi ninguno tiene la perspicacia de saber controlarse.