Este titular sensacionalista hasta hace unas semanas bien podría ser una realidad dentro de otras pocas semanas. En un episodio de La dimensión desconocida (1985), acababa con una emisión en cadena de una voz en off que anunciaba la cuenta regresiva de la primera ojiva soviética a espacio estadounidense. Eran los 80s y Reagan y Gorbachov jugaban a hacer fuerzas en el tablero de ajedrez del mundo durante la guerra fría. Entonces una guerra nuclear no era ciencia ficción, sino una posibilidad demasiado real. Más de 30 años después las declaraciones del Todopoderoso hombre fuerte de Rusia vuelven a llevarnos a un escenario más allá de toda retórica. ¿Cómo llegamos aquí? ¿Saldremos de esta? Para los nostálgicos de los 80s bienvenidos a la nueva guerra fría en la era del neoimperialismo. Si ibas a invertir en bitcoins, será mejor que piensen en oro, bonos del Estado y el sector tecnológico de la industria militar.
En las últimas semanas hemos visto crecer el peligro de una guerra a gran escala. Las declaraciones de los líderes mundiales en lugar de tranquilizar parecen echarle más gasolina al fuego. Declaraciones sutiles en una guerra fría de palabras, como la de Putin de no descartar el envío de su flota a Venezuela o Cuba (como una forma de exportar un hipotético conflicto), o el de Byden calificando de asesino a Putin. Mientras los mercados convulsionan. Nord Stream 2 el nuevo gaseoducto ruso que suministrará gas a Alemania está de momento cancelada por presiones de EE.UU. a Alemania como un ejercicio de presión económica a Rusia. No hay que olvidar que Europa depende energéticamente del gas ruso como China depende de su petróleo, mientras tanto el precio del gas se dispara a records históricos desde comienzos de este año.
Económicamente esto viene generando más incertidumbre e inflación global. Lo cual complica ya el complicado panorama de falta de suministros que se vive en el mundo desde el incidente del canal de Suez en 2021. La actual crisis no hace más que aumentar el precio de los energéticos, y por ende acelerar la inflación. Pero ¿por qué Ucrania?
Desde 2014 la situación en Ucrania es tensa. La caída del régimen proruso en Kiev dio paso a un régimen proeuropeo y a favor del ingreso de Ucrania a la OTAN, esto desencadenó la invasión rusa de la península de Crimea y su posterior anexión al imperio ruso, y una situación de guerra civil en el extremo oriental ucraniano de mayoría prorusa. Es en esta zona donde se encuentra el foco para una excusa de invasión militar de parte de Moscú. Cómo dijo Putin, el colapso del imperio soviético fue el mayor desastre geopolítico del s. XX, ya que unos 20 millones de rusos han quedado fuera de Rusia, en territorios de la ex URSS, esto ha sido un foco de tensión en muchos frentes, pero en especial en la zona occidental de Rusia, dónde un probable ingreso de Ucrania a la OTAN enciende todas las luces rojas por su proximidad a Moscú. No hay que olvidar que el 80% de rusos vive al oeste de los Urales, y que anteriormente, en invasiones como la de Napoleón o la de Hitler, el invasor tuvo que entretenerse avanzando por Ucrania, si Ucrania pasará a la órbita de la OTAN, una invasión a Rusia sería mucho más viable desde el éxito militar por su proximidad en horas a la capital rusa. Esto lo saben muy bien en el Kremlin. Poco antes de la disolución de la URSS, el secretario general del PCUS, Mijaíl Gorbachov, recibió promesas de sus homólogos occidentales de que la OTAN no se ampliaría más allá de la ex Alemania oriental (esto durante las conversaciones del 4+2 acerca de la reunificación de Alemania en 1990), sin embargo desde la década del 2000 la OTAN no ha hecho más que expandirse entre países del báltico como Polonia, Lituania, Estonia, etc., y ahora pretende una expansión en Ucrania, lo cual amenaza el espacio vital de Rusia. Es comprensible desde una perspectiva de seguridad nacional, que para Rusia es imposible por ningún motivo facilitar dicho escenario, lo que sorprende es la voluntad de la OTAN de hacer más tensa la situación al achacar al Kremlin de planes de invasión, lo cual paradójicamente hace más viable dicho escenario.
Hitler una vez dijo sobre su invasión al Cáucaso ruso, en busca de hacerse con los pozos petrolíferos rusos: “mis generales no comprenden los aspectos económicos de la guerra”. EE.UU. parece impulsado a presionar una “guerra segura” (es decir, a Miles de kilómetros de USA), con tal de que con la guerra el precio de los bonos del Estado suba y así apalancar la crisis inflacionaria que padece desde hace décadas y que por fin parece llegar a un techo difícil de superar. A EE.UU. lo único que le podría salvar de un desastre económico curiosamente es una guerra a gran escala, pero focalizada lejos del continente para así asegurarse una reactivación de su economía. Esto que parece maquiavélico no es tan descaradamente loco, ya le beneficio en las dos primeras guerras mundiales y según Keynes una guerra también puede ser saludable económicamente. Pero Rusia y China no quieren arriesgarse a una guerra que podría salirse de control. Entre tanto los informativos continúan alimentando el clima de tensión gracias a las declaraciones de los líderes mundiales.
Según la CBS, EE.UU. tiene inteligencia de que Putin le dijo a sus comandantes que estuviesen listos a partir del 16 de febrero. Por otra parte, el asesor de seguridad nacional de EE.UU., Jake Sullivan, informó que a partir de ayer domingo la invasión rusa a Ucrania podría comenzar en cualquier momento. Por su parte el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, no descartó una posible invasión a gran escala a su país a partir del 16 de febrero. Entretanto aviones de la OTAN han venido suministrando material bélico a Ucrania, tanto antitanque como antiaéreo, algunos oficiales ucranianos han manifestado estar listo para convertir Ucrania en un infierno al invasor ruso. Cómo si está fuese el Stalingrado del s. XXI. Tal vez la declaración más peligrosa hasta el momento ha Sido la del líder ruso, quien la semana pasada declaró: “somos conscientes de que Rusia es una de las principales nucleares (…) No habrá ganadores. Y ustedes serán arrastrados a este conflicto en contra de su voluntad”.
A diferencia de las dos guerras mundiales antecedentes, la posible escalada en Ucrania podría derivar a un escenario peor que el de la crisis de misiles en Rusia. Pues es Rusia quien cuenta con la mayor tecnología de misiles intercontinentales de largo alcance, así como la flota de ssubmarinos nucleares más letal. Siendo así, la posibilidad de una guerra a una escala planetaria es una posibilidad que EE.UU. no parece medir, y que es más fácil que un misil ruso llegué a Washington antes que el primer misil de la OTAN al Kremlin.