«Vallejo y Blanca Varela son los máximos exponentes de la poesía peruana»
Hace unas semanas la poeta ecuatoriana Siomara España, estuvo caminando por las calles de Lima, entre libros, amigos y huariques, disfrutó de esta Lima que nunca duerme.
Fue invitada por la cámara peruana del libro para la Feria Internacional del Libro de Lima, pero ella sabía muy bien que para conocer Lima no solo bastan los libros, sino que la verdadera historia está en sus calles. Una noche la encontramos en Barranco acompañada de un grupo de poetas limeños, nos saludó con una sonrisa y un beso; la tertulia se hizo tan larga que esa noche no alcanzó para conversar personalmente.
En la actualidad tiene 36 años, entre los premios que ha obtenido esta el Primer Premio de “Poesía Universitaria” Universidad de Guayaquil. Finalista en el concurso de cuentos Jorge Luis Borges /revista SESAM /Argentina, y el Premio Nacional de Poesía Juegos Florales de Tungurahua 2012, con su libro “construcción de los sombreros encarnados”.
“La poesía de Siomara España es una confesión desenfadada. Es un verbo que se vuelca en el fondo de las palabras y que no deja espacio para la transpiración de más sensaciones. Los apetitos que la poeta busca en su trabajo poético son de libertad en la expresión y en la forma. Es vivir airadamente en el mundo que las imágenes recrean y que se vivifican en estos textos donde aparece una voz influida por los muros de los significados que siempre han frenado a los poetas. Siomara indaga por la voz poética que en ella habita y se deja llevar por su equilibrada entonación (ese ritmo que envuelve al continente del poema). Es una voz torrencial. Nueva y firme, figura ya entre los nuevos nombres de la poesía del Ecuador.” (Javier Oquendo T).
Siomara también es miembro fundadora del grupo literarioREVERSO. Aquí el video de la entrevista con la encantadora Siomara España.
BOTONES
Tu cuerpo incandescente me persigue
como perro a la espalda de mi abismo,
pero solo es el fantasma de tu carne
que devoré a prisa cantando con cinismo.
Adherido estás, adherido indiferente,
¿que será de las tardes sin recato?
tardes de concupiscencia y disparate
tardes rojas, tardes de arrebato.
Solo quedan guardados los botones
en la caja azul de hechicería,
y desde entonces, tu foto sin la mía,
me sonríe y me ladra todavía.