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ENTREVISTA: Poetas latinoamericanos en Festival de Poesía de Chepén

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El Festival de Poesía en Chepén, se viene convirtiendo en un clásico de la literatura norteña. Este año ostenta su séptima edición, y trae consigo la participación de un interesante grupo de voces nacionales e internacionales que alternarán con el público  a través de  la palabra.

Entre los jóvenes vates internacionales, que arribaron a nuestro país para participar del esperado evento, se encuentran Angélica Freitas de Brasil, Cristian De Nápoli de Argentina, Fredy Yezzed de Colombia, y Arehf Palacios de México.

Conversamos con cada uno de ellos sobre sus impresiones con respecto a Latinoamérica y sus procesos poéticos, así como sus aspectos personales que les motivó llegar al mundo del verso

 

¿Qué representa la poesía para los que la escriben?

Angélica: No sé…toda poesía es una inclinación, no sé por qué escribo, pero ahora en mi último libro de alguna manera estoy investigando el lenguaje, y sus límites; pero puede que en algunos años ya sea otra cosa.

Arehf: Para mí es un instinto, y una intuición que tuve desde pequeño, y también es un gusto por el lenguaje como fenómeno. Es mirar el resplandor de las palabras, que se juntan con otras, y los enlaces que establecen más allá de lo que se pueda leer, y de lo que significa dentro, y fuera de la hoja de papel.

Cristian: Una poeta que a mí me gusta mucho decía que la poesía es la escuela del carácter, y me gusta esa idea. Yo creo que la poesía es una de las pocas posibilidades que hay en esta época de poder auto-educarse. Quizás si hubiese nacido en el siglo XIX no hubiese escrito poesía; hoy existen más homogeneidades en la educación; y en todo, somos muy parecidos, y tenemos casi los mismos estilos. La poesía es una posibilidad de auto educarnos; es como el juego de crear tu propio mundo, con tus propias reglas y tus propias obsesiones, es algo muy personal.

Fredy: En mi caso la poesía siempre debe pasar por el cuerpo; es placer y es dolor; y si la palabra no me atraviesa a nivel físico, entonces no me atrae; por eso procuro que la palabra siempre esté allí. Hay poesía a la que yo le creo y poesía a la que no le creo; una poesía a la que le creo por ejemplo, es la de Raúl Zurita, por la temática que escogió como los desaparecidos en Chile. Estoy convencido que la poesía es algo a nivel hormonal y sanguíneo, y eso a mí me da placer, pero también hay una parte de dolor, por ejemplo, como la orfandad de César Vallejo.  En el caso mío, en Colombia yo empecé a escribir poesía cuando vi las escenas de violencia de los asesinatos, y de las matanzas de mis compatriotas; entonces escribí por un tema de impotencia porque estaba viendo a los que derramaban su sangre. Y si hay algo que yo valorizo enormemente en César Vallejo es la humanidad y su gran solidaridad por el ser humano. Para mí la poesía va por ese lado.

¿Ustedes qué tanto se han nutrido de autores exteriores?

Angélica: En mi primera lectura pública conocí a Cristian, y así también conocí a muchos autores argentinos, y eso viene junto.  Luego empecé a viajar, fui a Chile y también conocí a autores chilenos. Pero antes de mostrar mis cosas, estuve mirando la poesía de lengua inglesa, porque leía mucho inglés; pero después mi atención fue para los poetas latinoamericanos.

Arehf: A mí también me sucedió eso. Primero fui muy cercano a la literatura de Estados Unidos, porque estudié inglés desde chico, y leí primero a Walt Whitman, antes de leer a Octavio paz; pero también leía a Vicente Huidobro. La poesía sudamericana es importantísima, pero la mexicana me influenció, creo que más en lo underground e independiente, esos autores me han influenciado mucho.

Cristian: A los quince años leía a Lord Byron en la biblioteca pública, y a los dieciséis a Charles Baudelaire, y después solo leí poesía latinoamericana. Luego empecé a leer a César Vallejo, y conozco mucho la poesía latinoamericana. Por ejemplo, Oswaldo Reynoso cuando dice —sus labios sabían a Fruna— me encanta; y no tengo ni idea de qué es Fruna, y no deseo saberlo, porque me gusta así. La poesía latinoamericana es un mundo enorme. También me encanta la poesía mexicana, como la de Ramón López Velarde, y Raúl Gómez Jattin de Colombia, e incluso Andrés Caicedo el narrador; y también los brasileños que los siento muy cerca, y a la vez distintos.

Fredy: a Colombia le pasa lo mismo que Argentina: son muchos “países” dentro de uno; es más, yo al leer poesía empecé con la colombiana, con un poema “Infancia” de José Asunción Silva, que es el poeta nacional. Pero cuando se empieza a ver al resto…es donde uno empieza a conocer su propia poesía, por eso me di cuenta que en mi país habían muchos idiomas. Por ejemplo, la poesía de nuestro caribe es completamente diferente, como lo puede ser Raúl Gómez Jattin, o el gran maestro de Gabriel García Márquez, me refiero a Héctor Rojas Herazo, un poeta monumental para nosotros, y que sin embargo, no trascendió las fronteras inexplicablemente. Luego, leer nuestra poesía negra afrodescendiente es otro idioma; y la poesía indígena colombiana también es otro idioma; allí entra lo mítico. Una de las cosas que más valoro del Festival de Poesía de Medellín, es que invitan a las voces indígenas, y negras, porque representan un coctel delicioso. Y cuando llegué a Argentina me di cuenta que su poesía no solamente era esa poesía porteña que llegaba a mí cuando estaba en el colegio, porque es impresionante saber cómo se consume en mi país la literatura argentina; y cuando uno ya ha escarbado en la literatura argentina, luego golpea a la chilena, pero, en mi caso yo golpeé primero a César Vallejo, y me dije: si este poeta tiene Perú, ¿cuáles son los hijos de Vallejo?, y así me encontré con un poeta que lo estudié en la tesis de la universidad, me refiero a Emilio Adolfo Westphalen, él tenía una palabra que a mí me rebasaba, no sabía cómo entrarle a Westphalen, y luego vinieron Toño Cisneros, Blanca Varela, Pepe Watanabe, Luis Hernández, y Jorge E. Eielson. Yo te confieso que si no me hubiese trasladado a Argentina, me hubiese quedado en Perú; pues, si hay dos literaturas que me han marcado, ellas han sido la colombiana y la peruana.  Y de poesía de Europa cuando estuve en la universidad, está la francesa, cuando empecé a ver las obras de Charles Baudelaire y  Arthur Rimbaud, que tienen otras miradas.

 

¿Qué tan difícil es para un poeta publicar un título en su país?

Angélica: En Brasil no hay muchos premios literarios. Ahora tenemos algunas editoriales independientes que publican poesía; actualmente no está muy difícil, y también hay cartoneras allí, por eso me parece que es más fácil que hace diez años.

Arehf: En México también está el fenómeno de las editoriales independientes; y las cartoneras también están creciendo. Tampoco tengo idea qué tan caro es publicar en una editorial reconocida, pero realmente tener una publicación no es nada difícil. Yo admiro el fenómeno de las cartoneras que son un empoderamiento de la literatura, es: “un hágalo usted mismo”. Por eso digo que no es tan complicado. Lo que sucede en Guadalajara es que hay mucha gente que desea ser escuchada, y desea escribir, y eso me parece maravilloso.

Cristian: Publicar en Argentina es muy fácil, pero de ahí a que sean muy leídos, es otra cosa. Hay muchos libros de poesía, y tampoco no hay ningún poeta grande en Argentina. Hay alrededor de quinientos poetas en este momento, que son más o menos apreciados y leídos por doscientas personas que los conocen, y también hay algunos nuevos que apenas son conocidos. Argentina nunca va a tener la imagen de un poeta en un billete nacional, así como México, Chile, y Brasil (risas).

Fredy: En Colombia es difícil, en el sentido que es costoso, y además el movimiento de la gente joven no es muy reciproco para congregarse. Ellos lloran por que no los publican, y por no poder ganar una convocatoria, pero tampoco se atreven hacer lo que hacen en Argentina, que entre tres, o cuatro, se unen y arman un proyecto editorial independiente. Los proyectos independientes que hay, son solo los de auto-publicación, porque hay gente que sí puede pagarse una edición, pero, por suerte hay bastantes concursos. Una cosa que considero bastante positiva, es que los fondos editoriales universitarios ya han creado una línea de poesía, como la editorial de la universidad de Antioquia que le apuesta a la poesía, la editorial de la universidad Nacional, la Pontificia Javeriana, la universidad del Norte, y la universidad de Nariño. Todas ellas tienen un buen fondo editorial.

 

Actualmente vivimos en un mundo alienado al crecimiento económico, ¿ustedes los poetas aún continúan siendo un bicho raro para el común de los mortales?

Angélica: No lo sé. Yo tengo que pensar un poco.

Arehf: Claro que sí. Eso me ha sucedido tanto, que prácticamente no me volverá a interesar. A mí todos mis amigos me identifican por la poesía, pero tampoco espero vivir de ella, no tengo esa esperanza, pues también tengo un trabajo, y si lo hago es porque es una pasión.

Cristian: Yo tengo miles de anécdotas. No solo cuando conoces a alguien que se dedica al marketing te trata como a un marciano. A mi primera terapeuta yo tuve que convencerla, y demostrarle que al dedicarme a la poesía no significaba que yo quería ser un fracaso. Entonces, ¿entiendes que si hasta una terapeuta puede pensar eso?, y que te diagnostique que la poesía es una mierda, que es una pérdida de tiempo, y que además forma parte de tus conflictos, ¿qué se puede esperar del resto? (risas).

Fredy: Yo sí considero que vivo de la poesía, en el sentido que las ganancias de la poesía no son económicas, pero sí son simbólicas, espirituales, psicológicas y emocionales. En ese sentido, sí vivo de ella. No podría concebir que un día no me acerque a un poema, y que no pueda admirar un verso de alguien. Aun, no me he encontrado con gente que me mire como un bicho, porque, en mi círculo familiar  mi madre escribía poesía, y fue más bien como una felicidad, con un apoyo rotundo. Además, mi padre que venia del mundo sindicalista,  veía con respeto al intelectual de letras, y siempre le escuché decir que debíamos profundizar más la parte universitaria, y la parte obrera; él ha visto eso en la propia literatura, de ahí que admiraba mucho a García Márquez.

 

Existe una poesía muy intimista que apela a la introspección que se aleja del mundanal, pero también hay una poesía contestataria, en muchos casos política ¿Qué opinan de esa diferencia de voces?

Angélica: A mí me han preguntado que si lo que hago es poesía política, y yo creo que todo es político; y si luego eliges escribir sobre flores y pajaritos, también es una lección, y eso para mí ya tiene un peso político.

Arehf: Ya hablamos de Octavio Paz y su círculo. En México ellos siempre han sido los protagonistas, y los que han estado ahí en las luces. Y los contestatarios pues, han tenido también sus chispazos, me refiero a la generación de la Onda, y los infrarrealistas, que apenas tuvieron su auge, y hoy ya se les está leyendo y admirando. No sé si eso está resurgiendo, pero en México, al menos siempre se ha leído, me refiero a la poesía institucional, me refiero a la poesía de Octavio Paz y sus discípulos, Plascencia Ñol, entre otros, están allí, y van a seguir allí pasando la batuta; esa poesía casi siempre va a salirse de lo insurgente y contestatario.

Cristian: Yo creo que hay una poesía del show, y en Argentina es muy fuerte desde hace diez años; son poemas que hablan de pequeñas experiencias cotidianas: —me fui al supermercado y me compré un pollo— aunque hay buena, y hay mala. Luego, la poesía política me parece muy válida; me refiero a la poesía que es de coyuntura concreta, y que habla de un tema concreto de la política, o al menos la combate y la defiende con nombres; pero también está la poesía ideológica, esa que no es política, y es como más ética, y habla más de nociones generales, como el liberalismo, etc. Para mí, esa poesía es una mierda. Yo me banco la poesía política, y la intimista, pero la poesía ideológica me parece de cuarta…

¿Te parece panfletaria?                        

Sí, pero panfletaria en un sentido idealista. Es una poesía histérica, pero no es concreta; si odias a un presidente, ódialo concretamente, y pon todas tus armas para destituirlo, pero hablar así, de forma general de que estás en contra del capitalismo, me parece fatal.

Fredy: Una editorial argentina me pidió una antología de poesía colombiana joven; y me sorprendió ver a veinte poetas jóvenes que nacieron desde los setenta en adelante, y leí más de cuarenta y cinco poemarios; y me causó bastante inquietud de que después de sesenta años de conflicto en Colombia estos muchachos no escribiesen sobre la violencia. No pasan de unos treinta poemas de otros grandes poetas colombianos, que tienen apenas un poema sobre la violencia; entonces, al leer a estos veinte muchachos y al no encontrar poemas que fuesen francamente explícitos, sin que trabajen realmente el tema de la violencia, entonces, me dije: ¿en qué realidad viven ellos?  ¿Por qué no escriben de eso? si ese es el horror que todos nosotros vivimos a diario; pero también es respetable entender que cuando la sangre te está contaminando todo el tiempo, entonces deseas limpiarte de ella, y es ahí cuando deseas salir para escribir otra cosa. En Colombia hay dos poetas muy interesantes, Juan Manuel Roca, que es bastante crítico con la violencia, y Giovanni Quessep, que construye un mundo maravilloso, y muy rico, y que no se mete en un tema coyuntural. Pero me sorprendió la gente joven, mientras que el resto de jóvenes del continente son muy contestatarios e irreverentemente políticos como en Argentina,  y al ver que en Colombia eso no sucedía, para mí fue una gran sorpresa. La poesía colombiana es de por si etiquetada, por ser solemne, por ser musical, y por ser conservadora. Aspectos que algunos críticos consideran muy positivo, frente al ruido y el desparpajo de otros, y considero que nosotros compartimos eso con México, en cuanto a esa etiqueta clásica; pero, los chicos jóvenes en Colombia siguen siendo conservadores, y siguen repitiendo esos sonetos de hace décadas y están muy marcados por la musicalidad.

 

Para terminar, ¿qué tan gratificante ha sido venir para lanzar sus voces en el Festival de Poesía en Chepén?

Angélica: Cuando a mí me invitó Julia Wong, yo me puse muy feliz de volver a Perú, y esta vez, vuelvo con el propósito de conocer mejor la poesía peruana hecha por mujeres. Esa es mi expectativa, y no solo poesía, sino, todo lo que tenga que ver con el arte.

Arehf: Para mí también fue maravilloso, y estuve fascinado cuando Julia me invitó, y cuando me dijeron que me iban a pagar la mitad del boleto, yo puse la otra mitad sin problema, y ahora estoy contento de haber llegado, y estoy listo para la búsqueda y el descubrimiento de autores nuevos.

Cristian: Esta es mi tercera vez en Lima y me alegro mucho; y ahora que se suma la posibilidad de conocer el norte del Perú que aún no conozco, me vine con mi hijo, y luego nos iremos a Iquitos para conocer el Amazonas.

Fredy: Yo tuve un poco de temor, porque siempre he querido, y he admirado demasiado la literatura peruana; entonces como que sentí algo de responsabilidad, porque yo los veo como los grandes poetas de Latinoamérica, y por eso me tuve que escapar del mundo laboral para poder asistir, y quiero escuchar sobre todo gente joven, y saber todo lo que están creando y haciendo.

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