Cultura

Exministro Ciro Gálvez: “En Lima hay racismo y creo que ese es el principal motivo de la fobia hacia mi persona”

El exministro Ciro Gálvez contó detalles de su llega al MINCUL, la pugna con los caviares, el cambio de la delegación de escritores para la FIL Guadalajara y confesó que tras su salida del Ministerio de Cultura no se siente traicionado por el presidente Pedro Castillo.

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Fotos: Miguel Mejía Castro.

El 06 de octubre a las 3 de la tarde, el exministro de Cultura Ciro Gálvez, brindó una entrevista para Lima Gris. Horas más tarde, Gálvez Herrera fue retirado del cargo de ministro sin explicación alguna por parte del presidente Pedro Castillo.

Su llegada al MINCUL representó un peligro para la argolla caviar enquistada por más de una década en la cartera de cultura. La mafia caviar pidió su cabeza luego de atreverse a bajar del avión a escritores que se habían acostumbrado a viajar a las ferias internacionales con todo pagado.

Al final de la entrevista, mediante un mensaje de texto nos enteramos de la renuncia del premier Guido Bellido. Pero la salida de Ciro Gálvez también encierra la traición de un funcionario del Ministerio de Cultura que incluso se atrevió a ocultar la resolución firmada por el ministro y aprobada por el presidente Castillo, donde se nombra a las cuatro directoras de IRTP. Un tema delicado que lo trataremos en un nuevo informe.

El exministro también expresó que no es marxista ni comunista, y que el racismo limeño es la principal fobia hacia su persona.

¿Cómo llegó a convertirse en Ministro de Cultura, quién lo invitó?

Después de la primera vuelta lo visité al profesor Pedro Castillo, él por propia iniciativa me dijo que le gustaría que yo fuera su vocero ante los pueblos indígenas. Lo apoyé, hice bastante labor para la segunda vuelta. Una vez que gana la segunda vuelta, creo que por gratitud me nombra ministro de Cultura.

¿Con eso descarta que Vladimir Cerrón lo convirtió en ministro?

Eso lo hizo el presidente Castillo, sin embargo, hay simpatía de Cerrón hacia mi persona porque yo también soy de Huancayo y el señor Vladimir Cerrón es un personaje conocido allá. Es una situación natural que entre los paisanos haya simpatía, pero quien a mí me designó ministro fue Pedro Castillo. Además, yo soy runa, no soy marxista ni comunista. Son pensamientos totalmente diferentes. El pensamiento runa se basa en la armonía, complementariedad y reciprocidad que hemos heredado de los incas.

¿Cómo encontró el Ministerio de Cultura?

Creo que es un ministerio donde trabajan muchos conservadores, muchos personajes que difícilmente podrían entender los grandes cambios que necesita el Perú. Entiendo que los llamados caviares están ahí, gente que difícilmente simpatizarían con los cambios a favor de los pueblos originarios, a favor de los sectores excluidos del país.

El Ministerio de Cultura es del Perú, pero desde su creación sus políticas se han enfocado en Lima. Usted cambió eso ¿Cree que los cambios que realizó afectó directamente a los caviares?

Sí les afectó, es por eso la reacción tan virulenta contra mi persona, por esta reformulación de la delegación de escritores peruanos para la FIL de Guadalajara. Ellos han visto esto como si yo hubiera cometido un pecado capital. Yo llegué al ministerio para comenzar la construcción de un Estado intercultural, con la participación de todos los pueblos indígenas que siempre habíamos estado excluidos. Antes se veía al Perú como una sábana blanca en su integridad, pero hoy nos estamos dando cuenta que somos 55 grupos étnicos diferentes, cada uno con su idioma, su cultura y su forma de ser. Nunca estuvimos representados por el Estado.

Durante los 11 años de creación que tiene el Ministerio de Cultura, usted fue el único ministro que se puso los pantalones para iniciar un real cambio.

Estamos comenzando un cambio total, es la primera vez que se está dando a los escritores de las regiones la oportunidad para participar en una feria internacional del libro. Siempre ha viajado una elite de Lima, de la clase A y B, que año tras año se repetían, y eso no es justo. Nosotros hemos dado la oportunidad también a los escritores en lenguas originarias.

El exministro chacchando coca luego de la entrevista.

Otra de las tareas pendientes de los exministros, es que ninguno ha podido consolidar proyectos de ley para la cultura.

Hay tareas pendientes por hacer, no solo en cuestión de libros o cine, sino también en el tema del turismo. Hace unos días estuve en Machu Picchu, y ahí me di con la sorpresa de que el hotel de cinco estrellas que se encuentra dentro del Parque Arqueológico Machu Picchu, es de una empresa privada y se encuentra profanando nuestro santuario, además, con una concesión tan indignante para el Perú. Del 100% de ganancias que ellos obtienen, al Estado peruano solo le dan una ínfima suma del 10%. No entiendo a los gobiernos anteriores. Ellos han gobernado para sus propios intereses.

También me ha sorprendido que solamente en la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco haya más de 2,800 empleados, es demasiado para una dirección regional. Me ha sorprendido ver cosas con sumas astronómicas que no les benefician a los peruanos. En el caso de Machu Picchu, las comunidades indígenas que están en el entorno del santuario, no tienen absolutamente ningún beneficio por parte del santuario de Machu Picchu. Se deben realizar medidas profundas.

Igual el proyecto del hotel Sheraton en la calle Saphi, han construido encima de los restos arqueológicos, esta construcción ha tapado unos muros incaicos sin dar ninguna explicación, entonces, cómo podemos tener identidad los peruanos si nuestras propias autoridades están destruyendo los símbolos de nuestra identidad.

¿Su posición como ministro es demoler la construcción del hotel Sheraton en Cusco?

Sí, yo mismo iré con mi pico y mi comba para demoler ese hotel. No es justo que se nos agravie y se nos ofenda a los peruanos, pero lamentablemente la corrupción está en el Poder Judicial, en el Ministerio Público y todas las entidades del Estado. Hay jueces que a cambio de dinero pueden negociar hasta nuestro patrimonio cultural.

El señor Fredy Escobar, exdirector de la DDC de Cusco señaló que no había presupuesto para demoler la construcción del hotel ¿De dónde usted sacaría ese presupuesto?

Del pueblo, porque cuando se trata de defender nuestro patrimonio cultural, el pueblo mismo lo hará, como en la época de los incas haremos la mit’a y la minka, consiste en que el pueblo pone la mano de obra para evitar tanto gasto. Creo que si pusiéramos en acción tantos valores de la época prehispánica no necesitaríamos tanto presupuesto, la misma gente pone la mano de obra y puede aportar materiales.

Estoy viendo que en el Estado hay viáticos y comisiones de servicio millonarios. En el Ministerio de Cultura más del 80% del presupuesto se va en gastos de administración y para el trabajo de línea que debemos hacer queda poco o nada.

¿Usted apoya el traslado al Cusco de la sede central del Ministerio de Cultura?

Sí, porque el Perú tiene que descentralizarse. Yo fui candidato presidencial y en la primera vuelta perdí, porque yo nunca he tenido dinero para financiamiento de campañas, nunca he recibido plata sucia de nadie. También caí enfermo del covid, estuve a punto de morir, pero yo mantengo el principio runa. Yo apoyo al presidente Castillo porque veo que es un hombre honesto que también viene de una comunidad. El presidente Castillo va a tener mi lealtad y apoyo siempre.

El trabajo que desarrolló generó que mucha gente confíe en usted, pero también están las críticas de la argolla caviar que viene cargada de un tufo racista. ¿Usted siente que esas críticas esconden un racismo?

Sí, lo he sentido en actitudes, en gestos, como también hay mucha gente aristócrata y limeños que son muy respetuosos, y están entendiendo la necesidad de construir un Estado intercultural con participación de los pueblos indígenas. Hay racismo y creo que ese es el principal motivo de la fobia hacia mi persona. Yo soy quien enarboló el discurso quechua en el año 2000, y en esos años tuve que retirarme de la política porque era víctima de la fobia y discriminación. Son casi cuarenta años que vengo luchando por la reivindicación de los pueblos indígenas, y se han creado nuevas organizaciones que están siguiendo mi estilo y posición política e ideológica. Eso causa alegría, porque el Perú originario recién después de 500 años está despertando.

La oposición en sus críticas también señala entre líneas que la gente andina no está capacitada para gobernar. Además, algunos han tenido el atrevimiento de decir que el quechua representa el retraso ¿Qué piensa sobre eso?

Al contrario, nosotros somos un pueblo de mucha capacidad, somos seres humanos. Lo que ocurre es que hay muchos ciudadanos quechuas que no han logrado tanto nivel porque se les educó en otro idioma. En mi caso, durante mi infancia, las clases eran en castellano y nosotros solo entendíamos la mitad. Esa deficiencia continuó hasta la secundaria, y recién en la universidad he nivelado conceptos. Esa es la desgracia de los pueblos originarios, nos han enseñado en otro idioma. Otros que hemos tenido la suerte de contactarnos con otras culturas sí tenemos capacidad. Lo que pasa es que se han hecho a la idea de que nosotros no hemos estudiado nada y por eso no somos nada, yo particularmente soy abogado sanmarquino, miembro vitalicio de la Federación Interamericana de Abogados, master en antropología jurídica y autor de la teoría del renacimiento andino, que precisamente describe estos grandes cambios.  El proceso del renacimiento andino es inevitable, escúchenme señores, no depende de unos gobernantes ni de un grupo de políticos, estos son procesos antropológicos y sociológicos que no dependen de la voluntad de algún gobernante.

¿Qué representa la nueva delegación de escritores peruanos para la FIL de Guadalajara?

Va a representar a todas las regiones del Perú y a todas las culturas, obviamente, hay una buena cantidad de Lima, porque no se debe excluir absolutamente a nadie. Lo que se ha quitado es a escritores que anteriormente habían sido auspiciados por el Estado para ir a varias ferias internacionales del libro.

Mario Vargas Llosa ha señalado que la delegación peruana no estará representada por escritores de verdad ¿Qué responde a eso?

Él como español solo ve la literatura española, nosotros vemos la literatura indígena. Estos escritores a quienes el señor Vargas Llosa no conoce, son peruanos del interior del país, pero eso no quiere decir que sean malos.

En una oportunidad el periodista César Hildebrandt señaló que el mayor escritor peruano que ha tenido este país fue José María Arguedas ¿comparte eso?

Claro que sí, tuve la oportunidad de conocer al maestro José María Arguedas. A Arguedas, Vargas Llosa lo estigmatizó tanto que inclusive en la Utopía Arcaica, Vargas Llosa señala que Arguedas estaba defendiendo a algo que ya murió, porque incluso dice que la cultura andina ya no existía, pero el tiempo nos está dando la razón, la civilización andina y sus diferentes vertientes culturales están llenas de vida y en un proceso muy dinámico de renacimiento. A eso se refiere mi obra La teoría del renacimiento andino, que nunca los literatos de raíces hispanas le dieron bola, pero hoy se está cumpliendo al pie de la letra lo que yo decía hace muchos años. Es por eso que si José María Arguedas viviera actualmente, no se hubiera suicidado, porque una de las razones de su muerte fue el desprecio y el desdén que le hacían; él pensó que se había equivocado dedicando toda su vida a estudiar a los pueblos indígenas, pero si él viviera ahora no se hubiera disparado, al contrario, hubiera estado luchando junto conmigo, de repente, hubiera sido uno de sus alumnos y acompañante más decidido.

¿Cómo ve el trabajo que viene haciendo el Congreso de la República?

En el Congreso hay gente muy buena, pero se dejan llevar por las pasiones políticas, por los enconos, creo que también el Congreso de la República tiene que ser un Congreso intercultural, esa es una de mis propuestas firmes, para que se establezca la cuota de representación de los pueblos indígenas para que puedan participar del Congreso. Si más del 35% de los peruanos somos de raíces indígenas, entonces tenemos derecho a tener nuestra cuota de representación conformada por congresistas que provengan de las comunidades quechuas, aymaras y ashánincas. Así como tienen cuota de representación las mujeres, igual los pueblos originarios tenemos legítimo derecho.

¿Luego de dejar el cargo se siente traicionado por el presidente Castillo?

No me siento traicionado. Entiendo muy bien que así es la política.

Palabras finales, ¿qué les diría a los peruanos?

Hermanos peruanos, para todos aquellos de los asentamientos humanos que con la ilusión de encontrar una vida mejor y un trabajo digno han venido de sus pueblos y hoy sufren tanta discriminación, exclusión, desprecio, y viven en los cerros de Lima, sin agua, sin desagüe, humillados. Ese es el Perú que tenemos que recomponer y articular con todos los sectores sociales. Hay que unir a los peruanos pobres y originarios con los sectores A y B de Lima, con la finalidad de construir un Perú fuerte y solidario que vaya por el camino de la paz y la democracia. Es importante fortalecer la democracia, porque si no se fortalece la democracia vienen los extremismos y las dictaduras.

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