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Festivales de Pisco Sour y Piscos de Batalla

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ESCRIBE CÉSAR COSTA AISH

En el Perú en  los últimos años han proliferado diversos festivales de pisco sour conmemorando el Día Nacional de este cóctel, el mismo que nació a iniciativa privada durante un programa en vivo del periodista, abogado,  educador  y últimamente chancado  Raúl Vargas Vega, director periodístico de la radio programas del Perú el año 2002 y cuya genial iniciativa fuera recogida por el entonces ministro de Producción del Gobierno de Alejandro Toledo y que la convirtiese en día nacional, amén de la popularidad de este cóctel y frente a una celebración previa de la Piscola de los amigos del sur frente a lo que en el Perú nosotros conocemos como Perú Libre, versión a la peruana del Cuba Libre. Iniciativa privada cuyo gestor tuvo la grandeza y nobleza de “compartir” con sus oyentes y no querer apropiársela como suelen ocurrir en otros casos, como si fuese patrimonio personal pues tanto el Pisco  y sus cócteles son de todos los peruanos y como decían los antiguos no de un solo gallo.

Sobre esto último, en un breve paréntesis sobre el Pisco Sour y su día que nació como una respuesta a la Piscola, permítanme hacer una cita de la obra de Jorge Donayre Belaunde, “Que te lo cuente el Cumpa”, escrita allá por los 1980s, acerca del Perú Libre su juventud y la ciudad de  Chincha que lo vió nacer. Dice el Cumpa (Cumpa se decían o llamaban los chínchanos entre sí en esos días en Lima como en algún momento se dijeron patita, chochera, causa, filio y hoy los jóvenes se llaman entre sí “Bro”) y comparto la cita en el año del Gallo lo siguiente:

 

“(…)Fue en Lima y ya corriendo los años del ´52, que me hice un gallero legítimo, un aficionado con conocimientos y documentación. Voy a contarles, en la medida en que apuro una cerveza o un pisco con coca cola, que me extiende  en el Coliseo de Gallos  mi inolvidable amigo Pepe Gonzales Vigil, cómo fue la cosa.  Por entonces, había entrado a trabajar como reportero en “LA PRENSA”, y Jorge Moral Silva Santisteban, además de ser jefe de redacción de ese diario, era mi “yunta” para la jarana. Apenas terminada  la faena diaria en la redacción, tomábamos rumbo a Sandia (antiguo coliseo gallero, donde está arraigada la traidición pisquera) para cumplir dos cometidos. Primero, jugar unos boletos a “la derecha”  o a “la izquierda” y terminado el espectáculo, cuando ya Arístides y Humberto González Vigil habían liquidado cuentas, trabar un largo conversatorio sobre todo en el mostrador de la cantina, en la que siempre Pepe, el mayor y el más legítimo gallero de la familia, separaba no siempre de cinco a seis botellas de pisco y ron que consumíamos en una tira inolvidable. De ella recuerdo a varios de sus personajes: Leónidas Yerovi, el magnífico periodista y escritor hijo no menos que del renombrado poeta, escritor, periodista y autor teatral quien cubrió con su gracia, ingenio y travesura una época de la literatura peruana; Alberto Sevilla Levy, gran hípico, hombre de excepcional  talento a quien las industrias textiles lo sustrajeron del universo intelectual  para el que siempre estuvo dotado, Los hermanos Vigil y muchas veces también Sérvulo Gutiérrez, el eminente plástico iqueño, que por tradición, por inspiración artística era un porfiado aficionado a la fiesta.”

Es decir que con ésta cita,  sí allá, pasando Tacna los amigos del sur quieren decir que también inventaron la píscola, con esta cita podemos decir que también  el Perú Libre ( aquel coctel que le llaman Piscola en el sur y cuya celebración  generó la criollaza y traviesa respuesta de Vargas  Vega, convocando a una celebración del Día del Pisco Sour el 2002) ya  en el año 1952 nos comparte el buen “Cumpa” que era una costumbre gallera limeña y de sus cantinas brindar con un pisco y coca cola, y al igual que el Pisco Sour y el chilcano son de todos los peruanos.

Así las cosas y terminado el paréntesis, la propuesta inicial del 2002 de Raúl Vargas Vega fue calando en la ciudadanía  y el imaginario colectivo con el tiempo, gracias también al impulso que daba el Estado a través de diversas entidades, pero valgan verdades poco o muy poco se conocía acerca de los orígenes del afamado pisco sour  y sus creadores o promotores principales, y  apenas unos años después (dos o tres años) del nacimiento del Día Nacional del Pisco Sour, nació en mayo del 2005 una institución privada sin fines de lucro cuyo objetivo principal como institución y “leit motiv” de sus miembros es investigar las raíces de nuestro destilado y promover su peruanidad, amén de toda la información que rodee al Pisco, osea armar una suerte de “álbum familiar” del Pisco, sus historia sus cocteles y sus personajes con toda la información desperdigada por ahí en la historia del Perú.

Eduardo Dargent.

Institución está que se llama Academia Peruana del Pisco, o más conocida como “La Academia”, así a secas, y de la cual Vargas se convertiría en algún momento en su vicepresidente y  cuyos presidentes han sido  personajes notables en la historia de nuestro destilado y que de una u otra forma han permitido, a través de diversas publicaciones conocer un poco más de la historia de nuestro destilado, compartiendo investigaciones personales en bibliotecas públicas y privadas, hemerotecas, libros de historia, literatura, sociología, etc, recogiendo  elementos de tradición oral en muchos casos con quienes han sido participes de su historia a lo largo del siglo XX y que siguen una vieja tradición de más de 4 siglos, estos personajes compartieron anécdotas personales, familiares, recetas en fin un cumulo de información que permite a los peruanos defender y promover con orgullo  la peruanidad del pisco y su versatilidad coctelera, teniendo en el pisco sour, el viejo pisco sour,  a un cóctel de envergadura internacional y que fuera encontrado por casualidad en una de las barras del mundo como la del Waldorf Astoria de New Orleans por un bartender peruano que bien se ganó por su trayectoria el apelativo de “el embajador del pisco sour” como Roberto Meléndez de la Cruz, hijo del  legendario coctelero Felipe Meléndez Torres  quien fuera amigo del mencionado en la cita del “Cumpa” Donayre, Sérvulo Gutiérrez, y que a diferencia de su padre  tuvo la  oportunidad que le dio la vida de viajar representando al Perú  a diversas partes del mundo (25 ciudades) donde ha ido aprendiendo y compartiendo parte de sus conocimientos, y hoy trabaja en la barra del restaurante “Panchita”  emblema del reconocido chef peruano Gastón  Acurio, así que ya sabe si quiere tomar un exquisito Pisco Sour donde ubicar al buen Roberto, quien además de haber aprendido los secretos que le dio su padre, tiene un elegante talento natural, diríamos innato,  al momento de servir el cóctel, o sino donde él dejó escuela como el Bar Ingles del Country Club o el Bar “Capitán Meléndez” de la esquina de Cantuarias con Alcanfores en Miraflores que el mismo Roberto atiende los jueves, viernes y sábado por la noche. También podría hacerlo en otros lugares y de otras manos que sobre él final de la nota usted encontrar.

Pisco sour.

Institución ésta, La Academia, que también ha contribuido con el recorrido histórico, turístico y gastronómico de la ciudad de Lima y parte del Perú el año 2016, como resultado de las notables investigaciones encabezadas y solventadas,  en la mayoría de los casos, por el peculio y esfuerzo de sus miembros. Institución cuyo primer Presidente fue Don Lorenzo Huertas Vallejo, insigne historiador peruano que encabezó un equipo de investigación en la década de los 1980s que descubrió el famoso testamento de Pedro Manuel “el Griego” del año 1613, y quienes han escuchado y conocen a Lorenzo saben de las peripecias que hubo de sufrir en los 80s para continuar con sus investigaciones producto de la crisis económica de esos años, hasta que encontró el famoso documento que con orgullo nos permite conversar documentadamente sobre las raíces peruanas del Pisco. Institución cuyo segundo Presidente   fue el conocido especialista, catador y difusor de la cultura pisquera  Johny Schuler, antes de asumir roles laborales en la Destilería La Caravedo que produce tres reconocidos piscos y a quien sucediera un notable historiador gastronómico, muy ejecutivo él, y quizás el qué más a hecho por sacar las cosas adelante en esta Institución, el Dr. Eduardo Dargent Chamot, un caballero a carta cabal, con el que tuve el privilegio de compartir sendas conversaciones y discrepar sobre puntos de vista, pero del que  a lo largo  casi siete años fui aprendiendo gran parte de los conocimientos que adquirí en el mundo del Pisco y que impulsara de motu propio e histórico y no por un interés comercial  ante las autoridades municipales metropolitanas la instalación de una placa conmemorativa en el lugar exacto donde el primero de abril del 2016 se conmemoró el 1 er centenario del Morris Bar, cuna del Pisco Sour, como el lugar donde los estudiosos entendieron que el Pisco Sour había tomado nombre, receta que se maneja hasta nuestros días y otros detalles que diferentes documentos demostraron este coctel empezó a recibir fama y elogios a fines de la Republica Aristocrática y durante todo el periodo del Leguiísmo en los 1920s y unos años después de Leguía  antes del traspaso y cierre definitivo como Bar, y que motivó en el año 2009 a traer a los nietos de Víctor V. Morris dueño del Bar. ¿Se imaginan si el Pisco Sour hubiese sido patentado por Morris como otros quieren patentar las celebraciones de otros cocteles cuánta plata se le debería a su familia? Seguramente lo suficiente como para ayudar a los pobres del Perú cuando el Estado  no llega  por ineficiente o lo escarpado del territorio que abarca o es asaltado por la corrupción, ¿no lo creen? Yo si lo creo.

Hoy los limeños, los turistas, las agencias de Turismo que cobran por visitas guiadas al ciudadano extranjero y el ciudadano de a pie que transita por el jirón de la Unión 847 del centro de Lima puede ver una pequeña placa de Bronce que indica el lugar exacto donde diversas investigaciones indican existió este famoso Bar del Gringo Morris a inicios del siglo XX.  Centenario que quiso el destino pasara casi desapercibido el 1ro de abril del 2016, a pesar de una entrevista al Dr. Dargent en un importante diario que nunca se publicó y que única publicación en el día Nacional del Pisco Sour del año pasado era una página entera de Piscos que ofrecía un gran Supermercado  pero Centuria al fin y al cabo dentro del cual aún estamos y del cual muchas personas que no conocen de la gran cultura que existe atrás del Pisco creen que las cosas se aprenden de un día para el otro, han querido beneficiarse económica o publicitariamente, lo cual de por sí es una injusticia.

Y Lima y la Academia debería ofrecer un homenaje a Dargent pues si la Placa existe fue gracias a la Academia, sus miembros y las investigaciones de sus miembros como la de Guillermo Vera, secretario ejecutivo de la Academia, el mismo Eduardo Dargent y el trabajo del Ingeniero Guillermo Toro Lira, entre otros, o alguna  gestión personal que hubo de realizarse por encargo del Presidente de la Academia y gracias a la decisión,  buen criterio y discrecionalidad de la gerente de Cultura de Lima, Sra.  Mariela Pinto y el entonces Presidente encargado de PROLIMA,  Edgar Santa Cruz, aprobaron la propuesta de la Institución que presidía Don Eduardo y que permitió otorgar gratuitamente otras tantas placas a los siguientes bares pisqueros, restaurantes y/o Bodegas o Fundos productores de Pisco: Bar Capitán Meléndez, Bar Huaringas, San Martín Plaza Restaurant, Bar “Chino” Meléndez.

Ya en Julio y Setiembre del 2016, La Academia entregó igualmente otras dos distinciones, vinculadas a la historia como hitos de momentos importantes en este recorrido gastronómico y coctelero y no como canje de favores o pagar cuentas atrasadas de cofradías que justamente no es la Academia, porque me ha ocurrido en algunas ocasiones en que me presentaba como un Gestor o Productor Cultural allegado, y no miembro, a esta institución recibía  respuestas  que eran un jolgorio total: “a ya, yo soy de la escuelita de la chela” o “el kínder del Ron”, otros no menos ingeniosos me decían “Yo repetí la primaria del whisky”, o “estoy acabando la media del vodka” y los más bravos y criollazos me decían y yo terminé en la universidad del “Gin”  con maestría en el cañazo y mención honrosa en la pureza del vino. Y yo miraba para atrás y sentía un “Olé” que  escuchaba desde alguna tribuna, que no necesariamente es la del Facebook.

Por su puesto que aquellas respuestas las recibía en la mejor buena onda  pues pocos  saben que esa institución existe y que además también respaldó, durante la gestión del Dr. Dargent, iniciativas personales para promover el consumo de piscos correctos, o sea sin duda de la calidad de los mismos, y dando preferencia a productores pisqueros casi siempre en alianzas estratégicas con gobiernos locales para autogestionar la realización de los mismos como en mi concepto debían ser festivales de Pisco, de esa manera pude coorganizar culturalmente hablando entre 8 y 10 festivales con celebraciones por el día nacional del Pisco sour o día nacional del Pisco, donde lo primero que se respetó fueron dos cosas primero la calidad del Producto y segundo respetar el alicaído bolsillo del productor pisquero, muchas veces  con distintos resultados, en su mayoría positivos para ellos y en parte para la organización, principalmente para la autoridad municipal, la cual de por si es parte de la estructura del Estado y como tal se ciñe a un presupuesto que puede ejecutarse o no y que muchas veces se invierte en gastos superfluos, pues muchas veces en los últimos años no invertían lo que en un inició de los primeros Festivales del Día Nacional del Pisco si hacían o peor aún se apareció algún funcionario medroso que no ejecutaba parte de su presupuesto asignado porque según tengo entendido tenía un bono por no ejecutar el mismo y/o otras cosas que usted puede imaginar, o no le gusta escuchar recomendaciones de gente que sabe al respecto, y acá un ultimo paréntesis, El año 2015 me cupo hacer una investigación sobre la presencia del Pisco y sus cócteles en la obra del nobel peruano Mario Vargas Llosa, y en un libro que devoré con pasión en “Travesuras de la niña mala” casi al final encontré que un Ingeniero que había venido al Perú con su señora, buscaba como hacer un rompe olas, la técnica académica le había enseñado varias formas pero ninguna eficiente y alguien le recomienda buscar a un maestrito sin títulos, sin papeles o cartones que respalden sus conocimientos, el Ingeniero, tituladazo con maestrías y capo de capos llega a un humilde hogar chalaco donde cocinaba una señora y conoce al maestrito, quien vivía la tristeza del abandono y olvido de su hija quien había viajado por el mundo y se había olvidado de su padre.

El viejo maestrito comparte su conocimiento para hacer el rompeolas o dique con el Ingeniero y se desprenden de la obra que harán un buen trabajo, antes de culminar la obra el Ingeniero le presenta  a su mujer y el maestrito queda sorprendido cuando al ver a la señora encuentra a la hija que se había olvidado de él. Y mencionó esto porque los maestros pisqueros y destiladores, quienes cultivan la uva pisquera son como los maestritos, ellos transmitieron sus conocimientos su know how a muchas personas que luego hicieron escuela o escuelas, que entregan títulos o cartones pero a veces la verdad está en el polvo de las chacras  y a veces nos olvidamos de ello, unos se presentan como los señorones del destilado y sus cocteles cuando son otros los que realmente son los que hicieron su historia.

Hace poco empezó el año 2017 y para algunos productores pisqueros pequeños y medianos de alguna manera empezó bien para quienes participan con puntos de venta en la llamada “semana del chilcano” y otros que lo hicieron en su evento principal, y para otros no tan bien pues la naturaleza ha arreciado contra ellos o sus cultivos, pronto será vendimia (momento de cosecha de la uva) en las  distintas zonas pisqueras del Perú, la misma crece entre Agosto del año anterior y Febrero o Marzo del año posterior según la zona productora. Luego se procesa y se destila el pisco, el cual reposa un tiempo que puede variar entre 3 y 4 meses que permite la norma y otros productores prefieren dejarla reposar hasta 12 meses para que el Pisco se homogenice y coja cuerpo.

Muchas distritos celebraran estos festivales con distintas propuestas económicas que serán desechadas por productores y/o que serán reemplazados o por comercializadores o en joint ventures con algunos bartenders, los resultados son inciertos pues nadie es Mandrake ni Oraculo para saber el futuro, también en muchos de ellos algunas personas pueden adulterar productos, (ojo que si un productor participa, dudo que éste lo hará pues el Productor Pisquero verdadero, es honesto, es leal con su producto pues el mismo lleva el sello de su familia, la tradición del ancestro por ello muchos los nombran en honor al lugar de procedencia, o del abuelo, o tatarabuelo, chosno según sea el caso) que suelen vender fantasías creativas de algún marketero con maestría y docencia en ventas pero no en el respeto de calidad impuesta por tradición familiar, ni en salubridad  y/o crear marcas sin siquiera haber plantado una Parra en su vida o haber tenido ese vínculo con la tierra  que sí tuvieron sus ancestros y buscan posicionarse en un mercado que no necesariamente sabe de Pisco, sino que ante esa palabra mágica de nuestro destilado, si uno es peruano fluye desde el fondo de su alma lo que yo denomino un “romanticismo épico” por avatares de la historia y esas marcas que quizás nacieron bien y con la mejor intención elaborando un buen producto finalmente sucumben ante la necesidad de vender , dejan de lado la ética, y empiezan a crecer convirtiéndose en los peces grandes que se comen a los peces chicos.

Volviendo a los orígenes de los primeros años cuando Vargas tuvo aquella genial propuesta y productores pisqueros eran invitados por las municipalidades de distintos distritos quienes financiaban la participación de productores pisqueros, ofrecían grandes shows y demás cosas que hicieron crecer estos festivales de Pisco Sour que luego permitió que su hermano menor el chilcano surgiera, total son de todos los peruanos y no de una sola persona, y por eso en los festivales se consumen una gran variedad de cócteles y estoy seguro que aquella propuesta del 2002 no hubiese tenido eco en los productores para que participen si es que gracias al éxito previo del año 2000, de ese primer Festival que se hizo en lo que sigue siendo en parte el Museo de la Nación, y cuyos promotores y gestores fueron Luciano Revoredo y Roberto Samame,  si ese primer festival hubiese fracasado la propuesta de Vargas quizás hubiese fracasado, y sin la pléyade de emprendedores, productores, catadores, etc  que impulsó esta industria a inicios de los 90s nada se hubiese logrado, ni de la tradición que viene desde el siglo XVI.

Todo ha sido una cadena que permitió que revaloremos lo nuestro lo peruano, de entendernos como una cultura mestiza y con sus productos propios y que mejor que el Pisco para entenderlo y no el grupito de amigos que pueden creerse snob mientras tomo en privado un coctelito con aires de Dandy, sin saber que el único y ultimo Dandy que tuvo el Perú fue el pisqueño Abraham Valdelomar, aquel que escribió la historia de un gallo que se llamaba “El Carmelo” y en la que disfrutamos de Pisco en su lectura, mientras que ese Dandy en vez de estar preocupado de si le da un buen producto y no uno al que metieron algo de cabeza o cola al Pisco como en algunas ocasiones sucede en distintos lugares por falta de control de la autoridad correspondiente que es el Estado.

Muchos productores asumirán mucho riesgo al venir a Lima, otros no pueden porque tiene que enfrentar próximas vendimias otros están sufriendo los embates de la naturaleza y el calentamiento global, muchos municipios que son parte del Estado tienen  presupuestos y están cobrando cifras que los productores pisqueros no pueden asumir, otros cobran lo justo como el caso de San Miguel que siempre se ha caracterizado por hacer buenos festivales, y me quito el sombrero y aplaudo de pie el gesto noble de la Municipalidad de Los Olivos en Lima Norte que realizará el primer festival de Pisco Sour de su historia en su acogedora y simpática Pérgola en la esquina de las avenidas Izaguirre y Las Palmeras  convocando e invitando gratuitamente a participar a siete productores pisqueros ganadores de medallas y de reconocida calidad en este primer Festival donde condecorará  a un hijo ilustre del distrito quien se esforzó a lo largo de un año en Lima Norte en promover el desarrollo de una cultura de Pisco y consumo de Pisco de calidad desterrando ese bajo y mal concepto de Pisco de batalla con el que muchos trabajan y ofreciendo siempre su mejor Pisco, como si fuese “su mejor soldado” como bien me lo dijo poéticamente mi amigo Omar Cutipa “desterremos al Pisco de batalla de las barras y presentemos al mejor soldado en las mismas”, es así que gracias a la gestión de Fernando Meléndez de la Cruz , hermano del embajador del Pisco sour, Roberto, y quienes aprendieron de su padre que el chilcano y el Pisco Sour eran de todos. Pequeños y medianos productores pisqueros han sido invitados a Los Olivos, eso vale un Perú y ojala otros municipios siguieran  a Los Olivos que dio el ejemplo y retornó a los orígenes, porque el Pisco y sus cocteles no son de nadie en particular son de todos los peruanos y así a quienes son productores de pisco verdaderos,  que cuidan su producción que conversan con las uvas seduciéndolas mientras las ven crecer y cuando las cosechan, éstas le ofrecen al Productor su agradecimiento en cada destilación, ojala todos los productores recibieran invitaciones en cada distrito y no el abusivo costo que he visto en diversos correos y flyers electrónicos por espacios un poco más grandes. ¿Asi somos solidarios con gente que nos ha cobijado de su tradición y cultura heredada de abuelos y demás ancestros y como ya no los necesitamos y los usamos para la foto para que regalen su pisco a los vecinos del distrito? ¿Acaso uno regala su trabajo? ¿Si usted toma Taxi usted le va a decir a decir “maestro lléveme aca y mañana le pago pues, siempre y cuando la carrera haya sido eficiente y me haya gustado la música en el carro”? Eso es lo que pasa en algunos festivales donde los vivazos llegan y van de stand en stand a tomar gratis  ¿ Y publicitarlo es ético o politico? No pues gente eso es ser abusivo.

¿Dónde me puedo tomar un buen Pisco Sour? Con un buen Pisco, a las mencionadas líneas arriba, siempre donde estén los hermanos Meléndez o donde dejaron Escuela se encontrará un buen coctel clásico, ténganlo por seguro. Además, me gustan los de Hans Hilburg en el Pisquerito, el del Marriot de Celestino del Pino,  los de Richard Melgarejo, cuando buenos Piscos lo apoyaron obtuvo varias medallas de oro, pero ya no está para concursar.  Si van a un festival el de los Olivos el 4 de Febrero no tiene pierde  estarán 3 Generaciones, Cepas de Loro, Reserva de la Finca Aparcana, Las Once de Azpitia, Angel Negro, Brujas de Cayango, Piscazos. Buenos los del Museo del Pisco, Bueno el de un muchacho cusqueño llamado Carlo Quijoo que lo probé en un bar casi escondido y aire de bohemia llamado ¡Pisco carajo! Buenos donde estén las placas de la Academia del Pisco, de Paul Berrospi,  Eduardo Cortelezzi, Wilder Cueva, bueno el de Juan Carlos Corcuera, la experiencia tras la barra, buenos siempre que hay un buen pisco, insumos frescos, y experiencia en la barra. Si me preguntan a qué festivales ir eso es decisión de cada uno, mis mejores deseos de éxito a los productores que invierten su dinero en los festivales y a los jóvenes emprendedores que asumen joint ventures con los productores en algunos otros y habrán pocos productores serios, ojo que un Pisco sea de marca conocida no necesariamente lo hace un buen Pisco, pero en fin cada uno tiene diferente gusto.

Y la última, existen municipios que tiene suficientes recursos como para recoger muestras de Piscos de Licorerías, Bares, Cafés, Restaurantes, Hoteles y de los propios festivales  que ellos organizan para saber si la persona que ofrece un cóctel lo hace con una materia prima saludable, si el Indecopi no puede pagar por análisis en el Perú y solo lo hace a lo que se exporta para ¿cuidar la salud del extranjero? ¿O sea te preocupas de lo foráneo cocherita  y no de tu connacional? No pues viejo así no juega Perú. En Lima al menos creo que los gobiernos locales  de Pueblo Libre, San Miguel, Jesús María, Magdalena, Surco, San Isidro, Miraflores,  Barranco, La Molina, San Borja y estoy seguro que los Olivos también y cuando no la Municipalidad Metropolitana lo pueden hacer, o ¿tiene que intoxicarse un gringo para actuar? Cuidémonos primeros los peruanos,  la prevención siempre es más  económica y para prevenir  hay  que educar. Las municipalidades pueden hacerlo a ver si empezamos a desterrar el Pisco de batalla, porque sea en Pisco Sour o en chilcano o Perú Libre o cualquier cóctel no siempre los bribones en bidones presentan al mejor Soldado…Salud Maestro!!!

P.D.: DESPUÉS DE LAS CELEBRACIONES DEL PISCO SOUR UN ARTÍCULO SOBRE UNA PROPUESTA LEGISLATIVA PARA INCLUIR DENTRO DE LA D.O. PISCO LOS DISTRITOS DE MORO Y NEPEÑA.

 

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